C A P I T U L O. 21
El primer mes viviendo juntos había transcurrido con rapidez, y la convivencia entre ellos había sido todo menos la esperada. Y pese a que, ambos ya contaban con una experiencia de convivencia previa, las cosas a las que tuvieron que enfrentarse fueron totalmente nuevas, las cuales quisieron atribuir a la pequeña e incómoda situación que tuvieron que atravesar luego de la noche en la cual, si no hubiera sido por el llanto del cachorro mecánico seguramente hubieran terminado besándose. Y es que, luego de ese casi beso, el omega se había encontrado a sí mismo demasiado avergonzado y con sus mejillas ruborizadas, que los días posteriores no había sido capaz de ver al alfa sin avergonzarse hasta sentir sus mejillas arder.
Así que, sí, tal vez, esa situación o lo levemente desordenado y descuidado que Jimin podía llegar a ser habían sido el causante de que su convivencia se viera un tanto afectada.
Durante las primeras semanas de convivencia las cosas habían parecido ir viento en popa. Sin embargo, las complicaciones habían comenzado a partir de la segunda semana, y todo había comenzado gracias al pequeño desliz por parte de Jimin al olvidar recoger los platos que había utilizado para desayunar, posteriormente había sido el pequeño desorden que este mismo había causado al revolver la mayoría de las ropas del armario, logrando que todas estas se arrugarán..., y entre muchas cosas más, habían logrado acabar con la poca paciencia de JungKook, quien era un alfa que amaba el orden y de mantener cada rincón del departamento limpió, lo cual era una costumbre heredada e inculcada por su madre.
Como había sido de esperar, JungKook había terminado reprendiendo a Jimin de una forma no tan agradable, y claramente tal hecho no había sido para nada del agrado del omega, desencadenando así una tediosa discusión donde ambos terminaron resentidos con el otro. Y tanto había sido el resentimiento en ambos que durante las dos últimas semanas ninguno de los dos se había dirigido palabra alguna, y JungKook se había visto obligado a dormir en el sofá. Sin embargo, ese resentimiento se había evaporado tan solo unos cuantos días después, donde ambos había dado su brazo a torcer y ofrecido sus disculpas, para luego llegar a un acuerdo de mantener el departamento limpio y ordenado.
Un par de días después de su pequeña reconciliación y su pequeño tratado de paz, se había realizado otra convocatoria para todos los participantes del proyecto, y esta vez, se les había informado que debían presentarse ante las autoridades de la universidad correspondientes conforme a su número de parejas, para que pudieran evaluar el estado del muñeco y la información de cuidado que este había recolectado durante ese corto periodo de tiempo en el que habían estado cuidando de los cachorros mecánicos. Sin duda alguna, el que llevarán a cabo dicha evaluación tan repentinamente les había tomado por sorpresa a todos.
Sin embargo, a diferencia de muchas parejas, Jimin y JungKook no habían objetado por dicha evaluación y habían procedido a cumplir con las indicaciones. Completamente seguros de su desempeño, habían entregado al pequeño Gookie, para que la beta a cargo de hacer la evaluación efectuará su labor; y fue cuestión de casi treinta minutos, para que los resultados de su primera evaluación se le fuese entregada.
La boleta que le habían entregado presentaba un porcentaje claro de cada uno de los aspectos del cuidado del cachorro mecánico, así como un porcentaje general. Y dicho porcentaje no había sido lo que tanto Jimin como JungKook habían esperado. Ambos presentaban un ochenta y cinco porciento. Y si bien, era un porcentaje alto y razonable, eso no era lo suficientemente bueno, para dos estudiantes que siempre habían obtenido notas superiores a ellas. Sin embargo, consciente de que, debían subir el porcentaje para la próxima evaluación.
Antes de que pudieran abandonar el pequeño salón donde habían hecho la evaluación, les habían informado que, en cuestión de unos cuantos días, el cachorro mecánico daría sus primeros pasos y con ello la dificultad del cuidado aumentaría un treinta porciento más; posteriormente, con el cachorro mecánico en brazos del omega, ambos cambiaformas habían abandonado el pequeño salón y al hacerlo se habían topado con varias parejas revisando sus boletas y entre ellas se encontraban la pareja de TaeHyung y Hoseok, quienes con una sonrisa de satisfacción en sus rostros revisaban la boleta que se les había entregado.
