Ronan.

Contemplo la destrucción.

El caos.

El desastre.

La tierra continúa moviéndose sobre su eje a medida que parte de la naturaleza colisiona en New Hope. El pueblo ha sido bañado en llamas y está irreconocible. El humo se retuerce en el cielo y las cenizas caen como copos de nieve negro. El olor a gas sube a mi nariz generándome ganas de vomitar. Escucho las sirenas de policías, ambulancias y bomberos que ayudan a los heridos.

Hay humanos defendiéndose de los zombis con armas.

Pero no es lo que me horroriza. Es el llanto de las personas que buscan a sus seres queridos en medio de tanta ruina. Miles de vidas inocentes fueron asesinados por culpa de un capricho. Mi respiración se aprieta en mi pecho y reprimo las lágrimas que se forman en mis ojos.

Es demasiado dolor.

Y culpa.

Yo permití que esto sucediera con tal de salvarla, pero no me arrepiento de nada. Al final del día Allison estará bien.

Miro la enorme montaña dónde el volcán erupciona. Las llamas poco a poco empiezan a inundar todo New Hope y morirá cada habitante. Incluso las creaciones de mi padre, pero él no está a gusto con esa idea. No aprecia que estropeen sus planes. Convertirá este pueblo en su nuevo territorio.

Parte del mundo de sombras.

Apenas es el inicio.

Frunzo el ceño cuando una figura aparece en los bordes de la montaña con llamas en sus palmas. Sus ojos rojos brillan como rubís, su largo cabello oscuro cae hasta su cintura y vuela al ritmo del fuego violento. Levita en el aire y echa un grito colérico que provoca una fuerte explosión seguido de temblores. Los pocos árboles a mi alrededor se derrumban mientras son consumidos por el fuego al igual que las casas, animales y humanos.

Nadie saldrá vivo de aquí.

Necesito detenerla.

Me desvanezco en un chasquido de humo hasta encontrarme a centímetros de Catalina. Un relámpago se divide en el cielo, iluminándonos unos segundos. El rostro de la bruja se queda perplejo antes de que me ofrezca su habitual sonrisa arrogante y triunfal. Ella se siente muy poderosa.

¿Qué hizo antes de venir aquí? ¿Sabotear a la familia Karlsson? Probablemente.

—He esperado esto por mucho tiempo, Dumont —admite Catalina, descendiendo.

La distancia es más pequeña esta vez y mi odio aumenta al verla tan cerca. Quiero matarla por haber profanado el precioso cuerpo de mi chica. Su existencia es un insulto.

―Yo también ―respondo en tono frío ―. Disfruta tus últimos minutos de vida en la tierra. Tu futuro es incierto, bruja. No habrá nada de ti.

Huelo la preocupación en ella y me hace sonreír. Su aspecto es lamentable y desagradable. Nunca le perdonaré por romper a Allison de mil maneras. Me encargaré de que su alma tampoco tenga un descanso como Demetrio.

Sufrirá por la eternidad.

―No creo en las palabras de un bastardo.

Chasqueo la lengua.

―Deberías ―sonrío ―. Es una lástima que no hayas aprovechado la oportunidad que te ofrecí. Pronto morirás y serás olvidada por tu propia hija. Nunca fuiste amada, Catalina.

Hay dolor en su expresión asesina. Hay odio en sus ojos. Aborrecimiento puro, sin diluir.

―¿Piensas que eres el único que puedes tomar? ―pregunta y vislumbro el regocijo en su cara ―. Me encargué de matar a tu mami ―Levanta una palma con sangre y lo lame con gusto ―. Le arranqué el corazón. Ella no hizo ni un sonido, ¿sabes?

Un gruñido bajo se eleva de mi pecho mientras mi cuerpo traquetea de rabia. La miro en silencio con las fosas nasales dilatadas a medida que los recuerdos chocan en mi cerebro. Ella no miente.

Mató a la mujer que me trajo al mundo.

