C A P I T U L O. 20
Dos semanas habían transcurrido desde la noche en la que JungKook se había presentado en la casa de los Park, con la intención de lograr que Jimin volviera con él al departamento, y estaba más que claro que el joven alfa había logrado su cometido. Sin embargo, el proceso de mudanza había tomado varios días, por la cantidad excesiva de cosas que el omega tuvo que empacar,
Para el señor Park—quien aún seguía creyendo que su pequeño hijo estaba a la espera de un cachorro de JungKook.—no le había resultado nada agradable tener que presenciar como su hijo empacaba sus cosas, ni mucho menos ver como este se marchaba días después en compañía del niño alfa. Y es que, para el viejo alfa, Jeon JungKook no era más que un vándalo que le había robado su tesoro más preciado. No obstante, había disfrutado en demasía ver cómo JungKook había tenido que cargar con cada una de las cajas, porque tanto él como sus hijos mayores se negaron rotundamente a ayudarle.
Y por dicha razón, el proceso de mudanza resultó ser más largo y complicado de lo esperado. Que inclusive, esa misma tarde, JungKook había tenido que cargar la última caja con las cosas del omega. Y la razón por la que él había tenido le cargar con cada una de las cajas era demasiada obvia. Para el señor Park y sus hijos, Jimin se encontraba en cinta, y un omega en dicho estado no debía realizar fuerza alguna, y si él planeaba continuar con dicha mentira ante los Park, debía de aceptar las pequeñas consecuencias como la de cargar con todas las malditas cajas, las cuales pesaban más que sus ganas de vivir.
Pero el dolor de sus músculos y el cansancio que sentía en esos momentos no eran nada al lado de la satisfacción que sentía tanto él como su lobo al pensar en el simple hecho de que, desde ese día Jimin vivía oficialmente con él.
Estirando sus músculos adoloridos y contraídos, al mismo tiempo en el que soltaba un pesado y escandaloso suspiro, el alfa se abrió paso entre el par de cajas que se encontraban aún esparcidas—y sin desempacar—por toda la habitación, para así encaminarse al cuarto de baño, donde se encargó de tomar una relajante ducha. Y mientras él se encontraba encargándose de su aseo personal, era consciente que Jimin se encontraba en la sala de estar disfrutando de una pequeña película en compañía del cachorro mecánico; el tiempo que permanecío bajo la regadera fue relativamente largó que, para cuando salió completamente vestido con unos pantalones de chándal y una sudadera, Jimin ya se encontraba acostado sobre el colchón de la cama.
—¿Ya terminaste de ver la película?—JungKook inquirió al mismo tiempo en el que secaba su cabellera y se abría paso dentro de la habitación. El omega por su parte únicamente gesticuló un pequeño sonido afirmativo como respuesta.—¿Y Gookie?
—Dormido. Se durmió a mitad de la película.—Jimin se estiró con pereza sobre las sábanas.—Así que, está en su habitación.
Tras su corta respuesta, Jimin volvió a estirarse para despojarse de la pereza que le acogía, para posteriormente obligarse a sí mismo a levantarse, para con la misma en caminarse hasta el cuarto de baño. El tiempo que Jimin había ocupado dentro de este, había sido lo justo y necesario para una ducha rápida. Para cuando abandonó el cuarto de baño—vestido únicamente con unos short de algodón y una sudadera que seguramente pertenecía a JungKook.—y piso la firme suelo de la habitación, Jimin se dirigió hasta el pequeño tocador, con la intención de colocarse sus respectivas cremas de noche.
Y agradecido por que esa noche no le tocaría hacer completamente su rutina de skin care, Jimin se dispuso a ponerse la primera crema de esa noche sobre su rostro; el proceso de su cuidado de piel le había tomado un par de minutos, en los cuales había sido consciente de la mirada del alfa sobre él. El tener la fija y escruta mirada de JungKook sobre él mientras se colocaba sus cremas solo significaba una cosa. Así que, sin pensarlo mucho o siquiera preguntar, Jimin tomó entre sus manos los productos que necesitaría, para a pasos rápidos llegar a la cama donde el alfa se encontraba observándole.
Sin decir palabra alguna y a pasos rápidos, Jimin llego hasta la cama donde JungKook se encontraba sentado con su espalda recostada sobre el respaldar del mueble, para sin previó aviso subirse ahorcajadas del último mencionado. Y no estaba de más mencionar que la rápida acción del omega había sorprendido en demasía al alfa, quien sin comprender lo que ocurrió formó una expresión de desconcierto y ladeó levemente su cabeza.
—No hay que ser un genio como para saber que quieres que te ponga una mascarilla facial.—Jimin dijo un tanto divertido, antes de que JungKook pudiera cuestionar su actuar.—Así como tampoco hay que ser un genio como para saber que no tenias el valor de pedirlo..., o seguramente te da algo de vergüenza hacerlo.
Jeon se encontraba indeciso, y es que, no sabía si reírse o enojarse consigo mismo por las acertadas palabras del omega. Y es que, desde la noche en la que Jimin le había aplicado aquella mascarilla facial para los puntos negros, se había cuestionado si debía cuidar más de la piel de su rostro, pero todo esos pensamientos quedaron en el olvido cuando se encontró extrañando la presencia de Jimin. Sin embargo, estos volvieron a resurgir en su cabeza, cuando en la primera noche de su regreso, Jimin se sentó frente al tocador a aplicarse una extraña mascarilla facial y sus cremas. Desde esa noche le había sido imposible no observarle en silencio.
Desde su posición, JungKook se había cuestionado el si debía pedirle al omega de que le aplicara alguna de las tantas mascarilla o de las diversas cremas en el rostro, o si pedirle que le guiara para que él mismo creara si rutina de cuidado de piel, pero su gran ego de alfa se lo había impedido por completo. Pero ahora, que tenía a Jimin sentado ahorcajadas de él, limpiándole el rostro con agua miselar, se había dado cuenta de lo estúpido que había sido al querer mantener su ego.
—Tranquilo, machote.—Jimin murmuró entre ellos,—Tu gran ego de alfa no se verá afectado por que cuides la piel de tu rostro.
Inevitablemente, el alfa soltó una pequeña carcajada por las palabras del omega, ¿Cómo este era capaz de saber que había tenido una lucha interna por su maldito ego de alfa? Sinceramente no lo sabía, pero poco importaba. Y menos cuando las suave y pequeñas manos del omega estaban sobre su rostro.
—Lo sé.—esas dos palabras fueron lo único que JungKook vociferó.
Jimin asintió levemente, para posteriormente dedicarse de entero a su tarea de aplicar los productos que había escogido esa noche para el alfa. Primero le limpio el rostro con agua miselar, para posteriormente colocar un toner facial, seguidamente colocó una mascarilla de pepino. La cual le ayudaría a hidratar la piel y cerrar los poros que pudieran estar abiertos, así como también a relajar y reafirmar la piel del rostro. Y es que, esa noche no deseaba utilizar ningún producto que pudiera incomodar al alfa, por lo cual había optado por productos que ayudaran con la hidratación y la relajación del rostro.
Mientras la mascarilla hacía su trabajo, Jimin abandonó el regazo del alfa, para disponerse a recoger los productos que ya había utilizado, dejando únicamente la pequeña bolsa de aluminio de la mascarilla sobre la mesita de noche.
—¿Cuánto tiempo tendré esta mascarilla?—Jimin se giró levemente hacia el alfa. Y verlo con el pequeño trozo de tela blanca sobre el rostro le ocasionaba cierta gracia.
—Unos quince minutos.—el omega respondió con una pequeña sonrisa cargada de diversión.—Trata de relajarte un poco, ¿si?—el alfa asintió, para posteriormente acomodarse un poco sobre la cama.—Bien, yo iré a ver si está todo en orden con Gookie.
