Intentó poder olvidar aquel sentimiento, pero el sueño que tuvo aquella noche no le permitía sacárselo de su cabeza, la posibilidad de ambos en ser más que amigos. En aquel sueño pudo volver a ver a su madre, escuchar su voz.

－ Te gusta ese chico － Afirmó aquella mujer － Deberías de intentar salir con él.

－ Mika y yo solo somos amigos.

－ Es un buen chico － Continuó ignorando por completo sus palabras － No puedo protegerte ahora, ya eres capaz de hacerlo por ti mismo, soy consciente de eso, pero, sé que estarías mejor con alguien más a tu lado, alguien que pueda protegerte, como el caballero que siempre anhelaste.

－ ¡¿C- cómo sabes eso?! － Preguntó totalmente sonrojado.

－Te he estado observando, eres mi hijo y quiero ayudarte － Le sonrió － Pero ya estas grande y tengo que dejarte.

El silencio reino en aquel vacío lugar, antes de poder decir algo más, se encontró a sí mismo en su habitación, los primeros rayos del sol se filtraba por su ventana, aún el collar se encontraba con él. Lo apretó con fuerza, desde hace mucho que no había escuchado a la voz de su madre, aunque fuera un sueño, se sentía nostálgico, una mezcla entre alegría y tristeza.

Su madre lo visito en sueños para despedirse otra vez, era algo triste. Aún así ella le dió aquel pequeño mensaje, el que saliera con Mika. Para tener un sueño así realmente debió de tener aquello más arraigado a su mente de lo que pensaba. Suspiró pero aún así lo pensó, no era algo que le disgustara, es más, el pensamiento de salir con Mika ahora más que vergonzoso o incómodo era especialmente reconfortante. Se lo diría pero no hoy ni mañana, primero tendría que pensar en cómo confesarse y... Tenía algo de miedo que lo rechazara, quería saber más de él y si era posible tal vez buscar un indicio de que el sintiera lo mismo.

Y aunque pareciera estúpido, no encontró mejor opción que pedirle ayuda a sus compañeros de club.

－ ¿Eh? － Los 3 miembros que se encontraban además de él, reaccionaron exactamente del mismo modo.

－ La verdad es que no tengo idea － Dijo Bennett － Lo mío con Fischl y Razor fue algo... ¿natural?

－ ¿Confesarse? ¿Cómo funciona eso? － Razor continuó － No hicimos eso para empezar a salir.

－ Mmm... Esta princesa pide sus más sinceras disculpas － Fischl ni siquiera sabía que decir en una situación así.

Freminet suspiró, confiaba en que sus compañeros tuvieran más experiencia y conocimiento en este tipo de situaciones, al final termino yendo uno por uno con cada persona en quien confiaba.

－ Es una pregunta difícil, en una confesión lo mejor sería algo directo, podría ser rebuscado, pero lo importante es que se entienda el mensaje － Contestó Clorinde, su profesora de Efi. (También la mujer que una vez lo salvó cuando casi murió por... Larga historia.)

－ ¡Un regalo hecho a mano! La típica carta romántica siempre es un opción － Dijo Navia, la novia de Clorinde.

－ ¿Estás enamorado? De Mika ¿no? － Lyney río － ¡Él también está perdidisimo por ti!

－ ¡Lyney! － Lynette suspiró － Ugh ¿por qué no le escribes algo?

ー La verdad, tengo el mismo problema － Respondió Cyno.

－ ¿Te vas a confesar a Collei? － Tighnari frunció el ceño － Si ese no es el caso, te puedo ayudar, lo único es no ser como Cyno.

－ ¿Eh? － Collei miró sorprendida ante su pregunta, también se veía algo dolida － No quiero hablar sobre algo así.

－ No sé nada sobre el tema, lamento no poder ser de ayuda en este tipo de casos － Sigewinne se mostró algo apenada － Hay cosas que los doctores no son capaces de sanar y eso incluye un corazón roto, intenta que no te lastimen ¿sí?

－ ... － Aether suspiró frustrado － No lo sé, ¿qué hiciste tú, Lumine?

－ A Ayaka le escribí un haiku, ella es muy tradicional después de todo － Respondió.

Se quedó sin conocidos, solo quedaban el resto de sus hermanos, Mika y su Padre. Pero, no le preguntaría a Mika por supuesto. Padre aún no había vuelto y no tenía ganas de preguntarle a sus hermanos, seguro y terminaría en un conflicto.

Mientras tomaba las opciones que le habían otorgado, llegó a la opción de que escribir algo podría ser su mejor idea, después de todo hace poco Mika le regaló un cuento hecho a mano, podría escribirle un cuento, un poema o una simple carta de confesión. Si lo pensaba, Mika escribió un cuento incluyendo elementos que le gustaban, como los pingüinos, ¿qué le gustaba a Mika? Con eso escribiría.

¿Quién sería la persona que mejor conoce a Mika en toda la escuela? Esa persona podría ayudarlo, solo que sería raro ir a hablar con alguien a quien nunca había visto y preguntarle sobre los gustos de un amigo. Tampoco sabía mucho sobre los amigos de Mika, así que optó por ir a hablar con el capitán de fútbol, Kaeya, a pesar de su determinación, la verdad es que se asusto a penas lo vió.

－ ¿Sucede algo?

－ P- perdón... Ya me iba － Freminet intentó huir, pero sin éxito.

－ ¿Buscas a Mika? － Preguntó Kaeya mientras lo sujetaba del hombro, con algo de fuerza, sin embargo no mucha como para lastimarlo － Debe de estar acompañándo a Eula.

－ ¿Eula? － La verdad estaba algo preocupado, desde que había decidido buscar a alguien cercano a Mika, la posibilidad de que tuviera una novia o un novio llegó a su cabeza.

－ La presidenta del club de danza － Respondió － Ha de estar en la sala del club a estas horas.

－ Gracias － Se despidió, al menos conocía el nombre y el club de alguien cercano a Mika.

Y así fue como llegó a la sala del club, no sabía si entrar, o esperar o quién sabe qué. Sólo se quedó parado mirando la puerta durante un buen rato. No fue sino hasta que una chica pelirroja se le acercó a preguntarle si estaba bien que se dió cuenta que estaba actuando extraño.

－ Soy Nilou del club de danza, la presidenta se encuentra dentro ¿vino a una visita? ¿está interesado en unirse? － Dijo la chica.

－ Sólo vine a ver a la presidenta － Respondió, ahora que lo pensaba, no sabía nada sobre danza. Con el "permiso" de Nilou recién fue capaz de abrir la puerta, allí se encontró con quien supuso que era la presidenta, siendo honesto, era hermosa, parecía una caballera de un cuento, femenina pero fuerte.

－ ¡Tú eres! － Eula exclamó.

－ ¿Eh?

－ ¡Tú eres el chico que hizo sentir mal a Mika! － Y tal y como se ve, no se había conformado con lo que se le había dicho e hizo una pequeña investigación en su preocupación.

－ Ay － Otra mujer, a la cual no había prestado atención si no hasta ese momento interrumpió － Eula, creo que te equivocaste, es el chico al que Mika hizo sentir mal.

－ Y por eso Mika se sintió mal － Refutó.

－ Lo lamento － Respondió － Pero, quería preguntarles algo.

－ ¿Quieres que te ayudemos a disculparte?

－ ¡Sí es así puedes confiar en mí! － Rió la chica castaña.

ー No exactamente － Estaba nervioso － Quiero escribir algo que le pueda gustar, porque... Mmm... Bueno, creo que se entiende.

－ No, no lo hace.

－ Déjalo, esta nervioso.

－ ¿Quieres confesarte? － Preguntó Eula － No pienso permitírtelo.

Con esas palabras el miedo de Freminet aumentó, parecía que la amiga de Mika era más aterradora de lo que pensó que podría ser, tenía miedo de que luego ella pudiera hacerle burla respecto a aquello o incluso contárselo a Mika.

－ ¡Eula! Sé que es como tu hermano menor y entiendo que no quieres que vuelva a pasar por una experiencia similar, pero mira al pobre, ¡que lo haces llorar! － La chica la regaño.

－ N- no es como que sea mi hermano menor, Mika ya tiene un hermano mayor － ¿Acababa de sonrojarse? Ahora no daba tanto miedo o eso pensó hasta que ella recobro la compostura y volvió a mirarlo con aquella fría mirada.

－ ¿Qué experiencia? － Decidió preguntar, ambas chicas se miraron la una a la otra.

－ ¿No lo sabes? － Freminet negó － Bueno, te lo contaré y entenderás porque es mejor no molestarlo con tus sentimientos.