capítulo 1
Antes de comenzar quiero aclarar algo.
El tipo de relación que se mostrará en esta historia NO es algo sano. Que el chico que te gusta te rechace y te haga sentir mal por más de una década es razón suficiente para dejar de quererlo y seguir adelante. No es bueno mentalmente hablando. Además, también se debe de tener dignidad como mujer, algo que Sakura, en esta historia, pierde un poco. Esto es ficción, por lo que este tipo de comportamiento son, generalmente, para odiar al Sasuke, divertirnos cuando el pendejo descubre que siempre la quiso, que la dejó ir y así disfrutar de su sufrimiento—porque jaja que pendejo el emo—.
PERO, si hablamos de la vida real, eso es por completo insano. Así que no vean este comportamiento como algo normal en la vida real. Es solo para entretenimiento, ¿ok?
Hombres, no sean pendejos como el Sasuke de esta historia.
Mujeres, no sean obsesivas como la Sakura de esta historia.
Y sin más que decir, comencemos.
—— ——
Toda mi vida he sido rechazada por ese sexy azabache.
Cuando tenía cinco años, me le declaré con una bella flor rosada. Y él no me dijo nada, se dio la vuelta y se fue del lugar sin pronunciar palabra alguna. Un rechazo muy suave, teniendo en cuenta los que se venían.
Cuando tenía 10, le volví a hablar sobre mis sentimientos. Él solo me dijo un suave "perdón, pero no puedo corresponder" y luego se fue junto con su hermano mayor.
Cuando cumplí 12 años, volví a declarar mis sentimientos en frente de toda la escuela con carta en mano. Esta vez, Sasuke me dijo que no estaba interesado en mi y que lo dejara en paz, pues siempre pasaba a su lado sin importar la hora o el lugar. Me encerré una semana entera en mi cuarto llorando por la humillación que sufrí, pero también juré el nunca rendirme hasta conseguir su amor.
Desde entonces, me le he declarado cada que podía. Cuando tenía 13 me le declaraba dos veces por semana. Cuando tenía 14 una vez por semana. Con 15 una vez al mes. Con 16 una vez cada 3 meses y, actualmente que tengo 17, pensaba declararle mi amor dentro de seis meses. Había comenzado a dejar mis declaraciones un poco más a lo secundario, pues lo que en verdad importaba era demostrarle a Sasuke que lo amaba de forma incondicional. Por eso siempre me sentaba a su lado en el aula de clases e iba a todos lados con él.
¿Sasuke Uchiha tenía un partido de voleibol? Yo estaba en las gradas apoyándolo.
¿Él iba a la biblioteca por un libro de química? Yo iba por uno de biología.
¿Él iba al centro comercial a comer algo? Yo arrastraba a mi mejor amiga y "casualmente" íbamos a comer al mismo restaurante que él.
Sí, suena un poco acosador y obsesivo, pero de verdad estoy enamorada de él. Desde que tengo memoria estoy enamorada de ese chico y desde que tengo memoria me ha rechazado. Mis amigas me dicen que me rinda y que lo deje ir; que hay más peces en el océano que gustosamente se dejarían atrapar. Pero yo nunca dejaría ir a Sasuke. Nunca lo traicionaría. Él era mi luz, mi amor de toda la vida.
¡Pero este año tengo la esperanza! Siempre dicen "año nuevo, nueva yo", y sé que este año me irá mejor. No lo sé, pero tengo un presentimiento sobre eso. Así que justo ahora, en frente de las puertas del instituto de Konoha—mi instituto desde que soy una niña—, vuelvo a jurar mi amor por Sasuke en silencio. Siempre lo hacía antes de entrar en mi primer día. No es como que me diera suerte, pero me gustaba hacerlo.
—¡Sakura!
Escuché la alegre voz de mi mejor amiga. Una hermosa rubia de cautivadores ojos azules se acercó a mi con una sonrisa. Se me lanzó y me abrazó con fuerza. No nos habíamos visto en todas las vacaciones, por lo que estábamos muy felices de vernos.
—¡No sabes la felicidad que me da el verte, frente! Te extrañé mucho.
—Yo también te extrañé mucho, Ino-cerda.
