Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

III

Logró alcanzarla en una azotea cercana, supuso que había notado su presencia, así que lentamente dio pequeños pasos, temeroso de que aquella mujer fuera solo un juego más de su subconsciente.

— No sabes cuánto extrañé esta ciudad, Chat Noir. — La esbelta figura dió media vuelta sobre sus talones, quedando frente a frente con el felino y este divisó de inmediato cómo gruesas gotas caían de los brillantes azules. —. No sabes cuánto te extrañe a ti. — Sintió como sus ojos se llenaron de lágrimas también y no dio tregua a retenerlas. Su mente quedo en blanco, su boca no podía articular ni una sola palabra. Atinó a correr hacia ella y abrazarla, abrazarla como jamás lo había hecho y no dejarla escapar jamás, pero cuando se dió cuenta, era ella la que cumplía esa labor, envolviéndolo entre sus delgados brazos. —, no sabes cuanta falta me has hecho. — escondió su cabeza en el cuello del rubio, temblando junto al cúmulo de emociones que ese preciso instante despertó en su interior. —. y sobre todo, no sabes cuánto me mata que no digas ni una sola palabra.

Fue ese momento donde el felino no pudo retener nada más y dejó su rostro en el cuello de la chica, cautivado por el aroma que tanto había extrañado, dejando que una que otra traicionera lágrima escapara de sus verdes y enterrando su vergüenza se aferró al ajustado traje de su compañera. —. No puedo creerlo... N-no puedo creer que-e... que estés de vuelta.

Se separaron y ella seco sus lágrimas para luego tomar el rostro del chico quien ante tan cálido tacto solo cerró sus ojos, descansando su mejilla en la palma de ella. —. Vamos, no hay porque llorar... — dijo, limpiando las gotas con la yema de sus dedos y sonriendo levemente —. No estés triste, esta vez no me iré.

"No me iré"

Tres palabras que le devolvían toda razón de existencia.

— ju-juro que son lágrimas de felicidad my lady, jamás estaría triste po-por tu regreso... — ella rió ante tal reacción e inconscientemente pensó en Hugo y sus berrinches.

— Hora de calmarnos y ponernos al día ¿no crees? — revolvió un poco su cabello, él solo asintió con rapidez y sin previo aviso la tomo en brazos cual princesa.

LadyBug se aferró a él junto a una boba sonrisa, su aroma estaba intacto, casi juraría que no había cambiado su perfume en años e inundados en el grato ambiente, saltaron juntos hasta las alturas de la gran estructura que daba portada a París; La Torre Eiffel.

Ya en aquella obra de arte tomaron lugar sobre las vigas de metal, ella cerró sus ojos, disfrutando el aire que soplaba débilmente en su cara —. Dime chat... — hablo con los ojos cerrados —. ¿Qué ocurrió en los últimos cinco años?

— Seis. — corrigió de inmediato.

— Supongo que tú mejor que nadie los lleva contados, ¿no gatito? — Y por primera vez en años, él percibió el calor en sus mejillas.

— Tienes razón — Susurró y dio una sonrisa a su acompañante cayendo cuenta que ella también exhibía un notorio carmín que con vergüenza se asomaba tras el antifaz. —. Bueno, en resumen, Desde que desapareciste Hawkmoth también lo hizo y... y yo estuve a punto...

¿Desaparecerás ahora que volví? — preguntó, apoyándose en su hombro.

Imposible. — sentenció, cerrando los ojos e imitando su actuar. —. ¿Dónde fuiste?

Shanghai. — Se abrazó a si misma producto del frío. —. Es una cuidad tranquila, pude estudiar diseño y además...

— ¿Además? — Inquirió, esperanzado de que no anunciara nada relacionado con bodas o novios chinos.

— Además... Aprendí el idioma — Sonrío con torpeza y agradeció al cielo de que algo se le ocurriera antes de exponer a Hugo.

— Oh, eso es maravilloso mi Lady — Un sonoro estornudo interrumpió la habladuría del felino y de pronto pudo ver pequeños copos de nieve cayendo sobre sus cuerpos.

— Está nevando. — susurro la chica, incrédula.

— Feliz Navidad, princesa. — entrelazo sus manos.

— Feliz Navidad, Chat Noir. — dijo y apretó com fuerza la mano del gato.

— Lamento no haberte traído nada — Un puchero se escapó de sus labios.

— No puede ser, eres un desconsiderado — bromeó ella, golpeando despacio su fuerte brazo. —. Pero creo que con verte me basta.

— Lo mismo pienso — Meditó sobre sus palabras, encontrando una nueva excusa para volver a verse lo antes posible. —. ¿Qué digo? yo sí quiero un regalo ¿sabes?

Ambos rieron de la infantil actitud. — . Está bien, mañana podríamos reunirnos y te lo daré. — Él tomo su mentón y le guiño un ojo, coqueto. Suspirando entre el ambiente nostálgico. —. Si te pasas de listo no tendrás nada. — arqueó sus cejas en señal de molestia y esta vez la carcajada solo salió de los labios del varón. —. Es hora de volver, el frío me está matando — Aunque le costará admitirlo, él estaba muriendo de frío también pero tenía miedo de que si la dejaba ir, no la volvería a ver.

— Solo un poco más, luego te acompañaré a casa, lo prometo. — bajó las orejas, rogando por qué aceptara su petición.

Ella suspiró, maravillada por la conexión que parecieron jamás haber perdido. —... Está bien.

La charla siguió mientras la ciudad era testigo del reencuentro de dos amigos, cómplices, compañeros y aunque Marinette no lo supiera aún, dos amantes.

Adrien no pronunció detalles sobre su vida personal, puesto que ella no tenía el privilegio de conocer quién era el chico bajo el traje negro, lo cual era injusto considerando que él ya conocía quien estaba bajo el traje de LadyBug.

Y así, mientras Paris se cubría de blanco y las palabras no cesaban, la media noche llegó de improvisto.

Marinette se había quedado profundamente dormida en el hombro del héroe, quien al no ver respuesta de su compañera, la tomo con cuánta delicadeza pudo y emprendió el camino hasta la panadería.

Despertó al sentir el sonar de una campana en un pequeño carro que había hecho tropezar al gato con ella en brazos, se arrepintió de no haber guardado los juguetes de Hugo, pues ahora yacía en el suelo con su compañero sobre ella en una dudosa posición.

Rápidamente ambos se levantaron y sonrojados dieron pie a la odiada despedida.

Cuando Chat estuvo a punto de saltar a otro techo volteó y observó como Marinette deshacía su transformación. Sin querer escucho las suaves palabras que la chica le dedicaba a alguien dentro de la casa, al entrar —. Ya llegué, cariño

Todo su cuerpo se tensó con esa frase.

¿Cariño? ¿Acaso ella tenía a alguien? ¿Porque no le había dicho nada?

Tan pronto como las preguntas se acumulaban en su cabeza, una realización llegó a la misma.

El también tenía a alguien...

Un pensamiento que no esperaba que esa noche se hizo presente en su mente. —. Lila... — susurró, preguntándose si habría llegado ya a casa.

Así que sin pensarlo mucho volvió al lujoso departamento que compartía con la chica.

Se introdujo cuidadosamente por la ventana de uno de los baños, deshizo su transformación y salió del cuarto mientras Plagg traspasaba perezosamente la pared para volver a su escondite.

— ¿Lila? — Preguntó tan bajo como pudo.

Agradeció al cielo que no hubiera una respuesta, puesto que aquello sólo podía significar dos cosas; Lila aún no regresaba o ella ya se encontraba dormida.

En cualquiera de los casos no habría tenido problemas con su salida nocturna, mas al ingresar al dormitorio la luz se encendió por sí sola o más bien fue su esposa, quien enfadada esperaba sentada en el lecho.

— ¿Dónde estabas, Agreste?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro