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Cap. 2

- Ugh, realmente no entiendo nada - Dijo una chica acompañandose de un suspiro, ella era Collei, miembro del club de literatura y ayudante de enfermería. Ante sus palabras, el libro rápidamente fue apartado de sus manos.

- Esto no parece literatura - Ahora quien habló era su compañero de club, Bennett quien se unió a este por su presidenta Fischl.

- No entiendo nada - Dijo el hijo adoptivo de la supervisora del club, Razor.

- Ignorantes - La presidenta arrebato el libro de las manos de ambos - ¿Eh? ¿Qué son estas runas mágicas? Ni siquiera esta erudita y letrada noble es capaz de comprenderlas.

- Es un libro de trigonométria - Suspiró - Mi tutor me lo dio para estudiar.

Sí, aquel era también otro pacífico día en el club de literatura, que pronto sería interrumpido. La puerta se había abierto y frente a los 4 chicos, el capitán del equipo de fútbol, Kaeya, se encontraba.

- ¿Han visto a Mika? - Preguntó sin más.

- ¿Sucedió algo? - Bennett se mostró preocupado ante aquello.

- Hoy teníamos practica y no se ha presentado.

- Ha de estar en el club de danza - Collei le respondió - Mañana Eula tiene que competir por la escuela, debe de estar acompañándola en sus prácticas.

- Gracias, Collei - Dijo para acercarse a ella a revolverle sus cabellos, como si de una hermana menor se tratara, y ciertamente, ella era cercana a Kaeya... Aunque a Collei le daba algo de miedo, por cierto suceso que, bueno, ya se había resuelto, pero aún lo recordaba.

Y así, este inició su camino hasta la aula del club de danza, pero, realmente no fue necesario llegar hasta allí, puesto que en el camino encontró a quien estaba buscando. Para Mika fue algo repentino, no se esperaba que el capitán lo estuviera buscando, siendo el motivo, que se había olvidado por completo de la práctica.

- Oh, perdón - Dijo de inmediato al recordarlo. Estaba preocupado por su compañero y quería apoyar a su amiga, cosas que aún no justificaban tal irresponsabilidad.

- No te preocupes, aún tenemos tiempo para la práctica - Respondió Kaeya sin darle mucha importancia al asunto - Ahora que lo pienso, en el almuerzo tampoco llegaste, ¿paso algo?

Mika se dispuso a contarle su preocupación respecto al chico que se sentaba a su lado.

- ... Entonces, te preocupa ese chico ¿no? - Preguntó - ¿Qué sabes de él además de lo que ya me has contado?

- Le pregunte a Aether y Lumine si sabían algo de él - Respondió - Ellos tampoco saben mucho, así que por ahora solo sé que se llama Freminet y es el hermano menor de Lyney y Lynette.

- ¿Aether y Lumine no lo conocen? Eso sí que es un problema, ese chico ha de ser un misterio - Dijo Kaeya en un tono bromista. Y era comprensible, aquellos dos hermanos realmente y conocían a toda la escuela, ¿habría alguien a quien no? Oh, cierto, a Freminet - ¿Por qué no lo llevas a unirse a un club?

- ¿Huh? Ciertamente podría ser útil, pero, no lo conozco lo suficiente como para preguntarselo.

- ... ¿Te da vergüenza? Se lo puedo pedir yo.

- No creo que sea buena idea, así que no lo hagas - Mika suspiró, ciertamente unirse a un club podría ayudar a aquel chico a agrandar su grupo social, los humanos son seres sociales por naturaleza, el soporte que otorga el estar junto a alguien en quien puedas apoyarte es simplemente un pequeño y cálido espacio de descanso, donde puedes olvidarte de todo y solo disfrutar de una compañía silenciosa, comprendía aquel sentimiento, aveces lo que uno necesitaba era solo estar en un cómodo silencio con alguien a quien estimará, un familiar, un amigo, una pareja - Intentaré hablar con él mañana.

Pensar en aquello le hizo recordar un poco sobre temas pasados, hace solo un año él era un chico callado y tímido a quien solían ignorar del mismo modo, pero, un día simplemente hizo grupo para un trabajo escolar junto a una chica de un curso mayor llamada Eula, aquella que pronto se habría vuelto su mejor amiga. A diferencia de él la gente no la ignoraba, pero no por buenas razones, aún así ella nunca bajo su mirada y mantuvo su postura digna y elegante que la caracterizaba.

Ambos no eran realmente buenos respecto a la interacción social, pero los mismos silencios que pasaban el uno junto al otro, les llevó a forjar su amistad. Mika la admiraba, y más adelante la estimaba como a una hermana mayor tal vez, ella lo ayudo a superarse y más adelante a hacer otros amigos, tales como Amber, Kaeya y Albedo. Su tiempo junto a estos le permitió deshacerse de su timidez, miedo que lo había atormentado y perseguido durante toda su vida.

Aquella noche, casi no pudo dormir, mientras pensaba en distintos escenarios y posibles respuestas al intentar hablar de nuevo con Freminet, la verdad es que tenía miedo de decir algo mal y terminar siendo rechazado, no podía evitarlo, tal vez, aún no había descartado aquel pasado de su vida, y sus cadenas seguían atandolo al miedo.

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