23.- Lo inevitable.
Aria.
Kyle pasa gran parte de su día en el trabajo, o encerrado en su despacho, así que nuestras interacciones se reducen a la nulidad.
A veces creo que cuando estoy segura de que hemos conseguido un tipo de avance en nuestra relación, algo pasa que me deja saber que no es así, algo que nos empuja y nos hace retroceder diez pasos, perdiendo la delantera que conseguimos a duras penas.
Y sé que es prácticamente ridículo albergar alguna esperanza sobre un futuro distinto, pero en ocasiones me pregunto como sería si Kyle de pronto optara por ser...distinto.
¿Se puede olvidar el rencor? ¿Puede el odio disolverse al punto de volverse un sentimiento más genuino y bondadoso?
Trato de enfocarme en mis propias ocupaciones, en el trabajo, en mis diseños, en intentar crear una colección que no estoy segura de poder mostrar pronto, pero que está ahí. Hace mucho que no confecciono nada y una parte de mí echa de menos la sensación de crear.
Es cierto que en la empresa tengo la libertad de implementar los diseños, pero... la moda siempre formará parte de mí. Eso no puede compararse a escoger diseños de automóviles.
Y, como si se tratara de alguna especie de juego del destino...una invitación llega el lunes temprano a la casa. Ceci parece encantada de dármela antes de partir al trabajo, abro el sobre al notar de quien viene, y tan pronto como leo el contenido...algo en mi sufre una revolución.
—Irás, ¿no es cierto? —inquiere Ceci entregándome mi habitual termo con café.
—No lo sé —doblo el sobre de nuevo y me lo guardo en el bolso —tengo que pensármelo.
—No tienes nada que pensar —insiste —te han invitado, a ti. No puedes rechazar una oportunidad como esta.
—Lo sé, pero tengo...tengo que pensármelo.
No quiero admitirle que en realidad debo hablar con Kyle, no me agrada la idea de tener su consentimiento, pero es una invitación de una de las casas de moda más prestigiosas de Washington, y quieren que modele para ellos.
No quieren que modele cualquier cosa, quieren que luzca uno de los vestidos de la colección más esperados, cuando me retiré del modelaje mi representante se encargó de comunicárselos a todas las casas de moda con las cuales solía trabajar, todas las campañas se acabaron pero esta...esta es distinta.
Por mucho que lo intento, no consigo apartar la idea de la mente. Debería conocer la respuesta, un no rotundo pero la pequeña chispa que siempre ha amado el modelaje comienza a crecer.
No quiero pensar que tengo que apagar el fuego antes de que se vuelva más grande. Así que cuando Kyle llega esa noche, más temprano de lo que lo ha hecho en los últimos días, me cuelo en su despacho antes de que tenga la oportunidad de encerrarse.
Parece sorprendido de verme ingresar con rapidez. Apenas está colocando el maletín sobre el escritorio cuando me planto frente a él, con el sobre entre mis manos y repitiéndome que puedo hacerle frente a mi esposo con esta situación.
—Aria —dice lentamente —¿ocurre algo?
—Necesito hablar contigo —mi voz brota más firme de lo que esperé —es algo importante.
Sus cejas se fruncen, deja el maletín sobre el escritorio pero él camina hasta colocarse en su silla, me hace una señal para que tome asiento, aún tengo el sobre en las manos y se percata de eso.
—Te escucho.
—Esta mañana recibí una invitación —sus ojos se encuentran con los míos —es para un evento importante, y lo más probable es que quieras negarte pero antes... ¿podrías considerarlo?
—¿De qué se trata?
Deslizo el sobre hacia él, en cuanto lo toma y lee el contenido, su postura cambia. Sus hombros se elevan con tensión y muerdo mi labio inferior en un gesto de nerviosismo.
—Aria...
—Lo sé, lo sé —sacudo la cabeza —sé que dijiste que no tolerarías que modelara más pero...es importante. Si pudieras considerarlo...
—No —su negativa me sienta como un ladrillo en el estómago. Mis hombros se desploman, quiero debatirle, quiero decirle que es jodidamente injusto pero... ¿qué ganaré con eso?
La decepción me envuelve creando un nudo en mi garganta, estrujándome el pecho y creando la sensación dolorosa a la que ya debería de estar acostumbrada.
—¿No vas a considerarlo siquiera?
—No tengo nada que considerar —dice con su habitual tono frío.
