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・07 ⎢ Examen


─Yo no abandone la facultad, Fui expulsado de ella─ Comentó con una sonrisa afligida.

Si antes las incógnitas carecían de sentido, ahora tenían mucha menos lógica que antes, ¿Qué estaba tratando de decirle Mikey? Tenía un mal sabor de boca y aunque sus ganas de salir corriendo eran grandes únicamente volteó a ver al cenizo con el rostro neutro, su mirada lo atravesó para hacerle saber que no tenía escapatoria, le diría absolutamente todo.

Takemichi apretó sus labios como respuesta, quedándose en silencio para escuchar.

Mikey sintió sus palmas comenzando a sudar mientras continuaba huyendo los ojos por toda la habitación, dando leves pasos hacia atrás.

─Fui expulsado de ciencias hace un año─ Dijo suavemente. Al hacerlo rió, pero fue un sonido muy leve y Takemichi se encogió por el sonido─ Y antes de que digas algo, No. No te compadezcas ¿Sí? Yo fue el que lo provocó.

El ojiazul no hizo nada más que tragar duro y asentir en silencio, aun así, manteniéndose firme.

─De todas formas, se lo que estás pensando ─Frunciendo los labios, Mikey miró a Takemichi con una pequeña sonrisa lastimera─ Piensas: "Este idiota tuvo que hacer algo increíblemente malo para que eso pasara" ─ Suspiró─ Pues te lo respondo. Es verdad.

─ La verdad que no, no lo pienso─ Afirmó con certeza el menor.

Parpadeando, Mikey se sentó repentinamente en el suelo, apoyando su peso contra la mesa de centro, la cual todavía mantenía los libros regados por el ataque de ira de hace unos momentos. Takemichi lo imitó y pudo ver como su mayor lo miraba con una cara pensativa.

─Estudie en la carrera de ingeniería porque así lo quisieron mis padres, suena cliché ¿Verdad? Lo hice porque así me lo... obligaron─ Empezó contando, a la par que hacía círculos con su dedo sobre la madera─ Y sé que tengo talento para todo lo que respecta a las ciencias, todo el mundo me lo ha dicho, siempre. No es que este disgustado, no es que me moleste, a cualquiera le haría feliz ser llamado ¡Genio! algunas veces─ Habló con sensatez, tratando de no centrarse mucho en lo último, aun así, al continuar hablando su humor se sintió decaído de pronto─ Al principio fue entretenido, me gustaba que todos me miren, que todos me alaguen por ser listo, por ganar reconocimiento. Fue tanta la expectativa que tenían en mi que empecé a sentir mucha presión y yo odiaba esa sensación. Con cada paso que daba hacia adelante me daba cuenta que eso no era lo que yo quería hacer el resto de mi vida.

Mikey cortó su explicación para dirigir sus ojos a Takemichi, viéndolo removerse ansioso.

─Se lo dije a mis padres varias veces, el querer dejarlo─ Comentó para responder la silenciosa incógnita del menor─ Se negaron, obviamente. Y cuando les dije que eso no era realmente lo que quería hacer con mi vida... Yo, creo que jamás voy a olvidar sus miradas de decepción, el cómo me juzgaron silenciosamente con los ojos.

Mikey detuvo su hablar para moderar su respiración y se tomó un momento para acomodar sus lentes al rostro de mejor manera, casi aferrándose a estos.

Quizá eran ideas vagas, pero poco a poco entendía porque Mikey ocultaba su mirada detrás de las gafas. Decir que las usaba porque tenía mala vista era una clara excusa. Sus padres, las miradas que recibía muy seguido en la cafetería, podía encontrar una relación en ellas.

─ Y ciertamente ahí empezó mi declive─ añadió, intentando ordenar los libros tirados en el suelo, manteniendo su atención sobre uno de ellos en especial: Matemáticas para ingeniería ─ Terminé odiando lo que más amaba en el mundo.

Mikey no esperaba que aquellos recuerdos amargos todavía lo afectaran, pero era claro que todavía no lograba superar la etapa más asquerosa de su vida ─Me comporté como un imbécil. Dejé de asistir a clases, reprobé materias a propósito, le respondí mal a los maestros y cuando mis amigos trataron de entenderme...los alejé también ─rio amargamente─ Fui un adicto Michi, desayunaba nicotina si podía ser remotamente posible. Y cuando el dinero no fue lo suficiente... Y mi odio por la imposición a continuar con los estudios resonaba persistentemente yo... tomé muy malas decisiones.

Mikey despegó su ojerosa mirada de los libros para llevarla directamente a al ojiazul. Silenciosamente pidiéndole algo que sin duda estaba dispuesto a otorgarle: Comprensión.

─Use mi intelecto para hackear el sistema de calificaciones. Todas las respuestas, ya sean de los parciales o los finales, yo tenía toda esa información en la palma de mi mano─ Mikey miró su propia mano y la apretó en el aire, enfatizando así lo comentado─ Yo aproveché esa oportunidad y vendí las respuestas. Y no lo hice una sola vez, sino varias. Esparcí mis sucios métodos con otras personas ¿Suena a dinero fácil no? Así lo era. Estoy muy seguro que mis métodos todavía se utilizan y es por eso que Kazutora tiene un negocio tan estable ─Comentó levantándose para tratar de ocultar la mirada nuevamente.

Takemichi creyó que Mikey volvería a escapar así que trató de seguirlo hasta que el cenizo indicó con una señal que no lo haría, solo camino hasta la ventana, posando una de sus manos sobre ella.

─ Y todavía sigo haciéndolo, soy de lo peor, ¿Verdad?

Takemichi no podía creer lo que escuchaba. aquello no sonaba para nada como el Mikey que conocía. No podía ser verdad. Quería creer en Mikey pero el solo recordar el nerd que lo estafó y las palabras de Kazutora sobre el incremento de topos en la universidad confirmaban todo lo dicho. Entonces... aquella corrupción en la universidad, todo comenzó por... ¿Mikey?

─Y es verdad, me descubrieron. Bueno, no del todo─ Agregó Mikey regresando a su sitio frente a Takemichi─ Tras varias investigaciones los de rectoría no llegaron a nada, solo se concluyó que robé respuestas a un maestro distraído y alteré mis calificaciones. De todos modos, fue un gran escándalo, me expulsaron por completo de la facultad de ciencias. Si no fuera por las influencias de mis padres, también me habrían expulsado de la universidad, quien sabe.

─Pero no lo entiendo...─ Interrumpió Takemichi, recomponiéndose sobre la pequeña mesa y dejando a Mikey con ojos abiertos─ Si todo eso sucedió y... sin llegar a ofenderte, ¿Qué sigues haciendo aquí?

Encogiéndose de hombros Mikey miró a Takemichi─ Michi, ¿Sabes lo que llegué a descubrir que siempre he amado? ─ Takemichi negó, algo confundido ─ Adoro las matemáticas ─dijo acariciando la pasta de sus libros por encima. Se arrepentía de haberlos pateado─ Las adoro mucho, pero mi pasión siempre ha sido enseñar. Yo... enserio quisiera ser maestro.

No lo sabía, pero algo dentro de el podía notarlo, lo genuino que se notaba el tono de Mikey al decir su verdadera vocación. ¿Cómo no lo había notado? Las lecciones, su excesiva cantidad de libros sobre diversos temas, las frases de autores famosos que usaba, el cómo su rostro brillaba al sostener alegre su pequeño pizarrón y el hablar elocuente sobre todo lo que respecta números. Él era tan...

─ Aunque decidí continuar mis estudios en la facultad de letras, mis padres no volvieron a escribirme ni apoyarme de nuevo, ni moralmente... ni monetariamente ─Habló con tono lúgubre, eliminando aquella chispa de felicidad que entonaba hace unos momentos─ Y supongo que los entiendo. Después de todo, ¿Quién se sentiría orgulloso de alguien que abandono toda oportunidad de ser exitoso para convertirse en un simple maestro?

Aunque Mikey casi gimoteó con aquellas últimas palabras quiso sonreír aun si tenia la cara llena de disconformidad, aun así, sin ninguna lagrima asomándose. Sonreía como si no le importaba, sonreía de forma forzosa como siempre lo hacía.

─ Baji y los demás también dejaron de hablarme. Todo el mundo cree que yo abandone la carrera y eso es porque mis padres no soportarían la idea de que se sepa que estuve involucrado en algo que puede perjudicar su renombre. ─Mikey sonó irritado, ciertamente era una serie de emociones durante todo su relato─ Cuando aquello pasó, decidí no deprimirme. Aproveché la oportunidad y comencé a trabajar como tutor para pagarme por mí mismo la carrera. El resto de la historia... ya la conoces.

─ ¿Por qué? ─Gritó Takemichi, moderando su voz de inmediato─ Todavía estas a tiempo de dejarlo, hay otras opciones. Puedes trabajar a medio tiempo o quizá...

─No sabes nada ¿Verdad? ─Interrumpió Mikey sintiéndose ofendido─ Ya lo intenté todo. Trabajos a medio tiempo, turnos dobles de casi doce horas... Incluso si me esforzaba el doble no llegaba a pagar las mensualidades. Mi desempeño en clases era todavía más penoso.

Es verdad, no lo sabía. Aun así, todavía no podía aceptarlo por completo.

─ Yo enserio lo odio ─Habló bajito, casi en un susurro─ Odio que me besen y me toquen manos desconocidas, odio que me dejen marcas como si fuera un objeto...─ Inconscientemente, Mikey volvió a su hábito de cubrirse de más con la ropa, como lo hacía desde el primer día que se conocieron─ Odio que me obliguen a... ─No terminó de hablar por el asco que estaba sintiendo al recordar como su boca había sido utilizada por tantos hombres y mujeres. Reprimió una arcada y meneó la cabeza para olvidarlo ─ Enserio necesito el dinero Michi, aun si tengo que abandonar mi dignidad y convertirme en la puta de la universidad, lo haré. Quiero aferrarme a mis ideales, quisiera que tan solo una vez... todos entiendan que tener talento no signifique que tenga que encaminar mi vida en ello.

Takemichi rompió en un llanto silencioso, sintiéndose terrible por saber todo aquello. Por saber cómo Mikey era lastimado una y otra vez incluso en su presencia, en como proclamaba quererlo, pero no llegando a demostrarlo. En como Mikey se mantenía firme y el volvía a ser quien recibiera el amargo consuelo.

Aun si Mikey era el merecedor de caricias llenas de afecto, Takemichi no pudo hacer nada más que frotarse los ojos con lágrimas mientras su mayor se prendaba a su cuello en busca de un abrazo. Un abrazo que no supo corresponder por los miles de emociones que lo embargaban.

El de gafas sin perder la compostura se sintió melancólico por ello. Sentirse querido todavía no estaba en sus pensamientos. ─Pero aun si digo todo eso, Yo malgaste mi tiempo y ahora... el tiempo me malgasta a mí.



─ ¿Estas saliendo con alguien?

Takemichi chilló del susto y no regresó sus ojos a sus cuencas al notar a la persona que tenía al lado. Se supone que iba en camino a la biblioteca para buscar algunos libros que usaría para sus lecciones de matemáticas, ¿Libros en pleno siglo XXI? Si, sonaba irreal pero la ciencia y el mismo habían demostrado que era el mejor método que tenía para sentirse concentrado. El problema estaba en que debía cargar con una pila de ellos y su segundo problema es que no esperaba encontrarse justamente con esa persona en la fila de espera por los libros.

Rodó los ojos demostrando una clara incomodidad, pero no dejó de mirarlo en absoluto. Supo que tenía que enfrentar la situación.

─Hina, hola.

A medida que la respuesta a su pregunta se volvía mas y mas lejana, Hina dejó escapar un suspiro.

─Pregunté, ¿Estas saliendo con alguien?

La fila avanzaba, dio un paso hacia adelante.

