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C A P I T U L O. 25.1

Un par de horas habían transcurrido desde que Jimin y Gookie regresaron al departamento luego de que su celo llegara a su fin. Y desde entonces se había dado a la tarea de ayudar al omega a desempacar el pequeño equipaje que este se había llevado consigo tan solo unos días atrás. Una vez lograron separar las prendas de ropa que iban destinadas al pequeño espacio de lavandería del departamento de las que simplemente regresarían al closet y cajones de ropa. El omega se había sentido en la necesidad de continuar con el resto por su cuenta, por lo que, con una pequeña sonrisa en el rostro, le había entregado el pequeño cachorro mecánico a JungKook quien sin objetar lo había tomado en brazos para encaminarse a la sala de estar.

Tras soltar un pequeño suspiro de alivio, JungKook tomó asiento en uno de los sofás, con el cachorro mecánico sobre su regazo, para seguidamente tomar el mando de la pantalla de televisión. En primera instancia fue pasando los diversos canales en busca de algún programa o película que capturara su atención, pero al no encontrar nada, optó por usar la pantalla de Netflix, para continuar con la serie que había estaba viendo en los últimos días. Sin esfuerzo alguno, volvió a tomar el hilo de la trama central que, sin percatarse del tiempo, ya había disfrutado de casi tres capítulos de la serie. Muy probablemente hubiese mantenido su atención en las imágenes de la pantalla de no haber sido por un pequeño quejido y un fuerte mal olor proveniente del cachorro mecánico.

De manera involuntariamente, una mueca de desagrado se había formado en su rostro, así como también, había soltado un pequeño sonido de molestia. Se encontraba molesto y frustrado porque, Gookie había hecho de las suyas Justo en la parte más importante del episodio y ahora por culpa del muñeco mecánico debería esperar un poco más para saber lo que seguía a continuación.

Antes de que el pequeño cachorro mecánico comenzara a soltar en un escandaloso llanto, JungKook le colocó pausa al episodio, para rápidamente encaminarse hasta la habitación de Gookie, donde con muecas de asco y una que otra blasfemia—por haber sido obligado a dejar de lado su serie.— se dedicó a cambiar el pañal sucio.

—Realmente no entiendo como un simple robot como tú puede cagar tanto y sobre todo hacer que huela tan mal.—JungKook murmuró hacia el pequeño alfa mecánico.—¿No estás descompuesto o tendrás una falla?—preguntó con su entrecejo fruncido, al mismo tiempo en el que colocaba los botones metálicos del mameluco.

Y en respuesta a su interrogante, el pequeño muñeco soltó un pequeño gorjeo haciendo que un calosfrío recorriera todo el cuerpo de JungKook. Le había resultado demasiado escalofriante el recibir ese pequeño sonido como respuesta y sobre todo porque provenía de un jodido muñeco mecánico. De un jodido robot. Sacudiendo su cabeza con brusquedad, trató de restarle importancia a la situación.

Tomando entre sus brazos al pequeño cachorro mecánico, abandonó la habitación para encaminarse hacia la sala de estar. Donde al llevar nuevamente se acomodó sobre el sofá, para continuar con su serie, pero como si el destino hubiese estado en su contra una vez más fue interrumpido. Y esta vez por la voz de Jimin, la cual provenía desde sus espaldas.

Formando una mueca de frustración y soltando un bufido, le colocó pausa al episodio.

Jimin por su parte, acortó la pequeña distancia que había entre él y el alfa, sin ser consciente de que había interrumpido al alfa justo en una de las escenas de acción de la serie. Con una pequeña sonrisa en su rostro y con un cálido humor, colocó su mano con suavidad sobre el hombro de JungKook.

—La ropa ya está en ciclo de secado.—informó con buen humor, sin notar la irritación en el alfa.—Estaba pensando en que podíamos cenar, ¿te apetece algo en especial?

La verdad era que, después de semanas de estar viendo con JungKook tenía la pequeña oportunidad de poner a prueba sus dotes de cocina. Debido a que su madre se había encargado de abastecerlo con comida ya preparada y lista para calentar por unos cuantos minutos en el microondas o muchas veces ambos habían pedido comida a domicilio, pero ahora, después de un par de días en los cuales el alfa había padecido su celo, la refrigeradora solo contaba con unas cuantas cosas para calentar y uno que otro ingrediente para preparar una cena decente. Y si bien, él no era un gran fan de practicar el arte culinario, creía que sus habilidades eran las justa y necesaria para preparar algo decente en sabor y presentación.

Por lo que con un deje de esperanza espero JungKook escogiera algo sencillo y fácil de hacer o en pocas palabras que escogiera algo que pudiera hacer con la ayuda de un videotutorial de YouTube.

JungKook por su parte, ladeó levemente su cabeza y frunció levemente su entrecejo, tratando de descifrar si realmente tenía el apetito como para pedir algo en específico para la cena, pero tras un par de segundos, en los que no se encontraron deseoso de algún platillo en particular, se limitó a encogerse de hombros. Y es que, ni siquiera pensaba ser capaz de cenar esa noche.

Tras un pequeño suspiro llevó su mirada, hasta posarla sobre el bonito rostro de Jimin.

—Sorpréndeme, manzanita.—dijo al mismo tiempo en el que brindaba una sonrisa ladina y le guiñaba su ojo izquierdo con un deje de coquetería.

Ante ese pequeño gesto, un pequeño rubor se situó sobre las mejillas del omega, quien rápidamente desvió su mirada, tratando de ocultar el tono pastel que ahora adornaban sus mofletes. No había esperado que el alfa le coqueteara de esa manera tan sutil. Ni en sus sueños más remotos lo habría esperado. Sin embargo, podía atribuir la inesperada actitud del JungKook al reciente celo de este.

—Bien. Te avisaré cuando la cena esté lista.—fue lo único que Jimin dijo antes de salir en dirección a la cocina a paso rápido.

¿Había salido huyendo? Si y no se atrevería a negarlo.

Una vez en la cocina, hizo un pequeño recuento de los alimentos que estaba a su disposición para cocinar, para luego tomar su celular y buscar un tutorial. Con cierta emoción implantada en su interior y con su lobo interno moviendo el rabo de un lado a otro, siguió al pie de la letra cada paso que mostraban en el video. Esperando que todo le salieran a la perfección.

Soltando un pequeño suspiro y limpiando el inexistente sudor de su frente, Jimin terminó de colocar los platos con comida sobre la barra del desayuno, para seguidamente asegurarse de que no hubiera olvidado nada a la hora de servir la comida. Con mucho esmero y dedicación había preparado bibimbap* y poco de bulgogi*.

Preparar dichos platillos había sido más frustrante de lo que había esperado, y no porque fueran complejos de preparar, sino por el hecho de que había tratado de todas las maneras posibles de que nada se le quemara, o que los condimentos se armonizarán de la manera adecuada, pero quería creer que no había fallado en el intento. Y era por ello que necesitaba que JungKook probara los platillos y le diera su opinión con honestidad.

—¡JungKook la cena está lista!—Jimin llamó al alfa con voz alta, para que este fuese capaz de escucharlo sobre el sonido que salía de los parlantes del televisor.—¡JungKook!—volvió a llamar un par de segundos después.

—¡Ya voy!—el alfa exclamó al mismo tiempo en el que colocaba el episodio de la serie en pausa.—¡Voy, solo dejó que ponga a Gookie en el corral!

Un par de segundos después, JungKook hizo acto de presencia en la pequeña cocina. Rápidamente, su mirada se posó sobre los platos que se encontraban sobre la barra de desayuno. Su boca se hizo agua al notar lo delicioso que estos se miraban.

—¡Wow!—JungKook exclamó hacia el Omega que se encontraba a solo unos centímetros de él.—¡Se ve delicioso!

—¿En serio?—Jimin preguntó a lo que JungKook asintió.—Entonces, pruébalo. Y quiero que seas sincero conmigo con respecto a lo del sabor, ¿de acuerdo?

JungKook asintió.

—De acuerdo.

Sin esperar más, JungKook tomó el par de palillos de acero, para seguidamente disponerse a tomar un generoso bocado de ambos platillos para llevarlos a su boca y seguidamente comenzar a masticarlo.

En cuanto los diversos sabores y textura hicieran contacto con sus papilas gustativas, su entrecejo se frunció y una mueca de asco amenazo con asomarse por su rostro. Y no era para menos, la combinación de sabores era totalmente espantosa, y podía notar como algunas porciones estaban medio crudas y otras sobre cosidas. Eran un total asco y las ganas de escupir y vomitar por la asquerosidad que había en su boca comenzaban a tomar posesión de su cuerpo. Las arcas había comenzado a formarse, pero se vieron totalmente interrumpidas por la suave voz del omega.

—¿Y bien? ¿Qué tal sabe?

JungKook llevó su mirada hasta el más bajo y al hacerlo pudo notar lo ilusionado que este se encontraba. Meses atrás le habría importado poco ese brillo y le habría soltado de la manera más tosca e hiriente posible que la comida era un total asco y que se mantuviera alejado de la cocina, porque era un total fiasco. Pero en esos momentos no se creía capaz de soltar palabra alguna que pudiera lastimar al bonito omega de cabellos morados, y probablemente su lobo tampoco se lo permitiría. Sin saber qué hacer para no dañar a Jimin con sus palabras y acciones, JungKook se vio en la obligación de tragar el bocado que aún seguía en su boca, para seguidamente formar una pequeña sonrisa que en su lugar parecía una mueca de sufrimiento.

—¿Te gusto?—Jimin volvió a preguntar y JungKook se vio en la obligación de responder.

—Está bueno, pero...,

Sus palabras fueron cortadas por Jimin, quien había formado un pequeño mohín en rostro.

—¿Pero?—Jimin inquirió.—¿No sabe bien? ¿Le hace falta algo? ¿Sal o está muy salado?

Jeon tomó una pequeña bocanada de aire antes de nuevamente hablar. Y le imploraba a la luna por sabiduría para poder usar las palabras correctas.

—Tranquilo, ¿de acuerdo?—el omega asintió.—La comida no está nada mal.—mintió con sutileza.—Pero, creo que un curso de cocina te vendría bien. Ya sabes, para perfeccionar sabores y la cocción de los ingredientes...

Ante las palabras del azabache, Jimin formó una pequeña "o" con sus labios, para seguidamente asentir. No era tonto, sabía que JungKook no estaba siendo sincero con su respuesta, pero apreciaba el hecho de que hubiese tratado de la manera más sutil de decirle que no era bueno en la cocina. Realmente apreciaba su gesto. Y sin poder evitarlo, se impulsó levemente hacia el cuerpo de JungKook, para rodearlo fuertemente con sus brazos.

—Gracias, JungKook.—fue lo único que fue capaz de decir antes de que los brazos del mencionado también rodearan su cuerpo y atrajera más hacia sí.

—De nada, manzanita.—JungKook susurró.—¿Quieres que te ayude a buscar un curso de cocina? Porque, ¿creo que en la universidad los de la facultad de gastronomía abrirán uno la próxima sema...

—Realmente me gustaría mucho y aprecio el que quieras ayudarme, pero me temo que no podré entrar a ningún curso.—Jimin dijo interrumpiendo las palabras de JungKook.

—¿Por qué?

Jimin solo se limitó a encogerse de hombros.

—Ya no tendré mucho tiempo libre. Pronto sabrás por qué.—Jeon asintió con levedad.—Y nuevamente, muchas gracias, JungKook.

—¿Ya no me dirás puchunguito?—Jimin frunció levemente su entrecejo y despegó levemente su rostro del formidable pecho del alfa.

—¿Quieres que te llame puchunguito?—JungKook asintió.—¿Por qué? Digo, pensé que no te gustaba...

JungKook sonrió con levedad.

—Nunca objete por el apodo. Solo era algo extraño y no comprendía que significa.—Explicó con tranquilidad.

Jimin ladeó su cabeza y relajó la expresión de su rostro. Su corazón comenzó a bombear descocadamente, mientras que su lobo comenzaba a aullar eufórico en su interior.

—Además, me gusta la idea que entre nosotros tengamos apodos únicos.—murmuró.—Es como si nos hicieran especiales y diferentes al resto de parejas..., manzanita y puchunguito, ¿te gusta?

Sin poder evitarlo o siquiera darse cuenta de su propia intención. Se colocó sobre la punta de sus pies, para rápidamente dejar un vasto y tierno beso en la mejilla izquierda de JungKook. Haciendo que el mundo se detuviera para el alfa.

Para JungKook sentir los pomposos y suaves labios de Jimin sobre su mejilla había sido como una pequeña brisa de primavera en pleno verano. Como una ráfaga de calor en medio de un terrible y oscuro invierno. Si así se sentía recibir un pequeño beso por parte de Jimin sobre mejilla, ¿cómo sería besar los labios de este hasta que el aliento les faltara?

Manzanita y puchunguito. Me gusta. Me gusta mucho.—fue lo único que Jimin dijo ante de volver apoyar su rostro sobre el pecho de JungKook, donde el aroma de este lo envolvió.

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