C A P I T U L O. 30
Los días han transcurrido con rapidez, provocando que una serie de acontecimientos tuvieron lugar en sus vidas, así como también entre ellos se ha formado una obsesión por fundirse entre la pasión y el deseo. Sin embargo, a él le resulta totalmente imposible mantener el color carmesí lejos de su mejillas cada que recuerda cómo su lobo y él disfrutan una y otra vez de las caricias y la posesividad que Jungkook les brinda durante el sexo. Le es imposible no sentir como su entrada se lubrica ante el más mínimo recuerdo de sus encuentros.
Y aunque los recuerdos de sus encuentros no es lo único que calienta sus mejillas y formaba huracanes con mariposas en su estómago, sino también el hecho de que ha formalizado su relación con JungKook. Por lo que ahora podía gritarle a todos que era oficialmente el novio de Jeon JungKook. Y no había nadie sobre la faz de la tierra que pudiera siquiera interponerse en su relación, y mucho menos la omega rubia que se encontraba coqueteándole descaradamente a su novio.
Desde su lugar se permitió mantener su atención en la omega y obviamente en su alfa. Y debía darle gracias a la luna de que su novio fuera un tanto despistados con aquellas cosas que no le gustaban o no llamaban su atención, porque ni siquiera le prestaba atención a la omega rubia que con insistencia trataba de al menos conseguir una pequeña mirada. Algo que claramente no consiguió, y con ello tanto Jimin como su lobo se sintieron conformes.
Para cuando JungKook se unió a él con lo que habían ordenado en mano, Jimin le dedicó una pequeña sonrisa.
—Lamento haber tardado, pero no me entregaban tu hamburguesa doble.—el alfa dijo con cierto fastidio al mismo tiempo en él colocaba la bandeja sobre la mesa.—Té de limón, ¿cierto?—Jimin asintió.
—Gracias, puchunguito.
JungKook asintió con suavidad.
De forma lenta y sutil, ambos se fueron sumergiendo en una amena conversación donde únicamente tenían lugar los planes que tenían para los próximos días. Ya que, estaban a solo un par de días para darle la bienvenida a sus pequeñas vacaciones y ellos querían tener al menos una pequeña idea de en que momento podrían realizar ciertas actividades en conjunto sin verse afectadas por el celo programado de Jimin.
Mientras su conversación y su almuerzo seguía su curso, Jimin fue capaz de percibir la mirada algo intensa de alguien sobre ellos. Así que, con sutileza, giro levemente su cabeza en busca del dueño de aquella mirada, topándose con la misma omega de cabellos rubios, observando en dirección a ellos. Específicamente con sus ojos puestos sobre JungKook. Inevitablemente, se sintió irritado y molesto por la persistencia de la omega sobre JungKook, ¿Es que acaso no era obvio que él era el novio y omega de JungKook? Pero sobre todo, ¿Por qué tenía que ser tan desvergonzada para ver el alfa de alguien más?
Sintiendo el enojo y los celos, comenzando a entrar a un punto de ebullición en su interior y a su lobo ponerse en posición de ataque, Jimin trato de calmarse. No podía permitirse hacer una tonta escena de celos en público, cuando JungKook ni siquiera había estado al tanto de la situación y mucho menos había posado su atención en la omega.
Soltando un denso suspiró, el omega continuó degustando su comida en compañía de su novio, hasta que el estrepitoso llanto del cachorro mecánico brotó, captando la atención de ellos y de varios de los presentes en el pequeño establecimiento. A ellos no les tomó demasiado tiempo darse cuenta de que el llanto era porque el pequeño Gookie necesitaba con urgencia un cambio de pañal.
—Iré a cambiarlo.—JungKook anunció con la clara intención de colocarse de pie.
Jimin negó con levedad.
—No te preocupes. Iré yo.—susurró.—Además, el cambiador de cachorros solo están en los baños de omegas. Ya vuelvo.—sin decir más, dio un sorbo a su bebida y se colocó de pie.
