C A P I T U L O. 3
La multitud de estudiantes se encontraba a las afueras del audiroom donde en pocos minutos recibirían las nuevas indicaciones o información sobre cómo se realizaría el proyecto desde ese momento, o cuáles serías los pasos a seguir; apoyado sobre la pared con una actitud de aburrimiento estudio a los estudiantes que se encontraban a su alrededor y entre ellos había visto a su primo con TaeHyung charlando amenamente como si fuesen grandes amigos, por otro lado, pudo observar al ex de TaeHyung, NamJoon charlando una linda omega que si no se equivocaba se llamaba Soyou, una estudiante de último año de enfermería.
La mayoría ya se encontraba con sus respectivas parejas, a excepción de él, quien no vía al omega de cabellos amoratados por ningún lado, denotando que no había llegado aún, probablemente porque había tenido un atraso o porque se había sentido ofendido por lo sucedido el día anterior, no obstante esperaba que el omega fuese alguien maduro y le restara importancia a lo del día anterior. Tomando una bocanada de aire, cerros los ojos para evitar tener que observar las expresiones de los demás y sobre todo para evitar buscar al omega con la mirada.
No deseaba encontrarse a sí mismos ansiosos por la llegada del omega, y no era que le gustase o algo parecido, más bien era que no deseaba tener que perderse la convocatoria o tener que soportar un llamado de atención por la falta de su pareja de proyecto, lo cual indicaría que como pareja le había tocado uno de esos típicos estudiantes parásitos que esperaban que los demás hicieran las cosas por ellos y así obtener una nota excelente sin tener que mover un solo dedo, y de ser así, JungKook ya se miraba estancado en su último año porque no toleraría ese tipo de actitudes.
Los minutos pasaban y Jimin no hacía acto de presencia aumentando su mal humor. Golpeando el piso con la punta de su boca, observó como la puerta del audiroom era abierta para que los convocados fuesen entrando poco a poco, dejándolo solo él a mitad del extenso pasillo.
—¡Puta mierda!—Siseó molesto mientras se despegaba de la pared con intenciones de golpearla.
A JungKook no le gusta ser irresponsable, ni impuntual, y eso era algo que ya se había mencionado, y el que su pareja de proyecto estuviera retrasado, le jodía las pelotas de sobremanera; sin saber si quedarse ahí a la espera de Jimin o entrar al audiroom, comenzó a caminar de un lado a otro como un animal enjaulado estudiando a profundidad sus opciones y aunque no se dispusiera a siquiera pensarlo la opción más viable era que entrara a la reunión, y ya después vería que haría con su compañero.
Tomando una bocanada de aire se dispuso a caminar hasta la puerta para así poder entrar, sin embargo, antes de que pudiera siquiera tomar el pomo entre su mano, se escuchó el sonido de pasos en todo el pasillo como si alguien viniera corriendo como loco, y fue cuestión de segundos para tener al omega de cabellos morados a solo pasos suyos intentando recobrar el aliento, y poco segundos un alfa con varios piercings y tatuajes en el rostro hizo acto de presencia y se posicionó junto a Jimin.
—Te dije que no era necesario que me acompañaras hasta acá.—profirió el omega en un hilo de voz.—Pero gracias por el pequeño aventón, DongSun.
—Tenía que asegurarme que llegarás con bien, y de nada, ya sabes que siempre estoy para ti.—replicó el alfa con una sonrisa coqueta que a JungKook le pereció ridícula y vergonzosa.—Y no olvides llamarme cuando nuevamente te envíen a impartir clases de teatro en los barrios bajos.
El omega de cabellos morados asintió levemente antes aquellas palabras para posteriormente comenzar a despedirse del extraño alfa. JungKook por su parte, observaba la escena con una ceja arqueada y una mueca de desagrado en su rostro, y no era que encontrara repugnante los tatuajes, ya que él contaba con varios, si no era el hecho la cantidad de tinta que había en el rostro del alfa que en lugar de verse llamativo se miraba ridículo y repulsivo, pero no podía esperar más de alguien que vivía en los barrios bajos y que probablemente no tuviera ni una pizca de sentido común o educación más allá de la que se te da en las calles.
La escena se prolongó hasta que el alfa extraño abandonó el lugar con una extraña seña que daba a entender que deseaba que el omega le llamara, o algo por el estilo.
Rodando los ojos impacientes por ver que el omega trataba de excusarse de lo porque había llegado tarde, en lugar de apresurarse a entrar, le corto diciendo que no le importaba escuchar las excusas de un irresponsable e impuntual para luego adentrarse al audiroom sin percatarse de la expresión de tristeza que se formó en el rostro del omega que segundos después le siguió. Muy probablemente se estaba comportando como un patán con su compañero, pero era su forma de actuar con cualquiera que no fuese su mejor amigo o sus allegados más cercanos.
Una vez se adentraron al lugar, ambos inconscientemente suspiraron, aliviándose al notar que podían firmar su asistencia y que la rectora aún no se encontraba hablando de nada importante más allá de recalcar lo hablado la convocatoria anterior. Para cuando se ubicaron en los únicos dos asientos vacíos se dispusieron a prestar atención a las palabras de la alfa.
—Muy bien jóvenes, luego de este pequeño recordatorio del porqué estamos realizando este proyecto y entre otras cosas más pasaremos al centro de esta convocatoria, pero antes deseo tocar un punto relevante.—profirió la rectora con seriedad.—Como era de esperarse, hemos tenido varios casos de estudiantes que se han negado a participar condenando a sus respectivas parejas a no graduarse, por ello hemos decidido reasignarle pareja a quienes están sin una.—comunicó.
JungKook abrió ojos en demasía, sorprendido por la valentía de aquellos de reusarse a participar, y sobre todo por poner en juego todos los años de estudio de su carrera, ya en la recta final, sí, eran valientes, pero no dignos de admirar. Jimin por si parte no podía creer que habían cambiaformas con un pensamiento tan tonto como para tirar al bote sus años de estudio, no cabía duda que ese tipo de estudiantes no eran más que aquellos que siempre vivían colgados de los demás y que probablemente serían profesionales mediocres.
—Muy bien, con respecto aquellos que si cuentan con su respectiva pareja, pasaremos a la siguiente fase.—anunció ocasionando que los estudiantes se volvieran a ver entre sí confundidos.—Sé que para algunos les sea complicado esta fase, para otros no, o incluso se sientan algo temeroso, pero quiero aclararles que no correrán ningún riego a causa de efectos secundarios, pues nosotros no pondremos la salud física, ni mental de nuestros alumnos.
Para todos resultó gracioso que la alfa vociferará aquellas palabras cuando, a lo largo de los años que habían cursado estudiando, habían pasado por situaciones en las que la salud mental o física se veía en riegos gracias a las varias actividades, parciales, entre otras cosas que le habían obligado a no dormir, comer y qué sobre todo les obligaba a sobrecargar sus cerebros, ya que muchas veces tenían hasta cuatro actividades–parciales cortos, actividades en clases, parciales finales, entre otras— en un solo día.
—La siguiente fase consta de una pequeña inyección que contiene un antídoto que ocasionó que el omega genere las reacciones o los cambios que un embarazo produce, afectando levemente el sistema nervioso, hormonal y el lobo interno de los y las omegas, y algunas alfas femeninas, únicamente para lograr esta reacciones y cambios.—explicó mientras que en gran telón se transmitía un pequeño video sobre la aplicación de la inyección.
El lobo interno de Jimin se movió inquieto en su interior y chilló asustado con tan solo escuchar aquellas palabras, que el mismo se removió incómodo en su asiento, y soltó un pequeño jadeo apenas audible que demostraba lo temeroso que estaba, y no era que le tuviera miedo a las agujas, al contrario, era el miedo a como resultaría todo si los efectos secundarios eran más drásticos en él.
El tiempo restará de la charla, Jimin se concentró en tratar de controlar a su inquieto lobo que aullaba por la protección de su alfa, un alfa que Jimin claramente no tenía, ni de asomo, por lo cual su atención ante las palabras de la rectora fue completamente nula, y esperaba que al menos su compañero hubiera prestado atención. Cuando la charla dio por terminada, Jimin no fue consciente en que momento se puso de pie para disponerse a largarse de ese lugar lo antes posible, pero lastimosamente su cometido no llegó a mucho, pues fue tomado por el brazo por su pareja.
—¿A dónde vas?—inquirió el alfa con un deje de molestia en su voz.
Jimin buscó con la mirada una vía de escape, pero las ubicas dos puertas estaban obstruidas por los alumnos que deseaban salir.
—Y-yo..., no me siento bien.—susurro Jimin.—Quería ir al baño antes de mi próxima clase.
—Hay una baño cerca de la enfermería.—Jimin frunció levemente el entrecejo.—No prestaste atención, ¿cierto?—el omega formó una pequeña mueca, mientas que JungKook se limitó a asentir.—Somos la pareja trece, hoy se te colocará la inyección.
Jimin se encontraba sentado sobre la pequeña camilla que había en el reducido espacio que ocupaba la enfermería, y con nerviosismo comenzó a balancear sus piernas mientras observaba a la doctora a cargo del procedimiento revisar lo que parecía el expediente de ellos. Tomando varias bocanadas de aire, continuo intentado de controlar a su lobo que seguía chillando por su alfa, pero parecía ser una misión imposible y más si tenía a su compañero de equipo parado a solo unos centímetros de él.
JungKook por su parte se encontraba con el entrecejo fruncido y con sus brazos cruzados sobre su pecho, intentando aparentar desinterés y tranquilidad, mientras que en su interior mantenía una lucha continua con su lobo, quien exigía cuidar de su omega, de protegerlo en sus brazos y susurrarle que todo estaría bien, no obstante, él no contaba con ningún omega, y dudaba mucho tener uno en un futuro cercano. Soltando un pequeño suspiro dirigió su mirada hacia el omega de cabellos morados y de piel nívea, balancear sus piernas mientras observaba a su alrededor como si buscara una vía de escape, era más que evidente el nerviosismo en el más bajo.
—¿Les tienes miedo a las agujas?—preguntó antes de siquiera darse cuenta.
Jimin negó levemente al mismo tiempo que bajaba su vista al piso.
—Entonces, ¿Que es lo que te tiene nervioso en primer lugar?—inquirió con una ceja enarcada.
—A los efectos secundarios.—respondió en voz baja para que únicamente JungKook pudiera escucharle.—De alguna u otra forma esto nos afectará a nivel emocional..., digo, nuestro cuerpo y nuestros lobos pensarán que en realidad estamos en cinta y cuando el efecto de la inyección/antídoto termine, sentiremos que hemos perdido a nuestros bebés..., —Y Jimin no pudo terminar de explicarle a JungKook, puesto que se vio interrumpido por la voz de la doctora.
Ambos menores llevaron su vista hacia la beta, quien sostenía en su mano derecha en folder de color celeste, mientras que en la otra un tarro metálico donde seguramente había algodones empapados en alcohol.
—Lamentó haberlo hecho esperar tanto, pero hubo una pequeña confusión con el expediente de ustedes y otro.—comentó la beta con una sonrisa.—Lo bueno es que me di cuenta o iba a colocarte la dosis del antídoto equivocado.—agregó sutilmente.
—¿Antídoto equivocado?—inquirió JungKook con el entrecejo fruncido.—¿Acaso no se le aplica la misma a cada omega?
La doctora negó divertida.
—No, son completamente diferentes.—respondió.—Miren, les voy a explicar.—dijo cuando noto el desconcierto en el rostro de los estudiantes.—A cada pareja se les ha asignado el sexo y jerarquía de uno o varios cachorros diferente entre sí, y es por ello que cada antídoto, fórmula o como quieran llamarle tiene diferentes componentes que logran los cambio y reacciones que un embarazo acorde al número de cachorros, sexo y jerarquía produce.—explicó de una manera sencilla al mismo tiempo que se acercaba a la camilla y colocaba el tarro metálico sobre esta.
Aun sosteniendo el folder de color sobre sus manos, estudió la expresión de omega tanto como la del alfa, y para ella no cabía duda de que hacían una buena pareja.
—¿A nosotros que cuantos cachorros nos tocó?—preguntó Jimin un poco temeroso.
—Por suerte solo uno.—respondió la beta.—Es un varón y su jerarquía es un alfa.—informó y de reojo pudo notar la sonrisa de suficiencia en el rostro del alfa, mientras que el omega a penas era perceptible la ilusión.—Ahora necesito que te acuestes boca abajo, porque la inyección debe ser colocada en la región glútea.
Jimin tomó un pequeño suspiro antes de pararse para posteriormente bajarse levemente los pantalones, de forma que solo uno de sus glúteos quedase expuesto, y agradecía que el alfa se hubiese dado vuelta para darle ese pequeño espacio de privacidad porque de lo contrario no sabría como verle a la cara después de eso.
Una vez estuvo acostado como la beta le indicó, sintió cómo está pasaba un gol don sobre la zona donde la aguja ingresaría.
—Los efectos durarán una o dos semanas, y es muy probable que desees pasar todo ese tiempo con tu pareja, en este caso JungKook, así que les sugiero que tengan el número de contacto del otro, ¿De acuerdo?—Y tanto JungKook como Jimin asintieron.—Y para usted señor, Jeon, sea comprensible con su omega, pasará por un cambio constante de emociones y más que probable que tenga que llevárselo a vivir a su caso o usted se vaya a vivir a la de él por todo lo que dure el efecto.
JungKook al escuchar lo último esperaba que no hubiese la necesidad de que ambos tuvieran que convivir juntos como una pareja normal que esperaba un cachorro. Soltando una bocanada de aire le imploro a la luna que no le castigara de tal forma, ya que él solo quería llevar a cabo ese proyecto lo mejor posible, pero sin tener que involucrarse demasiado con el omega de cabellos morados.
—Los efectos empezarán a surgir mañana, posiblemente a primera hora del día.—informó al mismo tiempo que tiraba al cesto de la basura la jeringa y aguja utilizada.—Así que ya pueden retirarse.—murmuro
Jimin frunció levemente su entrecejo, al mismo tiempo qué se levantaba y recomponía su ropa, y es que no había sentido el dolor característico que provocaba el ser inyectado, al contrario, solo había sentido los dedos de la doctora apretando levemente una región de su glúteo. Una vez estuvo listo para marcharse, tocó levemente el hombro de JungKook para anunciarle que ya podían irse, y tras agradecerle a la doctora, ambos se encaminaron hasta la puerta, pero antes de que siquiera pudieran cruzar el marco de la puerta la doctora habló.
—Señor Jeon, me gustaría hablar con usted a solas unos minutos antes de que pueda retirarse.—dijo sin levantar la vista de los expedientes que tenía frente a sus ojos.
Jimin se encogió de hombros.
—Supongo que te mantendré informado si cualquier cosa pasa, ¿de acuerdo?—dijo Jimin antes de salir del consultorio.
Una vez el omega se marchó, se giró para caminar hasta quedar parado frente al escritorio.
—¿En qué puedo ayudarle?—preguntó el alfa con una ceja arqueada.
La beta suspiró antes de hablar.
—Tome asiento por favor.—pidió mientras hacía una ademaba para que acatara la orden.—Seré breve, solo quiero decirle los cambios por lo que su pareja de proyecto pasará, así que le pido que preste atención a mí palabras, ¿De acuerdo?
JungKook no lograba comprender que más podría decirle ala doctora, aparte de lo que ya se le había explicado en la reunión, no obstante asintió.
—Está bien, dígame.—profirió con seriedad, y la doctora comenzó a hablar.
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