C A P I T U L O. 22
Caos. Todo era un jodido caos.
Dos infernales días donde todo era un caos, habían transcurrido desde que, los mellizos habían sido dejados en el departamento, y desde que JungKook y Jimin comenzaron a cuidar de ellos, así como también del pequeño Gookie.
Probablemente, el omega tuvo que haber previsto que cuidar de tres cachorros al mismo tiempo no iba a ser una tarea fácil, desde que el llanto sofocante de los cachorros le hizo romper en llanto..., y tal vez, también pudo haber previsto que realizar sus actividades diarias se convertirían en una jodida odisea o que tanto él como JungKook se podrían de mal humor ante las exigencias de los cachorros mecánicos de TaeHyung y Hoseok. Porque sí, había una gran brecha entre el cuidado que ellos le brindaban a Gookie y el cuidado que TaeHyung y Hoseok le otorgaban a JiEun y Jiyeong.
Y entre todas la diferencia en el cuidado entre Gookie y los mellizos, existían varias de ellas que destacaban, y la principal radicaba en la hora en la que los cachorros mecánicos despertaban. JungKook y Jimin estaban totalmente acostumbrados a que su pequeño Gookie despertara a las siete y media de la mañana, lo cual les daba el tiempo necesario para disfrutar de unos cuantos minutos para dormir un poco más, y organizarse conforme a la hora de sus primeras clases para cuidar del pequeño alfa mecanizado, mientras que, los mellizos mecánicos despertaban, faltando cinco minutos para las seis, tal y como lo marcaba el pequeño cronograma que TaeHyung le había enviado.
En dicho cronograma también marcaba algunas de las cosas que debían estar lista para el despertar de JiEun y Jiyeong. Como había sido de esperarse, tanto Jimin como JungKook habían decidido obviar el tener que despertarse más temprano de lo habitual para preparar las cosas para el pequeño baño de esponja y las cremas necesarias para darles un pequeño masaje matutino a los cachorros..., su más grave error había gravitado en ello.
La primera mañana junto a los tres cachorros se convirtió en un caos total. Ambos mayores se habían despertado abruptamente gracias a un par de llanto proveniente de la habitación de Gookie. Malhumorados por su mal despertar, ambos se habían encaminado hasta dicha habitación, para atender a los cachorros, pero al cruzar el umbral de la puerta, un tercer llanto se había unido. Sí, Jeon Gookie se había despertado antes de su hora—y con un pésimo humor.—gracias a los lloriqueos de los otros muñecos, logrando así que el ambiente nuevamente se volviera pesado.
Tratar de calmar a los tres cachorros fue una odisea total, pero al final habían terminado lográndolo; y por poco creíble que sonara el llanto de los mellizos había sido ocasionado porque no había sido tratado como de costumbre.
Otras de las cosas que había complicado los días a Jimin y a JungKook, había sido el tener que lidiar con ellos en la universidad. Pero quien se había llevado la peor parte de esa experiencia había sido Jimin, quien tuvo que estar al cuidado de Gookie y JiEun, ya que por la condición de alfa que estos tenía, presentaron una pequeña crisis de berrinches en cuanto fueron alejados del omega. Jiyeong el pequeño cachorro omega, por su parte, se había notado demasiado complacido al estar entre los brazos de JungKook, que no bien había sido acogido por los brazos del alfa mencionado, para que él comenzara gorgojear.
En cuanto un fuerte sonido de algo cayendo al suelo resonó por las paredes del departamento, JungKook sacudió su cabeza para abandonar su pequeño letargo y despegar su vista de las páginas que yacía frente a él y llevarla hasta el lugar de donde había provenido el sonido. Al hacerlo se había topado con uno de los adornos de madera de la mesita de la sala de esta en el suelo.
—¡JiEun!—JungKook escuchó a Jimin exclamar en voz baja, al mismo tiempo en el que se acercaba a la cachorra, quien había sido la causante de que el adorno cayera al suelo.—¡Los adornos no se tocan! ¡Joder! No sé, por qué les reprendo como si me llegaran a entender, cuando está claro que son solo unos muñecos.
Jeon quiso reír por las palabras del omega, pero antes de que siquiera pudiera formar cualquier expresión en su rostro, otro estrepitoso sonido resonó en el departamento y esta vez había sido a causa de Jeon Gookie. Y JungKook no fue consciente en que momento sintió el ferviente deseo de inflar su pecho con orgullo y decir "ese es mi cachorro.", cuando claramente Gookie no era su cachorro, sino que, era solo un muñeco mecanizado. Tras sacudir su cabeza con disimulo, observó como Jimin tomaba entre sus brazos a JiEun y a Gookie para posteriormente dejarlos dentro del pequeño corral improvisado que él había hecho esa mañana.
