C A P I T U L O. 6
Desde que ambos omegas desde que habían arribado a la casa del primero se habían encerrado en la habitación de este para darle el chaleco simulador que para mala suerte de TaeHyung, el único que le quedaba era uno que denotaba ser el embarazo de mellizos, no obstante al final le había tomado como algo divertido que inevitablemente había comenzado a hacer chiste de ello; Grandes carcajadas habían brotado de la boca de Jimin durante lo que restaba de la tarde gracias a cierto omega de cabellos castaños que no paraba de contar chistes o de imitar a JungKook de una forma tan graciosa que al omega de cabellos amoratados se le hacía imposible no soltar en risas escandalosas.
—Y fue así como termine bañado de pintura morada y con el cabello lleno de glitter.—finalizó TaeHyung y Jimin se revolcó en su cama sin dejar de reírse.
—Imposible que hayas terminado así, y menos por una apuesta.—Jimin dijo una vez terminó de reírse.—Pero supongo que será una anécdota divertida para tus nietos.
TaeHyung asintió con una sonrisa cuadrada implantada en el rostro.
—Con eso de que ahora por culpa tuya tendré mellizos, supongo que tender suficientes nietos para que se rían de mí.—bromeó.—Pero, en serio, muchas gracias por prestarme este chaleco, supongo que me ayudará a experimentar de mejor manera este proyecto.
Jimin realizó un ademán con su mano que denotaba que no tenía nada que agradecer. Minutos después, la madre de se adentró a la habitación con una bandeja llena de golosinas porque para ella en cualquier momento podía llegarles un antojo, y sin decir más se despidió de los de su hijo y el castaño para abandonar la habitación; tanto Jimin como TaeHyung al ver los postres frente a ellos sintieron como sus estómagos comenzaban a rugir, por lo que no perdieron tiempo y comenzaron a devorar las golosinas.
Primero habían acabado con el delicioso pastel de chocolate para luego tomar las galletas de avena, dejando de último los pastelitos de arroz.
—No había comido unas galletas caseras tan deliciosas en años.—Murmuro el castaño una vez terminó de darle un sorbo a su té de menta.—¡Todo esto está delicioso!
Jimin sonrió con sus mejillas coloreadas de un hermoso rosa carmesí. Se sentía halagado que el omega frente a él disfrutara de las delicias culinarias que su madre preparaba, pero sobre todo que expresara cuanto le gustaba; una vez la hora de que TaeHyung se marchara llegó los ánimos de Jimin había bajado considerablemente. Sin embargo, se dio a la tarea de ocultarlo bajo una sonrisa con la cual lo acompañó hasta la puerta donde Hoseok lo estaba esperando.
Con un movimiento de manos saludo al alfa dentro del auto que yacía estacionado frente a su vivienda.
—Me alegra que hayas permitido pasar esta tarde contigo y muchas gracias por el chaleco, en serio.—TaeHyung dijo.—y por favor recuérdale a tu madre que de ahora en adelante tiene otro hijo al cual alimentar.
—Lo haré.—murmuro Jimin con una sonrisa.
TaeHyung asintió antes de lanzarse sobre el omega de cabellos amoratados para estrecharlo en un afectuoso abrazo en el cual ambos soltaron un pequeño suspiro.
—Recuerda que JungKook es un alfa idiota por naturaleza, así que no le hagas casos a sus palabras hirientes, ¿de acuerdo?—Ambos se separaron con lentitud.—Ahora será mejor que me vaya o de lo contrario me quedaré a vivir en tu casa.—tras decir eso TaeHyung se encaminó hasta el vehículo para adentrarse a este.—¡Nos vemos pronto y gracias, Jimin!—gritó TaeHyung desde el interior de automóvil una vez se puso en marcha.
Jimin se adentró a su vivienda una vez el auto desapareció de su campo de visión. Dando un profundo suspiro subió hasta su habitación donde se dispuso a estudiar hasta que la hora de la cena llegó.
A pesar de haber pasado varias horas concentrado en sus estudios, fue imposible ignorar a su inquieto lobo que exigía por su "alfa" y sobre todo los malestares que le ocasionaba las molestas náuseas a causa del fuerte aroma que provenía del cuarto de uno de sus hermanos mayores. No comprendía por qué el aroma de sus hermanos le estaba ocasionando estragos al punto de querer hacerlo vomitar. No obstante, decidió ignorar los malestares y centrarse en ayudar a colocar la mesa con la ayuda de su hermana, quien no paraba de parlotear sobre los últimos acontecimientos de uno de sus artistas favoritos.
Y fue de esa forma en la que terminaron de poner la mesa para pasar a disfrutar de la cena en familia, a excepción de sus dos hermanos mayores, quienes ahora parecían haberse mudado con sus omegas, casi de forma definitiva, solo que le hacía falta hacerlo oficial. La cena transcurría amenamente gracias a que su padre contaba algunos chistes referentes a su trabajo y sus hermanos reían. Él por su parte, solo podía dar pequeñas sonrisas para tratar de disimular su malestar y evitar ser interrogado por su padre, quien seguramente pondría el grito en el cielo al enterarse a lo que había tenido que ser sometido gracias al proyecto de graduación.
Y con su lobo cada vez más inquieto y su malestar aumentando considerablemente, no era capaz de probar bocado alguno. Fue ahí donde las molestas arcadas se hicieron presente, obligándolo a disculparse con su familia para salir apresuradamente hacia el baño de invitados para vomitar todo lo que había ingerido durante el día. No cabía duda alguna que la inyección que le había sido colocada el día anterior estaba cumpliendo su función.
Bajando la palanquilla del escusado, Jimin se levantó de su lugar completamente lívido y con sus piernas flácidas, para acercarse al lavamanos con intención de enjuagar su boca y deshacerse del mal sabor de boca como el mal olor que le había quedado luego de vomitar; tras haber usado el enjuague vocal. Observando su reflejo en el espejo frente a él, confirmó lo deplorable qué lucia.
Alfa, alfa, alfa, diminnie necesita a su alfa, Gguk papá de cachorro.
Exigía el lobo interno de Jimin con vehemencia; y aunque deseara complacer a su lobo para calmarlo de una vez por todas. Después de lo ocurrido esa misma tarde, de todos los alfas del mundo al que menos deseaba ver era a JungKook. Sin embargo, sabía que debido a los efectos de la inyección era casi indispensable la presencia del mismo para aliviar a su lobo y cualquier malestar como el que estaba presentando desde que TaeHyung se había marchado. Bufando con fastidio, remojó su rostro para refrescarlo en un falso intento de mejorar su aspecto antes de salir de la privacidad del baño. Cuando se disponía a abandonar el baño mueves toques se escucharon en la puerta haciendo que el omega abriese la puerta antes de lo previsto.
La figura de su madre se hizo presente una vez la puerta estuvo abierta. La expresión en el rostro de la mayor denotaba que algo no andaba bien.
—Alguien ha venido a visitarte.—susurro su madre.—Tu padre lo ha recibido y lo mejor será que salgas antes de que esos dos se maten.
Jimin frunció el entrecejo completamente desconcertado debido a que no esperaba a nadie a esa hora.
—¿Quién es?—preguntó dando un paso hacia fuera del cuarto de baño.
Su madre se encogió de hombros.
—No lo sé, es un alfa que se ha presentado en la puerta diciendo que es un amigo tuyo.—el desconcierto en Jimin aumento ante tales palabras.—A tu padre no le hizo gracias saber que un alfa te busca y menos que maneja una motocicleta, y que porta tatuajes, ¿Qué clase de amigos son los que tienes, Minnie?
Eso fue suficiente para que Jimin saliera corriendo hacia la puerta principal, donde su padre se lanzaba miradas asesinas con un alfa que gracias a la contextura de su padre no lograba divisar. Pero que al estar cerca reconoció el característico aroma de JungKook. Sin creer en su olfato, movió levemente a su padre para comprobar la presencia del mencionado, y al verlo ahí, de pie bajo el porche de caso, era alfa surrealista.
Pestañeando reiteradas veces confirmó la presencia del alfa, y su lobo lado contento, y meneó su nívea cola de un lado a otro, demostrando lo feliz que estaba con la presencia del azabache.
—JungKook, ¿Qué haces aquí?—inquirió con incredulidad.—No, no, primero, ¿Cómo sabes donde vivo?
El alfa se encogió de hombros.
—Tu dirección está en tu perfil de la universidad.—respondió como si eso fuese algo irrelevante.—He venido a hablar contigo sobre lo ocurrido esta tarde.
—Mi hijo no hablará contigo.—dijo la voz su padre a lo que Jimin rodó sus ojos.—Mi hijo no hablara con ningún alfa, así que te sugiero que te marches.
—Papá, es el padre de mi cachorro.—dijo Jimin.—El cachorro del proyecto.—aclaró antes de que su padre se lanzara contra JungKook.
Sabiendo que no iba a poder hablar con JungKook con su padre presente, tomó al azabache del brazo para guiarlo hasta donde esté tenía estacionada su motocicleta.
—Bien, ¿De qué quiere hablar?—preguntó al mismo tiempo que se cruzaba de brazos una vez estuvieron lo suficientemente alejado de su padre.
—Mira, lamento lo de esta tarde, ¿de acuerdo?—expresó el alfa con una expresión en su rostro que denotaba seriedad.—Me desquite contigo un enojo que ciertos comentarios de mis amigos, así que lo siento.
El omega arqueó sus cejas anta la disculpa de JungKook. Si bien el que este hubiese llegado hasta su casa únicamente para disculparse era algo que no se había esperado en lo absoluto, no obstante debía darle un poco de crédito por ello.
—Está bien, vamos a dejar eso en el pasado, ¿te parece?—JungKook asintió.
Luego de ello hubo un incómodo silencio entre ambos que fue destrozado por la voz de JungKook.
—Bien, entonces creo que llegó la hora de marcharme.—JungKook bisbiseó.
Gguk papá de cachorro, diminnie quiere a Gguk. Haz que se quede.
Jimin suspiro antes las exigencias de su lobo.
—¿Deseas pasar? Digo aún queda algo de la comida de mamá y podrías cenar un poco antes de irte.
Observó como el alfa dudaba unos segundos antes de aceptar la oferta con un leve asentimiento y encogiéndose de hombros; por alguna extraña razón lejana a las exigencias de su lobo, se sentía aliviado de que JungKook hubiese acortado; para cuando se adentraron al interior de la vivienda las miradas asesinas de su padre no tardaron en ser hacia JungKook quien solo se limitaba a encogerse de hombros.
Y como era de esperarse, había sido él quien le había servido la cena a JungKook, colocándole grandes raciones de comida en su plato y asegurándose que todo lo que esté fuese a comer no estuviera frío. Con una sonrisa en el rostro y con su malestar completamente desaparecido de su sistema, observó a JungKook comer mientras mantenía una pequeña conversación con este.
Su lobo, por otra parte, ladraba orgulloso en su interior por tener al alfa en su vivienda y sobre todo estarlo alimentando.
Luego de comer JungKook se había ofrecido a ayudar a lavar los platos antes de marcharse, sin elevarlo no había previsto que le tomaría más de lo planeado y todo gracias a que Jimin no paraba de parlotear con su hermana sobre algo que él no entendía. Para cuando terminaron seco sus manos sobre sus jeans.
—Muchas gracias por la cena, no tenías porque.—profirió JungKook con cautela.—Sigo lamentando lo de esta tarde, me comporté como un idiota.—Hizo una pausa.—Como sea, lo mejor será que me marche...
El alfa no fue capaz de continuar debido a que fue interrumpido por el omega de cabellos amoratados.
—Es tarde, por favor, quédate a dormir.—sorpresivamente su pequeña mano se había aferrado a la camisa del alfa con la clara intención de retenerlo.—Como dije es algo noche y algo podía pasarte, además...
—Además, ¿qué?—El azabache preguntó con su cabeza levemente ladeada.
Jimin dudo unos segundos antes de gesticular su respuesta. Si bien era su lobo quien exigía pasar la noche con JungKook y una parte de él, extrañamente también lo deseaba, no podía hacérselo saber al último mencionado tan a la ligera.
—Te necesito esta noche.—La sorpresa se plasmó en el rostro del alto.—Me refiero, a que, por los efectos de la inyección, te necesito conmigo esta noche..., las náuseas ha sido horrendas en estas últimas horas, por favor.
No esperaba una respuesta afirmativa por parte de JungKook, puesto que con lo poco que tenían de conocerse sabía que no era del agrado de este. Algo que había demostrado las pocas veces que se habían reunido. Alejando su mano de la camisa de JungKook se preparó para recibir la negativa de parte de este.
—Está bien, me quedaré a dormir por esta noche, pero mañana me iré muy temprano, ¿de acuerdo?
Tanto Jimin como su lobo se sentía satisfechos.
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