・02 ⎢ Trigonometría
Absorto en sus pensamientos, pensó en algebras.
Las clases del día de hoy habían sido un poco demasiado largas, el sol tenía un resplandor un poco demasiado fuerte y tenía el humor solo un poco... demasiado bajo.
Tumbado de espaldas sobre su cama, tomó su teléfono y contemplo aquellos diez mensajes todavía acumulados en su bandeja de entrada, recordatorios, mejor dicho. Todos sus días de esa semana estaba marcado por siete días de estudio adicionales en clases suplementarias obligatorias. Suspiró agobiado. Y tres entregas más de sus otras materias. Muy fatal.
Se estiró y de mala gana se puso a jugar con el dobladillo de las persianas de su ventana, a pesar de estar cerrada dejaba pasar un hilillo de luz que resultaba molesto, especialmente en las mañanas. Su teléfono sonó, esta vez no siendo uno de sus recordatorios, y un mensaje de Chifuyu se visualizó en la pantalla bloqueada.
"Hakkai explotó el laboratorio"
─¿Qué quieres decir con ello? ─ Dijo para sí mismo, luego lo escribió.
"Nada realmente, ¿Qué tal las lecciones ayer?"
No hubo respuesta de su parte. Definitivamente no quería pensar mucho en ello, todavía le resultaba vergonzoso de recordar.
・
─¿Por qué todavía no has intentando nada conmigo?─ Dijo casualmente Mikey mientras movía su pelo a un lado. Su mirada era inexpresiva, todo lo contrario a momentos antes.
Takemicchi esperaba que continuara hablando, pero parecía haber terminado.
─¿Qué quieres decir?─ Tartamudeó, dejando el lápiz recostado sobre sus apuntes.
─Exactamente lo que dije, ¿Por qué no has intentado nada conmigo aún?─ Repitió, encogiendo sus hombros. Esta vez recostó la mitad de su torso sobre la mesa y se rodeó con sus propios brazos, ocultando su mirar.
─No sé qué quieres que diga, Mikey─ Murmuró para sí mismo. ¿Qué pasa? Su actuar es arrogante. Aclarando su garganta, Takemichi apuntó a decir lo primero que se le ocurrió─ Yo... ¿te gusto?
─Claro que no, idiota─ Aclaró de inmediato, frunciendo el ceño un poco fastidiado por tener que llevar las riendas del asunto─ El que gusta de mí, eres tú.
Las mejillas de Takemichi se tiñeron de rojo y sudo frío. ¿Que tonterías estaba soltando? Eso no era verdad, pero la situación no lo ayudaba a tranquilizarse, más aún cuando sus expresiones faciales generaban un asentimiento en Mikey, haciéndolo suponer que su afirmación era correcta.
─Tus amigos se burlarán de ti cuando sepan que te echaste para atrás...─ Dijo el mayor de los dos, volviendo a levantarse debido a la incomodidad y regresando a su posición anterior sobre la manta caída, ahora juntando sus piernas contra su pecho. Indirectamente, en una posición de resguarde─ Además, estas gastando tu dinero en vano. Quiero que sepas que no te lo voy a regresar, tuviste tu oportunidad.─ Agregó.
─¿Oportunidad? ¿De... qué?
No estaba entendiendo nada. Hace solo unos momentos Mikey era la persona más clara y concisa que había conocido, pero ahora era todo lo contrario, volvía a su aura misteriosa y juzgadora.
Solo comprendía una verdad a medias. El chico se le había estado insinuando para que él lo... ¿Para que él le hiciera algo? ¿Qué exactamente?
Sus mejillas todavía seguían teñidas y no comprendía como salir de esta incómoda situación, pero tenía que decir algo, al menos para dejarle las cosas en claro. Mikey podía ser todo lo atractivo que quisiera y ciertamente... era su tipo, pero, ¿Debería decirle que tenía novia? Claro, una novia a medias. Aunque su relación con Hina todavía no estuviera totalmente definida, todavía era un compromiso. No podía serle infiel.
─Lo siento, yo... ¡Te veo en Química!─ Grandioso Takemichi, la excusa con más sentido. De igual manera era una invitación para salir de ahí y estar solo antes de hacer algo de lo que se arrepintiera.
─¿Química?─ Replicó confundido Mikey.
Bajo la atenta mirada del mayor, el ojiazul tomó los apuntes y recogió sus cosas. Apenas logró maniobrar para evitar si quiera un pequeño contacto con el rubio en cuestión, atravesó la habitación y de un fuerte portazo salió por los pasillos, dando fuertes bocanadas de aire.
Un chico guapo se le insinuó.
─Esto es lo que llaman, ¿Vida universitaria?
No le gustaba sentirse así de extraño.
A la mañana siguiente dudo si presentarse. Es verdad que los últimos minutos de su estancia resultaron algo fuera de lugar, difíciles de asimilar y ciertamente, tenía una vaga idea de lo que había pasado. Aun así, solo... tal vez, solo había sido una simple confusión.
Si claro, una confusión podía ser así de directa como que alguien de la nada te pregunte el por qué todavía no te lo has follado. Pero quería ser condescendiente con Mikey.
No pensaba que Manjirou fuera una mala persona. A pesar de ser algo reacio con sus palabras, su forma de enseñar era sensata y se sentía correcta. Además, cómodo o no, Kazutora le prometió que el chico tenía acceso a las respuestas aseguradas para los exámenes. Pensó en la sonrisa de Hina, no podía volver a faltarle. No cuando su única motivación del día era leer ese mensaje que le dejó a media tarde dándole ' ¡SuperAnimo con las clases! '.
Rasco sus mejillas y dio vueltas sobre sus talones, quedando estacando en el cruce peatonal y observando el edificio de Mikey. No quería sentirse incomodo, iba a llegar y simplemente fingir que esos últimos cinco minutos no habían ocurrido. Pensó en irse, pero al final decidió entrar.
Subió nuevamente por el ascensor, con la mirada al suelo y mordiendo en interior de sus mejillas con ansiedad. A medida que giraba por el pasillo hacia su tortura escuchó no muy a lo lejos una voz y siguiente a ello un chico saliendo de la habitación de Mikey, junto al ya mencionado.
El ojiazul se regresó a por detrás de las paredes, no sabiendo muy bien por qué se escondía. Pero sentía que estaba escuchando algo que no debería. Al menos Mikey no lo vio.
O eso creía él.
─Ofreces menos a cambio de lo que cobras, ¿Te crees mejor que el resto por hacerte de rogar? ─ habló la voz desconocida, con cierta arrogancia en sus palabras. El muchacho arregló la capucha de su ropa y con molestia sacó unos billetes de sus bolsillos, depositándolos todos juntos en un pequeño golpeteo sobre la cabeza de Mikey, quizá para él, mostrando superioridad. Mikey tomó los billetes de forma seca y sin tomarse el tiempo en revisarlos, los guardó en sus jeans. El más alto se mofó por su actuar y antes de irse tomó uno de los mechones del rubio cenizo, generando una mirada de asco en el dueño de estos─ Te veré la próxima semana, a la misma hora.
Mikey apartó las manos ajenas de si mismo y se hecho hacia atrás. No dijo nada, solo acomodó sus lentes con ambas manos, como si pudiera ocultarse detrás de estos.
El chico salió de escena volteando en el pasillo, inevitablemente pasando en frente del ojiazul. Era más alto de lo que pensaba, cubierto por una sudadera con capucha, pero resaltando por la mirada afilada y el mechón color rubio chillón en el frente de su cabellera corta. Aquel sujeto no le digirió ni la mirada, pero al pasar por su lado inclinó su cabeza hacia abajo, conteniendo una corta risa burlesca.
El ojiazul ignoró aquello y se dirigió en dirección a Mikey.
Mikey no hizo ningún gesto al respecto cuando lo vio. Únicamente soltó el aire que tenía contenido y dando a entender "Me da igual lo que digas, así que ni te molestes" con puro lenguaje corporal. Sin poder aguantarse más, se orilló hasta el balcón del pasillo y se recostó sobre este. Sin tratar de guardar las apariencias procedió a sacar un cigarrillo, encenderlo y llevarlo hasta sus labios.
Si no fuera por los lentes, cualquiera podría ver lo perdida que estaba su mirada. Pero no solo su mirada, sino el mismo.
─¿Qué fue eso?─ Empezó el menor, olvidando por completo su plan de simular que nada había pasado.
─Exactamente lo que viste.─ Respondió, seco.
─Ah...
Takemichi se paró a un lado suyo y solo se concentró en mirar a los pocos estudiantes que transitaban por ese lado del campus.
─No lo comprendo, Mikey─ El mencionado hizo un sonido, animándolo a continuar. ─Tal vez no fue mucho tiempo, pero yo si consideraba que eras un tutor. Al menos... enseñas bien.
─Y claro que quise serlo.─ Dio otra calada a su cigarrillo, más profunda esta vez, como si necesitara hacerlo para poder continuar hablando─ Ciertamente daba lecciones Takemicchi. ─Aclaró─ Pero ser solo tutor deja muy poco, ya no es suficiente con solo "enseñar bien".
Es lo que había dicho Kazutora, tal vez una parte del problema estaba en la corrupción universitaria que generaron los cerebritos.
─¿Pero porque..."eso"?
─¿Enserio quieres... Escucharme?─ Lo retó, ignorando su mirada hasta el final ─ Ya sabes lo que hago, solo vete de aq-
─¡Te escucharé!─ Interrumpió Takemichi.
Mikey se sorprendió por su actuar, mas su cara no lo reflejo. Simplemente estaba confundiendo imprudencia con valentía. Cuando lo supiera se volvería como los demás, así eran todos. El cenizo se tomó su tiempo y mantuvo su silencio varios minutos, pero la mirada del de ojos azules sobre el se mantenía, no era firme, pero ahí estaba. Decidió decírselo solamente para alejarlo de una buena vez por todas.
─Cuando comencé, había un idiota que siempre frecuentaba mis lecciones, cada día sin falta. Pero no era porque estuviera interesado en que le enseñara, claramente estaba interesado más en mí que en otra cosa.─ Contó Mikey, tan serio como de costumbre─ Yo lo ignoré, eso seguro. Pero no esperaba que un día tomara la iniciativa. Me cerró la boca con un gran fajo de billetes. Dijo que solo serían unos besos y toqueteos...
Takemichi tragó al escuchar lo que venía.
─Yo lo dejé hacerlo.
Mikey cerró los ojos, volvió a inhalar el aire de su cigarrillo por un largo rato, para después soltarlo todo hacia las calles de en frente. Lo hacía como todo un profesional y Takemichi se preguntó si es porque acostumbraba a fumar seguido.
─Mientras me besaba no sentí absolutamente nada, tampoco cuando puso sus manos por debajo de mi camisa por primera vez. Solo cerré los ojos y... ya. De todas formas, nadie se va a enterar, pensé.─ Detuvo su relato y dirigió los ojos ocultos por su flequillo en dirección al rubio a su costado. No quería saber si lo escuchaba o no, pero para la sorpresa de Mikey, si lo hacía─ El chico cumplió su parte del trato. Claramente, también terminó contándoselo a todo el mundo. Cada vez menos gente venía por mis lecciones y más lo hacían... por otros motivos.
Ocultando su vaga idea de brindar comentarios de aliento, Takemichi no supo cómo animar a Mikey. Para empezar ¿Cómo podía animarlo? Escuchar por las mierdas que paso Mikey lo hacían sentir impotente, quería golpear al idiota que en un principio se aprovecho de él, porque eso era. Mikey solo era una víctima.
─Quita esa cara de lástima, me enferma─ Dijo el mayor con un toque de amargura que Takemichi notó. Odiaba esa mirada más que nada en el mundo─ Nadie me obliga a nada y tampoco yo los obligo a buscarme, ¿Bien? Así que lastima por mí, no sientas.
─Lo sien... entiendo─ Se corrigió. Por ahora, aceptando para evitar incomodar a Manjirou.
─Pero ¿Qué contigo, Takemicchi?
El menor lo miró confuso.
─¿No me buscabas por esa razón? Perdona que te lo diga, pero no pareces el tipo de chico que busca asesorías en matemáticas. ¿En serio querías mis lecciones?
─¡Claro que sí! ─ Habló efusivo─ Enserio las necesito, ya te lo dije.
No quiso que aquello lo enojara como lo hizo, pero así fue. No le gustaba que siguiera dudando de él de esa manera, él era un hombre comprometido. La molestia fue ignorada por Mikey, quien solo asintió con un "jaja" inocente.
─Pero no lo entiendo Mikey, Porque no simplemente...ya sabes, ¿lo dejas?─ Preguntó Takemichi, buscando explicarse, aunque sea con el rodar de sus dedos─ Me refiero a, "eso". ¡Tu enseñas bien! yo me siento cómodo.
El mayor se acomodó los lentes y se cuestionó antes de seguir el hilo de la conversación. Takemichi pensaba algo sobre él y eso lo enfadaba por alguna razón.
─Para que lo sepas, no me estoy prostituyendo.─ Aclaró, con un dejo de vergüenza reflejado en sus mejillas─ sigo siendo virgen, ¿Ok? No he llegado tan lejos, imbécil.