JungKook se había visto en la obligación de usar su ingenio, para crear un corral completamente seguro para los cachorros mecánicos con las cosas que tenía dentro del departamento. La razón por la que había tenido que armar el corral, había radicado en el sorprendente suceso de la noche anterior, cuando el pequeño Jiyeong había abandonado el tapete donde había estado acostado para comenzar a gatear—aunque sus primeros intento de gateo había terminado con el pequeño deslizándose contra el piso—, y había sido cuestión de varios minutos para que JiEun y Gookie le acompañarán.
¡Vaya forma de comenzar su fin de semana!
En el momento en el que los tres cachorros mecánicos habían estabilizado sus movimientos al gatear, Jimin se había encargado de cubrir cualquier esquina que fuese un potencial para que los muñecos no se lastimaran. Pero eso no había sido lo relevante de la noche, sino que unas cuantas horas después el trío de cachorros habían comenzado a dar sus primeros intento de pararse. Y tanto JungKook como Jimin les habían dado una mano, logrando así que pronto dieran sus primeros pasos.
Con el trío de cachorros mecánicos dando pequeños pasos por todo el departamento, complicaba más las cosas, porque ellos debían encargarse de que no se golpearan con nada, de mantener cualquier objeto peligroso fuera de su alcance, y por tal razón, JungKook había tenido que armar el pequeño corral esa mañana, para que ambos pudieran hacer sus actividades de la universidad en paz. Obviamente, habían logrado avanzar en sus respectivas asignaturas, pero había llegado un punto en el que, Jimin había llegado a la conclusión de que necesitaba un pequeño respiro para relajarse un poco, y por lo que, había sacado a los cachorros del pequeño corral, lo cual resultó ser una pésima idea, porque tan pronto como fueron colocados sobre sus pequeños traseros en el piso de la sala comenzaron a intentar pararse, para luego dar pequeños y tambaleantes pasos, y así comenzar a sus pequeñas travesuras.
Y por inverosímil que pudiera llegar a ser los muñecos tenían comportamientos tan asemejados a las de un cachorro real que, si no fuera porque estaba consciente de que eran unos robots, Jimin podía jurar que estaban cuidando de cachorros reales; tras asegurarse de que el corral estuviera bien posicionado y asegurado para evitar que los muñecos pudieran escaparse y hacer de la suya, Jimin volvió a la mesa del comedor, para continuar con sus deberes, los cuales gracias a la luna estaba por terminar.
JungKook por su parte, volvió a concentrar su mirada hacia su folleto de estudio porque, el lunes, tendría un examen de suma importancia. Sin embargo, para su desgracia un fuerte mal olor llegó a su sensible sentido del olfato, logrando que formara una mueca de asco. Y no era necesario ser un genio para comprender que había causado el repentino mal olor.
—Parece que te ha tocado premio triple.—Jimin profirió burlesco.
JungKook le formó una pequeña mueca y le sacó la lengua, para levantarse de su lugar e ir hasta los cachorros. Y mientras más se acercaba al corral, más fuerte se hacía el mal olor, provocándole pequeñas arcadas.
Aguantando las ganas de llorar, se dispuso a revisar los pañales de los tres muñecos y estaba de más decir que no solo le había tocado premio triple, sino que como no limpiara a los cachorros en esos momentos, muy probablemente también le tocaría limpiar la zona donde estaba el corral. Y consciente de ello, pensó que lo mejor sería pedirle ayuda a Jimin, pero como si sus pensamientos hubiesen sido escuchados, el omega de cabellos malva habló.
—Si planeas pedirme ayuda, me veo en la maravillosa obligación de negarme.—Jimin dijo con un deje de diversión, en cuanto previó que el alfa iba a pedirle ayuda...—Esta mañana me tocó limpiar el vómito de los tres y preparar el jodido desayuno con las recetas que TaeHyung envío para sus retoños. Así que, sé un buen padre y limpia a Gookie y de tus sobrinos.
Y desde que, le había confesado a Jimin que él miraba a TaeHyung como un hermano, el omega había catalogado a los muñecos de TaeHyung y Hoseok como sus sobrinos. JungKook había querido reír porque, en efecto, los mellizos venían siendo sus sobrinos y no porque mirara y considerara a TaeHyung como un hermano, sino porque Jung Hoseok era su primo.
Formando una mueca y murmurando pequeñas blasfemias hacia el omega de cabellos morados y a TaeHyung por entrar en celo, pero sobre todo a Hoseok por existir, JungKook tomó al pequeño omega entre sus brazos, para llevarlo hasta la habitación de Gookie para cambiarle el pañal y repitió la acción con la pequeña alfa y con Gookie..., pero para su muy, pero muy mala suerte Gookie le había terminado vomitando en el pecho tan pronto como había terminado de cambiarlo.
Sin duda alguna él no quería un cachorro..., y mucho menos tener el potencial de engendrar tres cachorros en un solo embarazo.
Los pequeños gemidos de satisfacción que provenían de la habitación principal del departamento se vieron interrumpidos, así como también los movimientos de los habilidosos dedos de JungKook sobre la suave y tersa piel del omega de cabellos malvas, gracias al sonido del timbre del departamento. Formando una mueca en su rostro y soltando un pequeño sollozo en forma de reproche hacia el alfa por haberse detenido, se recompuso sobre el suave colchón.
—¿Esperas a alguien?—Jimin cuestionó con un deje de molestia y cansancio en su voz.
JungKook abandonó su lugar para acomodarse la camiseta que portaba, así como también su short de algodón.
—No que yo recuerde.—el alfa respondió.
—¿Entonces quién demonios está tocando el timbre con tanta insistencia?
Y es que, el omega se sentía frustrado y molesto con quien fuera el inoportuno que se encontraba tocando el timbre con tanta insistencia, porque gracias a ello, JungKook había dejado de hacerlo sentir bien con la ayuda de sus habilidosas manos. Y realmente él necesitaba de las manos de JungKook sobre su piel, para aliviar el estrés y relajar cada uno de sus músculos, así como también complacer a su lobo interno.
—No lo sé, Jimin. Pero como siga tocando el timbre de esa manera van a despertar a los cachorros.
Consciente de que, la única forma de saber quién era el visitante inoportuno era yendo a abrir la puerta, Jimin se acomodó su ropa al mismo tiempo en el que se colocaba de pie, para seguidamente caminar hasta la puerta principal.
—¡Ya va!—Jimin gritó con fastidio a mitad del pequeño pasillo.
Con el alfa pisándole los talones, Jimin se aproximó hasta el pomo de la puerta principal, para seguidamente abrirla, logrando así que el sonido de la puerta siendo abierta detuviera el sonido del timbre.
Al abrir la puerta, Jimin espero encontrarse con alguno de sus nuevos vecinos—sí, nuevos vecinos, porque él no tenía mucho de haberse mudado con JungKook.—a su padre o incluso a alguno de sus entrometidos hermanos mayores, pero no con Kim TaeHyung. Ver al omega de cabellos castaños parado frente a la puerta del departamento a plenas diez de la noche, le había desconcertado en demasía, puesto que, había supuesto que esté aún continuaba en celo. Pero al hacer cuentas de todos los caóticos días en los que habían cuidado de los tres muñecos, llegó a la conclusión de que, el celo de TaeHyung había terminado el día de ayer o inclusive esa mañana, lo que significaba que, el omega de cabellos castaños y piel bronceada había llagado para llevarse a sus mellizos.
Sin duda agradecía que TaeHyung hubiese aparecido para recoger y llevarse a sus cachorros mecánicos, pero lo que no agradecía era el inoportuno momento que había escogido para hacerlo.
—¿TaeHyung?—la voz de JungKook a sus espaldas, había logrado que, Jimin abandonara su pequeño letargo y volviera a la realidad.
—¡Holaaaaaa!—TaeHyung exclamó con una alegría envidiable.
Sin saber en como, ni mucho menos en que momento JungKook había acortado el espacio que había entre ellos, sintió como el fornido pecho de este chocar contra su espalda.
—Pensé que aún estabas en celo.—JungKook dijo y Jimin sintió a su lobo alterarse en su interior.
Jimin por su parte, le dio un pequeño codazo al alfa, para que este retrocediera un poco, y posteriormente invitó a TaeHyung a pasar al departamento.
—Mi celo ayer por la noche.—TaeHyung expresó al mismo tiempo en el que se encogía de hombros.—Por cierto, ¿Dónde están mis cachorros?—preguntó una vez ingresó al departamento.
—Están durmiendo en la habitación de Gookie.—Jimin respondió sin emoción en su voz.—Si ti celo termino ayer en la noche, ¿Por qué has venido por tus mellizos hasta este momento?
TaeHyung sonrió con levedad.
—Bueno, tanto Hobi y yo terminamos algo cansado por lo intenso que fue mi celo.—JungKook arqueó una de sus cejas ante la respuesta de TaeHyung.—Dormimos hasta el medio día y luego disfrutamos del maravilloso postcelo.—explicó.—Lamentó haber venido a esta hora por ellos, pero no creó que hubiera sido capaz de esperarme hasta mañana para verlos.
Jimin esperaba que TaeHyung realmente lamentara por haber interrumpido en su casa a tales horas, y sobre todo en el momento en el que estaba recibiendo un agradable y sumamente relajante masaje en el área de su espalda baja por parte JungKook. Y sí, el alfa se había ofrecido a darle un pequeño masaje en cuanto escucho sus quejidos por el dolor y sobre todo cuando le vio formar muecas por lo mismo. Ese día había sido sin duda uno de los peores, puesto que había tenido un ensayo para la obra que su grupo de trabajo iba a presentar, le había ocasionado una pequeña lesión gracias a que su pareja dentro de la obra no había logrado sostenerlo bien, haciéndolo caer sobre su trasero de una forma tan dolorosa.
Restándole total importancia al dolor, continuó con el ensayo, pero ello solo había ocasionado que al llegar al departamento se desplomara sobre el sofá, donde comenzó a quejarse y formar pequeñas muecas de dolor. Algo que había sido constante, inclusive hasta cuando JungKook había hecho acto de presencia con los tres cachorros—sí, el alfa se había encargado de cuidar de los tres cachorros durante el tiempo que había durado el ensayo de Jimin.—, en cuanto lo había escuchado quejarse, JungKook le había preguntado si le ocurría algo, a lo que, Jimin se había limitado a explicarle el pequeño incidente.
Tras su pequeña explicación de lo ocurrido, JungKook se había ofrecido a hacerle un masaje una vez los tres cachorros estuviera dormido, y que únicamente se lo daría, si prometía visitar a un fisioterapeuta para asegurarse de no era una lesión de gravedad. Reacio a la condición del alfa, Jimin había aceptado e incluso había concretado la cita—de manera virtual.—con uno de los fisioterapeutas del bienestar estudiantil de la universidad, ya que, era totalmente gratuito; y cuando las habilidosas manos de JungKook estaban dándole el mejor masaje de su vida, TaeHyung había hecho acto de presencia intempestivamente.
Así que sí, él realmente esperaba que TaeHyung verdaderamente lamentara ser tan inoportuno.
—Bien, ¿Cómo les fue cuidando de los tres cachorros? ¿Mis mellizos fueron buenos con ustedes o les dieron muchos problemas?—TaeHyung interrogó.
JungKook quiso reír con ironía por la pregunta de TaeHyung, porque a su mente llegó lo tedioso, sofocante y caótico que había sido esos últimos días, gracias lo sumamente complicado que había resultado cuidar de tres cachorros mecánicos.
—Solo llévate a tus cachorros.—fue lo único que JungKook respondió.
—Créeme que nunca más volveré a aceptar cuidar de tus mellizos.—Jimin masculló con una pequeña mueca.—Si los primeros días cuidándolos habían sido difícil, todo empeoró cuando comenzaron a caminar...
—¿Ya caminan?—TaeHyung interrumpió.
Tanto Jimin como JungKook asintieron con levedad.
Y fue así como los tres se sumergieron en una pequeña conversación donde, JungKook y Jimin había expresado cuan difícil les había resultado cuidar de los tres cachorros mecánicos. TaeHyung su parte, se negaba a creer las palabras de sus amigos, porque, dudaba que tres simples muñecos mecanizados fueran a hacerle la vida imposible..., o tal vez él estaba siendo demasiado incrédulo.
Luego de unos cuantos minutos, TaeHyung fue guiado por JungKook hasta la habitación donde los tres cachorros yacían dormidos. Y en el momento en el que entro a la recámara, no dudo en acercarse hasta la pequeña cuna improvisada donde sus mellizos yacían dormidos. Una sonrisa se había formado en su rostro y su lobo interno había comenzado a aullar de felicidad al verlos.
El omega de cabellos castaños permaneció absorto en sus pequeños cachorros, hasta que escuchó la voz de su mejor amigo.
—¿Dónde está Hoseok?—JungKook preguntó con sus brazos cruzados sobre su pecho.—¿Está abajo esperándote o simplemente se fue?—seguidamente hizo una pequeña pausa antes de continuar.—No me gusta que te estés involucrado de esta manera con Hoseok, TaeHyung.
TaeHyung soltó un profundo suspiro antes de girar su rostro hacia JungKook.
—Mira, comprendo que tú y él tengan sus mierdas, y no sabes cuanto lo lamento.—TaeHyung dijo con un tono de voz que JungKook no logró describir.—Pero, eso no significa que por ser tu amigo debo guardar tus calenturas. Ya es tiempo de que hablen, se pidan perdón y sanen sus jodidas heridas.—agregó.—Y el hecho de que seas mi mejor amigo no quiere decir que tengas el derecho de decidir con quién debo involucrarme. Me gusta Hoseok y ante ello no puedes hacer nada, porque no pienso reprimir mis sentimientos por sus problemas.
Y mientras TaeHyung gesticulaba esas últimas palabras, JungKook observó de reojo como Jimin llegaba y se apoyaba sobre el marco de la puerta; realmente JungKook nunca había esperado que TaeHyung se enemistara con Hoseok por él, pero al menos había esperado que mantuviera las cosas a raya entre ellos, porque no deseaba verlo sufrir en un futuro por culpa de su primo, ni mucho menos deseaba joder más la relación entre Hoseok y él.
—¡Ah! Y respondiendo a tu pregunta.—el castaño espetó.—Hoseok fue en busca de una farmacia abierta.—respondió.
—¿Farmacia?—Jimin preguntó y TaeHyung asintió.—¿A qué? ¿Te sientes mal?
TaeHyung negó levemente.
—No, él fue en busca de la pastilla de emergencia.—JungKook y Jimin fruncieron sus entrecejos.—Si me estoy cuidando y Hoseok lo hizo durante mi celo, pero hoy en la tarde, cuando tuvimos nuestro último polvo el condón se rompió..., y bueno, más vale prevenir que lamentar.
Y antes de que Jimin o JungKook pudieran preguntar algo, el sonido del una llamada entrante en el celular de TaeHyung se hizo presente en la habitación. El dueño del dispositivo se había apresurado a contestar la llamada, y tras un par de intercambio de palabras cortó la llamada, para recomponerse en su lugar.
—Hoseok está subiendo. Así que, lo mejor será que me vaya yendo.—TaeHyung informó.—¿Dónde están las cosas de JiEun y Jiyeong?
Tras un pequeño suspiro y negar con levedad, JungKook le indicó dónde estaba las cosas, y tanto él como Jimin había comenzado a ayudarle con las cosas, para que TaeHyung pudiera cargar los muñecos mecánicos sin problema alguno.
Con todo listo, TaeHyung abandonó la habitación con sus pequeños mellizos en brazos, siendo seguido por Jimin y JungKook, quienes cargaban las pañaleras y el pequeño bolso. En el momento en el que se encontraban saliendo del pequeño pasillo del departamento, Jimin escuchó a TaeHyung hablar.
—¿Ya saben como le van a hacer en los próximos días?—Jimin frunció su entrecejo y ladeó su cabeza por la pregunta de TaeHyung.—¿Ya consiguieron a alguien que cuide de Gookie o ustedes no...
—¿De qué hablas?—Jimin inquirió.
—Del celo de JungKook, ¿no es obvio?—TaeHyung contestó.—Es dentro de unos cuantos días..., supongo que JungKook te pidió que lo ayudaras esos días, ¿o me equivoco?
¿Celo? ¿El celo de JungKook era dentro de unos días? Jimin no habría sido consciente de esa información, de no ser por TaeHyung, y ahora que la tenía no sabía como tomarla. En primer lugar, comprendía que entre él y JungKook no había tanta confianza como para pasar el celo juntos, y en segunda era obvio que el alfa ya contaba con algún omega para pasar su celo..., pero sin duda alguna le habría gustado al menos saber que la época de calor de JungKook estaba a la vuelta de la esquina, para así prepararse como era debido..., ahora tenía tan poco tiempo de anticipación para buscar un lugar donde alojarse mientras JungKook disfrutaba de su celo con vaya saber qué omega.
—T-TaeHyung...—JungKook trató de hablar, pero el sonido del timbre del departamento lo interrumpió.
—Seguramente es Hoseok.—TaeHyung murmuró y aligeró su paso, hasta llegar a la puerta principal y abrirla una vez se había colocado su calzado.—Como sea, avísenme si necesitan que cuide de Gookie, mientras ustedes exploran todos los rincones de este departamento de una manera muy divertida.
En cuanto la puerta fue abierta, el rostro de Hoseok hizo acto de presencia, al mismo tiempo en el que TaeHyung le pasaba a los mellizos, para luego acercase a Jimin y JungKook para tomar las pañaleras y el pequeño bolso.
—Créeme que, estaré emocionado de experimentar el cuidar de tres cachorros.—agregó con una pequeña sonrisa.—¡Ah! Por cierto, nuevamente gracias por cuidar de nuestros pequeños.
Y sin decir más, TaeHyung abandonó el departamento cerrando la puerta tras de él, dejando a Jimin y a JungKook en una incómoda situación.
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