Al día siguiente, cuando volvió a escuchar el sonido del piano siendo tocado, bajo feliz, pues sin darse cuenta se había enamorado de Taehyung y le había costado mucho aceptar esos sentimientos.

Al llegar al cuarto, simplemente se quedó admirando al pianista sin decir una palabra, pues ese día, prefirió no decir nada y solo disfrutar el momento.

Jungkook siempre se lo hacía saber a Taehyung, que el tocaba hermoso y tenía una gran habilidad para eso, y que era muy feliz escuchándolo tocar todas las noches.

—Sé que lo sabes muy bien, pero tocas hermoso, siempre logras transmitir las emociones adecuadas —dijo Jungkook una vez que Taehyung terminó de tocar

—Lo sé Jungkook, no hay día en que no me digas eso y estoy muy agradecido de que reconozcas mi talento

Taehyung muy por dentro sabía que Jungkook le había robado su corazón y ya era hora de aceptarlo, pues aunque tal vez nunca se lo dirá, el también había caído enamorado del joven azabache.

Pero muy por dentro sabía que su amor por el era algo que jamás iba a suceder, pues él era un simple fantasma atrapado en esa casa y Jungkook un humano libre que podía llegar a formar una familia, más no con él.