C A P I T U L O. 25.3
Los pequeños triángulos de papel color rosa se encontraban esparcidos por casi todo el jardín trasero de la vivienda. La familia se encontraba regocijándose por la buena nueva, su nuevo integrante era una pequeña cachorrita que dentro de un par de meses estaría llenando a la familia de felicidad. Sin embargo, el omega que cargaba en su vientre a la cachorra se encontraba con los ojos inundados en lágrimas y con su lobo totalmente herido. Su alfa nuevamente se encontraba ausente, y muy probable porque no estaba interesado en lo que sucedía con su omega y su hija
Desde su posición, JungKook observó como Yugyeom se obligaba a contener las lágrimas y en mostrarse fuerte, mientras agradecía a todos por la cena, para luego disculparse en nombre de su alfa. Sin atreverse a hablar con la intención de evitar dañar más la pequeña cena, escuchó al omega despedirse con la excusa de que se encontraba algo cansado y que muy probable necesitaba algo de reposó. Como había sido de esperarse, los Park habían entendido y a pesar de tratar de hacer más amena la situación no lo habían conseguido y por ello permitieron que Yugyeom se marchara hasta sus aposentos.
—Jimin. JungKook — Yugyeom los llamó mientras se acercaba hacia ellos — ¡Muchas gracias por venir! Lamento que mi alfa no estuviera presente, pero le surgió algo en el trabajo... — hizo una pequeña pausa — Y-yo, pasó a retirarme, me siento algo exhausto y mis pies me están matando.
Jimin sonrió con un deje de tristeza. Odiaba lo que su hermano le estaba haciendo a Yugyeom, pero sobretodo odiaba el alfa en el que se había convertido en los últimos meses.
—No nos agradezcas, Yug — el omega murmuró —. Espero que el regalo que JungKook y yo hemos traído te gusté — de forma inconsciente Jimin abrazo el brazo izquierdo del alfa mencionado y recargo su cabeza sobre este —. Es algo para que se lo pongas al salir del hospital. Según la mamá de JungKook le traerá suerte toda su vida.
—Gracias, Jimin.
El mencionado sonrió.
—Espero que tu cachorra nazca saludable y goce de buena salud siempre —fueron las palabras de JungKook.
El omega nuevamente agradeció antes de retirarse, y fue cuestión de unos cuantos minutos para que se perdiera en el interior de la vivienda. Por un extenso intervalo de tiempo los Park se permitieron tocar el tema de la ausencia de Jinyoung y como había afectado en el estado anímico de Yugyeom. Por su parte Jungkook se había mantenido al margen de la conversación, la ausencia del hermano de Jimin no era de su incumbencia y por ende no se le estaba permitido opinar al respecto o mencionar lo que había descubierto semanas atrás, al menos no mientras no se lo preguntarán o pidieran su opinión.
Si bien la cena llegó a su fin en cuanto Yugyeom se marchó a su habitación, aún quedaba el pequeño pastel de dos pisos y si bien podían guardarlo, tanto Jimin como su hermana ChaeYoung insistieron en al menos comer una pequeña porción. Así que, la señora Park se dispuso a partir el pastel.
— JungKook, querido, ¿me ayudas a servir el pastel? — el mencionado asintió con levedad, para rápidamente colocar al cachorro mecánico sobre sus pequeños pies.
Gookie al encontrarse de pie sobre el suave césped del reducido jardín, no dudó en comenzar a caminar. A pesar de que todos los presentes estaban más que conscientes de que se trataba de un muñeco mecanizado no pudieron evitar sentirse conmovidos ante la tierna imagen que el pequeño Gookie daba al desplazarse sobre el césped. Sus pasos eran cortos y algo torpes, los cuales eran muy característicos de los cachorros que apenas habían adoptado la habilidad de caminar. Y en lo más recóndito de su interior Jimin se preguntaba si en el futuro su cachorro se vería igual de tierno una vez aprendería a caminar o al hacer cualquier cosa.
Si bien Jimin tenía el ferviente deseo de formar una familia, todo era algo a largo plazo, primero deseaba desarrollarse como profesional y disfrutar tanto de su pareja, trabajo y como de la vida misma, para tal vez en un futuro dedicarse a su cachorro sin sentir la culpabilidad de no haber disfrutado un poco la vida; el omega de cabello morado sacudió con levedad su cabeza cuando la voz de su padre se hizo presente y para su desdicha este había soltado otro comentario un tanto incómodo hacia JungKook, pero esta vez el último mencionado se había defendido.
