
C A P I T U L O. 29.1
Con el estrepitoso sonido de la molesta alarma resonando por las paredes de la habitación en compañía del molesto y sofocante llanto del muñeco mecánico, hicieron que JungKook se removiera con incomodidad y cierta molestia entre las suaves sabanas que cubrían su cuerpo. Y ciertamente esperaba que el omega que reposaba junto a él se levantará a apagar la molesta alarma y atender al cachorro mecánico hasta hacerlo callar. Sin embargo, para su infortunio nada de eso ocurrió.
Al contrario de lo que esperaba el omega solo soltó un sonido de protesta mientras se removía con brusquedad sobre el colchón. Y aunque tontamente se permitió esperar un par de segundos a que el omega hiciera cualquier amago de levantarse o siquiera se despertará, no sucedió. Frustrado y con un deje de mal humor, JungKook se vio obligado a dejar la comodidad el calor de su cama. Y con movimientos bruscos y soltando pequeños gruñidos se aproximó a la mesita de noche que el omega tenía junto a su lado de la cama, para apagar la tonta y molesta alarma.
En cuanto la pantalla que proyectaba el constante sonar de la alarma desapareció y la pantalla de bloqueó apareció en el celular del omega, JungKook pudo observar que se había despertado un jodido sábado a las seis de la mañana. Ciertamente le frustraba un poco el hecho de haber despertado antes de lo esperado, pero con solo retomar un poco más la consciencia, JungKook logró comprender porque Jimin no había sido capaz de levantarse o de siquiera sentir la alarma.
Y es que, las últimas semanas habían sido un caos total para cualquier estudiante universitario. Habían está bajo la presión de los últimos trabajos y evaluaciones del ciclo estudiantil, y como si eso hubiese sido poco, también habían tenido complicaciones con los muñecos mecánicos, porque estos se habían puesto un tanto rebeldes, justo como habían sido notificado por las autoridades de la universidad, pero habían un factor más que debían agregarle a las horrorosa semanas que Jimin había tenido que vivir y era sus turnos en el trabajó. Por lo que el pobre omega tenía tan poco tiempo entre todas sus obligaciones para descansar como era debido.
Pero como todo esfuerzo tenía su recompensa, Jimin había recibido ese fin de semana libre en su trabajo y para suerte suya también estaba libre de obligaciones académicas, por lo que podía descansar todo lo necesario para recuperar fuerzas. Y JungKook lo comprendía a la perfección.
Soltando un bostezo y añorando el calor de su cama, JungKook camino rápidamente hasta la habitación del cachorro mecánico. Donde este se encontraba llorando colérico.
Para el alfa fue cuestión de un par de minutos el calmar por completo el llanto del cachorro, quien había estado llorando por la incomodidad de su pañal sucio, pero sobretodo por hambre.
—Últimamente nos has estado dando muchos problemas, pequeño bribón.—JungKook murmuró hacia el cachorro mecánico que yacía terminando el biberón que le había preparado con anterioridad.—Vamos a sacarte esos gases y luego vas a acompañarme a comprar el desayuno, ¿de acuerdo?
Tan solo diez minutos después JungKook se encontraba abandonando el departamento con sus planes y cartera en mano, y con el cachorro mecánico bien asegurado en su cangurera; el trayecto hacia la pequeña cafetería que se encontraba a solo unas cuadras de su edificio fue relativamente corto gracias a la agilidad que JungKook tenía a la hora de caminar. En cuanto ingreso a ola cafeteria se encamino hacia el pequeño mostrador, para ordenar lo que creía ciegamente que a Jimin le gustaría desayunar esa mañana y lo que él tomaría para desayuno.
Un vez recibió su pedido, JungKook no tardo en emprender su camino de regreso al departamento. Para suerte suya, no tuvo demasiadas distracciones durante su trayecto, porque en cuestión de minutos, ya se encontraba ingresando el código de la cerradura electrónica de la puerta de su departamento. Al ingresar espero contraerse con Jimin deambulando por la sala de estar o la cocina, pero en su lugar se encontró con ambas estancias vacías, por lo que supuso que el omega aun seguía durmiendo.
—Bueno, pequeño bribón al parecer el señor de este humilde hogar no planea despertar aún.—JungKook le dijo al pequeño Gookie al mismo tiempo en el que colocaba las bolsas sobre la barra del desayuno.—¿Te parece si vemos algo en la televisión mientras yo desayuno?—pregunto y en respuesta recibió un pequeño gorjeo por parte del pequeño cachorro mecánico.—Tomare eso como un si.
Con movimientos rápidos y cuidadosos saco al pequeño Gookie de la cangurera, para llevarlo al pequeño corral, donde este no dudo en jugar con sus pequeños juguetes y desplazarse sobre el pequeño tapete con sus pequeños y torpes pasos. Él por su parte se apresuro a tomar el pequeño contenedor desechable donde se encontraba su desayuno y la bebida que había ordenado, para encaminarse hacia el cómodo sofa, donde al tomar asiento cogio el mando a distancia de la pantalla. Sin embargo, cuando se dispuso a encenderla el sonido a la distancia de un celular sonando lo interrumpió. Y por varios segundos decidió ignorarlo, hasta que el sonido desapareció. No obstante, el sonido de una llamada entrante volvió a resonar, en tres ocasiones más que se vio obligado a caminar a base de pequeño gruñidos y maldiciones hacia la habitación.
Al llegar, se encontró con el celular de Jimin sonando sin cesar, por lo que él se atrevió a aproximarse y ver quien llamaba con tanta insistencia y al darse cuenta que se trataba de Chanyeol el hermano mayor de Jimin, no dudo en tomar el aparato, para contestar.
—Hola.—fue lo primero que JungKook dijo.
—¡Por el amor a la sagrada luna y a mi madre, Jimin! ¡Hasta que por fin contestas!
—¡Oh! Chanyeol, soy JungKook. Jimin esta dormido. Lamento haber contestado la llamada, pero Jimin esta dormido y al ver la insistencia en tus llamadas, pensé que se trataba de una emergencia.—dijo con cautela.—¿Esta todo bien? ¿Le ha pasado algo a los padres de Jimin o alguno de...
JungKook no pudo continuar, porque fue interrumpido por la voz de Chanyeol.
—¡No! Todos estamos bien.—el alfa dijo a través de la línea.—Solo..., es que llevo días queriendo hablar con Jimin, pero nunca atiende mis llamas, pero ya que tú has contestado, me facilitas un poco las cosas, ¿Puedo hablar un momento contigo?
JungKook frunció levemente su entrecejo.
—Si, ¿Ocurre algo?
—Nada de que preocuparse. Solo me gustaría saber si Jimin ha hablado contigo de algo en específico...
—¿Algo en específico? ¿Cómo que?
Hubo un corto silencio antes de que JungKook escuchará al hermano de Jimin suspirar con pesadez a través de la línea.
—Como algo que debe hacer antes de que programemos su celo.
JungKook no comprendía nada de lo que el hermano de Jimin había dicho. Sin embargo, en su mente había comenzado a rondar le pregunta ¿A que se refería con programar el celo de Jimin? Pero, por mucho que quisiera obtener una respuesta, probablemente no la recibiría, porque era algo que no le concernía.
—La verdad es que, hasta el momento no hemos tenido tiempo, para hablar del celo de Jimin. Las ultimas semanas han sido un caos y hemos estado con la mente en otras cosas.—dijo.
Y hubo otro corto silencio, seguido de un pequeño murmullo de palabras que JungKook no logro comprender.
—JungKook, ¿ Tienes tiempo de pasarte por mi consultorio hoy?
—Si, ¿Por qué?
—Me gustaría que estuvieras aquí en una hora y media..., ¿Puedes?
—Podría estar ahí en maximo dos horas, aún tengo unas cositas que hacer y...
—Perfecto, nos vemos en dos horas. Y por favor, no te preocupes, que no se trata de algo malo, ni mucho menos pienses que Jimin tiene alguna enfermedad. Simplemente quiero hablar contigo sobre algo que debe suceder antes del celo de mi hermano.
Y tras una pequeña despedida y de reafirmar la hora de la visita, Chanyeol colgó la llamada dejando a JungKook con varias preguntas rondando en su cabeza; dejando el celular sobre la mesita de noche, JungKook volvió a la sala, para devorar su desayuno lo más rápido posible, para así poder alistarse y ver si Jimin despertaba, para dejarle al pequeño Gookie o si tenia que llevárselo.
Para suerte del alfa, Jimin había despertado minutos antes de que siquiera pudiera marcharse. Tras un afectuoso "buenos días" acompañado de pequeños besos y una que otra caricia picara, JungKook le hizo saber que tenia que salir a hacer una pequeña diligencia, por lo que Jimin había optado por quedarse con el pequeño Gookie.
Con varios besos más y una pequeña promesa de regresar lo más pronto posible JungKook emprendió camino hasta el consultorio de Chanyeol.
El reloj que se situaba sobre el pequeño buró de la sala de estar marcaba casi la una y media de la tarde, y Jimin ya había comenzado a desesperarse por la llegada de JungKook. Habían pasado casi siete horas desde que este se había marchado y aun no tenia noticias de él y mucho menos se dignaba a responder sus llamas o siquiera dejarle en vistos los mensajes.
Tanto él como su lobo extrañaban al alfa.
Frustrado y un tanto desesperado, Jimin se removió levemente sobre el sofá con el extremo cuidado de no despertar al su cachorro mecánico, quien se encontraba tomando su siesta de la tarde, mientras él disfrutaba de un buen maratón de películas animadas. Y para ser plenamente sincero no estaba prestando la debida atención a la película que minutos atrás había escogido, sino que en su lugar le dedicaba pequeñas miradas hacia la puerta del departamento con la esperanza de que JungKook hiciera acto de presencia.
Los minutos transcurrieron con lentitud que Jimin podia jurar que había pasado un eternidad desde la ultima vez que la manecilla del reloj de había movido. Soltando un bufido y maldiciendo por lo bajo, Jimin estaba dispuesto a hacer algo un poco más productivo para aligerar su espera, pero antes de que siquiera pudiera ponerle pausa a la película, la puerta principal del departamento se abrió dandole paso a un Jeon JungKook hablando por teléfono con una expresión y tono de voz que denotaba seriedad.
—Tienes viente minutos para venir.—JungKook hizo un corto silencio.—¡Que si! Tendré todo listo, ahora deja de llorar y paganos el favor que nos debes tú y tu tonto novio.—Sin decir más JungKook corto la llamada.
Jimin por su parte se encontraba un tanto curioso por saber con quien había estado hablando JungKook, pero antes de que siquiera tuviera la intención de preguntar, el alfa lo saludo con brevedad, para segundos después caminar con extrema rapidez hasta el cuarto del cachorro mecánico, de donde no salió hasta minutos después con una pequeña maleta sobre su hombro.
—¿Y esa maleta?—Jimin preguntó con curiosidad y suavidad, para no despertar al cachorro mecánico.
—Es de Gookie. TaeHyung vendrá a recogerlo pronto, porque lo cuidara por nosotros este fin de semana...
—¿Qué? ¿Por qué?—el omega interrumpió.—¿Por qué TaeHyung tendría que cuidar de nuestro Gookie si nosotros somos capaces de hacerlo?—inquirió.—Además, Gookie esta dormido, no puede llevárselo así y tampoco lo voy a consentir.
JungKook permaneció en silencio con una expresión en su rostro que Jimin no fue capaz de descifrar.
—No sé de que va todo esto, pero simplemente no puedes tomar decisiones sobre nuestro cachorro sin consultarme. Simplemente no puedes JungKook.
Y muy probablemente Jimin tuviera plenamente la razón, pero JungKook podía justificar su actuar tan fácilmente y estaba seguro que el lobo de Jimin probablemente podría llegar a agradecérselo.
—Jimin, solo dire una cosa y estoy seguro que entenderás el porqué estoy haciendo esto.—JungKook dijo con una falsa tranquilidad, como si su lobo no estuviera vuelto loco por la desesperación y totalmente ansioso en su interior.—He ido a ver a Chanyeol, estoy seguro que te puedes hacer una idea de lo que hemos hablado, ¿cierto?—Jimin se congeló en su lugar y en su rostro se formó una expresión de asombro y vergüenza.—Y creo que deberías llamarlo en lo que viene TaeHyung, porque te aseguro que tú y yo tendremos una plática en la que no necesitaremos la presencia de Gookie.
Para Jimin el simple hecho de escuchar que JungKook, el alfa que lo estaba cortejando había ido a hablar con su hermano mayor esa mañana, le dejaba en claro que su hermano se había cansado de esperar que él diera pie a esa conversación tan importante que había pospuesto por semanas. Con la cabeza siendo un lío de pensamiento y preguntas, el omega no fue capaz de si quiera sentir, cuando el cachorro mecánico fue alejado de su pecho, ni mucho menos, cuado JungKook se desplazó por el departamento en buscar del pequeño cochecito para bebés. Y muy probablemente hubiese seguido naufragando en el océano de sus pensamientos de no haber sido por la llamada entrante en su celular, la cual como había sido de esperarse se trataba de Chanyeol.
Y claramente su hermano lo iba a escuchar por tomarse atribuciones que no le concernía o qué tal vez si. Tras una pequeña mirada a JungKook y a su pequeña Gookie, Jimin se marcho a la habitación donde contesto la llamada.
JungKook por su parte se limitó a soltar un pequeño suspiro al mismo tiempo en el que colocaba con cuidado al cachorro mecánico sobre su cochecito. A pesar de que Gookie se encontraba dormido y no era más que un muñeco que simulaba las acciones de un cachorro de verdad, JungKook podía jurar que su lobo tenía cierto apego con este. Tal vez, solo era algo instintivo de su animal interior o tal vez era ese sueño frustrado que por mucho tiempo escondió y creyó inexistente gracia a cierto omega y que ahora poco a poco comenzaba a salir a luz.
—Bien pequeño bribón, pasarás el fin de semana con tu tío Tae y su tonto novio, pero vas darle tanta, pero tanta lata que les sacaras cañas verdes, rojas y azules. Hazle pagar por ser un tío tonto y feo.—JungKook le dijo al pequeño muñeco.—O de lo contrario no voy a dejar que...
Aunque al alfa le hubiera gustado terminar la frase, el sonido del timbre se hizo sonar, por lo que JungKook intuía que se trataba de TaeHyung. Y a decir verdad, JungKook no podía creer que el omega hubiese llegado antes de lo previsto, pero lo agradecía.
Sin perder tiempo empujó el cochecito hasta la puerta principal donde al abrirla se encontró con la presencia que no había esperado. Jung Hoseok su primo se encontraba frente a él después de tanto tiempo.
—TaeHyung me mandó por tu muñeco.—Fue lo único que el alfa mayor dijo a lo que JungKook le entregó la maleta y el cochecito a Hoseok.—¿Cuándo debemos entregarte a tu hijo mecánico?
—El lunes por la mañana. Pero, eso lo coordinaré con Tae después.—Hoseok asintió.—Y gracias por cuidarlo este fin de semana.
Hoseok volvió a asentir y tras una pequeña reverencia emprendió su marcha. JungKook por su parte únicamente se encogió de hombros, restándole importancia a esa situación y seguidamente cerró la puerta del departamento.
Llegar hasta la habitación donde Jimin se encontraba finalizando la llamada con su hermano no le tomó demasiado.
El omega soltó un suspiro antes de lanzar su celular sobre la cama. Estaba demasiado avergonzado y nervioso que podia jurar que todo era palpable en su rostro. Y la expresión del alfa se lo confirmaba.
—Y-yo..., esto es muy vergonzoso.—Jimin murmuró por lo bajo.—Pero, como es que tú terminaste hablando con Chanyeol en primer lugar.
JungKook mordió levemente su labio inferior antes de hablar.
—Bueno, puede que haya tenido el atrevimiento de contestar la llamada. Y lamento haberlo hecho sin tu permiso, pero tu celular sonaba de manera insistente que pensé qué tal vez se trataba de una emergencia y cuando vi que era tu hermano, no pude evitar pensar que algo le había sucedido a tu familia.—Jimin no podia reprocharle o juzgarlo, porque claramente él habría hecho lo mismo de haber estado en la posición de JungKook.
El alfa continuo relatando como había su llamada con Chanyeol y como también había ido a parar al consultorio de este.
—¿Qué te dijo mi hermano sobre mi?—se atrevió a preguntar con un deje de vergüenza y miedo.
—Nada que no debería saber. Sé que es tu medico de referencia y por ende tu hermano no me dio detalles que no debía.—las palabras del alfa calmaba de cierta forma al omega.—Él solo me dijo lo que teníamos que hacer antes de tu celo y el porqué.
Las mejillas de Jimin se colorearon de un rojo carmesí y su lobo bajo levemente las orejas.
—¿Qué se supone que debemos hacer?—una pregunta tonta, porque era más que obvio que su hermano no había tenido en reparo en decirle a JungKook las cosas tal y como eran, pero él necesitaba confirmar una vez más que ambos se encontraban en la misma pagina.
—¿Sin filtros?
—Sin filtro, por favor.—Jimin bisbiseó.
JungKook relamió levemente sus labios
—Que follaramos.— a Jimin le resultó difícil no sonrojarse más y sentir esa toneladas de mariposas en su estomago. Y su tonto lobo no tardo en comenzar a mover su rabo de lado a lado.—Dijo que tú y yo teníamos que follar antes de programar tu celo, para saber si nuestro lobos conectaban en el ámbito sexual, porque tu lobo suele ser un tanto complicado a la hora del celo.
—¿Y? ¿Tú estas dispuesto? Digo, ¿Quieres follar conmigo antes de mi celo?
JungKook tuvo que contenerse, para no soltar una carcajada por las preguntas de Jimin. Por que, ciertamente él había estado demasiado ansioso a la espera de que el celo de Jimin se presentara y acabar por fin la tortura de tener que contenerse.
—¡Mierda, manzanita! ¿Qué si quiero?—JungKook comenzó acortar la distancia que había entre él y Jimin.—No sabes lo difícil que ha sido para mi el controlarme cada vez que te beso, para hacerte mío. No sabes cuánto ansío recorrer cada rincón de cuerpo y lo mucho que deseó llenarte de mi y llevarte al puto cielo.
La respiración de Jimin se detuvo y el cosquilleo en su viente bajo se hizo presente, así como también la sensación de su lubricante natural. Estaba más que claro que JungKook tenia el poder hacerlo lubricar con solo sus palabras.
—Pero, esto no se trata de lo que yo quiera, sino de lo que tú estás dispuesto a hacer conmigo. Eres tú quien tiene el control de mis tontas acciones de alfa y de mi lobo.
Jimin jadeó levemente cuando esas últimas palabras fueron pronunciada contra sus labios.
—Y-yo..., quiero muchas cosas contigo, pero sin duda el que me folles hasta que no pueda más es algo que más anhelo.—Jimin trato de hablar sin perder la concentración.
JungKook sonrió lascivo.
—Espero que estes consciente que una vez que pruebe tu cuerpo, no dejaré que nadie, absolutamente nadie pueda tenerte de esa forma.—gruño levemente.—Soy un alfa territorial y egoísta con lo que creó que es mío. Y tú claramente eres mi omega.
Y fueron esas palabras las que había hecho un caos total en el interior del omega, quien tenia a su tonto lobo aullando y suplicando por su alfa. Aunque ciertamente esa tarde, ni esa noche había compartido más que besos hambrientos y salvaje, y caricias subidas de todo. Así como también, se habían dedicado a conocer lo que le gustaba al otro en el ámbito sexual y para suerte de ambos sus gustos se complementaban.
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