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・01 ⎢ Algebra

Creo que nunca entendí muy bien lo que se y lo que no sé.

Ni siquiera sé lo que no sé sobre mi mismo.

A pesar de ello, Takemichi creía que de algo estaba relativamente seguro, odiaba las matemáticas. O en realidad no. Uno no puede odiar algo que no conoce, aún así, no podía evitar tener sentimientos sobre aborrecerlas.

Volteo las hojas rápidamente, revisando su contenido de forma vaga y fugaz. De cada página dejada atrás trataba de anotar en su pequeño papel formulas básicas y no tan básicas que podrían servirle durante la prueba. Lo que en si era algo tonto pues, para empezar, no sabía bien como usarlas, pero recordaba de forma lejana oír decir a su maestro que solo hay que saber donde aplicarlas, el resto es sencillo.

─Escasamente miras el libro ─cuestionó Chifuyu, haciéndose sobre su asiento y pasando algunas hojas del libro ajeno─Eso deberías saberlo de memoria, mejor lee de aquí─indicó con su pulgar. ¿Formula general? increíble. Chifuyu podía ser un tonto en todo lo demás, pero le iba bien en las clases, tendrá razón. Pensó Takemichi.

Tan atrasado no podía estar, solo eran números con procesos. "Eso es sencillo, es sencillo, calma" se repetía una y otra vez en un intento por creérselo. El problema es cuando los números empezaban a sumar letras y a dividirse entre símbolos, ya no sabía si estaba llevando matemáticas o una especie de competencia de lectura de jeroglíficos en la que se había inscrito por error.

Uno más uno es dos, dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, entonces... ¿de dónde rayos salió pi al cuadrado por x sobre dos es igual al logaritmo de tres números que son sucesivos entre si?

¿¡Esto al menos sigue siendo matemáticas!?

Disimula compañero ─advirtió, codeando el hombro ajeno de su amigo─ Sabes que Kisaki hace rato te tiene puesto el ojo. Si te ve otra vez copiando, no la cuentas.

Chifuyu ayuda a parar un libro de cálculo en frente de Takemichi para hacerle la tapadera. Si, lo puso de cabeza, pero al menos servía para alejar la mirada asesina que el profesor tenía sobre ambos. Apenas era la segunda hora y su mejor amigo ya estaba entre los 18 y la muerte a punto de ser descubierto. Y para terminar de regarla estaba claro que no era un experto haciendo acordeones de papel.

Takemichi leyó en los ojos de Chifuyu un claro "Idiota, solo tenias un trabajo", ignorándolo para continuar con su salvación de dudosa procedencia.

También quiere admitir que efectivamente sigue con una fuerte resaca, ¿Por qué tenía que haber ido a una fiesta en domingo?

Ah. Hina, es verdad.

Lo peor de todo es que ahora estaba en su clase de las siete de la mañana. Encima en fecha de examen. Y para terminar de joder su día, con Kisaki, el maestro que más lo detestaba en el mundo. Como bonus, haciendo espectáculo al mostrar su cara de resaca en frente de todos. A pesar de que ambos fueron de parranda, él tiene cara con ojos de panda y Chifuyu se ve fresco como lechuga recién comprada.

Eso solo le pasa a los niños bonitos, que envidia.

─¿Cuánto queda para el primer examen? ─preguntó el ojiazul recomponiéndose sobre la mesa y palmeando sus mejillas. Lo menos que debería faltarle ahora era Fe.

─¿Cuánto tiempo queda desde ahora dices? ─Matsuno cerró su libro y suspiró al aire, sacando su móvil por debajo del asiento para revisar rápidamente la hora. Take asintió, volviendo a sus apuntes veloces. ─Pues empieza en... justo ahora.

Takemicchi se sobresalta porque inmediatamente después de esas palabras todos los presentes en la sala de conferencias cierran sus libros y empiezan a pasar las hojas de la prueba hacia atrás.

Estaba jodido, le quedaban 3 años de carrera para repetirse eso una y otra vez.

Se aclaró la garganta para al menos verse físicamente seguro, todavía le quedaba su arma secreta. Aquel acordeón que escondía debajo de su asiento y, solo para estar seguros, las respuestas que hay que marcar en el examen totalmente enumeradas.

No había salido barato, tuvo que comprarlas a un nerd de último año y, no solo tuvo que darle un buen de dinero, sino que también la camiseta de su banda favorita, Tokyo Manji Kai. Era todo un usurero, pero ya le daba igual, la recompensa era mayor.

También estaba algo asustado en caso de ser descubierto, pero en aquella mesa larga y vieja que compartía únicamente con Chifuyu y un par de alumnos a los costados era difícil que lo detectaran.