—Bueno, supongo que ya debemos de entrar. Somos los de último año y sabes muy bien lo mierda que son los profesores con ellos, así que no hay que ganarnos el odio de ninguno por el momento. ¡Vámonos, frente de marquesina!
—¡Deja de llamarme así, Ino-puerca!
Ambas entramos corriendo al edificio como si de dos niñas se trataran. Estoy segura de que nadie pensaría que somos de último año. Supuse que esa era otra razón por la cual intuía que este sería el mejor año que tendría. Sería el último año que pasaría con Sasuke y la verdad es que eso me entristecía. Porque estaba segura de que sería muy difícil el verlo de nuevo cuando saliéramos. Todos íbamos para la universidad y, aunque sepa incluso la marca de ropa que usa Sasuke, no sabía a cual universidad iría. Y bueno, mi propia carrera elegida también lo hacía difícil. No cualquiera entraba a las universidades de medicina, así que aunque supiera la universidad a la que iría mi azabache nada me garantiza que entraré o algo similar.
—¡Vaya! Pero si es Sakura-chan. ¡Cuánto tiempo!
—Naruto, nos vimos la semana pasada.— Contesté con diversión.
Naruto Uzumaki es uno de mis mejores amigos desde que tenía 8 años. Un rubio muy hiperactivo y, ¿para qué negarlo? pervertido. No podía contar con las manos las veces en las que lo mandaron a dirección por estar espiando en el baño de las mujeres. A pesar de eso, es un muy buen amigo, sin mencionar que es muy leal. Es el tipo de persona que metería las manos al fuego por uno de sus amigos—y no, no hablo de forma metafórica. Una vez pasó—. Le tengo mucha confianza.
—Lo sé, lo sé. ¡Pero de igual forma te extrañé! Luego de pasar tanto tiempo con el teme, tengo miedo de que se me pegue lo amargado, así que necesitó ver a alguien tan alegre como tú para estar bien.
Oh, claro, se me olvidó decir que es el mejor amigo de Sasuke. Quien justo iba entrando por la puerta.
—Te escuché, idiota.
Su voz tan profunda me derritió por completo. Mis mejillas adquirieron un leve tono carmín y mis ojos brillaron al enfocarlo.
—¡Buenos días, Sasuke-kun! ¿Cómo la pasaste en las vacaciones?
—Eso no te importa.
Y tras decir esas hirientes palabras, se fue a sentar mientras Naruto lo regañaba. Sentí la mirada de Ino sobre mi y no tuve ni que voltear a verla para saber lo que me decía. Pero ella también comprendió mi silencio como un ″sigo sin rendirme″.
El tiempo pasó hasta que el aula estaba completa. Todos mis compañeros había llegado y se sentaron en sus lugares típicos. Yo, por supuesto, me senté al lado de Sasuke. Sé que no me quiere ni ver, ¡pero yo sí quiero verlo! Su sola presencia me hace sentir cálida y en un ambiente familiar. Sus palabras fría e hirientes pasaban a segundo plano.
Nuestro maestro todavía no había llegado. Todos estábamos curiosos con respecto a quien sería nuestro maestro encargado, ya que a los de último año siempre los quieren joder. Era probable que nos pusieran al maestro Ibiki para sobrecargarnos con trabajo todos los días, o tal vez sería la maestra Anko junto con sus trabajos de campo super extenuantes con animales—más que nada réptiles—.
Todos los del aula platicaban con su grupo cercano de amigos, como era normal en casi todos los días. Mis compañeros siempre han sido los mismos desde que estamos en primer grado. Prácticamente crecimos todos juntos. Somos una familia, aunque una muy habladora y a veces algo disfuncional.
De la nada quise ver a Sasuke. Me ocurría de vez en cuando. Tal vez era mi cerebro queriendo recordarme que el chico más guapo del instituto lo tenía al lado. Desvié mi mirada y de inmediato aprecié el perfil de Sasuke. Ese rostro tan perfecto y varonil. Su mandíbula estaba bien marcada, su nariz era recta y fina. Sus pestañas eran largas, incluso más que las mías. Sus labios eran delgados y sus ojos negros como la noche. Sus hebras oscuras caían por sus mejillas y cubrían un poco sus orejas.
—Ya la perdimos.
Escuché a Ino desde atrás y, aun así, seguí viendo a Sasuke. De seguro tenía una cara de boba enamorada, pero no me importaba. Yo quería que todos supieran el amor que le tengo y a Sasuke. Oí a la cerda llamarme un par de veces, pero simplemente no podía dejar de ver a Sasuke. Era tan atrayente.
Pero de la nada siento algo golpearme la cabeza. Dejé de ver a mi amorcito y me sobe la cabeza mientras soltaba un ligero "auch". Las risas de mis compañeros no se hicieron esperar.
—Veo que nunca cambiaras, Sakura.
—¡M-Maestro Kakashi! ¿¡Cuándo llego!?
—Cuando estabas viendo a Sasuke. Me sentí dolido el que me ignoraras.— Colocó una mano en su pecho con fingida tristeza.— Pero no importa. Ya es último año, luego me vengaré por tu falta de atención a tu maestro favorito.
Oh sí. Este maestro de cabellos plateados y parados es nada más y nada menos que Kakashi Hatake. Ha sido nuestro maestro desde que estamos en séptimo grado. Es tranquilo y ama bromear con nosotros al igual que molestarnos. Pero más a mi.
Y eso es porque es mi tío.
¿Y entonces por qué se apellida Hatake? se preguntaran ustedes. Pues bueno, la verdad es que nadie lo sabe. Literalmente llegó a una reunión familiar diciendo "Buenas noches familia, me cambie el apellido. Los amo." y luego se fue. Mi tío es alguien muy... especial.
—Bueno niños. Este año yo seré su maestro encargado, como siempre. Créanme que yo estoy más decepcionado de esto que ustedes, aunque sé que me quieren. Pero era yo o la maestra Anko, y creo que desde la clase del año ante pasado nadie la quiere como maestra encargada.
Todos asentimos sin dudar. Desde esa clase en la que tuvimos contacto con serpientes, nadie la quiere. Salimos traumados de esa clase al ver—con nuestros propios ojos y en la vida real—como las serpientes mudaban su piel, cazaban, peleaban, se mataban y, por supuesto, se reproducían.
—Y como ya sabrán, la escuela tiene la ley de vida de querer joderlos por ser de último año, así que desde aquí les digo que se preparen. No seré blando con ninguno de ustedes.— Los miró con seriedad.— A menos claro de que sea mi querida Sakura.— Sonrió de forma fingida.
Todos nos reímos de eso. Mis compañeros sabían que yo era su sobrina, pero también sabían que Kakashi nunca tendría trato especial conmigo. Una vez dejé su clase, la cual era la de Literatura, por un mísero punto. No me pasó el muy desgraciado y me tocó leer todo un libro y hacer un ensayo de 20 páginas sobre el.
Recuerdo que, al día siguiente de entregar la recuperación, me fui a quejar con mi madre; quien terminó regañándolo por ser tan malo conmigo. Saboree la venganza y sabía muy dulce.
—Tienen suerte este año. Ya no les daré solo una clase, ahora serán tres. Así que por favor un aplauso por su nuevo maestro de Biología y Anatomía.
Todos aplaudimos fuertemente y con felicidad. Y eso es porque Biología nos la daba Anko, pero ahora ya no. Finalmente dejaríamos de ver a animales reproduciéndose.
—Ahora, la maestra Anko les dará la clase de Psicología.
—¡Por el amor de Dios! ¡No!— Gritó Naruto con terror.
—¿De qué nos va a servir que una loca nos hable sobre psicología?
—Vamos a salir mal de aquí.
Demonios. Solo espero que la maestra Anko no sea tan mala en esa materia...
Mierda.
—Pero bueno. Cambiando de tema. Sé que será extraño, pero tenemos nuevos compañeros.
Todos dejamos de quejarnos sobre la maestra y nos callamos de inmediato. Era extraño el tener nuevos estudiantes y más que nada si se trata del último año.
—No me pongan esas caras, que yo tampoco sé por qué tenemos nuevos alumnos en el último año. Pero les pediré que los traten bien y los integren, ¿entendieron? Claro que entendieron, no les di clases por cinco años para nada.
Algunos pensaran que suena poco profesional, pero la verdad es que nosotros nos llevamos así con él. Mi tío tiene una vibra que hace que todos confíen en él. Tenemos una gran confianza, sin lugar a dudas. Claro que solo es cuando estamos en el salón. Afuera y cuando llega la directora, todos somos respetuosos con él y él nos habla más formal y serio.
—Ahora mismo haré pasar a los nuevos, ¿sí?
—¿Los tuvo afuera todo este tiempo?— Preguntó Ino extrañada.
—¡Que malo es!— Exclamó TenTen.
—Era solo para que conocieran nuestro ambiente normal.— Se excusó con una sonrisa cubierta por su mascarilla.
Luego de tanta queja, Kakashi finalmente hizo pasar a los nuevos. Primero entró una mujer de cabello rojo con lentes del mismo tono. Su mirada parecía de alguien irritada con la vida, pues tenía el ceño fruncido. Aunque de inmediato lo cambió por una pequeña sonrisa al estar en frente nuestro. Y luego, apareció un chico de cabello blanco y ojos morados. Mi corazón dio un vuelco al reconocerlo. Una sonrisa se instaló en mis labios sin previo aviso.
—Ellos son Karin Uzumaki y-...
—¡Suigetsu!— Exclamó Sakura mientras se levantaba de su asiento con felicidad.
—Y ya la oyeron. Él es Suigetsu Hozuki.
Karin pareció irritada al verme, pero no me importó. Fui y le di un gran abrazo a Suigetsu. Era un gran amigo mío desde la infancia. Fue mi vecino hasta hace unos cinco años. Se había mudado por el trabajo de su padre. Suigetsu siempre había estado conmigo. Fue mi primer amigo. Lo conozco incluso antes que a Naruto; desde que somos bebés, para ser más específicos.
—¡Siéntate aquí!— Le señaló el asiento en frente suyo.
La verdad es que al principio no sabía el por qué habían dos asientos libres en frente mío y de Sasuke, pero ahora lo entiendo. De inmediato le ofrecí el asiento en frente mío y él acepto sin rechistar. Karin se sentó en el otro asiento; callada y seria.
—Bueno. No quiero que ustedes dos estén hablando durante las clases, ¿sí? Tengo suficiente con las quejas que me ponen de ti y de Ino.— Señaló a su sobrina con ojos juzgadores.
Ino, quien estaba atrás mío, solo rio por lo que dijo mi tío. Yo asentí inocentemente mientras desviaba mi mirada a la ventana.
—Que inicie la clase, entonces.
Nuestra primera clase era Biología. Algo en lo que tenía un poco de miedo, teniendo en cuenta lo pervertido que era mi tío; pues se la pasaba leyendo "literatura erótica"—porno en pocas palabras—en cada descanso. Siempre ha sido así desde que estamos en séptimo grado. Aunque mostró libremente lo que leía cuando estuvimos más mayorcitos.
En toda la clase no paraba de mirar a Suigetsu. De verdad que estaba muy feliz de verlo. Había cambiado mucho. Su cabello era más largo, su altura era un tanto superior a la mía y sus brazos eran musculosos. Demonios, estoy segura de que Suigetsu traía muerta a cuanta chica se le apareciera.
Ya le sacaría información hoy, porque tengo que invitarlo a comer sí o sí para chismosear sobre nuestras vidas.
Noté como Suigetsu me pasaba un papel por lo bajo. Sin dudar lo tomé y lo abrí.
"Te ves igual de enana que hace cinco años. ¿Debí de haber pedido de deseo de cumpleaños que crecieras?"
Este idiota.
Arrugué el papel y comencé a escribir la respuesta en mi cuaderno.
"Mejor hubieras pedido que se te quitara lo idiota. 🖕💖"
Fue lo que le escribí mientras sonreía. Le pasé la nota y vi su sonrisa puntiaguda. Nos seguimos pasando cartas durante toda la clase. Estaba segura de que mi tío se dio cuenta, pero supongo que nos dejó tranquilos por ser el primer día y porque sabía nuestra historia. Sentía una mirada taladrarme, pero intuí que era Ino. Estoy segura de que cuando salga de aquí me hará un interrogatorio feroz junto con Temari y, arrastrada de paso, Hinata.
La clase terminó y siguieron las otras dos. En estas no pude seguir hablando con Suigetsu ya que estos maestros si que me colgarían por mandar papelitos, así que tuve que esperar a que llegara el receso.
Y luego de unas tres horas, el receso llegó.
Todos nos levantamos de nuestros asientos mientras soltábamos quejas de cansancio e irritación. Pues nuestro querido maestro Orochimaru nos había dejado un trabajo para mañana.
—Finalmente. Ya no soportaba la voz de ese maestro pálido.— Habló Suigetsu mientras estiraba sus músculos.
—Más vale que te acostumbres. El maestro Orochimaru puede hablar de un mismo compuesto sin parar por horas. Sin mencionar que sus trabajos son un dolor de cabeza.
—Sí, lo intuyo. ¿Quieres ir a la cafetería por algo?
—Claro.
Ambos salimos del aula. Pero cuando iba a medio pasillo, me acordé de Sasuke. ¡No lo había invitado!
—Espera, Suigetsu-kun. ¿Te molesta si invito a alguien con nosotros?
Me sonrojé cuando, de forma inevitable, mi cerebro me dio una imagen de mi amado Sasuke. Al parecer, el idiota de Suigetsu lo captó y me dio una sonrisa pícara.
—Sakura Haruno, ¿acaso ya tienes novio?
—T-Todavía no es mi novio.— Murmuró mientras sonreía levemente.
El idiota de mi amigo se rio fuertemente; llamando la atención de todos y, por primera vez, haciéndome sonrojar de la vergüenza. Iba a bajar mi cara con pena, pero noté la silueta de mi amor platónico. Pasó a nuestro lado junto con Naruto.
—¡Sasuke-kun!
No se detuvo. Vi como Naruto le dio un codazo y como le murmuraba algo, pero siguieron caminando. Decidí seguirlos y alcanzarlos. Llegué al lado de Sasuke y lo tomé del brazo con una sonrisa.
—Sasuke-kun, Naruto, ¿quieren ir a la cafetería conmigo y con Suigetsu?
—Por supuesto, Sakura-cha-...
—No.
Se soltó bruscamente de mi agarre y se fue arrastrando a Naruto con él; el cual le hablaba con el ceño fruncido. Mi corazón se encogió y se rompió nuevamente ante su rechazo; el cual había sonado más fuerte que el de otras veces.
—Veo que es algo unilateral.— Habló Suigetsu a su lado.
—Sí...
Bajé mi mirada mientras me abrazaba a mi misma. Ese pequeño "no" de Sasuke me había calado con fuerza. Me lo dijo con odio puro. Nunca me había hablado con ese tono. Generalmente era serio y frío, más nunca me había hablando con enojo u odio. Sentí los brazos de Suigetsu sobre mis hombros; dándome confort y apoyo.
—¿Quieres ir a cenar hoy?— Sugirió Suigetsu.
—¿Por qué mejor no haces una pijamada en mi casa? A mis padres les encantará verte.
—Siempre y cuando tú invites las golosinas y no veamos a Crepúsculo, acepto.
—Solo vimos una película...
—¿Una? Sakura, nos vimos la saga entera y sin parar. Si hubiera otra película te juro que iba a terminar matando al creador de esa cosa.
—Jajajaja.
Ambos nos dirigimos a la cafetería. Suigetsu nunca dejó de abrazarme y yo agradecía eso, pues me hacía sentir mejor después de lo de Sasuke. Al llegar a la cafetería todos se nos quedaron viendo, pues no era normal que fuera abrazada por ningún chico— a excepción de Naruto, claramente—. Me dirigí a la mesa que comparto con mis amigas y presenté a Suigetsu. Nos sentamos y mis amigas bombardearon al pobre de Suigetsu con todo tipo de preguntas; siendo la primera "¿tienes novia?" por parte de mi mejor y muy querida amiga: Ino.
En medio del interrogatorio, sentí como alguien me observaba. Busqué con la mirada y era Naruto; el cual estaba con su grupo de amigos. Él me sonrió y me saludo y yo le devolví el saludo. También salude a Sasuke, el cual me miró por unos escasos segundos y me ignoró por completo.
Y yo no pude hacer nada más que bajar mi mano con tristeza.
Continuará...
A que nunca se vieron venir a Suigetsu como mejor amigo de vida de Sakura.
Generalmente es el mejor amigo de Sasuke o el rival amoroso de este, pero yo dije "webos, pongamos a Sui como el bestie de Sakura. Seguro queda chevere". Y ahí lo tienen.
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