Moment of peace and tranquility
Jungkook masajeaba sus sienes con cansancio, el día estaba siendo muy pesado, a pesar de que él era el líder y tenía demasiada gente para hacer su trabajo, siempre le gustaba cerciorarse por si mismo que todo fuese bien.
Pero su oficina estaba sofocándolo entre tantos papeles por leer, entre tanto silencio y el cansancio de toda la semana.
Apunto de beber otro vaso de un buen licor para olvidarse de todo, unos pequeños ¿rasguños? se escuchaban al otro lado de su gran puerta de caoba, sabiendo que nada malo podía ser (ya que tenía a chicos cuidando toda su casa y la puerta de su oficina en especifico) decidió ignorarlos.
Pero cuando unos pasos un poco más pesados se escucharon correr hacía su habitación decidió escuchar mejor para saber quién diablos estaba corriendo cuando se supone que todos tienen muy en claro que le gusta el silencio como para estar haciendo ese tipo de escándalos.
Pero cuando la voz de su amor llegó a sus oídos ese pensamiento se fue a la mierda.
—Tannie bebé, ya te he dicho que no puedes molestar a papá mientras trabaja— Las palabras dichas con una pequeña voz por parte de Taehyung lo hicieron sonreír.
Que él llegara a sonreír fue muy escaso durante sus 22 años de vida, pero cuando Taehyung llegó hace dos, eso había quedado en el pasado.
A sus 24, gracias a su pareja tan bonita, había logrado sonreír tanto en tan solo dos años, aún más que en toda su vida.
Todas sus sonrisas eran por y para su hermoso novio.
Se apresuró a pararse de su asiento, caminando a la puerta con el propósito de evitar que se fuera.
Al llegar a ella, la abrió y notó como Taehyung yacía sentado en el suelo con el pequeño canino en sus bonitos y rellenitos muslos.
Los tres presentes voltearon a verlo, pero los dos muchachos que cuidaban su puerta, cada uno con un AK-47 en sus manos, rápidamente volvieron su vista al frente, sabiendo que su jefe estaba ahí por su chico.
Taehyung rápidamente se paró de su lugar, cargando a Yeontan con él, mientras le sonreía así, tan bonito.... como él, pensó.
Lo tomó de una de sus manos, jalándolo al interior del lugar, cerrando la puerta en el proceso.
Y sin poder resistir más, sus labios chocaron con los de su pequeño bebé.
Chupó y mordió aquellos acolchonaditos y dulces belfos como tanto le gustaba.
Se separaron cuando escucharon un pequeño quejido proveniente de Tan, pues Taehyung lo había estado apretando un poco gracias al fuerte beso.
Sonrojado pero con una sonrisita, Taehyung besó la cabecita de su perro, disculpándose.
Lo dejo en el suelo, viendo como el cachorrito se dirigía a una camita especialmente colocada ahí para el, acostándose empezando a dormirse, ignorándolos por completo.
Taehyung regresó su vista su Hyung, viendo que éste lo miraba como siempre, con sus penetrantes ojos negros atravesando hasta su alma, un destello de amor y deseo siempre cubrían sus ojos cada que su vista estaba posada en su pequeña persona.
A pesar de que lo intimidaba levemente y lo ponía tímido, le gustaba, le gustaba tener esos grandes ojos brillando como una galaxia solo para él, le encantaba que Jungkook tuviese su vista solo en él.
—¿No está muy ocupado, Hyungie?—Le preguntó tímido, pues Jungkook no había dicho nada hasta el momento, y el silencio no era una de sus cosas preferidas.
¿Lo notaron? Así es, son todo lo contrario en cuanto a gustos. Pero gracias a eso es que encajaban perfectamente.
—Tae, ya sabes que para ti jamás estaré ocupado—Le decía, poniendo su gran mano sobre la regordeta mejilla coloreada de un bello carmín.
En el pasado, nunca tuvo en mente encontrar el amor, si bien, se la vivía jodiendo con cualquiera que estuviese dispuesto o dispuesta, él jamás le huyó al hecho de enamorarse, y cuando Taehyung llegó a su vida, a pesar de hacerse el difícil al aceptarlo, cuando lo hizo no creyó que llegaría a ser tan importante como hasta este punto.
Decirle que estaba dispuesto a dejar todo por él, era demasiado sorprendente hasta para él mismo, pero es que era la verdad, y quería que Taehyung lo tuviese siempre en cuenta.
—Hyung no diga esas cosas—Y precisamente por eso le encantaba recordarle ese tipo de cosas, su pequeño novio siempre se avergonzaba poniéndose tímido, justo como ahora.
Con sus bonitas y esbeltas manos cubriendo sus mejillas sonrojadas, con ojitos cerrados y una bella sonrisa llenando su cara, moviéndose de un lado a otro lentamente, sintiendo las palabras de su novio llegar hasta su corazoncillo alocado.
Jungkook ama a Kim Taehyung, a él y a todas sus reacciones hermosas.
