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🐻 ú n i c o 🐻



—No, no llores, por favor.

Suplicaba echando la leche en polvo dentro del pequeño biberón, derramando un poco en el proceso al sentirse tan presionado escuchando los bajitos gimoteos de su bebé que amenazaban con convertirse en un fuerte llanto.

—Ya voy, espera, ya voy. —corrió hasta su hijo tropezando en el camino con una mesita donde se encontraban varias figuras de porcelana y un porta retrato. Cerró los ojos con fuerza al escuchar cómo se quebraban.

Maldijo a lo bajo llegando al pequeño comedor donde justo al lado de la silla en la que se encontraba sentado estudiando hace solo cinco minutos se hallaba su cachorro acostado en el portabebé sacudiendo sus piernitas y aumentando su llanto.

—Shh, estoy aquí. —decía tomándolo entre sus brazos sintiéndolo calmarse solo un poquito. —Despertaste con un hambre terrible, ¿no es así?

Regresó a la cocina con pasitos rápidos y así tomar el biberón con su mano libre. No obstante, apenas quiso agitarlo para mezclarlo correctamente, la leche salió disparado en todas direcciones, salpicando su rostro, cabello y unas cuantas chispas en su niño quien se sobresaltó y comenzó a llorar más fuerte.

—Carajo…

Bufó cansado arrullando a su bebé queriendo llorar también con él.

—Lo siento Kou… —empezó a sollozar. —, tenme paciencia, por favor. 

Con toda la frustración del mundo, tuvo que comenzar de nuevo con la tarea de preparar un nuevo biberón, pero esta vez más estresado, escuchando a su bebé llorar mientras él también soltaba lágrimas porque todo le salía mal.

¿Taehyung?

Se sobresaltó girando en su lugar para encontrarse a su alfa mirando el desastre en la cocina.

—Hoseoook. —lloró al verlo.

—¿Qué pasó? ¿Por qué lloras? —quiso saber dejando unas bolsas de plástico en el suelo. —No tardé ni quince minutos.

—¡Estoy cansado! —exclamó entregándole al bebé que no dejaba de llorar. —Todo hago mal, soy un desastre —cubrió sus ojos sollozando. —Solo quería darle su leche pero mira lo que hice.

—Pero Taehyung, ya te dije que podrías ahorrarte todo esto si tan solo aceptaras darle pecho. —le dijo meciendo a su hijo, tratando de calmarlo.

—Y yo, ya te dije que eso no me gusta. —se cruzó de brazos avergonzado. Sollozó escuchando como su bebé continuaba llorando. —Te lo suplico, haz que pare, me duele la cabeza y tengo que continuar estudiando para el exámen de mañana.

Y antes de que el alfa si quiera respondiera, Taehyung salió de ahí.

Hoseok solamente negó con un suspiro tratando de calmar el llanto de su hijo. Así que con toda la calma que pudo reunir, se puso a preparar otro biberón, mientras que por otra parte, Tae se había ido a encerrar a la habitación y se escondió bajo las sábanas.

—No te enojes con él, Kou… —le habló a su cachorro minutos después viéndolo beber su leche muy hambriento. —, está haciendo su mejor esfuerzo… estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo.

Cuando Taehyung abrió sus ojos en medio de la noche, se encontró con el lugar de su alfa vacío. Tomó su celular para darse cuenta que eran cerca de las dos de la mañana y le parecía realmente extraño que Hoseok no estuviera durmiendo, siendo que desde que su cachorrito llegó al mundo, ambos apreciaban muchísimo sus horas de sueño.

Por mera curiosidad, se levantó tratando de ser lo más sigiloso posible, porque algo le decía que no se encontraba en el baño. Cuando cruzó el pequeño pasillo, se encontró con la luz del comedor encendida, libros y cuadernos esparcidos por toda la mesa… y a su alfa con la cabeza recargada entre sus brazos profundamente dormido.

Una mueca de preocupación apareció en el rostro del omega al notar lo cansado que Hoseok estaba. Más bien, los dos lo estaban, pues desde que Jung Kou nació, absolutamente todo en sus vidas se había vuelto sumamente difícil, incluyendo las actividades más cotidianas. Todo el tiempo tenían que tener un ojo sobre su cachorro porque al ser padres primerizos, le tenían miedo a todo.

