Un Último Adios My Lady. Capítulo Único .
Dedicado a: dieneagreste. Espero que sea de tu agrado.
Estaba atravesando el peor momento de su vida, a sus veinte años jamás imaginó que podría estar pasando por este tipo de situaciones. Pero lamentablemente no era ningún tipo de broma o pesadilla... Su peor temor se estaba haciendo presente en su día.
—Lo siento tanto Chat Noir. —Oía como le decían detrás a la vez que le frotaban la espalda.
Sin embargo él solamente asentía sin despegar el rostro de aquel ataúd en color gris oscuro. Nada le importaba ahora mismo, lo único que deseaba era sacar todo el dolor que lo estaba consumiendo por dentro.
—Debí... Debí haberte protegido. —sollozaba sintiendo sus esmeraldas aguarse.
Y es que él se sentía culpable pues por su imprudente decisión de separarse para: él observar y ella ejecutar un plan, las cosas no habían salido precisamente bien.
—Necesito que me perdones. —acariciaba con tristeza aquella fría caja. —Ni siquiera te dejé hablar cuando me dijiste que tenías algo importante por expresarme ¡Todo fue mi maldita culpa!
La azabache estaba actuando muy raro esa mañana cuando se vieron, por una parte veía como sus ojos brillaban como jamás lo habían hecho aunque por el otro escondían temor, como si algo la preocupara mucho. Decidió darle su espacio ya que cada que le preguntaba sobre lo que le ocurría ella contestaba con una negativa, pero fue cuando a la hora del descanso estudiantil que ella salió hacia su casillero argumentando que iría a guardar sus libros además de ir por algo más que moría por que él viera. Transcurrió apenas unos minutos que vio que ella no llegaba de nueva cuenta que decidió ir tras su encuentro, hallando a esta con su ex novio; Luka couffaine quien al parecer había regresado del intercambio, ella estaba de lo más sonriente y él podía percibir las intenciones del músico al tlcar de aquella manera el cabello de su mujer. Logrando despertar en él Esos celos que se cargaba cuando se trataba de su amada, haciendo estragos en su mente y su corazón.
Quién pensaría que esa misma mañana sería la última vez que vería esa sonrisa, esos ojos llenos de alegría, esos cabellos que caían gracilmente sobre su espalda. Pues la desgracia los perseguiría, ellos que se habian amado tanto, a ellos que habían puesto todo de sí para jamás ser separados.
Eran demasiado cuidadosos llevando su relación civil argumentando que el amor se dio esporádicamente después de que Marinette por fin se atreviera a confesarle su amor al joven Agreste, sin embargo la realidad era muy distinta.
—Ahora me haz dejado solo.Y no sé qué voy a hacer sin ti. —Mencionó con dolor en su voz.
Los ruidos de los flashes y los murmullos a su lado no se hicieron esperar, él era la novedad en ese momento pues el empedernido enamorado gatuno había perdido a su bichito, a su compañera no solo de batallas sino de vida.
—Chat, ya es hora. Debemos llevarnos el cuerpo. —Se le acercó por detrás uno de los encargados de la labor más triste del mundo.
—So-solo un minuto más, por favor. —Suplicó abrazando como podía el fenetro de la dama escarlata. —Aún tengo tanto que decirle...
—Pero es imposible, ya es hora de llevarla a cremación. —Volvió a mencionar el hombre de barba cerrada y ojos avellana.
El gato negó aterrado ante la idea, a pesar de que su dama alguna vez le había mencionado que si llegaba a perecer deseaba como último deseo que sus cenizas fueran arrojadas al río sena, pero simplemente no podía comprender la idea de que el preciado cuerpo de su amada fuera dañado de tal forma, no, él no lo permitiría. No podía dejar que tal belleza fuera desperdiciada de tal forma.
Así que en un arrebato de locura, aprovechó el descuido y abrió rápidamente el ataud tomando el cuerpo inerte de su adorada catarina, llevándoselo entre sus brazos ante el atónito mirar de todos los parisinos que sólo podían atinar a exclamar un estruendoso "Oh" ante lo sucedido.
Despues de avanzar mucho con ayuda de su largo bastón y con mucha dificultad gracias al gran peso que significaba el cuerpo de la chica, llegaron a una casa de dos plantas que estaba casi nueva, sin estrenar, en colores blanco y azul, donde Chat terminó su transformación depositando a Ladybug en uno de los dormitorios principales. Quitándole su miraculous, el cual hasta ahora había peleado con que ella no quería que por ningún motivo se descubriera su identidad ni aún después de la catástrofe más feroz.
—Mi amor, despierta. —se arrodilló tomando de su mano para besarle esta. —Te prometo que dejaré que hagas las cosas a tu manera pero por favor abre esos lindos ojos que posees.
Las lágrimas no tardaron en volver a aparecer en el rostro del joven modelo Adrien Agreste, rezaba a todas las deidades posibles como si de un mantra se tratara para ver si un milagro se le concedía, para ver si así por fin podía volver a escuchar de sus labios una vez más un regaño siquiera.
—Marinette por favor, vuelve. No sé qué me depare el futuro, pero no lo quiero sin ti ... Me duele el saber que ya no estarás a mi lado... Esta casa se sentirá tan vacía sin ti. —Descubrirá su frente para depositarle un casto beso.
Y es que desde que descubrieron sus identidades no pudieron evitar caer enamorados de la otra mitad que consideraban imperfecta a sus ojos, no fue fácil, claro estaba, pero era cuestión de tiempo para ir sanando todas las heridas que se habían ocasionado con sus inexperiencias o sus arrebatos, aprendiendo el uno del otro. Así logrando formar una bella amistad mucho más fuerte de la que ya tenían antes de descubrirse en aquel momento, luego naciendo de esto una hermosa y fuerte relación que pareciera que nada pudiera romper.
—Las cosas no van a quedarse así amor. —aseveró el hombre agarrando la mano que se encontraba fría.
—Te juro que aunque sea lo último que haga, vengaré tu muerte. —mencionó con dolor.
Se alejó de ella un brevemente instante para ergirse y subirse a la cama con el fin de abrazar el cuerpo inerte de quien en menos de dos semanas sería su esposa quedándose poco tiempo dormido a su lado.
[...]
Después de varios días Chat Noir volvió al ruedo, a vencer a los akumatizados... Sin embargo algo en él y en todo el sistema que venía manejando había cambiado.
Ahora él se escondia entre las sombras, solo salía si era necesario y ya no hacía sus típicos rondines de día, ni mucho menos se le veía cercano a la gente. Más que nada por que esta misma le temía, ya no era el jovial hombre de los chistes malos ni el dulce gatito que coqueteaba a juguetonamente con las parisina sabiendo que ladybug solo era su dueña.
Este nuevo Chat Noir se mantenía callado, siempre a la espera de que un nuevo akumatizado saliera a la luz...
Pero la situación había cambiado; Ya no era el explendido chico que buscaba soluciones para salvaguardar la vida de las víctimas de Hawkmoth, ese con quien después de una batalla podías charlar aunque sea brevemente pero te daba los mejores consejos.
Era totalmente distinto...
Y justo eso lo podía corroborar el akumatizado en turno quien fue hechizado gracias a un video viral donde mataban un cachorro a batazos, dando como resultado que él se convirtiera en "Animalistic" que con su computadora tenía el poder de hacer que la persona que alcanzara con sus clicks se comportará como una verdadera mascota y los animales actuaran como seres humanos para hacerles lo que ellos muchas veces les hacían.
—Rindete ante mi gato pulgoso. —Atacó el chico hechizado señalándolo con la arma.
—Deja de molestar... Tengo cosas mucho más interesantes por hacer. —dijo con hastío el héroe.
—En cuanto me entregues tú miraculous y el de tu compañera te dejaré en paz—Expresó con una sonrisa burlona en el rostro. —Bueno, quizá ni así.
Adrien ya estaba harto, había tenido una semana difícil entre el cuidar de que el cuerpo de Marinette no entrara en descomposición tanto como tratando de averiguar si había otra formula para traerla de regreso. Ya que hace tiempo junto con el maestro Fu habían descubierto que los miraculous tenían trampa aunque no sabían exactamente como esquivarlas si se daba el caso de conjurar el poder absoluto.
Temiendo que un simple error pudiera poner aún más en peligro a su bella dama.
Sin pensarlo mas activó el cataclismo para acabar de una buena vez con el asunto pero algo no le permitía lanzarse encima de este.
Una voz...
Una linda y conocida voz que le decis algo que no lograba entender del todo.
Quiso hacer oídos sordos al llamado caminando un par de pasos hasta el hombre, mirándolo con furia. Como últimamente miraba a todo aquel que caia bajo el dominio del enmascarado.
Queria acabar con él... Así como uno de sus secuaces había terminado con la vida de su chica. Solo así seria capaz de aguantar otro día más en su día a día.
—Tú no eres así Chat... No lo hagas... Por mi... Por ti... Por lo que fuimos. —
Otra vez esa voz... ¿Era a caso quien el creía?, si era así ¿Cómo podría ser posible?
Mentiría si dijera que era la primera vez que le pasaba algo similar, pero la verdad era que últimamente en las batallas le parecía oír a alguien llorando y susurrando que le había fallado. Ademas de que sentía como si alguien lo siguiera de cerca, aprobando o desaprobando sus actos.
[...]
Después de una intensa batalla limpia cuerpo a cuerpo y con un plan estratégico,pudo derrotar al villano para al fin volver a su hogar. En donde una vez que cruzó la puerta deshizo su transformación yenddo directo a su habitación en donde se hallaba el cuerpo perfectamente cuidado de su novia dentro de una caja de cristal para conservar su piel.
—Hola, mi amor. —Dijo con una sonrisa decaída. —Hoy tampoco pude hacer mucho por ti, esos débiles humanos siguen cayendo como moscas en la trampa de Hawkmoth. Pero te juro que no voy a rendirme hasta que tu vuelvas a mi lado.
La mujer permanecía como si estuviese dormida, la piel pálida y el largo de su cabello ya comenzaba a notarse levemente. No en vano habían transcurrido dos meses desde su muerte.
Se alejó de la caja después de depositar un beso en esta para irse con dirección a la bañera y tomar una buena ducha. Pronto salió se dirigió a la cama en donde leería las investigaciones que había hecho con respecto a los miraculous, o esa era la intención ya que una vez hubo tocado la cama se quedó completamente dormido.
—Adrien... Adrien... Adrien.. —Oyó que lo llamaban en la lejanía.
Se vio así mismo en un campo lleno de flores que desprendían aromas dulces, haciéndolo inhalar y sentirse en agradable paz. Pero no se demoró mucho en el asunto pues otra vez la voz dulce y angélical volvió a llamarlo “Adrien, mi amor, por favor haz las cosas bien"
—¿Marinette? — Pronunció al estar seguro que esa era la voz de su novia. Era más que claro y ahora lo podía notar. —¿Eres tú? ¿Dónde estás?
Miraba por todos lados con la alegría desbocando su corazón, estaba ansioso por volver a verla que no le importaba como era aquello posible.
—Aquí... Contigo... Siempre lo he estado. —le respondió la voz con dulzura.
Él se comenzaba a impacientar pues no la veía, pero de un momento a otro vio una sombra; era ella, lo podía intuir al percibir un poco de esa cabellera negra con toques azules que se escondían tras esos árboles frondosos que habían en el frente, lejos de donde se encontraba.
No dudó ni un segundo más para comenzar a caminar con rumbo a ese lugar, sin importarle que pudiera ocurrirle.
Y fue ahí cuando la vio más claramente; luciendo un vestido blanco, su piel blanca y brillante, con esas pecas bellísimas que la hacían lucir encantadora a la hora de sonreírle como lo estaba haciendo en ese mismo momento, con su cabello largo cayendo por los hombros.
—Marinette, estás aquí—Quiso avanzar hacia ella y darle un abrazo pero ella fue más veloz para retirarse de él. —No lo puedo creer, eres tú... No entiendo como... Pero eres tú.
Marinette asintió sin decir alguna palabra. Adrien quería tomarle de las manos pero ella no lo dejaba, cosa que él notó sintiendo una punzada en su corazón.
—¿Por qué huyes de mi? ¿Qué es este lugar? —se atrevió a preguntar el blondo.
La azabache apartó un mechón de cabello de su mejilla y humedeciendo sus labios.
—¿Por qué lo haces? ¿Por qué te comportas así? — habló con un tono decaído aquella mujer.
En primer lugar Adrien no sabía a qué se refería, dibujando en su rostro una expresión confusa.
—Yo no sé de qué hablas, todo lo que he hecho es por nosotros, para volver a estar juntos.
—Eso no me hace feliz. No quiero que sigas haciendo eso. —Expresó con dolor.
—Pero...
—Ese no eres tú... Mi Adrien no mata... Mi Adrien es buena persona y procura que la gente esté sana y salva. —
Él endureció sus facciones empuñando sus manos a cada lado de sus piernas.
—Lo hago por que ellos se lo merecen... Por que por su culpa no estás conmigo.— sentenció dolido.
—Ellos no tienen nada que ver con lo que me pasó,deberias comprenderlo. —Por fin dio un paso frente a él.
Adrien sintió como le tomaba la mano, percatándose de lo fría que en verdad lucía su contacto.
—¡Claro que sí! Por uno como ellos tú... Moriste y yo me quedé tan solo. —le costó pronunciar lo último.
—Son cosas que pasan Adrien, yo estoy y siempre estaré contigo aunque no me veas —.Acarició su mejilla con suavidad. — Ahora me encuentro feliz en este plano.
—Pero yo quiero tenerte junto a mi, que seamos felices como siempre fuimos, que cumplamos los sueños que teníamos. —Una lágrima inevitablemente rodó por su ojo izquierdo.
Marinette se apegó a él abrazándose a su torso mimosa.
—Por favor... Hazme sentir orgullosa de ti, hazme sentir que no me equivoqué al elegirte como el amor de mi vida—Miró con ojos suplicantes al hombre. —Por favor promételo..
—¡No! Esos malditos deben pagar uno a uno tu muerte.
—Adrien por favor... Reacciona.. Gatito, se el chico que siempre he amado. Demuestrame que no habría mejor padre para el hijo que estaba esperando que tú —soltó de golpe dejando al chico en un estado perplejo.
—¿Hijo?.Estabas em.. barazada.—Sintió un nudo en la garganta, estaba feliz por la posibilidad de que aquello que tanto soñaron se pudo haber concretado, pero de igual manera muy miserable.
—Siento tanto no poder decírtelo cuando me enteré. Quería que fuera en un buen momento pero... Ya no se pudo. —sonrió de lado.
Adrien podía experimentar lo que muchas veces expresaba la gente cuando decían que el mundo se les venía encima. Quería llorar, quería moler a golpes a ese hombre que cayó en las garras de Hawkmoth y le arrebató la felicidad junto a su pequeña familia.
—¿Y aún así me pides que pare con mis métodos?
—No vale la pena. Ya nada areglarás, es mejor que hagas las cosas bien, sé feliz... Avanza y déjame ir.
—No.
—Por favor... Hazlo por mi... Por nuestro bebé. Aún estás a tiempo de componer tu destino. — le tomó de las manos.
—Marinette no me pidas...— Sus labios fueron sellados con un beso inesperado de su amada, uno casi imperceptible.
Poco después ella se alejó con una pequeña mueca disfrazada de una sonrisa tierna.
—Tienes mucho por lo cual seguir adelante, honra mi memoria y la de nuestro pequeño. Encuentra el antiguo ser del cual me enamoré y dame esa felicidad.
Se soltó de su agarre y él enseguida fue envuelto por un vacío enorme.
—No te despidas, este no puede ser tu último adiós My Lady. —Rogó con dolor.
—No lo podemos evitar,este es mi hogar de ahora en adelante. —Llevó una mano a sus labios y le lanzó un beso. —Se feliz por favor.
Adrien iba a decir algo más pero ya no pudo hacerlo pues vio como ella se colocaba en algún punto y una luz brillante descendía de la nada para cubrirla por completo mientras ella con su mano le hacía una señal de despedida.
Fue ahí cuando él despertó, sobresaltado y con los ojos empapados a causa del llanto, además del sudor que desprendía su cuerpo. Había tenido parálisis del sueño e inconscientemente su cuerpo había estado luchando por despertar.
Se pasó una mano por el rostro con decisión.
—Ya sé lo que debo hacer.
Al día siguiente Adrien llamó a la policía en una denuncia anónima asegurando que sabía donde podían encontrar el cuerpo de la heroína.
Ese mismo día renunció a ser Chat Noir y se marchó de París para siempre, con la convicción de que ese último adiós de su Lady era una promesa implícita de que debía continuar con su vida e intentar ser feliz por ambos.
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Escrito participante para _Miraculous_Writers_.
Palabras:3000
Pareja:Adrinette.
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