Me trago mis palabras, y las ganas que tengo de suplicarle que lo considere porque no planeo darle eso. Enderezo la espalda y me aclaro la garganta.
—Sí, debí suponerlo —finjo una sonrisa —lamento haberte quitado tu tiempo.
Me incorporo con prisa, extiendo la mano a través del escritorio y le arrebato la invitación de las manos. No me molesto en comprobar su expresión, simplemente le doy la espalda y salgo del despacho.
La desilusión cae sobre mí como una pesada roca que me aplasta por completo. El apetito se esfuma así que rechazo la cena que Ceci me ofrece y simplemente me meto a la cama. A pesar de que lo intento, no consigo dormir. Sé bien a que se debe, reconozco la opresión en el pecho y la sensación de pesadumbre que me tiene casi entumecida.
Aunque quiera negarlo, el modelaje es una parte de mí. Estaba resignada antes de esta invitación, creí que podía ignorarlo y continuar pero el saber que ahí afuera hay personas que aún quieren que porte sus diseños, que aún valoran mi trabajo me hace sentir...fracasada.
Fracasada por no poder ser la mujer en la que deseaba convertirme. Fracasa por acabar a un lado de un hombre que maneja mi vida como si fuese suya. Por no poder ser tan valiente como para hacer algo al respecto.
Guardo la invitación en el cajón y sé que de cualquier forma, aún tengo que llamar para rechazarlo. Lo que resulta aún peor porque una parte de mí no se siente capaz de dar una negativa.
Cuando Kyle entra a la habitación pasada la media noche, aún continúo despierta. No habla, se limita a tomar su habitual ducha y cuando se mete a la cama conmigo, por instinto me aparto.
—¿Estás enojada conmigo? —sonrío con ironía.
—¿Por qué lo estaría?
Lo escucho resoplar.
—Escucha...
—No, en serio, no quiero escuchar nada de lo que tengas por decir. Solo quiero dormir así que agradecería que por hoy solo...hicieras silencio.
Cierro los ojos cuando reconozco mi tono, cuando volteo hacia el lado de Kyle, él esta mirándome.
—Vaya que estás enojada, ¿eh? —tiene el descaro de sonreír y eso es más de lo que puedo tolerar.
—Púdrete, Kyle.
Es evidente que mi agresión verbal no le causa ninguna gracia porque levanta la espalda del colchón, apenas tengo tiempo de reaccionar antes de tener gran parte de su cuerpo sobre el mío.
—¿Debo recordarte que moderes tu tono? —inquiere con lentitud.
Es posible que por el enojo, o la frustración, tenga más valentía de la que alguna vez he poseído para hablar con él.
—¿No puedo dirigirme a ti del mismo modo en el que tu te diriges a mí? —cuestiono con fingida inocencia —solo estoy tratándote como tú lo haces.
Se aparta, a pesar de la escasa iluminación distingo su ceño fruncido y la mirada casi confundida.
—¿Esto realmente es por el modelaje?
Aprieto los labios para no responder, si lo hago...
—Por favor, quiero dormir.
Hago el ademán de girarme sobre el colchón pero él me lo impide. Termina tomándome del brazo para conseguir que mi espalda se eleve del colchón y quedar sentada como él en la cama.
—Bien —dice de pronto —llama a la agencia mañana y diles que lo harás.
Me toma un segundo comprender, Kyle se mantiene sereno, no luce como si la idea le molestara en lo absoluto.
—¿Quieres decir...?
—Pero no tendrás al mismo representante —dice —y solo será por esta vez. Ah, y yo estaré en primera fila, y te juro que si alguien te mira de más, voy a acabar asesinándolo y será culpa tuya.
Pese a las palabras que pronuncia con tanto filo, una sonrisa se cuela por mis labios. La emoción vuelve, tan fuerte que me hace soltar un grito que lo sobresalta, y luego...luego por instinto me lanzo hacia él.
Kyle suelta un jadeo sorprendido cuando enrosco mis brazos alrededor de su cuello en un abrazo. Lo siento tensarse mientras una risa se me escapa de los labios, poco a poco su cuerpo se relaja y sus brazos me rodean la cintura.
—Gra...
—No —me detiene —no me agradezcas. Te lo debo, ¿no es cierto? —sus labios se inclinan apenas en una pequeña sonrisa —además es importante, ¿Qué mejor manera de lucir a mi esposa florero?
Me rio, por su gesto y la sonrisa que tiene en los labios sé que no lo dice para ofenderme.
—¿Acabas de hacer una broma, Kyle Beckham?
Tensa los labios tratando de retener la sonrisa, me lanzo hacia él una vez más, esta vez permanezco varios segundos abrazada a su cuerpo antes de apartarme.
—Tengo que hacer llamadas...
—Las que necesites, solo no llames al idiota de Rogers. Él no va a ser tu representante, te conseguiré a uno mejor.
—De acuerdo —me bajo de la cama —significa mucho para mí que aceptes esto.
No puedo de cifrar la manera en la que me mira, y sé que no debería de acostumbrarme a esto, que no debería apreciar sus buenas acciones porque, ¿no es eso lo que un esposo hace?
Pero Kyle y yo no somos un matrimonio habitual, y me repito que esto no tiene porque significar más de lo que es. No dice nada mientras me alejo y yo no insisto, me siento conforme con estos pequeños gestos porque sé que, ahora, en este presente...es todo lo que obtendré de él.
Todo es un poco caótico luego de que aceptara la invitación para modelar. Tuve algunas reuniones, y Kyle dijo que podía ausentarme de la empresa los días que necesitara para enfocarme en esto.
Hellen Wells fue la representante que Kyle contrató para mí, una mujer de mediana edad que, según en palabras de mi esposo, tiene una basta experiencia en el mundo de la moda. Es ella quien se está haciendo cargo de todo, las llamadas con los diseñadores y encargándose de que todo este listo para mañana.
El tiempo se ha esfumado y ahora estoy a prácticamente veinticuatro horas de volver a presentarme en una pasarela.
—Estoy emocionada —admite Lauren con una sonrisa —¡Estás de vuelta! Y parece que eso causó una sensación en redes. Todos extrañan verte en las pasarelas.
—Bueno, no sé si en realidad esté de vuelta —confieso —Kyle aceptó por esta ocasión, no quiere decir que haya aceptado para que lo haga siempre.
—Es cuestión de tiempo para que lo haga. Comienzas a ablandarlo.
Sonrío, si bien es cierto que Kyle comienza a mostrarse más considerado, no significa que mágicamente halla olvidado todo lo que esta inmerso entre nosotros. Tal vez Lauren no lo sabe, o tal vez no entiende la magnitud de lo que ha ocurrido entre nuestras familias.
Quiero darle una respuesta cuando el timbre suena. Ceci cruza la sala hacia la entrada y me mantengo atenta a la persona que ha llegado a la casa, reconozco una conversación y luego...ella aparece.
—Abuela —me incorporo con rapidez —¿qué haces aquí?
—Si, bueno, ¿por qué no he recibido una invitación para asistir a tu pasarela de mañana? —reclama —y debo decirte que no me importa lo que tu esposo diga, tengo derecho de ver a mi nieta, ¿no es cierto?
Sé que no debería de estar aquí, sé que debería mantenerme alejada pero, ¿Cómo te mantienes lejos de la única persona que parece quererte con sinceridad?
Me acerco lo suficiente para poder abrazarla.
—Lamento no haberte llamado, así que ya estás enterada.
—No creas que me perderé tu regreso a las pasarelas, ¿verdad? —antes de que pueda darle una respuesta, su atención pasa a Lauren —Hola, Lau, ¿Cómo va todo?
—Excelente, señora Anderson —mi amiga sonríe —creo que les daré el tiempo para hablar, te veré mañana Aria, ¿cierto?
—Mañana —prometo.
Nos despedimos y en cuanto mi amiga se va, me concentro en mi abuela.
—No deberías estar aquí —susurro con suavidad —es...peligroso.
—Créeme, he estado en sitios más peligrosos que este —confiesa —además, sé que tu esposo no está, así que creo que puedo permitirme unos minutos contigo.
Parece completamente dispuesta a ignorar mis intentos de decir algo, y se sienta en el sillón. Palmea su costado invitándome a tomar asiento con ella.
—¿Cómo has estado?
—He estado bien.
—Te he echado de menos, sabes que al menos puede llamarme, ¿no es verdad? ¿O es que eso no se te permite?
Sonrío al notar su tono indignado.
—Claro que se me permite, no soy una prisionera. Kyle es considerado, solo...
—Solo no le gusta que tengas contacto con tu familia —dice con molestia —eso no lo hace tan considerado.
—Me hace inteligente, en realidad —me sobresalto cuando escucho su voz.
¿Por qué rayos siempre tiene que aparecer en los momentos más inoportunos? Sus ojos me escanean, sé lo que está pensando. Tiene una mirada extraña hacia nosotras, no parece molesto, más bien parece...casi satisfecho.
—Kyle —saluda mi abuela —espero que mi presencia no signifique un problema.
—En lo absoluto —sonríe —pero desearía que mi esposa me hubiese avisado que tendríamos visitas.
Teniéndolo enfrente recuerdo sus advertencias, el hecho de que tiene tantos deseos se asesinar a mi abuela como los tenía conmigo.
—Abuela, ¿por qué no vamos a almorzar? —ofrezco —estoy segura de...
—Aria no tienes que sacar a tu abuela porque estoy en casa —un pinchazo de un mal presentimiento me atraviesa el pecho cuando Kyle toma asiento a mi costado —¿Aria le ha dicho que modelará mañana? Parece un buen regreso, ¿no lo cree?
—Sí, me he enterado, y ese es el motivo de mi visita. Es un evento público, supongo que no podrás evitar que vaya a apoyar a mi nieta, ¿cierto? ¿O le dirás que me nieguen la entrada?
—Abuela —intervengo sintiendo que esta conversación va por donde no debería —¿realmente no quieres salir a almorzar? Podemos discutir los detalles mientras comemos algo, realmente estoy hambrienta.
Kyle sonríe.
—Si necesitan al chofer, avísame —casi ordena en mi dirección antes de incorporarse, me siento aliviada cuando nos deja solas, mi abuela no parece afectada en lo absoluto, se limita a sonreír y decir:
—Bien, ¿en dónde quieres almorzar?
Durante todo el tiempo que comparto con mi abuela, intento no pensar demasiado en la actitud de Kyle. Sé que es un poco paranoico de mi parte pero, ¿qué puedo hacer cuando sé que mi esposo quiere asesinarla?
Gracias al cielo el almuerzo pasa con rapidez, y cuando vuelvo a casa, voy directo a su despacho.
—Parece que has hecho de esto una costumbre —dice cuando irrumpo —¿necesitas algo para mañana?
—¿Qué fue eso?
Sus cejas se fruncen, deja a un lado los documentos y se incorpora.
—¿Qué cosa?
—No hagas como que no sabes de que hablo, tu repentina amabilidad con mi abuela.
—Aria, no soy un hombre que ceda a sus impulsos, lo sabes —la tranquilidad con la que habla solo me inquieta más —¿preferirías que hiciera que mis guardias la echaran de la casa? Si es eso, puedo hacerlo la próxima vez que te visite.
—Dijiste que no querías volver a verla aquí...
—Y me desobedeciste, como viene siendo costumbre pero, ¿qué problema tienes con eso?
Hay algo que no termina de cuadrarme del todo, como si Kyle tuviese algo entre las manos pero no consigo saber qué.
—Si hicieras algo...me lo dirías, ¿verdad?
Entiende de inmediato a lo que me refiero. Sus hombros bajan, eliminando la tensión y sonríe levemente.
—Claro que sí.
Asiento, no estoy convencida pero parece que no puedo hacer mucho. Cuando le doy la espalda dispuesta a salir, su voz me detiene.
—Aria.
—¿Sí?
—Espero que mañana sea un gran día.
Esta vez sus palabras me roban una sonrisa sincera.
—Sí, yo también.
Y sin decir más, abandono le lugar.
Estoy nerviosa, tan nerviosa como probablemente no lo he estado nunca. Bueno, si que he estado nerviosa antes pero esta es una sensación diferente. Estoy aquí, a punto de retomar algo que creí que había sido olvidado.
Soy la última en pasar, todos esperan mi entrada, y los nervios a cada segundo parecen hacerse muchísimo más fuertes.
El vestido que porto es una de las piezas más importantes de la colección, es un vestido plateado lleno de pequeños diamantes, el escote es pronunciado pero no lo suficiente para ser vulgar, en realidad parece tener la profundidad adecuada para ser sensual. El vestido tiene un degradado hasta la mitad de la pierna, en donde la tela comienza a hacerse transparente mostrando con ligereza mis piernas.
Posee una tira de diamantes a forma de tirante, que sostienen el vestido pero que son tan frágiles que un mal movimiento acabaría con ellos. mi cabello está recogido en una coleta alta para poder mostrar la piel de mis hombros, llevo un maquillaje más cargado del habitual y han complementado el outfit con una especie de abrigo blanco que llega a la mitad de mis antebrazos.
—¿Estás lista? Es tu momento —el staff me indica que debo salir.
Me preparo para enfrentarme a la multitud que aguarda detrás de las cortinas. Tomo una inhalación repitiéndome que he hecho esto, que puedo hacerlo. La música cambia anunciando mi entrada, mis pies avanzan a paso seguro, elimino la distancia que me separa del público y cuando aparezco, cuando los flashes se disparan y las luces me enfocan...
Me siento de nuevo como yo.
Como la chica que fui antes de estar sumida en un juego de venganza.
Reconozco las sonrisas de los invitados, las miradas de admiración de las mujeres mientras me abro paso, adueñándome de la pasarela. Mi sonrisa se vuelve real y recuerdo porque amo tanto hacer esto.
Porque decidí que esto es a lo que quiero dedicarme el resto de mi vida. El poder mostrarme al mundo, no nací para ser recluida, para estar en la oscuridad, yo nací para esto. Para brillar, para ser la protagonista.
Mientras avanzo, mientras mi sonrisa se hace más grande...lo veo. Está en primera fila como prometió, mantiene su atención en mí y está...sonriendo.
Sonriendo como probablemente nunca lo he visto, tiene un gesto sincero, y los ojos iluminados mientras me sigue con la mirada, no hay rastro de rencor, u odio. Cuando nuestras miradas se encuentran, Kyle sonríe más y lanza un beso hacia mí.
Todo parece ir a cámara rápida, la emoción me recorre la espina, me recorre cada fibra de mi ser mientras hago el camino de regreso, antes de desaparecer, me vuelto una vez más deteniéndome para posar delante de las cámaras...y luego se acaba.
Han sido pocos minutos, cerca de seis o siete pero se sintieron como los mejores que he tenido en mucho tiempo. Me reciben con felicitaciones y abrazos, hay un par de modelos con las que trabajé que parecen felices de mi regreso, y ahora no me detengo a pensar que probablemente esta es la única vez que lo haré dentro de mucho tiempo.
Llega el momento de salir detrás del diseñador, y todo...todo es tanta felicidad.
Aún tengo el vestido puesto cuando Kyle entra. No sé cómo ha conseguido que le den acceso al camerino pero está aquí.
—Hola —dice con una leve sonrisa —estuviste...mágica.
—¿Mágica?
—No encuentro una mejor palabra para describirte —admite con una sonrisa acercándose hacia mí. Mi pulso se dispara cuando lo tengo enfrente, si fuésemos una pareja normal supongo que este sería el momento en donde me besaría y diría lo mucho que me ama.
Su cuerpo se alza frente al mío, tengo que elevar la barbilla para mirarlo, su mano viaja hasta mí mentón y lo toma un par de segundos antes de inclinarse hacia mí. Cuando sus labios atrapan los míos en un gesto tan suave...creo que mi corazón colapsa.
Sus manos se aferran a mi cintura, acariciando la zona descubierta que el vestido deja. Nuestros labios se mueven con una sintonía casi perfecta...Kyle produce en mí una sensación contradictoria de que esto está mal...pero que a la vez me deja necesitada de más.
El beso se vuelve más profundo, mi cuerpo parece arder del deseo que ha despertado, pero en el momento en donde voy a entregarme por completo, se aparta.
—No puedo irme contigo —informa —tu abuela está esperándote afuera, volveré tarde a casa.
—¿Te marchas?
—Tengo que hacerlo, querida —sonríe acariciando el costado de mi rostro —esta noche ha sido perfecta. Te veo en unas horas, te prometo que mañana recompensaré.
Se marcha antes de poder decirle algo más, antes de que pueda confesarle que por primera vez, quería pasar una velada con mi esposo.
Mi abuela está emocionada, no ha dejado de hablar de lo hermosa que lucí sobre la pasarela, y del éxito que será el vestido gracias a mí.
He quedado con Lauren para beber algo luego de dejar a la abuela en casa, nos hemos ido en el coche juntas, y luego alguien la recogerá en casa.
Estoy feliz de que esté conmigo, de poder compartir estos momentos con ella pero no puedo apartar la sensación constante de que estoy traicionándola. Y ella es, probablemente la única persona que no lo merece.
Doblamos por una avenida, estamos a quince minutos de la casa, y la emoción parece haber bajado un poco, porque la sonrisa de mi abuela decae y sé que está a punto de decir algo que no me hará mucha gracia.
—Tu abuelo quiso venir —informa —pero no sabía si te daría gusto verlo.
No respondo.
—Aria, sé que te llamó. Me dijo que discutieron —extiende la mano para tomar la mía —creí que seguían teniendo una buena relación.
—No lo creo. En realidad no sé si pueda volver a ser lo mismo. Ellos...
—Aria, sabes bien como es tu abuelo, solo está preocupado. Quiere asegurarse de que estés bien y...
—¿Y por eso quiere que asesine a mi esposo?
Suelto las palabras tan rápido que no tengo tiempo de procesar lo que le he dicho. Aparta la mano con rapidez, sus ojos me cuestionan mientras su respiración se agita. Su mirada se torna confusa, preocupada.
—Pero, ¿qué estás diciendo?
—Por favor, abue, no digas que no lo sabes —tomo una inhalación —sé que odian a esta familia, pero pedirme que haga algo como eso...
—¿Tu...tu abuelo te pidió...? —se incorpora y luce más afectada de lo que esperé —oh, Dios. Él no haría algo como eso.
—¿No lo sabías? —me incorporo también —fue por eso que discutimos. Ellos son horribles, abuela. Y no me refiero solo a mi padre, ellos lo son, todos ellos. Han hecho cosas terribles y no puedo ignorarlas, no soy como tú, no puedo permanecer al lado de alguien sabiendo todas las cosas horribles que ha hecho.
—¿De qué cosas horribles estás hablando, Aria? ¿Qué es lo que Kyle te ha dicho? ¿Eso ha estado haciendo? ¿Envenenarte en contra de nosotros? ¿De tu abuelo? —sacude la cabeza —siempre te hemos protegido, hemos sido como tus padres...
—Abuela, sé que ustedes han sido probablemente las personas más buenas conmigo, incluso han sido más padres que los verdaderos, pero...no puedo ignorar lo que hicieron. No me pidas que lo ignore. Sabes los planes del abuelo y yo no...no soy capaz de formar parte de ellos. Esto no se trata de lo que me hicieron...
—Tú abuelo no es un asesino —dice con la voz temblorosa —no sé lo que ese hombre te haya dicho pero no es verdad.
Sonrío con tristeza, el hecho de que mi abuela no sepa lo que el abuelo hace, no quiere decir que esté de mi lado.
—Me pidió que asesinara a mi esposo, ¿en qué lo convierte eso? Deberías preguntarle que otras cosas ha hecho, y por tu bien, abuela, deberías alejarte de él. Por favor.
—¿Alejarme...?
La miro y el pecho me duele porque es evidente que no tiene conocimiento de nada, y quisiera hablar, quisiera decirle absolutamente todo pero... ¿Qué significaría eso para Kyle? ¿Para mí?
—Kyle quiere...
Antes de que pueda decir algo más, un golpe sacude el auto. Un grito sale de mi garganta cuando giramos abruptamente, mi cabeza golpea contra algo cuando un segundo golpe sacude el interior.
Las llantas queman contra el asfalto, mi respiración es agitada cuando el auto al fin se detiene.
—Abuela, ¿estás bien?
Tiene un corte en la frente y lleva la mano a la herida.
—Sí, ¿qué...?
Reconozco gritos afuera, la puerta del auto se abre y aparecen hombres delante de nosotras. Mi pecho late con furia cuando uno de ellos se sube al auto y coloca el arma frente a mí. Me toma dos segundos entender que no están aquí por mí.
Ellos....
—¡No! —un grito horrorizado brota de mis labios cuando toman a mi abuela —¡No, dejanla!
Uno de los hombres me detiene, empuja mi cuerpo hacia atrás mientras dos de ellos arrastran a mi abuela fuera del auto.
Nos bajan a ambas, pero contrario a ella, a mi me tratan con muchísima más suavidad. ¿La razón?
Son los hombres de Kyle.
Las lágrimas se deslizan por mis mejillas mientras observo como se la llevan, como a pesar de mis gritos y súplicas, la suben a uno de los autos... y se la llevan.
Los hombres me suben a otro auto, ahí reconozco al chofer de Kyle.
—Señora Beckham, el señor ha ordenado que la llevemos a un lugar seguro.
Toda la atmosfera de esta noche se va. Sus palabras vienen a mi memoria.
"Esta noche ha sido perfecta"
Las lágrimas vuelven porque de nuevo, para Kyle solo he sido un medio. Un medio para llegar a mi abuela, para usarme como una carnada.
Entonces lo sé, no puedo dejar que Kyle la asesine. No a ella.
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