¿Por qué preguntaba aquello? La situación ya era lo suficientemente incomoda como para afrontarla con un nuevo problema amoroso. Quería dejar esas cosas de lado, especialmente si se trataba de Hina. Ellos ya no eran salientes, ni siquiera amigos, ¿Qué buscaba?

─No...

Solo atinó a responder lo obvio. Aunque no podía verla directo a la cara al estar por delante pudo dejar de sentir sus ojos en la nuca, supuso que había suavizado su semblante.

La conocía lo suficiente como para saber que estaba esperando que el fuera quien continuara con la conversación, aun así, no lo hizo. No podía darle mas alas a la situación.

─No quiero que creas que pregunto aquello por lo recientes rumores que rondan la universidad─ Sabía que se estaba refiriendo a el y Mikey, pero no trató de aclararlo, ella sabía que el de gafas era su tutor así que poca explicación quedaba─ Solo que... te veo mucho más feliz.

Feliz no era en definitiva la palabra para describirlo, no cuando cargaba con tantos problemas y las recientes revelaciones de Mikey. Sobre ello, no habían vuelto a tocar el tema en esos dos días que pasaron. De todas formas, ¿Qué podía decirle? ¿Qué dejara su principal fuente de ingresos? Si fuera así, Mikey no podría estudiar. Y si no estudiaba, se iría. Odiaba con toda su alma no poder hacer nada mas al respecto y solo observar cómo Mikey sufría en silencio. Los celos eran un tema secundario, pero también estaban ahí.

─No se a que te refieres─ Respondió, avanzando otro paso en la fila.

Hina le siguió el paso.

─Me refiero, a mas feliz que cuando estábamos juntos─ Alegó en tono neutro─ Quizá no es feliz, feliz. Pero si tienes un brillo en los ojos, uno particular.

Takemichi suspiró y volteó levemente para mirar a la fémina a sus espaldas. Hina se encontraba viendo las portadas de los libros que se encontraban a un lado suyo cerca del mostrador. Volteó un segundo a verlo a los ojos y sonrió de forma melancólica.

─ ¿Cómo te va con las materias? Oí que es un poco duro últimamente.

─Si te refieres a matemáticas, bien─ Responde Takemichi imitando a Hina. Hay portadas de libros muy curiosas como: "211 cosas que un chico listo debe saber " o "¿Porque los hombres se duermen después de darse un revolcón?" Curiosamente, ambos títulos le recuerdan a Mikey. ─Si te refieres a las demás materias, supongo que de igual manera bien─ Wao, escuchar de si mismo decir que va bien en todas las materias suena irrealista. De todas maneras, lo hace sentir orgulloso─ Solo un poco atrasado en mi proyecto con Chifuyu, ya sabes...

─Es un idiota ─Dicen ambos a la par.

Se miran un momento y se ríen suavemente a la par.

─Mis compañeras atraparon a tu amigo empapelando la fraternidad, fue todo un lio y también me regañaron a mi─ Takemichi musitó un "¿Enserio?" y Hina asintió pasivamente, sin despegar sus ojos de "Tu también eres un idiota", otra portada de libro muy curiosa del mostrador─ Si, cada vez que se acerca a la cafetería lo buscan para darle una golpiza. Tranquilo, yo no estoy involucrada, pero tampoco pienso detenerlas─ rio bajito.

Takemichi asintió. Así que por esa razón comían su almuerzo al otro lado del campus, lo sospechaba desde que probó el puré de papas y supo que no era la gran cosa.

─Le dije que no lo hiciera.

─Está bien, también me lo merecía.

Oh no, volvían al tema del rompimiento, no le gustaba la idea. Avanzó un sitio mas en la fila y al fin obtuvo su permiso para reclamar los libros que buscaba. Al tomarlos entre sus brazos hizo el ademan de retirarse, pero Hina le hizo una señal para que no lo hiciera, que la esperara. Fue cordial y le hizo caso, pero se sintió nervioso de saber lo que todavía tenía que decirle.

En el peor de los casos esta vez si le daba una golpiza por "romper", no esperaba menos.

─Lo siento por hacerte esperar─ Comentó Hina al darle el alcance junto a unos libreros un tanto vacíos de gente. Se mantuvo en silencio durante un rato, pero Takemichi parpadeó al entender que ese "Lo siento por hacerte esperar" había sido en un doble sentido.

─Lo siento por la forma en que actué la ultima vez que nos vimos─ comentó con la cabeza agachada─ Es solo que, me sentí acorralada. Y no es que este buscando dar excusas, solo quiero disculparme. Después de todo, antes de ser una "pareja" yo te consideré mi amigo─ Takemichi se mostró serio a todo el asunto, pero se mordió la mejilla para reprimir cualquier tipo de mueca. Él se sentía de la misma manera, se supone que ella era su mejor amiga desde la secundaria, romper ese lazo de la noche a la mañana todavía podía con él.

─Acepto las disculpas─ tras un rato, dijo─ Pero no creo que volvamos a relacionarnos como antes. No me malentiendas, pero, yo ya no soy el mismo de antes, hnm. Solo que...

─...Tienes a alguien más─ Terminó Hina por él.

Takemichi dudo por un momento antes de asentir.

─No te preocupes─ Murmuró tomando sus libros por encima, aspirando una gran cantidad de aire y soltándola suavemente─ Hoy es el festival universitario así que ya debería irme, todos estarán ahí, ¿Tu no?─ Takemichi negó silenciosamente─ Siempre haz odiado las fiestas, lo suponía. Bueno, con saber que estas bien me siento aliviada. 

─Igualmente─ anunció, brindándole también una sonrisa de lado, pero sin dejar de sentirse tenso al respecto─ Espero que te vaya bien en tu nueva relación.

Hina parpadeó y avanzó hacia la salida sin darse vuelta hasta hablar─ ¿Relación?

No quería recordarse a sí mismo aquello, pero lo hizo de todos modos, murmuró─ El chico que tus amigas dijeron que...

─Yo nunca te engañe Takemichi─ Interrumpió, dejando al ojiazul un poco confundido. Hina bajo la mirada y sonrió una ultima vez de forma melancólica─ Se que siempre te ha costado mucho tomar decisiones por tu cuenta, siempre lo supe. Y fui una tonta por haberme aprovechado de ti por ello. Pero quiero que sepas que yo tampoco fui perfecta. Fingir frente a los demás ser alguien que no soy, mentir constantemente, eso sí es caer bajo. Aquello me hizo perder a quien realmente quería.

Takemichi apretó los ojos ─Quizá malentendí las cosas.

Hina movió la cabeza negando─ No, yo tarde en darme cuenta que no ame realmente para comprenderlas a tiempo.

La fémina tomó sus libros y dejó la biblioteca, pero Takemichi también pudo entender cuan heridos habían estado para recién darse cuenta de ello. Antes de amar a otros, primero tenían que amarse a si mismos.




Takemichi suelta un largo suspiro mientras da pasos cortos. Su mochila pesa lo suficiente para entorpecer su caminar y por si no fuera poco su atención también se encuentra un poco fuera de orbita. Aquella conversación con Hina le habia dejado un sabor de boca extraño por una serie de incognitas que se empezaron a aglomerar desde que dejo la biblioteca. Y no era para menos, pues resulta y acontece, Hina no lo había engañado como supuso.

No debería afectarle demasiado el pensamiento, de hecho, no lo haría. Aquella revelación no quitaba la serie de cosas que todavía lo lastimaron durante el periodo que fueron casi novios. Pero, ahí estaban las disculpas. Aunque su noviazgo estuviera muerto y su amistad fuera olvidada, aquellos recuerdos que compartieron en la secundaria al parecer persistían y eso logro animarlo un poco. Al fin y al cabo, era la mejor manera de terminar las cosas y agradecía mucho aquella corta conversación.

Quería pensar que ya nada podía desanimarlo hoy, pero tomando en cuenta su mala suerte, había llegado más temprano de lo normal donde Mikey.

No le gustaba la idea, porque significaba esperar y ver como otro chico (o chica) salía de la habitación de Mikey completamente realizado. Lo odiaba. Pero odiaba más el hecho de no ver la cara del ultrajador y que se fuera impune. Subió por el ascensor con normalidad mostrando su mirada mas desagrable por si llegaba a toparse con alguien, lo cual era casi imposible, todos estaban en el festival universitario. Pero, al voltear por el pasillo, Takemichi se quedó estático al escuchar el sonido de algo romperse.

Había sonado como... ¿Lápices?

Tuvo un mal presentimiento.

Dio unos pasos mas y aquel mal presentimiento se convirtió en una preocupación latente. Se escuchaban ruidos de forcejeo y, aunque quiso pensar que tal vez lo estaba imaginando, aquellos sonidos venían desde la habitación de Mikey.

Sonidos de risa y levemente... la voz asustada de Mikey.

No le importaba si volvía a quedar como un idiota otra vez, soltó su mochila y tomó la perilla para abrir la puerta, pero esta no cedía, estaba atracada con seguro. Sus nervios aumentaron al escuchar quejidos y una voz que reconocía levemente gritar: ¡Esta ocupado, largo!

─ ¡Habrá la puerta! ─Gritó forcejeando la perilla─ ¡Mikey!

Nadie le hizo caso y en su desesperación e impotencia, Takemichi apretó los ojos al tener que tomar acciones precipitadas. Tomo su mochila llena de libros y corrió hasta el final del pasillo, dudo un milisegundo entre si hacerlo o no, pero tomó valor y se cubrió el rostro antes de estampar el peso de su mochila contra el vidrio del gabinete contra incendios. Debido al fuerte impacto este se rompió el miles de pedazos y los vidrios cayeron regados por todo el suelo. Dejando aquel susto inicial de lado, Takemichi tomó el hacha del gabinete y la estampo contra la cerradura de la puerta de Mikey. Tuvo que darle al menos tres hachazos mas para que esta cediera y pudiera entrar al lugar de los hechos de una buena vez por todas.

Takemichi se estremeció de horror.

De inmediato su rostro se colmó de ira pura al observar como Mikey había perdido sus gafas y denotaba rasguños en su cara y cuerpo, además de tener la mayor parte de su ropa fuera de su lugar, mostrando su pecho y el inicio de su pelvis. Se encontraba apresado claramente en contra de su voluntad, entre su cama y el cuerpo de un hombre que no conocía pero que recordaba haber visto vagamente.

Era aquel... El chico que salió de la habitación de cenizo la segunda vez que fue a verlo, aquel larguirucho de la risa pretenciosa y ojos afilados. Aquel que no le importaba seguir ocultando su aspecto con una capucha y que a pesar de su presencia seguía situado sobre Mikey buscando quitarle el resto de sus prendas entre risas.

─Sueltame Hanma. ─Chilló Mikey.

─ ¡Esto es lo que hagas por estarme ignorando las ultimas semanas! ¡Esto es lo que ganas por ser un hijo de perra!

No le dio tiempo de pensar en las consecuencias, sin detenerse para seguir asimilando lo que pasaba, ni un segundo más. Takemichi enrojecido y tras apretar fuertemente sus dientes con violencia, se impulsó hacia adelante con dedos temblorosos y tiró de la parte de atrás de la sudadera del abusivo, usando toda su fuerza para mandarlo al suelo. A pesar del intento, solo logró alejarlo lo suficiente para hacerle perder el equilibrio sin llegar a caer, pero el ojiazul aprovechó ese hecho para atinarle un golpe directo en la cara hasta sacudirlo contra una de las paredes.

El no era tonto, sabia exactamente lo que estaba sucediendo. Y si no hubiera llegado antes, ese hombre... Ese hombre habría obligado a Mikey a...

Definitivamente se habría aprovechado de él.

No le dio tiempo de seguir asimilando sus pensamientos, Hanma hizo que sus dedos crujieran contra la palma de su mano, sin retirar para nada su amplia sonrisa macabra. Bien, era claro que aquel golpe no había sido ni lo suficientemente fuerte como para noquearlo ni para herirlo, por el contrario, se veía en perfecto estado. Y Aquella seguridad solo consiguió que Takemichi palideciera con ojos en blanco haciendo que su cuerpo respondiera a la presión, tensando los puños por mero instinto.

Trató de mantener la expresión mas relajada posible en su rostro, empezando a asimilar la situación que tenia delante. Hanma era gigante y por su irritante carcajada de lado, se veía que tenía toda la intensión de darle la golpiza de su vida.

Solo pudo desviar su mirada hacia Mikey durante unos leves segundos antes de ser golpeado de en las costillas, notando como su mayor todavía seguía sentado sobre su cama aun inmóvil, luchando por recuperar la respiración y con una mirada indescriptible en sus ojos.

Takemichi ahogo un gruñido y se recompuso de inmediato asestándole un par de golpes más a Hanma pero, para su desgracia, este logró cubrirse de ellos ante la notable diferencia de fuerzas, riendo y burlándose para sí mismo.

¿Es enserio? ─Preguntó con descaro refiriéndose a su miserable golpe─ ¿Acaso estabas buscando volverte el héroe? ─ Takemichi presionó sus nudillos cuando el más alto le asestó dos golpes de lleno en la cara, haciéndolo sangrar y sentir notable miedo─ Escucha atentamente mierdecilla─ Dijo antes de tomar del cuello al ojiazul y estamparlo contra el muro de una manera dolorosa, logrando hacerle perder el aliento─ Esta es mi putita ¿Sí? Y su papi va a follarlo hoy como tanto ha venido deseando. Así que, largo de aquí y búscate la tuya en otro lado porque si no, te reviento contra el suelo, ¿De acuerdo?

Al no haber un asentimiento de inmediato Hanma enfureció y con venas en su frente apretó mas fuerte el cuello de Takemichi haciéndolo sisear de dolor y provocándole arcadas. Takemichi no reprimió en ningún momento su mirada de odio y desprecio, pataleando para zafarse del agarre aun si estuviera casi en el aire.

Una de sus manos descendió y con las pocas fuerzas que le quedaban por la latente falta de aire, Takemichi golpeó la quijada de Hanma y usó sus piernas para patear en su abdomen con el fin de alejarlo y quedar libre. Al hacerlo, casi cayo de rodillas por la presión y lo adolorido de su cuerpo, además, aquello que salía por su boca era... ¿Sangre?

El tipo enserio estaba loco, ¿En serio iba a ser capaz de matarlo? Aquel pensamiento no enflaqueció su determinación, solo podía pensar en Mikey todavía a merced de ese mismo tipo, un abusador. Con ese pensamiento en mente tragó duro a pesar del dolor y trató de seguir con la inminente pelea.

Al recibir más golpes de los que podía aguantar se sostuvo contra la pared y apretó la figura de sus costillas. Dolía. Dolía demasiado. Tuvo que morderse los labios para reprimir las inminentes lagrimas que se formaban a los costados de sus ojos. Hanma se veía un poco lastimado de igual manera, pero totalmente firme a comparación del ojiazul.

Cualquier pensaría que era el fin. No tenía otra opción más que rendirse o caso contrario caer desmayado por lo herido que ya se encontraba, pero no podía elegir ninguna de esas opciones, no cuando elegirlas significaban dejar ir a Mikey. Provocarle otra mancha más en su vida por la cual arrepentirse, no quería volver a ver el vacío en sus ojos.

Hanma chasqueó los labios, mirando a Takemichi de manera burla e indiferente. Esto no tenía caso. Llevo ambas manos a sus bolsillos y soltando nuevamente una sonrisa descarada sacó una pequeña navaja y la apuntó hacia el menor, provocando que se quedara estático en el acto.

─Que mal─ Aclaró su garganta, apuntando el arma punzante con descaro y logrando hacer retroceder a Takemichi─ Solo vine a pasar el rato. Mira, es lo que todos hacen con esta puta, solo pasar el rato. Solo que yo...Hnm, busco exclusividad, ¿Si me entiendes? ─Sus ojos ladinos desconcertaron a Takemichi haciéndolo palidecer.

Pero estaba equivocado si creía que tenia ese derecho sobre Mikey, todo el mundo estaba equivocado si pensaban de la misma manera.

─No, no te entiendo─ Fue lo primero que atinó a decir, tratando de mantenerse en pie con la con la poca fuerza que aún le quedaba, pero con la mirada siempre firme. Hanma quedó confuso y solo acercó el filo de la cuchilla al cuello del menor, buscando intimidarlo, pero no lo logró. En cambio, escucho una leve risa nasal─ Si tu ni nadie puede comprender lo que realmente Mikey vale como persona, entonces eres una mierda, ninguno de ustedes imbéciles esta lo suficientemente a su altura. Solo son basuras que vienen por "lecciones" y salen sin siquiera saber como desarrollar un trinomio cuadrado perfecto─ Soltó tratando de no tambalearse en el intento, de todas formas, se sintió genial decirlo─ ¡Y coño!, lo repito, ¡Son basuras!

Las venas en el rostro de Hanma como en sus puños se acentuaron más, lo supo cuando la navaja en su cuello hizo la presión suficiente como para hacerlo sangrar.

Al menos no se había callado, había dicho todo lo que pensaba. Lástima que no las dijo en la mejor de las situaciones. Apretó los ojos por el miedo de saber lo que venía y se maldijo a si mismo por no haber tenido la fuerza ni para lograr defenderse por completo.

Espero, pero el estallido de dolor no llegó a suceder. Pues, un sonido sordo se hizo presente casi de inmediato y no tardó en abrir de vuelta los ojos, ahora cubierto de pequeñas lagrimas secas, solo para encontrarse a sí mismo libre del agarre de Hanma y ver a este... ¿Desmayado en el suelo?

Observó todo con la misma palidez de antes y notó entonces como su salvador se encontraba parado justo delante de él, dándole una mirada escéptica. Por la pierna levemente levantada y la posición de su cuerpo comprendió que Mikey le había dado a Hanma una fuerte patada que reventó contra su cabeza, dejándolo noqueado por completo.

