Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4 🖤

Allison

La comprensión y la conmoción golpean mi pecho. Tengo el corazón desgarrado al suponer todo lo que mi padre ha pasado el tiempo que estuvo ahí abajo. Hay una razón por la que no quiere mencionar el tema. Lo veo en su expresión cuando mi madre hace preguntas. Él está aterrado y roto. Si pudiera entregaría mi alma a cambio de que mi familia sea feliz.

No tengo el nombre para este choque de emociones que me atraviesa. Es una mezcla de culpa, rabia, desesperación y frustración. Nada ha sido fácil desde mi maldición y el sufrimiento no terminará hasta que acabe con el señor de las sombras.

Mis nudillos se aprietan y el Jeep se llena de humo. El faro en la acera se enciende y se apaga simultáneamente. No quiero seguir lamentándome. Necesito soluciones. Necesito respuestas. Les he fallado a las personas que amo y no descansaré hasta reparar el daño que he causado por culpa de Catalina.

—¿Qué tan grave es? —pregunto—. Necesito saber si mi madre y mis hermanos están a salvo con él, Annie. Si no es el mismo...

—Es el mismo—responde la gata—. Pero tiene un defecto. Es como una bomba de tiempo que estallará cuando llegue el momento.

—Él tiene el interruptor.

—¿Tu suegro? —dice Annie—. Eso es obvio. Tu padre es un peón más en su juego.

—¿Cómo puedes asegurar eso?

—Porque reconozco cuando un alma tan buena como la suya está dañada, querida.

La desolación provoca que las lágrimas piquen en los bordes de mis ojos y me obligo a retenerlas ante la expresión de Annie. Llorar no significa debilidad, pero estoy tan cansada de permitir que ese monstruo sea dueño de mis emociones. No le pienso entregar nada más. Solo mi ira.

—Tengo que encontrar una manera de entrar a su mundo y matarlo.

Annie resopla.

—¿Realmente piensas que será así de fácil? Es un dios con eones de experiencia y tú eres una adolescente. No me malinterpretes, tus poderes no son suficientes.

—Pero lo serán.

No me contradice.

—Quizás. Él no es omnipotente, tiene debilidades como todos.

Su respuesta me da esperanzas, pero aún así la desesperación predomina y bajo del auto en busca de aire fresco. Puedo tolerar la ausencia de Ronan porque una parte de mí sabe que volveremos a estar juntos tarde o temprano. ¿Qué hay de mis padres? Ellos no merecen más sufrimiento en sus vidas.

Trato de relajar mis rasgos cuando mis primas salen de la mansión acompañadas de mi tía Melody. Maldición. Estoy avergonzada por haberles evitado cuatro meses. ¿Incluso son capaces de juzgarme? De ninguna manera. Ellos entienden lo que significa la pérdida de tu alma gemela.

—Allison—dice mi tía Melody con una deslumbrante sonrisa—. Estoy tan feliz de verte.

—Hola—susurro.

Ella baja los escalones del porche con nieve y corre a abrazarme. Me sostiene tan fuerte que es imposible no quebrarse. Le devuelvo el gesto con la misma devoción y sonrío con felicidad. Adoro a esta mujer. Ha peleado por mi vida cuando era una niña y sé que ha protegido a mamá en los momentos más oportunos. Fui criada conociendo a Melody Shikova.

—Te ves perfecta, hermosa y letal—Se aparta y examina mi cuerpo—. Nos has hecho muy feliz al venir.

Un nudo crece en mi garganta.

—Lamento no haber podido venir antes.

—No tienes que disculparte por cómo te sientes, nunca lo hagas.

Asiento.

—Gracias.

Pone una mano en mi hombro y me guía a la entrada de la mansión.

—Ven, saludemos a los demás.

Ellie y Melody me dan miradas apenadas, pero les sonrío con cariño. Yo sabía que esto pasaría cuando subí a mi Jeep. No hay nada más intenso y emotivo que un Karlsson. En cuanto entramos al salón la sensación de paz me abraza. Una canción de Jazz suena de fondo mientras el resto de la familia están sentados en los sillones con una mesa de cristal en el centro, jugando al Monopoly. Hermosos viejos tiempos. Solíamos hacer lo mismo durante las vacaciones. El equipo de las chicas siempre perdía mientras los chicos ganaban.

La mansión es espaciosa, lujosa y acogedora, pero nunca tan hermosa como la Fortaleza Karlsson. Aún duele pensar en New Hope y su trágico final.

—Es un honor tenerte aquí —Mi tía Emmie besa mis mejillas—. Bienvenida de nuevo, Allison.

—Hola, tía.

El pequeño Adam le da consejos a su padre, mis tíos detienen su disputa para mirarme y mi abuela estalla en llanto. Cada rostro conocido me recibe con una amplia sonrisa y me siento mucho mejor. Echaba de menos verlos reunidos. Solo faltan Raven, Ava y Roy.

—Cariño... —Mi abuela Aria me estrecha en sus brazos y es un desastre de lágrimas. Salpica besos en mi mejilla y me mira de arriba abajo, como si no pudiera creer que estuviera viva—. Eres un milagro.

—Abuela.

Su esposo me saluda con el mismo afecto. Abrazo y sonrío a todos, haciéndoles saber que soy una nueva Allie. Sin la maldición de Catalina que ellos conocieron.

—Por supuesto que es un milagro—dice mi tío Andrew—. Es una patea traseros como Arianne.

—Me encanta patear traseros—musito, riéndome.

Él me levanta del suelo y da vueltas conmigo.

—Te quiero.

Froto mi mejilla en su pecho.

—También te quiero. Sabes que eres mi tío favorito, ¿verdad?

Axel Karlsson me mira con indignación y un toque de rencor.

—Él no fue quién soportó tus pedos de bebés. Llenabas mi auto de gases cuando salíamos a pasear.

Los demás se ríen mientras mis mejillas se encienden de calor.

—Siempre has ventilado las cosas que hice cuando era una niña—Me quejo—. Es por eso que no eres mi favorito.

—¿Recuerdas cuando eructó tan fuerte que hizo temblar la cabaña? —Le pregunta a su esposa.

Ella oculta su risita detrás de una tos.

—Nunca ha sido una señorita delicada.

—Dejen de atormentar a la niña —interviene Reynard y sonrío con alivio por escapar de esta embarazosa conversación.

Solo les falta enseñar esas fotografías dónde vestía pañales y tenía la boca sucia porque comía tierra. Ellos aman avergonzarme.

—Allie.

—Tía Reynard.

Mis tíos más reservados me dan un abrazo afectuoso. Siempre he considerado que son una pareja preciosa y perfecta. Ni siquiera oculto mi shock cuando veo que ella está embarazada. El vestido rojo destaca la protuberancia y se ve radiante.

—Es niño y tendrá el cabello negro—dice de inmediato.

Aplaudo enérgicamente.

—¡Sí! —exclamo—. Al fin se les dio. Felicidades a ambos. Sé que mi tío Ashton lo esperaba más que nadie.

Él me guiña un ojo.

—No iba a parar de intentarlo hasta lograrlo.

Su esposa le da un codazo.

—Idiota.

—Se llamará Aaron. Otro niño con mi inicial, ahora estamos empatados.

—Estoy segura de que será hermoso.

—Esto es muy conmovedor, pero Allison y nosotras tenemos una cita—interviene Melissa—. Se está haciendo tarde, familia.

Mi tía Emmie levanta una ceja.

—No se metan en problemas.

—Conocemos las reglas—Ellie se acerca y enlaza sus brazos con los míos y empieza a guiarme hasta la salida—. Estaremos aquí a medianoche. Por favor, no bombardeen nuestros celulares con mensajes o llamadas. Somos chicas responsables.

Su padre suspira.

—Más les vale que no terminen en una celda como sucedió hace tres semanas.

Me quedo boquiabierta. ¿Fueron detenidas?

—¿Qué? —titubeo—. ¿Cómo sucedió eso?

Melissa me guiña un ojo.

—Tenemos mucho qué contarte, Allie.

Asa reparte sus cartas y resopla.

—No traigas a otro idiota borracho aquí o le patearé el trasero.

A estas alturas mi boca está en el piso.

—¿Tú hiciste qué?

—Estúpido chismoso—Melissa lo mira con odio y procede a sacarme fuera de la mansión—. ¡Adiós!

La puerta se cierra detrás de nosotras y soy arrastrada dentro del Jeep. Cada una nos ubicamos en nuestros respectivos asientos con Annie. La gata ronronea y salta en el regazo de Ellie quién la acaricia con cariño.

