15.- Fiel compañero
Aria
Creo que he entendido lo que significo para todas las personas en mi vida. Creo que también he entendido los motivos que orillaron a mi esposo a elegirme como su esposa.
Al fin lo he entendido.
Y realmente no consideré que el dolor en el pecho hiciera acto de presencia, no consideré que la respiración se me cortara y mi fuerza de voluntad se agotara para conseguir aparentar una apariencia fría mientras observando a mi esposo dice las dos palabras que me perseguirían hasta mis últimos días.
"De acuerdo".
Kyle quiere que traicione a mi familia, aunque, si lo considero, no estaría traicionándolos. Ellos no se han preocupado por mí, Kyle tiene razón, debo buscar mi propia sobrevivencia y, por el momento, eso está a su lado.
He entendido que estoy sola, completamente sola. No tengo aliados, ni amigos. Lauren, la única persona a la que podía considerar como una verdadera amiga, tal vez está trabajando con mi abuelo, tal vez solo está buscando su propio bienestar y eso involucra traicionarme, tal y como yo lo estoy haciendo con todos.
—Estás muy callada —Kyle me observa con profundidad.
El celeste de sus ojos permanece sobre mí mientras corta un trozo de carne. Al final, pudo convencerme para tener una cena fuera de casa. Escogí uno de los restaurantes locales que no le hizo demasiada gracia pero tampoco lo hizo objetar.
El local tiene un segundo nivel que nos permite mirar la ciudad desde un espacio privilegiado. Las luces parecen diminutas a la distancia y no puedo evitar considerarme del mismo modo que ellas.
Tan diminuta.
—Solo he estado pensando —respondo cuando termino de masticar mi comida.
—¿En qué?
—En todo —tomo la copa de vino y la llevo hasta mis labios.
El sabor me llena el paladar, me permito esos segundos en los que puedo permanecer en silencio antes de considerar si revelar mis pensamientos a mi esposo es una buena idea.
—Siempre supiste que esto pasaría, ¿cierto? Que conseguiría ponerme de tu lado.
Su habitual sonrisa maliciosa aparece. soy consciente de que las veces que Kyle me ha sonreído con sinceridad son nada a comparación de estas sonrisas crueles y frías que siempre me dedica.
—No estaba seguro, pero si algo sé, es que todas las personas en determinado momento comienzan a buscar los medios para sobrevivir.
—Aún no entiendo porqué odias tanto a mi familia.
—Aria —el tono de advertencia no me pasa desapercibido —no te traje a cenar para que hablemos de esos temas. No te compete saberlo.
—¿Ni siquiera porque voy a hacer lo que digas?
Suspira, deja los cubiertos a un lado y parece repentinamente enojado. Sus rasgos son duros, pero cuando la molestia cae sobre ellos, se acentúan mucho más. La mandíbula se tensa, la mirada se oscurece y sus ojos se estrechan, listo para atacar, para acabar con cualquiera que se esté atreviendo a retarlo.
—Hacer lo que yo diga va a garantizarte una vida acomodada hasta el último de tus días. Supongo que es eso lo que quieres, ¿cierto? Considéralo un pequeño precio a pagar.
—Un pequeño precio a pagar, ¿realmente crees que eso es? ¿Un pequeño precio? —dejo los cubiertos de lado mientras centro toda mi atención en él —me has sumido en una vida que nunca deseé, prácticamente me obligaron a casarme contigo, he estado a lado de un hombre que realmente parece no tolerar mi presencia y solo lo hace, porque va a obtener algo de mí. Dejé mi carrera a un lado, estoy sola, en este matrimonio, atada a ti. Como yo lo veo, Kyle, es mucho más de lo que tal vez otra mujer te ha dado.
—No te obligué a nada, Aria. Nunca te he obligado a nada.
Sonrío con amargura.
—¿Qué hay del modelaje?
—Oh, joder —lanza la servilleta contra la mesa —¿de verdad seguirás insistiendo en eso? Maldición, Aria.
—Supongo que eso es la excepción a la regla, ¿verdad? Claro que me obligaste a renunciar, y a pesar de que lo hice...
—Para un hombre como yo, que su esposa esté en el mundo del modelaje...
—Es vergonzoso, insultante, es algo que no puedes tolerar —lo interrumpo —no toleras que tu esposa, tu propiedad, sea vista por alguien más.
—Es peligroso —dice sin inmutarse —¿tienes idea de la cantidad de personas que podrían tenerte bajo la mira? No es lo mismo chantajear a un padre, que a un esposo. ¿Sabes cuantas amenazas ha recibido mi madre? ¿O mi hermana? No voy a dejar que nadie considere que puede usarte como mi debilidad.
—No soy tu debilidad...
—No, pero tampoco soy inmune a ti y se alguien jodidamente te usa en mi contra...
La sinceridad de sus palabras me golpea, recuerdo lo preocupado que estuvo cuando me secuestraron, la manera en la que estaba tan dispuesto a acabar con los responsables. Kyle Beckham puede ser un hombre cruel, pero sé que cuando se trata de rescatarme....
—No sé si te creo.
—No tienes que creerme —dice recuperando sus cubiertos.
No hablamos después de eso, nos concentramos en comer, cada uno perdido entre sus propios pensamientos. Kyle paga la cuenta cuando terminamos, el auto ya nos está esperando a fuera y cuando entramos, un nuevo silencio nos envuelve.
Kyle no viene a la habitación, dice que tiene mucho trabajo que hacer y se pierde en su estudio así que un silencio casi sepulcral me recibe cuando ingreso a la habitación.
Siempre me ha parecido increíble la manera en la que tu vida puede cambiar en un solo día. Como todos los planes se pueden esfumar, y transformarse en algo sumamente distinto, en algo que nunca imaginaste.
Mientras me desvisto y me cambio por la bata de seda que siempre suelo usar...considero que esto está muy lejos de todo lo que imaginé. No es el sitio en donde creí estar, algo en mí dice que podría ser mucho peor, pero... una parte de mí aún grita que definitivamente puedo tener algo mejor.
—Solo tienes que aguantar —cierro los ojos y susurro para mi misma —encontrarás una manera de salir de esto.
Estaría al lado de Kyle...pero no para siempre. Solo mientras elaboro mi propio plan para dejar atrás todo lo que nunca pedí.
Parece que mi esposo habló muy en serio cuando mencionó mi participación en el área de diseño de su empresa.
A la mañana siguiente me hizo acompañarlo a las oficinas para hacerme tomar mi nuevo puesto.
Un puesto que claramente se me otorgó por ser la esposa del jefe pero ¿a quien le importa? No creí sentir emoción por esto, pero mientras Freddy, uno de los diseñadores me muestra todas las herramientas que tienen...me siento...feliz.
—Realmente no quiero que crean que por ser la esposa del jefe vengo a imponer —me sincero cuando mi recorrido a acabado y me he reunido con todo el equipo de diseño. —Ustedes llevan trabajando mucho tiempo aquí y yo soy la nueva así que espero que puedan tenerme paciencia.
Todos ríen.
—La demostración que hizo con los colores el otro día es suficiente para nosotros —habla ahora Cole —¿quiere intentar hacer un diseño?
—No me hablen tan formal, por favor —pido —y sí, me encantaría.
Es así como me paso las siguientes horas, perdida entre los diseños, colores, y aprendiendo todas las cosas sobre el mundo automotriz.
Cerca de las dos de la tarde, cuanto todos los demás se van a comer, me sorprende encontrar a Kyle apoyado en el umbral de la entrada. Porta uno de sus elegantes trajes y me regala una sonrisa que si bien no es del todo natural, se puede considerar más genuina que todas las anteriores.
—¿Qué tal tu primer día? —cuestiona cuando me acerco —¿el equipo de trató bien?
—Todos son una maravilla —admito —han sido muy amables. No sabía que podría aprender tanto de autos con solo sus diseños.
—Créeme, el diseño es lo más importante. Podremos tener todo lo mejor pero si los clientes no se enamoran del auto con solo verlo, no tendremos ni una sola venta.
Sonrío. No parece tener la intención de marcharse así que voy por mi bolso y salimos juntos de la sala.
—¿Has venido a supervisarme?
—No, he venido para que vayamos almorzar —dice mientras revisa algo en su teléfono —estoy libre así que he pensado que podría mostrarte el resto del edificio.
Asiento aunque él no me mira, cuando parece que ha terminado de teclear en su celular me conduce por los pasillos del edificio, da explicaciones rápidas pero importantes del resto de las áreas, me presenta a algunas personas, y al cabo de unos veinte minutos, me conduce a su oficina.
Apenas ingreso, siento mi rostro arder en vergüenza cuando recuerdo la manera en la que me tuvo sobre su escritorio, él no parece recordarlo, se posiciona detrás del escritorio y me hace un ademán para que tome asiento frente a él.
—Este es el menú que puedes ordenar en el restaurante de la empresa —desliza hacia mi una especie de hoja plastificada.
—¿Hay un menú específico para empleados o...?
—Sí, pero tú no eres una empleada —dice como si lo hubiese olvidado —así que puedes ordenar todo lo que desees.
Me toma cerca de diez minutos decidirme, Kyle ordena un filete de pescado acompañado con pimientos fritos y arroz, y yo opto por un filete de carne con puré de papa y pimientos. Durante nuestra comida, ninguno habla, parece ser nuestra nueva rutina, comer sin hablar y apenas interactuar.
Cuando tengo que volver, Kyle está en una llamada así que apenas me mira cuando salgo de su oficina. Me paso el resto del día acoplándome a la forma de trabajar de todo el equipo, una cosa es diseñar prendas de ropa con total libertad y otra muy distinta a diseñar exteriores de autos que todo un equipo tiene que aprobar.
Para el final de la tarde, recojo de mis cosas y voy hasta la oficina de Kyle. Él se encuentra recogiendo sus propias cosas y cuando me escucha llegar, eleva la mirada.
—Pasa.
—¿Te vas ya? Sino puedo pedir un taxi...
—Nos vamos —dice cerrando el maletín —¿tienes todo?
Asiento. Él apaga las luces de la oficina y lo sigo cuando sale al pasillo, ya me he acostumbrado a sus silencios, así que no significa nada que no intente formar una conversación cuando vamos en el auto, sin embargo, al llegar, suelta una maldición y me mira.
—Mi madre y hermana están aquí —informa —por favor, compórtate.
—Te recuerdo que son ellas las que me odian —mascullo bajando del auto —no al revés.
Me mentalizo para enfrentarme a las dos mujeres que detestan mi existencia tal vez incluso más que Kyle y me repito que puedo sobrevivir al encuentro.
—Parece que omitiste contarme las buenas nuevas —la señora Beckham es la primera en hablar —Aria ya forma parte de nuestras empresas.
—Es su deber como mi esposa, madre —Kyle se quita el traje —y podemos aprovechar sus habilidades de diseño para nuestros nuevos modelos.
Su madre no parece tener intenciones de hablar conmigo, mucho menos su hermana así que me excuso diciendo que necesito descansar, y voy hasta la habitación.
Me cambio el vestido por una ropa mucho más cómoda y decido utilizar la tina. Siempre he pensado que podemos utilizar el momento del baño como un momento para nosotras mismas, no tengo conmigo las habituales fragancias para la espuma del baño que suelo usar pero me conformo con las que Kyle tiene en el baño.
No me preocupo por el tiempo, me quedo ahí tomando esos momentos lejos de la presencia de Kyle, lejos de sus órdenes y sonrisas frías, y si no fuese por las voces que suenan en la habitación, probablemente me hubiese quedado mucho más tiempo dentro.
—Fanny, tengo muchas cosas más importantes que hacer que ocuparme de tus insignificantes problemas.
—¡No son insignificantes! —salgo del agua, extiendo la mano para tomar la bata de baño y poder salir mientras la conversación afuera continúa.
—¿Qué quieres que haga?
—Llama a tus contactos, a algún diseñador, no puedo acudir con algo que todos ya hayan visto, tiene que ser nuevo, se supone que soy la invitada especial, no puedo...
Sus palabras se detienen cuando salgo del baño. Fanny parece molesta de verme y no lo disimula ni un poco.
—Tal vez Aria conozca a alguien —Kyle se encoje de hombros —Fanny necesita un vestido exclusivo, algo que nadie haya visto —rueda los ojos —¿crees conocer a alguien?
—¿Cuándo lo necesitas?
—En tres días —me rio y eso parece irritarla.
—Ningún diseñador te hará un vestido en tres días. Sobre todo para un diseño exclusivo, ellos ya tienen seleccionadas a las personas que los portarán. Así que probablemente no pueda hacer mucho.
Fanny resopla y voltea hacia su hermano, Kyle rueda los ojos y está por decir algo más cuando una idea se me cruza por la mente, y la digo sin pensar.
—Puedo darte uno de mis diseños, hay una colección de vestidos que no tuve oportunidad de enseñar —sonrío levemente —estoy segura de que con pequeños ajustes, quedaría perfecto.
Un silencio se instala entre nosotros, uno incómodo. Tenso.
—¿En serio crees que tus diseños están a la altura? —sonríe con burla y un pinchazo de molestia me atraviesa el pecho. —Quiero diseños exclusivos, no uno...
—Fanny —la voz autoritaria de Kyle se eleva más de lo normal interrumpiendo a su hermana—solo diré esto una vez, no vas a faltarle el respeto a mi esposa. Suficiente está haciendo por ti, si no quieres usar sus diseños, bien, entonces vete y encuentra a alguien dispuesto a soportar tus malditos caprichos.
Un dejo de incredulidad me invade cuando Kyle se planta con firmeza delante de su hermana, ella parece tan incrédula como yo porque suelta un jadeo ofendido antes de mirarme.
—¿Así que ahora eso es lo que vas a hacer? ¿Poner a mi hermano en contra de su familia? Creí que esta mujer solo era un medio para nuestra venganza, Kyle —habla ahora hacia su hermano —no tengo porque respetarla, mucho menos tú. Ella no es mi familia.
—Pero la mía si —Kyle endurece la mirada —y le debes respeto por el simple hecho de que es mi esposa —recalca las últimas dos palabras —y porque, si no estás dispuesta a hacerlo, entonces no quiero tu presencia aquí.
—¿En serio crees que poniéndolo en nuestra contra vas a ganar algo? —Fanny se ríe —tan pronto como consigamos lo que deseamos va a deshacerse de ti, no significas absolutamente nada, Aria.
Sus palabras se me clavan en el pecho porque sé que dice la verdad, porque aunque Kyle comience a mostrarse más comprensivo, cuando obtenga lo que desea... tal vez se olvide de eso.
—Has agotado mi paciencia —espeta tomando a su hermana del brazo. —Fuera.
Me quedo de pie en medio de la habitación, procesando todas las palabras que he escuchado. Fanny dice la verdad, es el plan que la familia Beckham tiene en mente, es a donde quieren llegar y no se permitirán arruinarlo por nada...ni por nadie.
No tengo ningún aliado, tal vez debo comenzar a formar mi propio plan. Uno que me lleve lejos de Kyle, y de su retorcida venganza.
Me siento en el borde del colchón y cierro los ojos por unos segundos, pocos, pero los suficientes como para permitirme serenarme de nuevo.
Cuando la puerta se abre, no me muevo. Kyle entra con pasos lentos, acercándose hasta donde me encuentro.
—No la escuches.
—¿Por qué? Estaba diciendo la verdad —tomo una inhalación. Me incorporo, afianzando mis brazos contra mi pecho —que te muestres amable, que me dejes trabajar en tus empresas, me lleves a cenar y le pidas que me respete, no cambia el hecho de porque estoy aquí. No cambia el hecho de que solo me necesitas para tu venganza y que, una vez que lo consigas, vas a deshacerte de mí.
—Aria...
—¿Me matarás al igual que a ellos? —su rostro se contrae —¿o mi muerte será más rápida porque te ayudé a destruirlos?
—Cierra la boca, Aria.
—Aunque claro, supongo que necesitarás herederos antes, ¿no es verdad? Así que antes de matarme, te asegurarás de eso.
—Créeme, lo último que quiero son hijos tuyos. No toleraría que alguien comparta la sangre de tu familia y la mía también.
Su tono es frío, cruel, tan malditamente doloroso. Mis ojos se humedecen, retrocedo un paso y él cierra los ojos con fuerza.
—Aria...
—Gracias por tu sinceridad, Kyle.
Las lágrimas nublan mi visión cuando cruzo por su lado, tengo solo una bata de baño pero eso no me impide salir de la habitación porque necesito alejarme. No sé a dónde voy, mi vista se distorsiona y mientras avanzo por el pasillo me doy cuenta que ya estoy llorando.
—Oh, cielo —choco contra alguien. Apenas y puedo ver que se trata de Ceci —Aria, ¿qué ocurre?
Sacudo la cabeza, eso parece ser una respuesta para ella porque suspira y me conduce por los oscuros pasillos hasta una habitación que no había visto.
—Él me odia tanto, Ceci —sollozo cuando cierra las puertas —y no entiendo por qué. No le he hecho nada, ¿por qué es tan cruel?
—Ojalá pudiera responder a eso. Pero ¿quieres que te diga algo? —la miro a través de las lágrimas —si no obtienes lo mismo que das, cariño, entonces no vale la pena. No elijas bandos, elígete por encima de todos.
—Pero dijiste...
—Sé lo que dije. Pero cuando una mujer no es valorada por quienes deberían protegerla, es momento de que ella misma lo haga.
Su mano envuelve la mía.
—Sobrevivirás, cariño. Y eso será suficiente para que le demuestres a todos que se equivocaron contigo.
Deja un último apretón antes de incorporarse y salir, dejándome con el silencio, quien se ha convertido en uno de mis fieles compañeros.
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