Capitulo 3 Ƹ̵̡⁠Ӝ̵̨̄⁠Ʒ

Naruto se mantuvo sentado, totalmente tenso al lado de la desconocida mientras los asistentes al duelo iban llegando. Ocultó su mueca de disgusto, al notar como viejos amigos de su padre le daban los respetos a él, para luego dirigirle la palabra a la mujer junto a él.

Mantuvo sus manos en puños en sus rodillas, con la vista fija en la puerta, sin siquiera reconocer a la mujer. Aún resonaba en su cabeza sus palabras, una y otra vez ..

¿Compañera? ¿De su padre?

Él no pudo ocultar la mueca en su rostro, pero nadie pareció notarlo. Miró con ojos vacíos al sobre al frente de su rostro, pero no se movió para tomarlo. Una mano con delgados dedos extendió la mano y tomó el sobre por él. Sabía a quién pertenecía esa mano esbelta, pero no giró el rostro en reconocimiento....

Su temperamento quiso explotar mientras la mujer volvía a limpiar a su padre, pero gracias a su duro entrenamiento, Naruto mantuvo la boca cerrada y apenas la miró mientras también preparaba a su padre. Ambos se encargaron de limpiarlo, darle un poco de color con maquillajes para eso. Naruto lo vistió con el kimono blanco y algunos hombres llegaron para ayudarlo a meter el cuerpo al cajón. Hinata se encargó de las flores y lo colocó en la posición correcta. Colocó sus manos en su pecho, sus brazos cruzados y acarició su rostro pálido. Él miró mientras ella se movía para tomar un pequeño cofre y acercarse de nuevo al ataúd. Ella lo abrió y acomodó suavemente el rosario en sus manos, ella sacó una pequeña bolsa de tela beige y lo dejó bajo sus manos.

— Para el barquero—, murmuró muy bajo para su padre.

Naruto se mantuvo quieto, ni siquiera había pensado en esas cosas, todo lo que el tendría que haber preparado. Hinata bajo la mirada al cofre y sonrió mientras sacaba una pequeña fotografía y la ponía en sus dedos.

— Lo que más amabas—, le dijo entre lágrimas para luego acariciar suavemente su cabeza rapada y besar suavemente su frente.

Naruto observó su expresión en todo momento, notando sus facciones adoloridas, pero también llena de cariño. Ambos encendieron incienso en el altar, al lado del cajón de su padre, rezando por su alma justo antes de que llegara el sacerdote...

Él volvió a apretar los dientes al recordar el cariño que ella parecía profesar por su padre..

¿De verdad su padre había tenido una amante? ¿De esa edad, además?

Naruto no había preguntado la edad de la mujer, no era apropiado, pero estaba seguro que la mujer apenas llegaba a los 30 años...

No respondió a las condolencias, se mantuvo estático en su lugar, sólo pensando y preguntándose qué más le había ocultado su padre.

•

Naruto respiro del incienso y escuchó los sutrás del sacerdote mientras sus ojos quedaban clavados en el cajón donde Minato estaba. Por protocolo, Naruto debía permanecer al lado de Hinata, pero le estaba poniendo los nervios de punta al escucharla sollozar. No se movió, aunque podría haber intentado ser un consuelo para la mujer. Él aguardiente de arroz lo había mantenido tranquilo, y apenas había tocado el banquete que se ofreció en nombre de su padre.

La hora de la cremación se estaba acercando y él ya quería dejar todo el engorroso asunto del funeral. Le molestaba un poco como en la casa de padre seguían con viejas costumbres como si fuera la realidad. Le habría gustado hacer algo pequeño, en una funeraria, algo con allegados y cremar el cuerpo de su padre. Pero respeto los deseos de su padre al querer un funeral casi a la antigua.

Él giró el rostro, buscando uno conocido y en seguida reconoció al viejo Hiruzen-Sama, el abogado de su padre. El hombre estaba en traje y acompañado de su familia algo cerca de él. Hiruzen-Sama le devolvió la mirada, pero Naruto no podía moverse aún, hasta que todo el ritual terminará.  Él sólo asintió en reconocimiento y desvío su mirada al sacerdote una vez más.

Naruto suspiró mientras giraba el rostro, buscando caras conocidas entre todas esas personas. Se detuvo de golpe en un rostro algo conocido y sonrió levemente cuando ella también lo miró. Su largo cabello estaba recogido en un moño intrincado y su rostro seguía siendo angelical mientras Shion le dió una leve sonrisa. La conocía de años, sino que de siempre y esperaba al menos ponerse al día con su vieja amiga cuando la cremación terminará.

Naruto volvió a suspirar cuando escuchó a la mujer a su lado lamentarse bajo y volvió la mirada al ataúd. Pudo sentir el cuerpo de Hyūga temblar a su lado, pero él no se movió.

Respetaba a su padre, el hombre le había dado la vida y le había dado la mejor vida que había podido. Pero no había amor, no sentía el mismo dolor que cuando su madre había muerto, y eso pensó que tenía que molestarlo.

Frunció el ceño mientras observaba el cajón de madera y apretó las manos en su regazo, preguntándose porqué no habían podido tener una mejor relación. Se preguntó si parte de la culpa era suya, por permanecer tan lejos del hombre que le había dado todo.

Él sentimiento rodó por su pecho, pareciendo una serpiente, enrroscandose en sus pulmones y bajando por sus tripas. La respiración empezó a costarle un poco, pero apretó los dientes mientras sentía que poco a poco podía quedarse sin aire. Fuertes ráfagas de aire salieron por los orificios de su nariz, mientras su cuerpo se sentía más y más tenso. La mandíbula comenzó a dolerle por lo fuerte que apretaba los dientes y cuando logró aflojarlo un poco, se sintió algo confuso al sentir la humedad bajar por una de sus mejillas.

Levantó la mano y se limpio la lágrima herrante con furia.

Él no lloraría por Minato. Él no había querido acercarse lo suficiente a su hijo, aunque había estado cada día que Naruto necesito para recuperarse de su lesión, molestándolo para que fuera a casa de nuevo. Naruto no había querido estar bajo el fuerte mando de su padre, estar al alcance de su mirada de águila.

Debería sentirse libre, tal vez hasta aliviado..

Pero no era así, se dio cuenta cuando levanto la mano para ocultar sus facciones adoloridas y como sus ojos desbordaban de dolor por el amor de un padre que podría haber aprovechado más.

Continuará Ƹ̵̡⁠Ӝ̵̨̄⁠Ʒ