19.- Aunque me cueste la vida
Aria
Tener la verdad no se siente como esperé. Kyle me dio exactamente lo que pedí, pero el resultado fue catastrófico.
Mi familia es asesina, mi abuelo...el hombre que cuidó de mí durante toda mi infancia, mató a un hombre inocente. Mi padre tuvo el descaro de presentarse ante Kyle para ofrecerme como un intercambio, un ojo por ojo, ¿hasta donde es capaz de llegar mi familia con tal de estar siempre en el poder?
Realmente no quiero averiguarlo, lo único que pretendo ahora, es poder tener mi propio plan, mis propias herramientas para poder salir de este sitio. Así que, durante los días siguientes, me concentro tanto como puedo en el trabajo, Kyle parece desear lo mismo, parece desear poner la distancia entre nosotros, la misma distancia que existía cuando nuestro matrimonio comenzó.
Me asignó un auto para poder volver del trabajo, así que los únicos momentos que compartíamos, era cuando ambos nos metíamos a la cama a la hora de dormir, y aún con eso, Kyle comenzó a llegar extremadamente tarde a casa, y se iba antes de que siquiera yo pudiera despertar.
Ceci parece darse cuenta de lo que sucede, en realidad, es evidente que está enterada de todo lo que ocurre en esta casa.
—No sé porqué quieres que crea que él puede cambiar —expreso cuando deja el café frente a mí —lo mejor que puede pasarnos a ambos, es que él se olvide de mí y...
—¿Realmente crees que va a olvidarse de ti? —cuestiona con una sonrisa —eso no va a pasar, Aria. Incluso cuando él te convenza de lo contrario. Mi niño jamás podrá olvidarse de ti.
—Le tienes mucha fe.
Un suspiro brota de sus labios. La noche se ha adueñado del ambiente, las luces son tenues en el interior de la casa, y hay un silencio reconfortante. Hoy seguramente es una de esas noches en las que Kyle llegará tarde, me he acostumbrado a no esperarlo despierta, después de todo, no es como si estuviese esperando un cálido recibimiento.
Es como si una brecha se hubiese abierto entre nosotros, la poca estabilidad que habíamos conseguido se esfumó con el peso de la verdad.
—Kyle es como un hijo para mí. Sufrió mucho siendo tan joven, tuvo que sacar adelante a su familia, cuidar de su madre porque luego de la muerte de los señores...ella no volvió a ser la misma, nadie en esta familia volvió a ser el mismo. Además, tuvo que criar a mi niña Fanny, ser la figura paterna que ella perdió. Asumió un rol que aún no le correspondía, ¿podemos culparlo por endurecer su corazón ante tanto dolor?
—Nadie lo culpa por ser tan duro —tomo una inhalación debatiéndome sobre si expresar lo que llevo pensando desde que Kyle llegó borracho esa noche a casa.
—¿Por qué lo culpas entonces?
—No lo culpo, quiero decir...entiendo que quiera vengar a su familia, yo misma quiero que mi familia pague por lo que le hizo pero... ¿Cómo te sentirías si fuese al revés y alguien estuviese usando a Kyle para una venganza?
Su mirada duda.
—Él odia a toda mi familia pero yo... yo no soy ellos, Ceci —cierro los ojos sintiéndome agotada de tener que defender un punto que debería ser claro —¿por qué pretende que pague el mismo precio que ellos? El hecho de tener su sangre, de compartir un apellido, no me hace igual, no me hace una asesina.
—Así que ya lo sabes —Ceci y yo nos incorporamos de inmediato cuando escuchamos la voz proveniente de Sara Beckham.
—Señora Beckham —sonrío tensa —no sabía que vendría de visita tan tarde.
—Ceci, déjanos sola por favor.
—Señora...
—Por favor —repite en un tono casi igual de autoritario que el de Kyle.
Le sonrío a Ceci cuando cruza por mi lado y me lanza una mirada de disculpa. Me preparo mentalmente para lo que vendrá a continuación, el hecho de que su madre me haya considerado agradable en el pasado no quiere decir que profese el mismo sentimiento hacia mi ahora.
—¿Vas a pretender que no sabías absolutamente nada?
Su mirada es acusadora, igual de fría que la de mi esposo. Hay una barrera latente en cada miembro de esta familia, una barrera que se vieron obligados a construir para mantenerse a salvo.
—No sabía nada, hasta hace unos días. Kyle y yo discutimos, y él me contó todo.
Sara se acerca, me mantengo firme en mi postura aún cuando se acerca hasta estar a centímetros de mi rostro.
—No te creo en lo absoluto.
—Con todo respeto, señora Beckham, no tiene por qué creerme —retrocede visiblemente indignada —en realidad, ni siquiera deseo que lo haga. Estoy agotada de tener que explicar lo mismo, de tratar de convencerlos que no tengo la culpa en las acciones horribles de mi familia, ustedes me creen culpable, no voy a tratar de convencerlos de lo contrario.
—Porque sabes bien que mientes, toda tu familia lo hace. Lo han hecho siempre.
—Lo sé —sonrío con tristeza —entiendo que no me quiera, entiendo que aborrezca el hecho de haberme convertido en la esposa de Kyle, pero debe de saber que tan pronto como Kyle consiga lo que desea, no tendrá que volver a verme. Su hijo me quiere para un fin, y haré lo que me corresponda hasta que ya no me necesite, cuando ese momento llegue, usted podrá disfrutar de mi ausencia, como si nunca hubiese estado aquí.
Trato de esquivarla para salir del espacio que comienza a sofocarme pero me detiene.
—¿No harás nada para salvar a tu familia?
—¿A mi familia? Yo no tengo familia, señora Beckham —retrocedo, quedando de nuevo frente a ella —¿salvas al padre que abusó físicamente de mí durante veintiún años? No lo creo. ¿Salvar a mi abuelo? ¿Qué caso tendría? Alguien me dijo que cuando una mujer no es protegida por aquellos que deberían de hacerlo, es momento de que se cuide ella sola. Eso es lo que haré a partir de este momento.
—¿A qué estas jugando, Aria?
—No estoy jugando —la enfrento de nuevo —su hijo me detesta igual o incluso más que usted, lo único que hago...es mantenerme con vida. ¿Puede culparme?
No responde. Cuando es evidente que la charla ha finalizado, sonrío del mismo modo tenso y retrocedo.
—Que tenga buena noche, señora Beckham.
Gracias al cielo no vuelve a molestarme, pero el peso de la conversación no me deja dormir. Y no pretendo estar en la habitación cuando Kyle llegue así que me refugio en el ala de la mansión más silenciosa que encuentro.
Kyle posee una biblioteca gigantesca, hay innumerables títulos de todos los géneros, desde historia hasta romance contemporáneo, es evidente que alguien cuida con dedicación este lugar porque no hay ni una sola pizca de polvo.
En medio del salón hay una especie de sillón redondo que sirve como asiento de lectura, realmente ahora mismo no pretendo adueñarme de ningún libro así que solamente me tumbo sobre el sillón y abro el IPad.
El diseño en el que estoy trabajando aparece delante de mí, sonrío al notar como el vestido comienza a tomar forma. Diseñar siempre se ha sentido liberador, como un respiro que me da el oxígeno para seguir existiendo.
Supongo que cuando algo te apasiona tanto, encuentras en eso un motivo para continuar avanzando.
Pierdo la noción del tiempo mientras estoy ahí, solamente me concentro en cada trazo, en cada línea de color que comienza a añadirse al vestido, estoy tan sumida en mi propio mundo que cuando la puerta de la habitación se abre con un movimiento brusco, grito y el IPad termina estrellándose contra el suelo.
—¡Me asustaste! —reclamo mirando a Kyle quien se acerca con rapidez hasta donde me encuentro —¿Qué pretendes entrando de ese modo?
—¿Qué pretendes tú desapareciendo de esta forma? —grita de vuelta —¡Joder, Aria! Creí que...
