C A P I T U L O. 16.1
hopev's first week.
Una semana completa había transcurrido desde que, se les había entregado los cachorros mecánicos. Y tanto para Kim TaeHyung y Jung Hoseok, su experiencia no había resultado como ellos habían esperado. Su primera noche al cuidado de los cachorros mecánicos, había sido un caos total.
Ambos habían permanecido despiertos casi toda la madrugada, gracias a que los muñecos mecánicos soltaban en llanto cada dos horas, inundado así todo el pequeño departamento del omega, con sus escandalosos y tormentosos llantos, los cuales claramente impidieron el descanso de ambos. Y como si no hubiese sido lo suficiente, todo había empeorado a media madrugada, cuando los dos cachorros mecánicos soltaron en llanto al mismo tiempo, logrando alterar los nervios de la joven pareja.
La cachorra alfa lloraba colérica gracias al hambre, mientras que el cachorro omega lo hacía por la incomodidad que le brindaba su pañal sucio.
TaeHyung había maldecido a sus antepasados y a los de Hoseok, mientras intentaba—desastrosamente.—cambiarle el pañal a JiYeon. Y ni hablar del pobre y adormilado alfa quien, mecía a la muñeca entre sus brazos, al mismo tiempo que, intentaba que esta aceptara el biberón, cuál estaba lleno de jugo de frambuesa, en lugar de leche. Sí, esa noche había sido un caos total, así como lo habían sido las madrugadas siguientes. Sin embargo, habían logrado sobrellevar el desvelo y estrés, gracias a la compañía, al calor y el confort que entre ellos se brindaban.
Removiéndose con incomodidad, sobre la suavidad de su cama y calor de sus almohadas, TaeHyung no encontraba el sosiego que su lobo y él necesitaban para poder descansar. Y es que esa noche no contaba con la presencia de sus cachorros mecánicos, ni la de Hoseok en su pequeño departamento, lo cual impedía que fuese capaz de conciliar el sueño, y de calmar a su inquieto y tristón lobo interno quien, aullaba con agonía en su interior.
Maldiciendo el hecho de que Hoseok hubiese tomado a bien marchase a su departamento junto con los cachorros, para que él pudiera descansar con plenitud esa noche, ya que, la mañana siguiente, tenía que, presentar un importante proyecto a uno de los arquitectos más exigentes de su facultad, y para la cual estuvo preparándose todo ese fin de semana; bufando con fastidio y cansancio, se giró sobre su cuerpo, hasta quedar con su espalda contra el suave colchón, en un claro intento de conciliar el tan necesitado sueño, pero todo fue en vano.
Frustrado por no poder dormir y de no ser capaz de acallar a su lobo, se levantó de golpe de la cama, para encender la luz del departamento. Si no era capaz de dormir, entonces aprovecharía el insomnio, para repasar aquellos aspectos de la presentación que, le habían resultado un tanto difícil a la hora de estudiar.
Con sus apuntes y su portátil sobre su cama, se dispuso a repasar un poco de la teoría, para luego disponerse a estudiar esos aspectos de la presentación que le dificultaban, hasta que logró dominarlos por completo, así como también estudió un poco de información extra, por si, el arquitecto planeaba atacarlo con preguntas que podrían llegar a afectarle en su nota.
Para cuando el pequeño reloj digital posado sobre la cabecera de su cama marcó las tres de la mañana, se resignó a que no iba a ser capaz de dormir a menos de que tuviera el calor y aroma de Hoseok envolviéndolo. Probablemente, había sido un grave error el permitir que el alfa entrara de esa forma a su vida, porque, ¿Qué sería de él, cuando el proyecto acabase y Hoseok tuviera que dejarlo? ¿Hoseok seguiría durmiendo con él? ¿Qué pasaría si al pasar los meses el alfa conseguía una o un omega? Su lobo aulló con tristeza ante lo último. Ni él, ni su lobo querían que el alfa encontrara una o un omega, pero, ¿Quiénes eran ellos para impedirlo? ¿Su omega?