No lo vi venir porque estaba muy enfocado en otros objetivos. Georgie, Demetrio, los hermanos Karlsson... ¿Qué hice?

―¿Vas a llorar? Aww ―bufa Catalina con falsa pena ―. Odié matar a una anciana indefensa, pero te lo ganaste. Me has fastidiado desde que conociste a mi recipiente favorito. Tómalo como el pago de una deuda, Ronan.

Escucho la conversación que tuvo con Arianne. La madre de Allison intentó buscar a su hijo, pero mamá se ofreció al verla alterada. Las siguientes imágenes me roban un gemido de dolor y angustia. Me duele el pecho. Quema de la misma forma que yo estoy ardiendo por dentro.

Pierdo el equilibro cuando ocurre el asesinato. Mamá en medio de los pasillos buscando a Aden, Annie inconsciente en la celda, Catalina libre y después la atacó por la espalda. No le dio oportunidad de gritar ni defenderse.

Fue rápida y cruel.

Le rompió el cuello.

Le arrancó el corazón.

Rechino los dientes, mis pupilas se dilatan y garras negras se deslizan de mis dedos. Hay tanto humo que la hace toser y retroceder lentamente. Ella no sabe lo que acaba de provocar. Ha despertado al verdadero monstruo.

―Fue un error meterte con las personas que amo ―murmuro en tono frío y vacío. Mis emociones se han ido ―. Arrodíllate y quizás te otorgaré el perdón.

Resopla.

―Prefiero estar muerta ―gruñe ―. Pelearé hasta el maldito final. No me iré de aquí sin pelear.

Se lanza sobre mí con las garras extendidas. Giro a la derecha y conecto mi puño con la parte posterior de su cabeza cuando pasa por mi lado, pero sus uñas cortan mi camisa negra y dejan rasguños sangrientos en mi pecho ahora expuesto. No miro mi herida, sonrío porque está asustada y trata de matarme de forma salvaje.

Está cegada por la desesperación.

Huele su propia muerte.

―¿Asustada? ―me burlo, lamiéndome los labios ―. Ataca de nuevo. Tal vez la próxima tendrás un poco de suerte. Adelante, bruja despreciable.

Catalina se tambalea sobre sus piernas débiles y temblorosas. El escenario no la favorece, menos con el humo tóxico introduciéndose en el organismo de Allison. Mi veneno es mucho más poderoso.

―¿Sabes cuántas veces exclamó tu nombre? ―ríe, pero no entrará en mi cabeza ―. Ella me rogó que la deje ir porque quiere regresar a ti. Te echa de menos, Dumont. Es una pena que no puedan estar juntos.

Mi corazón late con horror porque puedo verla en mis pensamientos. Allison con los ojos llenos de lágrimas y perdida en la oscuridad. Triste. Sola. Decepcionada de ella misma por no ser capaz de vencer a su enemiga.

Se siente inútil.

Si supieras lo fuerte que eres y siempre serás, amor...

―Lo mismo pienso de tu hija ―contesto a cambio ―. Jamás tendrás el privilegio de abrazarla o conocer a tus futuros nietos. Vera no mencionará tu nombre y tampoco recordará que existes. No significas nada para ella.

Sus ojos rojos son casi opacos y vidriosos, como si mis palabras hubieran dolido más que cualquier golpe. Ella es consciente de que no miento cuando hablo del futuro. Se perderá de mucho por culpa de su egoísmo y ambición. Perdió todo.

―No me importa que ganes hoy ―dice con altivez ―. Me quedo con la satisfacción de saber que hice tu vida miserable y arruiné la de Allison por dieciocho años.

―Qué triste ―sueno decepcionado ―. ¿Qué tan patético suena eso? Imagina invertir tu tiempo en romper a una chica que nunca te ha hecho daño. Era una bebé inocente cuando tú la poseíste. No mereces el perdón.

Una gota negra sale de su nariz. Estar cerca de mí la debilita.

―Tampoco lo quiero, menos de ti.

En una furia de llamas y colmillos, Catalina vuelve a atacarme. Le permito sentirse confiada durante unos segundos cuando me derrumba al suelo y se ubica a horcajadas sobre mí. Me da puñetazos en la cara, sus garras destrozan mi piel y todo lo que hago es soltar una fuerte carcajada.

No siento dolor.

Ya no siento nada.

No sin ella.

Mi parte oscura goza con pura euforia. El monstruo que habita en mi interior aprueba que me rinda al abismo. Y mientras esto pase, servirá para convertirme en alguien despiadado e indestructible.

Un dios respetado y temido.

Extiendo mis garras y ahorco a Catalina en un movimiento veloz que apenas lo nota. No le daré una muerte fácil ni rápida. Ella sufrirá, sentirá tanto dolor que me suplicará acabar con su patética existencia.

Nunca olvidará mi nombre.

Incluso si termina en el jodido infierno.

―Suplica ―mascullo ―. Última oportunidad, Catalina.

Me escupe.

―Jódete.

Bien.

Aprieto su cara tan fuerte que las cuencas de sus ojos están a punto de reventar. Sus mejillas están pálidas, la sangre negra cae a borbotones de su boca y nariz. Suelta balbuceos incoherentes mientras lucha débilmente contra mi agarre.

―Tú lo pediste.

Cuando su boca se abre en un grito, hago lo mismo y absorbo parte de su esencia. Siento su poder venir a mí como imanes. Le robo la vida, esa oscuridad que ha estado destruyéndola por dentro desde que era una niña. Mi mente se encuentra en guerra porque es demasiado peligroso, pero ya no tengo nada que perder a estas alturas.

Tomaré cualquier riesgo.

Libera alientos irregulares, mis sombras la rodean y lágrimas negras ruedan por sus mejillas. Se remueve en mi agarre, lloriquea y pelea, pero no logrará vencerme.

Ya no.

―Te lo advertí ―susurro ―. Ahora serás parte de mí.

Niega frenéticamente y jadea en busca de aire. Sin embargo, esa grieta podrida aferrada a Allison viene a mí con mucho gusto.

Mi poder se traga el alma de Catalina.

Veo el horror en los ojos rojos, la mirada que detesté desde que la conocí. Ella sabe que ha llegado su fin y no puede hacer nada. Pierdo el control de mi poder, la consumo, la agoto, devoro sus partes más oscuras y me deleito con ello.

El gusto amargo se traslada a mi garganta y pasa a mi estómago. Es tóxico y agrio, pero me fortalece. Se convierte en un nuevo fragmento de mis organismos. Cuando Catalina finalmente suelta un último aliento, el cuerpo de Allison se desploma en mis brazos y la recojo con sumo cuidado.

―Te tengo, hermosa.

Mi boca se curva en una sonrisa y presiono nuestras frentes. Su piel poco a poco recupera el color que la caracteriza, su cabello negro fluye como la seda y sus labios carnosos están entreabiertos. La siento cálida y suave. Su lado licántropo destaca más que nada.

Es ella.

Mi Allie.

Me obsequia un pequeño gemido y juro que nunca me he sentido tan feliz estos meses como ahora. Sus largas pestañas descansan en sus mejillas y le acarician la piel. No la dejaré ir. No tan rápido.

El sonido de aplausos me obliga a quitar mi atención de Allison y lentamente llevo mis ojos a él. La sonrisa en sus labios me enferma al igual que sus ojos nublados. No lo quiero cerca de mi compañera. No lo quiero.

―¿No es esto un gran giro? ―Habla en mi idioma, dejando atrás el latín ―. Sabía que lo lograrías. Eres la oscuridad, eres la muerte, eres mi hijo, Ronan. Mi mayor orgullo.

Me quedo de rodillas con Allison en mis brazos y las cenizas cayendo del cielo. El volcán no llega a esta parte, pero pronto lo hará. Necesito que el caos se detenga.

―Dame más tiempo con ella ―pido ―. Solo un día más.

Niega con la cabeza.

―No es posible. He esperado suficiente.

―Por favor...

Hago silencio cuando levanta un solo dedo y me da una expresión disgustada. No le gusta que ruegue. Los dioses no lo hacen.

―Parte de tu poder lo heredaste de mí porque así lo quise ―expone con voz plana y las manos entrelazadas detrás de su espalda. Cualquiera lo confundiría con un humano común gracias al traje impecable ―. Desde niño te encantaba devorar almas oscuras. ¿No son deliciosas?

No respondo y ríe con puro júbilo. El alma de Catalina me pertenece, pero la diferencia es que jamás volverá a tener el control. Ella está oficialmente muerta.

―Te desagrada, puedo verlo ―asume con decepción ―. A medida que pase el tiempo no podrás detenerte y te acostumbrarás. Es más, juro que lo disfrutarás. El poder es exquisito. Te hará sentir más vivo.

Solo ella me hace sentir vivo...

Bajo los ojos a Allison quién descansa la cabeza en mi pecho. Ella busca el calor que proporciono. Suele hacer lo mismo cuando dormimos juntos. Me encanta su cabello negro esparcido alrededor de las almohadas o la forma que su cuerpo duerme sobre el mío. No creo que exista una mejor sensación.

La echaré de menos.

―Seré flexible porque te lo has ganado ―masculla el señor de las sombras y lo observo ―. Te daré dos horas con ella y luego volveré por ti. Si te niegas, no solo mataré a tu compañera, también a sus padres.

Mi respiración se vuelve más lenta y el pánico se arrastra por todo mi sistema. Antes de que pueda responder, el señor de las sombras desaparece y oigo una voz angustiada a mi espalda gritando con horror.

Es Arianne.

Miro sobre mi hombro para verla destruida. Annie camina detrás de ella en su forma tigresa y me encojo al ver su pata coja. Fue herida mortalmente por Catalina. No pudo defender a mamá por esa razón.

Mamá...

―¡Ronan! ―Arianne me mira con los ojos inundados de lágrimas y camina con rapidez en mi dirección ―. Dioses... ¿Qué ha sucedido?

Me siento culpable de inmediato.

―La maté.

Arianne se vuelve pálida.

―¿Qué...?

―A Catalina ―agrego ―. Se ha ido para siempre.

Annie huele a Allison para verificar que estoy diciendo la verdad y Arianne está muda. No quiere creerme por miedo a decepciones. Es un sueño lejano desde hace dieciocho años.

―¿Cómo...? ―balbucea Arianne ―. No es posible.

―Te explicaré todo en otra ocasión ―Me pongo de pie con Allison en mis brazos ―. Quiero estar con ella cuando despierte.

Arianne solloza. Las lágrimas rezuman de sus ojos verdes.

―Esto no ha terminado ―Se quiebra ―. Asher está desaparecido y no lo encuentro por ningún lado. Ayúdame a encontrarlo, Ronan. Por favor.

Mi corazón cae en picada cuando la comprensión llega y el miedo me ahoga como una marea. La última vez que vi a Asher estaba en la carretera y lo dejé solo para ir al pueblo. Lo dejé indefenso. A disposición de cualquiera.

―¿Sabes dónde está? ―Arianne pregunta desesperada ―. Tienes que decírmelo si lo sabes, Ronan. Necesito a mi esposo. Lo necesito.

Mi visión apenas logra enfocarse mientras empiezo a caminar con Allison en mis brazos.

―¿Ronan? ―insiste Arianne ―. ¿Sabes dónde está Asher?

Y por primera vez en mucho tiempo desde que aprendí a usar mis habilidades me atrevo a mentir sin piedad.

―No, no lo sé.

Ignoro el llanto desgarrador de Arianne cuando me alejo y parpadeo las lágrimas. Ella nunca me perdonará si supiera la verdad. ¿Y Allison? Me odiará con todas sus fuerzas, pero lo aceptaré.

Aprenderé a vivir con su odio.

💚

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