—¿Qué había escapado? —espeto recogiendo mi tableta —Dios, creí que podrías dejarme en paz por al menos un par de horas.
—Cuatro —corrige —hace cuatro horas que Ceci no te ve por la casa, y lo último que sé de ti, es que has discutido con mi madre.
Resoplo.
—Bueno, ahora sabes que estoy aquí así que, ¿puedes devolverme mi momento de tranquilidad?
Lo duda, su mandíbula se tensa pero al final termina dándome la espalda y marchándose sin decir nada más.
Evidentemente luego de su aparición no puedo concentrarme, decido dejar el diseño a un lado e intentar con algún libro pero es un intento igual de fallido, así que al final, opto por volver a la habitación.
Kyle esta en la cama cuando llego, sostiene su teléfono y teclea algo en él antes de mirarme. Nuestras miradas se encuentran por un par de segundos antes de que él aparte los ojos y yo decida acercarme.
Me meto a la cama ocupando el lado que me corresponde y dejo la tableta a un lado. El silencio cae sobre nosotros, la habitación está oscura, iluminada brevemente por la lámpara del costado de Kyle, y sé que definitivamente el sueño no hará acto de presencia pronto.
—Espero que mi madre no te haya incomodado —dice de pronto —le advertí que ni ella ni Fanny volvieran a molestarte. Si dijo algo...
—No —me remuevo contra las sábanas —no puede decir nada peor de todo lo que ya se ha dicho desde que llegue a esta casa.
Lo escucho suspirar, lo siento moverse y el sonido de su celular al ser depositado contra la mesita de noche. No lo miro, sin embargo, cuando se gira y su cuerpo roza contra el mío, no puedo mantener la mirada apartada de sus ojos.
—¿Planeas evitarme por el resto de nuestro matrimonio? —inquiere.
—¿Cómo lo supiste? —finjo un tono de pesar —creí que estaba siendo discreta.
Una sonrisa cruza por sus labios.
—Así que la respuesta es afirmativa.
—Creo que estás viendo todo de manera distorsionada, porque el que se ha distanciado, eres tú. Incluso me pusiste un chofer para que no viajemos en el mismo auto, no sé como pretendes reclamar algo que tú mismo estás haciendo.
—Bueno, creí que necesitarías tu espacio luego de...—no termina la frase, soy muy consciente de como su cuerpo se tensa y termina apartándose de nuevo —como sea.
Sonrío.
—¿Lo ves? Eres tú quien se aleja siempre. Aunque eso no significa un problema para mí, solo para que lo sepas.
No responde. Parece haber adoptado otra vez al silencio como respuesta y considero la idea de salirme de la habitación y volver al cómodo sillón de la biblioteca.
Cuando creo que es la mejor idea que puedo tener, algo me asalta la mente. Algo que no me ha dejado de dar vueltas en la cabeza y que probablemente si lo digo, no tenga una respuesta. Pero ahora, en medio del silencio y la oscuridad parcial de la habitación, me siento más valiente como para cuestionarlo.
—¿Realmente te sentiste atraído por mí hace seis años?
—Creo que tienes una fijación con el pasado.
Me rio y giro para conseguir mirarlo.
—¿Y me dirás que tú no?
Sus ojos se dirigen hacia mí, tengo una sonrisa en los labios, esperando su respuesta. Parece pensárselo demasiado...mucho. Creo que no responderá, al final, no tiene que hacerlo, pero de nuevo me sorprende cuando maldice por lo bajo y gira, quedando justo frente a mí.
—Sí.
Me siento...impresionada. Es decir, nunca imaginé que Kyle pudiera sentir realmente algo por una mujer, especialmente por mí.
—Dijiste que tus padres querían hablar con mi familia...
—Nunca supe si lo hicieron —dice el tono neutro —en todo caso, creo que se habrían negado. Lo que tu familia quería era quedarse con nuestro dinero, un matrimonio solo complicaría las cosas.
—Hubiese aceptado, ¿sabes? Tal y como acepté cuando me dijeron que tenía que ser tu esposa.
—¿Qué pretendes preguntando eso, Aria?
—Nada. Solo me resulta increíble que tus sentimientos hacia una mujer puedan cambiar tan drásticamente. Pasar de querer considerarla tu esposa, a querer matarla.
—Nunca dije que voy a matarte.
—Lo sugeriste —elevo uno de mis hombros —y está bien, si tu familia hubiese hecho lo mismo, creo que buscaría la forma de vengarme. Lo entiendo, ¿sabes? Tú necesidad de hacerlos pagar. En cierta parte creo que lo merecen, me he dado cuenta que nunca han sido una familia para mí realmente, así que... si te preocupa que pueda opinar algo al respecto, no lo hago.
—Tus opiniones me tienen muy sin cuidado, Aria.
Ruedo los ojos, he comenzado a acostumbrarme a sus palabras filosas, consiguiendo que cada vez duelan un poco menos.
—Bien.
Me giro completamente dándole la espalda, con la firme intención de dar por terminada nuestra charla y dormir. Sin embargo, él tiene otros planes. Siento su mano posarse en mi cintura, su cuerpo se apega al mío y su respiración golpeando en el hueco de mi cuello.
—¿Por qué tienes que hacer todo tan jodidamente difícil? —susurra.
Sus labios se encuentran contra mi piel, me estremezco bajo su toque, ante la caricia que su mano deja a lo largo de mi cintura, su cuerpo me aprisiona y pronto, siento su dureza contra mi trasero.
—No estoy haciendo nada —espeto de vuelta —y aléjate, Kyle. No voy a tener sexo contigo, no después de...
Jadeo cuando siento su mano perderse debajo del camisón de seda, abro las piernas casi por inercia sintiendo sus dedos acariciar mi entrada por debajo de mi ropa interior.
—¿Qué decías?
Mi razonamiento vuelve, es el hombre que se ha encargado de dañarme, el hombre que me detesta, que me ha dejado claro que solo soy un medio para llegar a lo que realmente quiere.
—Que te apartes de mí.
Esta vez lo hace, su mano abandona mi entrada y su cuerpo se aleja del mío. Cierro los ojos, el silencio nos envuelve otra vez sintiéndose más pesado que antes, tal vez debo acostumbrarme a esto, tal vez junto a Kyle...no conoceré otra cosa más que el silencio.
Bea me mira conmocionada al otro lado de la mesa.
—¡Dime algo! —parpadeo saliendo del trance.
—¡Felicidades! —sonrío incorporándome —¿de cuánto tiempo estás?
—Dos meses —da un par de palmaditas —sinceramente, eres la primera amiga en saberlo.
—Oh, eso me hace sentir especial —me rio —¿Ron ya está enterado?
—Por supuesto, está tomando unos tragos con Kyle justo ahora —dice y suspira —creí que sería complicado porque con todos los nuevos planes que tiene ahora...no creí que estuviese feliz por esto. Pero está encantado.
—Oh, ¿Cómo no estaría feliz? Si a kilómetros se nota que te adora.
—No se trata de eso, sino que habíamos acordado que no tendríamos hijos pronto y esto se sale de los planes —una risa brota de ella —¿Qué hay de Kyle y tú? ¿También llegaron a ese acuerdo?
Volvemos a nuestros asientos, me aclaro la garganta mientras le doy una sonrisa dudosa.
—Kyle y yo no queremos hijos.
—¿Aún? —cuestiona antes de sorber del popote de su bebida. Solo puedo asentir —cuando decidan tenerlos, estoy seguro de que saldrán preciosos.
Mi sonrisa se vuelve un poco más sincera.
—Espero ser escogida como la madrina —cambio de tema —soy muy buena para los bebés.
—Claro que sí, ¿Kyle aceptará ser el padrino?
—Tal vez, Kyle es una caja de sorpresas.
Pasamos el resto de la comida conversando sobre el embarazo, sobre lo mucho que su familia está emocionada y es como si con esto, Bea luciera más radiante, y muchísimo más feliz.
