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C A P I T U L O. 11

Al escuchar quienes eran los que estaba frente a él se sintió demasiado avergonzado por haberse comportado de tal forma frente a los padres de JungKook. Así que tras hacer una pequeña reverencia en sinónimo de disculpa los hizo pasar hacia la pequeña sala de estar donde aun con vergüenza les pidió que se pusieran cómodos mientras él iba en busca del azabache.

Haciendo pequeña mueca y dándose golpecitos en su cabeza, cruzó el pequeño pasillo hasta llegar a la habitación donde abrió la puerta con lentitud para poder así ingresar únicamente su cabeza. Sus bonitos ojos captaron como JungKook tenía su entrecejo notoriamente fruncido y mordía su dedo pulgar mientras observaba la pantalla de la computadora portátil; incluso con esa acción tan banal, JungKook se miraba sublime, porque las facciones tan masculinas del alfa lo hacían ver extremadamente apuesto y sobre todo como su negra y ondulada cabellera caía sobre su frente como una pequeña cascada..., con todo eso, Jimin tenía en claro que cualquier otro alfa se miraría insípido a la par de JungKook.

Y era obvio que, JungKook era un alfa que sin duda estaba fuera de su alcance, ya que era evidente que el mencionado trataba de soportarlo únicamente por el proyecto, algo que le había dejado en claro con su indiferencia la primera vez que se encontró con este en la cafetería de la universidad, y se lo había rectificado con sus palabras el día anterior, cuando se había disculpado con él por sus acciones provocadas por los efectos de la inyección.

Tampoco era como si le gustara el alfa, al final de cuentas JungKook no era su tipo..., o eso se quería creer.

—¿Vas a hablar o te quedarás ahí viéndome como si fuera algún tipo de Idol?—preguntó JungKook sin despegar la vista de la pantalla.

La voz de JungKook había servido para sacarlo de su letargo y recordarle que hacía ahí, interrumpiéndolo.

Jimin rodó sus ojos y bufó levemente, porque lo que JungKook tenía de guapo y todo, lo tenía de idiota.

—¿Eres un idol?—inquirió con mofa logrando que JungKook alejara su vista del ordenador únicamente para darle una mala mirada.—Como sea, he venido porque tienes visita.—dijo finalmente.

JungKook al escuchar aquello arqueó una ceja.

—¿Así? ¿Quién me busca?—interrogo con clara curiosidad.

—Tus padres.—respondió Jimin al mismo tiempo que se adentraba a la habitación.—¡Por la sagrada luna! ¡He pasado una vergüenza ante ello!—exclamó Jimin en voz baja y sus mejillas se colorearon de un rosa carmesí ante el recuerdo.—¡Te he llamado puchunguito frente a ellos!

—Un apodo demasiado ridículo, por cierto.—vociferó el alfa.—¿De dónde lo sacaste?

El omega de cabellos morado estaba de acuerdo que era un apodo ridículo, pero no iba a permitir que JungKook lo dijera en voz alta.

—Bueno, es que tienes cara de puchunguito.—respondió vacilante.—Aunque no sé qué es un puchunguito en realidad.—finalizó.

JungKook solo bufo y negó levemente.

—Como sea, no he venido aquí a discutir sobre ello, ¿de acuerdo?—el Omega optó por un tono más firme.—Tus padres están en la sala esperando, ¿vas a tardar mucho con eso?—preguntó refiriéndose hacia lo que JungKook estuviera haciendo con el ordenador.

Si bien JungKook solo encontraba realizando un pequeño borrador para tener una idea clara de cómo desarrollaría la tarea recién dejada por su docente del taller de urbanístico, prefería terminar su pequeño a tener que perder las ideas que rondaban en su cabeza, además que tal cosa no le tomaría más de diez minutos o inclusive menos, así que encogiéndose de hombros respondió.

—No sé, tal vez unos diez minutos.—Jimin asintió vacilante.—Pero supongo que tú puedes hacerte cargo de ellos mientras tanto, ¿no?

¿Planeaba dejar a sus padres solo con Jimin? Sí, y esperaba no arrepentirse de ellos, porque no tenía otra opción, además no es como si el omega fuese a hacer de las suyas luego de la pequeña vergüenza que había pasado minutos previos, ¿cierto?

Tras dar una respuesta positiva, Jimin se dispuso a abandonar la habitación con la intención de brindarle una buena compañía a los padres de JungKook, pero antes de que pudiera cerrar la puerta miró sobre hombro para observar una última vez al alfa, y fue en ese momento en el que una grandiosa idea se cruzó por su cabeza.

Formando una diabólica sonrisa en su rostro, camino hasta la sala donde los padres de JungKook se encontraban sentados cómodamente. Al llegar hacia ellos realizó una pequeña reverencia y les explicó que JungKook estaba algo ocupado con algo de la universidad, pero que en pocos minutos saldría a recibirlos, a lo cuales los dos progenitores del mencionado asintieron levemente.

—¿Desean algo de tomar? ¿Un poco de agua o jugo?—preguntó con amabilidad, y estos únicamente aceptaron el vaso de agua.

Al regresar les entrego los vasos con agua y se sentó en el pequeño sofá individual y comenzó a acariciar su falso vientre bajo la atenta mirada de los mayores.

—Es una alivio que nos encontraran en casa.—profirió con su pequeño y maquiavélico plan en marcha.

—¿Iban a salir?—preguntó la madre de JungKook.

Jimin asintió.

—Sí, teníamos planeado ir a cenar a casa de mis padres, pero surgieron contratiempos, así que tuvimos que quedarnos.—respondió.—Bien dice que la luna sabe lo que hace.—finalizó.

—Supongo que sí.—esta vez fue el padre de JungKook quien habló.—Lamentó si sueno algo descortés, pero, ¿Quién eres y qué haces en el departamento de mi hijo?

Seguramente JungKook iba a enfurecerse, pero era algo que a Jimin no le importaba, al menos no en ese momento, puesto que se encontraba algo juguetón, y sobre todo porque esa era su venganza contra el alfa por comer de sus papitas cuando este también había ordenado unas extra grandes junto con su hamburguesa.

—¡Por la luna! ¡Qué descortés de mi parte!—exclamó con exageración.—Me llamó Park Jimin y soy la pareja de su hijo.—profirió con una sonrisa.

Aunque prácticamente no estaba mintiendo porque al final de cuenta si era la pareja de JungKook, solo que no de una forma romántica, sino una pareja por motivos académicos.

Por otra parte, los señores Jeon no habían esperado escuchar tales palabras, por lo que comenzaron a ahogarse, el señor Jeon con un poco de agua puesto se encontraba bebiendo el cristalino líquido, mientras que la señora Jeon con su propia saliva. Sin duda alguna habían sido tomados por sorpresa y sobre todo porque después de lo ocurrido con la antigua pareja de JungKook, no había espero a que este se involucrara en una nueva relación amorosa en un largo periodo de tiempo.

Sin embargo, ahora que se topan con semejante noticia no sabían cómo reaccionar. En primer lugar, por lo ya mencionado y en según por el estado en el que el omega frente a ellos se encontraba, ¿JungKook se encontraba a la espera de su primer cachorro y ni siquiera les había dicho? ¡Luna sagrada! De no haber tomado la decisión de darle una visita sorpresa a su único hijo, era muy probable que no se enteran de la existencia de su yerno y nieto o nieta en camino, como también se perderían el nacimiento de este último.

—Un gusto, Park Jimin.—gesticuló el alfa presente, y no cabía duda alguna que JungKook era una copia casi exacta de su progenitor.—Mi nombre es Jeon DongHae y ella es mi amada esposa Jeon YeJin.—presentó este con lo que intentaba verse como una pequeña sonrisa, pero al final termino siendo una mueca de incomodidad.

No había necesidad de recalcar que era los padres de JungKook, así que luego de esa pequeña presentación, la estancia quedó sometida en un completo silencio hasta que la madre de JungKook carraspeó levemente su garganta, logrando así captar la atención de su esposo y de Jimin.

—Ya que estamos aquí.—murmuro la madre de JungKook mientras se removía en su asiento con una elegancia completamente innata.—me gustaría saber, ¿Cómo te conociste con mi hijo?

Aunque sabía que debía aclarar la situación antes de que esta se le fuera un poco de las manos, optó por no hacerlo y por consiguiente ignoró por completo los reclamos de su molesto lobo. Sonriendo con levemente se preparó para hablar.

—Bueno, la forma en la que nos conocimos no es algo como una historia de amor tipo telenovela, ¿sabe?—murmuro Jimin con un pequeño puchero.—Sencillamente lo vi por primera vez en la universidad, mientras él recibía una de sus clases y tomaba apuntes con suma atención y sin mentir me pareció un alfa demasiado apuesto. Luego de ello me lo topé en una cafetería, donde intercambié palabras con Taehyung, pero como se han de imaginar su hijo me ignoró por completo, supongo que no le caí del todo bien en un principio.

Jimin quiso agregar que aun en la actualidad JungKook solo lo soportaba por el tonto proyecto de la universidad, pero decidió no hacerlo; y si bien hasta el momento no estaba diciendo algo que no fuese nada más que hechos verdaderos, lo que seguía a continuación ya era producto de su buena imaginación y creatividad. Como por ejemplo que la primera vez que pudieron tener una buena conversación fue gracias a un par de copas de más en sus sistemas.

El resto de su relato había tan animado que había logrado que la incomodidad e incertidumbre que había estado presente en los progenitores del alfa desaparecieran casi por completo que incluso había logrado que estos se riegan a carcajadas un par de comentarios graciosos por parte el menor. Y ese el Jimin, el omega más capaz para ganarse los corazones de todo aquel que lo conociera y de dibujarles una sonrisa, perduraría cada que lo recordarán, debido a que esa había sido la bendición que la diosa luna le había otorgado a solo segundos de su nacimiento.

Y mientras ellos seguían manteniendo una amena conversación sobre otro tema de menor importancia, Jeon JungKook hizo acto de presencia en la estancia, con una expresión despreocupada al mismo tiempo que arrastraba sus pies como si el simple hecho de moverlos le genera fatiga; e inmediatamente que tuvo la atención de sus progenitores sobre él se acercó a ellos para saludarlos con cierto entusiasmó.

Y en ese pequeño intervalo de tiempo en el que los Jeon intercambian muestras de afectos y una que otras palabras, Jimin aprovecho para escabullirse hacia la cocina con su celular en mano con la intención de ordenar algo de comida para que pudieran cenar decentemente, puesto que no quería arriesgarse a que los padres de JungKook se fuesen con una mala imagen de él por su comida. Una vez que había llamado a uno de los pequeños puesto de comida que se encontraban a solo un par de kilómetros de distancia y que contaban con servicio a domicilio, volvió a la sala de estar donde ahora los señores Jeon ocupaban los sofás individuales, y JungKook ocupaba cierto espacio del largo sofá.

Con una pequeña sonrisa en el rostro camino hasta dicho sofá, con la finalidad sentarse a una distancia considerable del alfa, no obstante había hecho todo lo contrario, puesto que de forma instintiva se había sentado demasiado cerca de este de forma en que su cabeza había terminado apoyada en el formidable pecho del azabache y sorpresivamente este le había rodeado el hombro con su brazo para pegarlo más así y dicha acción no había pasado desapercibida para los mayores; la acción de JungKook había sido un acto de reflejo, o eso quería hacerse creer Jimin para no dar riendas sueltas a su tonto lobo que aullaba en su interior.

—No sabes lo contento que estamos al saber que nuevamente te has abierto para al amor y que te hayas permitido conocer a Jimin.—profirió el señor Jeon.—Aunque nos tiene un poco decepcionado el hecho de que no nos hayas comentado que dentro de nada seríamos abuelos.

JungKook frunció su entrecejo sin comprender muy bien el significado de las palabras de su padre, pero todo tomó sentido cuando a sus oídos llegaron el sonido de una pequeña risa juguetona por parte del omega de cabellos morados. Tenía que ser una broma, ¿cierto? Sí, una jodida broma. JungKook quería suponer que Jimin no lo había dado a entender a sus padres que ellos estaban en una relación amorosa y mucho menos de que estaban a punto de tener a su primer cachorro. Sin embargo, todo quedó claro cuando escuchó al omega susurrarle al oído "Es mi pequeña venganza por comer de mis papas, una dulce y pequeña venganza. puchunguito."

¡Sagrada luna! Jimin había sobrepasado el límite, porque no había razón alguna que justificara como venganza el tener que decirle a sus padres que eran pareja, así que sin ser capaz de demostrar su molestia, llevó su mirada hacia el omega, pero había algo en la mirada y en las feromonas de este había comenzado a desprenderse, que había logrado calmarlo y hacer ver todo aquello como un simple juego de niños, ¿Pero qué Demonios le estaba pasando? ¿Por qué sencillamente no podía girarse hacia sus padres y aclarar toda la situación de una jodida vez? ¿Qué le estaba haciendo Jimin? JungKook no tenía ni la más retoma idea de que estaba sucediendo con él.

—Ay, hijo, Jimin es un omega encantador.—dijo su madre completamente efusiva.

Pero lo que sí tenía certeza era de que Jimin tenía a sus padres de su lado, ¿Cómo había logrado caerle también a su madre? Si ella nunca había tolerado a ninguna de sus antiguas parejas; y mientras sus padres parloteaban lo bien que se habían llevado con Jimin en los minutos que estuvieron a solas, comprendió que cualquier acción perjudicial contra el omega tendría consecuencias poco favorables para él, así que no le quedaba de otra más que seguir el tonto juego hasta que sus padres se marcharán.

—Sí, al parecer, me he sacado la lotería con mi dulce bombón.—murmuro JungKook con lo que pretendía ser una falsa sonrisa.—Y es bueno saber que lo aceptan.—agregó y eso claramente era una pequeña indirecta para su progenitora.

Misteriosamente, su lobo aulló eufórico en su interior, apenas pronuncio dichas palabras, y aunque se había extrañado por tal acción de su lobo, no le tomo demasiada importancia, y centro su atención en el omega que ahora le estaba brindando una mirada digna de un cachorro que sabía que luego sería reprendido por su comportamiento, algo que de cierta forma le resultaba divertido, por lo cual se acercó al oído de este para poder susurrarle.

—Ya hablaremos de esto, pero recuerda que la venganza es un plato que se sirve frío.

Sin decir más, volvió su atención a sus padres e intentar cambiar el rumbo de la conversación y al lograrlo soltó un pequeño suspiro de alivio. Y fue así como los minutos transcurrieron de una forma amena hasta que el timbre del departamento se hizo sonar dándole entender a Jimin que la comida que había ordenado varios minutos atrás ya había llegado, por lo que se disculpó con los presentes y fue hasta la habitación para tomar su billetera, y al tenerla en mano fue hasta la puerta y con una amable sonrisa pago el monto correspondiente de su pedido.

Tras haber despedido al repartidor con amabilidad y de haberla dado una buena propina, volvió a entrar al departamento y se encaminó hasta la cocina para comenzar a sacar los diferentes depósitos sobre la barra de desayuno y minutos después se le unieron los demás con la intención de ayudarle. Sin embargo, Jimin se negó rotundamente a permitir que los padres de JungKook le ayudaran y se excusó de que eran JungKook y él los que tenían que atenderlos, algo a lo que JungKook estuvo completamente de acuerdo.

Y mientras se acercaba hacia la encimera para tomar algunos platos, escuchó al padre de JungKook preguntar cómo se había dado cuenta de que estaba embarazado y cuál había sido su reacción.

—¿Puede creerlo? Cuando le dije que estaba embarazado dijo que iría por cigarros y no volvió hasta tres semanas después, ¡Casi muero de depresión! —relató el omega mientras servía la comida con ayuda de JungKook.

La señora Jeon soltó un pequeño grito ahogado cargado de pena al escuchar aquello que sin poder evitarlo se acercó a su hijo para jalarle una oreja con rudeza.

—¡Auca, Mamá!—Exclamo JungKook con dolor.

—¡Mamá, nada! Menudo alfa el que eduque, eh.—gruño la omega.—¡Te dije DongHae que no era buena idea que dejaras que este irresponsable se independizara!—Exclamo hacia su esposo, quien únicamente se encogió de hombros.—Pobre de mi Jiminnie, debiste sufrir mucho, ¿cierto?—y el bonito omega asintió.

JungKook solo se limitó a negar y colocar sus ojos en blanco para seguir con su labor de terminar de servir la comida que Jimin había ordenado, mientras que este último comenzaba a servir la bebida sin dejar de hablar con sus padres; La cena estaba llegando a su fin y último que quedaba por degustar el postre, pero al notar la hora los padres del alfa habían optado por dejarlo para otro día, algo a lo que Jimin formo un pequeño puchero, pero termino comprendía que no era para nada prudente que los mayores emprendieran su camino de regreso a su hogar demasiado tarde. JungKook por su parte, le había pedido ayuda a su padre para subir todas las cosas que tenía en el auto que viejo alfa que vivía frente a él, le había prestado.

Mientras los alfas subían todas las cosas, Jimin aprovecho para aclararle la situación a la señora Jeon, y una vez aclaro que todo era parte de un proyecto de carácter social que la universidad estaba desarrollando, se disculpó con ella por haberla hecho creer que había algo romántico entre JungKook y él, pero sobre todo por haberla ilusionado de que ya tendría a su primer nieto; Jimin había esperado que la mayor se molestara o inclusive que le reprochara con amargura el haber jugado con algo como eso, pero no había esperado que esta le restara importancia al asunto y mucho menos que le diera un cálido abrazo.

—Tal vez aún no lo comprendas, pero me llena de alegría y me tranquiliza el alma que hayas llegado a la vida de mi testarudo y tonto hijo.—le dijo la mayor con tranquilidad.—Solo te pido que le tengas un poco de paciencia, ¿De acuerdo?—Jimin asintió sin comprender muy de que iba todo.

Y antes de que el de cabellos morado pudiera preguntar a qué se refería, la voz del padre de JungKook se hizo presente anunciando que ya era hora de que partieran, por lo que no le quedo de otra más acompañar a la mayor a la salida, donde se despidió de ella y del señor Jeon con un pequeño abrazo.

—Espero que pronto nos visites, hijo.—dijo la señora Jeon mientras abrazaba a su único hijo.—Y espero que cuando lo hagas, lo hagas en compañía de Jimin, porque de lo contrario no te dejaremos entrar, ¿de acuerdo?

—¿Podemos hablar de lo que sucedió con mis padres?—preguntó JungKook al entrar a la habitación que una vez perteneció a un pequeño cachorro, donde un omega de cabellos amoratados se encontraba sentado en modo indio en el centro de esta.

La habitación era sin duda tenía una decoración demasiado hermosa y tierna, y a través de cada cosa podía sentirse las emociones y sentimientos que los antiguos dueños del departamento había desbordaban mientras trabajaban en la habitación, no cabía duda de que habían esperado con demasiadas ansias que al momento de perderlo había sentido que la vida se les había escapado de las manos junto a la felicidad y seguramente el hecho de ver la habitación les generaba una inmensa agonía, por lo que habían optado por vender el departamento a un precio bajo que demostraba su desesperación por abandonar aquel lugar, en un principio JungKook no lo había comprendido del todo, pero ahora que observaba a Jimin en el centro de aquella habitación admirando con emoción cada una de las cosas que les habían regalado las diversas tiendas, esa misma tarde, podía al menos comprender un poco.

—Sé que lo vas a decir, por lo que me quiero disculpar por mi impulsividad, pero admito que me deje llevar incluso cuando mi lobo me exigió que me detuviera, así que comprenderé si estás enojado conmigo.—murmuro Jimin sin dejar de observar uno de los tantos trajecitos para el muñeco.—Pero no te preocupes, mientras tú y tu padre subían las cosas me disculpe con tu madre por haberla hecho creer que tú y yo éramos algo, así que le expliqué que solo somos pareja de un dichoso proyecto, ¿de acuerdo?

A JungKook si le sorprendió de cierta el escuchar que el omega se había disculpado con su madre debido a que esta no había cambiado su trato hacia el omega en ningún momento, e inclusiva recordaba a la perfección como le había dejado en claro que no debía dejar ir a Jimin por ningún motivo e inclusive que solo sería bienvenido a casa únicamente si era acompañado por Jimin. Así que no era para menos su sorpresa.

—Me alegra escuchar que al menos le has aclarado todo a mi madre—Murmuro mientras se apoyaba en el marco de la puerta.—Pero eso no quiere decir que no sigo disgustado contigo por ello, realmente espero que comprendas que tu "pequeña venganza" no fue de mi agrado, ¿de acuerdo?

Jimin levanto su mirada hacia él, para asentir levemente y murmurar un "lo siento, no volverá a pasar" a lo que el alfa sencillamente hizo un pequeño gesto con su boca, sin despegar su vista del omega quién había vuelto su atención a las diversas cosas para cachorros que estaban esparcidas por toda la habitación.

—Llevar todo esto a casas de tu padre será todo un fastidio.—Murmuro JungKook.—Tener que bajar todo esto y volver a subirlo al auto...

—Tal vez no sea necesario que me lleve todo esto.—Interrumpió el omega.—Quiero decir que cuando te toque cuidar al muñeco deberás tener algunas cosas para poder auxiliarte, ya sabes pañales, ropa y esas cosas.

Jimin comprendía que su tiempo junto al alfa estaba llegando a su tiempo límite y que luego de ello no habría razones para encontrarse más que para prestarse al muñeco— porque, no pensaba hacer todo el trabajo de cuidarlo por sí solo—o para asistir a las convocatorias/cualquier cosa relacionada con el proyecto.

—Supongo que tienes razón.—El azabache murmuro un tanto vacilante.—Por cierto, ¿Para cuándo quedo la cena en casa de tus padres?—Pregunto en un claro intento de cambiar el rumbo de la conversación.

—No lo sé, las cosas seguirán algo tensas en casa por lo de Jinyoung y su pareja, así que estoy seguro de que en esta semana será casi imposible tener una cena agradable.—Respondió el pelimorado con franqueza.

JungKook comprendía cuan pesado debía estar el ambiente en la casa del omega en esos momentos y lo difícil que sería mantener la calma mientras compartían los alimentos, debido a que de una forma u otra cualquiera pudiese soltar un pequeño e"inofensivo" comentario que fue el detonante a una gran discusión, la cual pudiera salirse de control de un momento a otro. Y ante el pensamiento que Jimin tuviera que convivir ante tal ambiente y situación, volvía completamente loco a su lobo, quien le exigía que no permitiera por ningún motivo que el omega volviera a casa hasta que las cosas estuvieran más calmadas.

Así que con el entrecejo levemente fruncido y algo vacilante por haber estado de acuerdo con su lobo hablo.

—Entonces, creo que lo mejor será que vuelvas a casa una vez las cosas estén más clamadas.

El corazón de Jimin se contrajo y su tonto lobo aulló en su interior ante aquellas palabras dichas por el alfa. Sin embargo, sabía que lo mejor sería no atrasar lo inevitable, porque la forma tan rara en la que su lobo se comportaba ante cualquier acción del alfa y sobre todo porque debía estar ahí para su hermano, como este había estado para él innumerables veces.

—Gracias por la oferta, pero mi hermano me necesita y yo debo estar para él—murmuro apenado—Además no quiero seguir dándote más molestias, así que me iré el fin de semana como acordamos el primer día que llegue aquí.

Jeon JungKook quería decirle que no había problema alguno con que se quedara unos cuantos días más y que su hermano no iba a morirse solo porque elegía un poco de paz emocional y mental, pero, en cambio, calló. No quería admitir en voz alta que estaba buscando de alguna forma retener al omega, y mucho menos lo quería admitir para sí mismo.

—Comprendo..., creo que lo mejor ser que me vaya a dormir, mañana tengo que madrugar más de lo normal.—Murmuro en un tono neutral, tratando de esconder esos extraños sentimientos de decepción y nostalgia implantados en su pecho.

Y aunque no era una mentira de que el día siguiente debía levantarse más temprano de lo normal, lo había utilizado como pretexto para escapar antes de que su boca soltase cosas de las cuales pudiera quedar en evidencia.

—Entonces, buenas noches, puchunguito, que descanses.—vocifero el omega sin darse cuenta de que había usado el ridículo seudónimo.

JungKook negó levemente y con un deje de diversión al escuchar aquel tonto apodo.

—Buenas noches, bombón.—murmuro con una casi imperceptible sonrisa.—Trata de no llegar muy tarde a la cama, ¿vale?—agrego antes de sus pies, ya lo estuvieran llevando hacia la otra habitación, la cual compartía con el omega.

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