Y como había sido de esperarse, Jimin no había tardado en acercarse para curiosear sobre el porcentaje que sus amigos habían obtenido; sin poder creer el alto porcentaje que TaeHyung y Hoseok habían obtenido en su primera evaluación, tanto Jimin como JungKook no se habían limitado a preguntar en qué habían hecho para obtener un noventa y siete porciento en ambos muñecos, pero sorpresivamente TaeHyung se había limitado a responder "no sé, ni siquiera sé cómo logramos un porcentaje tan alto", para luego pedirle a Jimin un minuto a solas.
Ambos omegas habían tenido una pequeña y privada conversación totalmente alejada de los oídos de los alfas, quienes habían quedado al cuidado de los cachorros. La conversación no había sido demasiado extensa, pero había durado lo suficiente como para que, TaeHyung pudiera expresar su petición.
Ante el recuerdo de dicha conversación, Jimin soltó un denso y profundo suspiro al mismo tiempo en el que cerraba la puerta del departamento tras de sí con la ayuda de su pie, debido a lo ocupada que se encontraban sus manos gracias al sin fin de cosas que cargaba Y entre todas esas cosas se encontraban un par de cachorros mecánicos.
Y no, ninguno de los cachorros mecánicos que cargaba entre sus brazos era Gookie, sino que, se trataban de JiEun y Jiyeong, los cachorros mellizos que pertenecían a TaeHyung y Hoseok, y que tanto él como JungKook—aunque este último no estuviera enterado de ello.—tendrían que cuidar por casi una semana, y todo se debía que él había aceptado cuidar de los muñecos mientras TaeHyung disfrutaba de su celo en compañía de Hoseok. Porque sí, Hoseok había aceptado sin objeción alguna en ayudar a TaeHyung con su celo.
—¿En qué momento me vine a meter en este lío?—Jimin se cuestionó a sí mismo, al mismo tiempo en el que colocaba a los mellizos en el pequeño tapete donde Gookie se encontraba acostado y jugando con el pequeño sonajero.
En el momento en el que sus manos se encontraron un poco más libre, se puso nuevamente de pie, para disponerse a guardar las cosas que Hoseok le había entregado para el cuidado de los muñecos tan solo un par de minutos atrás. Con dos pañaleras colgando de sus hombros y un pequeño gran bolso entre sus manos, se encaminó hasta la habitación de Gookie, donde ese equipaje fue puesto sobre el alfombrado piso de la habitación.
Reincorporándose nuevamente en su lugar, Jimin estiró levemente su cuerpo e hizo crujir algunos de sus huesos.
Sin dejar de estar consciente de que el trío de cachorros estaban en la sala de estar, el omega centró su mirada sobre las dos pañaleras y el pequeño bolso, ¿Pero qué tanto creía TaeHyung que iban a necesitar para el cuidado de los dos cachorros mecánicos? Y es que, parecía ser que TaeHyung le había mandado cosas como para que cuidaran de los muñecos como por dos o tres semanas.
Levemente sorprendido por la exageración de TaeHyung, se rascó levemente el cuero cabelludo y se colocó de cuclillas, para revisar que era lo que había dentro de las dos pañaleras y en el pequeño bolso.
Sin perder tiempo abrió ambas pañaleras, y dentro de estas no había nada fuera de lo común. En ambas había pañales, diversos conjuntos de ropa, toallas húmedas, baberos, biberones, un tarro de leche—de un tamaño considerable.—calcetines, gorros, chupetes, cremas y entre otras cosas. Claramente, ambas pañaleras portaban todo lo que podían llegar a necesitar esa semana, por lo que, no comprendía que era lo que TaeHyung pudiera haberle enviado dentro del pequeño bolso.
Curioso de saber que era lo que este contenía, no tardó en jalarlo levemente hacia él, para seguidamente abrirlo y al hacerlo se topó con un poco de lo mismo que había dentro de las pañaleras, con la variante de unos cuantos productos completamente nuevos, como cremas corporales para los cachorros, dos botes diferentes de shampoo para bebés, así como también unos pequeños tarritos con cereal instantáneo. Sin embargo, nada de eso llamó la atención del omega, sino que lo que captó su atención y despertó aún más su curiosidad fue la pequeña libreta verde menta que estaba dentro de uno de los compartimientos del pequeño bolso.
Sin perder tiempo tomó la libreta en sus manos y la abrió, para comenzar a ojear entre las páginas, y lo que estaba escrito en cada una de las hojas de la pequeña libreta había dejado más que atónito al omega de cabellera malva.
Dentro de la libreta estaba escrita de forma minuciosa y detallada como debían cuidar a JiEun y Jiyeong, inclusivamente había un pequeño horario que marcaba la hora en la que se despertaban los cachorros y lo que se debía tener preparado y listo para ellos apenas sus ojitos se abrieran. Sin duda alguna, TaeHyung y Hoseok se habían tomado demasiado en serio el cuidar de los pequeños y ahora comprendía como habían alcanzado un puntaje tan alto y casi perfecto.
Y mientras leía cada una de las especificaciones que TaeHyung había escrito en la libreta, Jimin se cuestionaba la forma en la que JungKook reaccionaría al llegar y enterarse de que debían de cuidar ya no solo un cachorro mecánico, sino de tres.
Unos estrepitosos y sofocantes llantos inundaban cada rincón del departamento, logrando que el bonito omega de hebras malvas comenzara a desesperarse al punto de casi entrar en llanto. Y es que, no era para menos, cuando tenía a dos cachorros llorando escandalosamente sin razón alguna, porque en el momento en el que los mellizos habían comenzado a sollozar, Jimin había buscado la causa de su llanto revisando el pañal de ambos, pero estos estaban limpios, también había tratado de alimentarlos por si habían comenzado a sentirse angurrientos, pero en el momento en el que trató de darle el biberón lo rechazaron dejando en claro que no habían comenzado a llorar por hambre.
Y con todas sus opciones para acabar con el llanto de los mellizos agotándose, Jimin comenzaba a sofocarse y desesperarse. Sin saber qué hacer para que los cachorros dejaran de llorar, Jimin se dejó caer de bruces sobre la alfombra de la sala de estar, al mismo tiempo en el que soltaba pequeños sollozos. Claramente, él nunca había tenido que enfrentarse a una situación donde Gookie hubiese y sin razón aparente, así que, el tener que lidiar con dos cachorros mecánicos en tal estado le sobrepasaba y con creces.
Con su vista levemente borrosa por las lágrimas que inundaban sus bonitos ocelos, el omega llevó su mirada hacia los cachorros, para percatarse que, la pequeña luz verde que indicaba que aún estaba a tiempo para atender a los mellizos, comenzaba a cambiar de color indicando que poco a poco su tiempo iba acabándose. Probablemente, se hubiese quedado en su lugar observando cómo la luz comenzaba a tornarse roja, mientras trataba de controlar sus emociones para no lanzarse a llorar, de no haber sido por un conocido quejido.
El pequeño quejido había comenzado a tornarse a un pequeño sollozó. Automáticamente, Jimin había llevado su mirada hacia el sitio de donde provenía el pequeño sollozó, para encontrarse con un pequeño Gookie al borde del llanto.
—¡Ni se te ocurra, Jeon Gookie!—Jimin exclamó mientras se arrastraba sobre la alfombra hasta llegar al pequeño tapete donde los tres cachorros mecánicos yacían acostados.—Tienes prohibido llorar..., ¡Por favor no llores, bebé o yo terminaré llorando también! Y no queremos que papá nos encuentre a todos llorando, ¿cierto?
Pero para desgracia del omega, el pequeño cachorro alfa no era más que un muñeco mecanizado que no tenía la capacidad de escuchar y entender sus palabras. El sollozo del pequeño Gookie comenzaron a convertirse en un pequeño llanto, pero antes de que este se convirtiera en un escandaloso llanto, la puerta principal del departamento fue abierta.
Y tan rápido cómo esta fue totalmente abierta, el ya conocido y relajante e imponente aroma a brisa silvestre con el leve toque a tabaco se coló por sus fosas nasales, así como también comenzó a impregnarse en cada uno de los muebles y paredes del departamento. Y eso solo dejaba en claro que el alfa de la casa había llegado.
El omega Interno de Jimin se regocijó en el interior de este, y comenzó a aullar para que el alfa acudiera en su ayuda, y para que lo consolara.
El llanto de los muñecos mellizos seguía sin cesar, siendo ahora era acompañado del escandaloso llanto de Gookie, logrando que el omega rompiera por completo en llanto.
Para Jeon JungKook fue totalmente desconcertante ingresar a su departamento y ser recibido por unos escandalosos llantos y no por la típica cancioncilla de cuna de la pequeña silla mecedora de Gookie o por el sonido del televisor.
Con su entrecejo fruncido y con su lobo totalmente inquieto y exigiéndole que fuese en busca de Jimin, se despojó de su calzado, y en cuestión de un pequeño intervalo de tiempo, JungKook ya había llegado a la sala de estar, donde se topó con los muñecos de TaeHyung y Hoseok llorando a más no poder, así como también a Gookie y a Jimin envueltos en llanto.
Sin comprender la situación y ansioso de acallar el llanto sofocante y ensordecedor de los muñecos, JungKook trató de cuestionar al omega, pero este no era más que palabras incomprensibles por el llanto. Sin saber qué hacer o decir, JungKook se hizo cargo de la situación a su manera.
Primero se hizo cargo de calmar el llanto de su cachorro mecánico, lo cual fue un éxito, puesto que el pequeño solo se había sentido sofocado por el llanto de los melocotones. Posteriormente, paso a hacer cargo de los mellizos, y tras evaluar sus opciones optó por la más sensata y sin saber es que aún tenía alguna de las prendas de ropa de TaeHyung, las tomó y se las acercó a los pequeños, logrando así que estos pararan sus lloriqueos. Probablemente, las camisas que había utilizado para calmar a los muñecos, solo durarían lo necesario para mantenerlos calmados hasta que TaeHyung u Hoseok llegasen por los mellizos. Por último paso a centrar su atención en Jimin quien ahora soltaba pequeños hipidos y leves sollozos.
JungKook tomó una pequeña bocanada de aire antes de acercarse al omega.
—¿Jimin?—llamó.—¿Qué pasa? ¿Por qué lloras, manzanita?
El omega no respondió y en su lugar no tardó en lanzarse a los brazos del alfa, quien sorpresivamente le acogió.
—Soy un desastre.—fue lo único que Jimin respondió contra el pecho del alfa.
Durante varios minutos, JungKook se dedicó a consolar a Jimin, y no porque su lobo se lo hubiese exigido o porque se había sentido moralmente obligado, sino porque desde lo más profundo de su ser había sentido la necesidad de hacerlo, y porque le provocaba un extraño sentimiento el ver al omega llorar.
En el momento en el que Jimin dejó de sollozar y se recompuso en su lugar, JungKook alargó sus manos para darse a la tarea de limpiar cualquier rastro de lágrima que pudiera haber quedado en el rostro del omega. Y cuando se sintió complacido al no ver más lágrimas en los ojos, y la parte inferior de estas, como tampoco sobre las mejillas de Jimin, el alfa azabache formó una tierna y pequeña sonrisa para el omega.
Para Jimin el haber sentido el suave tacto de JungKook sobre sus facciones y presenciar como le brindaba una hermosa sonrisa, le provocó un sinfín de emociones y sensaciones en su cuerpo y en su lobo que él no fue capaz de describir, pero siendo levemente sincero se había sentido complacido por haber sido consolado y mimado por el alfa.
—Ahora que estás más calmado, ¿te apetece hablar?—la voz de JungKook había sonado aterciopelada que el omega la sintió como una suave caricia a su sentido auditivo. Así que, sin detenerse a pensar las cosas, asintió con levedad.—Bien, ¿Por qué estás llorando?
Jimin tomó un suspiro antes de contestar.
—Por qué lo estropeé todo..., el llanto de los cachorros comenzó a sofocarme y como nunca lo lograba calmarlos me frustró tanto que terminé colapsando en llanto.
—En algún momento te iba a tocar una situación como está, solo que, te tocó experimentarla con tres muñecos.—JungKook dijo.
Las palabras del alfa eran tan certeras que, Jimin se sintió demasiado tonto por haber soltado en llanto por una situación así.
—Tienes razón.—Jimin murmuró por lo bajo.—Supongo que fui algo tonto e inmaduro por haber terminado llorando en lugar de seguir buscando como calmarlos...
Jimin no fue capaz de continuar debido a que fue interrumpido por el alfa.
—¡Hey! No minimices tus emociones, ¿de acuerdo?.—JungKook dejo una leve caricia con su pulgar sobre la mejilla izquierda de Jimin.—No todos tenemos la misma capacidad de respuesta ante las diversas situaciones. Probablemente, yo hubiese terminado enojado y lanzando los muñecos por el balcón...
—Pero, tú lograste calmarlos sin enojarte o lanzarte a llorar.
—Si lo hice, porque si tú estabas llorando, era completamente necesario que yo tomara el control de la situación.—Jimin se removió levemente en su lugar, para poder esconder su rostro nuevamente en el pecho de JungKook.—Tú y yo somos pareja en este proyecto, y como pareja debemos saber apoyarnos y cumplir con nuestros roles de padres y pareja..., ¿no es así?
El omega de cabellos morados asintió contra el formidable pecho de JungKook.
Fueron un par de largos minutos en los que el omega se mantuvo con el rostro escondido en el pecho del alfa. Y no entendía la razón, pero tanto él como su lobo se sentían protegidos y en paz..., que por extraño que pudiera sonar, sentía como cada una de sus barreras y muros se había derrumbado, que, en ese momento, solo quería embriagarse del aroma del alfa y cubrirse con el calor de este, hasta sentir que ninguna ventisca pudiera hacerle estremecer del frío.
Jimin se encontraba tan inmerso en esa extraña sensación de confort que poco le importaba que el alfa pudiera empujarlo lejos en cualquier momento, pero para su gran sorpresa eso nunca ocurrió. Al contrario, comenzó a sentir pequeñas caricias sobre su cabellera que, sin darse cuenta, comenzó a soltar pequeños ronroneos al mismo tiempo en el que su pequeña nariz comenzaba a olfatear cada porción del formidable pecho que estaba a su disposición.
JungKook por su parte, sentía como su lobo movía su rabo de un lado a otro, mientras ambos disfrutaban de la ya conocida sensación que le embargaba cada que sostenía a Jimin entre sus brazos; y fue así como ambos permanecieron en dicha posición por varios minutos, hasta que la magia del momento se vio evaporada cuando una pregunta comenzaba a rondar por la cabeza del alfa.
—Jimin.—JungKook llamó en voz baja.
—¿Mmm?—fue lo único que el omega gesticuló sin el ánimo de alejarse del calor del alfa.
—¿Por qué los muñecos de TaeHyung están aquí? ¿Y dónde está TaeHyung en primer lugar?—Ante las interrogantes de JungKook, Jimin formó una pequeña mueca y maldijo para sus adentros.
Jimin había preferido tener que soportar nuevamente los llantos de los muñecos mecánicos a tener que responder las interrogantes de JungKook.
Soltando un suspiro y con un pequeño mohín formado en su rostro, Jimin se obligó a alejarse del alfa y a tomar una distancia prudencial entre los dos, de manera en la que ambos estaban cara a cara.
—Bueno, digamos que hace semanas hice algo sin consultarte.—Jimin murmuró por lo bajó.—Pero, por favor, no te enojes conmigo, ¿de acuerdo?
JungKook ladeó levemente su cabeza y frunció su entrecejo ante las paladas de Jimin.
—¿Qué fue lo que hiciste, Jimin? ¿Y todo eso que tiene que ver con los muñecos de TaeHyung aquí en el departamento?—cuestionó.
—Primero promete que no te vas a enojar.—JungKook rodó sus ojos con un deje de fastidio.—¡Promételo!
—Bien, lo prometo. Ahora dime, ¿Qué fue lo que hiciste?
Jimin tomó una bocanada de aire antes de responder.
—Y-yo..., acepté cuidar a los cachorros de TaeHyung mientras está en celo.—las palabras de Jimin fueron pronunciadas con rapidez que JungKook no fue capaz de comprenderlas.
—¿Qué? Habla más despacio que no llevas una manada de alfas en celo detrás de ti.
—Dije que, acepté a cuidar los cachorros de TaeHyung mientras él estaba en celo.—esta vez el omega pronunció sus palabras un poco más despacio.
—¡¿QUÉ HICISTE QUÉ?!—JungKook preguntó sin dar crédito.
Él realmente esperaba que Jimin estuviera jugándole una broma de mal gusto en compañía de TaeHyung, porque se negaba a creer y aceptar que Jimin hubiera aceptado hacer tal cosa sin consultarle antes. Porque una cosa era cuidar de un muñeco mecánico a tener que cuidar de tres al mismo tiempo. Al notar la expresión de culpabilidad y remordimiento en el rostro de Jimin logró comprender que este no le estaba jugando ningún tipo de broma.
Tomando una profunda bocanada de aire, JungKook trató de calmar cualquier emoción poco positiva que pudiera formarse. Jimin por su parte, tuvo que explicarle cómo era que había terminado aceptando cuidar de los muñecos..., porque todo había sido culpa de los ojitos de cachorrito abandonado que TaeHyung le había regalado.
Mientras Jimin le explicaba cómo había terminado aceptando la petición de TaeHyung, JungKook fue siendo consciente de dos cosas. La primera que tendían que cuidar de tres cachorros mecánicos por casi una semana y la segunda que su celo estaba a la vuelta de la esquina, porque sí, JungKook y TaeHyung estaban sincronizados de una extraña manera, ya que, el celo del alfa era solo un par de días después del celo de TaeHyung. Y así mismo, también fue consciente de una cosa más.
—¿Por qué demonios Hoseok no cuida de sus muñecos?—JungKook inquirió.
—Bueno, Hoseok no puede cuidar de los mellizos.—Jimin respondió mientras se encogía de hombros.
El alfa frunció notoriamente su entrecejo.
—¿Cómo que no los puede cuidar? ¿Acaso es tan inútil que no puede cuidar de sus cachorros sin la ayuda de TaeHyung?—el tono de voz que el alfa había utilizado tenía un matiz cargado de irritación,
Jimin negó levemente antes de responder.
—No, no es eso.—murmuró por lo bajo.—Hoseok no puede cuidar de JiEun y Jiyeong porque está ayudando a TaeHyung con su celo.
Tan pronto como Jimin había terminado de pronunciar su respuesta, un fuerte grito resonó por todo el departamento, haciendo que los pequeños cachorros mecánicos que yacían dormidos dentro de la pequeña cuna se sobresaltaran.
—¡REPITE LO QUE HAS DICHO!–JungKook exclamó en voz alta.
—Baja la voz, ¿quieres?—dijo el omega.—He dicho que Hoseok está ayudando a TaeHyung con su celo. TaeHyung se lo pidió hace varias semanas y Hoseok aceptó..., aparte creo que ellos están liados...
—¡¿CÓMO?!
—¡Que bajes la voz!—Jimin exclamó.
—Está bien, lo siento.—JungKook dijo con un volumen de voz normal.—¿Cómo que Hoseok le está ayudando a TaeHyung con su celo? ¿Y qué quieres decir con que TaeHyung y Hoseok se están liándose?
Al escuchar las preguntas de JungKook, un extraño sentimiento se formó en el pecho del omega, un sentimiento que Jimin podía describir como celos..., y todo a causa de que parecía ser que JungKook tenía sentimientos hacia TaeHyung, pero, ¿Por qué sentía celos de que JungKook tuviera sentimientos hacia TaeHyung y no hacia él? Pero sobre todo, ¿Por qué quería saber que tipo de sentimientos tenía JungKook hacia Taehyung?
Jimin estaba consciente de que tenía leves sentimientos hacia JungKook, pero no eran tan fuertes como para sentir celos de la manera en la que los estaba padeciendo. Con un amargo sabor de boca contrato las preguntas del alfa, y lo hizo con total sinceridad.
—Mira, hace unas semanas me reuní con TaeHyung y él me platicó que iba a tener su celo pronto y que si podíamos cuidar de los mellizos, porque Hoseok le iba a ayudar con su celo.—Jimin explicó mientras se encogía de hombros.—Y a lo que me refiero con que TaeHyung y Hoseok se están liándose es a que, el día que me reuní con TaeHyung, Hoseok llegó y ambos se besaron frente a todos...,
Y antes de que cualquier otra palabra pudiera salir su boca, Jimin calló abruptamente para no decirle a el alfa que, TaeHyung le había confesado sus sentimientos hacia Hoseok, y es que, por muy celoso que se sintiera en esos momentos, no iba a comportarse como un inmaduro y cometer la imprudencia de usar a su favor la confesión de TaeHyung.
—¡Puta mierda!—el alfa blasfemo en voz baja mientras en su rostro se formaba una clara expresión de enojo y decepción.
—JungKook.—el mencionado llevó su mirada hacia el omega en espera de que este continuara.—¿Te gusta TaeHyung?—el omega se atrevió a preguntar. Y no sabía de donde había sacado la valentía para hacerlo, pero quería atribuírsela a su lobo interno, quien estaba más que inquieto por conocer los sentimientos del alfa.
Ante la pregunta de Jimin, JungKook frunció su entrecejo con desconcierto para luego soltar una pequeña carcajada cargada de diversión.
—¿Qué? ¡Claro que no!—contestó.—TaeHyung es mi mejor amigo..., casi mi hermano, ¿Por qué me preguntas si me gusta?
Alivio. Eso fue lo que tanto Jimin y su lobo sintieron cuando escucharon la respuesta de JungKook. Para ellos le era una alivio saber que JungKook no tenía ese tipo de sentimientos amorosos hacia TaeHyung.
—Tal vez, te hice esa pregunta por la reacción que tuviste cuanto te conté que Hoseok estaba ayudando a TaeHyung con su celo y que se estaban liándose.
—Reaccione así, porque, para mí, TaeHyung es como mi hermano pequeño y por nada del mundo me gustaría que se involucrara con un alfa como Hoseok.—JungKook aclaró.
—¿Un alfa como Hoseok? ¿Qué hay de malo con él?—el omega cuestionó.—Hasta donde lo conozco es un buen alfa..., además se nota que quiere y respeta mucho a TaeHyung.
JungKook no podía explicarle que la razón por la que no quería a Hoseok cerca de TaeHyung era porque aún guardaba culpabilidad y resentimiento hacia su primo..., y porque sobre todo conocía a la perfección lo casanova que este podía llegar a ser.
—Pero como sea, aún no comprendo por qué TaeHyung te pidió que cuidáramos de los cachorros, cuando claramente los padres de Hoseok pueden cuidarlos.—Jeon agregó.
—Los padres de Hoseok han salido de viaje y regresan el próximo mes.—Jimin contestó sin más.—Pero mírale el lado bueno a todo esto.
JungKook le dedicó una pequeña mirada al omega antes de preguntar.
—¿Cuál?
—Solo tendremos que cuidar de tres cachorros mecánicos unos cuantos días..., tal vez esta experiencia te sea de ayuda por si en un futuro logras que tu omega tenga trillizos.—el omega de cabellos malva murmuró con una pequeña sonrisa que en su lugar parecía ser una mueca, —Y yo..., bueno, tal vez esto me sirva por si mi alfa tiene tanto potencial para embarazarme de trillizos.
Además, ¿Qué podría salir mal durante esos días en los que tendrían que cuidar de los tres cachorros?
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