Capítulo 5
Después que Tobías se quitó de encima de ella, ambos intentaron reponerse y normalizar sus respiraciones, la chica todavía ligeramente mareada pero más consciente que como estaba antes de aquel encuentro que por cierto, les duró bastante ya que habían sido dos rounds, fue recogiendo su ropa que se hallaba esparcida por el suelo, por la mesa de noche y hasta en la lámpara había encontrado una media, medio se rio por ello pero igual la recogió, después de reunir cada prenda se fue vistiendo, el chico, que se había puesto ahora su pantalón, se mantenía en aquel colchón observando a la chica con una mirada de ligera arrogancia, o al menos esa fue la impresión que le dio a Stef en el momento.
—Gracias por todo, me divertí —Estefanía rompió el silencio mientras lo observaba unos segundos, aceptó el pequeño beso que él le dejó luego y se dispuso a abrir la puerta para salir hasta que fue interrumpida por la mano de él sobre su muñeca.
—Ten mi número para lo que necesites— le pasó un papel con un teléfono anotado y le agradeció, aunque dudaba de si lo iba a utilizar, igualmente nunca se sabe.
—Debo irme, pero antes necesito saber si conoces algún lugar aislado donde se pueda esconder cualquier cosa o en mi caso, una persona —murmuró la última parte por lo bajo, él la miró extrañado por ese gesto pero igual se lo pensó unos segundos antes de responderle.
—Ahora que lo mencionas, hay una torre en la ciudad de Lyon, ¿por qué de repente esa pregunta y por qué tanta desesperación?
—¿Sabes si está habitada?— Directamente había pasado de su última pregunta, el chico apretó la mandíbula pero no dijo nada al respecto, él volvería a intentar.
—Que yo sepa, la torre ha estado abandonada desde hace unos cuantos años— una mínima sonrisa se dibujó en la cara de la muchacha pero se borró después de escuchar lo siguiente que él dijo. —No respondiste a mi otra pregunta.
—Primero, no soy nada tuyo y segundo, yo tengo mis razones, acostarte conmigo no te da derecho a saber de mi vida.— Aquella oración le había salido algo seca, pero pudo ver como Tobías retrocedió.
—Tienes razón, perdóname...
—Puede que estés acostumbrado a que todas cedan y lo entiendo pero no soy como todas.— Estaba a punto de retirarse y por segunda vez fue detenida.
—Quisiera trabajar contigo y tu equipo —habló bastante directo, cosa que a ella le sorprendió pero no lo enseñó.
La había agarrado bastante desprevenida pero al inicio sus alertas se le activaron porque apenas lo conocía, se acostó con él, sí, pero eso no hacía que le confiara todo cien por cien. Lo escudriñó con la mirada varios segundos más hasta que volvió a hablar.
—¿Qué sabes hacer, para qué eres bueno?
—Podría contactarte con transportistas de confianza aquí en Francia y en Portugal también, Ethan sabe de computadoras y hackeo de sistemas, podríamos serte útiles —dijo con su tonito superior medio odioso pero ella simplemente se encogió de hombros.
—Los pondré de prueba por una semana, a la mínima señal de algo raro, juro que sus cabezas no serán las únicas en viajar por trasatlántico—. Claramente, aquello había sido una amenaza que no pasó desapercibida por el castaño.
—Te doy mi palabra, confía en mí.
—Demuéstramelo, Tobías. —Ahora sí salió por la puerta, él terminó de vestirse también y la siguió afuera. Ella buscaba a su hermana pero no la veía.
"¿Donde se habrá metido?"
~No seas ingenua, debe estar con el otro chico.~
"¿Alguien pidió tu opinión?"
~Pues... No, pero me pareció interesante tu monólogo interno.~
"Eres muy entrometida, pero para no hablar anónimamente te voy a llamar Elisa."
~Está bien.~
"Bueno, ya... Déjame hacer lo que vine a hacer."
~No creo que sea necesario. Reacciona idiota, que te hablan otra vez.~
—ESTEFANÍA —gritó Tobías sacándola de su conversación interna.
—¿Eh? ¿Qué decías?
—Que tu hermana está hí— señaló, la mayor cayó en la cuenta de que Isa estaba a su lado y no la había visto antes.
"¿Cuándo apareció?"
~Eres tonta, estabas hablando conmigo.~
"Elisa, déjame en paz y métete en tus asuntos."
~Si insistes.~
—¿Dónde estabas, Isa? —Preguntó a su hermana.
—Estaba con Ethan.
—¿Quién demonios era Ethan? —preguntó media perdida, como si Tobías no se lo fuera nombrado antes o él mismo no se fuera presentado en un inicio.
—Soy yo, no nos presentamos como era debido porque te fuiste con Tobías —explicó el pelirrojo vestido de traje haciéndola voltear a verlo.
—Mucho gusto— estrechó cortamente su mano en forma de saludo.
—Estefa, Ethan es el chico del que te hablé hace unos minutos, ¿no te acuerdas? Que es experto en sistemas y computadoras...
—Ya, ya, sí sé pero no sabía que hablaras de él, como le dije a tu amigo, compañero, lo que sea, los tendré de prueba una semana. —Lo miró fija para hacerse a entender y continuó —, ustedes nos llevarán a ese lugar abandonado, ¿tenemos trato o no?
Ambos amigos se miraron, uno curioso y algo... ¿nervioso? Stef pudo notarlo aunque no dijo nada en el momento, Tobías lo miraba más seguro y le asentía.
—Sí, ese castillo en Lyon, que está a las afueras, sabes cuál. —Se vio como el pelirrojo se destensó, pronto, su ahora nueva jefa le hablaría al respecto.
—¿De qué me perdí? —interrumpió Isabella, quien había estado callada desde hace un rato oyendo la interacción.
—Tobías dice que en Lyon hay una torre abandonada, puede ser que la encontremos ahí... al menos hay que darle un intento.
La hermana del medio escuchó lo que la otra le dijo con atención mientras en su cabeza repasaba las opciones posibles, luego le afirmó indicándole que estaba bien, al salir se encontraron a Stefan entretenido con una chica. Estefanía enarcó una ceja y se aclaró la garganta, ellos voltearon y la miraron.
—Lo siento, Adriana, debo irme. —La chica asintió y le entregó a Stefan un papel, Stef supuso que era su número.
—Hasta pronto, Stefan— lo saludó cortésmente—. Si me necesitas, ya sabes dónde encontrarme.
Estefanía esbozó una pícara sonrisa escuchando cómo interactuaban, Stefan bajaba la mirada ligeramente avergonzado, Adriana medio se reía pero miraba un poco tierna a Stefan.
—¿Piensas cambiarme por otra Stefan? —intervino Tefa, pues ellos dos solían jugar de esa forma.
—¡Claro que no!, ¿Por quién me pasas? —. Se hizo el ofendido y ambos rieron.
—Vamos, bobo, busquemos a los otros dos subnormales, debemos ir hasta Lyon, nos queda algo lejos y mientras más temprano acabemos es mejor para nosotros.
Ella haló a Stefan del codo hasta donde se hallaban Isa, Tobías y Ethan, el anteriormente nombrado los observó entrecerrando los ojos, la jefa hizo cortas las presentaciones, debían de apurarse a buscar a los dos chicos restantes.
—¿Dónde se metieron esos dos? Estaban aquí contigo hace unas horas...
La oración formulada por Isabella quedó en el aire e interrumpida en el momento en que vio a los chicos restantes sin ropa, solo la interior, uno montado encima del otro, gritando sobre la barra a la vez que rodaban como si uno de ellos fuera un barril del juego Donkey Kong y el otro que estaba arriba fuera dicho gorila, hasta hacía como uno, no quedaba casi gente en aquel bar y por suerte habían varias barras, así que la poca gente que había estaba en las demás barras, no obstante, el escándalo que ese par estaba montando estaba dando de qué hablar, más de una cabeza estaba girada hacia el espectáculo incluidas las de las hermanas, Stefan y los dos amigos, los primeros tres nombrados miraban eso con cara póker.
Aunque, se podía notar como poco a poco la cara de la mayor de las hermanas iba cambiando, le estaba costando mantener su seriedad por más tiempo, así que cuando sintió que no pudo aguantarse más, se soltó riendo bastante fuerte, incluso se dobló en ella misma mientras se carcajeaba, trataba de calmarse pero volvía a ver la escena y acababa riendo otra vez, Stefan tenía su celular en una mano mientras grababa aquel show con una sonrisa jugándole en los labios, en cuanto a Isabella, tenía una mano cubriendo su frente.
"Vaya equipo tenemos, por Dios", eso pensaba la aludida a pesar de que muy dentro de ella también le parecía chistosa la situación, en cuanto a los nuevos chicos se reían pero no de manera tan estruendosa.
—¿Ya terminaste de reírte o...?—. Isabella espero una respuesta coherente de parte de su hermana.
—S-Sí, sí... eso creo —respondió con la voz baja, respirando agitada y echándose aire a la vez que se quitaba las lágrimas que le habían salido por la risa, aún liberaba pequeñas risitas desde aquel ataque que le habría durado fácil unos cinco minutos —. A-Ahora a lo que veníamos... Stefan, pídete dos cubetas de agua con hielo, ustedes, traigan dos cafés amargos bien cargados, Isa, busquemos sus ropas y dos toallas —mandó a cada uno a su deber y se pusieron a ello.
A los dos minutos, Stefan venía con las dos cubetas, los dos chicos llegaban con dos grandes tazas de café negro y ellas habían encontrado ambas vestimentas junto a dos toallas. Lo que pasó a continuación fue que entre varios separaron a Jack y a Drew, los sacaron fuera del local y al mismo tiempo, les tiraron el agua congelada encima, ambos empezaron a temblar pero al menos no gritaban ni hacían cosas raras, era un buen comienzo. Seguido de eso, Isa y Stef les colocaron una toalla alrededor a cada uno y cuando estuvieron secos los ayudaron a vestirse de a poco y cuando estuvieron decentemente vestidos, les cedieron los cafés, aunque prácticamente fueron presionados a tomárselos junto a una pastilla que Estefanía empujó en sus gargantas mientras se tragaban el café y después que todo aquello ocurrió los llevaron hasta la camioneta, a uno lo sentaron en el copiloto y al otro en el asiento trasero, Estefanía se despidió de los bartenders y se metió con Isa en el deportivo mientras Stefan ya se encontraba tras el volante de la todoterreno y los chicos se dirigieron hacia otro deportivo color rojo.
Tobías puso su auto en marcha, le siguió Stef y después a ella la seguía Stefan, era un largo viaje en auto, ellas por su parte cantaban lo que saliera en la radio, a veces a todo pulmón y otras las dejaban sonar, cuando podían, disfrutaban de los largos viajes de carretera, Stefan en su propio auto había encendido un cigarrillo mientras Jack un poco más recuperado se había agarrado la tarea de colocar la radio o, mejor dicho, el cd que Stefan casi tenía rayado de tantas veces que lo habría escuchado, de música de algún grupo de heavy metal o algo por el estilo, no se sabía a ciencia cierta qué clase de género era este, Tobías en el suyo era un caso muy parecido a los anteriores pero con música algo depresiva a decir verdad aunque parecía que lo disfrutaban de sobremanera todos por su lado, con la diferencia de que Tobías y Ethan tenían cada uno un cigarrillo electrónico con esencia completamente diferente.
Habrían durado unas cuatro horas al volante y llevaban recorridos unos cuatroscientos kilómetros hasta la bonita ciudad de Lyon y recorrieron otros sesenta kilómetros hasta la torre, en un momento, el Porsche de Tobías se detuvo y Estefanía con Stefan detuvieron los suyos detrás del deportivo rojo del chico. Se hallaban al frente de una torre de gran tamaño, tal y como el ojiazul había mencionado, aquella torre (o más bien, aquel castillo), simulaba estar inhabitada, pero todos lograron visualizar dos tipos con un arma cuidando la puerta, los presentes, ya recuperados por fin, salieron hasta allá en silencio generando que los hombres les apuntaran con los fusiles, no parecían ninguno de los dos haber reconocido a las dos chicas que se encontraban en el grupo, lo cual les daba ventaja para pasar más desapercibidas.
—¿Quiénes son y qué vinieron a hacer aquí? —Preguntó uno de los tipos que se encontraban en la puerta, tenía un brazo repleto de tatuajes, el otro tenía dos aros en las orejas, dándole un aspecto un poco intimidante.
—Soy un guía turístico, venimos a hacer una investigación sobre los cimientos de la torre —habló Ethan dando un paso al frente.
El hombre los examinó con vista sospechosa, pero al final cedió y los dejó pasar, el segundo sujeto también se hizo a un lado. Una vez adentro y lejos de la vista y la audición de los guardias, la jefa dio sus órdenes.
—Sepárense, Isa y yo iremos al sótano. Tobías y Ethan vayan al medio y ustedes dos—señaló a Drew y Jack —. Vayan al ático mientras Stefan se queda montando guardia, ¿de acuerdo?— todos asintieron y se encaminaron por donde los mandaron.
Isa y Tefa fueron camino al sótano, bajaron dos tramos de escaleras de piedra lentamente y tratando de no hacer ruido mientras la mayor empuñaba su famosa AK-47 e Isa empuñaba una CZ 75... Vieron cada rincón del sótano hasta que la vista de la menor dio con una compuerta escondida en la pared, la golpeó con su mano, pudiendo ver que era de metal y aislante de ruido, luego retrocedió un paso para que Estefanía pudiera observar mejor.
—Isa, pásame un cuchillo grande... creo que hemos encontrado algo importante.
Ella se lo pasó y Stef trató de romper la puerta así fuera un poquito, cosa imposible, era casi impenetrable. Seguido de eso sacó su celular, para ser un lugar tan alejado tenía buena cobertura, le marcó a Stefan, este contestó a la segunda vibración.
—Jefa.
—Stefan, ¿tenemos el soplete en la camioneta? Encontramos una pared de acero reforzado.
—Sí, ahí está, ¿se los llevo?
—Por favor, pero ten cuidado, al mínimo movimiento de los gorilas de la puerta corres, ¿me escuchaste?
—No pienso huir, Estef, ya me conoces.
—Bien, pero ten cuidado— no lo dejó contestar, le colgó y esperó que no hubiera ningún problema.
Pasaron cinco minutos y Stefan llegó con el soplete en la mano pero un poco acelerado, había estado a punto de joderse todo, pero mejor quedarse callado, ¿cierto? Él empezó con paciencia a calentar la pared donde se encontraba sutilmente hundida hasta que esta cedió después de unos agonizantes ocho minutos. Abrieron la puerta lentamente, pasó Estefanía primero y luego pasó la segunda hermana, Stefan se quedó montando guardia.
Lo que las dos chicas encontraron las dejó algo paralizadas, pues no era una imagen muy bonita de presenciar, amarrada a un tubo en un colchón mugriento localizado en el suelo, estaba Selena, se la podía ver golpeada, casi inconsciente, mucho más delgada, maltratada y casi desnuda, a la mayor se le cristalizaron los ojos y corrió hasta ella, Isabella se llevó la mano a la boca mientras se le salían algunas lágrimas también por ver el estado en el que la habían encontrado, pero eso no cambiaba el hecho de que era su hermana.
—¿Q-Quién eres tú... u-ustedes? —Pronunció la muchacha con un hilo de voz.
Aunque les dolió escuchar que de alguna manera Selena no las reconocía, habían extrañado su voz. Estefanía se aproximó a la mesa y tomó unas pinzas de ella, cortó las cadenas que sujetaban las muñecas de la chica, dejaron ver lo amoratadas que estaban, ella intentó ser lo más suave y delicada que pudo, seguido de eso, pasó una chaqueta larga por sus hombros y al final se lanzó a abrazarla como si el mundo fuera a terminarse, Isa se unió al abrazo pero trataban también de no apretarla demasiado para no aumentar su dolor físico.
—Soy Estefanía y ella es Isabella, quizá no te acuerdas mucho de nosotras, pero somos tus hermanas mayores.
Selena procesó aquello por largos segundos hasta que poco a poco le llegaban recuerdos y lograba atar los cabos en su cabeza, empezó a llorar y se apretó a las dos chicas como si la fueran a soltar o dejar, obviamente eso no estaba en sus planes y se lo hicieron ver aferrando un poco más su agarre.
—Soñé con este momento por meses, me hicieron creer que ustedes no eran reales y que estaría encarcelada aquí... por siempre —lloraba más fuerte ahora.
—Shhh, cariño, todo ahora se arreglará poco a poco, ¿sí?—. Stef pasaba la palma de su mano muy suavemente por la espalda de la chica, tratando de tranquilizarla.
—Pero miren qué tierna escena —dijo una voz a sus espaldas, Sel al escucharla se tensó mucho más, si era posible, la mayor volteó su cabeza y ahí lo vio, apretó fuerte su mandíbula. Era...
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¡Hola mis buitrecitos del señor!
Espero que estén bien, aquí está el capítulo de hoy, ¿lamento dejarlos con la intriga? Lo cierto es que no, ¡espero que lo hayan disfrutado!, cuéntenme quién creen que sea la persona misteriosa, qué esperan que suceda en próximas actualizaciones aunque sean lectores antiguos, nuevos o lo que sean, incluso extraterrestres. Los estaré leyendo C:
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Se les quiere y se les aprecia 💘
Con parte de mi amor ❤️
Tiniebla.
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