Cuando vuelvo a casa, sorpresivamente encuentro a Kyle en la cocina.
—Vienes de buen humor —dice apenas me mira —¿la reunión con Bea fue bien?
—Sí —sonrío —van a tener un bebé, ¿Ron te lo dijo?
—No dejó de hablar de eso —se ríe —me alegro por ellos. Son buenas personas. Un bebé es lo que necesitan para completar la imagen de una familia perfecta.
No sé en realidad como interpretar su comentario, así que solo me limito a cruzar por su lado y avanzar hacia las escaleras. Poco después, escucho sus pisadas detrás de mí.
—Hay algo que tengo que decirte.
Me giro hacia él cuando llegamos a la habitación.
—Te escucho.
Parece tomarse el tiempo antes de hablar. Mira a un punto por detrás de mí, y luego de unos segundos que parecen eternos, por fin habla.
—Este fin de semana tu abuelo está planeando un viaje familiar a unas cabañas, supe que va a llegarte una invitación, supongo que intentarán obtener la información que prometiste darles la última vez que hablaste con él.
Su tono es firme, se acerca y aunque tiene el característico porte intimidante, no me atemoriza esta vez.
—Irás.
—No —mi negativa lo sorprende.
—¿No?
—No puedo mirarlo y fingir que no sé lo que hizo —da un paso hacia atrás, claramente sorprendido y contrariado —no puedo...no puedo fingir que todavía estoy de su lado. Conozco esos fines de semana, hace actividades ridículas de convivencia y yo no puedo estar a su lado fingiendo que no sé lo que te hicieron.
—No necesito tu lástima.
—¡Eres tan odioso! —exclamo con exasperación —no tienes mi lástima, no lo tienes en lo absoluto. No siento pena ni compasión. Solo entiendo lo que pasaste y no puedo plantarme frente a ellos fingiendo que no son unos asesinos.
—Pues tendrás que hacerlo porque si ellos sospechan, si tienen la más pequeña pista de que estás enterada de la verdad, todo va a irse a la mierda. Necesito que confíen en ti.
—¿Por qué?
—Porque eres el medio para llegar a tu abuelo, si él no confía en ti entonces mi plan no sirve para nada.
—¿Vas a decirme cuál es tu plan?
—Voy a arrebatarle el poder a tu abuelo, no hay nada que ellos deseen más que eso, así que voy a quitárselo sin que se den cuenta, para eso te necesito, Aria. Necesito que seas tú quien me de acceso a todo lo relacionado con su imperio.
—Kyle, jamás van a darme tanta información. No lo han hecho antes, ¿por qué lo harían ahora?
Sonríe. Se acerca hasta mí, extiende la mano y esconde un mechón de cabello detrás de mi oreja. Podría resultar un gesto tierno viniendo de cualquier otra persona, pero Kyle no tiene la ternura integrada en su sistema.
—Solo necesito que tomes el celular de tu abuelo por unos minutos, sé que la zona donde irán tiene cobertura, así que necesito que lo tomes y me llames, te diré que hacer.
Su mirada se encuentra con la mía, sé que espera que lo haga, pero, ¿Cómo podré mirarlos a los ojos y fingir que sigo en la mentira?
—Sé que será difícil para ti, pero confío en que puedes hacerlo.
—¿Confías en mi?
Sus ojos destellan con duda, pero en realidad no sé si tiene relación con mi pregunta.
—Aunque me cueste la vida, confío en ti.
Esta vez mi sonrisa se ensancha, soy yo quien tiene el gesto satisfecho.
—Voy a hacerlo con una condición. Necesito que me prometas algo.
—¿Qué cosa?
—Prométeme que cuando esto acabe...me dejarás ir. Me dejarás apartarme, tener mi vida, ser feliz. Necesito saber que podré continuar después de todo esto.
Su mirada se oscurece, su gesto se torna duro pero asiente, sus ojos me muestran sinceridad antes de decir:
—Lo prometo.
_____________________________________________________________________
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro