Frank Rastelli.

Aquél nombre no dejaba de rondar por la mente de Jungkook mientras se dirigía a su mansión nuevamente, Namjoon, Yoongi y Alessandro venían en su compañía, el último nombrado inconsciente luego de haberle inyectado un poco de tranquilizantes para dormirlo en camino a casa.

Los cuatro subieron al Mercedes Benz de Jungkook, este siendo el copiloto y Yoongi el que manejaría, Namjoon venía en los asientos traseros cuidando del desmayado pintor.

—¿Desde cuando sabes italiano?— preguntó Yoongi mientras arrancaba el auto.
Jungkook quien se encontraba aburrido viendo a través de la ventana del auto, soltó una risita pequeña pero engreída.

—Sé muchos idiomas querido amigo, que no los ponga en practica es otra cosa— respondió simplemente, y a pesar de que Yoongi no se veía contento con la tan simple y corta respuesta, no preguntó más.

Jungkook agradeció que el pálido apreciara su vida y no preguntar más, pues estaba con un humor de perros que podía mandar a la mierda a todo el mundo. Pues la furia en su interior aun no moría, y en realidad no quería que lo hiciera, pues eso sería de cierta forma dejar pasar lo sucedido, y jodidamente él no haría aquello.

Ahora con el nombre del hijo de puta que parece tener algo con él y con su novio, la furia corría por sus venas, y no parecía tener tan siquiera un pequeño indicio de querer controlarse.

Él se encargaría de encontrar a aquél bastardo y hacerlo pagar, por creerse más inteligente que él y por sobre todo; meter a su preciado Taehyung en esas cosas.

Él jodidamente le daría su merecido.

Cuando después de una media hora de camino, por fin llegaba a su mansión, tenía pensado ir a ver como iba todo con su gente y planear una estrategia, darse una ducha y tal ves dormir un poco, le hacía falta.

Habían estado fuera de casa todo el día, la noche comenzaba a caer y se sentía un poco cansado, no había dormido en las ultimas 48 horas debido a todo el ajetreo, y sentía que ahora menos podría hacerlo sabiendo el nombre de la escoria que los ha estado molestando, no podía simplemente descansar sin planear algo antes, y eso haría, pero de todas formas dormir le hacía falta, pues tenía que estar bien descansado para el día del ataque.

Ya teniendo todo planeado, entraron a la mansión, sus hombres cuidando tanto adentro como afuera fueron quienes lo recibieron. Dejó a Alessandro a cargo de uno de ellos, ordenando que lo encerraran en una habitación y lo vigilaran, ya vería que hacer con él.

Mientras tanto, Namjoon, Yoongi y él se dirigieron a la bodega principal de la mansión Jeon, donde se encontraban todos sus preciados juguetes en aquella casona.

Divisó a sus chicos y chicas entrenado en el gran espacio, tanto entre ellos mismos o con armas, lo cual le pareció bien pues verlos activos era lo que quería y necesitaba.

Todos al verlo hicieron una reverencia por respeto a los tres hombres, estos mismos solamente saludando con un movimiento de cabeza.

—Reúnanse todos, vamos a planear nuestros movimientos— les ordenó a todos con voz fuerte y autoritaria.

Ninguno perdió el tiempo al momento de cumplir con la orden, rodeando la gran mesa de metal que se encontraba en el centro del lugar. Jungkook, a la cabeza de la mesa con sus fieles acompañantes a cada lado, comenzó a hablar.

—Tenemos el nombre del maldito que nos está dando problemas, no será un problema encontrarlo teniéndote a ti, Taeyeon.— le dijo a la mayor, ésta asintiendo orgullosa-Pero ahora mismo vamos a enfocarnos en el plan.

Jungkook viendo a todos asentir atentos, iba a continuar hablando cuando a través de los parlantes que se encontraban en las esquinas del techo en cada lugar de la casa, un fuerte grito los alertó a todos.

—¡Emboscada!— Jungkook maldijo a todo el mundo mientras tomaba su arma favorita y su cuerpo temblaba del enojo previniendo lo que se avecinaba.

Todos hicieron lo mismo, tomando un arma y dispuestos a subir a la primera planta, ya que se encontraban en lo más bajo de la casa.

Pero antes de siquiera subir las escaleras, la parte de arriba de la mansión explotó, las llamas llenando el lugar en un instante, impidiéndoles el paso, los balazos afuera del lugar seguían sonando fuertes y claros.

—¡Mierda!— gritó Jungkook, furioso a morir al quedarse encerrados abajo, las llamas comenzando a llegar al lugar en el que ellos estaban.

Todos temerosos estando atentos a las ordenes que Jeon les daría.

—Namjoon, Yoongi, el búnker— les ordenó con voz furiosa entre gritos, los dos nombrados rápidamente se movieron hasta llegar a una de las estanterías con armas, apretando un botón que hizo que aquella se moviera a un lado, dejando a la vista otro espacio desconocido para los presentes.

Aquello justo a tiempo para cuando el fuego ya los había alcanzo, rompiendo los vidrios a su paso, uno de ellos encajándose en el brazo de Jeon, quien maldijo al aire mientras se lo sacaba sin ningún sentimiento de dolor, la sangre manchando todo a su paso.

Sin perder el tiempo, les gritó a todos para meterse en el lugar seguido de él, la estantería regresando a su lugar, cerrándolo a su paso y dejándolos a salvo dentro del lugar, ya que aquella estantería estaba reforzada siendo muy gruesa y estando blindada.

Jungkook más enojado que nunca, caminó hasta el final del lugar, donde una puerta se encontraba en el techo, todos curiosos vieron como su líder, Namjoon y Yoongi abrían aquella, dándoles paso al exterior.

Sin tener tiempo si quiera a sorprenderse por aquello, todos ya habían salido disparados fuera del lugar, para comenzar a disparar a quienes los atacaban, dándose cuenta de que estaban hasta el patio trasero, viendo como la mansión entera ardía en llamas frente a ellos.

Se movieron corriendo al frente del lugar, disparando a quienes eran desconocidos, las descargas sonando fuertes y seguidas.

Sangre y cuerpos muertos por todas partes.

Jungkook con su arma disparó con precisión a los contrarios, descargando su furia en los malditos, y cuando sus balas se terminaron, puso su arma detrás de su espalda sujetada con la correa que tenía aquella, sacando en un movimiento rápido dos armas pequeñas y normales de los costados de su pantalón.

Moviéndose ágilmente y con precisión por el lugar, disparando a todo quien se encontrara a su paso, con cada arma en una mano. Después de varios minutos siendo Jeon quien mato al último hombre que quedaba con una bala en el centro de la cabeza, arrojó las dos armas al suelo gritando enojado cuando todo parecía haber terminado.

Viendo como la que fue su casa por 24 años totalmente destruida, divisando a la mayoría de sus hombres cuidadores estando desparramados sin vida en el suelo del lugar junto a los otros hombres enemigos, el patio delantero lleno de cuerpos sin vida.

Todo el lugar se quedó en silencio, todos tensos esperando las nuevas ordenes después de lo sucedido.

Mientras tanto, Jungkook jalaba sus cabellos con fuerza al no haber estado preparado para un ataque sorpresa, entre su enojo se agradeció a si mismo el haber pensado en sacar todas las cosas de Taehyung antes, eso lo tranquilizaba tan solo un poco.

Namjoon y Yoongi, con pocas heridas, tampoco se armaban de valor para acercarse a Jeon, pues este parecía que mataría a quien se le acercara. Por eso todos se sorprendieron y ahogaron un jadeo asombrado cuando JeongIn se acercó con temor a su mayor.

—Jefe, u-uno de los contrarios nos dio esto para usted— le dijo temeroso el menor, mientras entregaba un celular antiguo a su líder.

Jungkook, quien lo veía rojo de la furia, decidió no decir nada al joven frente a él, bufó frustrado mientras le quitaba el celular de botones de la mano.

Justo cuando eso pasó, recibió una llamada al mismo.

Frunció el ceño, viendo con desconfianza a los alrededores, tratando de localizar a quien sea que los estuviera vigilando con la mirada.

Antes de contestar les hizo un movimiento de manos a sus dos amigos, ordenándoles que mandaran a alguien a patrullar al rededor. Aun con desconfianza, respondió al llamado, todos los pares de ojos atentos a él.

—Veo que pudiste salir de esta, Jeon, pero lo dije antes, no eres lo suficientemente bueno, ni siquiera para prevenir un atentado sorpresa— Le dijo alguien en italiano al otro lado de la línea mientras reía, Frank Rastelli, se dijo a sí mismo, no podía ser nadie más.

La furia solo aumentaba debido a aquellas palabras, pero trató de tranquilizarse para poder responder.

—Y tú, maldito bastardo, no eres lo suficientemente valiente para venir aquí y enfrentarte conmigo cara a cara, en tu lugar mandas a tus perros inútiles a hacerse cargo— Jungkook cerró los ojos, maldiciendo silenciosamente, contestar de aquella forma sin cuidado le daría al otro lo que quería, no podía dejar ver que aquello le había afectado.

El tipo soltó una risa engreída y sarcástica antes de volver a hablar.

—Lo sé, yo también tengo ganas de partirte la cara, sabía que esto no sería nada para ti, pero aun así, quise darte una sorpresita— Jeon se asqueó ante el tono de voz del contrario, esperando a que dejara de parlotear e ir al grano— Por eso mismo es todo esto, sé que tienes a tu séquito de matones para enfrentarte a mi ¿Pero qué crees? Yo también estoy preparado, y te estaré esperando mañana al caer la noche en ese hotel abandonado a las afueras fe Seúl, sé que lo conoces.

Jungkook apretó la mandíbula con fuerza tratando de controlarse, aquél hotel fue suyo por un tiempo, fue de los primeros que había logrado adquirir para lavar dinero, todo iba bien hasta que recibió un ataque que le dejó pocos daños pero que hizo que todos se fueran y no quisieran habitarlo más, ni si quiera los turistas, a estas alturas estaba más que recuperado de aquello, pues había sido hace muchos años, pero que este tipo se lo recordara solo lograba enfurecerlo y causarle ganas de aplastarle el cráneo.

—Muy bien, yo también estaba aburrido de este jueguito de mierda al estarte buscando, pero ya que decidiste aparecer e incluso tomarte la molestia de citarme, hagámoslo, vamos a vernos y que gane el mejor— le respondió con calma, controlándose poco a poco, siendo esta vez el contrario el que bufó aburrido al no lograr su objetivo de seguir peleando con Jeon.

Por eso mismo decidió colgar sin decir nada más.

Jungkook tratando de pensar con la cabeza fría e idear un plan, fue interrumpido nuevamente cuando el celular empezó a pitar lentamente hasta que se fue haciendo más rápido.

—¡Mierda!— gritó lanzando el celular con todas sus fuerzas para que así cayera lo más lejos posible cuando se dio cuenta de que era aquél sonido.

Y justo cuando cayó al suelo a unos metros lejos de todos, el celular explotó, haciendo que los presentes se sobresaltaran y vieran con sorpresa a Jungkook.

Mismo que comenzó a gritar nuevamente, su cabello mojado por el sudor pegándose a su frente, su rostro rojo y su cuerpo temblando de furia hicieron a todos verlo con terror.

Jeon estaba más tenebroso que nunca, con ojos oscuros y cegados por el enojo, nadie se atrevía a intentar tranquilizar la situación, ni si quiera a hacer un mínimo ruido, no podían a menos que quisieran morir.

Jungkook sabía que debía de tranquilizarse, pero es que simplemente no podía, todo se le estaba yendo de las manos y comenzaba a dudar de que él realmente era el mejor capo que lideraba Asia, necesitaba tranquilizarse, necesitaba a Taehyung.

Lo necesitaba tanto, solo él podía calmarlo con solo su voz, con una sonrisa, con su sola existencia, y ahora lo necesitaba.

Necesitaba sus fuerzas para no rendirse ni de broma, tenía que vengarse, y por eso tenía que pensar con claridad, pero solo Taehyung lograría que eso pasara, solo su pequeño lograría tranquilizarlo.

Y por eso, a pesar de que no era el mejor momento, y que él definitivamente no estaba en condiciones de hablar con palabras claras, no dudó en llamar a su novio, necesitaba reforzar sus fuerzas para vengarse.

Sabía que allá era de día, así que su pequeño con seguridad estaba despierto.

Esperó poco tiempo cuando la llamada fue tomada, y la voz de su pareja lo regresó a la vida.

—¡Hyung!— gritó tan alegre justo en su oído, pero aquello ni si quiera le molestó, aquél gritito entusiasmado más la burbujeante risa animada que soltó después de saludarlo hicieron que una pequeña sonrisa se formara en sus propios labios, todos sus recientes problemas quedando en segundo plano.

—Hola, bebé. ¿Qué estás haciendo?— preguntó con calma que no sabe ni de dónde sacó, alejándose de los demás para tener una conversación privada con su chico y que no vieran sus momentos de debilidad.

—Estaba apunto de almorzar Kookie, Samuel Hyung dijo que después me llevaría a pasear si me comía todo— Siguió hablando sin parar, ignorando todo lo que pasaba al otro lado del mundo, donde su mayor amor había sufrido un ataque que les quitó la que había sido su casa por dos años para él y 24 años para Jungkook.

Este último creía que estaba mucho mejor así, Taehyung no tenía que preocuparse por nada.

—¿Es así bebé? Me alegra saber que ya está todo bien con Samuel— y claro que aquello no tenía nada que ver con una amenaza, pensaron ambos divertidos.

—Lo sé, Jungkookie... Estoy feliz de escuchar tu voz, te extraño tanto— Habló lloriqueando, Jungkook lo imaginó haciendo un tierno berrinche y una sonrisa se formó en su rostro más abiertamente al visualizar a su pequeño en su mente.

—Yo también te extraño, amor. Pero te prometo que estoy muy cerca de ir por ti, ya quiero besarte—Le dijo divertido, imaginándose a Taehyung todo sonrojado del otro lado, y así era.

—¡Hyung, No diga esas cosas! Hace que me sonroje—respondió tímido y con voz pequeñita, Jungkook casi se carcajea ante aquello, conocía tan bien a su novio.

Y lo amaba tanto.

—Te amo, Kim Taehyung, te prometo que pronto estaremos juntos otra vez y nunca más habrá algo o alguien que logre separarnos—Dijo serio de pronto, preocupando al chico del otro lado, más no dijo nada pues prefería pensar que todo iba bien y su Jungkookie cumpliría con sus repentinas palabras.

—Yo también te amo mucho Jeon Jungkook, y creo en ti, mi corazón tiene tu nombre y estaremos esperando por tu regreso— Le respondió con una suave sonrisa, causando con sus palabras que el corazón del mayor latiera de amor.

Ambos ignorando el hecho de que Tae había olvidado el respeto, eso no importaba ahora, no cuando se decían cuanto se amaban.

—Estoy feliz de saber eso, mi amor. Te prometo que no esperarás mucho, pronto estarás en mis brazos otra vez, te amo— y con un "Te amo"  de vuelta por parte de su Tae, Jungkook finalizó la corta llamada.

Respiró profundamente, su mente aclarada, con nuevas fuerzas y su mente maquinando toda su venganza, ahora más que nunca sabía que tenía que ganar aquél revuelo, por su Tae.

Se dio la vuelta, viendo que todos estaban donde los dejó, esperando por él y sus ordenes, listos para recibirlas.
Se acercó con más confianza que nunca, viendo a todos los presentes viéndolo con admiración y respeto, él tenía un equipo leal y fuerte, y lo aprovecharía muy bien.

Todos se reunieron a su alrededor cuando se los pidió, escuchando atentamente para sus próximas palabras.

Jungkook juntó sus manos en un fuerte apretón, viendo a todos con una mirada decidida y confiada, listo para ordenar.

—Muy bien, este es el plan—

Jelou xd

Hola amiges, perdón por tardar TANTO en actualizar, pero es que estuve tan enferma estos días, incluso tuve que ir al hospital para hacerme estudios y eso  ╯︿╰

Pero no se preocupen, todo bien, creo jsjsjsj. 

Debido a esto, les pido a mis seguidores que estén atentos a los mensajes de mi tablero :(( no quiero ser una intensa ni obligarlos a algo, pero cuando pasen este tipo de cosas siempre lo diré por ahí, hace unos días puse algo sobre esto, pero tan solo unas tres)? personitas de mis tantos seguidores y lectores de LEADER respondieron (┬┬﹏┬┬) no tienen que responder con palabras incluso, con que me pongan un puntito y yo sepa que están informados con lo que haga, estaré mas tranquila :') además, casi nunca publico nada por ahí, así que no verán cosas como lo que comí o eso en mis mensajes xd siempre serán cosas necesarias ¿Ok? por favor, ténganlo en cuenta uwu

Por otro lado, me esforcé para traerles un capitulo hoy, se que todxs aun estamos triste con lo que paso ayer (lo de los GM y eso) :'(( así que espero que los haya distraído tan solo un poco :'))

Y pues bueno, espero vernos pronto, los amo.