—Apresúrate antes de que nos hagan regresar—gime Melissa—. Son tan paranoicos y exagerados.

Toco la palanca de cambios, enciendo los estéreos a un volumen bajo y nos dirigimos a la carretera. Observo a mis primas brevemente y me río. Se han metido en muchos líos durante mi ausencia, al parecer.

—¿Cuál es la historia detrás de ese arresto? —inquiero, girando el volante a la izquierda.

Melissa revienta la goma de mascar en su boca y coloca un brazo en la ventana del auto para sentir la brisa. Se ve sensacional esta noche con el vestido de lentejuelas y tacones altos. El maquillaje oscuro queda muy bien con su personalidad. Mi chica ruda.

—Quisimos hacer justicia y robamos la gasolinera de un viejo imbécil que le faltó el respeto a Ellie—se encoge de hombros—. Yo quería prenderle fuego, pero la niña buena de aquí pensó que era demasiado peligroso.

—¡Oye! —protesta Ellie—. Quisiste prenderle fuego a él.

—Tiene cerca de cien años y dijo que tu culo era jugoso. Merecía lo peor—Melissa pone los ojos en blanco—. Todos los pervertidos como ese asqueroso deberían estar en la cárcel o bajo tierra.

—Y las malas resultamos ser nosotras.

Si estuviera en posición de ellas hubiera hecho algo mucho más extremo como partirles los huesos o usar la hipnosis a mi favor. No tengo moral cuando se trata de proteger a los míos. Mi familia siempre estará primero.

—¿Cómo consiguieron la libertad?

—Nuestros padres pagaron la fianza a la justicia y al tipo le dieron una buena suma de dinero para que retire los cargos—Ellie rueda los ojos—. Nos llevamos un sermón muy grande y fuimos castigadas sin salida hasta que tú apareciste y te convertiste en un ángel. Gracias, por cierto.

Suelto un silbido.

—Definitivamente no tuvieron días aburridos—Levanto una ceja hacia Melissa—. Asa mencionó que metiste a un tipo en la casa.

Hace una mueca.

—Estaba ebria. Quería follar con un chico guapo de fraternidad y él me descubrió—aprieta los labios—. Realmente se ha convertido en un idiota sobreprotector y actúa como si fuera el hermano mayor. Papá está muy orgulloso.

No quiero cuestionar por qué estaba ebria en primer lugar. Es licántropo y menor de edad. No debería considerar al alcohol como un medio de escape. ¿Qué está mal con ella? La noto un poco a la defensiva.

—Suena muy dramático—sonrío—. ¿Qué hay de ti, Ellie?

—Sigo a Melissa en sus locuras porque mi vida apesta y es aburrida. No hay nada especial—Desvía los ojos a Annie en su regazo—. Lo único que me anima es que retomaré la secundaria pronto.

Annie la acaricia y le ronronea como consuelo. Pensé que al menos la vida de mis primas sería normal.

—Esta noche olvidaremos las malas vibras y bailaremos hasta que nos duelan las piernas—Le subo el volumen a la canción—. Tendremos un grandioso momento de chicas.

Material Girl de Madonna suena y empiezo un canto lento que mis primas siguen con carcajadas de felicidad. Annie también se une, pero ellas solo la escuchan maullando y estoy muerta de risa cuando llegamos al bar.

Pagamos el estacionamiento y luego mostramos nuestras identificaciones falsas al hombre de seguridad. Al principio no se cree la mentira y tengo que recurrir a mi don especial. La hipnosis que no he utilizado en mucho tiempo. Sus ojos vacíos nos miran, luego retira la cinta que permite acceso al club. Ellie y Melissa están eufóricas a mi lado.

El edificio es de dos pisos con carteles de neón y un nombre exótico. Orígenes. La vocecilla en mi mente grita que no se siente correcto hacer esto justo ahora, pero me niego a escucharla. Necesito olvidarme de mis problemas desesperadamente. Miro las bolas de discos girar con luces blancas y a los jóvenes saltar junto al DJ que ofrece un espectáculo agradable con la música electrónica. Me gustaría bailar hasta sudar.

—¡Vamos al bar! —grita Melissa.

La atención de algunos hombres se dirige a nosotras y susurran entre ellos. Escuchar sus vulgaridades me pone de mal humor inmediatamente. Si piensan que tienen una oportunidad con cualquiera de nosotras están equivocados. No permitiré que se acerquen.

—¿Qué vas a pedir? —pregunta Ellie—. Yo sugiero champagne. Prefiero algo suave antes que el amargo vodka que adora Melissa. Es repugnante.

Melissa rueda los ojos.

—Aquí no sirven chocolate con leche, Ellie.

La pequeña rubia le da un tirón a su cabello.

—Deja de tratarme como una niña. No lo soy.

Melissa resopla.

—Tu elección de vestido no dice lo mismo.

Oh, no. Ellie parpadea.

—¿Qué hay de malo con mi vestido? Es sexy.

—Es empalagoso y cursi como solo tú puedes serlo.

—No digo nada de tu aspecto asesino. Con esa cara y ese maquillaje pareces a punto de matar a alguien o morir de depresión.

—Chicas, basta—intervengo con una tensa sonrisa—. Se supone que vinimos aquí a divertirnos. ¿Qué demonios están haciendo?

Ellie tiene un rastro de lágrimas en los ojos y se aleja precipitadamente. Melissa abre la boca y vuelve a cerrarla. Me da una expresión avergonzada.

—Lo siento mucho—Traga saliva—. Yo... no he tenido buenos días y odio desquitarme con ella. No lo merece.

—Como cualquiera de nosotros—digo—. Cuando vaya por ella piensa muy bien en tus disculpas. Es Ellie quién debe escucharlo.

Hace una mueca.

—Mierda...

—Quédate aquí, iré por nuestra chica.

Asiente mientras me mezclo entre la multitud que apesta a marihuana combinado con bebidas y perfumes caros. Una mujer, un poco mayor que yo, me agarra la mano y me ofrece un baile que rechazo con amabilidad. Ella me deja ir con un mohín. Sigo a buscando a mi prima cuando una figura en medio de las personas me detiene en seco. Tal vez estoy alucinando porque lo extraño como una loca y se ha convertido en mi mayor enfermedad.

Es alto, más llamativo que todos los hombres que están aquí y magnífico, hermoso, perfecto: mandíbula esculpida, pálidos ojos grises que destacan en la oscuridad, cabello negro y esos labios que extraño probar. El traje acentúa sus músculos y su mirada es tan intensa que por un momento me deja paralizada.

La mayoría no lo nota, pero yo puedo verlo con claridad. Las sombras que se arrastran por sus piernas y llegan al tatuaje de cuervo que tiene en el cuello. Mi pecho sube y baja, estoy jadeando llena de emoción y conmoción. Empiezo a moverme rápidamente, apartando a cualquiera que se interponga en medio del camino. Se siente cada vez más distante. Cuando creo que por fin lo he alcanzado las sombras se llevan todo y solo deja dolor a su paso.

No. No. No.

—Ronan... —susurro—. Ronan.

Alguien me atrapa por los hombros y me aparto como si me hubiera quemado. Un chico, tal vez unos veinte años, me da una expresión burlona y confundida.

—¿Estás bien, linda?

Me trago las lágrimas y asiento.

—Sí.

Todavía estoy mirando el mismo sitio dónde creo haberlo visto. Soy tan estúpida. Mi cabeza me está dando una mala jugada. Primero mi gata habla y ahora pienso que he visto al amor de mi vida.

—Puedes bailar conmigo y luego iremos un sitio privado—El desconocido me pega al cuerpo y me habla al oído—. Ese vestido tuyo es de infarto.

—Aléjate de mí o lo lamentarás—siseo—. Tienes cinco segundos para quitar tus manos de mí.

—Tranquila...

Él oye la ira en mi voz, la rabia que tanto me esfuerzo por contener. Siento cómo se estremece y cuando vuelvo a mirarlo, deja caer el vaso y huye rápidamente. Sé que mis ojos han cambiado de color a un tono aterrador. Es el efecto que provoca en los humanos que desconocen mi naturaleza.

Idiota cobarde.

Tomando una respiración profunda, busco a Ellie en algunos rincones y la encuentro en el baño casi vacío, mirando su reflejo en el espejo. El comentario de Melissa la ha herido. Se ha quitado la chaqueta y levanta un poco los pechos. Si supiera que su personalidad es la más increíble que he conocido. Me encanta todo lo que transmite. Es imposible ser amable en un mundo tan egoísta, pero Ellie Karlsson es lo suficientemente fuerte para no permitir que el odio la consuma.