Y tan rápido como esas ideas se habían formado en su cabeza, las ahuyento, sacudiendo con brusquedad su cabeza. No iba a complicarse la vida con algo que, aún, no sucedía. Por ahora solo se centraría en disfrutar de la compañía de Hoseok, todo el tiempo que el proyecto durará o hasta que este se aburriese de él, como sus antiguas parejas se habían aburrido de él.
Y es que, para su desgracia, su relación más larga había sido la que tuvo con Kim NamJoon, la cual duró casi un año y medio. Aunque sabía que, la relación había perdurado demasiado, gracias a que el alfa no se había hallado en valor para terminar con la relación. Contrario a lo que podía llegar a pensarse, TaeHyung era el tipo de omega que daba todo de sí, cuando estaba en una relación, pero al final, parecía ser que no era lo suficientemente bueno para sus parejas..., así como no había sido lo suficientemente bueno, como para lograr que sus progenitores lo quisieran..., tal vez, había algo en él, tal vez, había nacido siendo un omega defectuoso.
Tras soltar un profundo y denso suspiro, se restregó el rostro con ambas manos sin delicadeza alguna. Estaba exhausto y necesitaba por lo menos dormir un par de horas, pero nada le ayudaba a dormir. Así que, conociendo la única solución para su mal, se levantó de su cama. Colocándose su abrigo, y tomando su moví y sus llaves, se encaminó hasta puerta de su departamento, donde se colocó sus tenis deportivos, para luego abandonar el departamento.
Su destino estaba a solo media hora, caminando. Y sí, el omega se dirigía hacia el departamento de Hoseok. Porque, en su defecto, necesitaba a sus cachorros mecánicos y al alfa, para poder dormir. Si bien estaba plenamente consciente de que, el deambular por las calles a esas horas, siendo un omega sin marca, era arriesgado, ya que se podía ver como una presa fácil, para que cualquier alfa pudiera atacarlo, él no estaba del todo preocupado, no cuando sabía defenderse, gracias a las clases de defensa personal que su abuela le había hecho tomar desde muy pequeño.
Con sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo, y encogiéndose dentro de este, en un claro intento de obtener un poco más de calor. Cuando pudo divisar a lo lejos el edificio donde el alfa tenía situado su departamento, apresuró sus pasos, de forma que fue cuestión de un par de minutos, para que, ingresará a la portería del edificio, donde saludó al alfa que estaba de guardia esa madrugada.
Sin perder mucho tiempo ingresó al ascensor, para subir hasta el piso correspondiente. Y una vez las puertas metálicas se abrieron, se apresuró a abandonar la caja mecánica, para adentrarse al pasillo y así caminar hasta la puerta de Hoseok. Donde al llegar, ingresó la clave de acceso—la cual el mismo Hoseok le había brindado semanas atrás—, de la cerradura digital que la puerta del departamento tenía.
Cuando la puerta se abrió frente a sus ojos, una sonrisa cansada se formó en su rostro, al mismo tiempo que, ingresaba al interior de departamento, donde su cuerpo fue envuelto por el calor de la calefacción de la estancia, y las penumbras reinaban, así como el silencio. Por lo cual podía intuir que los cachorros mecánicos se encontraban dormidos, ¿Acaso estos no habían llorado durante esas horas? ¿Cómo Hoseok había sido capaz de lidiar con los mellizos llorones?
Tras despojarse de su calzado y abrigo, se adentró de lleno al departamento, para rápidamente encaminarse hasta la habitación donde seguramente el alfa se encontraba dormido; cuando ingresó a la habitación, el fuerte aroma de Hoseok lo recibió, logrando así calmar a su lobo quien.
Y a pesar de la penumbra de la habitación, fue capaz de reconocer la figura de Hoseok bajo las sábanas. Así que, rápidamente, se aproximó a la cama, para meterse bajo las sábanas y entre los cálidos brazos del mayor. No pasó mucho tiempo, para que esté de forma inconsciente lo atrae hacia él.
Incapaz de poder evitarlo, un pequeño jadeo placentero abandonó su boca, cuando su cuerpo se amoldó al de Hoseok, y el calor de sus cuerpos se unió como uno solo.
—¿Tae?—la voz ronca y adormilada del alfa resonó contra su oído.—¿Estás aquí?—cuestionó este.
—Muju.—TaeHyung gesticuló en respuesta.
Después de ese pequeño intercambio de palabras, no hubo más que silencio, por lo que, TaeHyung se acomodó contra el cuerpo del alfa, para disponerse a descansar las pocas horas que restaban, para qué la alarma que Hoseok tenía, sonara. No obstante, antes de que pudiera caer en el mundo de los sueños, sintió el brusco movimiento de Hoseok contra la cama, seguido con la molesta luz de la lámpara de noche.
Aun en su lugar, entreabrió un ojo, para poder observar a Hoseok quien, no tenía una bonita expresión su adormilado rostro.
—¿Qué haces acá?—interrogó el alfa.
—Y-yo..., no podía dormir.—respondió, mientras se incorporaba sobre el colchón.
El entrecejo de Hoseok se frunció más al escuchar la respuesta de TaeHyung.
—¿Cómo llegaste hasta acá? ¿Alguien te trajo? ¿Pagaste un taxi?—cuestionó.
Realmente esperaba que, TaeHyung no hubiese cometido una imprudencia. Sinceramente esperaba que algún amigo le hubiese llevado hasta su departamento, y no que hubiese llegado por sus propios medios.
—No me trajo nadie, ni tampoco pague un taxi.—el rostro de Hoseok se desfiguró al escuchar la respuesta.—Me vine caminando. Tu departamento solo está a treinta minutos de distancia del mío.—agregó.
—Joder.—siseó el alfa. Restregando su rostro con enojo y frustración, se levantó de la cama, para comenzar a caminar de un lado a otro por toda la habitación.—¿Cómo pudiste ser tan jodidamente imprudente? ¿Y si te pasaba algo, TaeHyung?—preguntó luego de unos minutos.
En su voz podía notarse el enojo, la frustración y la preocupación, y es que, él no hubiese sido capaz de perdonarse si algo le hubiese pasado.
—No puedo creer que te hayas expuesto de esa forma, solo porque no podías dormir, TaeHyung.—Hoseok dijo con dureza.—Espero que la próxima vez no seas un imprudente y a al menos me llames, para que pueda ir por ti.
TaeHyung se encontraba con su cabeza gacha, aceptando los regaños del alfa, y es que, no había excusa válida que pudiera refutar contras las palabras de Hoseok, porque él mismo había estado consciente del peligro al que se había expuesto, cuando abandonó su departamento.
—Lo siento mucho, no era mi intención exponerme de esa manera.—murmuró por lo bajo.—Pero no podía dormir, porque me hacía falta tu calor..., ¡Luna! Sé que hice mal, pero no podía dormir porque no estabas conmigo...
Hoseok se tensó en su lugar. ¿Había escuchado bien?
—¿No podías dormir, porque yo no estaba contigo?—pregunto y TaeHyung asintió.
—Sé que es tonto, pero...
La palabra de TaeHyung quedaron a medio camino, cuando sintió los brazos de Hoseok rodearlo.
—No es tonto, porque yo tampoco podía dormir. Mi lobo aullaba por ti, pero quería que descansaras, y sabía que si iba junto con los mellizos no podrías hacerlo.—dijo contra la cabellera del menor.—Sin embargo, aún estoy molesto contigo.—agregó.
—Tal vez, deberías castigarme, alfa.—TaeHyung dijo. Y Hoseok soltó una pequeña carcajada.
—¡Oh, créeme que lo haré! Ya mañana pensaré en tu castigo, pero por ahora, hay que dormir un poco, Taetae.
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