Takemichi abrió los ojos por aquella inesperada afirmación. No venía al caso, pero agradecía saberlo.─ Oh, ¡Por supuesto!─ Tartamudeó. Es verdad, Mikey en ningún momento mencionó algo sobre sexo, que tonto.─ Perdóname ¡Que cretino! Lo siento...
─Y sobre tu pregunta de antes... ¿Crees que no lo he intentado ya?─ Habló, refiriéndose al tema sobre dejarlo─ Pero nadie viene por mis lecciones, son un cero al lado de sus sucios deseos. Ya sean chicos o chicas, incluso los de grados menores, como tú.
─¡Ya te lo dije, solo quiero aprender!─ Protestó el rubio teñido. Enserio, ¿Cuánto tiempo más Mikey estaría convencido de que el solo era un pajero buscando entretenimiento fácil?─ Tengo mis motivos también, ¿de acuerdo?
Mikey asintió mirándole los ojos, haciendo una señal de disculpa con su mano libre.
─¿Y No lo dijiste ayer?─ Recordó el menor. «¿Qué cosa?» Preguntó Mikey.─ No Existe el nivel cero. Empecemos por el nivel uno entonces.
Aquellas palabras alejaron a Mikey de volver juntar sus labios con el cigarrillo, haciendo girar su mirar en la dirección de Take.
─¿Enserio quieres que alguien como yo siga siendo tu tutor?─ Había duda en sus palabras, como si le costara creerle.─ A pesar de... mis otros negocios.─ Susurró.
─Si Mikey, solo alumno y maestro.─ Recalcó el menor, trazando los límites con las manos─ No intentaré nada, así que, trata de bajar la guardia conmigo. Imaginemos que lo nuestro será solo amor al conocimiento ¿Bien?
El más bajo sonrió, devolviendo otra afirmación─ La imaginación es la base de todo conocimiento, Takemicchi.
Mikey se recompuso y sin mirarlo frotó el cigarrillo contra el borde de cemento de aquel edificio, apagándolo en el acto.
Al menos durante ese instante, ya no se sentía tan apetitoso su sabor.
─Eres decepcionante.
Eso sonó a déjà vu.
La expresión con labios fruncidos de Mikey lo decía todo. Primero alternaba los ojos de Takemichi y devuelta al examen, dibujaba una "X" en rojo y volvía a mirar a Takemichi, indignado.
─¿Tan mal me fue?─ Susurró el menor, temiendo provocar su enfado.
─Te lo respondo con otra pregunta, ¿Qué es una "Diferencia de cuadrados"?
─¿Cuándo dos cuadrados son distintos entre sí?
No respondió con seguridad, pero el hecho de que haya respondido con esa afirmación era todavía peor. Mikey tragó duro.
─De todos modos, ¿¡Porqué empezamos con un examen!?─ Se quejó Takemichi, tirando su cara contra la mesa─ Se supone que primera debes enseñarme.
─Es una evaluación diagnostica de primer nivel...─ Explicó Mikey, siseando al pasar páginas del examen y seguir viendo avances catastróficos─ Con esto, podremos evaluar tu nivel académico para saber por dónde empezar.
─Genial, y ¿Por donde empezamos?─ Habló Take, tratando de verse entusiasmado.
Vio como Mikey suspiró antes de acomodar el centro de sus lentes con su dedo índice, como hacen los niños listos. Seguido de ello, dejó las hojas sobre la mesa con futón y camino hasta su estantería en busca de los libros que estaban hasta arriba.
El rubio cenizo se veía adorable tratando de alcanzar los libros más altos con dificultad, pero una parte de si también se preguntaba porque estos se encontraban tan fuera de su alcance. ¿No era un chico de ciencias? Tenia que tener sus libros siempre a la mano.
Sus dudas fueron dejadas de lado cuando el mayor volvió y soltó diez libros apilados en frente de el─ Empezamos desde el principio.
¿Enserio esto iba a resultar?
─Entiendo la intención, Mikey. ¿Pero no sería más fácil solo enfocarnos en lo que vendrá en mis exámenes?─ dudó. Miró las portadas de los tantos libros por encima, sus títulos eran agobiantes─ Esto es demasiado, no podré memorizarlo todo.
─¿Quién dijo algo de memorizar?─ Devolvió la pregunta─ Micchi, en este momento tu nivel en matemáticas esta al nivel de un chimpancé.