— Al contrario, pienso que tengo muy pocos tatuajes — JungKook dijo al mismo tiempo en el que colocaba el plato con pastel frente a Jimin —. Así que, manzanita y yo estamos planeando hacernos varios juntos. Ya sabe tatuajes de pareja — mintió.
El señor Park al escuchar esas palabras comenzó a ahogarse con el pequeño trozo de pastel que había estado masticando.
— Jimin no va a hacerse esa clase de cosas. No lo encamines al mal, pequeño niño alfa — Jeon solo se encogió de hombros ante las palabras del alfa.
— Jimin puede hacer lo que quiera. Él tiene mi apoyo y lo tendrá siempre —inevitablemente el omega formó una sonrisa, para seguidamente acercarse hasta el alfa para dejarle un pequeño y casto beso sobre la mejilla derecha. Tal vez había sido una acción demasiado atrevida, pero escuchar las palabras de JungKook le habían hecho sentir que por fin tenía a alguien que lo apoyaría hasta en sus peores locuras.
El alfa por su parte tras terminar de ayudar a la señora Park a servir las porciones de pastel, se aproximó hasta el pequeño Gookie para tomarlo entre sus brazos.
— Como sea, Señor Park, le pido que modere sus comentarios hacia mí, porque yo en ningún momento le he faltado el respeto a usted o a su familia.
Tanto la señora Park como Jimin sonrieron con suficiencia ante la forma tan educada con la que JungKook se defendió, pero sobretodo de cómo habia logrado callar al alfa Park.
— Papá, aunque mi ego y mi orgullo me impidan aceptarlo — ChanYeol el hermano mayor de Jimin hablo captando la atención de todos —, debemos admitir que en algo tiene razón, Jeon — hizo una pequeña mueca antes de continuar —. Y es que, en el tiempo que tenemos de conocerlo jamás ha refutado o siquiera insultado a ninguno de nosotros a pesar de tus comentarios o de las bromas que Jinyoung y yo le hacemos. Así que, creo que llego el momento de detenernos y no solo por él, sino también por Jimin. Es su alfa y el padre de su cachorro y como tal debemos respetarlo.
Chayeol hizo una pausa antes de continuar y en ese intervalo de tiempo, JungKook se mostró consternado por las palabras del hermano mayor de Jimin. Jamás había esperado que esté saliera en su defensa. Con una pequeña mueca de desconcierto le dedicó una mirada al omega, quien se encogió de hombros.
— Jeon, lamentó si mis bromas o alguno de mis comentarios te hicieron sentir incómodo o llegaron a causar molestia. Espero que podamos dejar eso atrás y empezar desde cero -— para ser sincero JungKook no lograba comprender si el alfa estaba siendo totalmente honesto con sus palabras, pero no negaría que tener un nuevo comienzo con uno de los hermanos alfa de Jimin era una buena oportunidad para él.
Tras un leve asentimiento de cabeza y un "no te preocupes, no hay nada que perdonar. Y si, espero que podamos tener un nuevo comienzo." Acepto las disculpas de el mayor. El omega de cabellos morados por su parte no puedo evitar sonreír y sentir como su lobo interno se sentía pleno. Le agradaba la idea que su hermano comenzara a llevarse bien con JungKook. En cuanto al señor Park, se podría decir que no se encontraba nada contento con el hecho de que su hijo saliera en defensa del vándalo que le había arrebatado a su pequeño hijo y que de paso lo había dejado en cinta. Jeon JungKook era un jodido pirata que le había robado el más valioso de sus tesoros y nadie parecía notarlo.
Molesto con la situación Park Haejoon solo se limitó a soltar un bufido y maldecir por lo bajó.
La noche continuó y con ella llegó la hora en la que debían recoger los platos y limpiar el pequeño jardín hasta dejarlo lo más impecable posible, así como también fue el momento en el que el omega de Chanyeol pasó a despedirse de todos. Con un leve asentimiento de cabeza JungKook se despidió de KyungSoo, mientras que Jimin se permitió darle un corto abrazo..
— Gracias por venir, Soo — dijo la señora Park con una pequeña sonrisa — Chan, mucho cuidado al regreso, ¿de acuerdo?
— Mamá, me quedaré a dormir en casa de Kyunggie. No quiero hacer un viaje de regreso a altas horas de la noche.
La omega soltó un corto suspiro, para luego asentir.
— Bien, vayan con cuidado — la pareja asintió antes de marcharse.
Para JungKook también era momento de marcharse. Si bien tenían a su disposición su vehículo, no le apetecía conducir a tales horas hasta su hogar, por lo que tras un leve carraspeó trató de llamar su atención y así de una manera sutil hacerle saber a Jimin que era tiempo de irse, pero para su desgracia el omega ya se encontraba ayudando a recoger todo en compañía de sus hermanos. JungKook golpeó mentalmente su rostro y le dedicó una corta mirada a Gookie quien solo soltó un pequeño bostezo indicando que su hora de dormir había llegado, por lo que optó en ponerlo en el cochecito para que descansara con comodidad.
En un claro intento de marcharse lo más pronto posible, JungKook comenzó a ayudar a recoger las cosas. Primero se había encargado junto al omega de reunir los platos descartables y posterior llevarlos a su respectivo contenedo. Seguidamente se dispuso a desarmar las mesas despegables mientras que Jimin y su hermana recogían —todo lo posible— los papelitos rosas que se encontraban esparcidos sobre el césped del jardín.
— JungKook, ¿puedes guardar las mesas en la cochera? — Jimin preguntó sin dejar de lado su pequeña labor —. Solo ayudó a ChaeYoung con esto y nos vamos, ¿de acuerdo?
Esas últimas palabras fueron el incentivo perfecto para que JungKook se dispusiera a cargar las mesas despegables y rápidamente encaminarse hasta la cochera. Guardar y acomodar las mesas le tomo menos tiempo de lo previsto, pero se alegraba de ello. A pasos rápidos el alfa camino hasta el jardín en busca de Jimin y Gookie, pero ya no había nadie ahí, por lo que no dudó en dirigirse hasta el interior de la vivienda, donde encontró a Jimin y a su familia en la sala de estar.
Pero, ni bien había puesto un pie dentro de la sala de estar, escucho a Jimin conversar animadamente con ChaeYoung y Jihoon sobre temas algo triviales; llegar hasta donde se encontraba le tomo tan solo unos pasos y que este notara su presencia un par de segundos. Sin darse cuenta ambos se dedicaron una pequeña sonrisa.
Jimin agradeció el hecho de que JungKook estuviera ahí con él y que le hiciera sentir seguro. Jeon era su pilar. Su lugar seguro.
— Bueno, hablando de eso — Jimin dijo hacia sus hermanos. Jeon debía admitir que no comprendía muy bien el tema de conversación de los hermanos Park —. He conseguido un trabajo de medio tiempo en...
Jimin no fue capaz de terminar la oración por el estruendoso gritó que resonó contra las paredes de la estancia.
— ¡¿QUÉ ACABÓ DE ESCUCHAR?! — Park Haejoon gritó furioso — ¿Trabajar? ¿Tú? ¿Qué clase de ridícules es esa?
Jeon frunció su entrecejo con desconcierto y molestia. No le había gustado la forma tan ridícula en la que el alfa había tratado a Jimin y mucho menos como esté se había estremecido en su lugar.
— Papá — el omega lo llamo tratando de sonar más tranquilo de lo que se encontraba —, he buscado un pequeño trabajo de medio tiempo, para ayudar a JungKook con los gast...
Bien. Jeon no estaba enterado de ese hecho, ¿cuándo Jimin había decidido buscar trabajo para ayudarle con los gastos del departamento? ¿Quién le había dado la idea? Pero sobretodo, ¿dónde trabajaría? Todas esas interrogantes comenzaban a rondar en su cabeza, pero pasaron a segundo plano cuando nuevamente los gritos del alfa Park se hicieron presente.
— ¿Qué estás diciendo? ¿Acaso el mal nacido de Jeon JungKook no es capaz de mantener a su omega? — cuestionó —. Te ha enviado a buscar trabajo porque es un maldito incompetente. Traerás tus cosas a esta casa por la mañana.
— ¿Qué? — Jimin inquirió.
— Lo que oíste. Regresarás a esta casa mañana temprano y es una maldita orden.
El lobo interno que yacía dormido en el interior de JungKook se había despertado y lo había hecho con ansías de ver sangre. Nadie, ni él mismo tenía el derecho de tratar de esa manera a Jimin.
— No lo hará — JungKook dijo entre dientes. Estaba furioso por muchas cosas. Durante meses fue capaz de soportar todos los comentarios mierdas que el señor Park había lanzado hacia él, pero la forma en la que estaba tratando a Jimin era la gota que había rebalsado el vaso —. Jimin no volverá a esta casa. Él ya no está bajo sus órdenes, Park Haejoon.
— Muchacho insolente. Tú no eres nadie...
— Tiene razón, no soy nadie, pero créame que no dejare que Jimin regrese a esta casa. Él vive conmigo y es mi responsabilidad ahora.
Park Haejoon río con ironía.
— ¿Así? Entonces explícame porque mi hijo que esta a la espera de un cachorro tuyo ha tenido que buscar trabajo para ayudarte con los gastos, ¿acaso no los puedes mantener, pequeño bribón?
— ¡Park Haejoon! ¡Estas siendo ridículo! — la omega Park murmuró.
Y tanto la señora Park como sus hijos trataron de calmar al alfa, pero los mando a callar.
— Señor Park, le aseguró que soy muy capaz de mantener a Jimin y al cachorro — JungKook bisbiseó —. Pero, seré franco con usted. Fue el mismo Jimin quien decidió buscar un trabajo, y créame que no fue por necesidad, sino porque él así lo quiso. Y por si no le quedó claro, yo voy a apoyarlo en todo lo que él quiera.
El omega jadeó con levedad ante las palabras de JungKook.
— Jimin quiere trabajar, perfecto puede hacerlo. Jimin desea abrir una pastelería, perfecto voy a comer todos los postres que haga hasta que le salgan bien. Si Jimin quiere tener un emprendimiento de cualquier cosa ahí estaré yo apoyándolo e impulsándolo — agregó.—Y el que usted siendo su padre en lugar de apoyarlo lo limite es una verdadera pena y muestra la clase de mentalidad tan arcaica que posee.
Tras decir eso JungKook se aproximó más a Jimin, para arroparlo entre sus brazos.
— JungKook tiene razón, papá — Jimin dijo contra el fornido pecho del alfa. De su alfa. —Yo busqué trabajo porque así lo quise. Sabes que siempre he querido hacerlo para comenzar a valerme por mi mismo y sobretodo para ganar experiencia laboral. Algo que siempre me limitaste... Y lo siento, pero como dijo Jungkook, no volveré a esta casa, ni mañana, ni nunca. Al menos no de la manera en la que piensas.
Las palabras de el omega de cabellos morados tuvieron un fuerte impacto en Park Haejoon y su pareja.
— Minnie...
— Lo siento, mamá — Jimin se disculpó con el dolor palpable en su voz —. Pero esta será la última noche en la que JungKook y yo vendremos a cenar a esta casa.
— Usted y sus hijos son bienvenidos en mi departamento, pero el señor Park, después de todo esto, créame que no lo es — dijo Jungkook.
El alfa Park chasqueó su lengua antes de hablar.
— A pesar de todas tus palabras y de lo tonto que mi hijo se ha vuelto gracias a ti y tú segura manipulación, te diré algo. Tú no eres un alfa digno para él, ni siquiera deberías hacerte llamar un alfa.
— ¡YA BASTA! — Park SooAh exclamó —. Cierra tu maldita boca, Hae. Estas siendo irracional y sobretodo estas poniendo en vergüenza a nuestra familia. Como JungKook dijo, Jimin puede hacer lo que guste, porque es un adulto y no un cachorro. Nuestro hijo ha salido de nuestro seno para formar su propia familia. Así que, no lo alejes de nosotros con tus palabras.
Antes de que cualquiera de los presentes pudieran agregar algo, la puerta principal de la vivienda fue abierta abruptamente dejando a la vista a un desaliñado alfa. Desde sus lugares todos fueron capaz de olfatear el olor a alcohol y a diversos omegas en el cuerpo de JinYoung.
— ¡Buenas noches, familiaaaaaa! — Jinyoung saludó mientras arrastraba tanto sus palabras como sus pies — ¿Ya sabes que tendré por hijo? ¿Un varón como suuuu padreeeee?
Inevitablemente JungKook formó una mueca de disgusto en su rostro, mientras miraba al hermano de Jimin arrastrarse hasta el sofá de la sala donde se dejó caer como peso muerto para quedarse dormido.
— JungKook, ¿nos vamos? — Jimin le pregunto al alfa y esté ni lento, ni perezo espero más y comenzó a tomar sus cosas.
Con sus pertenencias en manos y el pequeño Gookie en su cochecito, ambos se encaminaron hacia la salida, pero antes de siquiera cruzar el umbral Jungkook se giró hacia el padre de Jimin.
— Usted dijo que yo no debía siquiera llamarme alfa, ¿cierto? — el tono de voz de JungKook estaba coloreado por desprecio y disgusto —. Pero ¿qué me dice de su hijo? — preguntó —. Teniendo a su pareja en cinta esperando en casa, él decide emborracharse y disfrutar de otros omegas. Su hijo no es más que una pequeña mierda inservible. ¡Ah! Por cierto, le sugiero que este próximo viernes a las diez de la noche vaya a la dirección que le mandaré con su esposa. Ahí descubríra quien es su hijo y la clase de alfa que es, pero sobretodo en que gasta su miserable salario.
Sin decir más, JungKook abandonó la casa Park en compañía de Jimin y su cachorro mecánico.
El trayecto de regreso al departamento fue relativamente largo y silencioso para el gusto de ambos. Durante el intervalo de tiempo en el que permanecieron en el interior del vehículo, ninguno de los dos tuvo la valentía necesaria para mencionar lo sucedido más allá de un "lo siento" por parte del omega de cabellos amoratados, quien se encontraba avergonzado y humillado por las acciones y comentarios de su padre; una vez ambos arribaron por completo en el interior del departamento, JungKook se permitió dejar que un par de palabras fluyeran de su boca.
— ¿Quieres llevar a Gookie a dormir? — cuestionó, siendo consciente de que preparar al muñeco mecánico para dormir era parte de la rutina del omega. Sin embargo, esa noche fue la excepción, cuando lo observó negar.
Tras una bocana de aire y un leve asentimiento, ambos tomaron destinos diferentes. Mientras el apuesto alfa se encargaba de colocarle la pijama al cachorro mecánico sin llegar a despertarlo, el omega de cabellos morados se encontraba luchando contra el río de lágrimas que sus ojos amenazaban con desbordar, pero sobretodo con ese grueso nudo de emoción que había comenzado a ahogarlo. No quería llorar, al menos no esa noche, pero fue completamente inevitable cuando su lobo comenzó a aullar con dolor en su interior.
Las gruesas lágrimas recorrían desastrosamente sus mejillas y de su boca brotaban pequeños e inaudibles sollozos. Le dolía. Le dolía demasiado las palabras de su padre y la forma tan irracional en la que se había comportado, ¿por qué tenía que ser así siempre que tocaba el tema del trabajo? ¿Tan mal estaba que quisiera trabajar y sentirse un poco más independiente? Muy probablemente no, pero su padre lo hacía ver como el más horrendo de los pecados.
Tan sumergido en su llanto y en sus pensamientos que, no fue capaz de percibir la presencia, ni mucho menos el aroma del alfa.
— ¡Hey! ¡Aquí estas! — JungKook exclamó desde el umbral de la puerta corrediza que daba al pequeño balcón.
Sin siquiera moverse, el alfa notó como el más bajo se sobresaltaba en su lugar y rápidamente llevaba sus delicadas manos hasta su rostro para limpiar con agilidad las lágrimas. No era un tonto. Había notado el llanto de Jimin incluso antes de siquiera posarse bajo el umbral de la puerta.
— Estaba tomado un poco de aire fresco — el Omega dijo tratando de mantener todo rastro de llanto lejos de su voz.
JungKook únicamente gesticuló un suave, pero audible sonido al mismo tiempo en el que guiaba sus pasos hasta el balcón. Su cuerpo se posicionó a solo un par de centímetros lejos de Jimin, y sus manos se aferraron con suavidad al pequeño tubo metálico, mientras que su cabeza se inclinaba hacia arriba. Sus ojos apreciaron las hermosas estrellas y la radiante luna que brillaba en su máximo esplendor sobre el lúgubre firmamento. Era una noche preciosa sin duda alguna.
Por varios minutos ambos permanecieron en un cómodo silencio en el que cual sus ojos disfrutaban de las estrellas y la luna. Sin embargo, tras el silencio, JungKook pudo escuchar la suave voz de Jimin.
— Y-yo...— Jimin trató de gesticular las palabras adecuadas, pero rápidamente fue interrumpido por el alfa.
— No tienes que disculparte por nada, ni por nadie, manzanita — JungKook dijo cuando previó las intenciones de esté —. No hay nada que disculpar. Nada de lo ocurrido es tu culpa.
Jimin asintió con levedad con una pequeña mueca en su rostro y nuevamente centró su atención en las estrellas.
— Sin embargó — Jimin se tensó en su lugar al escucharlo — ¿Por qué no me lo dijiste?
No hacia falta que JungKook especificara su interrogante, porque el omega la había comprendido sin problema alguno.
— ¿Temías que pensará igual que tu padre?
Mordiendo con levedad el interior de su labio inferior se preparó para responder.
— Si — susurró —. Siempre hizo ver que no estaba bien que trabajará. Pero, con el pasar del tiempo comencé a sentirme frustrado y una jodida carga. Miraba a mis amigos ser independientes económicamente y me era imposible no envidiarlos, luego me mudé contigo y todo se multiplicó.
Jeon frunció su entrecejo y ladeó su cabeza.
— ¿Qué quieres decir? — inquirió.
— Con el pasar de los días comencé a sentirme una carga y un aprovechado — el omega murmuró por lo bajo, al mismo tiempo en el que se movía sobre su eje, para quedar frente a él alfa y este no tardó en copiar su acción.
Con sus miradas puestas en el otro, JungKook fue capaz de apreciar el rastro de lágrimas en el rostro de Jimin. El lindo omega poseía una expresión facial que él jamás había visto y que no deseaba volver a ver nunca más. Quería hacer todo lo posible para desaparecer todo indicio de tristeza y dolor, y traer de regreso esa bonita sonrisa que hacía que los pequeños y felinos ojos del omega se convirtieran en dos hermosas medias lunas. Sin embargo, permaneció impávido en su lugar, sin realizar ninguna acción.
— No me sentía bien conmigo mismo. Todos los gastos han recaído sobre ti, así que decidí que debía tan siquiera ayudarte con los gastos...
— Jimin — JungKook interrumpió — ¿Alguna vez te hice sentir o te dije de manera indirecta que debías ayudarme con los pagos del departamento? — el omega negó con levedad —. Mira, agradezco que me quieras ayudar con los gastos del departamento, realmente lo agradezco, pero no es necesario, manzanita.
— Claro que es necesario — Jimin dijo con rapidez —. Vivo aquí. Consumo energía, gas, agua y sobretodo las compras de las semanas para la alacena se han multiplicado por mi culpa. No puedo aprovecharme de esa manera de ti.
Inevitablemente el alfa sonrió con levedad.
— Déjame ayudarte, ¿sí?
— Está bien. Pero quiero que tengas algo muy en claro — JungKook alargó su mano izquierda para acomodar el rebelde mechón de cabello que bailaba al son de la suave brisa nocturna —. Tú no eres una carga, ni mucho menos un aprovechado. Y no tienes que ocultarme nada. No soy quién para decirte que esta mal o bien, eres tú quien es dueño de sus decisiones y acciones — Jimin ladeo levemente su cabeza —. Soy tu compañero de proyecto, tu roommie, tu puchunguito, tu amigo o lo que quieras que sea. La próxima vez solo dime las cosas para planear como enfrentar a tu padre, ¿de acuerdo?
Jimin asintió con una sonrisa.
— Ahora lo sé. Gracias — el más bajo murmuró —. Yo solo quería algo de independencia.
— Y conmigo la tendrás. Lo dije antes. No importa lo que quieras hacer, yo te apoyare e impulsaré. Serás tan independientemente como quieras. Solo confía en mí — JungKook dijo con tanta calidez que, a Jimin le fue imposible retener esas pequeñas lágrimas de felicidad que se habían formado en sus ocelos gracias a las palabras del alfa.
Escuchar esas palabras habían sido como una refrescante pero cálida brisa nocturna. Y no había estado consciente cuánto estuvo esperando por ellas hasta esa noche. Mientras las pequeñas lágrimas eran borradas por sus diminutos dedos, podía sentir como su lobo aullaba y movía su esponjado rabo en su interior. Ambos estaban agradecidos con JungKook.
Soltando un suspiro de alivio, Jimin podía sentir como uno de los tantos pesos que cargaba encima se evaporaba.
— ¿Dónde has conseguido el trabajo? — JungKook cuestionó.
— En una pequeña ferretería que se encuentra en el centro comercial Lotte mall — el Omega respondió con una sonrisa.
Y fue así como ambos se sumergieron en una conversación donde Jimin le explicó cuando había obtenido el puesto, entre muchas cosas más como el hecho de que había sido TaeHyung quien le había ayudado a buscar trabajo.
Jeon escuchaba con atención a las palabras del omega y de vez en cuando se atrevía a interrumpir para hacer cortas preguntas o mencionar alguna palabra de menor importancia. Fueron varios minutos de una amena conversación.
— ¡Luna! Siento un peso menos en mi — Jimin susurró para si mismo, pero sus palabras fueron escuchadas por el alfa.
— ¿Hay algo más que te moleste? — Jeon pregunto.
Jimin suspiró, mientras se cuestionaba cuán prudente era mencionar ese hecho y hacer esa indecente petición. Por una pequeña fracción de segundo se encontró a sí mismo a punto de negar y hacer como si no tuviera ese pensamiento atormentándolo desde hace más de unas semanas. No obstante, la voz de su lobo le detuvo.
No seas un jodido cobarde. Dicelo, se que dirá que sí, y sino has todo para convencerlo, porque lo quiero a él y solo a él.
Jimin bufo con hastía gracias a su exigente lobo.
— ¿Jimin? — y fue la voz de JungKook la que logró que Jimin abandonará sus pensamientos.
— Y-yo... — el omega trató de decir, pero tontamente se encontraba nervioso, más de lo que le gustaría admitir —. Dijiste que confiará en ti, ¿cierto? — JungKook asintió con levedad —. Bueno, confió mucho en ti. Demasiado diría yo.
El omega hizo una pequeña pausa para soltar un profundo suspiro y maldecir por lo bajo.
— Mi celo está cerca, ¿sabes? — Jeon frunció su entrecejo sin comprender.—Quieroquetúseaselalfaquemeayudeconmicelo — Jimin dijo esas palabras con tanta rapidez que el pobre alfa no fue capaz de comprender ni la mitad de ellas.
— ¿Qué?
— Quiero que tú seas el alfa que me ayude con mi celo — repitió con más calma.
JungKook mentiría si dijera que las palabras de Jimin no lo habían desconcertado en su totalidad. Y es que, a decir verdad, jamás había esperado esa petición, ni mucho menos que proviniera de Jimin.
— Jimin...
— Mira, sino quieres está bien. Sólo dilo, ¿de acuerdo? — Jimin interrumpido las palabras del alfa —. Y-yo puedo buscar que otro alfa me ayude..., tal vez DongSun.
La mención de ese alfa hizo que JungKook formara una mueca de desagrado y que una extraña sensación se implantará en su pecho y en su lobo. Por ningún motivo dejaría que ese idiota le pusiera un jodido dedo encima. Y de hacerlo, podía jurar que le destrozaría la mano por completo.
— Olvídate de ese idiota como opción. Pero ¿Por qué querrías que yo te ayude con tu celo en primer lugar? — JungKook preguntó con desconcierto.
Y entre todas las preguntas posibles y a disposición, el alfa tuvo que formular justamente esa. Formando una mueca y desviando levemente su mirada hacia el estrellado firmamento, trató de calmar la revolución que se había formado en su interior.
— Porque me gustas — Jimin respondió —. O sea, me refiero a que me gustas más allá de un amigo... me gustas como alfa y a mi omega también le gustas.
— ¿Qué? — fue lo único que Jeon JungKook fue capaz de formular.
— A mi lobo y a mi nos gustas como alfa — murmuró.
Bien, lo había confesado y no había vuelta atrás. Ni siquiera se molestaría en retractarse o negarlo. Si bien le había tomado demasiado tiempo comprender sus sentimientos, los días en que estuvo alejado de JungKook por su celo tuvo el tiempo necesario para poner en orden sus pensamientos y sentimientos. Jeon JungKook le gustaba y ante ello no había nada que pudiera hacer. Además, no esperaba que el alfa le correspondiera, ya que era lo suficientemente maduro como para comprender que sus sentimientos eran unilaterales y no haría un drama por ello. Si bien, podría sobrellevar la pena del rechazo por un par de semanas, con el tiempo lo superaría y las cosas volverían a la normalidad.
— No te lo dije con el fin de ser correspondido o cualquier otra mierda, ¿vale? — Jimin comenzó a hablar luego de varios segundos de silencio —. Estoy bien si no me correspondes, solo quería que lo supieras, así que puedes rechaz...
Sus palabras quedaron estancadas en su boca y su cuerpo fue manipulado con demasiada facilidad. Todo sucedió tan rapido que a Jimin le tomó varios segundos comprender lo que ocurría, y para cuando lo hizo sus ocelos se abrieron en demasía y su cuerpo se tensó por varios segundos; Jeon JungKook lo estaba besando. Jodidamente lo estaba besando.
El beso era apenas un leve roce entre sus labios. Pero, para el bonito omega era un jodido beso. Tras un par de segundos, el alfa tomó una pequeña distancia entre ellos. Sus narices aún se rozaban con levedad y sus alientos se entremezclaban a la perfección; Jimin se encontraba desconcertado y un tanto atolondrado.
— ¿Qué fue eso? — fue lo primero que Jimin cuestionó una vez logró tomar un poco de control sobre sus emociones —. No sé si lo hiciste para...
Y nuevamente Jeon volvió a juntar su boca con la del omega. Sin embargo, en esta ocasión decidió ejercer un poco más de presión en su roce, logrando capturar levemente el labio inferior de Jimin. El beso duro menos de lo necesario.
— ¡Oye! ¿Qué se supone que estas...?
Como habia sido de esperarse, el alfa volvió a unir sus labios con el bonito omega. No obstante, a diferencia de los dos anteriores, radicaba en la forma en la que JungKook había tomado posesión de sus abultados y suaves belfos. A Jimin le tomó un par de segundos comprender la situación y corresponder al toque.
En un principio el roce fue suave y lento. Sus labios se movían con parsimonia contra los contrarios al son de una suave melodía que únicamente resonaba en sus cabezas. Las manos de Jimin se trasladaron hacia el cuello de JungKook, mientras que las manos del moreno se encontraban alrededor de la estrecha y marcada cintura del omega. Pero, con el pasar de los segundos el beso se intensificó, trayendo consigo movimientos indecorosos y pequeños jadeos por parte de ambos; cuando sus pulmones exigieron por oxígeno ellos se vieron en la necesidad de tomar la distancia necesaria para tomar aire.
— ¿Te he dicho que hablas demasiado? — JungKook cuestionó en un hilo de voz por la falta de aire.
Al escuchar sus palabras, Jimin solo fue capaz de negar. El alfa sonrió levemente ante la respuesta silenciosa del omega.
— También me gustas. Y a diferencia de ti, si espero ser correspondido — El alfa confesó.
— ¿En serio? — Jimin preguntó con un pequeño brillo en sus ojos.
Jeon asintió con suavidad.
— Me gustas tanto como para ayudarte en tu celo, manzanita — sin decir más, volvió a acoplar su boca con la del omega.
Las manos traviesas de JungKook viajaron desde la cintura y cadera, hasta llegar a los esponjosos y tentadores glúteos del omega, para estrujarlo a su antojo, mientras devoraba con fervor los adictivos labios de Jimin.
Jeon JungKook había probado la ambrosía de los delicados belfos de Jimin y ahora se encontraba totalmente adicto a ellos que, no existía nada, ni nadie que pudiera impedirle probarlo cada vez que lo deseará.
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