—Ella no quiso decir eso—musito, posicionándome a su lado.

La chica morena guarda el maquillaje y se retira del baño, dejándonos solas.

—Deja de defenderla, Allison. Hablaba muy en serio—suspira y frunce el ceño—. Estoy cansada de mantener la imagen de chica buena y pura.

—No deberías avergonzarte de lo que eres.

—¿De verdad? —suelta un sollozo—. ¿Cómo te sentirías tú si no fueras lo suficientemente fuerte para proteger a tu familia? Soy una Karlsson y estoy orgullosa de mi sangre, pero pienso que nunca seré útil en la guerra que se acerca. No tengo un demonio dentro de mí, tampoco veo el pasado o el futuro, mucho menos tengo poderes psíquicos. Mi clase es simple.

—Hey, no—Le toco los hombros—. Nuestros padres y tu madre son licántropos y han ayudado a miles de personas sin ninguna de las habilidades que mencionaste. Ellos también lucharon y vencieron los obstáculos más difíciles. Deja de subestimarte, Ellie. Eres increíble y poderosa a tu manera.

—Sí, bueno, no lo creo —Una lágrima resbala por su mejilla—. Odio sentirme tan inútil. Todos en la familia quieren mantenerme encerrada en una caja de cristal porque no soy cómo tú, Melissa e incluso Raven o Ava. Seré eternamente la prima débil y dulce.

—Ellie... eres mucho más que eso. No tienes idea de lo valiosa que eres.

Agacha la cabeza.

—Necesito un propósito, Allie. Necesito un nuevo rumbo que demuestre mi capacidad. No lo lograré si continúo aquí en Canadá y bajo el ala de nuestra familia. Quiero vivir. No solo existir.

—¿Cómo puedo ayudarte?

Sus ojos azules se vuelven hacia los míos y veo sentimientos allí: sueños frustrados, dolor, rabia, vergüenza. Melissa, Raven, Ava y yo hemos sufrido a causa de nuestras habilidades cuando éramos niñas. Pesadillas constantes, problemas de ira, descontrol, miedo, sed de sangre. Ellie era la única normal entre nosotras, aunque en el fondo de su mente deseaba pertenecer a ese sector. Si supiera que ha sido bendecida...

—Déjame ir contigo a New York.

Me pongo tensa y retrocedo.

—Lo que me estás pidiendo es imposible.

—¿Por qué? —reprocha—. Melissa irá a la academia más prestigiosa para controlar sus poderes. Raven sigue en Arkos y tú serás la siguiente en abandonarme.

—Nunca te abandonaré, Ellie. No iré a New York por vacaciones.

—Permíteme ir contigo, por favor. Estoy cansada de que todos en la familia me vean como esa chica que necesita ser protegida. Quiero vivir, Allison. Quiero experimentar nuevos retos y encontrar mi propósito en esta vida.

Me destruye que se sienta de ese modo, pero también entiendo su punto. Desde la tragedia nuestra familia ha estado sobreprotectora en exceso y no permiten que enfrentemos los problemas solas. Si me niego, Ellie va a deprimirse o encontrará la forma de huir sin mi ayuda. No quiero que cometa una locura.

—Bien—cedo con un suspiro—. Hablaré con tus padres y trataré de convencerlos. Me vendría bien una compañía en mi nuevo hogar y tú eres la indicada.

Se le llenan los ojos de lágrimas y me mira con nada más que gratitud. Da pequeños saltitos con chillidos de felicidad y me abraza. No puedo creer que acabo de comprometerme y quizás será un error, pero conozco el sentimiento mejor que nadie. Antes solo existía y aprendí a vivir cuando conocí a Ronan. Ellie merece experimentar la misma libertad.

—Gracias, no sabes lo mucho que significa para mí—murmura en mi cuello—. Cada día sentía que me estaba ahogando en esa casa. Yo... necesito esto más que a nada, Allie.

—Lo sé—digo y me aparto con suavidad—. Déjame a cargo, tus padres accederán.

—Gracias—repite.

Uno su mano con la mía.

—Ven, regresemos con Melissa.

Salimos del baño y regresamos al salón de multitud alborotada y sudorosa. La música en este punto es tan alta que me marea. Ellie me conduce a la pista de baile cuando suena una canción de The Weeknd. Melissa está muy bien acompañada. Besa con pasión a un chico rubio quién tiene las manos bajo su falda. De acuerdo. Ella no perdió el tiempo.

—Hay algo extraño en Melissa—comento, moviendo mis hombros de un lado a otro—. Sé que su carácter siempre ha sido así, pero su oscuridad es muy evidente.

Ellie me toma de las manos y baila conmigo. Su cabello dorado brilla en la oscuridad. El corto vestido blanco se le ha subido hasta los muslos y el chico detrás de ella la mira de forma indecente. Pongo los ojos en blanco.

—Ha discutido mucho con su madre—Ellie habla fuerte y alto—. Sus dones se han descontrolado y ha provocado pequeños desastres. Dicen que un familiar de Meredith la ha estado persiguiendo.

Trago saliva. Ella ha crecido sabiendo que esto pasaría tarde o temprano. Los demonios familiares de Meredith buscan un cuerpo dónde habitar y no hay nada mejor que los hijos de su amo.

—¿Cómo se siente Melissa con eso?

—No lo aprueba, por supuesto. Ella no quiere un demonio dentro de su cuerpo.

—Pero no puede evitarlo.

—Es una herencia familiar. Claro que no puede, Asa tampoco, pero él lo ha tomado muy bien.

Me río.

—Bueno, es Asa. Él está loco.

—Es un pequeño psicópata retorcido que espanta a cada pretendiente de su hermana. Él dice que le está ahorrando un corazón roto e insinuó que Melissa tiene dependencia emocional hacia sus relaciones.

—Auch.

—Perder a Tristan la ha afectado y no quiere que su hermana haga exactamente eso—Señala a nuestra prima que se encuentra contra una pared, el chico encima de ella sin dejar de besarla. Aparto la mirada—. Melissa es... problemática y un poco tóxica.

—¿Un poco? —Me burlo.

—Lamento hablar de más.

—No, está bien. Gracias por ponerme al día, me distraje de mis propios dramas—Le guiño un ojo y le rodeo el cuello con los brazos—. Echaba de menos estos momentos de primas.

—Falta Melissa.

—Ella se está divirtiendo y no tiene nada de malo que lo haga.

—Oh, Allie, me hiciste mucha falta.

—También te extrañé, Ellie.

Justo en ese momento, Melissa regresa con las piernas temblorosas y una sonrisa maliciosa. Su cabello está despeinado y el sudor resbala por sus sienes. Realmente no la veo bien. Y lo del internado todavía me desconcierta. Apuesto a que tampoco está de acuerdo con eso.

—Ups, perdón, chicas. ¿Aún puedo unirme?

—Si a tu amante no le importa... —digo.

—Buscaba un orgasmo y él fue útil —resopla y le roba el vaso a un chico que se lo da sin mucha resistencia. Bebe un trago antes de hablar—: Tengo necesidades qué cumplir como cualquier chica licántropo.

Ellie chasquea la lengua.

—Tu promiscuidad te lo pide a gritos.

—Que disfrute de mi vida sexual no me convierte en una promiscua —Se defiende Melissa con la nariz arrugada.

—Ya, ya, ya—Me entrometo—. ¿En qué quedamos, Melissa?

Emite un pesado suspiro y le tiende una mano a Ellie.

—Lamento hablarte de esa forma, no volverá a suceder. Tú de todas las personas que hay en el mundo no mereces mis ataques. Has estado a mi lado desde que nací y jamás me has abandonado. No sobreviviría si te pierdo.

Ellie sonríe ampliamente. ¿Qué pensaría Melissa si supiera que su mayor cómplice quiere ir conmigo a New York?

—Oh, tonta, te perdono todo.

—Bien—aplaudo y formamos un círculo—. Ahora bailemos y disfrutemos la noche sin chicos.

Eso es exactamente lo que hacemos. Reímos, saltamos, gritamos y bromeamos. Cuando llega la hora de irnos seguimos muertas de risas. Annie está en el asiento del conductor limándose las uñas. Su expresión es de puro aburrimiento y exasperación. De la radio suena otra canción de Taylor Swift.

—Huelo las hormonas en el aire—masculla Annie—. Apestan.

Melissa entrecierra los ojos.

—¿Ella quiere hablarnos?

La miro con incredulidad.

—¿Puedes oírla?

—Sí, claro. Dice ñaw, ñaw, ñaw.

—Niña estúpida—refunfuña Annie.

Niego con la cabeza y les abro la puerta a las dos locas que me acompañan. Melissa se acomoda en el asiento trasero mientras Ellie sube a mi lado. La salida fue breve, pero cumplió con su objetivo de relajarme excepto cuando creí verlo allí en la pista de baile. Arranco el Jeep y nos llevo de vuelta a la mansión. Llegaremos a medianoche como prometimos.

—De regreso a la realidad—Se queja Melissa cubriendo su rostro con el antebrazo y bosteza—. Creí que todo sería diferente si abandonábamos New Hope, pero ahora me siento en una cárcel. Estoy considerando aceptar la propuesta de mi madre. Ahí no habrá nadie que me vigile.

—Es un internado estricto—dice Ellie.

—¿Y? Soy una experta rompiendo las reglas —Melissa se frota las sienes—. Tal vez ahí él no me persiga.

La miro a través del espejo retrovisor.

—¿Él?

—Lo he visto desde que lo enfrenté ese día en New Hope—explica—. Veo sus malditas sombras y sus ojos en mis pesadillas. Es como si estuviera obsesionado conmigo y tiene sentido. La madre de Ronan me lo advirtió.

Hago un gesto de dolor.

—Pensé que nos dejaría en paz si Ronan se entregaba.

—No lo ha hecho en absoluto. Él me llama, Allison—susurra Melissa—. Y se pone peor cuando durante las noches cierro los ojos. Asa no se ha apartado de mí desde entonces. Quiere acompañarme al internado.

—¿Ahí estarás segura?

—Eso dijo mi abuela Nastia. No lo sé realmente, pero estoy cansada de esta incertidumbre y paranoia. Ese monstruo nunca nos dejará en paz y tengo que hacer algo al respecto.

Ellie cambia de lugar y se sienta a su lado para darle apoyo moral. Mis nudillos se ponen blancos por lo fuerte que sostengo el volante y aumento la velocidad. Ese monstruo no solo me ha arrebatado a Ronan, también atormenta a mi familia.

Alguien debe ponerle un alto y esa seré yo.

🖤

Dejo a mis primas sanas y salvas en la nueva Fortaleza. Después de estacionar el Jeep en el garaje, entro en la sala de estar y me llevo el susto de mi vida cuando veo a mi padre sentado en la oscuridad. Tiene un vaso de whisky en la mano y una expresión melancólica que destroza mi corazón por milésima vez en el día. Después de escuchar las teorías de Annie me encuentro en un estado de ira y he considerado cavar yo misma la maldita tierra y sacar al señor de las sombras de su cueva para matarlo.

—¿Qué tal tu noche? —pregunta.

Me froto los brazos y permanezco de pie. Por alguna razón quiero mantener las distancias. Las sombras dentro de mí se agitan ahora qué han despertado. Odio no sentirme segura en presencia de mi propio padre.

—Divertido y un poco dramático—sonrío—. Ya conoces a las chicas.

Se pasa la mano por el pelo.

—Durante mi adolescencia también fui caótico y un idiota irresponsable hasta que conocí a tu madre. Ella dejó atrás al mujeriego y me convirtió en un hombre de familia. Mi vida no ha hecho más que mejorar desde entonces.

—¿Y ahora? —cuestiono—. ¿Sientes que estás en la misma posición?

Me encuentro con sus ojos avellanas, reflejando el dolor que siempre está bajo la superficie.

—No, realmente. Hay algo dentro de mí que me está matando. Mi cabeza es un lío y tengo pensamientos oscuros que ponen en peligro a mi familia. No puedo seguir así, princesa.

—Entonces permíteme ayudarte, por favor—Le toco las manos y noto que están temblando—. Te prometo que hay una solución, pero tienes que dejarnos.

—Accedí a que Mila me ayude—responde con voz ronca y llena de sufrimiento. Cuatro meses. Él ha soportado esto cuatro meses—. Necesito estar bien por mi esposa y mis hijos. Necesito volver a ser feliz, Allison.

🖤

Instagram: JessiR17

X: JessiRivas17

Facebook: Jessica Rivas

Pinterest: JessiRBooks

Tiktok: Jessica_Rivas17

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro