The power it possesses
Muchos decían que Jeon Jungkook tenía mucho poder, que era alguien que obtenía todo lo que quería, era alguien que no podía ser dominado, si te atrevías a mandarlo u ordenarle algo, considérate una causa perdida.
Nadie podía decirle que hacer.
O eso creían todos.
Pero hay alguien que es aún más poderoso que el mismo Jeon, alguien que pude ordenarle cosas sin salir muerto en el intento, alguien que puede decirle lo que quiere sin temor.
Alguien que puedo mandarlo a su antojo.
Y ese alguien era nada más y nada menos que Kim Taehyung. Un pequeño chico de tan solo 18 años.
Luego de que Jungkook se llevara al chico con él, le dio un trabajo digno y lo llevó a vivir a su casa, nadie sabía porqué.
Ni el mismo Jeon lo sabía.
Tan solo se encargó de hacer unas cuantas llamadas y puff, el niño ya tenía trabajo en uno de los hoteles más grandes y lujosos de Seúl, todos sabían que Jeon usaba éstos para el lavado de dinero, así que los hoteles de esa cadena podían considerarse de su posesión.
El chico trabaja demasiado bien, era alguien que se esforzaba y lograba lo que quería, y eso a Jungkook le gustaba más que a nada.
Después de dos largos años de convivir, Jungkook aceptó sus pensamientos y sentimientos, el rubio le gustaba.
Le gustaba y no solo para un revolcón como a los que acostumbraba, le gustaba para algo serio y verdadero, algo que nunca había sentido.
Pero él no tenía miedo de aceptarlo, y conseguir que Taehyung fuese suyo no fue gran problema. Pues a él también le gustaba, y mucho.
Luego de eso, ambos empezaron a salir oficialmente como novios, muchas veces se vio a la pareja en lugares públicos, rodeados de hombres que a pesar de ir en cubierto, se sabía que iban bien armados para cualquier cosa.
Muchos pudieron ver por cuenta propia como el pequeño adolescente le pedía cosas al grandísimo Jungkook y este se las cumplía sin problema alguno.
Pero no piensen que el chico es un aprovechado, para nada. Era alguien al que le encantaba el romance, los detalles y las pequeñas cosas.
Muchos se sorprendían al ver al gran narcotraficante llegar a una sala de cine, pues su pequeño novio quería ver una película del momento, y él no era nadie para no cumplirle el gusto de ir a verla.
Ni tampoco se podía resistir a su carita bonita cuando le pedía ir a una heladería, Jungkook podía comprarle todos los sabores de helados existentes para que así los comiera en casa, pero Taehyung era un chico fresco y libertino, le encantaba vivir el mundo, y quedarse en casa a probar todos los helados del mundo cuando podían disfrutar de las personas y la naturaleza en el exterior, le parecía algo deprimente.
Así que Jungkook simplemente se resignaba, él podía aceptar y cumplir sus caprichos bonitos, todos sabían que Kim Taehyung era el que mandaba ahí.
Unas personas en especifico no podían olvidar un día en particular.
Min Yoongi y Kim Namjoon jamás olvidarían el día de ayer.
Podrá no parecer la gran cosa, pero para ellos vaya que si lo era.
Les cuento que pasó.
Era un día de trabajo como cualquier otro, se encontraban en una bodega en casa de Jungkook.
Ahí se contaba todo su dinero cada mes, hoy era ese día.
Mesas a lo largo del lugar se encontraban llenando los espacios. En cada una, habían al menos 20 personas contando pacas de dinero, algunos manualmente y otros con ayuda de aparatos especiales para eso.
Y para darles el gusto a aquellos hombres, diferentes mujeres les deleitaban con su presencia, luciendo desde ropa muy atrevida hasta tan solo ropa interior, al parecer aquello los animaba más.
Adentro sel lugar, al fondo, se encontraba un cuarto.
Donde solamente Jungkook y su gente de confianza tenían acceso.
Justo ahora se encontraba en su escritorio, apartando diferentes cantidades de dinero para sus próximos movimientos.
En su ayuda estaban Yoongi y Namjoon, quienes estaban al otro extremo del escritorio, verificando que el dinero estuviese en las cantidades acordadas.
Ambos tenían un cigarrillo en sus labios.
También habían dos personas armadas cuidando la puerta, tanto afuera como adentro del lugar, era un lugar bastantes espacioso, y uno nunca sabe que puede pasar.
Jungkook y los otros dos se encontraban concentrados en su trabajo, cuando de pronto toques en la puerta se escucharon.
Yoongi y Nam rápidamente se voltearon a ver, teniendo pena de la persona que se atrevió a interrumpir a Jungkook.
Nadie nunca debía de interrumpir cuando él se encontraba trabajando.
Jungkook dirigía una mirada dura y fuerte hacía la puerta, pensando en quién podía ser el estúpido que se atrevió a interrumpirlo.
Le dirigió una mirada a uno de los muchachos que cuidaban para que abriese la puerta.
Y a pesar de que todos seguían con su trabajo, estaban atentos para ver quién era aquella persona.
Pero cuando una cabellera rubia junto a unos ojitos color miel se asomaron por la puerta, la mirada de Jungkook cambió totalmente.
Yoongi empezó a toser porque el humo se le había subido cuando notó que Jungkook incluso sonrió, este le dirigió una mirada matadora que lo hizo callar.
Felix y Hyunjin quienes cuidaban la puerta también tenían una mirada sorprendida al poder jurar que los ojos de su jefe brillaron al ver a dicha persona.
—Hyung ¿Puedo pasar?—Preguntó el rubio aún con su cuerpo detrás de la puerta.
—Claro que sí, bebé— a Jungkook no le importaba llamar por apodos cariñosos a su novio, incluso si los veían.
Él jamás se avergonzaría de su relación.
Taehyung entró cuidadosamente al lugar, sintiéndose intimidado por las armas que habían en el lugar, a pesar se ya tener tiempo ahí, no lograba acostumbrarse.
Se dirigió a su Hyung quien había corrido su gran silla de cuero para darle espacio a Taehyung y que se colocara ahí.
Pasó al lado de Yoongi y Nam, haciéndoles una reverencia por educación.
Estos al ver la mirada sugerente que les dió Jungkook de que no ignoraran a su novio, la regresaron por igual.
Taehyung llegó enfrente de su novio, éste portaba un pantalón de cuero que se ajustaba a sus fuertes piernas, junto a una camisa blanca y unos tirantes que marcaban su torso.
Taehyung se sonrojo por los pensamientos impuros que de pronto abarcaron en su mente.
Cuidadosamente se sentó en el regazo de su novio, pues bien sabía que era lo que era lo que él quería.
Jungkook al tener el cuerpo más pequeño y delicado, dirigió sus fuertes manos a la pequeña cintura del chico, acomodandolo sobre él.
—¿Pasó algo, bebé?—Preguntó, curioso por su respuesta, pues Taehyung no siempre se acercaba a esa parte de la casa.
—Hyungie, Yeontan está enfermito—Le dijo con un puchero.
Yeontan era la mascota de ambos, Jungkook antes no toleraba a los perros o cualquier animal, le fastidiaban y sus pelos por doquier lo molestaban.
Pero desde que llegó Taehyung, decía que se sentía muy solito, pues en aquel entonces aún eran distantes.
Y Jungkook no quería que se sintiera así, por lo tanto, aún con todo el fastidio del mundo, llevó al chico para comprarle una mascota, la que él quisiera.
Aquél perrito pomerania siendo el elegido. Si alguien le dijera al Jungkook del pasado que tendría una relación estable y una mascota, se hubiese reído a carcajadas.
Pero ahora era todo lo contrario, Taehyung le enseñó a amar al pequeño perrito, que ahora era de ambos, el más pequeño decía que era su bebé. Y él estaba de acuerdo con ello.
—¿Que pasa con el?—Volvió a preguntar, frunciendo el ceño. Recuerda que el día de ayer que lo vio por ultima vez estaba bien.
—No quiere jugar y está durmiendo desde hace tiempo—Le decía con su linda voz preocupada.—Ignoro su comida favorita ¡Incluso no quiso su juguete favorito—Exclamó sin poder creerlo.
Jungkook alzó sus cejas, que el perrito ignorara esa cosa que tenía por juguete quería decir que sí estaba enfermo.
El pelinegro acaricio la cadera de su chico, tratando de tranquilizarlo.
—No te preocupes, amor, seguro no es nada grave—Cuando vió que Taehyung estaba apunto de reclamarle por sus palabras, dirigió uno de sus largos dedos a lo rosadita boca, acallando cualquier palabra—Déjame terminar, bonito—Le dijo con una sonrisita, solo para él.
Taehyung se cruzo de brazos, con mirada de enojo fingido a su mayor, esperando a que siguiera hablando.
—Aún así, puedes llevarlo al veterinario. Puedes elegir al chico que quieras para que te lleve—Le dijo, sonriendo suavemente cuando vio a Taehyung quitar su carita de enojo, guardando en sus recuerdos el como su bonito rostro se iluminaba por el alivio.
—¡Gracias, Jungkookie!—Medio gritó, sonrojándose al recordar que no estaban ellos solos en el lugar—Gracias, Jungkookie—Le dijo esta vez en susurros.
—Denada, amor. Sabes que puedes pedir lo que quieras–Taehyung asintió, pero aún así el creía que eso no era correcto, siempre terminaba pidiendo permiso para algo y ganándose debidamente las cosas que quería
—Iré con Jeonginie—Le avisó.
Jeongin. Un chico de la edad de su novio, más conocido por ellos y su industria como I.N
Y a pesar de que era bueno con las armas y sabía mucho sobre autos, lo cual era su especialidad, cuando estaba con su novio se comportaban como dos niños pequeños y traviesos. Lo toleraba y solamente lo regañaba levemente porque sabía que su pareja era el causante de que el chico desobedeciera alguna de sus ordenes.
Después de todo, I.N también sabía hacer su trabajo correctamente.
—Está bien, amor. Ve con cuidado—Taehyung asintió a sus ordenes, junto a una bonita sonrisa.
Tímidamente besó castamente los labios de su Hyung, separándose con un poco de pena.
Pero Jungkook no se quedaría así, con su gran mano tomó la nuca de su chico, acercandolo a su boca nuevamente.
Ésta vez, dandose un beso de verdad, más largo y necesitado.
Taehyung soltó un pequeño y casi inaudible jadeo cuando se separaron.
Mejillas de un bello carmín y labios rojos e hinchaditos era una vista que Jungkook amaba, sonriendo con sorna por haber logrado su objetivo, bajó cuidadosamente a su novio de su cuerpo.
–Me... me voy ahora, Hyung—Le dijo Tae, cuando por fin pudo calmar su respiración agitada.
—Está bien, amor. Me informas cuando llegues—Le dijo un poco serio.
—Claro, Hyung. Me voy—Le dijo, saliendo rápidamente del lugar con su carita roja por la pena, su Hyung era un sinvergüenza.
Cuando por fin se fue, Jungkook volvió a su cara amargada de siempre, haciendo que los presentes en el cuarto admiraran su dualidad y cambio de personalidad.
Aún se sorprendían por la cantidad de poder que Taehyung tenía en Jungkook.
Porque sí, ese es el poder que posee, el cual muchos quisieran tener.
Pero solo Kim Taehyung es el único con ese derecho.
Les gustó? :'c
Perdón por las fallas ortográficas existentes.
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