Esta bien, solo es por esta vez. Pensó.

Solo hasta verla realmente orgullosa.

Ambos rubios recibieron sus hojas y empezaron a llenar los datos en la cubierta. Matsuno dio una ultima ojeada a su alrededor y habló en susurros, regresando sus ojos al examen para no levantar sospechas.

─Compañero, espero que no lo hayas olvidado, que el examen...─Aguardo unos segundos, mordiéndose el labio para contener un suspiro y dejando confundido a Hanagaki─...no es de opción múltiple.

Apenas terminó de escribir su nombre en la hoja Takemicchi se congeló.

─Estas de broma.





─Eres decepcionante.

Habló Hinata sin ninguna pisca de amabilidad en su voz, a pesar de estar frente a un muy nervioso Takemichi, el cual esquivó la mirada hacia el suelo en un intento de evitar la situación. No solo las palabras dichas, sino también el pequeño gesto de furia en la mirada de su "casi algo" lo trajo de vuelta a la realidad.

─Lo sé, me lo repiten a diario─ Habló Hanagaki en respuesta, sobando su nuca y tratando de reírse de forma incomoda de la situación. Al menos se encontraban en una cafetería de la universidad no muy transitada, sino sus conocidos también estarían apreciando como era regañado, otra vez, por su chica.

─¡Es que!─ Hina soltó el aire que tenía contenido, quiso sonar menos áspera al verlo un tanto decaído-Se que lo intentas, ¡Pero no lo haces en serio!, tu también trata de entenderme.

─¿No lo hago? ─preguntó tímido, un tanto resentido por lo dicho. El también se estaba esforzando por su relación, o al menos eso intentaba.

─No lo haces─ No, Hina ni siquiera dejó que se justificara. Acomodó su falda y dio un largo sorbo de su café latte antes de continuar, tenía mucho que decir aún─ ¿Cómo es posible que te atraparan copiando en el examen? Y no solo eso─ continúo exponiendo ─sino que, a pesar de ello, lo reprobaras.

Takemicchi no lo entendía, no le había ido taaann mal en el examen, si después de todo había sacado un 10.

Claro, eran 10 puntos de 100. Pero un simple cero no podía ser la razón de su condena. La culpa no era del todo suya.

─No es fácil y tu lo sabes─ Trató de excusarse, evadiendo su mirada y viendo en la dirección contraria─ Numero uno─ empezó, levantando un dedo─ El maestro no explica bien, lo hace muy rápido y no acepta preguntas. Y dos─ agregó otro dedo─ He tenido unos días pesados, las otras materias también me consumen. Y...la fiesta a la que fuimos ayer, no tuve tiempo de estudiar tranquilo.

Además, pero esto no lo dijo en voz alta, se sentía traicionado por el maldito de Chifuyu, aunque gritó con ojos de "ayúdame por favor" Matsuno solo le pasó algunas respuestas antes de palidecer por el miedo de ser atrapado en el plagio. Para eso sí eres un alumno ejemplar, pero mírenlo en los recesos, besuqueándose con su novio de un año mayor. Pensó para si.

─Lo siento Hina, en el siguiente me irá mejor, lo juró.

Takemichi habló sensato, tratando de aligerar el ambiente con otra de sus promesas. Intentó fingir que no le molestaba todo este asunto.

─Eso dijiste la última vez y aquí estamos de vuelta─ Habló decepcionada, revisando nuevamente las hojas con varias X en rojo con una pisca de verdadera preocupación, dejando atrás la molestia─ En esto no habíamos quedado, ¿Qué le diré a papá esta vez?

─¡No se lo digas! ─Interrumpió, apretando fuerte sus puños sobre la mesa, haciendo temblar un poco las bebidas que se encontraban sobre esta─ Ya te dije que podemos ocultárselo. Estando en el campus él no se enterará... ─ Antes de que Hina pudiera responder, Hanagaki se adelantó a hablar─ Tu realmente me gustas mucho, lo sabes desde la secundaria. Y se que yo también, te gusto.

Con la afirmación del ojiazul, Hina volvió a sentir la respiración pesada, sintiendo la transparencia en sus palabras y su honestidad. Si, también le gustaba. Pero debía ser firme, ante todo.

─No Takemicchi. ─negó─ Ya te lo dije, solo saldremos cuando pueda presentarte a mi familia de forma adecuada. Y sabes que solo te aceptarán si ven que eres alguien ejemplar-recordó.

─Me tratas de alejar de tu familia desde que tenemos 14 años, ¿debería sentirme ofendido?

Takemichi dijo aquello con tono infantil, inflando las mejillas y fingiendo una lagrimita con sus dedos. Al menos de esa manera decía sus inseguridades en voz alta, sin mucha seriedad de por medio. Esperó respuesta.

─Claro que no. Además, ya estamos muy cerca de oficializar, no te rindas por una tontería como tus notas─ habló con una sonrisa y apoyándose contra la pequeña mesa de la cafetería, tratando de animarlo al tener sus miradas tan cerca. ─De hecho, creo que es el momento en que yo también me ponga firme contigo.

─¿Eh? ¿A que te refieres?

Hinata trataba de verse firme la mayoría de veces, pero para Takemichi en algunas ocasiones siempre le resultaba adorable su forma de imponerse, por ello no esperaba oír lo dicho a continuación.

─Significa que te estoy dando un tiempo limite, Takemichi─ Habló con seriedad, comentando su idea─ Si quedas dentro del top diez de la clase de matemáticas generales de la facultad, formalizaremos.

─¿Eso significa que...?

La duda en el rostro del ojiazul apareció, más se guardó su leve emoción esperando oír una confirmación de su todavía enamorada.

─Si, que seré tu novia oficialmente. Solo si lo logras, ¿De acuerdo?

Hubo un tenue tono de orgullo en las palabras de Hina. Esperaba que aquella motivación sea suficiente para que Takemichi mejorara consigo mismo y, por consiguiente, sea alguien digno para llevar a casa.

El ojiazul no disimuló su felicidad y llevó sus manos hasta sus rodillas, apretando por lo bajo de la mesa. Al fin tenía una oportunidad. Una verdadera oportunidad y no falsas esperanzas.

─¡No te decepcionaré! ─gritó, los ojitos cerrados con fuerzas. Trayendo consigo algunas miradas confusas de las personas sentadas en las otras mesas.

Hina le hizo un gesto de silencio con las manos algo apenada, pidiéndole que bajara el tono de su voz. Take rio en el acto, generando el mismo gesto en su acompañante.

─Suena difícil, no te mentiré─ Habló enseguida, risueño─ Pero seguiré el camino complicado, si es por ti.

─Me hace feliz oír aquello─ Hina tomo sus manos y sonrió en motivación.

Todo iba a mejorar, era cuestión de tiempo.

─Estas seguro de ello Chifuyu─ Cuestionó el rubio, siendo conducido por su mejor amigo por los desolados pasillos del séptimo edificio.─ Este es territorio de los de filosofía.

Solo bastaba con oler y percibir el ambiente para saberlo. Además, cada escalera tenia a un chico camello diferente, rodeado de poca iluminación y publicidad existencialista anti progre.

─Espera, si estamos aquí es porque tu eres un idiota que no puede entender ni como desarrollar un trinomio cuadrado perfecto con la raíz exacta y sin factorizar. ─Diciendo eso, Chifuyu no tardó en voltear la mirada hacia su compañero para solo ver su cara de confusión, de hecho, no estaba para nada sorprendido.

─N-No es eso... ¡No se de que hablas cuando lo dices! ─se defendió─ Pero si me lo pones por escrito...¡A lo mejor puedo resolverlo!

Chifuyu respondió dándole unas palmaditas en la cabeza y afirmando de forma positiva. Take odiaba que lo tratara como un niño, siendo inclusive el mayor entre los dos. Pero tenía razón, no entendía de lo que hablaba, ¿Si quiera habían llevado ese tipo de matemáticas en sus clases? Él no lo recuerda. Cada vez que levantaba la mirada durante las lecciones era únicamente para tomar una fotografía al pizarrón con su modesto celular.

Es lo que todos hacían.

Fotografíar. Almacenar. Luego lo leeré. Luego lo apuntaré.

Y luego lo entenderé.

Cuando Takemichi se dio cuenta, ya tenia mas de 100 fotografías de un pizarrón confuso y ninguna verdadera anotación. Aquello solo le generaba incertidumbre y terror, lo hacia sentir descarrilado.

Tomó aire y decidió que ya no era momento de perderse en sus pensamientos, así que se mentalizó para entender que ya era hora de centrarse más en sus miseros esfuerzos por salvar matemáticas. Y la respuesta era clara: ¡Necesitaba un tutor!

─Dices que yo no enseño bien y, a decir verdad, tampoco tengo la paciencia para esperar a que tu cerebro reaccione, así que vamos a buscarte un tutor que pueda moldear de una buena vez por todas a tu cerebro, ¿De acuerdo? ─Dijo Chifuyu, deteniendo su caminar y buscando convicción en la mirada del ojiazul.

─¡De acuerdo!, si...─Respondió fingiendo indignación. Con ello, Takemichi cruzó los brazos, apretando los labios y exagerando una mueca de incomodidad ─Aún así, no me has explicado aún que hacemos aquí.

No estaba realmente enfadado, pero si estaban buscando a un verdadero tutor había otros lugares donde encontrarlo, como la biblioteca o el salón de estudios generales.

Chifuyu se mofó antes de contestar, miró alrededor para asegurarse que no hubiera oídos de terceros ─Baji me comentó que hay un chico que tiene buenos contactos de lo que sea que necesites ─Explicó, volviendo a avanzar por los oscuros pasillos en dirección hacia el baño de hombres ─Ya sea buenos polvos, entradas para conciertos o los contactos de los mejores tutores del campus, el lo tiene todo, tu confía.

─Yo no confiaría en alguien que vende drogas en el baño de Filosofia, Chifuyu.─Respondió Hanagaki, realmente sin sorprenderle la ingenuidad de su compañero. ─Bueno ya, ¿Al menos esta aquí?

Ambos chicos se adentraron en aquella húmeda habitación y Chifuyu se encargó de cerrar la puerta al terminar de pasar Takemichi. Puso el seguro y exactamente como le explicó su novio unas horas antes, tocó tres veces la puerta del tercer cubículo de aquel baño y se dio la vuelta para lavarse las manos. Hanagaki se permitió dudar durante unos segundos y miró a su mejor amigo preguntándole con los ojos que estaban esperando ahí. Matsuno pidió paciencia y unos momentos después la persona hizo su aparición.

Takemichi palideció, del cubículo llamado con anterioridad salió un chico un poco mas alto que Chifuyu y el mismo. Tenía el cabello negro y con dos mechones rubios en frente, algo desalineado, al igual que su ropa, pero con un increíble tatuaje de tigre en su cuello, haciéndolo lucir rudo y a la vez peligroso. Todo su vestir era efectivamente de una persona que podía ofrecer buenos polvos, como dijo Chifuyu.

Frente a ese chico ambos parecían pequeños perritos asustados. Rápidamente Chifuyu tomó distancia poniéndose al lado de Hanagaki. Tragó en seco y tomó valor para hablar, aclarando su garganta para lucir varonil.

─Hola, venimos de parte de Baji Keisuke─ El chico en cuestión hizo un ademán para que Matsuno continúe hablando, aprovechando para sacaba un cigarrillo de uno de sus bolsillos prendiéndolo así sin más ─¿Kazutora, verdad? ─Preguntó.

Hizo una afirmación con la garganta, antes de dar una larga calada de su cigarrillo y soltar su sonrisa para aligerar el ambiente, botando todo el humo de sus pulmones en una ahumadera frente a los chicos.

─Tranquilos, no los voy a morder ni nada─ Habló Kazutora, apoyando su espalda de forma casual en uno de los cubículos, bajando el cigarrillo de sus labios hacia una de sus manos para dejarlo consumirse mientras hablaban─ Son clientes ¿verdad?, ¿Qué necesitan?

Chifuyu miró a Takemichi dando a entender que la situación estaba controlada, su pulgar levantando daba aquella señal. Su inocencia es de apreciar, pensó Take.

─Estoy buscando un tutor de matemáticas ─Explicó, esperando entendimiento ─ Pero uno realmente bueno, y de ser posible...─ Miró a su compañero, esperando la confirmación de su mentón para que continuara. Ya lo habían hablado antes y por ello estaban aquí─ Que sea alguien que pueda obtener las respuestas de los siguientes exámenes.

─Mhm, un nerd y además topo...─ Analizó Kazutora, dándole una rápida atención a su cigarrillo antes de hablar ─ Eso es fácil. Últimamente es bastante común ver como los cerebritos empiezan a vender su inteligencia en los bajos de la Universidad. Tu tranquilo.

─¿Es... enserio? ─

Hanemiya asintió. Takemichi solo pensó en el nerd que lo estafó el otro día. Eran 60 dólares que no volvería a ver que todavía le dolía haber perdido.

Ante la cara de disgusto mostrada, Chifuyu reaccionó buscando oposición ante cualquier tipo de estafa.

─¿Pero tienes a alguien de fiar? ─Chifuyu se cruzó de brazos, haciéndose ahora el interesante─ No es por ofender pero mi amigo de aquí fue estafado hace nada con las respuestas de la prueba bimestral.

Kazutora lo vio con ojos desafiantes y soltó una risita por lo bajo─ ¿Qué no soy de fiar?─ Se mofó─ Eres Chifuyu el novio de Baji ¿No? ¿Qué tal estuvo la mota que le vendí el otro día? ─Chifuyu palideció de inmediato, quedándose con ojos altones─ Dicen que esa se usa especialmente para hacer mas delicioso el sex-

─¡ERES DE FIAR! ¡ERES DE FIAR! ─Gritó el menor, con las orejas rojas y tratando de tapar los oídos de su mejor amigo. ─El tema ahora es... es que Takemichi necesita al mejor de su clase, ¿Alguna recomendación? ─Tartamudeó.

Ah. Muy tarde para evitar la vergüenza Chifuyu. Takemichi quería reírse por ver a su amigo tan avergonzado pero el solo recordar que la habitación de su compañero estaba justo al lado de la suya lo llenaba de impotencia. Literal Chifuyu recibía tres veces a la semana sin falta desde hace ya varios meses. Si tan solo Hina lo dejara llegar a mas que solo unos cuantos besos calientes. Ah, el verdadero impotente era él.

Nuevamente lo repetía, que envidia le tenía a su mejor amigo.

─Bueno, déjenme ver que tengo por aquí-volvió a hablar Kazutora, ignorándolos. Mordió el cigarrillo por su extremo y procedió a tararear mientras rebuscaba en su bolsillo de la chaqueta algunas tarjetas. Estas estaban separadas por grupos con ligas de por medio, dando a entender que era cierto eso de que manejaba varios negocios. Chifuyu por lo bajo, esquivaba la mirada, usando su mano como abanico para calmar el calor ─Nerds que te hacen los quehaceres... no; servicio de limpieza a tu dormitorio...no; novias de alquiler...tampoco; amigos con derecho y algo más... no; ¡Aquí está!─ Anunció, encontrando el indicado y entregando la tarjeta al ojiazul─ Servicio de tutoría en matemáticas, es el mejor de la zona según mis clientes. Suerte con ello.

Takemichi se quedó mirando la tarjeta unos segundos. En ella solo había un nombre y un numero de habitación, presumiblemente de los dormitorios de su campus. Ya teniendo lo que quería sacó unos billetes y se los tendió a Kazutora en la mano. Según Baji, el chico no tenía precio fijo para la información que brindaba, pero una suma apropiada no venía mal si querían salir con las dos piernas intactas de esos lados.

─Gracias por hacer negocios conmigo. ─Sonrió el de mirada felina.

─Igualmente─ Despidió Takemichi─ Vamos, Chifuyu─ El mayor tomó a su amigo del brazo y lo guio de vuelta hacia los pasillos mientras este murmuraba cosas inentendibles, excusándose sobre lo ya antes oído. Pero Hanagaki solo podía arrastrarlo mientras miraba el bonito nombre escrito en aquella tarjeta incolora.

Sano Manjirou. Ese era su nombre.

Kazutora observa salir a sus clientes y antes de disponerse a volver a encerrarse en el baño se apoya contra el muro posterior y la ventana alta. Se toma su tiempo para acabarse el cigarrillo y al verificar que está bien apagado lo tira por el tragaluz. Lava sus manos y mientras se mira en el espejo nota que en el suelo hay una tarjeta blanca de las que suele distribuir.

Cierra el grifo y se acerca para poder recogerla, dandose cuenta de inmediato que es muy similar a la que entregó al amigo de Chifuyu.

Ups...─ Dice para sí, de igual forma, con un tono de desinterés. ─ Creo que le di la equivocada.

Todo marchó con normalidad aquel día. Después de desayunar con Hina en la cafetería -como cada mañana- y darle un tierno beso para marcar territorio, se dirigió a su clase de la mañana. Takemichi se aseguró y verificó la dirección de aquel muchacho que se convertiría en su nuevo tutor, alistó de forma improvisada algunas cosas que podrían serle de utilidad, como lápices y una libreta limpia en donde apuntar. Aunque, no sabia con seguridad que es lo que iba a realizar en su tutoría.

Chifuyu le contó que cuando él tomaba clases de refuerzo de inglés con un conocido del dormitorio, las cosas siempre eran mas casuales que estar frente a un docente "real". Se la pasaban conversando sobre temas que tenían en común, pero sin dejar de practicar el idioma, además de que ese chico, Takashi Mitsuya, era muy comprensivo y sabía explicar, incluso más que varios maestros.

A lo mejor el chico que le iba hacer las asesorías seria igual de comprensivo. A lo mejor... incluso le daría las fijas para el examen. También quería ahorrarse tiempo de estudio para terminar sus otras asignaturas y pasar tiempo con Hina. Después de todo, el todavía seguía cortejándola, no podía permitirse que otro se la quitara.

Subió por el ascensor del edificio cuatro, hasta llegar al noveno piso. Al menos esa torre era conocida por albergar a los estudiantes de letras, pero no en su mayoría. Siempre había sus excepciones. Era el lugar perfecto para tener una habitación que podría ser usada para tutorías, debido al silencio y tranquilidad de sus pasillos.

Bajo el ascensor y doblo a la derecha, por el largo pasillo. El ojiazul revisó una última vez su reloj notando que eran las siete de la noche. La tarjeta de presentación no brindaba ningún número de teléfono, así que simplemente vino a la hora que él tenía disponible. Si Manjirou estaba ocupado o no estaba, volvería en otro momento. Aunque esperaba que no fuera de esa manera.

Se posicionó en frente de la puerta, algo nervioso. Tomo aire por la nariz y lo expulsó por la boca, procediendo a tocar la madera tres veces. Espero.

Escucho movimiento dentro de la habitación y se puso en guardia. Durante unos segundos no se escucho nada más que pasos y seguido de ello unas llaves siendo tomadas para abrir la puerta desde dentro.

La puerta se abrió y lo vio por primera vez.

Lo vi por primera vez.

Un chico de melena rubia y un poco más larga que la mayoría de hombres se hizo presente. Tenia una contextura delgada y fina, pero sin dejar arraigado sus dotes masculinos. Un poco mas bajo que Takemicchi, pero por muy poco. Vestido de forma simple con camisa a cuadros y jeans gastados, adornando su look con una suave bufanda blanca en su centro. Pero una de las cosas que más le llamó la atención al ojiazul fueron sus lentes, grandes. En cierto punto, hasta parecían fuera de lugar con su porte, ocultando su mirada tras los cristales.

Su aspecto era tan... descuidado. Pensó, mas no lo dijo.

─Hola, es un gusto...─ Empezó Takemichi, tendiendo su mano en señal de saludo, al mismo tiempo que ocultaba la otra mano por detrás de su nuca.

Aquel rubio no soltó la puerta en ningún momento, apoyando su lado derecho de forma cansada sobre esta. Ojeó al chico frente a él de pies a cabeza, demostrando la confusión y leve molestia en su mirada. El no estaba esperando a nadie.

─¿Qué necesitas? ─ Respondió cortante, ignorando su señal amistosa, pero sin ser realmente duro.

Takemichi sudo frío, esperaba mas cordialidad de su parte. Esquivo su mirada, tratando de no verse extraño. No estaba nervioso por su forma de actuar, pero una persona bonita pone los pelos de punta a cualquiera. Porque era verdad, ese chico era muy bonito.

─Me dijeron que brindas tutorías en matemáticas...¿Sano Manjirou, cierto?─ Tartamudeó, al tener todavía la mirada del mas bajo clavada en él, únicamente asintiendo al oír su nombre. Apretó las cuerdas de su mochila con un poco de fuerza, continuando la explicación al notar que no habría ninguna invitación -quisiera saber si estas disponible para ayudarme. Quisiera... clases contigo, ¿Se puede?

Manjirou no tenia ganas de contestar, pero la mirada nerviosa de su no invitado lo hacia lucir infantil e inocente. Aún así, esos eran los peores. Pero los más fáciles de intimidar, pensó el de mirada oscura.

─No hiciste ninguna cita─ Respondió, mirando hacia el suelo viendo sus propios zapatos, como si fuera lo mas interesante del mundo. Vio como el ojiazul frente a él palideció, quizá buscando alguna excusa.

─Tu tarjeta no tenía número, ¡perdón si te estoy interrumpiendo!─ Aclaró, sintiéndose incomodo.─ Pero, escuché que das muy buenas tutorías y que incluso te recomiendan bastante. ¡Enserio necesito ayuda! Soy pésimo en la asignatura. Incluso reprobé el ultimo bimestral, quisiera saber si tienes algún consejo o alguna forma más fácil para aprender, no lo se, seguro tu eres el genio en eso...

Estaba en una situación difícil, pero de igual manera su mente solo podía formular preguntas que nada tenían que ver con la situación. Es mas pequeño que yo, ¿será mayor o somos de la misma edad? Nunca lo he visto por la facultad.

Chifuyu solía decirlo, una cara hermosa nunca se olvida.

Aun así para Takemichi algo andaba fuera de lugar con él. Un nerd no debería tener una cara tan bella como la suya, ¿Era realmente tan buen tutor? Le dio una rápida mirada, incluso su ropa era tan conservadora, pero no dejaba de resaltar cuello largo y estilizado. Manjirou al notar que era visto en esa zona se cubrió un poco más con la bufanda que traía puesta, reacio.

─¡Esta bien!, ¡Esta bien! ─ Lo cayó─ No estoy ocupado─ Suavizando la mirada y poniéndose a un costado, permitió a Hanagaki el acceso a su habitación─ ¿Ya sabes mi tarifa? No acepto regateos.

─Si, Kazutora me lo mencionó por encima, por ello no te preocupes─ Nombró Takemichi, atrayendo la mirada de su acompañante─ ...Con permiso.

El ojiazul inspeccionó la pequeña habitación. Era del mismo tamaño que la propia, debido al diseño estándar que tenían todos los cuartos de los dormitorios. El piso era de madera y las paredes grisáceas, había una estantería con varios libros de diferentes grosores y colores, además de una mesa de centro en medio de la habitación, con un suave futón y algunos libros abiertos, señal de que alguien los estaba utilizando hace poco. Finalmente, hasta la parte de atrás estaba la cama del muchacho, estaba ordenada, pero con una parte de su manta cayendo hacia el suelo, no le tomó importancia.

Sano se sentó primero, en el lado de aquella manta en el suelo dentro de su futón. Mientras hablaba, cerraba varios de los libros y los apilaba a un lado, dejando espacio en la mesa para que Takemichi acomodara sus cosas.

─Y bien, ¿Tienes tus asignaturas del día?─ Preguntó, tratando de generar conversación y apoyando su mentón contra su mano─ Si quieres, puedo ayudarte a resolverlas.

─Eh... yo no las traje. ¿Debía hacerlo?─ Comentó, ya sentado.

Tonto, tonto. ¡Claro que debía! Si iba a venir a estudiar era lógico que llevara sus tareas, esto solo volvía mas incomoda la situación. Volvió a bajar el cabeza avergonzado.

─Entonces... ¿Tienes tus anotaciones? Te puedo explicar lo que no hayas entendido.

─Tampoco las traje...

Mikey lo juzgó con la mirada y suspiró por lo bajo. Ambos se quedaron mirando fijamente durante algunos segundos, el ambiente se sentía tenso. Como si Sano estuviera esperando algo.

Por otro lado, Takemichi pensaba que, si Manjirou no usara esos lentes, podría apreciar de mejor manera su mirada, así como el hacía con la suya.

Sano un poco impaciente alejó la mirada. Se levantó y tarareando se alejó a su estantería dándole la espalda a propósito. Si no había asignaturas o anotaciones podía comenzar evaluando su nivel académico.

─Ya veo, mhm.─ Respondió el de lentes, con un tono más juguetón─ Muy mal de tu parte...

Hizo una pausa, volteando los ojos hacia el muchacho, «Tu nombre», le preguntó con la mirada.

─Takemichi─ Completo, el ojiazul.─ Hanagaki Takemichi.

Manjirou asintió con la cabeza.

─Muy mal, Takemicchi. ¿Cómo es posible que no anotes en clase? ─ El de lentes tomo algunos libros de calculo y los llevo a la mesa de centro, volviendo a sentarse a su alrededor. Rebusco en sus páginas, examinando su contenido─ Sabias que, ¿ninguna investigación humana o desarrollo del mismo puede ser llamada ciencia sino puede ser demostrada matemáticamente? Es elemental.

Takemichi no entendió a lo que se refería. Si eso era verdad, entonces el no entendía el sentido ni de su propia existencia.

─Empecemos con algunos problemas de algebra básica, solo para ir calentando -aclaró el rubio cenizo. ─ ¿Puedes defenderte ante ello? ─ Lo retó, a modo de broma.

─No lo sé...─ Dudó Hanagaki. ¿Algebra es la matemática que lleva ecuaciones? Se preguntó mentalmente─ No es mi fuerte. Digamos, solo digamos...Que estoy en el nivel cero.

Dijo lo último en tono de broma. Pero Sano no lo tomó tan a la broma.

─No existe el nivel cero.

─¿Si?

Claro que no, negó Manjirou.

Por iniciativa del de ojos negros ambos chicos se sentaron más juntos dentro del futón, de igual forma a una distancia considerable. Este abrió el libro de algebra. Al resaltar su antigüedad y hojas amarillas daba a entender que el chico entonces debía ser un "senpai" para Takemichi.

Así que es mayor, aprendió.

El cenizo continuó. Tomó algunas hojas y escribió problemas de algebra en ellas, dejando un notable espacio entre uno y otro para que el menor pudiera desarrollarlos.

Aquello asustó a Takemichi.

El recordaba haber resuelto aquellos problemas en su primer año de universidad y en la prepa pero no recordaba casi nada del procedimiento. Era fácil hasta que llegaba un punto en donde tenia que usar teoremas o formulas extrañas para darle otro sentido a la ecuación. Take siempre odiaba eso de los problemas, No veía lo que otros si, para él no era algo obvio. Por ello se rendía tan fácilmente.

Sano notó el tensar de su estudiante, su real incomodidad. Sintió pena y trató de ser mas comprensivo, aquello le serviría de aprendizaje también a él.

─Quizá no es lo ideal, pero tengo una técnica ideal para principiantes en estos casos.─ Habló con seguridad, acomodando sus lentes en el centro de sus ojos.

Takemichi preguntó "¿Cómo?" con la mirada, a lo que Manjirou dio una señal de paciencia, tomando un lápiz e iniciando con la resolución.

Bajo la atenta mirada de Takemichi, el de lentes empezó a resolver los ejercicios de su hoja. Sin obviar ningún paso, ninguna suma, ninguna señal de factorización, como si ningún paso fuera indispensable ni obvio. Fue paso a paso y lentamente, dándole huecos libres a Hanagaki para que terminara de completar los procesos más sencillos, aun si solo eran para poner la respuesta final.

El hecho de que la atención estuviera puesta solo en él. Y nada más que en él, obligaba a que Takemichi no se distrajera, además de que la suave voz de Mikey explicaba cerca de su oído cualquier acción a realizar sin excepción.

─Mira─ Llamó la atención─ Entender una pregunta, ya es tener media respuesta, así que en esta parte─ Señaló el papel─ Siempre busca que todos tengan los mismos símbolos. Aquí divídelos, aquí factorízalos. De este modo...

Era como andar en bicicleta por primera vez. Tener a Sano sosteniendo su triciclo lo hacía fácil de entender, porque en realidad, la mayoría de procesos eran exactamente lo mismo, ¿Por qué eran lo mismo? Se preguntó.

─Lo que la mayoría no entiende es la simpleza de este tipo de ejercicios Takemicchi, solo es repetir el mismo proceso una y otra vez, lo único que cambia es el orden de los factores.─ Explicó, borrando un rayón que hizo por casualidad en un extremo de la hoja─ Si haces miles de ejercicios ya resueltos una y otra vez veras que, en algún momento, ya no habrá ninguno que no seas capaz de resolver.

La voz del rubio cenizo sonaba dulce y comprensiva. Para Takemichi, sonaba esperanzador, sonrió también.

─Igual y también hay algo de mentira en mis palabras─ Recalcó─ Las matemáticas son infinitas, pero este truco te puede servir durante los exámenes. El banco de preguntas solo se limita a los libros de texto de la facultad, si los resuelves todos, te irá bien.

─Gracias, Manjirou─ Dijo Takemichi, tranquilo y con genuinas ganas de seguir con la clase improvisada de su tutor, de cierta manera, hasta resultaba agradable. Volvió su mirada a los ejercicios faltantes por resolver.

Tratando de buscar iniciativa, tomó el lápiz para empezar con uno de ellos, pero de inmediato se sintió estancado.

─Manjirou, ¿Cómo puedo hacerlo más simple?─ Preguntó, refiriéndose al problema de algebra.

─Solo Mikey.

─¿Eh?─ Se confundió.

─Solo dime Mikey─ Suspiró con una sonrisa, apoyando nuevamente su mano en el mentón─ Así puedes hacerlo más simple.

Esa no era su pregunta, pero estaba seguro que el chico a su lado no le había dado una respuesta incorrecta.

Porque así era la presencia de Mikey. No parecía ser nada incorrecto.

─Mikey, entonces.

Continuaron así alrededor de media hora. Mikey guiando la resolución de problemas, Takemicchi anotando el proceso para aplicarlo en los siguientes problemas y apoyando en las partes simples.

Por el momento no se sentía consciente de estar memorizando mucho, solo estaba repitiendo. Procesos. Pero algunas semanas más adelante fue consiente de que no pudo olvidar aquella brisa fresca que movía las cortinas de Mikey en esa tarde o, el sonido de los lápices de ambos al ser dejados sobre la mesa, ni las hojas que todavía tenían los números dibujados por el rubio cenizo, guardadas en su escritorio.

Al menos en este momento, Takemichi se sentía conforme con ello.

Mikey por unos segundos volvió a la realidad, alejándose un poco del menor y regresando la forma juiciosa de verlo con la mirada, apoyándose contra la manta que caía de su cama.

¿Qué estaba haciendo?

Miro el reloj de su pared, sus sesiones solían duran solo una hora. Pronto, alguien más estaría ahí. Y todo volvería a ser como siempre.

─Takemicchi...─ Llamó el mayor.

─¿Si?─ Respondió Hanagaki, sin alejar su mirada de los números impuestos. No quería perder la respuesta que ya creía tener cerca. Tan cerca.

─¿Por qué todavía no has intentando nada conmigo?























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Proxima actualización: 07-04-2023

¿Alguien recuerda cuando dije que haría un Two Shot y casi un año después todavía no publico nada? Pues esa pequeña historia que tenia almacenada en mis recuerdos hoy la escribo y espero que igual que antes, pueda volver a tocar sus corazones.

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