Capítulo 9
Historia Original de StefanyOsorto
MEW
Gulf era un chico demasiado... ¿cómo decirlo? ¿metiche? sí demasiado metiche y preguntón, no dejaba de mírame y preguntarme sobre mi vida, ¿que si tengo novio?, ¿dónde
vivo? ¿con quién vivo? y un sin fin mas.
Es guapo no hay que negarlo, me miraba fijamente casi logrando intimidarme, su mirada me recordaba mucho a mi padre, tan profunda, tan misteriosa, tan hermosa...
Luchaba a diario intentando no verlo, siento que si me distraigo un momento caeré rendido en sus brazos, lo abrazaría, lo besara y lo ataría a mi, impidiendo que nos separen.
Puedo hacerlo sin ningún problema pero... Rompería las reglas del hombre que me tendió la mano, puedo ser todo menos un mal agradecido.
Es como estar parado en un cuarto vacio y oscuro, con dos puertas, una que te lleva donde esta tu éxito y familia, y en la otra esta tu felicidad y ese maldito e inevitable sentimiento llamado amor...
Amor... Es lo peor que puede existir, una distracción... un cuchillo afilado en el cual tu ya sabes que saldras lastimado, pero somos tan masoquistas que nos gusta vivir un rato de felicidad y quedar marcados y con cicatrices por el resto de la
vida.
Al menos es el caso de mis padres, Singto dice que eran la pareja perfecta pero en un abrir y cerrar de ojos todo ese amor voló como hoja en otoño.
Lo único que pido al destino es que no ponga a mi 'papá' en mi camino, porque estoy seguro que no podre controlar mis ganas de abofetearlo por abandonar a mi Padre.
Ya viste llorar a todos pero... ¿has visto llorar a tu padre? Yo si... Lo vi caerse, levantarse y cuando todo parece estar bien se derrumba poco a poco nuevamente.
Bebe alcohol para olvidar, sin
saber a donde ir..
💞💞💞
—Ya terminó la clase, es todo por hoy –digo mientras me pongo de pie para guardar mis cosas en la mochila.
—Hoy se ve muy atractivo –dice Gulf sonriendo.
—Dígame algo que no sepa –dije algo grosero.
—El articulo 15 de la constitución... dice lo siguiente – no lo dejo hablar y lo interrumpo.
—No me interesa su articulo –digo mientras lo dejo hablando solo.
—¡¡¡QUE GROSERO!!! –grita a mis espaldas.
Sonrío y bajo en buscar del señor Tul, quería avisarle que me iba ya.
No lo ví por ningun lado así que acudo a una de las sirvientas quien al verme sale corriendo pero la detengo, tomándola del brazo.
—Disculpe ¿Dónde esta el señor Tul? –digo algo apenado.
—En el sótano dice señalando una puerta que estaba en una
esquina del primer piso.
—Gracias. –exclamo luego de
hacer una reverencia.
Voy hasta la puerta que apuntó la sirvienta y al llegar la abro.
Me introduzco poco a poco, era un pequeño pasillo con escaleras yendo abajo, en las paredes habían pequeñas lamparas que alumbraban el camino.
La casa era muy limpia y adornada mayormente con tonos blancos, pero este lugar era oscuro, colores tenues y un olor a moho.
Mientras más me acerco al final de las escaleras voy empezando a escuchar sollozos, y pequeños golpes.
Me asusto, ¿sera que él señor Tul se hirió con algo?, bajo con rapidez intentando ayudar en caso que este lastimado.
Al bajar me llevo una sorpresa, desearía no haber bajado nunca...
Mis ojos presencian una escena horrible.
El señor Tul estaba parado con un látigo frente a él una mujer en ropa interior quien colgaba del techo, ya que sus manos estaban atadas a una cuerda, su piel estaba herida y chorros de sangre cubrían su cuerpo sucio.
Ella me ve asustada, retrocedo con lentitud dispuesto a irme pero Tul se percata de mi presencia.
Su mirada fría, su rostro furioso se descompone al verme, suelta el látigo cubierto de sangre y se acerca a mi rápidamente sin expresión.
—¿Qué haces aquí? –se acerca enojado.
—Y-yo venia a.... –no me deja
hablar y me toma del cuello.
—¡¡¡¡TE DIJE QUE NO PODÍAS ENTRAR A NINGÚN LUGAR QUE NO TE DIERA PERMISO YO!!!! –grita con voz fuerte y aterradora.
—Lo siento señor y-yo...
—¿Con un lo siento se te va a borrar lo que estas viendo a caso? –interroga sin dejar de hacer contacto visual conmigo.
—N-no...
—Siéntate –dice soltándome con brusquedad luego de lanzarme a un mueble.
—Señor Tul yo lo siento... por favor no me haga nada, juro no decir ni una palabra –digo asustado.
—Has silencio antes que te haga callar para siempre. –amenaza sin verme.
Hago silencio y observo a la chica quien me analiza con la mirada...
Sus labios están secos y sin color, trae el cabello enredado, su cuerpo estaba sucio.
—¿Tu eres Gulf? –pregunta la chica sonriendo con debilidad.
—Cállate amenaza Tul quien nos da la espalda.
Veo como Tul se acerca lentamente a mi con un cuchillo ern las manos, me altero y lo veo asustado.
—Señor..
—¿Quieres hacerle compañía a esta zorra? –dice mientras pone el cuchillo en mi cuello.
—No quiero –digo nervioso.
—¿Y por que estas aqui? ¡debiste seguir mis reglas Mew! –dice entre dientes.
—¡Oh tu eres....! –la chica me ve con asombro.
—¡CÁLLATE MALDITA SEA! –Grita Tul y en un impulso le suelta una bofetada.
—Señor...
—No quiero hacerte daño, así que tú y yo haremos un trato –dice sentándose a mi lado —¿de acuerdo?
—Lo que ordene –digo asustado sin dejar de ver la sangre de la chica.
—En primer lugar deja de verla –ordena y lo veo rápidamente —perfecto, ahora promete... no mejor jura no decir nada de lo que viste en este cuarto, sera un secreto entre tu y yo... no le dirás a nadie ¿me oíste? a nadie... ni a Gulf, ni al señor Krist, menos a la servidumbre, si me entero que abriste la boca, pagaras muy caro niño –dice viéndome.
—Lo juro señor –digo mientras trago saliva.
—Las palabras no bastan.
Este se pone de pie y va hasta una mesa y trae con un frasco y un trozo de papel.
—Dame tu brazo –dice mientras extiende su mano.
—¿Para qué...? –digo asustado mientras le doy mi brazo.
No responde solo toma mi mano, y en movimiento rápido hace un corte en mi muñeca...
—Ahh –me quejo y sin querer dejo salir lagrimas.
—Mancha tu dedo y deja tu huella en el papel –ordena con ferocidad.
Lo veo desconcertado pero hago lo que me ordena, le devuelvo el papel con mi huella marcada con sangre y él la mete al frasco.
—Lo juraste..si hablas te traeré aquí y te torturare hasta que mueras, o puede que pague tu héroe –dice sonriendo.
—Mi padre no... –digo con lagrimas en los ojos.
—De ti depende –dice y se encoje de hombros —ahora vamonos.
—¿No la llevara al hospital?... puede morir desangrada –digo con miedo mientras veo a la chica.
—¿En serio? ¡eso seria un milagro!... Llevo 20 años intentando que muera, pero parece ser zorra de acero dice sonriendo.
—¿Que? –lo veo sin creerlo.
—No hagas preguntas... ni te
preocupes, hierba mala nunca muere –dice riendo mientras limpia sus manos con una toalla —¿verdad preciosa? –dice por ultimo para después besar a la chica.
—Vete a la verga infeliz... –responde luego de escupir su cara.
—Ya fuí pero no me gusto –dice riendo —vamos –dice y toma mi chaqueta arrastrándome hasta las escaleras.
No digo nada solo salgo como
puedo mientras mis piernas
tiemblan.
En que te metiste Mew...
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