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Capítulo 13

Al llegar a la mansión, las tres hermanas se mantenían calladas, la mayor permanecía en tensión, Sel apretaba su mano por ratos, parecía dar resultado por cortos segundos pero no demasiado, Isa no había querido mencionar nada más del tema para no apresurar una reacción explosiva en Estefanía que repercutiera en la menor de las tres, prefería guardarse lo que quería soltarle. Finalmente, las hermanas se habían dejado caer en el amplio sofá, la mayor estiró las piernas y se quitó el cuchillo de la bota para apoyarlo en la mesa marmoleada del salón, seguido de esto, por unos segundos miró a un punto fijo en la pared, las dos hermanas sobrantes se observaron entre sí un rato y luego le daban miradas a Stef hasta que Sel habló primero.

       —¿Qué tienes, Estefi? —Colocó la palma de su mano en el hombro contrario.

       En un principio, la reacción ajena fue endurecerse, después, al ver a Selena observarla con ojos serenos, ella misma se permitió relajarse ligeramente y dedicarse a responder la pregunta.

        —Nada, pequeña, estoy bien. Solo pensaba en lo que hubiera pasado si fueras ido hasta el café tú sola —explicó el motivo de su consternación.

       —Para empezar, pensar en lo que hubiera sido y no fue, te desgasta emocionalmente —habló de forma medio lógica—, lo siguiente, yo no quería irme sola, quería una tarde de amigas y hermanas, y la tuve. Y, la tercera cosa, si fuera estado sola, aprendí a defenderme de la mejor, ¿no es así? —Lo último lo soltó principalmente para lograr una sonrisa en su hermana, cosa que consiguió a medias al verla dibujar la sombra de un surco poco definido que no la dejó tan satisfecha, por lo que quiso volverlo a intentar —, ¡oh, vamos!, ¿esa es la mejor sonrisa que puedes darle a tu hermanita? ¡Estoy gastando mis opciones aquí y no veo que valoren mi esfuerzo! —Exclamó medio haciéndose la indignada.

       —Te estás ahogando en un cuenco, al final Sel salió más sabia que todos —intervino Isa con diversión.

       —Quiero ver una sonrisa mejor que la burla anterior —exigió la pelinegra sin indicios de rendirse, imitaba lo que la misma Estefanía le habría dicho en un par de ocasiones; como le estaba costando hacerla ceder, iba picando en sus costados con los dedos, Stef respiraba hondo tratando de mantener la calma hasta que la más pequeña tocó cierto punto en su cintura y llegó a apretarlo, ante esto, la mayor abrió los ojos grandes, a continuación se vio liberando una buena carcajada, aquello la había tomado desprevenida y ahora se encontraba riendo un poco más —, bueno, quizá debiera cobrar venganza por lo de hace unos días, ¿no te parece? —Preguntó volviendo a apretar donde antes pero esta vez de manera repetida generando más risas en Estefanía.

       —La tienes donde la querías, Sel, ¡no dejes que se te escape! —Alentó la del medio.

       —¡Este acto huele a traición!, ¡un ultraje, se me rebelan! —profirió entre risas.

       Las carcajadas aumentaron en cuanto Isabella se sentó en sus piernas para inmovilizarla y a las manos de Selena se sumaron las suyas.

       —Ríete un poco más, que andas de gruñona —pasaba las uñas por puntos estratégicos, prácticamente la estaban dejando fuera de juego.

       —Y-Ya van a ver... ¡las dos!

       Amenazó entre risotadas que pronto se hicieron silenciosas y el ataque llegó a su ansiado fin pasado un par de minutos. Quedó largo rato tratando de recobrar la compostura, respiraba acelerada e inhalaba grandes bocanadas de aire, Isa y Sel se miraban y luego la miraban a ella, esperando pacientemente a que se repusiera. Cuando vieron que estaba recuperada soltando risitas por momentos, ambas se tiraron a abrazarla fuerte generando un quejido de parte suya y que las apretara también. A continuación, entraron algunos chicos observando la interacción de las hermanas, dos pares de ojos se fijaron en las dos heridas de su amiga y jefa y se aproximaron al trío.

       —¿Otra vez agarrándote? —Comenzó Stephan, viéndola.

       —No es nada, él ha quedado peor, tiene suerte de que vive para no contarlo porque si sale algo de su asquerosa boca, juro que iré a buscarlo —apretó el brazo del sofá.

       —Ya está, no te envenenes —interrumpió Dinah trayendo consigo una pomada, alcohol y algodón.

       Isabella se levantó de las piernas de su hermana y permitió que su alta amiga pasara a curarla, lo cual sí hizo, tomando el lugar de Isa, mojó la bolita algodonosa en el antiséptico y lo pasó suavemente por su labio partido ganando un silencioso siseo, le dio una mirada de disculpas y terminó con el labio para luego masajear su mejilla con la pomada, con su suave tacto, Stef cerró por un momento los ojos y los volvió a abrir para encontrar los orbes mieles de la polinesia.

       —¿Esta vez cuál fue el motivo?

       —Quería aprovecharse de Sel... se llama Henry Robinson y quiero que alguno que esté libre lo investigue y me traiga todo lo referente, a mi oficina, lo antes posible —demandó dándole una ojeada a Dinah Jane y luego una a Stephan en señal de que les hiciera llegar a los chicos el mandado y decidieran quién sería el designado para tal tarea—, lo voy a arruinar, ya lo van a ver —expresó entre dientes.

       —Pero Estef...

       —Stephan, no hablo en chino.

       Hizo una señal con su mano de que fuera, él solo asintió con resignación y se retiró. DJ terminó de atender su mejilla y acunó esta por unos segundos observándola, luego hizo ademán de levantarse pero antes, Stef dejó un piquito en sus labios a manera de agradecimiento provocando la elevación de su comisura.

       —Bueno, las chicas han pedido hamburguesas, vamos a cenar, ¿te parece? —Ofreció la muchacha sonriendo suavemente y ayudándola a pararse, ella hizo igual con sus hermanas.

       Seguidamente, todos estaban reunidos alrededor de la alargada mesa y tenía cada uno una gran hamburguesa de diferente tipo acompañado de papas fritas con una salsa blanca y todas las existentes para cada uno de los gustos. Se daban miradas entre todos, algunos simplemente habían introducido la nariz en la comida y ninguno decía nada hasta que una de las hermanas Lefebvre se atrevió a hablar.

       —Disculpe, jefa, pero no nos han informado para qué nos necesitan a mi hermana y a mí con ustedes, no veo en qué puedo ser útil —Stef la observó y escuchó atenta mientras los demás prestaban atención a la reacción de esta.

       —Puedes tutearme —comentó amistosa —, contestando a tu pregunta, debemos tratar de curarlas al cien para que puedan volver con bien con su papá, seguramente no ha parado de buscarlas desde que ese sucio hizo lo que hizo. Y en cuanto a serme útiles, ustedes no son objetos, son dos chicas que han sufrido igual que varias más y hay que apoyarnos entre nosotras, no estamos para que nos usen... En dado caso, dejando esa idea de lado, si quisieran formar parte del equipo, serían bienvenidas pero tendrían también que entrenar o practicar para lo que sea en lo que gusten ayudar —hizo una pausa para dar un sorbo a su lata de gaseosa de uva y añadió —: como no queremos que alguien de ellos vuelva a buscarlas, nos encargaremos nosotros de escoltarlas hasta Francia cuando decidan volver a casa.

       —No creo que sea necesario...

       —Al contrario, insisto, no pueden caer en las garras de esos seres de nuevo, son pedazos de excremento para la sociedad y sé cómo actúan.

       —¿Podemos tomar unos días para pensarlo?

       —Los que necesiten —asintió ganando una sonrisa de boca cerrada —, ¿eso era todo? —Claudine afirmó con su cabeza.

       Acto seguido se retiró con su hermana Brigitte excusándose y despidiéndose en silencio obteniendo saludos de los presentes, en cuanto Estefanía vio la puerta cerrándose se giró hacia el resto de su equipo.

       —¿Por qué esa cara? —Interrogó Michael aunque la mirada café de ella se dirigió a Stephan provocando la expresión curiosa del mismo.

       —Espero tengas todo listo para mañana, Stephan.

       Sus facciones se tintaron de incertidumbre, trataba de hacer memoria sobre cualquier cosa que ella le hubiera pedido pero no le llegaba nada, faltaba ahora que la fuera cagado y se ganara algún puñetazo de parte de ella, la chica al ver que dudaba, respiró hondo provocando el ligero movimiento de sus fosas nasales con aquella acción y se dedicó a darle pistas guardando como podía la paciencia.

       —El rifle, Stephan, una figura importante y caput... ¿no?, ¿nada?

       El color habitual regresó a su rostro liberó un suspiro de alivio, sí recordaba pero como todos allí, tenía demasiado en la cabeza. Los demás lo miraban extraño, algunos con gracia y otros mofándose de su amigo.

       —Ah... sí, sí, todo preparado, el sujeto estará eliminado, confía en mí.

       Ella sonrió e hizo un gesto de afirmación, por supuesto que confiaba plenamente en aquel muchacho de mirada cautelosa y dulce, eso ni siquiera entraba en discusión.

       —Por el otro lado, ¿ya decidieron quién hará la investigación de Henry Robinson? ¿O me toca escogerlo al azar como en el colegio? —Vio entre todo su equipo.

       Isabella y Selena rodaron los ojos a la vez, su hermana mayor no cambiaba más, fue, era y sería la persona más testaruda pisando la tierra, a su manera de ver las cosas, la primera iba a decir que no hacía falta aquello pero cuando abrió la boca para ello, Stef la detuvo con un movimiento de su mano y una mirada seria, a continuación se volteó hacia todos los demás esperando que alguno se ofreciera.

       —Creo que puedo hacerlo yo, Estefanía —por fin el mismo Michael había roto el silencio.

       —¡Gracias, alguien eficiente!, quiero un informe para la semana que viene, cuento contigo —lo palmeó, él solo asintió tranquilo y se sentó de nuevo en el sillón —, y Drew —agregó una vez más, el peliceleste movió su vista hacia ella prestando atención —, quiero todos los documentos referentes de la gente que estuvo a cargo de aquella celda y de todos esos secuestros, incluyendo el registro de ÉL —pronunció aquello con tono amargo, el chico también afirmó.

       —Los tendrás —aseguró.

        Una vez habían terminado de cenar y cada quien tenía sus asignaciones, la gran mayoría del equipo se retiraron a sus habitaciones, Stef se dirigió a la oficina mientras Isabella agarraba hacia el campo de tiro y Jack se iba hacia el patio con los árboles de entrenamiento.

       Cuando el chico escuchó a su jefa decir que un tipo trató de sobrepasarse con SU Selena, lo consumió la rabia y como único método de drenado de sus emociones del momento, tomó su estuche de cuchillos, precisamente se hizo con los arrojadizos y los tiraba hacia los troncos como si su vida dependiera de eso.

       Él no se había percatado de que alguien lo observaba desde la casa hasta que volteó un segundo pero no le puso mucho cuidado a quién era, continuaba bien concentrado descargando su furia con ese tronco de sicomoro. Fue entonces que una hermosa voz le llegó desde su lado derecho.

       —No quisiera estar en el lugar de ese árbol ahora mismo —Selena se hizo presente en su campo de visión, la imagen lo hizo sonreír como tonto, le devolvió la mirada—, ¿por qué tanta furia? ¿Se puede saber? —soltó el cuchillo en una mesa y se sentó, ella hizo lo mismo.

       Se tomó un tiempo para organizar sus arremolinados pensamientos, los cuales juraría que iban a mil revoluciones por minuto y no lo dejaban concentrarse mucho hasta que se decidió.

       —Selena, te tengo que decir algo... Quiero que me escuches, por favor —ella lo veía con algo de confusión, también existía un dejo de nerviosismo en sus líneas de expresión pero asintió para dejarlo continuar—. Bien, desde hace un tiempo para acá y antes de que vivieras esa experiencia, algo comenzó a cambiar en mi interior, no supe definir muy bien qué me pasaba, sentía algo en mi pecho cada que te pensaba, le di vueltas al tema en mi cabeza y pude llegar a una conclusión que mientras más la pienso, más sentido tiene para mí —el de mechones azules divagaba ahora, parecía perder el hilo a pasos agigantados, ese detalle dibujó un surco en los labios ajenos —, con mis pensamientos, lo que concluyo es que me gustas y deseo que los astros, los chicos, todos se enteren, no me importa lo que deba de tardar.

       Tal declaración había dejado a Sel medio colgada, no se podía negar que traía además un brillo en su mirada café, los ojos del chico se apartaron del rostro de la menor para intentar calmar sus latidos mientras la pelinegra buscaba la mejor manera de responder.

       —Jack... No sé realmente qué decirte, siento un tipo de atracción por ti, eso es innegable, podría decir que también me gustas pero realmente no tengo claro hasta qué punto, lamento si esperabas escuchar otra respuesta, yo...

       Sel en ese instante sintió como su cara era acunada entre unas cálidas manos y a continuación, sus miradas chocaron, mientras la de ella era nerviosa, la de él se pintaba como tranquilizadora, la menor se permitió ese corto tiempo para detallar aquellos orbes y perderse en estos, si debía definir qué estaba experimentando, diría que con la sola presencia de él, se sentía segura y en paz, a pesar de que en su interior se librara una batalla entre el razonar y el sentir que la llenaban a partes iguales.

       Inconscientemente la distancia fue siendo acortada lentamente hasta que los carnosos labios del chico se cerraron en torno a los tiernos ajenos comenzando así un pausado a la vez que delicado beso, ambos pares de labios se hallaban en perfecta sincronía y todo parecía fluir bastante natural. Una mano de él pasó a acariciar el cabello de Selena mientras ella apoyaba la suya en el costado del algo musculado cuello.

       Luego de un rato, se separaron viéndose a los ojos, ella esbozó una perfecta sonrisa ante la expresión en la cara de Jack quien se sentía flotando como en una nube de felicidad plena. Tenía la hermosa sensación de que el rompecabezas llamado vida en lo que a él concernía, iba quedando completo.

       —Disculpa, no quería quedar como desesperado, además... escuchar que otro asqueroso te puso la mano encima me hirvió la sangre y por eso me viste lanzando cuchillos.

       Él trataba en vano de explicar su posición pero volvía a divagar generando una pequeña sonrisita enternecida en ella, de quien a continuación obtuvo un movimiento negativo de cabeza un toque de labios en su mejilla.

       —Me ha gustado —afirmó para calmar sus cavilaciones en cuanto a su muestra de afecto anterior —, pero creo que necesitaré aclarar mis pensamientos e ideas por mi cuenta primero —concluyó —. Y de lo otro, no te preocupes, no me pasó nada malo —le brindó un guiño.

       —¿Es por Cristian?

       Él pareció no querer seguir mencionando el tema que le afectaba a ella, en su lugar, trató de deducir la dirección de sus palabras por lo primero dicho, antes de que decidiera abandonar aquel espacio, eso hizo a Selena pararse en su lugar un tanto rígida.

       —Es... complicado pero sí tiene algo que ver.

       El muchacho dejó escapar un suspiro largo para después asentir en comprensión, tampoco deseaba interponerse en los asuntos donde no le correspondía opinar, si eso quería, se apartaría de ella o haría el intento de llegar solo hasta donde la misma le permitiera.

       —De acuerdo, no quiero causarte líos tampoco...

       —No, no tiene que ver contigo, Jack, soy yo la que debería aclararse.

       Le sonrió y se puso en puntillas para dejar otro casto beso en su mejilla haciéndolo sonreír a él también, seguido de esto, pasaron a la casa de vuelta. No quedaba nadie a la vista en esa sala, los recibió el sonido del silencio, ambos agradecieron que no hubieran moros en la costa mientras emprendían camino a sus alcobas cada quien luego de darse las buenas noches mutuas.

***

       Al día siguiente, Stephan salió de la casa con un gran bolso en la maleta de la camioneta, se había llevado un pretzel con azúcar glas en la boca mientras manejaba algo apresurado hasta llegar cerca de una edificación abandonada en la parte trasera de la ciudad, casi nadie frecuentaba por ahí pero no buscaba tampoco llamar la atención de nadie mientras estacionaba a una cuadra del edificio con vidrios rotos o agrietados y una azotea que daba la impresión que se derrumbaba ante el mínimo toque.

       Cuando aparcó, se ocupó de engullir a toda prisa los restos del pretzel, limpiando su comisura con el pulgar para acto seguido extraer el bolso negro alargado, echárselo al hombro y caminar rápidamente recorriendo la manzana. Varios pasos más se hallaba ante las paredes desconchadas color verde menta, se coló por las tablas de la puerta y se apresuró a subir a la terraza, sacó su franco y se acostó en posición viendo a través de la mira y girando el fusil más a la izquierda. Estando ahí, esperó un largo tiempo a que su objetivo asomara por aquella esquina...

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¡Hola otra vez mis buitrecitos del señor!

Hubo capítulo de nuevo, pidan un deseo!, espero estén bien, yo ahí vamos, se sobrevive... okno. Además, como ya seguro vieron, me tomé la libertad de pedirles a las espinas de FamiliaCactus una nueva portada, esta vez voiddragon_ se encargó de tan elegante trabajo y la verdad es que no podría estar más agradecida, gracias por la oportunidad, ya que estamos, pueden pasarse por allá si gustan, no se arrepentirán C: 

Si tienen alguna sugerencia o cualquier cosa que decir pónganmela en los comentarios ☺️
Nos vemos en el próximo capítulo que sabrá Mayuya cuándo lo subiré... han de tenerme algo de paciencia, buitrecitos, pero pronto llegará el momento.

La yo no tiene más que agregar, solo que se cuiden y esperen cosas en esta historia.

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Se les quiere y se les aprecia ❤️

Con parte de mi amor 💘

Tiniebla.

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