Intentando sujetarse a si mismo, Takemichi apretó los labios y trató de empezar un dialogo, pero Mikey suspiró para interrumpirlo y rebajar aquel asunto con sus palabras.

─Vale, estoy avergonzado, seguro lo has pillado─ Habló el cenizo retrayendo la mirada sin dejar de ser serio. No lo había notado, pero Mikey acomodó su ropa y se colocó nuevamente las gafas, todavía manteniendo su cabello despeinado, parecía actuar con si su actitud de hace unos minutos hubiera sido solo una fantasía─ Puedes irte, yo me ocupo.

─ ¿¡Estas loco!? ─Gimoteó Takemichi, siseando aun por el dolor de costillas─ Ese tipo casi me mata. Y a ti...

─Entonces ve a la enfermería─ Masculló más demandante, alejándose para rebuscar en sus cajones algo para contener al idiota desmayado si despertaba.

Takemichi dejó caer los hombros y frunció el ceño por sentirse apartado. No dijo nada, pero se mantuvo en pie, esperando en algún momento recibir explicaciones.

Aquello claramente enfureció a Mikey, obligándolo a dejar de lado lo que estaba haciendo para voltearse y encarar al ojiazul. ─ ¿Por qué viniste? ─Aquella pregunta sonó más como una queja de su parte, así que no respondió tampoco─ ¡Te recuerdo que yo también soy un hombre! No soy débil, puedo defenderme por mí mismo y no necesito que vengas a partirte de puños cuando claramente no eres capaz de hacerlo─ comentó empujando el dedo índice sobre el pecho de Takemichi repetidas veces, aunque sin llegar a lastimarlo. Sabía que el menor apenas podía mantenerse en pie en este momento. Aun así... ─ ¡Por una mierda! No quiero volver a verte hacer cosas tan estúpidas como encarar una pelea que no puedes ganar. ¡No eres un héroe!, esto no es una cuenta de hadas. Así que no me trates como una damisela en apuros ¿¡Quieres!? Yo tenía todo, todo...Tenia todo bajo...Control.

Aquellos golpeteos con su dedo se transformaron en débiles puños que tampoco le causaban dolor, pero lo si llegó a herirlo fue ver como las ultimas palabras de Mikey perdían toda convicción y la seguridad que quería aparentar tener se desvanecía. Sus palabras se volvieron un susurro y un pequeño gemido lastimero llego a sus oídos. Por impulso, Takemichi se acercó mas a Mikey y lo estrechó entre sus brazos, permitiéndole al de gafas hacerse mas pequeño y no aguantando más el temor que tenía contenido para sí mismo.

 soltando finalmente, lágrimas y sollozos.

Todavía no podía creerlo. Todavía ponía sentir el miedo recorrer por completo su cuerpo al recordar como aquel hombre lo tenia completamente sometido. En ese instante no podía pensar en nada y sus brazos y piernas se sintieron adormecidos, abandonándole incluso la fuerza. Sabia que algo como eso podía pasar tarde o temprano, no todos se iban a conformar con un acuerdo en donde llegar hasta el final estaba prohibido. Pero el confiaba en que podía llegar a defenderse si ocurría.

Pero pensar y actuar eran cosas muy diferentes.

─Eso fue peligroso─ Takemichi habló, sobando la espalda de Mikey para hacerle sentir mejor. Pero más que nada, para buscar hacerle recapacitar de que esto no era lo que merecía. Ya lo había dicho, pero tenía que recordárselo─ Mikey, tu vales más que esto, mucho más─ repitió.

Mikey quiso defender su herido ego con algún comentario jocoso, pero no podía dejar de soltar lagrimas lastimeras y de soltar espasmos por el miedo que sintió. Apretó mas la chaqueta de Takemichi y aspiró su olor, un olor familiar y tan cálido. Volvió a repetir aquella acción un par de veces más para eliminar todo rastro de la esencia de Hanma de su cuerpo. Sabía que era imposible, no cuando el recuerdo de sus manos había quedado gravado en lo recóndito de si mismo. Volvió a mostrarse dócil, aun así, esta vez no se sintió mal por ser dócil ante Takemichi.

─Michi, el quiso... abusar de mí.

─Lo sé, pero en esta situación, no tienes que sentirte mal por nada, no lo logró y ten presente que nunca más ocurrirá, ¡No lo permitiré!─ Consoló, notando como el cenizo se relajaba contra su cuerpo lastimado─ Aun si tengo que lanzarme a golpes, lo haré.

─Eres pésimo peleando─ dijo soltando una corta risa fingida─ Enserio, estuvo apunto de matarte. Y manchaste el piso con tu sangre. Dolerá limpiarla.

─Lo siento.

A medida que su respiración se regulaba y el ambiente se volvía más apacible, Takemichi se sentía cada vez mas a desfallecer. De igual forma, no se arrepentía de nada. Era verdad los sentimientos que expresaba con palabras.

—Mikey ─Comentó, llamando la atención del mayor─ Si algún día quieres llorar, llámame. No prometo hacerte reír, pero prometo llorar contigo. Por si algún día quieres huir de todo esto, llámame. No prometo detenerte, pero podemos escapar juntos. Y si algún día quieres estar en silencio, llámame, podemos estar en silencio juntos, con música de Glibi de fondo. Pero si un día me llamas y no contesto, ven corriendo hacia mí, porque seguro te necesito.

─Michi...

─No puedo obligarte a cambiar tus decisiones, porque, aunque no lo creas, tus palabras si quedan gravadas en mi corazón. Y como tus dices, cualquiera puede dominar un sufrimiento, excepto quien lo siente─ Tomando las manos de Mikey, Takemichi la junta y las lleva hasta sus labios para besarle los nudillos suavemente, queriendo regresar su gratitud─ Prometo defenderte de quien sea que te lastime, porque te quiero. Y te quiero no por lo que dicen que eres, sino por quien soy cuando estoy contigo.

Y ahí esta lo que buscaba, aquella mirada tímida en los labios de su mayor.

─¿Recuerdas cuando te dije que me enseñaras lo que era el amor verdadero?─ Pregunta Mikey viendo a Takemichi asentir avergonzado─ Resulta que tengo al mejor tutor del mundo.





Takemichi no podía creer que aun con todo lo que acababa de sucederle recientemente y con la serie de acontecimientos que había enfrentado durante el pasar de los meses, siguiera sintiendo un revoloteo en su estómago. Un sentimiento me miedo adherido a su cuerpo sin más, pero entremezclado con la angustia del momento y la alegría de sentir que ciertamente, tenía el conocimiento promedio en lo que respecta matemáticas. Una combinación que no había sentido antes.

Aunque lo describiera así, no era parecido al miedo que sentía al ver una película de terror o la angustia experimentada al perderse de niño en un centro comercial, tampoco como la alegría de haber ganado la lotería. De todas formas, es un miedo de estar compitiendo contra todo el mundo, de querer ser mejor que los demás, de querer resaltar, aunque sea una vez en su vida. Tiene miedo de caer, de hacer el ridículo y aun con todo eso, queriendo ir y hacerlo.

─ ¿Siempre te pones así antes de un examen? ─Mikey habló refiriéndose al ojiazul junto a él─ Tranquilo, todo irá bien. Si quieres que diga algo que sirva como motivación pues, al menos se que no vas a reprobar, ten eso seguro.

Le daba un poco de seguridad que Mikey, aun con sus típicas y rudas palabras, lo estuviera acompañando durante la espera para rendir el examen final. De todas maneras, se sentía un poco mal por el hecho de que lo acompañara aun teniendo aquella situación de terror tan fresca y reciente.

Despues de noquear a Hanma y dejarlo desmayado afuera de los pasillos, Takemichi le permitió a Mikey quedarse en su dormitorio hasta que las cosas se calmaran. No iba a permitirse de todos modos dejar por si solo al de gafas con el miedo latente de que ese abusador regresara.

Tampoco quiso permitir que el imbécil siguiera libre, pero, así lo hicieron.

Mikey lo convenció de no reportar lo ocurrido para no tener mas problemas en su contra. Después de todo, si hacían el reporte no podrían haber explicado porque Hanma estaba en su habitación o que era lo que hacia normalmente en ese lugar. Con el coraje acumulado, el caso fue olvidado. Por precaución, Mikey se vistió con ropa mucho más holgada que de costumbre y una sudadera para cubrir su cabello. No solo por el tema de su abusador, todavía seguía vetado de la facultad de ciencias así que tuvo que ocultarse para evitar ganarse más problemas de lo que ya cargaba.

Evitó pensar en cómo estaban quebrantando la ley universitaria para enfocarse en el entorno. El día estaba particularmente soleado mientras esperaban en los jardines del pabellón principal, aun si estaba repleto de gente, no perdía el encanto.

─Joder ─Suspiró Takemichi─ Enserio necesito un cigarrillo y no estoy bromeando. Todavía me duele─ El menor señalo su mejilla algo enrojecida y entrecerró los ojos para hacer énfasis de su molestia.

Aquella mañana, mientras Takemichi esperaba que Mikey perfeccionara su atuendo de incognito, no soporto la angustia y decidió fumar un cigarrillo para calmar su ansiedad. Pero apenas este fue prendido y llevado hasta sus labios, Mikey salió furioso de su dormitorio y le dio una bofetada. Y por si no fuera poco, tomó su cajetilla completa y la lanzó por su balcón.

─ Igualmente no es mi culpa, te dije que no mas cigarrillos. Y si los tiré fue porque yo─ El cenizo mordió su lengua para no exasperarse y negó suspirando─ Solo lo hice porque yo también voy dejarlos, estamos juntos en esto, ¿Conforme?

Mikey habló tratando de ser firme, notando como el menor se le quedaba viendo con la boca abierta.

─Oh diablos, no me mires así.

Takemichi guardó silencio y sonrió de lado, enfocando su mirada en la gran cantidad de alumnos que se encontraban a las afueras del auditorio principal, todos esperando el llamado para dar comienzo el examen. Desvió la mirada un segundo a su acompañante, concentrándose en él.

─ ¿Por qué cortaste tu frase de repente?

─Por nada.

─ ¿Acaso volviste a hacer algo indebido?

─No, Michi.

El teñido lo observó suspicaz ante sus palabras, mirando el rostro sereno de Mikey mientras seguía engulléndose su Taiyaki sin llamar mucho la atención.

─ Los cigarrillos. Los recogiste y los llevaste a casa ¿Verdad?

─Tal vez.

Takemichi expulsó el aire por su boca en su suspiro amigable y dejó caer su cabeza hacia adelante─ Ambos somos adictos ¿Cierto? ─El ojiazul declaró haciendo parpadear aturdido al mayor, haciéndolo reír de forma penosa.

─Oh... parece que si─ Mikey dejó de reír para observar su mano, usándola para apretar cariñosamente el hombro ajeno en consuelo─ Tranquilo, solo es cuestión de reemplazar vicio con vicio.

Takemichi rodó sus ojos volviendo su vista al frente─ ¿Qué propones? ¿Acaso debería usar drogas? Digo, ya las he probado y no es divertido.

─ No, no llegaría tan lejos─ Suspiró divertido, dando otro mordisco a su postre, enfatizando bajo la atenta mirada de su menor el movimiento de sus labios─ ¿Qué dices de los besos? Según la ciencia, son el vicio de los amantes.

El rubio teñido abrió la boca, pero nada salió, ¿Qué tenía que decir sobre aquello? No lo sabía y nuevamente estaba terriblemente nervioso, pero ahora por un motivo diferente.

─No juegues conmigo─ Takemichi murmuró, recibiendo un empujón al nivel de su cadera que lo hizo tambalear.

─No, no lo hago─ Mikey asintió, consiguiendo que el menor frunciera los labios retraídos─ Nunca lo he hecho.

Takemichi levantó su cabeza por última vez hacia su tutor solo para notar como algunas hebras rebeldes sobresalían por los costados de la capucha que usaba. Cualquier cosa que usara hacía lucir a Mikey jodidamente bonito y a Takemichi se le cortó el aire por siempre haber resaltado ese detalle en su persona.

Quiso decir algo al respecto, pero una gran campanada se escuchó de fondo provocando un movimiento masivo de estudiantes que empezaron a ingresar a sus respectivos auditorios para dar comienzo a la última evaluación.

Aunque fuera durante unos cortos minutos, aquella conversación banal le había ayudado a olvidar gran parte de su nerviosismo, agradeció internamente a Mikey por incluso ayudarlo en los últimos minutos de toda su travesía, había sido un tutor espectacular y un "amigo" incomparable.

Pero el momento decisivo había llegado.

Se preparó, limpiando el polvo inexistente en sus jeans y acomodo su camisa abierta por el nerviosismo que comenzaba a llegar nuevamente. Mikey por su lado acercó uno de sus tenis y dio patadas suaves en su tobillo indicándole que entrara, repitió también el gesto con su cabeza al tener la boca llena con dulce evitándole emitir palabras.

Takemichi asintió, reincorporándose ─ ¿Vendrás también cuando salgan los resultados?

─ ¿Quieres verme aquí? ─Preguntó sereno, volviendo a tomar el postre en sus manos.

─ ¡Por supuesto! Quiero que recuerdes que no solo eres mi tutor, así que lo normal es que nos sigamos viendo incluso si no estudiamos juntos, ten eso claro, es lo que hacen las personas como...─ Amigos. Estuvo a punto de decir lo último, pero no se sintió adecuado, sonaba insuficiente para lo que eran.

─Entiendo, entiendo─ Afirmó, ayudando a Takemichi a no terminar su frase. Tampoco se sentía seguro de que eran el uno para el otro. Y por lo visto, aquello se quedaría en el limbo un tiempo─ Es hora de irte, no te desearé suerte, porque no la necesitas.

Mikey lo miró entre orgulloso y melancólico, antes de palmear su hombro y encaminarlo a tomar su camino. Takemichi agradeció una ultima vez, asintiendo y mirando al frente, listo.

─Ya me voy.

─De acuerdo.

─Bien.

─Bien.

Aquella despedida culminó con Take volteando la mirada una ultima vez y dando unos pasos hacia adelante, sintiendo que algo mas faltaba antes de poder continuar con su camino. Y entre una lucha interna consigo mismo y varias emociones revoloteando en su estomago tomó su ultimo bocado de dignidad para enfrentar a ese chico que comenzaba a irse hacia el lado contrario.

─ ¡Manjirou! ─grito dando vuelta sobre si y atrayendo las miradas ajenas de los que todavía no entraban por completo al auditorio. Mikey incluido, quedando con ojos confundidos y atónitos por el llamado a su persona ─ Quiero que sepas algo... Y es que tu... ¡Tú eres mi única motivación! Eres lo que me incentiva a seguir adelante, quien me da seguridad y me provoca felicidad. Y esta vez, por primera vez en mi vida, siento que es verdadero.

Sabia que en algún momento debía decirlo y que dicho momento no era completamente el indicado justo ahora pero no podía callarse, no cuando tenia los sentimientos a flor de punta y se sentía tan seguro y libre de expresarlos.

No era el mejor para decirlo con palabras, pero quería que Mikey lo sintiera, lo mucho que significa y valía, no solo para él, sino como persona. Tenía que hacerle saber a ese pequeño rubio cenizo lo que significaba ser amado verdaderamente.

─Michi... tu...

─ ¡Si quedo en el top 10 de matemáticas quiero que salgas conmigo! ¡Quiero que seas mi novio!

Estaba lleno de convicción y con las manos sudorosas. No podía creer lo que estaba haciendo, estaba por ser la burla de todos al menos un mes entero. Pero no importaba, nada importaba, estaba completamente enamorado. Y Le gustaba estar realmente enamorado.

Enamorado de Manjirou Sano.

Mikey no estaba muy diferente que digamos, se quedó estupefacto y prueba de ello es como casi deja caer su taiyaki al suelo por la impresión. En un primer momento, suelta una risa débil creyendo que es una broma, aunque al ver la determinación y sonrojo en la cara de su estudiante puede notar que no está jugando en absoluto.

Ante ello, el rubio se sonroja fuertemente y algunas personas de su alrededor empiezan a murmurar cosas al respecto. Pero a diferencia de otras veces, esta vez no puede escuchar nada, sus palabras no resuenan en su cabeza. Y eso es provocado por el fuerte latir de su corazón queriendo salirse de su pecho al encontrarse de pronto totalmente embelesado por el rubio de ojos azules que tiene en frente.

No tiene nada que decir y tampoco cree que sea necesario decir algo más, no cuando puede demostrarlo con acciones. Así que en un impulso y dejando ir de esa manera todos sus miedos, toma por primera vez el borde de sus gafas y las retirar del puente de su nariz, dejando caer hacia atrás su cabello resplandeciente por fuera de la capucha, provocando las miradas un poco atónitas de todos los presentes.

Por primera vez en un año volvía a dejar sus bonitos ojos en público. No sintiendo más miedo, ni ataduras. Porque el brillo en su oscura mirada no es para nadie más que Takemichi.

El más bajo asintió con una muy pequeña y tímida sonrisa a las palabras del menor, dejándolo satisfecho.

Takemichi se retira y de igual manera, sonríe.









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Próxima actualización: 03/05/2023

Se supone que era un capitulo corto y ya son 7500 palabras. Espero que les haya gustado este capitulo, tuve que sacrificar horas de sueño para terminarlo debido a lo ocupada que me tiene la universidad. El resultado, simplemente me encantó. 

Si tienen suposiciones del capitulo final, escribirlas aquí. Toda la historia ya la tenia escrita, pero el final tiene dos rutas distintas. Todavía no decido cual escribir.

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