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C A P I T U L O. 7

Su primera noche durmiendo junto a Jimin fue todo lo contrario a lo que había esperado. Esa noche no había dormido siendo abrazado por el Omega de cabellos amoratados hasta el punto de sentirse sofocado por el calor del mencionado, sino que había pasado casi mayor parte de la madrugada en el baño acompañado al omega, quien vomitaba cada quince minutos. Sin importarle lo cansado que se sentía, no se había despegado de Jimin en toda la noche, e inclusive le había gruñido al padre de este en forma de advertencia cuando intentó ingresar al baño para intentar ayudar a su pequeño.

Su gruñido había denotado que su instinto de alfa protector se encontraba activado y que por ende no permitiría que nadie se le acercara a su omega, y había sido la madre de Jimin quien lo había notado casi de inmediato que por ende había destinado a su esposo antes de que cometiera una locura; como madre se encontraba completamente temerosa de que su hijo pudiera sufrir una deshidratación gracias a la cantidad de veces que había vomitado que había enviado a su esposo en busca de una farmacia para que comprara uno cuantos sueros de vía oral, y una que otra pastilla que ayudaran a su pequeño, así como también se había comunicado con su hijo mayor para que acudiera en su ayuda y diera su punto de vista médico.

Esa primera noche juntos, sin duda alguna, había sido un caos total.

Eran alrededor de las cuatro y media de la madrugada cuando las náuseas y el vómito había cesado, dejando al convaleciente omega respirar aliviado y a los demás sentir que el alma les volvía al cuerpo. Tras haberse enjuagado la boca con enjuague bucal y tomarse un suero, fue acostarse a su cama en compañía de JungKook, quien instintivamente lo había atraído hacia su cuerpo.

—Lo siento mucho.—había susurrado Jimin contra el pecho del alfa.—Debí dejar que volvieras a tu casa, ahora por mi culpa no has dormido nada, realmente lamento mucho que nuestro cachorrito nos esté dando problemas.

JungKook había tenido que morderse la lengua para no decirle que realmente no estaba esperando un cachorro, que todo era producto de una estúpida inyección.

—Si me hubiese marchado habría sido peor para ti.—bisbiseo.—Así que no te disculpes, ¿de acuerdo?—Jimin asintió levemente.—Bien, ahora trata de dormir..., yo igual lo haré, trataré de dormir una hora antes de tener que marcharme.

Luego de ese pequeño intercambio de palabras, ambos había caído completamente rendidos antes los brazos de morfeo que para cuando habían despertado eran casi el medio día. JungKook había blasfemado en voz baja al ver que se había saltado varías clases y una de ellas era de suma importancia. Jimin por su parte, despertó con un hambre voraz, la cual fue saciada por Chanyeol quien luego de verificar su estado de salud lo había llevado a un restaurante tipo buffet.

Las siguientes dos noches resultaron un poco más calmada para la joven pareja, sin embargo, JungKook ya no estaba tan dispuesto a compartir techo con la familia de Jimin, porque principalmente no estaba acostumbrado al bullicio familiar y segundo porque la relación con los alfas de esa familia era un caos. El padre Jimin le gruñía y llamaba vándalo cada que tenía oportunidad y los hermanos mayores del mencionado los pocos minutos que se habían visto le habían dejado en claro que no lo desean en la casa.

Sin ánimos de pasar una noche más en esa casa, y sin ánimos de dejar al omega solo en las noches, se vio a sí mismo invitando al más bajo a su departamento para pasar las siguientes noches. No había ningún interés fuera de ayudar al omega con sus malestares con su invitación y eso se lo hizo saber; claramente Jimin había aceptado la invitación y con entusiasmo había corrido hacia su armario para sacar una pequeña maleta que comenzó a llenar con varias de sus prendas de ropa, e inclusive una pequeña mantita color azul cielo con unas iniciales—las cuales JungKook no logró ver a la perfección—bordadas en una de las esquinas.

Con la pequeña maleta hecha, abandonaron la vivienda incluso con las protestas de los padres de Jimin, quienes aseguraban que ahí tendría todo lo necesario, algo que JungKook podía asegurar que también lo tendrían en su departamento. Del trayecto resultó demasiado corto para los jóvenes cambia formas gracias a que cada uno se sumió en su mundo; una vez pusieron sus pies en el interior, la exclamación de asombro por parte de Jimin no se hizo esperar y mucho menos cuando sus bonitos ojos captaron una de las habitaciones, la cual sin duda alguna estaba designada para un cachorro recién nacido.

JungKook le había aclarado que cuando había adquirido el departamento, este ya estaba amueblado y que anteriormente había pertenecido a una joven pareja que había perdido a su cachorro en un trágico accidente, donde un vehículo había impactado contra ellos golpeando fuertemente el lado donde el pequeño cachorro se encontraba sentado en su respectiva silla. La historia había conmovido demasiado a Jimin quien debido a su alto nivel hormonal terminó llorando por casi dos horas sin consuelo alguno.

Cuando su llanto cesó, los antojos le habían atacado, logrando que el joven alfa saliera del departamento entre gruñidos y blasfemias para ir en busca de un puesto callejero que vendiera hígado encebollado, tteokbokki extra picoso, y un tarro de helado de mango. A pesar de haber protestado por todo lo alto mientras buscaba los antojos de Jimin, su lobo se había sentido orgullo al ver al mencionado llenar sus mofletes de comida y hacer soniditos de felicidad con cada bocado. Con el pecho inflado de orgullo siguió observando al omega comer.

—Espero que nosotros no perdamos a nuestro cachorrito, Ggukie.—había susurrado Jimin mientras se encontraba acostados en la cama.—No podría vivir a sabiendas de que lo perdí, ¿tú podrías?

Esas palabras golpearon fuertemente al alfa, indicándole le algo, no andaban bien con el omega, y que los efectos de la inyección estaban afectando en demasía al lobo de Jimin. Y fue esa noche donde se prometió averiguar si todos los omegas estaban pasando por lo mismo o solo su pareja de proyecto, y de ser lo contrario buscaría una forma para ayudar a Jimin y al lobo de este, porque por mucho que no tolerara el proyecto y al omega en sí, no era un desalmado para no sentir empatía por este.

—Tampoco podría, pero tranquilo que no lo vamos a perder, ¿sí?—susurro en respuesta.—Nuestro cachorrito estará con nosotros siempre.

—Tampoco vas a dejarme incluso si lo perdemos, ¿Cierto?

JungKook dio un profundo suspiro antes de responder, puesto que sabía que su respuesta sería su condena misma, pero era lo que su lobo exclamaba en su interior.

—Tampoco voy a dejar, estaré aquí contigo, siempre que la luna me lo permita.

Y al parecer sus palabras habían tenido un efecto positivo en el omega, ya que este se había quedado dormido segundo a después de escucharlo.

Siempre con nuestro omega, con nuestro cachorro.

Afirmó su lobo interno con orgullo.

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