Sin decir más o esperar alguna respuesta, Jimin abandonó la habitación dejando solo a un relajado alfa. Tras un lapso de diez de minutos Jimin regresó a la habitación, y leve fue su sorpresa al encontrar al alfa tarareando una pequeña melodía, y si debía de admitir algo era que, la capacidad vocal de JungKook era buena, demasiada buena a decir verdad.
Y sin el más mínimo ánimo de interrumpir la melodía que el alfa tarareaba, el omega de cabellos morados se abrió paso dentro de la habitación, para acercarse hasta la cama, donde con movimientos sutiles se sentó junto al azabache.
Su intención había sido sentarse ahí a escuchar al alfa sin hacer amago de cualquier acción. Sin embargo, hubo un cambio de planes cuando su cuerpo fue alzado por los fuertes brazos de JungKook, para luego ser posicionado ahorcajadas sobre regazo del anterior mencionado por este mismo.
De poder utilizar una palabra para describir a Jimin en esos momentos, la ideal sería, desconcertado. El omega se encontraba totalmente desconcertado por la acción del alfa.
—Este es tu lugar.—fue lo único que JungKook vociferó con voz ronca.
Ante las palabras del azabache un extraño cosquilleo se implantó en el vientre del omega, así como también el rubor comenzó a colorear por completo el rostro de este, quien se negaba rotundamente a moverse de su posición, debido a que, su trasero había quedado sobre un lugar prohibido.
Pero, para su desgracia la Luna, la alineación de los jodidos planetas y el maldito destino habían tenido otras intenciones para él, puesto que, la alarma—que indicaba que el tiempo de la mascarilla sobre el rostro de JungKook había llegado a su final—de su celular se hizo sonar haciendo que él se sobresaltara en su lugar dando un pequeño saltó. Y no estaba demás decir que ese pequeño salto había ocasionado cierta reacción en ambos.
El alfa había soltado un pequeño gruñido y llevado sus posesivas manos hasta las caderas del omega, y este último había soltado un pequeño pero audible jadeo. Avergonzado y deseoso de que la tierra se lo tragase y lo escupiera en el otro lado del mundo, Jimin tomó una bocanada de aire, para alargar su mano y así tomar el envoltorio de la mascarilla y así comenzar a retirar el fino trozo de tela del rostro de JungKook; el omega continuó con la rutina de cuidado de la piel sin decir palabra alguna, y es que, seguía sintiéndose avergonzado con la situación y a eso agregándole que la fija mirada de JungKook sobre él le intimidaba en esos momentos.
Sin embargo, en el momento en el que se encontraba aplicando el moisturizer se obligó a hablar.
—JungKook, ¿puedo hacerte una pregunta?
Bastaron esas palabras para que el alfa abandonara su pequeño letargo donde el personaje principal era el omega que se encontraba frente a su rostro y sentado ahorcajadas sobre su regazo.
—Si, todas las que quieras.—JungKook respondió sin apartar la vista del hermoso rostro de Jimin.
Jimin por su parte mordió levemente su labio inferior antes de hablar.
—B-bueno, hay algo que no entiendo de todo esto.—Comenzó a decir vacilante en su tono de voz.—¿Por qué me pediste que me mudara contigo de esta manera?
JungKook ladeo levemente su cabeza.
—Creo que, fui claro contigo.—JungKook hizo una pequeña pausa.—Pero, no tengo problemas en volver a decírtelo. Te pedí que te mudaras conmigo, porque te extrañaba, en serio lo hacía. Cada día me daba cuenta que este departamento había perdido su brillo y no me daba la sensación de que era mi hogar...—las palabras de JungKook se vieron interrumpidas por Jimin.
—¡No! No es eso a lo que me refiero, JungKook.—Jimin dijo al mismo tiempo en el que colocaba los productos que había utilizado sobre la mesita de noche sin abandonar el regazo del alfa.
—¿Entonces?
El omega tomó una bocanada de aire antes de hablar.
—A lo que me refiero es, al hecho de que me hicieras mudarme con todas mis cosas..., Es como si pretendieras que no volviera a casa.—las fuertes y grandes manos de JungKook no abandonaron las caderas del menor en ningún momento, sino que al contrario de ello, se aferraron a estas.—¿Por qué insististe en que me mudara de esta forma contigo?
—Tal vez, porque no quiero volver a tener que lidiar con tu ausencia en mis días.—JungKook respondió con simpleza.—El despertar cada mañana y no ver tu hinchada cara y tu cabello totalmente revueltos o el no encontrarte al regresar de una larga jornada en la universidad me hizo darme cuenta en lo solo que me encontraba.
»Si bien, en un principio tu presencia me irritaba, ahora que me encariñado y acostumbrado tanto a ella que, no pienso permitir que vuelvas a casa de tus padres y me dejes aquí añorándote...
Estaba de más mencionar que el omega se encontraba sin saber cómo reaccionar o que decir gracias a las palabras de Jimin. Y es que, en su defensa podía decir que jamás se había esperado escuchar tales cosas por parte del alfa, pero debía admitir que tanto su lobo como él se habían sentido bien al escucharlas, pero no era algo que fuera a confesar en voz alta.
—En algún punto tendré que volver a casa.—Jimin murmuró.—Quiero decir, no toda la vida viviremos juntos. En algún momento conocerás algún omega que te guste y querrás traerlo a tu departamento y mi presencia aquí solo estorba...
—Eso no va a pasar, manzanita.—El alfa interrumpió.—En mis planes no está conocer a ningún otro omega aparte de ti.—los traviesas dedos de JungKook comenzaron a dejar pequeñas caricias sobre la tela que cubría la porción de piel de la cadera de Jimin.
—¿Estas seguro de ello?—JungKook asintió.—Entonces, ¿Qué pasaría si algún día conozco un alfa que me guste? ¿Podría traerlo aquí?
Como si eso llegara a pasar. Dijo el lobo interno de JungKook, y este quiso reír por las palabras de su lobo. Y no porque estuviera diciendo algo imposible, sino por el simple hecho de que, por extraño que pareciera, él no iba a permitir que ningún alfa idiota apartará a Jimin de su lado. Ni en sus más salvajes sueños eso sucedería.
—Entonces, me tendré que encargar de ello.—y esas desconcertante palabras fueron la única respuesta de JungKook.
—¿Qué quieres decir con ello?—Jimin inquirió.
JungKook por su parte solo se limitó a encogerse de hombros.
Rodando sus ojos con levedad, Jimin volvió a hablar.
—En algún punto tendremos que dejar de vivir juntos, JungKook.
Eso no va a pasar ni en tus más remotos sueños, omega. Porque yo no voy a permitir que te alejes de nosotros. Somos tus alfas y tú lugar es a nuestro lado. El lobo de JungKook volvió a hablar en el interior de este.
—Además, creó que esta dependencia que estas teniendo con mi presencia no es saludable.—el omega agregó.
Tras pronunciar dichas palabras, Jimin desvió levemente su mirada, pero tal acción no duró mucho, gracias a que, JungKook le había tomado del mentón con firmeza—sin llegar a lastimarle.—, obligándolo así a mirarlo. Él por su parte sintió como sus brazos se movían por inercia hasta el cuello del alfa mencionado. Y sus mejillas se tiñeron de un rosa carmesí.
—Dependencia o no...,—JungKook poco a poco fue acortando la distancia que había entre sus rostros.—Es algo que yo sabré solucionar en su momento.—susurró contra los pomposos labios de Jimin.
Y a tan solo unos milímetros de que sus labios se unieran en un abrazador besó, y con sus narices rozándose en un tentador beso esquimal, ambos cambiaformas cerraron sus ojos de forma inconsciente para dejarse llevar por el momento y las diversas emociones que los acogía . Sin embargo, en el precisó momento en el que sus labios se rozaron con levedad, un fuerte llanto se hizo resonar por todo el departamento, haciéndolo sobresaltarse en su lugar y separarse abruptamente como si hubieran estado a punto de cometer alguna travesura.
Con el pulso al cien y con sus mejillas ruborizadas a mas no poder, Jimin abandonó la habitación para ir atender al cachorro mecánico que lloraba estrepitosamente, sin decir palabra alguna. JungKook por su parte sentía como su alfa gruñía desesperado en su interior por su omega, y como su mente le traía el recuerdo de la suavidad de los labios de Jimin rozándose levemente con los suyos.
—¡Mierda!—el alfa blasfemo por lo bajo, para dejar golpear levemente su cabeza con el respaldar de la cama.
¿Qué mierda había estado a punto de hacer? No tenía ni la más mínima idea. Pero, de lo que estaba completamente seguro era de que él iba a probar y devorar los labios de Jimin a cómo diera lugar..., solo sería cuestión de tiempo para que sucediera.
El pequeño bullicio de los comensales a compañado de la suave melodía de fondo que sonaba a través de los altavoces de la pequeña cafetería, ayudaban a que, el pequeño cachorro mecánico que yacía en su cochecito disfrutara de su pequeña siesta del día, así como también ayudaba a que el omega de cabellos morados pudiera sobrellevar la incomodidad que lo embargaba gracias a las palabras de su mejor amigo.
Soltando un pequeño y silencioso suspiro, Jimin llevo hasta sus labios la pequeña pajilla para darle un pequeño sorbo a su bebida, tratando de ignorar las palabras de Taemin, pero resultó ser algo difícil debido a que no había nada con lo que captara su atención.
—No veo que es lo malo de que me haya mudado con JungKook.—Jimin murmuró con acidez.—Él quería y yo también, entonces, ¿Dónde está lo malo?
Taemin rodó sus ojos con fastidio. Y es que, no podía creer como Jimin podía ser tan ignorante, pero sobretodo un sin vergüenza.
—¡Por la sagrada luna, Jimin!—Taemin exclamó con un todo de voz que denotaba fastidio y un dejé de repulsión.—No se trata si ambos lo querían. Se trata que, no es correcto de que un alfa y un omega vivan juntos.
—No entiendo.
—El que un alfa y un omega vivan juntos sin estar enlazados con los indicios de formar una familia es un sacrilegio.—Jimin frunció su entrecejo.—Nosotros hemos sido creados para estar con un alfa y formar una familia con ellos. Y por lo tanto, es un pecado y un insulto a nuestra diosa luna el que un omega viva bajo el mismo techo que un alfa que no sean su padre, hermanos o su respectivo alfa. Además, no creo que tampoco sea correcto que un omega sea amigo de un alfa.
El estar escuchando las palabras que eran pronunciadas por la boca de su mejor amigo le resultaba inverosímil, porque jamás había esperado escucharlas. Y si bien había estado consciente de la educación tan devota y estricta que Taemin había tenido, jamás había esperado que los pensamientos de este fueran tan cerrados y arcaicos.
Boqueando reiteradas veces, Jimin trató de buscar la manera correcta de responder sin llegar a ofender las creencias de su amigo, pero antes de siquiera poder formular palabra alguna en su cabeza, una tercera voz se hizo presente, captando la atención de los dos omegas.
—¿Por qué no es correcto que los omegas seamos amigos de un alfa?—TaeHyung preguntó. Y Jimin llevo su mirada hasta este para encontrarlo parado a solo unos centímetros lejos de la mesa, con su entrecejo claramente fruncido.
El omega de cabellos castaños había llegado en compañía de sus dos muñecos mecánicos, los cuales al igual que Gookie se encontraban dentro de su cochecito.
—Mira, realmente no se que tipo de educación has tenido, pero déjame decirte que, no hay absolutamente nada de malo con que los omegas seamos amigos con los alfas. Esos pensamientos han quedado en el pasado.—TaeHyung agregó al mismo tiempo en el que tomaba asiento en una de las sillas libres.—Y tampoco hay nada de malo con que un alfa y un omega que son amigos vivan bajo el mismo techo sin tener que formar una familia, y contrario a lo que crees eso no es un pecado, ni mucho menos un insulto a la diosa luna.
Jimin no pudo estar más de acuerdo con las palabras de TaeHyung. Porque, sus padres le habían enseñado que, tanto los omegas como los alfas tenían el mismo valor dentro de la sociedad y que, estos podían ser amigos sin la obligación de tener que emparejarse con el alfa o que este tomara atribuciones que no le correspondía.
No obstante, las palabras de TaeHyung no había sido de todo el agrado para Taemin, quien no tardó en refutar, pero nuevamente TaeHyung había respondido y Jimin tampoco se había quedado atrás.
—Como sea. El hecho de que tú tengas un concepto diferente de lo que está bien y esta mal no quiere decir que todos tengamos que guiarnos en la vida por tu concepto.—TaeHyung vociferó completamente irritado con la situación.—Así que, ahórrate tus jodidas palabras, porque nada de lo que digas va a hacernos cambiar de parecer, y mucho menos van hacer que Jimin ya no quiera vivir con JungKook.
Las palabras nuevamente no fueron del agrado de Taemin, pero esta vez, no había refutado en lo absoluto, por lo que, TaeHyung fue capaz de volver hablar.
—Ahora bien, no quiero sonar irrespetuoso, pero necesito hablar con Jimin a solas.—comentó. Sin embargo, Taemin no había logrado captar el significado de las palabras de TaeHyung, logrando que la poca paciencia que esté tenía se agotará por completo.—¿Podrías dejarme a solas con Jimin, cara de rábano?
Jimin por su parte solo se limitó a negar con levedad, por lo evidente que era la poca tolerancia que TaeHyung le tenía a Taemin. Y no estaba de más mencionar que TaeHyung no era santo de la devoción de Taemin. Y por dicha razón, ambos trataban de no permanecer demasiado tiempo en el mismo lugar que el otro, pero esa tarde había sido la excepción a la regla.
—Me voy porque tengo cosas que hacer, no porque tú me estás corriendo.—Taemin espetó al mismo tiempo en el que comenzaba a tomar sus cosas.
—Si, como sea ahora largo.—TaeHyung dijo con hastío.
Con sus cosas en manos y tras una corta y amarga despedida hacia Jimin, Taemin abandonó el local con rapidez.
—Se que no es de tu agrado, pero no tenías que llamarle cara de rábano.—Jimin murmuró.
—Minnie, tu amigo tiene cara de rábano, aparte, créeme que no se como puedes ser amigo de él. Todo el mundo sabe que él solo...
—Lo sé, lo sé, Tae.—el omega de cabellos morados interrumpió. Sabía las razones por las que Taemin decía ser su amigo, y no era necesario que alguien más se las recordara.—Ahora dime, que era lo que querías hablar conmigo.
La confianza que siempre había caracterizado a Kim TaeHyung parecía haberse evaporado, puesto que, este había desviado su mirada con levedad, cuando sus mejillas se habían tornado de un rojo carmesí demasiado evidente en su bronceada piel. Y tras varios minutos en los que Jimin permaneció en silencio en espera de una respuesta por parte de TaeHyung, se animó a volver a hablar, pero sus palabras se vieron interrumpidas cuando, sus ojos captaron la forma tan abrupta en la que TaeHyung se colocaba de pie y se alejaba de la mesa, para encaminarse hasta la entrada de la cafetería.
Sin comprender la situación, Jimin siguió con la mirada a TaeHyung, hasta que notó como este se lanzaba a los brazos de un trajeado alfa. Desde su posición no fue capaz de ver el rostro de dicho alfa, pero si fue capaz de notar como las manos de este se colaban hasta la cintura de TaeHyung con posesividad y lo traía hacia sí, así como también la forma en la que los brazos de TaeHyung se iban hasta el cuello del alfa.
Ambos parecieron intercambiar un par de palabras antes de que el alfa tomara el mentón de TaeHyung con firmeza, y posteriormente lo besara.
Jimin se encontraba ojiplatico por la escena, y sobretodo por la forma en la que el alfa besaba a TaeHyung, como si esté tratara de marcar territorio y dejar en claro a todos los presentes que, TaeHyung le pertenecía; el beso duró más de lo esperado, sin importarle que hubieran varios pares de ojos observándoles. Y aunque se había sentido incómodo al estar presenciando la escena que su amigo brindaba junto al misterioso alfa, se había negado a apartar la vista debido a la curiosidad que tenía por saber de quien era el alfa que devoraba la boca de TaeHyung sin reparo alguno.
Cuando tanto TaeHyung como su acompañante se tuvieron que separar, Jimin pudo notar lo atolondrado que su amigo había terminado gracias al beso, ¿Acaso ese alfa le había succionado toda la energía con el beso? Posiblemente.
Observando cómo volvían a intercambiar un par de palabras más acompañadas de un par de pequeños besos, Jimin trató de buscar un mejor ángulo desde su posición para así lograr ver el rostro del alfa, pero su curiosidad se vio satisfecha cuando notó que el alfa había comenzado a girarse hacía su dirección. Y en el momento en el que sus ocelos captaron el rostro del alfa sintió como literalmente su mentón caía al suelo.
Su sorpresa no había sido para menos, porque él conocía a la perfección el alfa con el cual TaeHyung se había besado.
TaeHyung se había estado besando con nada más y nada menos que con Jung Hoseok. Tanta había sido su sorpresa que no había sido capaz de contestar adecuadamente el saludo de Hoseok.
¿Desde cuando TaeHyung tenía ese tipo de relación con Hoseok? En primer lugar, ¿Qué tipo de relación tenía TaeHyung con Hoseok? Porque, hasta donde él era plenamente consciente era que era amigos, y nada más, pero ahora, todo parecía indicar que había algo más ahí.
Con miles de dudas en su cabeza, Jimin espero a que TaeHyung regresara a la mesa. Y cuando lo hizo—luego de que Hoseok se marchara de la cafetería.—no dudó en atacarlo con pregunta tras pregunta.
—Okay, okay, ya son muchas preguntas, Minnie.—TaeHyung murmuró.—Se que, tienes duda sobre cual es mi relación con Hoseok, pero créeme que ni yo mismo sé que tipo de relación tenemos..., un día estábamos siendo simplemente amigos que se llevaban bien y cuidaban de dos cachorros mecánicos, y al otro nos estábamos besando. Ahora difícilmente podemos tener nuestras manos lejos del otro.
—Pero, ¿Te gusta Hoseok?—TaeHyung asintió a la pregunta de Jimin.—¿Qué tanto?
—Mucho, me gusta mucho.—respondió con sus mejillas ruborizadas.—Y por eso quería hablar contigo.
—De lo que quieres hablar está relacionado con Hoseok, ¿cierto?
TaeHyung asintió con un pequeño mohín formado en su rostro.
—Está bien, ¿De que quieres hablar?
El omega de cabellos castaños antes de hablar, inspiró fuertemente, para luego dejar salir el aire en un denso y profundo suspiro.
—Necesito que me ayudes.—TaeHyung balbuceó por lo bajo.—De hecho, necesito que JungKook y tú me ayuden.
—¿En que podemos ayudarte y cómo?—Jimin inquirió.
Sin perder tiempo, TaeHyung relató levemente la situación y luego expuso ante su amigo en que ocupaba la ayuda de él y la de JungKook. Y Jimin no fue consciente si fueron los ojitos de cachorrito que TaeHyung le puso o la cualquier otra cosa, pero había terminado aceptando ayudar a TaeHyung sin siquiera haberlo consultado con JungKook en primer lugar, y ahora le quedaba rogarle a la diosa luna, para que JungKook no se enojará con él, porque de lo contrario se vería en la obligación de mandarlo a dormir al sofá y él claramente no quería llegar a esos extremos con el alfa.
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