Pero justo como los padres primerizos que eran, el estrés se apoderaba de ellos más rápido. Sobre todo cuando tenían que ejercer el puesto de padres, estudiantes y pareja todo el tiempo. Ya no les parecía raro que Kou comenzara a llorar cuando se ponían a estudiar, pero a veces si les provocaba un buen dolor de cabeza… al parecer ese era el momento favorito del pequeño para pedir ser atendido.

Hoseok con apenas veintiún años y Taehyung con veinte, eran una joven pareja que se estaba esforzando en ser unos buenos padres. A pesar de que su hijo llegó de manera no planeada gracias a un celo sincronizado que tuvieron hace cerca de once meses… decidieron hacerse responsables y ahora amaban demasiado a ese pedacito de ambos que en varias ocasiones los hacía llorar de frustración.

Para Taehyung fue difícil asistir a la universidad conforme su vientre iba creciendo, pues podía sentir las miradas reprobatorias de muchos estudiantes y los murmullos cada que pasaba cerca de alguien eran su pan de cada día. A pesar de no ser el único omega embarazado en la institución, sentía que todos la tenían contra él. Incluso algunos de los amigos de Hoseok le lanzaban miradas para nada agradables, mientras murmuraban que Hoseok ya no aceptaba salir a divertirse con ellos por estar cuidando de su omega embarazado.

Bola de idiotas, eso eran.

Y Hoseok… bueno Hoseok se salió del club de baloncesto para poder trabajar medio tiempo en la empresa de sus padres, quienes no estuvieron muy contentos al enterarse de que había dejado a su omega embarazado. Sin embargo, no le dieron la espalda, pero tampoco se la dejaron fácil. El alfa iba a la universidad y al salir, se iba a trabajar y regresaba al departamento hasta en la noche, donde apenas le daba tiempo de hacer sus tareas y de descansar adecuadamente.

Taehyung se sintió muy mal por él, pero Jung le decía con esos ojitos llenos de anhelo que todo valdría la pena cuando tuviera a su hijo entre sus brazos.

Después de todo, Hoseok nunca se echó para atrás… a pesar de que a veces expresaba lo agotado que se sentía. Y Tae lo sabía, todo eso los estaba consumiendo… pero nunca se arrepentirían de su hijo, sobre todo después del día que nació y pudieron conocerlo. Había sido el día más feliz de sus vidas.

Amaban a su hijo, su rayito de luz. Y por él harían todo.

Sin más, dejando sus pensamientos de lado, se acercó al alfa haciendo el menor ruido posible, logrando revisar qué era lo que había en los cuadernos, así dándose cuenta de que Hoseok no había terminado sus tareas. Hizo una mueca alcanzando a leer de qué trataban, para entonces tomar el cuaderno que Hoseok tenía enfrente y sentarse a su lado. Sonrió al darse cuenta de que le estaba entendiendo, por lo que tomó la decisión de terminar todo por él.

—Hoseok… —le llamó sacudiéndole ligeramente del hombro. —Oye…

El alfa abrió sus ojos con pereza, tardando un par de segundos en procesar donde se encontraba.

—Hey… vamos a la cama, este no es un buen lugar para dormir.

—Ahh… —se enderezó en su lugar sintiendo dolor en la espalda y cuello. —, se supone que estaba haciendo tarea… —frotó sus ojos para después observar como los libros y cuadernos ya estaban apilados. —¡No! Taehyung, aún no he terminado.

Intentó tomar sus libros pero el omega le detuvo.

—Puedes estar tranquilo, lo terminé por ti.

El alfa se quedó mudo dándole una mirada incrédula a su omega. —¿Cómo? Eran problemas matemáticos bastante complejos.

Pero cuando tomó los libros y cuadernos para revisar, se dio cuenta de que todos estaban resueltos correctamente. Nuevamente miró al más joven, quien lucía avergonzado.

—Uh, bueno… siempre he sido bueno con los números…

Y con una baja risa nasal, Hoseok se puso de pie y abrazó a su novio agradeciéndole múltiples veces, para luego separarse solo un poco y mirarse a la cara, donde después de regalarse mutuamente una sonrisa de mejillas sonrojadas, unieron sus labios dulcemente.

¡Santa luna! ¿Hace cuanto tiempo no se besaban?

Habían estado demasiado ocupados con sus respectivas tareas y el cuidado de su bebé, que no habían tenido tiempo de calidad como pareja durante un buen rato.

Movían sus labios con profundidad, dando ligeros empujes con sus lenguas, tratando de tomar aire entre besos. Hoseok trazaba círculos con sus pulgares en las caderas de su omega, quien inesperadamente dio un salto hasta enredar sus piernas en la cintura ajena.

Al alfa le tomó por sorpresa, que trastabilló un poco, aún así logró mantener el equilibrio y sostuvo a su omega como se debía, todo sin dejar de besarse.

Las feromonas de alfa y omega comenzaron a escabullirse traviesamente, mientras la temperatura en sus cuerpos comenzaba a subir gradualmente. Lo sabían, extrañaban mucho sentirse… volverse uno.

Pero apenas Hoseok dio un paso con la intención de acudir a la habitación, un muy conocido llanto llegó a sus oídos como la campana que avisaba el fin del recreo.

El beso se detuvo, unieron sus frentes manteniendo los ojos cerrados y tratando de recuperar el aliento. Taehyung relamió sus labios acunando la cabeza de su alfa, intentando volver en sí. Pero cuando abrió sus ojos, se encontró con los del mayor que le miraban fijamente, dejando salir su caliente y agitado aliento.

—Yo iré… —el omega dijo después de tomar una bocanada de aire y de dejar un corto besito en los labios en forma de corazón. —Tú, vete a dormir.

Desenredó sus piernas y una vez sus pies tocaron el piso, se marchó en busca de calmar el llanto de su hijo.

Hoseok suspiró recargando una mano en la mesa del comedor y pasando la otra por su rostro sonrojado. Carraspeó y negó, ordenando nuevamente sus libros, para después irse al fregadero de la cocina y mojar su caliente rostro, ignorando el dolor en su entrepierna.

—Ya estoy aquí, Kou. —decía tomando a su bebé en brazos. —¿Qué sucede?

Le revisó el pañal, encontrándolo mojado, así que lo tuvo que cambiar. Pero aún así, el pequeño se empeñaba en no dejar de llorar… eso solo significaba una cosa: tenía hambre.

Taehyung soltó un bajito gimoteo, golpeando la espaldita de su cachorro en lo que intentaba prepararle su biberón con una sola mano. Solo esperaba no hacer un desastre… de nuevo.

—¿Necesitas ayuda?

Volteó al marco de la puerta encontrándose con su alfa rascando su nuca. A pesar de que se sintió un poquito enojado al percatarse de que no se había ido a dormir, también sintió un alivio.

—Creí que ya te habías ido a la cama. —murmuró tratando de abrir la lata de leche en polvo.

—¿Cómo puedo irme a dormir dejándote así? —se acercó para quitar la tapa, y así encargarse él mismo de preparar la leche.

—Pero necesitas descansar…

—Y tú también. —detuvo sus movimientos para mirar a su omega quien no dejaba de mecerse a los lados en un intento de mantener tranquilo al cachorro. —Tae… ¿Por qué no intentas darle pecho? Siendo sincero, nos facilitaría mucho las cosas en situaciones así, sobre todo a ti que pasas más tiempo con Kou.

Las mejillas del omega se ruborizaron. Sabía que su alfa tenía razón, pero sentía vergüenza de que lo viera así.

—La doctora dijo que esa leche es más saludable que la de fórmula y que no tengas miedo, tu pecho no va a crecer.

Suspiró desviando la mirada. —Me da vergüenza que me veas haciéndolo, ¿de acuerdo? creo que… me vería raro.

Definitivamente el alfa no esperaba esa respuesta.

—Pero Taehyung… —se acercó a él sujetando sus mejillas para poder conectar sus miradas. —No debes sentir vergüenza de mí, ni tampoco de algo tan natural como lo es alimentar a nuestro hijo.

El llanto de Kou aumentó, exigiendo ser alimentado. Para ser un cachorro de solo dos meses, tenía un llanto muy potente.

—E-está bien, lo intentaré.

Y con esa respuesta, Hoseok sonrió besándole la sien, para a continuación llevarlo hasta la habitación que compartían. Ayudó a su omega recostarse en la cama cómodamente, quien comenzó a desabotonar su pijama con vergüenza, mientras que el alfa, una vez lo vio listo, le entregó a su hijo.

Las mejillas de Taehyung estaban más rojas que nunca sobre todo cuando sintió como su cachorrito se prensó de su pezón y comenzó a succionar con mucha prisa, así calmando de inmediato sus lágrimas.

La sensación era extraña y con un ligero dolor punzante pero soportable. Miró a su bebé y no pudo evitar enternecerse, pero cuando alzó la mirada se encontró con su alfa viendo con atención como su hijo se alimentaba… nuevamente la vergüenza hizo acto de aparición, pero entonces se dio cuenta de la dulce y emocionada mirada que Hoseok le dedicaba a su niño… eso bastó para que la vergüenza se esfumara.

El alfa ahora dirigió su vista a su omega, encontrándose de inmediato con su mirada. Hoseok sonrió sujetando a su novio de la nuca para entonces besarle profundamente la frente y susurrarle:

Gracias.

Los días continuaron pasando, y con ello nuevas experiencias junto a su lindo bebé. Era un completo sube y baja de emociones.

Eran cerca de las tres de la mañana cuando un potente llanto los despertó… por cuarta vez en la noche.

—Es tu turno… —Taehyung codeó a su alfa girando en su lugar para acomodarse mejor en la cama.

Pero Hoseok no respondió, no soltó más que un simple gruñido sin moverse un solo centímetro. El llanto de su bebé aumentaba cada vez más.

—Hoseok… —el omega le volvió a llamar, esta vez empujándolo con la pierna. —Kou está llorando de nuevo, es tu turno de ir.

—Ve tú… a la próxima voy yo… —murmuró medio dormido, recibiendo un codazo en sus costillas.

—Ya fui las últimas tres veces, te toca.

—Está bien, está bien —decía sentándose en la cama sobando el área golpeada. —, la violencia no era necesaria.

Con un pronunciado puchero en sus labios, fue en busca de su hijo quien sacudía sus piernitas y manos sin dejar de llorar, hasta que fue tomado en brazos. Desafortunadamente, esa no fue la última vez en la noche que Kou se despertó, así que mantuvo a sus padres despiertos lo que restaba de la madrugada.

Ese día, Taehyung tuvo que ausentarse en la universidad, porque su cachorro lucía bastante irritable y apenas lo alejaba de sus brazos, empezaba a llorar con mucha fuerza. Y Hoseok, bueno Hoseok fue obligado por su omega a ir a la universidad a pesar de que no quería ir para cuidar de ambos. Así que nada más terminó su horario escolar, se regresó a casa importándole poco faltar al trabajo.

Por lo que ahora se encontraba paseando por todo el apartamento con su cachorrito descansando entre su hombro y pecho, mientras Taehyung dormía en la habitación, ya que la irritabilidad de su niño había empezado en la madrugada y no los había dejado descansar.

—Ya, está bien… —decía balanceándose a los lados y palmeando la pequeña espaldita, escuchando los bajitos lloriqueos. —Tranquilo…

Bostezo cuando se sentó en uno de los sofás sin dejar de arrullar a su bebé quien afortunadamente poco a poco se iba quedando dormido.

Echó la cabeza hacia atrás dando palmaditas en el trasero de su cachorro, soltando uno que otro bostezo y sintiendo los párpados muy pesados. Tenía mucho sueño. En sus clases estuvo varias veces cabeceando, ni siquiera prestó atención a los profesores como se debía.

Estaba exhausto, pero Kou finalmente se había dormido sobre su pecho y Hoseok junto con él.

Al fin… paz.

El tiempo comenzó a correr, exactamente media hora y los tres dormían, no había ningún ruido en casa, todo era paz y tranquilidad… eso hasta que el vibrar de su celular que se hallaba en su bolsillo le sacó de su nube de ensueño.

—¿Hola? —contestó con voz perezosa sin siquiera mirar el remitente. Pero apenas escuchó de quién se trataba, el sueño desapareció. —Papá… no fui a la empresa porque Kou ha estado llorando mucho… Papá, Taehyung ni siquiera fue a la universidad para cuidarlo, está agotado, no dormimos bien anoche… —suspiró tratando de mantenerse tranquilo. —También es mi hijo, no puedo dejarle todo a Taehyung… —rodó los ojos. —Bueno, perdón por no avisar que no iría, pensé que al trabajar en la empresa de mi padre sería respaldado en situaciones relacionadas con mi familia. —se sobó el puente de la nariz. —Cuidar de un bebé no le corresponde solo a los omegas, papá… ¿Qué? ¿Que me vaya a la empresa ahora mismo? ¡No puedes hacerme esto! —se sentó cuidando de no despertar a su hijo. —¡Pero papá! Kou está-… —suspiró. —Voy para allá…

Colgó lanzando el celular con molestia a alguna parte del sofá. Su padre sabía muy bien como hacerle ceder —por no decir que sabía manipularlo— porque siempre metía el tema del dinero diciéndole que en ningún otro lugar conseguiría un sueldo igual de bueno para mantener a su hijo. Por eso Hoseok no se atrevía a renunciar, porque su padre tenía razón… detestaba trabajar con él, pero tenía que hacerlo por Kou y por Taehyung, porque ellos merecían todo.

Cuando el omega despertó, se encontró con su bebé a su lado, también despierto y babeando su manito. Sonrió al verle, así que le acarició los oscuros cabellitos y le besó la frente.

—¿Desde cuándo estás despierto, uh? Tienes hambre, ¿Verdad? —se rió alejándole la manita de la boca pero Kou la regresó. —¿Ya estás mejor?

Negó divertido al darse cuenta de que su bebé obviamente no le respondería. Así que alargó un bostezo, cuando su mirada se encontró con una hoja de papel al lado de su hijo. Era una nota de Hoseok:

"Mi padre me llamó para que fuera a trabajar, no quise despertarte para decirte porque sé lo cansado que estás. Dejé a Kou dormido, espero que ambos puedan descansar lo suficiente. Llámame para cualquier cosa que necesiten, regreso en la noche. Los amo.♡ "

—Bien… —suspiró volteando a ver su niño. Sabía lo estricto que era su suegro con Hoseok. —Al parecer solo somos tú y yo chiquito… —dijo tocándole los piecitos. Rió bajito cuando el pequeño los movió al sentir cosquillas. —Por favor, pórtate bien conmigo… aún no me acostumbro a ser tu papá…

Se puso de pie dispuesto a ir a prepararle su leche antes de que se pusiera a llorar… hasta que recordó que podía ahorrarse esa tarea.

Con toda la precaución del mundo, tomó a su cachorro para acomodarse en la cama y después acomodar a Kou entre sus brazos. Se subió la camisa y le ayudó al pequeño a prensarse para a continuación sentirlo succionar con mucha hambre.

—Perdón por ser tan torpe y sentimental… —decía acariciándole el poquito cabello y bostezando de nueva cuenta. —Te juro que… estoy intentando ser un buen papá para ti… así que disculpame si muchas veces me frustro cuando lloras… no me enojo contigo, me enojo conmigo al no saber qué hacer, al no saber cómo calmarte. —relamió sus labios reteniendo un suspiro. —Me desespero rápido y también quiero llorar contigo, lo siento por ser un papá tan inexperto, te prometo que mejoraré con el tiempo y me convertiré en un papá del que te sientas orgulloso.

Kou y yo ya estamos orgullosos de ti.

Rápidamente el omega volteó a la puerta de la habitación, encontrando a su alfa aún vestido formalmente y la corbata floja.

—Hoseok… ¿Qué haces aquí? —murmuró siguiéndole con la mirada, hasta que se sentó a su lado. —Creí que estabas en el trabajo.

—Mi padre me permitió venir con ustedes si aceptaba acompañarlo a una cena con unos socios. —sonrió al ver a su hijo alimentarse. Tae notó eso y no pudo evitar sonrojarse. —Ya eres un buen padre, Taehyung…

—¿M-me escuchaste?

Asintió. —No tienes porqué disculparte, estás aprendiendo a ser padre… todos tenemos nuestras fallas, todos cometemos errores y es normal sentirse desesperado o estresado cuando todo esto es nuevo para ti.

Tae bajó la mirada para continuar observando a su cachorro alimentarse.

—Como te dije, Kou ya está orgulloso de ti y yo también… ¿Recuerdas cuando nació? —se acurrucó a su lado recargando su cabeza en el hombro de su omega para observar a su pequeño comelón. —Te juro que jamás te había visto sonreír de esa manera.

Las mejillas del omega se ruborizaron.

—Estaba demasiado feliz de conocerlo… —le tocó la naricita. —Hasta escuchar su llanto por primera vez fue maravilloso…

—Y escucharlo ahora no lo es, ¿verdad? —bromeó. Tae movió su hombro a modo de regaño. —, es broma.

Pero el omega no dijo nada.

—Aún recuerdo vívidamente cómo presionabas mi mano. —se rió bajito. —Creí que me la quebrarías.

—Lo siento —se avergonzó. —, en serio dolía mucho, yo creí que moriría de dolor… solo espero que Kou se conforme con ser hijo único, porque me aterra la idea de volver a pasar por un parto.

—¿Lo dices en serio? —le miró con tristeza.

—Sí —volteó a verle con miedo. —¿No me digas que quieres otro? Hoseok, apenas podemos con uno y-

Le interrumpió. —Bueno… no estoy diciendo que lo quiera ahora… pero si más adelante —llevó sus dedos a los cabellos de su hijo. —, quizás cuando Kou tenga cinco o seis años, creo que sería lindo darle una hermanita.

—Hoseok… —le dio una mirada angustiada. —En serio fue muy doloroso, no creo ser capaz de volver a pasar por algo así. —frunció el ceño. —Para ti es sencillo, solo la metes y ya, pero yo soy quien tiene que soportar todos esos dolores.

—Está bien, está bien… —le besó la mejilla. —Lo entiendo… pero quizás para ese entonces cambies de opinión… —entrelazó sus manos. —Ya estaremos graduados, tendremos una casa más grande, estaremos más experimentados y establecidos, ¡estaremos casados! y seremos más maduros, seremos unos adultos en toda la extensión de la palabra…

Taehyung se quedó en silencio, solo imaginando todas esas posibilidades. Apenas eran unos jóvenes de veinte años, iniciando sus vidas juntos, obviamente el camino al principio es difícil, pero después, todo mejora.

—Aún falta mucho —le dijo acariciando el dorso con su pulgar. —, tengo tiempo para convencerte.

Taehyung rodó los ojos, acompañado de una sonrisita… porque muy en su interior, también deseaba tener una niña en la familia. Pero dentro de mucho, mucho tiempo.

—Quiero ver si lo logras… —soltó una baja risita.

—Soy muy terco, lo sabes —le dijo besándole la mejilla. —, ¿acaso olvidas cuánto tiempo estuve esperando para que aceptaras salir conmigo?

—Imposible olvidarlo. —negó divertido.

Kou dejó de comer así que Taehyung le limpió la boquita y lo tomó entre sus manos para sacarle el aire, hasta que Hoseok le detuvo.

—¿Puedo hacerlo yo?

El omega asintió entregando a su hijo, así que mientras Hoseok palmeaba la espaldita de su bebé, Tae acomodaba su ropa. Miró a su lado notando la manera en la que su alfa olfateaba los cabellitos de su pequeño, manteniendo un suave ritmo en los golpesitos.

Tae se quedó observando a su alfa, quien lucía unas notorias manchas oscuras bajo sus ojos, que no pudo evitar sentirse mal.

—Hoseok…

—¿Uh? —apenas giró la cabeza, sintió una de las manos de su omega sobre su rostro.

Con una mueca triste acarició con el pulgar las ojeras bajo sus ojos, como si con eso fuera suficiente para quitarlas.

—Gracias… por todo lo que haces por nosotros.

El alfa sonrió sintiendo sus mejillas calentarse.

—No tienes porqué agradecer… somos una familia, yo haría todo por ustedes.

—Pero te ves muy cansado, jamás te había visto así… —dijo sintiéndose culpable.

—No soy el único al parecer… —se rió bajito. —Mi amor, no importa, sé que todo este esfuerzo valdrá la pena, yo por ti y por Kou daría hasta mi vida. —besó los cabellitos de su niño quien soltó un bajito eructo. El par de padres rieron. —A pesar de que nuestro cachorro llegó de imprevisto, no me arrepiento de nada, lo amo y haré todo con tal de que crezca como un niño feliz viendo a sus dos padres que se aman.

—Hoseok… —sus ojos picaron, conmovido.

—Tú también luces agotado, bebé… —le acarició el rostro. —Pero aún con esas manchas bajo tus ojos, sigo viendo al omega más hermoso del cual me enamoré aquella mañana de abril.

—Oye… —se sonrojó.

—Todo esto es parte de ser padres, sobre todo para nosotros que apenas estamos aprendiendo

El omega asintió recargando su mejilla en la mano de su alfa.

—Y juntos aprenderemos a ser los mejores padres, ¿Verdad? —Tae le preguntó con dulzura.

—Así es… probablemente cometamos errores en el camino, pero con ello vamos a aprender, pero de lo que sí estoy seguro, es que ambos veremos a nuestro hijo crecer como un niño muy amado y feliz.

Asintió sosteniendo la manita de su hijo después de que Hoseok lo acomodara entre sus brazos, y luego también colocó su dedo en la otra mano de su cachorro. Kou sostenía los dedos de sus padres con toda la fuerza que tenía.

—Por favor, Kou… ten paciencia con nosotros, ¿Sí?

Porque nadie te enseña a ser padre, pero ellos dos estaban seguros de que serían unos padres grandiosos conforme el tiempo avance… porque Taehyung y Hoseok apenas estaban aprendiendo.


¡espero les haya gustado!🐻

—Sony💙

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