─¿Chimpance?
─Si, uno muy listo.─ Cruzó los brazos pensativo─ Lo que quiero decir es que, aprender de manera forzosa es el peor error que puedes cometer. El cerebro es muy complejo, a veces tienes recuerdos que quieres guardar en tu memoria por la eternidad, pero con el pasar de los años, desaparecen. En cambio, esta demostrado que la mayoría de experiencias negativas uno puede recordarlas incluso en tu último suspiro de vida. De ahí las experiencias traumáticas.
─Entiendo, lo que quieres decir acaso es que vas a arrojarme de un edificio o algo mientras, ¿Me enseñas logaritmos?─ Bromeó el menor.
Mikey hizo una señal pensativa. Espera, ¿Enserio lo considero? El rubio soltó una vaga afirmación silenciosa, pensando en una idea mejor.
─Claro que no. Me refiero a las emociones fuertes. Así como las experiencias traumáticas, las motivaciones u objetivos son la base de la evolución del ser humano consigo mismo. Mientras mas fuerte sea, mayor será tu voluntad para cumplirlo.─ Explicó. La cara del menor reflejaba un enredo mental así que trató de resumirlos con palabras sencillas─ Igual que el protagonista de un Shonen.
─¡Quedó muy claro!─ Afirmó el menor. Mikey se quedó incrédulo notando como le costaba comunicarse.
─Por otro lado, Micchi ¿Tienes alguna motivación? Dímelo, el valor puede ser cuestionable.
─Claro que sí, de hecho...─ Takemichi rasco su mejilla, buscando ocultar su leve sonrojo- Hay una chica a la que me gustaría impresionar─ Confesó. Mikey hizo una expresión de "Oh" con los labios, interesado en escuchar más al respecto.─ Somos amigos desde la secundaria, bueno, técnicamente mas que eso. Lo importante es que ella será mi novia si quedo entre los diez primeros en el promedio de matemática general. Por eso estoy tan... desesperado.
El ojiazul suspiró y hecho la cabeza hacia atrás. Mikey lo escuchó al respecto y se quedó divagando en sus pensamientos con su típica pose de apoyar un brazo sobre otro y pegarlo a su mentón. Le alegraba que no se estuviera burlando de él y que tomara sus motivaciones como algo serio. Cuando se lo dijo a Chifuyu, este se carcajeó por veinte minutos y llamo a Hina una pretenciosa sin límites.
─¡Así que top diez del promedio en matemáticas generales! Quien lo hubiera pensado─ Habló Mikey, seguido de un chasquido de sus dedos en señal de aprobación. Dejando salir su lado impulsivo por estas cosas, rodeó a Takemichi por detrás y apoyo todo su peso sobre la cabeza del menor, soltando estrellas por los ojos- ¡No hay nada mejor que la motivación de un amor correspondido! Los componentes motivaciones afectivos son riesgosos, pero eso implica mucho valor. Creo que podemos lograrlo, Micchi.
Hanagaki se sostuvo adolorido para que su tutor no lo aplastara por completo, aunque al escuchar su hablar efusivo se le olvido la molestia─ ¿Enserio lo crees posible?
─¡Por supuesto!─ Alzó el puño derecho en gloria y acomodó sus lentes con la izquierda─ Dejame explicártelo mi querido Micchi.
Mikey se alejó del cuerpo del menor y fue hasta su armario para rebuscar entre sus cosas. Segundos después regreso con un taburete que sostenía una pequeña pizarra acrílica.
─Hace mucho tiempo que no uso esta─ Comentó al respecto, limpiando la superficie y sacando sus rotuladores. Rápidamente escribió varias cosas en ella y cuando se aseguró que toda la información fuera verídica y entendible se la enseñó a Takemichi─ Atento aquí─ Señaló con su rotulador rojo─ Están los test calificados, el examen parcial y las pruebas finales. Esta es la base de las calificaciones en la facultad de ciencias.
─Eso si lo entiendo.─ Afirmó, siguiéndole el paso al de lentes.
─Escucha, nuestra meta es sobresalir aquí─ Indicó Mikey, señalando las pruebas finales─ Pero no seas como los demás vagos, Micchi. Aunque el examen parcial defina el sesenta porciento de tu promedio final, no lo es todo.
─¿No lo es?
Mikey negó con la cabeza y aclaró su garganta para continuar. Para un mejor entendimiento, escribió algunos porcentajes para hacer más interactiva la explicación─ Aunque no genere mucho impacto, los test calificados tienen un porcentaje del diez por ciento de tu calificación y los parciales el veinte por ciento. Aquello se mide por el promedio ponderado dándole un valor relativo a tus calificaciones, multiplicándolas entre si para obtener un facto de ponderación. Seguido de ello, se suman los valores de ponderación y se dividen entre la suma del valor relativo impuesto por la universidad.
Mikey se fijó en la mirada perdida y con espirales que tenia Micchi. No le entendió ni pio. Aquello seria un problema cuando llegaran a estadística descriptiva, pensó.
─También analice tu examen parcial y definitivamente nos pones entre las cuerdas con esos diez puntos de cien. Aquello hace pensar a uno, "¿Si quiera este chico puede aprobar el semestre?"─ Bromeó el mayor.
─¡Ya entendí!─ Balbuceó nuevamente humillado─ Soy decepcionante, ¿Alguna idea?
Con el foco iluminado, Mikey explicó sus conclusiones.
─Es este momento no cuento con cifras exactas...─ Dijo, acomodándose en el suelo junto a Takemichi, recostando levemente su cabeza en su hombro derecho mientras revisaba su teléfono. El menor se tensó por el acercamiento, no pensó que Mikey se tomaría tan a pecho lo de bajar la guardia estando a su alrededor─ ¡Aquí está! Mira─ Puso el teléfono en medio para que los dos lo vieran─ El promedio de los estudiantes del top diez del semestre anterior fue de sesenta y seis puntos.
Hanagaki lo leyó, ¿Pero saber eso en que les ayudaba? Mikey respondió su duda antes de exponerla.
─Haciendo cálculos que no mencionaré en voz alta por tu bien, puedo aproximar que necesitamos conseguir al menos cincuenta y cuatro punto seis para que quedes, al menos, en el puesto más bajo del top.
─¿Y eso es...?
─Estadísticamente posible.
─¡Genial!
Takemichi sonrió lleno de entusiasmo. Entonces si era posible, al menos eso decía la estadística. Al fin llegaría el momento en el que pueda mencionar a Hina como su novia, ahora si oficial. Mikey solo despertó esa pequeña esperanza que por un momento sintió perdida. El sin duda era un buen chico.
El de lentes observó al menos recomponerse con la mirada brillosa, por un momento igual y palideció. Al fin y al cabo, era su responsabilidad moldear a este chico. Era estadísticamente posible, los números de su calculadora no mentían. Pero, siempre era más fácil decirlo que hacerlo.
Aunque lo acabara de conocer, quería que Takemichi tuviera éxito con su enamorada. Porque para él, así como la teoría de la atribución de Weiner decía, "Sentimos en función de cómo pensamos". El pensar de Takemichi era sencillo y despistado. Inocente.
El también quería estar enamorado. Quizá solo así podría volver a vivir motivado para perseguir sus sueños.
─Mikey─ Llamó Takemichi. El mencionado le regresó su atención y espero a que hablara─ Gracias por no rendirte conmigo, aun si soy "decepcionante".
─Qué cosas dices.─ Susurró, pidiendo perdón con la sonrisa.
─Yo lograré mi objetivo. Y cuando lo haga...─ Dio una pausa, atrayendo la atención del rubio cenizo─ Cuando lo haga, podré demostrar a todo el mundo que Manjirou Sano es un tutor que vale la pena. Tendrás muchos alumnos y entonces, ya no tendrás que hacer esas cosas que te molestan.
Mikey se mantuvo al margen, ahora también había una motivación que lo incluía a él. En su mente solo podía repetir una y otra vez "Subarashi". Igual y no se hizo ilusiones, esperaba que la tímida personalidad de Micchi lo hiciera recapacitar y lo avergonzara de decir algo como eso, pero no ocurrió.
Y ahí estaba el extendiéndole la mano para formalizar su compromiso.
─¿Es un trato?─ Preguntó el menor, nervioso, pero con una sonrisa curveada por dejarse llevar.
─Trato hecho.─ Dijo. Y no dudo en juntar sus manos.
Incluso si los lentes lo ocultaban de todo, Takemichi pudo jurar que vio un pequeño brillo en la mirada de Mikey.
Tenia los ojos negros como galaxias.
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Proxima actualización: 10/04/2023
¿Puede creer que llevo corrigiendo este capitulo mas de tres veces? Yo solo pienso, alguien se puede llegar a aburrir realmente con tantos términos difíciles. Agreguemos romance, eso soluciona todo.
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