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🔸18🔸


Leah miraba extrañada como aquel peliverde sacaba, literalmente, cataratas de lágrimas por haber pasado la segunda prueba. 

—No pensé que fuera tan importante esto— decía Webster extrañado de ver lo mismo que su dueña.

Ante el comentario, las demás serpientes y la misma Leah asintieron; la chica estaba por contestarles pero la advertencia de Wilde sobe la presencia de alguien por detrás, la interrumpió.

Debido al repentino movimiento de la ojí ambar, el pelirojo no evito sorprenderse ya que ella volteo antes de que la llamara. 

—Aún no me acostumbro a que hagas eso De Nile-san— exclamaba medio dramático el chico con una mano en su pecho.

—¿Se te ofrece algo Kirishima?— preguntaba con normalidad la femina.

—Nos dieron tiempo para descansar, venía a decirte si no quieres comer con nosotros— Leah dirigía su vista hacia donde apuntaba su amigo y pudo ver a cierto peliceniza con el ceño más fruncido de lo normal.

Bakugo al sentir una mirada, volteo hacia donde venia y no evito suavizar un poco su mirada al percatarse quien lo veía.

—Claro no tengo ningún problema— respondía la chica ocasionando una respuesta del contrario —Solo dejame hacer algo antes y los alcanzo en el comedor— ante lo anterior dicho Kirishima asintió mientras se iba de nuevo con su amigo peliceniza.

Leah al ver como el pelirrojo iba entusiasmado a contarle al peliceniza, ella dirigió su mirada hacia donde estaba su familia y vio como con la mirada sus padres transimitían lo orgullosos que se sentían por ella. 

La ojí ambar después de ir a las gradas en donde se encontraban sus familiares, se estaba yendo hacia el área de comedores.

—Wha me muero de hambre— decía de manera exagerada Oscar 

—Igual, espero que mamá haya mandado a los Anubis con nuestra comida— exclamaba hambrienta Goethe, cabe aclarar que algunas de las serpientes de Leah le decían "mamá y papá" a los padres de la chica, únicamente llamaban por su nombre a las serpientes del ojí verde.

La chica estaba por cruzar un pasillo cuando en eso siente que es tomada por la cintura y una mano cubre su boca, por la inesperada acción Webster y Emily son los primeros en atacar al responsable, pero al percatarse que es el peliceniza lo dudan.

Leah, es Bakugo— informa Emily —¿Atacamos?— preguntaba un tanto indecisa la serpiente.

Obvio que debemos de hacerlo, tiene retenida a nuestra ama— exclamaba con enojo Kets mientras se lanza contra el peliceniza, pero antes de poderlo morder, Leah chasquea los dedos evitando el ataque.

Leah levanta la mirada y ve como Bakugo tiene la suya al pasillo continuo, la chica manda a Wilde a investigar.

Lo que ambos chicos no se deban cuenta era la cercanía de sus cuerpos y lo pose un tanto comprometedora en la que se encontraban.

Son Shoto y el chico peliverde— informa Wilde, este se encontraba haciendo su labor de informante. 

Mientras Wilde le mencionaba todo lo que decían ambos chicos, Leah hacia consciencia de la posición de cómo se encontraban; ella se estaba básicamente acostada sobre el pecho del chico y este cubría fuertemente su cintura con uno de sus brazos, debido a esto un pensamiento fugaz cruzó por su mente.

LEAH deja esos pensamientos aparte, luego fantaseas con la bomba— regañaba Goethe a una sonrojada chica por pensar inconscientemente cómo se verían aquellos brazos como collar. 

¿Ya se acerca nuestra temporada de celo?— preguntaba preocupado Dan; un punto a aclarar es que Leah no tiene un celo en si, pero sus serpientes como ser casi totalmente un animal independiente si tienen una especie de celo, debido a esto cuando ellas estan en esa etapa afectan directamente a la chica, ya que son una parte de ella.

Aún no, segun yo falta— respondía la chica.

Por otra parte, Katsuki veía como la chica discutia mentalmente con sus serpientes y esto en cierta parte le genero gracia, pero al percatarse que no estaba prestando atención a la conversación de a lado, evito ver a la femina que tenía entre sus brazos. 

Pasaron algunos minutos y cuando escucharon que ambos chicos se dirigían hacia donde estaban ellos, no evitaron paniquearse. Katuski evitando que los descubran, tomo la mano de la chica y salieron corriendo hacia otro camino para ir al comedor, donde un pelirrojo y un Anubis los estaban esperando.

Por los altavoces se anunciaban que aquellos que no habían aplicado para la tercera ronda podían dirgirse al campo para realizar los juegos recreativos. 

—¿De Nile-san vas a participar?— preguntaba curioso Kirishima al ver como la chica se levantaba de la mesa, aquella acción desconcentró a ambos chicos.

—Ah no, iré ver a Tsuyu no la he visto desde la primera ronda y lo más probable es que ella participe— avisaba la chica —Nos vemos en el campo— sin más, se dedico a buscar a cierta peliverde por el estadio.

Leah se alejo a un lugar más privado en donde no haya tanta gente —Chicos encuentren a Tsuyu — al momento de dar la orden, las serpientes crecieron hasta el suelo y empezaron a buscar a la chica por medio de las vibraciones de este. 

—Esta en los baños de la segunda planta— informaba Wilde —Pero no está sola, se encuentra con las demás del grupo—

Soy solo yo o eso huele raro— comentaba un tanto desconfiada Goethe.

—Pues solo queda ir a averiguarlo— decía Leah mientras emprendía su busqueda hacia la peliverde.

Mientras la ojí ambar se dirigía al baño, no evito percatarse que en todo su recorrido la mayoría de la gente la evitaba a toda costa; digamos que aquello ya se le hacia bastante familiar a la chica, pero muy dentro de ella su lado fantaceoso pensaba que algún día eso no iba a cambiar.

Después de unos minutos la chica llegó al dichoso baño y antes de tan si quiera acercarse a la puerta, esta se abrió de golpe dejando ver a todas sus compañeras vestidas en un traje de porrista.

—¿Naranja encerio?—comentaba incredula Goethe al ver el color que escogieron.

Volviendo con las chicas, estas al percatarse de la mayor no evitaron respingarse.

—¡Leah-chan!— iba corriendo hacia ella una emocionada Tsuyu con un par de pompones.

La más alta atrapó en el aire a la peliverde ya que, literalmente, se le lanzó —No esperaba verte vestida así—

—Es que Momo-san escuchó que Aizawa-sensei nos dijo que debíamos de participar de última hora en un concurso de porristas— aquellas palabras dejaron muy desconcentrada a Leah.

—¿Enserio? ¿Creen que Aizawa les pediría eso?— el sarcasmo se notaba desde lejos.

—Di lo que quieras, de seguro tienes envidia de como nos vemos— Leah miro incredula a Mina debido a sus palabras.

—Creeme que no es nada eso, si hubiera sido yo, el naranja no estaría de por medio— digamos que a Leah no le gustan mucho los atuendos llamativos.

Las chicas estaban por responder en protesta específicamente Momo, pero al escuchar unos chasquidos se detuvieron.

—Pienso lo mismo cahorra— la responsable de los chasquidos en negación era la tía de la ojí ambar —No esta mal la base, pero un color que no las opaque hubiera quedado mejor y más a ti chica— Mina no evito esconderse detrás de Momo al ver como la loba la señalaba.

—Esto me huele mal y no lo estoy diciendo por los baños— una segunda voz hacia presencia y al escuchar el típico asento, Leah supo de quién se trataba.

Por alguna extraña razón a cierta pelinegra se le hacia familiar aquella monstruo, bueno su aspecto le recordaba a una obra literaria que ya tiene tiempo que había leído.

—Lo mismo iba a decir Operetta, aunque me alegra que no estes vestida así, ¿porqué no lo estas?— Clawdeen desde lejos notaba que aquellas normies querían excluir a su cachorra.

—Es que no encontrabamos a De Nile— daba la cara por todas Momo, aunque por dentro se estaba muriendo de miedo.

Ambas monstruos al escuchar esa excusa se vieron entre si incredulas —Entonces, ¿dónde esta su uniforme?— la de tez morada le echaba más leña al fuego.

Leah al ver como las de su grupo casi se les salía el alma, quiso hacer su buena obra del día —Tía no te preocupes, lo más seguro es que los hicieron a la carrera y a la medida— gracias a las palabras de la ojí ambar, las dos monstruos dejaron de atormentar a la chicas y tan pronto como su atención no estaba en ellas, se fueron corriendo del lugar.

Volviendo con el trío de monstruos y la peliverde, las cuatro se encontraban en el baño con una Leah en ropa interior y con una Clawdeen midiendola.

—Cachorra has crecido— decía la loba con orgullo al anotar las nuevas medidas de la chica —Parece que los entrenamientos de Ghoulia estan dando frutos— mencionaba juguetona al ver como los muslos de la chica aumentaron de tamaño junto con sus gluteos. 

Leah lo único que podía hacer era sonrojarse, no estaba acostumbrada a que alguien que no fuera su madre o su padre le dijeran algo sobre su aspecto.

—Tsuyu querida puedes venir un momento— llamaba la loba a la peliverde que ya se había ganado la confianza de la mayoría de los monstruos —Puedes dar una vuelta lentamente, quiero ver el diseño y patrón de costura— tal y como lo dijo, Tsuyu hizo que se le pidió.

—¿Vas a cambiarle algo?— comentaba Operetta, ella se encontraba vigilando la puerta del baño, no quería que alguien entrara mientras su sobrina estuviera en paños menores.

—No puedo cambiarle el color por lo que dijo la de coleta— mumuraba molesta la morena —Pero si puedo cambiarle el diseño a uno que favorezca el color— Leah al ver la mirada decidida de su tía supo que la inspiración le había dado un golpe fuerte, aunque igual sentia un ligero toque de venganza.


—¡¿PERO QUE CLASE DE FAN SERVICE HACIENDO EL GRUPO 1A?!— el comentarió de Present Mic hizo que todos los del estadio voltearan a ver a las chicas que estaban vestidas de porristas.

Leah estaba por decir algo, pero pudo percatarse de ciertas risas y comentarios hacia el cuepo de sus compañeras, ella iba a hacer algo pero una Jiro enojada y avergonzada se le adelanto.

Despúes de unas palabras de aliento por parte de Uraraka, las chicas comenzarón a disfrutar el momento, pero Leah se abstuvo de estar en ese momento. 

Mientras la chica se dirigia a cambiarse fue interceptada por unos aplausos.

—¡De Nile-san te ves muy varonil!— comentaba con un pequeño sonrojo Kirishima.

—¿Cómo se te ocurre decirle eso pelo de mierda?— regañaba Bakugo al escuchar la tan característica palabra de su amigo.

Leah al ver el momento no evito reír, ocasionando que la mini pelea de ambos chicos parara ya que era la primera vez que escuchaban a la chica reír.


—"Aún no entiendo porqué me afecta cada cosa que haces o dices" —


Notas:

🐍Los monstruos ya tienen a Tsuyu como su protegida.

🐍Deuce y Clawd fueron retenidos por sus respectivas parejas para no saltarle encima a los dos chicos responsables de la broma.

🐍El uniforme de Leah:

🐍Clawdeen lo hizo asi porque no quería que Leah mostrara mucha piel, aunque la falda corta relucia las piernas de la chica.

🐍Tsuyu negó que la loba le hiciera un traje igual, no quería ser una molestia.

🐍Ciertos chicos no evitaron ver de más a Leah.

🐍Cleo y Nefera miraban triunfantes como Leah llamaba la atención.

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