Con Gookie entre sus brazos y la pequeña mochila de este sobre sus hombros, Jimin se encaminó a pasos ligeros hacia el baño. Donde al llegar se dispuso a hacer todo lo posible para que el llanto del bebé cesará.
El cambio de pañal era algo que podía hacer con rapidez y facilidad, todo gracias a la experiencia que había adquirido durante todos esos meses, y era algo que le hacía sentir orgulloso y no solo a él, sino también a JungKook, quien también tenía una agilidad para cambiar el pañal así como también muchas cosas más a comparación de lo que ambos podían hacer meses atrás. Sin duda ese proyecto les había sido de mucha utilidad.
Para cuando se encontraba terminado de acomodar la ropa de su cachorro mecánico, la puerta del sanitario se abrió y dio paso a un par de omegas. En un principio Jimin no presto atención a esta, hasta que la conversación que estas estaban manteniendo le hizo girar levemente su cabeza, encontrarse con la omega rubia que había estado tratando de obtener la atención de JungKook.
Gruñendo con levedad y con su lobo a punto de tomar el control, Jimin se obligó a tensar su dentadura y hacer pequeños ejercicios de respiración para calmarse, pero fue en vano cuando la omega abrió su bocotá.
—Ese alfa está rendido a mis pies. No ha dejado de verme.—Jimin quiso lanzársele encima.—Supongo que no ha visto omega más hermosa que yo.
—Pero, Sun hemos visto como ese alfa, ni siquiera te ha dirigido la mirada.—dijo la otra omega y Jimin sonrió con levedad.—Además, ese alfa anda junto a su omega y cachorro, dudo que siquiera pueda ver a otros omegas..., no te hagas falsas ilusiones.
—¡Cállate! Tú no sabes nada, no eres más que una tonta y fea omega que jamás consiguiera un alfa...,
Y eso fue el punto de explosión de Jimin.
—Ella podrá ser "fea"— Jimin comenzó a decir mientras tomaba a su cachorro en brazos.—Pero de tonta no tiene nada a comparación de ti. Incluso ella ha comprendido el mensaje que mi alfa te ha dado. Ni siquiera te ha mirado y tú quieres hacerte creer y hacerle creer a los demás que es como tú dices, ¡qué lamentable!
Con su cachorro en brazos y la mochila sobre su hombro, Jimin comenzó se acercó a la omega rubia.
—Y es por eso que es más probable que tu amiga consiga un buen alfa que la quiera y respete como se merece a que tú lo encuentres.—la omega rubia tuvo la intención de hablar, pero Jimin la detuvo.—No te molestes, porque nada bueno sale de tu boca.
—Eres un...
—Soy un omega que no tolera las de tu clase.—dijo.—Ahora te pido de favor.—el pequeño Gookie se removió en sus brazos.—Deja de ver a mi alfa o haré que mi pequeño retoño vomité en tu oxigenada cabeza.—gruñó molesto.
Sin decir más o esperar que la rubia pudiera decir algo, Jimin abandonó los baños sanitarios, para encaminarse hacia su mesa, donde al llegar JungKook lo recibió con una pequeña sonrisa.
—¿Todo bien?—el alfa preguntó.
Jimin asintió.
—¿Nos vamos?—Jimin preguntó con suavidad.—Necesitamos llegar a la universidad en media hora..., tengo que hacer unas cosas antes de la reunión con la rectora.
JungKook asintió y soltó un suspiro.
—Iré a pedir una pequeña bolsa, para llevar lo que lograste terminar de comer, ¿vale?—Jimin asintió.
—Te espero a fuera.
Al salir del establecimiento la suave brisa de ese día le revolvió los cabellos con suavidad haciendo que una pequeña sonrisa se formará en él, pero el recuerdo de lo curtido minutos atrás en el baño ocasionó que esta comenzara a desvanecerse. El sentimiento de culpa había comenzó a embargarle. Y es que su lado racional estaba comenzado a jugarlo por su acción impulsiva. Tal vez, no afrontó la situación de la mejor manera, pero Jimin podía dar fe de que pudo haber sido mejor, pero si su lobo no hubiese tomado el control.
Soltando un suspiro y sacudiendo su cabeza, trato de alejar esos pensamientos y el recuerdo de lo ocurrido. No tenía caso sobre pensar situaciones que ya no se podían corregir.
Para cuando JungKook se unió a él, rápidamente emprendieron su camino hasta la universidad, que para suerte de ambos estaba a solo cuatro cuadras de distancia.
—No puedo creer que al fin hayamos terminado este ciclo.—JungKook murmuró.—Fue algo agotador, pero estoy satisfecho con mis notas.
Jimin sonrió.
—Yo también estoy satisfecho con mis notas. Supongo que todo nuestro esfuerzo valió la pena.
JungKook soltó un pequeño "Mmju"
—Pero el ciclo aún no ha terminado. Aún hay estudiantes entregando proyectos y haciendo exámenes para salvar materias o todo el ciclo completo.—Jimin agregó con una pequeña mueca al recordar que su amigo Taemin era uno de esos.
—Sí, pero no debes preocuparte por ellos.—JungKook dijo mientras se encogía de hombros.—En su lugar deberías preocuparte por la reunión que tendremos con la rectora. Hoy nos harán una pequeña evaluación con el cachorro y nos dirán cuando debemos entregarlo.
Jimin se tensó en su sitio. Había olvidado que debían entregar al cachorro mecánico una vez comenzarán sus vacaciones de interciclo y se los regresarían una vez reanudarán las clases nuevamente. En pocas palabras, cuando comenzarán el último ciclo universitario.
Tomando una bocanada de aire y soltándolo en un profundo y denso suspiro, Jimin continuó el trayecto hacia la universidad sin decir palabra alguna. Y es que, desde que recordó que debía entregar a su cachorro mecánico un sentimiento de melancolía y tristeza se formó en su interior y su lobo se comenzó a comportar de una manera extraña. Casi inexplicable.
Fue así como durante el resto del día se vio acompañado por tales emociones y sensaciones. No obstante, estas se incrementaron cuando antes de finalizar su reunión con la rectora, este les comunicó que dentro de dos días debían entregar al muñeco mecánico, para seguidamente desearles unas felices y pacíficas vacaciones.
Casi cinco días habían transcurrido desde que tuvieron que entregar su pequeño Gookie y desde entonces ambos sentían un extraño vacío en sus días y sus lobos se sentían melancólicos al punto que había estado aullando lastimeros durante largos periodos. Y ambos podían jurar que sus lobos entrarían en un estado depresivo en cualquier momento, y es que nada parecía lograr sacar a sus animales internos de tal estado, por mucho que lo hubiesen intentado.
Muy probable ambos lobos hubiesen seguido en ese estado de no haber sido por la sorpresiva visita del hermano mayor de Jimin. Una visita que tanto Jimin y JungKook conocían el motivo de esta.
Con cierta impaciencia y nerviosismo, Jimin se encontraba acostado boca abajo sobre su cama, mientras que JungKook se encontraba sentado sobre el borde de esta a solo un par de centímetros a la espera de que Chanyeol terminará de preparar todas las inyecciones que se le serían colocadas en un par de minutos. Inyecciones que eran consecuencia de la inmadurez de su yo del pasado, y si pudiera retroceder el tiempo se habría obligado a no ir hasta esa farmacia para colocarse una inyección anticonceptiva sin antes haber visitado a un especialista.
Y es que, la única razón por la cual sé en encontrada en esa situación en la que debían programar sus celos era porque en su adolescencia había comentado el peor error de toda su vida. Al colocarse esa inyección anticonceptiva había descontrolado desmesuradamente su nivel hormonal a tal punto que había entrado en un estado de celo permanente. Si un celo que parecía nunca terminar al tal punto que estuvo casi dos meses entero en celo y todo porque ni siquiera los doctores sabían como tratar tal anomalía, hasta que por obras del destino se encontraron un especialista que había atendido casos similares en múltiples ocasiones.
Tras una serie de estudios, el doctor llegó a la conclusión de que la única solución a ese celo eterno era una pequeña dosis de un antígeno que bloqueaba la estimulación hormonal y la regulaba, pero que como consecuencia traía el tener que regular sus celos con la ayuda de otros antígenos y unos cuantos anticonceptivos inyectables. Y claramente debía tener un control cada quince días, para así evitar cualquier tipo de tragedias.
—Sería bueno que esperaras afuera.—Chanyeol le dijo a JungKook a lo que esté simplemente negó.—¿Por qué no?
—No voy a dejar a mi omega contigo.—gruñó.—Sé que eres su hermano, pero no confío en ti. Eres un alfa y justo ahora no eras más que una amenaza.
Park Chanyeol detuvo sus movimientos por un par de segundo y analizó las palabras de su cuñado.
—Ya veo.—susurró.—Tu lobo está respondido bien. Tanto tú como él están conscientes que será cuestión de minutos para que su celo empiece y ya sientes el instinto de protegerlo..., incluso de mí.—Chanyeol dio pequeños golpes a la jeringa que tenía entre sus manos para deshacerse de cualquier burbuja que pudiera haber.—Me alegra que seas el novio y alfa de Jimin.
—Sí. A todos nos alegra que JungKook sea mi alfa.—Jimin dijo interrumpiendo la conversación de ambos alfas.—Ahora apresúrate a ponerme a esas tontas inyecciones porque no quiero estar todo el día con el culo descubierto.—agregó con fastidio y JungKook inevitablemente gruñó.
Chanyeol negó con diversión.
—¿Realmente es eso o solo quieres empezar tu hora feliz con JungKook?—preguntó con sorna.
—Ambas. Ahora apresúrate.
Tras un par segundos después, el mayor de los Park ya se encontraba pasando la torunda con algodón sobre la zona glútea de Jimin, y segundos después colocando la primera inyección, la cual fue seguida de las demás por pequeños intervalos de tiempo e intercalando entre ambos glúteos.
Cuando el alfa anunció que había terminado, Jimin no tardó en acomodarse su ropa interior y su pantalón de dormir, mientras escuchaba a su hermano darle un par de indicaciones a JungKook antes de marcharse.
—No dudes en llamarme si algo pasa. Vendré corriendo lo más rápido que pueda, ¿de acuerdo?—Jimin escuchó a JungKook dar una respuesta afirmativa y segundos después como la puerta principal del departamento era cerrada.
JungKook no tardó en regresar a la habitación y lo primero que hizo al ingresar fue cuestionarlo sobre si se encontraba bien, a lo que respondió afirmativamente.
El tiempo transcurrió con normalidad, hasta que después de una hora y media los síntomas del celo comenzaron a presentarse. El calor corporal del omega aumento, los dolores en su vientre bajo dieron inicio y su entrada había empozo a lubricarse, así como sus feromonas inundaron cada rincón del departamento, despertando consigo el lado más primitivo de JungKook al punto de que este ya miraba a Jimin como una presa que pretendía saborear y devorar hasta que no hubiese un mañana.
—Alfa..., por favor.—Jimin jadeó mientras comenzaba a retorcerse sobre el colchón.—Te necesito.
JungKook gruñó y con movimientos rápidos acortó la distancia que había entre ellos, y manipular el cuerpo del omega con facilidad para seguidamente posicionarse entre sus piernas. Sus labios no tardaron en tomar posesión sobre los de Jimin en un angurriento beso.
—Dime que necesitas de mí, manzanita.
—Todo..., por favor.—Jimin comenzó a restregarse contra el cuerpo de JungKook.—fóllame..., anúdame..., ¡hazme tuyo alfa y lléname de tus cachorros!
Esas palabras fueron las que dieron inicio al celo del omega y sobre todo fueron las causantes de que JungKook mandara por un tubo todo su lado racional y su autocontrol, porque desde el segundo cero se encargó de satisfacer las necesidades sexuales y a mimar a su omega.
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