—Es la verdad, bebé—Le dijo divertido, guiándose a ambos al sofá de cuero rojo que se encontraba en el centro de su oficina, sentándose en el, atrayendo a su Tae para recostarlo sobre sus piernas.
Taehyung no dudó en acomodarse en los brazos fuertes del mas alto, enredando los suyos propios por el blanquecino cuello de su Hyung.
Acurrucándose más al agradable calor corporal que emanaba el mayor.
—Está bien, Hyung— le contesto resignado, porque si empezaban así, jamas terminarían.
Cerró sus ojitos, disfrutando del fuerte aroma de Jungkook.
Pero los volvió a abrir sintiendo una pesada mirada sobre él, obviamente sabía a quien pertenecía.
Sus ojitos mieles se encontraron con los oscuros de Jungkook, viéndose fijamente.
Pudo notar el cansancio en ellos, logrando sacarle un puchero por eso, ganándose una mirada interrogativa de su mayor.
—Jungkookie... ¿Quieres un masaje?—Le preguntó, ahora sentándose mejor sobre su regazo, quedando frente a frente.
El mayor lo vio extrañado por un momento, aún así aceptó.
—Claro, bebé—Le sonrió, besando la puntita de su nariz, Taehyung le sonrió igual, parándose de su lugar.
—Espere aquí, Hyung, traeré unas cositas—Le aclaró—mientras tanto, usted quite su camisa-Sonrojado por lo último, corrió afuera de la habitación.
Jungkook negó con una sonrisa, sus largos dedos dirigiéndose a los botones de su camisa blanca, para empezar a quitársela.
Taehyung y él no habían tenido ningún contacto íntimo, pues el primer nombrado decía no estar listo, y Jungkook jamás lo presionaría con eso.
Si bien, ya se han visto desnudos, pues a Jungkook le encantaba bañarse con su pequeño. Pero eran tan escasas las veces que eso pasaba, pues con el trabajo de Jungkook era casi imposible, sumándole la timidez de Taehyung al mostrarse ante él.
Nunca sobrepasaron la raya de los besos y pequeñas caricias.
Aún así para el estaba bien eso, pero su Taehyung se sonrojaba por cosas mínimas como andar sin camisa, o en ropa interior. Pues ahora imaginen cuando se bañan juntos, el mas joven se convertía en un pequeño tomatito de lo rojo que se ponía, lo cual le causaba ternura infinita, Taehyung era un bebito.
Su bebito.
Para cuando llegó nuevamente a la habitación, Jungkook se encontraba ya sin su camisa, mostrando su piel llena de tatuajes, sentado de piernas abiertas, con sus brazos a los costados de su cuerpo sobre el respaldo del sofá, dándole a Taehyung una increíble vista de sus músculos.
Nervioso, dejó todas las cosas sobre la pequeña mesita de vidrio que se encontraba frente a ellos, Jungkook visualizó botellas de aceites extraños para él y una caja con cosas desconocidas.
Sin darle importancia, fijó su vista en su tembloroso novio, haciéndolo sonreír. ¿Tanto lo intimidaba?
—No voy a comerte, bebé—No aún, pensó con una sonrisa, Taehyung lo fulminó con la mirada, haciéndolo reír.
Pero no queriendo molestarlo más, decidió cambiar de tema.
—¿Y cómo está Yeontan ahora?—Le preguntó, su mirada posándose en la bolita de pelos que se encontraba durmiendo un poco alejado de ellos.
—El está bien, el veterinario dijo que solo era una simple gripe, y con la vacuna que le pusieron, logró animarse otra vez—Su voz se escuchaba feliz al hablar de su perrito, sabiendo que no tenía nada grave.
Jungkook asintió simplemente, había aprendido a querer al cachorro, y en el fondo él también estaba preocupado por su salud.
Taehyung lo sacó de sus pensamientos, diciéndole que se recostara boca abajo para proceder con el masaje.
Cuando lo hizo, sintió el peso de Taehyung sentándose en sus glúteos para tener mejor acceso, eso no molestandole en absoluto.
Escuchó a Tae destapar uno de los botes, imaginando que era para vaciar un poco de aceite en sus manos, y así fue, pues seguidamente sintió las suaves manitas de su novio sobre su espalda.
Apretando y desasiendo nudos llenos de estrés, relajándolo por completo.
Por otro lado, Taehyung amaba la vista que tenía, la espalda de su novio era grande y fuerte, las apenas visibles pecas que cubrían sus omóplatos lo volvían loco.
Además de que al tener sus brazos flexionados para tener su cabeza recostada en ellos, acentuaba sus músculos.
Su cabello negro también era cada vez mas largo,ahora llegandole debajo de la nuca, hasta tocar levemente sus hombros con las puntas.
Decidió sobar ese lugar igual, y cuando termino con todo, dejó un pequeño besito en la nuca de su mayor, logrando que lo volteara a ver con una sonrisa pícara que lo hizo sonrojar.
Se bajó de su cuerpo, para que se acomodaran en el asiento.
—¿Estuvo bien, Hyung?—Quería cerciorarse de haber hecho un buen trabajo.
—Claro que estuvo bien, tus manos son increíbles—Le respondió, tomando una de ellas para besar sus nudillos suavemente, su vista posada en el pequeño tomatito que era su novio al ponerse tan rojo por su respuesta.
Luego de unos cuantos segundos de silencio, Taehyung volvió a hablar.
—Hyung... ¿Me dejaría hacer algo con usted?—Preguntó un poco tímido, hace unos días había visto una imagen en esa famosa aplicación llamada Pinterest que le había encantado por completo, queriendo llevarla acabo con su guapo novio al ser literalmente la viva descripción de aquel fanart.
Jungkook sin poner muchas trabas, aceptó.
Taehyung rápidamente fue por aquella cajita que Jungkook había olvidado por completo.
Apunto de preguntar que era, Taehyung la abrió, dejando a su vista distintos botecitos de pintura, al igual que pinceles de tamaños distintos.
Alzó una ceja, interrogativo por querer saber que tenía en mente ese pequeño diablillo vestido de Angelito.
—¿Pudo pintar sobre sus tatuajes?— La pregunta fue directa, Jungkook lo vio extrañado por eso. ¿Pintar sobre sus tatuajes? Eso era raro, nunca había tenido una propuesta de tal tipo.
De igual forma no decidió pensarlo mucho, encongiendose de hombros mientras asentía con la cabeza, viendo a Taehyung aplaudir levemente al obtener por milésima vez lo que quería.
Tomó su paleta de pinturas en una de sus manos, empezando a colocar las pinturas como todo un profesional sobre ella.
Jungkook amaba eso de Taehyung, era tan artístico y amante de todas esas cosas, como la pintura, la fotografía, la moda... Todas esas cosas le encantaban
Y Jungkook amaba llegar de "un día nuevo de trabajo" con nuevos pinceles para él, con nuevas pinturas desconocidas para su persona, porque el sólo conocía un solo tipo y no tenía idea de que existían tantas, le gustaba llevarle nuevos cartuchos de tinta para esa mini cámara que le compro hace un año, la cual Taehyung apreciaba con su vida.
Siempre sacaba fotos a paisajes que le gustaban, a su bonito bebé Yeontan y a su guapo novio, Jungkook le había dado todo una habitación solo para él, donde colgaba todas las pinturas que hacía, donde una pared empezaba a llenarse de fotos que había sacado, y al otro lado todos los cuadros que Jungkook le había regalado.
Decía que no era necesario todo eso, él era feliz teniendo pequeñas y mínimas cosas, pero su Hyung era un terco, diciéndole que mientras él pueda regalarle todas esas cosas que ama, lo haría. Y no puede borrarle ese pensamiento a esa dura cabecita.
El pincel en sus dedos se movía suavemente sobre uno de los pectorales de Jungkook, pintando un bonito girasol de un amarillo chillón que opacaba todos esos tatuajes aburridos de tan solo tinta negra, el tallo de la flor llegó hasta tocar el comienzo del pantalón que portaba su mayor, acompañado de tan solo tres hojitas.
Maravillado por su obra de arte, se alejó para analizarlo cuidadosamente, amando como su creación resaltaba en el cuerpo de Jungkook, claro que amaba sus tatuajes, había conocido cada una de las historias de aquellos, algunos incluso siendo debido a él y los momentos que pasaba junto a su novio, esos que lograban avergonzarlo de vez en cuando, pues Jungkook decía que cada historia valiosa y verdaderamente importante para él, eran las únicas que tenían el derecho de plasmarse en su cuerpo, para así jamás olvidarlas, el estar entre ellas lo ponía feliz.
Al estar tan concentrado viendo su cuerpo, no notó cuando Jungkook con dos de sus tomó un poco de pintura morada, logrando sacarlo de sus pensamientos cuando sintió la viscosa pintura fría en su mejilla, sorprendido vio a su Hyung, sonriendo le con venganza.
De igual forma tomó un poco de pintura entre sus dedos, manchó con ellos la mejilla de Jungkook por igual.
Ambos se sonrieron cómplices por su pequeña travesura.
Jungkook pensaba mentalmente en lo importante que Taehyung era para él, dejarlo pintar su cuerpo solo por juego, era otro nivel, literal.
Nadie podía tocarlo, nadie amenos que fuera su novio. Pero claro, cuando fuese algo necesario o importante, lo permitía, no era tonto.
Sin esperar nada, acercó con una de sus manos la mejilla de Tae, acercándolo a su cuerpo.
Besó suavemente sus labios, disfrutando del momento, porque esos eran los que más apreciaba junto a su novio desde que llego a su vida.
Los momentos de paz y tranquilidad.
que pex¿? Esta yendo bien hasta ahora??
espero que sí jsjsj
Y no se preocupen por el drama, ya casi se viene.
Espero que les haya gustado uwu y perdón por cualquier falla ortográfica :'(
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro