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C A P I T U L O F I N A L.

La cena había ido de maravilla. El ambiente resultó ser tan ameno que el recién graduado no tuvo oportunidad para borrar la sonrisa de su rostro. Sus padres, sus suegros, cuñados, amigo y su lindo novio habían dado todo de sí para que la noche fuese inolvidable. JungKook no podía con la felicidad que rebosaba en su interior, donde hasta su lobo gruñó permanecía en calma y satisfecho.

Había sido una gran noche, pero sus energías ya se encontraban casi consumidas, que lo único que el alfa deseaba era terminar de llegar a su departamento en compañía de su omega y dejarse caer sobre su cama para dormir aferrado al cuerpo de su omega, pero para su infortunio a solo unos cuantos pasos de llegar a su departamento la conocida voz de su vecina le detuvo.

—¿JungKook?—el mencionado se giró hacia la beta de tercera edad que vivía a dos departamentos del suyo.—Escuche que te graduaste el día de hoy. Realmente te felicito y estoy muy contenta de que hayas logrado una meta más en tu vida.—tanto el corazón de JungKook como el de Jimin se estrujaron ante las dulces palabras de la anciana.—Sé que tenemos tiempo de conocernos, pero te veo como el nieto que nunca tuve..., así que, te tengo un regalo, ¿te molesta acompañarme a dentro para dártelo?

JungKook le dio una mirada a Jimin, quien solo asintió para luego soltar un "ve, yo me adelantaré y de paso preparó tu regalo". Suspirando levemente se encaminó hasta el departamento de la señora Kang, quien con una sonrisa en su envejecido rostro lo guio hasta la bonita sala de estar.

—No es mucho, pero espero te guste.—JungKook miro la bonita caja dorada con un listón negro.

—No tenía que molestarse, pero agradezco el detalle.—fue lo que dijo con un pequeño nudo en su garganta.—Muchas gracias.

—Anda ábrelo.—ánimo la beta.—Quiero ver tu cara cuando lo abras.

Sin perder tiempo se deshizo del listón y la tapa de caja para encontrarse en el interior de esta un juego de taza transparentes que tenían impresas en dorados unos planos, también una pequeña cajita la cual al abrirla se encontró con un paquete de tarjetas de presentación con un estilo único. Eran de acrílico en color blanco polar y poseía toda su información, pero sin duda lo que más le emocionó fue ver el "Arquitecto Jeon JungKook" plasmado en cada una de ellas.

—Tu omega me ayudó con lo de la información.—la beta agregó con suavidad.

JungKook observó por un par de segundo la tarjeta de presentación antes de acercarse hacia la beta para abrazarla.

—No tengo palabras para agradecer este hermoso detalle.

—Solo sigue siendo un buen alfa, JungKook y me daré por servida contigo.

El joven alfa asintió.

Quizás fueron unos veinte minutos o un poco más en los que JungKook permaneció en el departamento de la beta mantenido una pequeña conversación, mientras volvía a reparar la tubería del lavaplatos y revisaba una vez más que hubiese una fuga de gas, hasta que se vio obligado volver a su departamento, donde se encontró con la sala levemente iluminada por una pequeña lámpara de noche.

Dejando el obsequio que había recibido minutos atrás sobre la mesa de la sala de estar, JungKook camino hasta su habitación, donde al llegar se topó con su bonito omega—vistiendo únicamente una bata blanca.— sentado sobre el pequeño diván que se encontraba cerca del ventanal de la habitación leyendo un libro y disfrutando de lo que parecía ser una copa de vino o tal vez era ese jugo de uva que Jimin tanto amaba. JungKook podía descifrar cuál de los dos podía ser.

—Volviste.—Jimin dijo sin despegar su mirada del libro, por lo que JungKook tarareó una respuesta, mientras comenzaba a deshacerse de su ropa.—¿Vas a tomar una ducha antes de dormir?—JungKook volvió a tararear una respuesta afirmativa.

Sin su camisa sobre su cuerpo, JungKook se encaminó hasta el cuarto de baño, donde se permitió tomar una larga y relajante ducha con agua caliente. Jimin por su parte, podía sentir como los nervios que se obligaba a mantener bajo control comenzaba a causar problemas en él. Su cuerpo comenzaba a estremecerse y su lobo había comenzado a inquietarse. Era emociones totalmente esperadas, porque estaba a solo unos minutos de que toda su vida cambie para siempre.

Dándole una rápida mitad a su mesita de noche, Jimin trata de asegurarse por novena vez que el sobre que ha preparado para esta noche esté ahí. Y al verlo se tomará una poco de aire y lo suelta en un suspiro lento que lo ayuda a mantenerse calmado o al menos es lo que él quiere pensar.

Para cuando JungKook sale del cuarto de baño vistiendo únicamente su pantalón de pijama y secando su cabello con una toalla, Jimin siento cómo el aire le abandona. No importa cuánto tiempo pase o cuantas veces vea a JungKook haciendo lo mismo cada noche, siempre se quedará sin aire ante lo apuesto y sexy que es. Le es imposible no sentirse enamorado y seducido por el imponente alfa que Jeon JungKook es.

—Admirando la vista, manzanita.—la voz de JungKook lo obliga a dejar su pequeño letargo y como de costumbre, esa sonrisa socarrona en los labios de JungKook le hacen flaquear.

—Es una vista digna de admirar. Y me alegró que soy el único que puede hacerlo.

Tal vez Jimin puede sentir un poco de lástima hacia los demás omegas que no tienen un alfa como JungKook, pero si se le permite ser un poco presumido, diría que no siente lástima en lo absoluto, es más, se encuentra un poco, solo un poco—demasiado—afortunado de ser el único omega de toda la faz de la tierra en poder tener un alfa tan guapo, fuerte, sexy y sobre todo sexualmente activo como lo es JungKook.

—¿Vienes a la cama?—JungKook preguntó una vez terminar de secarse su cabello.

Jimin asiente con levedad. Cerrando el libro que había estado leyendo y dándole un último trago a su copa, se apresura a abandonar el diván y caminar a pasos lentos hacia la cama, donde JungKook ya se encuentra en su respectivo lugar divagando un poco en su celular; aprovechando que su novio se encuentra un poco distraído revisando su celular, se apresura a tomar el sobre de color lila entre sus manos y subirse a la cama. Con movimientos rápidos se desplaza por el suave colchón hasta que acorta por completo la distancia entre él y JungKook.

Sin darse tiempo a replantearse la decisión ya tomada, se apresura a subirse ahorcajadas de JungKook al mismo tiempo en el que le arrebata el celular y lo lanza sobre el colchón. Dispuesto a no darle oportunidad de quejarse o siquiera comprender la situación, toma los labios de JungKook en un angurriento y ávido beso.

JungKook se siente consternado que apenas es capaz de comprender la situación y para cuando lo hace no tarda en corresponder el beso con la misma intensidad. Sus manos rápidamente viajan al cuerpo de Jimin donde comienzan a vagar sin pudor alguno. Y cuando está a punto de deshacerse de la molesta bata de seda que le impide tener acceso total a ese cuerpo que tanto ama besar, morder y marcar como suyo, pero que sobre todo le pertenece por completo, es detenido por Jimin, quien corta el beso abruptamente y toma un poco de distancia entre ellos.

—¡Alto ahí velocista!—Jimin logra exclamar a través de su errática respiración. JungKook por su parte enarcó una ceja.—Tienes que recibir tu regalo de graduación.

—Pensé que tú eras mi regalo esta noche, ¿me equivoqué?

Jimin sonrió levemente.

—Un poco. Pero no te preocupes, porque este regalo te va a encantar. Es algo que has estado esperando.

La curiosidad comenzó a formarse en el pecho de JungKook, quien ladeó levemente su cabeza y extendió sus manos hacia su omega.

—Siendo así, ¿Dónde está mi regalo?

Jimin tomó una pequeña y sutil bocanada de aire, para rápidamente estirar su cuerpo y tomar el bonito sobre que se encontraba a solo cuantos centímetros de él. Una vez lo puso sobre la palma de las manos del alfa, Jimin comprendió que estaba a nada de que su vida diera ese cambio tan esperado.

JungKook estudio el sobre de color lila por una pequeña fracción de segundo, para después proceder a abrirlo y cuando lo hizo se encontró con todo menos lo esperado, pero le hizo soltar un suspiro de alivio. Gracias a la diosa luna no se trataba de ninguna prueba de embarazo o ecografías, sino de unos cupones. Y no era que la idea de que Jimin estuviera embarazado le resultara aterradora, sino que para ambos un embarazo en esos momentos no era lo que habían planeado, pero sobre todo, ambos no se sentían listos para afrontar todo lo que conllevaba tener un cachorro. Tal vez en el futuro, cuando ambos tuvieran todas las comodidades posibles, se permitirían tener un cachorro.

El primer cupo que estaba a la vista era "Cupón válido para una viaje juntos a jeju con todo pagado."

JungKook soltó una pequeña carcajada. Jimin siempre lograba ser tan impredecible que nunca podía descifrar cuál sería su próxima ocurrencia y eso era algo de lo que estaba totalmente enamorado, porque no había ni el más mínimo espacio para que su relación perdiera la chispa.

—¿Unos cupones?—Jimin asintió con una bonita sonrisa en su rostro.—Mm, Creo que voy a dejar esos cupones para después, porque justo ahora creo que el mejor regalo sería que abrieras esas bonitas piernas para mí.

Jimin negó con levedad.

—Tienes que ver todos los cupones..., a lo mejor te encuentras con uno que puedas utilizar esta noche. Solo esta noche.—JungKook formó una pequeña mueca, pero comprendió que su omega no se volviera dócil si no le cumplía ese pequeño capricho.—Son cincuenta cupones. Algunos son de uso ilimitado y otros solo podrás usarlo una vez, ¿vale?

—Vale, pero, ¿debo verlos todos?

—Sí. Me esforcé mucho haciéndolos.

Tras un suspiro, JungKook dio paso al segundo cupón y con los demás de manera sucesiva.

"Cupón válido para una cena romántica.
Uso: ilimitado"

"Cupón válido para una noche de película.
Uso: ilimitado"

"Cupón válido para un masaje.
Uso: solo para cuando te sientas muy cansado"

"Cupón válido para muchos besitos.
Uso: ilimitado"

"Cupón válido para que recibir una respuesta si durante todo el día.
Uso: únicamente puede usarse cuatro veces."

"Cupón válido para sexo de reconciliación después de una pelea.
Uso: ilimitadoooooo"

"Cupón válido para ir en una aventura.
Uso: únicamente válido para dos ocasiones."

"Cupón válido para un día solo para ti. Este cupón, lo podrás utilizar cuando necesites un poco de espacio para ti mismo y quieras un tiempo a solas.
Uso; no tiene caducidad."

"Cupón válido para un rapidín. No importa donde sea o cuando.
Uso: siempre que quieras."

JungKook seguí pasando los cupones conforme los iba leyendo y para suerte suya cada cupón le sería de utilidad en el futuro e incluso había encontrado uno que podía usar esa noche, para lograr que Jimin abriera sus piernas para él. Y es que, a pesar del cansancio que lo embargaba, la idea de disfrutar un poco del placer que ambos podían brindarse con una buena ronda de sexo le era muy tentadora porque sabía que una vez se corriera caería en un plácido y profundo sueño.

No obstante, cuando llegó al último cupón sintió cómo todo a su alrededor se detenía.

"Cupón válido para que me marques como tu omega.
Uso: válido únicamente para esta noche"

Tras leer esas palabras, JungKook llevó su mirada hacia Jimin y lo encontró mordiendo levemente su labio inferior, mientras sonreía con nerviosismo.

—¿Esto es en serio?—Jimin asintió lentamente.—¿No es ninguna broma?

—No lo es.—respondió.—Quiero que me marques.—Esas cuatro palabras brotaron de su boca con firmeza y sinceridad que JungKook tuvo que contenerse, para no abalanzarse sobre Jimin.—Sé que has querido marcarme desde hace meses, pero has respetado mi decisión de hacerlo cuando me sienta listo..., y-yo me siento listo para ser tu omega con todas sus letras y que tú seas mi alfa

—¿Estás consciente que una vez que ponga mi marca aquí no dejaré que otro alfa pueda siquiera soñar estar contigo?—JungKook llevó su mano hasta la porción de piel entre el cuello y la clavícula de Jimin.—¿Lo sabes cierto?—Jimin asintió.—Bien, porque una vez te marqué será mío para siempre. Mío en esta vida y en todas las que viene, manzanita.

—Tal vez, no lo sepas, pero soy tuyo desde hace mucho tiempo. No me imagino una vida sin ti.—Jimin susurró.—Ahora, macarme, alfa.

Esas simples palabras lograron que JungKook perdiera el poco autocontrol que tenía y lanzará los cupones a su mesita de noche, para rápidamente abalanzarse sobre Jimin. Sus labios tomaron los contrarios con posesividad y fervor, convirtiéndolo en un beso desordenado, desenfrenado y devastador que les robó el aliento casi por completo.

Entre besos y toques totalmente indecentes, JungKook se deshizo de la molesta bata blanca de un movimiento rápido y ágil, dejando el sensual cuerpo de Jimin a su disposición. Jimin estaba completamente desnudo.

Sus manos no tardaron en correr con sus manos y su boca cada curva, cada rincón de la suave piel que estaba ahí para él. Jimin sin duda era un omega digno de admirar.

—Eres exquisito y soy muy afortunado de ser el único que pueda disfrutarte.—JungKook dijo con sus labios rozando los erectos y sensibles pezones.—Me vuelves loco.—fue lo último que susurró antes de tomar uno de los pezones con su boca.

JungKook chupo y mordió esos dos montículos como si de un recién nacido desesperado por un poco de leche se tratará, mientras que Jimin gemía y se retorcía de placer contra él; por varios minutos se permitió hacer un desastre con el omega con su boca y sus traviesos dedos los cuales ya se encontraba jugando vilmente con la resbaladiza entrada de este.

—P-por favor.—Jimin jadeó.—Fóllame.

JungKook sonrió con malicia.

—Déjame disfrutarte un poco más, manzanita.

Dicho eso, JungKook hizo un rápido movimiento haciendo que Jimin quedara de pecho contra el colchón y con su culo levantado y a su disposición. Disfruto levemente de la erótica vista, antes de moverse sobre el colchón, de manera en la que su rostro se enterró por completo en ese voluminoso culo que tanto amaba.

JungKook rozo la sensible y húmeda entrada con la punta de su lengua, haciendo que el omega jadeara.

Su traviesa lengua lamió todo ese lubricante natural a su paso, y de vez en cuando simulaba embestidas, lo cual lograba que más de ese exquisito lubricante brotara por montones. Realmente estaba disfrutando el saborear a su omega y lo que ocasionaba esto en él.

—A-ahh..., siento q-que voy a correrme, alfa.

—Aún no. Lo harás cuando esté dentro de ti.

Dicho eso, JungKook tomó un poco de distancia, para tener el espacio necesario para deshacerse de la única prenda de ropa que cubría su cuerpo. Con extrema rapidez, JungKook logró quitarse su pantalón de pijama e ir hasta su mesita de noche para sacar un preservativo, el cual se puso con rapidez y experiencia.

Sin perder mucho tiempo volvió hacia su omega, para así alinear su polla contra la resbaladiza y palpitante entrará que pedía por él. De una rápida y profunda estocada se adentró al interior de Jimin haciendo que ambos soltaran un jadeo.

Estar en el interior de Jimin era como sentirse en el paraíso, porque no importaba cuantas veces lo follara en un día, Jimin siempre estaría estrecho y húmedo para él.

Tras un par de segundos en los que ambos disfrutaron la sensación de la primera estocada, JungKook comenzó a moverse lentamente creando un pequeño ritmó placentero, pero que conforme continuaba comenzaba a subir de ritmo e intensidad hasta llegar el punto en el que las embestidas eran rápidas y profundas, volviéndolos locos. 

Entre jadeos, gemidos, palabras soeces y movimientos devastadores, ambos cambiaban de posición una y otra vez hasta que Jimin se encontró montando a JungKook casi con desespero de alcanzar su tan esperado orgasmo. Cuando este comenzó a formarse en su vientre se lo hizo saber a su alfa entre jadeos, quien indicó que ambos se correrían juntos.

Y así fue, justo cuando ambos llegaron a la cúspide de su placer, JungKook se apresuró a transmutar sus incisivos a sus colmillos y enterrarlos en la suave zona del cuello de Jimin creando así la marca de apareamiento, mientras el nudo se formaba en el interior del omega. Como había sido de esperarse, el lazo místico entre ellos comenzó a formarse y sus lobos entraron en un estado en el cual se unían como uno solo.

Estaba de más mencionar que gracias a la marca el orgasmo de ambos se potencializó casi a un mil por ciento que a ambos entraron en un pequeño estado de letargo; para cuando ese se esfumó JungKook procedió a curar la marca con su lengua ocasionando que Jimin soltara un pequeño ronroneó de placer.

La marca de apareamiento estaba hecha y ambos por fin estaban completamente unidos por la marca y el nudo. Ahora Jimin era su omega y él era su alfa.

—Te amo, manzanita.—JungKook susurró una vez logró recuperar el aliento.

—Te amo, puchunguito.—Jimin se removió contra el cuerpo de su alfa para dejar un casto beso sobre los labios de este y seguidamente acomodarse sobre el pecho de JungKook.—Ahora soy Jeon Jimin.—fue lo último que Jimin logró pronunciar antes de caer dormido sobre el pecho de su alfa.

JungKook inevitablemente sonrió con levedad y felicidad. Le gustaba como sonaba el nombre de Jimin con su apellido. Era una combinación perfecta a su parecer y en eso estaba totalmente de acuerdo su lobo interno, quien aulló a la diosa luna en forma de agradecimiento por haber brindado la oportunidad de tener a Jimin como su omega.

Él también se encontraba agradecido con la madre luna, pero también debía agradecerle a la universidad y su tonto proyecto aprendido a ser papás, porque gracias a ese proyecto había conocido a Jimin y se había permitido volver a conocer el verdadero amor junto a su omega.

Fin.

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