Con su espalda recargada sobre el respaldar de su cama, y con su móvil en mano, Jeon JungKook, notó como la puerta, el baño era abierta y daba paso un omega recién duchado, pese a que la presencia de este no había causado mayor impresión, si lo había hecho la vestimenta de este. Jimin portaba una pijama de vaquita, la cual le quedaba algo holgada, pero no lo suficiente como para decir, que la pijama era capaz de cubrir el chaleco simulador; pero, gracias a que, esa misma tarde, tanto Jimin como TaeHyung, habían tomado la decisión de dejar de portar sobre sus cuerpos los chalecos simuladores. El primer mencionado, podía utilizar la pijama sin impedimento alguno.

Al alfa le había resultado completamente extraño, que ambos omegas hubiesen tomado la decisión de despojarse de sus chalecos simuladores, esa misma tarde, luego de que Jimin diera el nombre del muñeco. Sacudiendo levemente su cabeza, trató de centrar nuevamente su atención en su móvil, no obstante, su mirada seguía posada sobre el omega, quien se desplazaba con agilidad por toda la habitación hasta llegar a la cómoda, donde se dispuso a realizar su pequeña rutina de skincare. Incapaz de alejar su mirada del omega con pijama ridícula, escuchó a su lobo gruñir y rasgar en su interior en petición a algo, que su lado racional también deseaba, pero que no sabía como hacérselo saber a Jimin.

Jimin por su parte, era incapaz de describir la sensación de alivio e ingrávida que le había embargado desde que se había despojado de su pesado chaleco simulador, esa misma tarde. Con una pequeña mueca de satisfacción en su rostro, tomó el tarro de color negro, el cual contenía su mascarilla de carbón activado, la cual se aplicaba una vez a la semana; abriendo con agilidad el tarro, se dispuso a colocarse el producto sobre su zona T. Completamente consciente de la mirada del alfa sobre él, Jimin terminó de aplicarse en producto sobre su rostro.

—¿A qué debo tu completa atención en mí?—inquirió Jimin, mientras se giraba hacia el azabache.

—A tu ridícula pijama.—JungKook respondió neutro, a lo que Jimin solo colocó sus ojos en blanco para posteriormente negar levemente.—Por cierto, ¿qué es esa cosa negra en tu cara?

Ante la pregunta del alfa, a Jimin le fue imposible no soltar una pequeña carcajada.

—¿Qué?—preguntó el alto curioso de saber, que ello que le había causado gracia al omega.

Jimin negó divertido.

—Es una mascarilla que ayuda a remover los puntos negros, te ayuda con los poros de la cara, reduce la grasa facial, limpia la piel a fondo, y todas esas cosas.—Jimin explicó, al mismo tiempo que tomaba el tarro que contenía la mascarilla.—Solo te la dejas quince minutos y luego te la quitas, muchas veces puedes ver toda la suciedad que te saca.

Mientras le explicaba al alfa todo lo referente a la mascarilla, una pequeña idea se cruzó por su cabeza, y esta vez no era para fastidiar al alfa, sino que su idea se basaba en demostrarle a JungKook la efectividad de la mascarilla, y de paso removerle todas esas impurezas que este pudiese llegar a tener.

—Mira, tengo una idea.—JungKook arqueo una de sus cejas con curiosidad.—Te aplico la mascarilla, para que compruebes que si te remueve las impurezas.

—No creo que haya necesidad de aplicármela, tú ya la traes puesta.

Jimin negó levemente.

—Yo suelo hacérmelas de manera recurrente, así que es muy poco probable que lleguemos a ver tales cosas, en cambio, si la aplico en ti.—hizo una pausa.—serás capaz de ver, cuando descuidado has tenido esa parte de tu cuerpo. ¿Qué dices?

JungKook negó levemente.

—¡Venga, vamos puchunguito!—Jimin exclamó de una manera cantarina.—Solo por esta vez.

JungKook se había encontrado reacio a aplicarse semejante cosa viscosa en la cara, pero luego de un par de minutos donde Jimin le había asegurado e insistido en que no había nada raro con la mascarilla, terminó cediendo. Observando la triunfal sonrisa en el rostro del omega, se dedicó a rodar sus ojos. Realmente no comprendía, como es, que siempre terminaba cediendo a los caprichos del omega.

Tal vez, todo era parte del efecto Park Jimin.

Posteriormente, todo había sucedido con demasiada rapidez, que el alfa no fue capaz de comprender, en qué momento el omega había comenzado a limpiarle el rostro con un algodón empapado de un extraño líquido con olor a fresas. Y mucho menos, como minutos después, había terminado con una toalla húmeda con agua tibia sobre el rostro.

—Limpie tu rostro con agua micelar y ahora estoy abriendo un poco tus poros.—explicó el Omega, mientras comenzaba a quitarse los residuos de producto que había en su rostro, puesto que el tiempo que debía tener dicho producto había llegado a su fin.

Una vez terminó de limpiar su rostro, no perdió tiempo y tomo el tarro de la mascarilla, para acercarse hacia JungKook, y con la misma quitarle la toalla húmeda del rostro. Al hacerlo se encontró un alfa a medio dormir. Con una pequeña carcajada brotando de su garganta, movió levemente al azabache.

—Despierta, bobo.—le dijo al alfa, quien solo gesticulo un pequeño sonido, para posteriormente abrir sus ocelos con pesadez.—Venga, despabila, que ya voy a aplicarte la mascarilla.

JungKook asintió levemente, antes de acomodarse sobre la cama, de forma en la que quedó casi sentado sobre esta, con su espalda totalmente apoyada contra el respaldo. En el pequeño intervalo de tiempo en el alfa se acomodaba. Jimin se movilizó hacia el cuarto de baño, para dejar la húmeda toalla sobre el lavamanos, para poder lavarla el día siguiente antes de marcharse, puesto que su tiempo conviviendo junto al JungKook ya había llegado casi a su fin.

Una vez que el omega regreso, y comprobó que el alfa se encontraba en una cómoda posición, se dispuso a abrir el tarro que contenía la mascarilla, para posteriormente tomar la pequeña espátula de silicona. Sin atreverse a perder más tiempo, y correr el riesgo de que el azabache pudiera quedarse dormido en cualquier momento, o en el peor de los casos se echase para atrás, se sentó en el borde la cama, y comenzó a aplicar el producto de color negruzco y de consistencia viscosa, sobre el apuesto rostro, dando inicio por el pómulo izquierdo, puesto que era el área más accesible.

La aplicación resultó fructífera para ambos en un principio, hasta que Jimin comenzó a presentar incomodidad en su posición, debido a que no tenía muy buena accesibilidad a ciertas partes del rostro de JungKook. Con su entrecejo levemente fruncido, se colocó sobre sus talones, para poder así subirse de forma correcta a la cama, y sin pensarlo demasiado se colocó ahorcajadas del más alto.

Ciertamente, no había dobles intenciones en su actuar, por lo que con naturalidad, e inocencia, continuó aplicando los productos en el rostro del alfa, quien por su parte se había sorprendido en demasía, cuando sintió al omega sentarse sobre su regazo, de forma que podía percibir el voluptuoso y bien formado trasero de Jimin, sobre cierta zona de su cuerpo, pero mayormente por tener a solo milímetros de distancia el hermoso rostro del omega de cabellos morados, quien tenía una graciosa expresión de concentración en su rostro.

La manera tan cómica en la que Jimin fruncía su entrecejo, y mordía su labio inferior con levedad, logró que Jeon soltase una pequeña carcajada y se moviese en su lugar, causando otra cómica expresión en el omega de pijama de vaquita.

—¡Oye, no te muevas, o de lo contrario terminaré poniente la mascarilla sobre tus cejas!—exclamó el omega con seriedad.—Y créeme que mañana no estarás conforme con tus cejas.

—Bien.—gesticulo Jeon entre diente sin alejar su mirada del rostro del más bajo.—¿Falta mucho?—inquirió, y el contrario negó con levedad.

Los segundos posteriores transcurrieron en silencio, donde Jimin se encontraba concentrado en aplicar la mascarilla, y JungKook en las facciones del omega, y sobre todo luchando contras sus impulsos para no colocar sus manos sobre las caderas de este, no obstante sus traviesas manos no tardaron en colocarse en dicha zona. El lobo de JungKook, inflo su pecho con orgullo ante tal acción.

Estaba claro que su lobo estaba totalmente orgulloso de tener al omega sobre él. Y es que para el obstinado animal interno, el de cabellos morados no era cualquier omega, era su omega. Por tal razón, ahora se encontraba exigiéndole que tomara cartas en el asunto e impidiera que el más bajo se marchase al día siguiente. Y aunque JungKook se negara a aceptarlo en voz alta, o siquiera para sí mismo, tampoco deseaba que Jimin se marchase.

Tomando una pequeña bocanada de aire, se alentó a sí mismo a hablar, antes de que pudiera arrepentirse de lo que estaba a punto de hacer.

—No te vayas.—gesticulo cuando el rostro de Jimin descendió un poco de manera en la que sus narices casi se rozaban.

Los suaves movimientos del pelimorado cesaron, y una expresión de desconcierto se formó su rostro ante las palabras proferidas por el alfa.

—¿Qué?—inquirió para confirmar que no había escuchado mal, al mismo tiempo que alejaba un poco su rostro del contrario, para ser capaz de observarlo.

—No te vayas, Jimin.—JungKook repitió, y Jimin ladeo levemente su cabeza, y pestañeo aun sin comprender.—En unos días nos darán el muñeco..., —trato de explicar ante el desconcierto del más bajo, sin embargo, se vio interrumpido por este.

—JungKook, lo que menos deseo es seguir incomodándote con mi presencia—bisbiseo Jimin con seriedad.—Ya lo he hecho demasiado, gracias a las reacciones que presente ante la inyección. Mira, agradezco en demasía que me hayas tolerado todos estos días, y sobre todo que hayas perdonado y comprendido mis accionar para contigo, pero, ya me has dejado en claro que no soy de tu agrado.—hizo un corto silencio ante de corregirse.—Bueno, que no te agradan los omegas en general.

Jimin retomó sus movimientos sobre el rostro del alfa, para dar por fin finalizado a la aplicación del producto.

—Y es por ello que no puedo permanecer más tiempo aquí, invadiendo tu espacio y privacidad.—Jimin alejo la pequeña espátula de silicón del rostro del azabache, para luego tapar el tarro de la mascarilla con su respectiva tapadera.—Nuevamente te agradezco todo lo que has hecho por mí, pero es momento de que yo vuelva a mi hogar, y ambos retomemos nuestras vidas.—murmuró con una pequeña sonrisa en su rostro, que en su lugar parecía ser una mueca.—Obviamente no te libraras tan fácil de mí, nos seguiremos viendo por lo del proyecto y eso.

Como había sucedido días atrás, su intento de evitar que el omega se marchara, resultó ser un fracaso. Por lo que únicamente se limitó a formar una línea con sus labios.

¡Insiste! No dejes que se marche. Deja tu estúpido orgullo a un lado, y hazle saber que su presencia no nos desagrada, házselo saber, joder. Exigió su animal interno, a lo que JungKook optó por ignorarlo.

Tomando una pequeña bocanada de aire, Jeon se preparó para hablar.

—No tienes que agradecer, bombón.—JungKook dijo.—Hice lo que me correspondía y ya.

Luego de ello, no hubo más intercambio de palabras entre ambos, hasta que llegó el momento de JungKook se quitase la mascarilla. Cuando sus ocelos captaron todas las impurezas en esta, una mueca de asco y desagrado se formó en su rostro, mientras maldecía por lo bajo, logrando que Jimin soltase estruendosas carcajadas. Y fue así como la hora de irse a la cama llego.

Esa noche, mientras ambos yacían dormidos sobre la suavidad del colchón, sus cuerpos y sus lobos buscaron el calor del otro, de forma en la que esa última noche juntos, ambos durmieron con sus cuerpos entrelazados.