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Capítulo 51 ✴

Ronan.

Las siguientes horas distraigo mis pensamientos con entrenamientos excesivos antes de que llegue la noche. Asher me acompaña al gimnasio. Está igual de frustrado que yo y desquitamos nuestra furia en los sacos de boxeo.

El pequeño Aden permanece en la esquina muy quieto mientras su padre y yo estamos a punto de derribar la habitación. Son tiempos sombríos dónde ninguno estamos listos para lidiar con todo lo que se aproxima.

Ni siquiera yo que he visto cada evento traumático en mis visiones.

—¿No vas a decirme qué diablos planeas? —El puño de Asher vuela a mi rostro y lo esquivo muy rápido —. Has estado más misterioso de lo normal.

Hombre sabio.

Aprendió a predecir mis movimientos más que nadie. Él me conoce. Estuvo para mí cuando más lo necesitaba. Es el padre que jamás tuve ni tendré. Es mi amigo. Mi tutor.

—Siempre he sido muy misterioso —recalco y formo una neblina en la palma de mi mano —. No sé de qué diablos te sorprendes. Fui criado a base de secretos y mentiras.

Una bola de humo lo hace volar hacia la pared y él cae en una posición perfectamente equilibrada antes de que se golpee. Aden chifla.

—Pero esta vez siento que es peligroso —masculla Asher, acercándose con los puños apretados —. Hay cosas que no estás diciéndonos. ¿Qué ocultas, Ronan? Me concierne si se trata de mi hija.

La gota de sudor se desliza por mi frente y suspiro. No puedo decirle ni una sola palabra por mucho que lo desee. Echaría a perder los planes que tengo perfectamente calculado. Las cosas deben seguir su ritmo como ahora.

—Tienes razón, pero sabes cómo funciona, Asher.

Me golpea en el estómago y esta vez permito que lo haga. Me lo merezco porque le destrozaré el corazón a su hija. Él me advirtió que no sería amable conmigo si la lastimaba. Bueno, le doy mi permiso para matarme.

Me haría un favor.

—Sé que quieres lo mejor para ella —dice y los golpes paran —. Tu amor por Allison es totalmente incondicional y estás dispuesto a cualquier cosa para que despierte.

Muerdo mi labio, el miedo y la tristeza apuñalan mi corazón. ¿Cuándo dejaré de sentirme tan vacío estos días? La respuesta me lastima como un puñetazo en la cara. No será fácil las siguientes semanas, meses, años...

No sin ella.

—Fui hecho para amarla y protegerla —Le recuerdo —. Y si tengo la oportunidad de salvarla, juro que lo haré.

La mirada de Asher es profunda así que la evito. Temo que pueda ver lo que ocultan mis ojos. No me arriesgaré a que me detengan. Hice un trato con el señor de las sombras y si no la cumplo él hará pedazos a cualquier habitante de este pueblo.

Incluyendo a los Karlsson.

—Te apoyo —dice Asher —. No sé qué pretendes, pero me pongo en tu posición. Más de una vez arriesgué mi vida por quienes amo y no me arrepiento.

Lo admiro por ese motivo. Sacó adelante a su familia a pesar de todas las dificultades. Nunca se rindió y tampoco lo hará. Asher Karlsson es un hombre admirable.

—El complejo de héroe apesta.

Una sonrisa arrogante tira un lado de su boca.

—Sí, pero vale la pena —Se posiciona de nuevo a la defensiva —. Cuando ves a la persona que amas a salvo todo vale la pena.

Una nueva capa de sufrimiento se eleva y la esperanza surge desde abajo. Saber que Allie logrará sobrevivir sin mí me hace sentir una ligera paz. Ella es fuerte, poderosa e invencible. Sé que puede.

Los corazones rotos será un daño colateral, pero es insignificante a comparación del premio mayor.

—Gracias por tu apoyo.

El abrazo que me da reconforta mi agitado corazón. Es bueno contar con alguien que no te juzga, mucho menos cuestiona tus decisiones. Asher es más que un hombre ejemplar. Es un guerrero muy capaz de caminar a través del fuego por su familia.

—Eres un hijo más para mí, Ronan —masculla Asher, palmeándome el hombro —. Tenlo presente siempre. Estoy aquí si necesitas hablar con alguien. Creí que lo dejé claro en varias ocasiones.

Me limpio el sudor de la frente.

—Lo recuerdo, pero sé que también lidias con tu propio dolor. Te sientes culpable porque piensas que no la protegiste como debías.

Asher se sienta en el suelo del gimnasio. Aden ha contemplado esa bendita ventana desde hace más de una hora. Me perturba y me hago una idea exacta. Asusta.

—Dieciocho años —expone con pesar —. No pudimos ayudarla durante dieciocho años.

Sigo su ejemplo de sentarme.

—Catalina hizo una maldición casi irreparable —destaco —. Se aferró al alma de Allie y eso las unió. Ni siquiera un mago poderoso sería suficiente para romper el hechizo.

Pero sé que alguien sí podrá...

—No dejo de pensar que pude cuidarla mejor. Permití que la secuestren cuando era una bebé. Fui irresponsable y tonto.

Ojalá pudiera darle la alegría que ha estado buscando con Arianne desde hace años.

—Ya no hay manera de revertir el pasado, pero sí pensar en el futuro que nos espera —jugueteo con mis manos —. Los errores servirán para no volver a cometerlos.

Sus rasgos se contraen de ira, pero sé que lo usa para enmascarar el dolor.

—Como el infierno que no sucederá la misma mierda —exhala —. Tomaremos el rumbo que siempre debimos seguir. Allie regresará y dejaremos que este pueblo de mierda se pudra. Ya no es nuestra responsabilidad. Los Karlsson hemos hecho más que suficiente por ellos.

Me tenso y cierro la boca a pesar de las ganas de soltar mil verdades. Si hay algo que está escrito es que los Karlsson estarán atados a New Hope el resto de sus existencias. Esta generación y la que viene.

—¿Todo bien por ahí? —Le pregunta Asher a su hijo.

Aden quita sus ojos de la ventana y sonríe.

—Por supuesto, papá. ¿Ya terminaron? Me toca a mí pelear contigo.

El licántropo le regresa la sonrisa con orgullo a su hijo.

—Ven aquí, campeón. Le mostraremos a Ronan como se patean traseros.

El pequeño Karlsson corre hacia nosotros y sacude su ropa. El perro negro ladra en dirección a la ventana como si quisiera mostrarme algo. ¿Qué hay ahí?

—¡Sí! —grita Aden.

Empieza el entrenamiento entre Asher y Aden así que aprovecho para acercarme a la ventana. ¿Qué tanto miraba? Me resulta sospechoso, sobre todo, con Mary rondando la Fortaleza. Sé que aún hablan. Ese tipo de fantasma jamás se rendirían.

Mary no parará hasta obtener lo que busca.

Y ese es Aden.

—Asher —mascullo —. Hay algo que necesitas saber. Es grave e importante.

Mi suegro detiene sus movimientos para observarme.

—¿Sucede algo? —cuestiona al ver la expresión sombría en mi rostro.

Señalo a Aden quién se encoge de nervios.

—Tu hijo debe decirte muchas cosas —recojo la toalla del suelo —. No ha sido honesto contigo.

La sala se queda en un denso silencio, pero no hace falta que diga más. Le daré una oportunidad a Aden de ser sincero con su padre. No quiere hablar, mucho menos preocupar a los demás. Se siente culpable porque semanas atrás le gritó a Allison. Fue cruel.

—Papá, yo... —Aden balbucea y cierra la boca.

Su padre lo observa consternado, preocupado e inquieto. No fue oportuno soltar esta sorpresa, pero prefiero prevenir antes que lamentar. Mary es peligrosa, Allison jamás se perdonaría si algo malo le ocurre a su hermanito.

Yo protegeré a los Karlsson en su ausencia.

—Los veo más tarde —murmuro, retirándome del gimnasio.

—Gracias —espeta Asher a mis espaldas y después escucho a Aden llorar mientras le explica a su padre.

💚

Ellie y Melissa preparan una pequeña fiesta en la piscina. No entiendo porque se toman la molestia de celebrar mi cumpleaños. El día apesta y mis ánimos están por los suelos. Nada tiene sentido sin Allison.

Me doy otra ducha, me encierro en mi habitación y leo el diario de mamá con relatos sobre el mundo de sombras. Pronto voy a irme al lugar dónde pertenezco. Debo estar más listo que nunca.

Nada es fácil allá.

Si no me mantengo cuerdo, me perderé en la oscuridad. No permitiré que eso ocurra.

El diario de mamá menciona con profundidad el portal que se encuentra en la mansión Dumont. Fue instalada ahí para que mi padre estuviera pendiente y no se perdiera la influencia. Estar cerca hizo que mi naturaleza nunca se desvanezca. Al final no importó que el aura de mi madre sea pura.

La oscuridad siempre gana.

"Me aterra saber que Ronan ha sido el heredero que más tiempo vivió en la tierra. Los demás murieron a los seis años. Esta es una señal que me costó aceptar.

Mi niño es increíblemente poderoso.

Su padre permitió que sobreviva hasta cumplir la mayoría de edad porque sabía de lo que era capaz. Nunca vi este tipo de poder antes. Qué los dioses nos protejan.

Ronan será indestructible una vez que pierda su humanidad. Tendrá un nivel de poder inigualable. ¿Y luego? Se alimentará de él..."

Cierro el diario y abrazo la almohada. Patético. Mi destino no será como el resto de los herederos.

No nací para ser un esclavo más.

Yo seré rey.

La única profecía es una dónde destruiré el mundo de sombras.

Y luego regresaré a Allison.

Espero que no sea demasiado tarde cuando consiga mis objetivos.

El estómago me duele ante la idea, puedo sentir el dolor de su ausencia. Semanas sin ella. ¿Qué se sentirán años? Agito la cabeza y tomo una respiración profunda. Debo apartar mis sentimientos.

Los poderosos ganarán la guerra.

No hay lugar para los débiles.

El señor de las sombras subestima mi fuerza. Él cree que me usará, pero sucederá lo contrario. Es un peón más en el tablero de ajedrez. Aquí soy el rey. El único con poder de decir «Jaque Mate»

Guardo el diario de mamá bajo la almohada y cierro los ojos. Solo en mis sueños es la mejor manera de olvidar e ignorar la espantosa realidad. Sería hermoso despertar con el sonido de su risa, sus besos, sus caricias.

La extraño.

La extraño.

La extraño tanto.

Alcanzo mi cámara de la cómoda y contemplo sus fotos. Allison mordiéndose el labio, desnuda en mis brazos mientras ambos sonreímos ante el capturador. Hay otra dónde está sentada sobre el escritorio de la biblioteca, su cabello oscuro alrededor de sus pechos. Tan mía.

—No renunciaré a ti —susurro —. Jamás.

Horas después, despierto cuando algo húmedo lame mis mejillas. Me remuevo, pero la cosa se tumba sobre mi pecho y luego oigo risitas alocadas. ¿Qué mierda? En esta casa nadie puede sufrir en paz ni disfrutar la privacidad. ¿Es muy difícil de entender que quiero estar solo?

Abro los párpados y me encuentro con una inocente mirada peluda. Un Collie blanco con manchas marrones me sacude la cola y saca la lengua. ¿De dónde salió? Aden y sus primas están en la puerta expectantes a mi reacción.

—Es el regalo de Allison —comenta Aden —. Ella pensó que Adonis sería la compañía perfecta después de que perdiste a Mora y Teddy.

Mi pecho se oprime hasta que el aire en mis pulmones es una burbuja dolorosa y contengo las lágrimas. No podría esperar menos de Allison. Ella adora los animales. Sabe cuánto sufrí la pérdida de mis mascotas.

—Adonis —expreso con una sonrisa —. Es un nombre que mi chica definitivamente escogería.

Todos se ríen en la habitación mientras abrazo a Adonis. El perro salta en mis brazos, entusiasmado y eufórico. De repente, la imagen de Allison consolándome viene a mi mente, justo el día que Georgie mató a mis perros.

Ella y su padre me ayudaron a enterrarlos.

—Me encanta, pero no puedo hacerme cargo de él —murmuro con la garganta seca —. Mi vida es una catástrofe y no tengo energías.

Ellie me da una sonrisa comprensiva.

—Descuida, la familia va a cuidarlo porque es un miembro más. Adonis será amigo de Enya.

La observo.

—También adoptaste una cachorra.

—Sí —Ellie se hace a un lado y una perrita de color marrón entra a la habitación —. Fue imposible negarme a esos ojitos inocentes.

—La Fortaleza estará lleno de animales.

Asa bufa.

—Prefiero eso antes que más bebés licántropos.

Melissa lo golpea en la parte posterior de la cabeza y él hace una mueca.

—¿Estás listo para la fiesta, Ronan? —pregunta Ellie —. Roy prometió llamarte pronto.

La tristeza me obliga a doblarme en la cama. No quiero levantarme. Es más atractivo quedarme aquí a llorar y hundirme en un océano de tristeza.

—Aprecio las buenas intenciones, chicos, pero...

—Nada —me corta Melissa —. Deja de actuar de esa forma.

—¿Cómo?

Su mirada oscura se fija en mí, dejándome inmóvil.

—Cómo si ella estuviera muerta. Allison estaría muy decepcionada de ti, Ronan —Hace una pausa y añade —: Sé que la extrañas. Todo aquí lo hacemos, pero estoy segura de que sabe cuánto sufrimos y se odia por eso. ¿Quieres ayudarla? Bien. No olvides quién es tu compañera y deja de creer que perderá contra Catalina.

La punzante sensación de pérdida se vuelve más fuerte en mi pecho. Quiero refutar y gritarle que tengo otras razones para estar devastado, pero ella no lo entiende. Nadie lo hace.

—Soy incapaz de creer que Allison perderá. Mi fe en ella es inmensa.

—¿Entonces? —Melissa presiona.

—Déjalo —me defiende Asa —. Si él no quiere participar en la fiesta, es totalmente válido.

Los hombros de Melissa se hunden en derrota.

—De acuerdo —cede, sus ojos oscuros en mí —. Si cambias de opinión, ya sabes dónde encontrarnos. Habrá mucha cerveza y vodka para relajarnos un rato. Nada está perdido.

—Gracias —musito.

—Ley de atracción —espeta Ellie —. Invoquemos a la jodida ley de atracción o váyanse a la mierda con sus pesimismos.

Abandonan mi habitación con Adonis siguiéndolos. Mi deseo de cumpleaños es que este día termine de una vez. Cada segundo se vuelve intolerable, aunque pensándolo bien estoy de acuerdo con Melissa. El vodka podría ayudarme a olvidar. Quizás con mil litros de alcohol en mi sistema será más fácil sobrellevar el día. No soy inmune.

Decidido.

Me uniré a la bendita fiesta.

Una vez que me cambio de ropa, encuentro a los Karlsson menores en la piscina. Hay buena música, bocadillos, cerveza y dulces. Melissa y Ellie se acuestan en las tumbonas mientras Asa nada campante en el agua cristalina. Sería perfecto si estuviera ella.

«Para ya, Ronan»

Se ponen a aplaudir cuando me uno a ellos.

—¡Ronnie! —Ellie agarra mi mano y me lleva cerca de la mesa con bebidas —. Estoy feliz de que decidas unirte. Raven vendrá pronto también.

—Qué bueno —sonrío —. La comida se ve deliciosa.

Le doy un mordisco al emparedado y después me sirvo un vaso lleno de vodka.

—Tómalo con calma —Ríe Melissa —. ¿Ansioso?

Me encojo de hombros.

—Hoy me vendrá bien estar borracho.

Su celular suena y la cara de Roy aparece en la pantalla cuando ella responde. Pasaron semanas desde que he tenido noticias sobre él. Luce diferente. Su cabello rojo está más largo y oscuro. Sus grandes ojos azules muy vivos, pero cansados. ¿Qué ha sido de su vida?

—Lamento que empiecen la celebración sin mí —dice con un mohín —. Todos saben que soy el alma de la fiesta.

Melissa pone los ojos en blanco.

—Nadie te extraña aquí, pendejo.

Roy se ríe, mirándome.

—Ronan.

Levanto el vaso de vodka hacia el celular.

—¿Cómo estás?

—Muy ocupado —contesta —. Nada ha ido bien, pero no te amargaré con asuntos de mi vida. No diré feliz cumpleaños porque seguro te lleva el diablo.

—Gracias —consumo un sorbo vodka —. Lo bueno de las fiestas son las bebidas y comidas.

—Sé que andas frustrado porque tu mejor manera de festejarlo era follando con Allison, pero ya no se podrá —dice Roy —. Me compadezco de ti, amigo mío. Hasta yo querría cortarme las venas por la depresión.

Le enseño el dedo del medio y suelta una carcajada.

—Vete a la mierda.

Ellie me hace a un lado para observar a su primo. Mientras tanto, me trago de golpe el vodka. El líquido amargo raspa mi garganta. Melissa palmea mi espalda al ver que me atraganto. Me pasé.

—¿Cómo está Sadie? —inquiere Ellie —. No hemos tenido muchas noticias de ella. ¿Cómo lo lleva?

Roy se rasca la nuca.

—Recuperándose —suena nervioso —. Ha sido difícil, pero saldremos adelante juntos. Ella superará este trauma.

No quiere decirnos mucho, se nota.

—¿Cuándo regresas? —Asa se entromete en la conversación —. Se acercan los exámenes y te extrañamos.

La sonrisa de Roy es abatida. Solo los bebés de la Fortaleza no tienen problemas, aunque esta mañana oí a Arianne decir que Amy vomitó bastante. Las desgracias abundan aquí.

—Los exámenes no son importantes —explica Roy —. Dudo que regrese pronto, es un tema delicado. Soy más útil aquí. La madre de Sadie me ha recibido con los brazos abiertos. Fue muy amable.

Bebo de nuevo. Lo que acaba de decir es muy acertado. Canadá es seguro, New Hope no.

—Tú sí eres inteligente —me río —. Te alejaste del matadero.

Ellie me mira boquiabierta.

—¿Matadero?

—Zombis, poltergeist, fantasmas, dioses que devoran almas, asesinos, psicópatas —bostezo —. ¿Qué más esperas de New Hope? Ciertamente este pueblo no es un paraíso con arcoíris y Roy lo sabe. Está a salvo en Canadá.

El pelirrojo asiente.

—Todos deberían venir a la casa que mantiene el tío Asher en Vancouver.

Melissa tiene una expresión frustrada.

—Ustedes conocen cada detalle de mierda —reprocha —. Moriremos aquí, ¿no? ¡Sabía que debíamos irnos lo antes posible! ¿Por qué nadie me escucha?

Pongo uno de mis brazos sobre su hombro para sostenerme. Ups. El vodka pega fuerte.

—Tu tía Reynard sí lo hace —murmuro —. También Raven y Ava. De hecho, están armando un plan de nuevo hogar. Arkos. Lo mencionaron esta mañana, tonta. Cálmate.

—Nuestros padres jamás abandonarán el pueblo —añade Ellie —. El abuelo Aiden es la máxima autoridad y mi tío Ashton ocupará su lugar pronto. Tenemos nuestra vida hecha aquí.

Niego.

—Acostúmbrate porque ya no son bienvenidos.

Roy carraspea.

—Hombre, esa lengua anda muy suelta. ¿Qué tanto has bebido?

—Casi nada —sonrío —. El alcohol es fuerte y yo vulnerable.

—Es lo que querías, ¿no? —dice Melissa, apartándome. Me tambaleo.

—Me despido —manifiesta Roy —. Llámenme si necesitan algo. Manténganse unidos y no se separen. La mierda aún no empieza.

—Odio a los médiums —gime Ellie.

La llamada termina.

—Yo me odio mucho más —me lanzo a la tumbona —. Deseo gritarles a los cuatro vientos lo que hay en mi cabeza.

—¿Y por qué no lo haces? —Melissa me ofrece otro vaso y acepto —. Vamos a escucharte con mucho gusto, Ronnie.

Mi sonrisa se extiende lentamente. Buen intento.

—Soy un borracho, pero no idiota —Le guiño un ojo y consumo la bebida de un trago —. Cambien esa maldita música, me deprimo. ¿Quién dijo que es buena idea escuchar a Adele justo hoy? Voy a cortarme las malditas venas.

Ava se mueve y cambia la canción. Pronto suena una de Miley Cyrus que anima el ambiente. Coloco el vaso sobre una mesa, me quito la camisa y me relajo poco a poco.

—Qué borracho tan feliz —ríe Ellie —. Hoy tendremos un invitado especial. Le advertí que no sería gran cosa, pero él insistió en venir. Es su última noche en New Hope.

Uh. La expresión de Melissa se vuelve tiesa.

—No me digas que es él.

Ellie se tapa la boca y pronuncia «lo siento» entre sus dedos.

—¡Te voy a matar! —grita Melissa —. ¿Cómo pudiste, Ellie? ¡Traidora!

Entonces Tristan se reúne con nosotros. Emmie lo acompaña con una amplia sonrisa. ¿Es consciente de que su sobrina está a punto de desmayarse?

—Chicos, miren quién ha traído más bebidas —espeta Emmie —. Vino a despedirse porque se irá a Holanda en las próximas horas. Sean amables, sobre todo, tú Melissa.

Tristan mantiene los ojos en Melissa quién está muy molesta. Otra madre no permitiría que su hija menor de edad beba vodka, pero estamos hablando de los Karlsson. El alcohol no afecta a sus sistemas.

—Bienvenido, hombre —camino hacia él y le arrebato la botella —. Ponte cómodo.

Tristan me da un abrazo apretado.

—Creí que te encontraría llorando en un rincón —Se burla —. Es un milagro verte de pie y con fuerzas. Mis condolencias.

Lo empujo con cariño.

—Parece que tú vas a llorar, no yo —Le echo un vistazo a Melissa. Ahora finge que Tristan no existe y regaña a Ellie —. ¿También te rompieron el corazón?

Tristan se ríe.

—Sí.

Emmie la da una palmadita a Tristan en la espalda.

—Diviértanse, chicos —sonríe —. Pórtense bien.

Y luego se retira.

Nos sentamos en el borde de la piscina, los pies en el agua. Asa se coloca de nuestros lados.

—¿Cómo estás? —Tristan me mira con pena —. Escuché lo que sucedió con Allison. Lo lamento.

La tristeza acecha de nuevo.

—Me siento como el inútil más grande de este planeta —mascullo —. Gracias, pero te agradecería que no menciones el tema. Esta noche se trata de olvidar.

—Lo siento.

Asa carraspea.

—Eres un masoquista —Se dirige a Tristan —. ¿Por qué pierdes tu tiempo de esa manera? No eres compañero de mi hermana, pero te gusta sufrir persiguiéndola. Supéralo.

Melissa y Ellie se lanzan a la piscina con bikinis. Mi mente mártir piensa de nuevo en mi chica y sus fantásticas ropas de baño. El color verde en la tela, su hermoso cuerpo. Dios, Allie.

—Quise verla por última vez —dice Tristan.

—Y sigues lastimándola —refunfuña Asa —. No funcionará. Tú pronto vas a reunirte con tu compañera y ella encontrará al indicado.

La mueca de Tristan se intensifica.

—¿Quién dijo que encontraré a mi compañera?

—Es lo obvio —refuta Asa.

—Nunca te agradé, ¿eh? —pregunta el rubio.

Asa se burla.

—Tu existencia aburrida me da igual —responde, tajante —. Lo que me molesta es ver a mi hermana sufriendo por alguien que ni siquiera está destinado a ella. La relación que mantienen es tan estúpida.

Una ola de agua nos salpica cuando Melissa se acerca enojada a su hermano.

—Estoy aquí, pequeño idiota. ¿Puedes cerrar la boca? Nadie pidió tu opinión.

Traigo otro trago de vodka a mis labios.

—Yo sí. Es interesante escuchar dramas que no tienen que ver conmigo.

—Maldito idiota —bufa Melissa.

Es Ellie quién trata de relajarnos.

—Hey, mucha testosterona por hoy —sacude la mano, las gotas de agua caen por su rostro —. Se me ocurrió una excelente idea que podría divertirnos —mira sobre mi hombro —. Llegaste en el momento indicado, Raven.

La pelirroja recoge algunos bocadillos de la mesa y se los traga. Ava la sigue con su cuaderno y el lápiz. ¿No se cansa de dibujar o escribir?

—¿Qué traman? Escuché sus discusiones desde arriba y necesita saber por qué pelean.

—¡No es ninguna pelea! —insiste Ellie a medida que sale de la piscina y agarra una botella de whisky —. Ya que somos varios, propongo un juego divertido.

Melissa gime.

—¿Yo nunca? Olvídalo.

—Vamos, no seas aburrida —Ellie rellena varios vasos con alcohol —. Contaremos algunas experiencias personales y quiénes si lo han hecho deben beber. No es nada complicado y muy divertido. ¿Te unes, Tristan?

Él sonríe.

—Con mucho gusto.

—¿Y tú, Melissa?

—Olvídalo.

Una sonrisa se extiende en los labios de Tristan.

—¿Estás asustada de mí?

La mirada de Melissa es escéptica.

—¿De ti? Nunca.

Ninguno aparta los ojos. El reto entre ellos llena de tensión el aire.

—A ver —interfiero, mi voz arrastrada —. Mátense o follen de una vez.

—¡Hey! —Raven se ríe y me golpea juguetonamente en el hombro —. Estás ebrio.

Tiro un mechón de su cabello rojo.

—Me siento jodidamente bien.

—Ya me di cuenta.

—Acomódense —indica Ellie —. El juego empieza.

Formamos un círculo cerca de la piscina, cada uno con nuestros vasos en las manos. Melissa pretende sentarse lejos de Tristan, pero él no le deja. Asa tiene una expresión irritante y no sería sorpresa si golpea al pretendiente de su hermana. Su paciencia es limitada.

—¿Quién empieza? —cuestiona Raven.

La sonrisa de Melissa es maliciosa y levanta la mano.

—Yo nunca he hecho promesas que no puedo cumplir —suelta.

Mierda.

Me tenso y mi aliento es inestable. Trato de ignorar la pregunta, pero Raven me mira así que bebo. Tristan también.

Ellie silba.

—A Allison no le gusta esto —murmura la rubia.

Resoplo.

—Pero no está aquí para saberlo, ¿verdad?

Raven me da un codazo.

—Yo nunca he pasado tres días sin ducharme —dice Asa entre risas.

Me sonrojo y todos se ríen cuando bebo. Imbéciles.

—Yo nunca he tenido sexo —espeto.

Las únicas que no beben son Raven y Ava. Hasta Asa es más experimentado.

—¿Es en serio? —inquiere él —. La pelirroja más caliente de New Hope no tuvo orgasmos.

Raven se encoge de hombros. Quiero protegerla de cualquier idiota que se atreva a tocarla de forma inadecuada. Es muy buena para este mundo.

—¿Quién dijo que no tuve orgasmos? —suelta.

Respuesta inesperada.

—Caray, primita —Ellie se ríe —. Eres demasiado inteligente. Tu compañero debería temer a esa mente y dones.

Definitivamente. Sus visiones serán un arma para enfrentarse a todo lo que venga.

—Ya no hablemos sobre la castidad de Raven —suspira Melissa —. Yo nunca le he tenido ganas al compañero de mi prima.

El ambiente se queda en silencio hasta que Raven recoge el vaso de vodka y bebe. Me sonrojo cuando recuerdo esos tiempos dónde tenía pensamientos sucios sobre mí, pero ya se le pasó. Fue cosa del momento. Somos muy parecidos y no hay nada de malo que se sienta identificada.

—Qué chistosa, Melissa —murmuro y ruedo los ojos.

—¿Hoy nos pondremos en contra de Raven? —cuestiona Ellie.

—Nah. Es mi turno —Tristan se lame los labios sin apartar la atención de Melissa —. Yo nunca traté de imitar las escenas eróticas que leo en libros e internet.

Las mejillas de la vampiresa se ruborizan y bebe con la vergüenza cubriéndola. El círculo estallamos en risas.

—Yo nunca me sentí atraído hacia alguien de mi mismo sexo —masculla Asa.

Ellie y Ava beben.

—Yo nunca me robé las tangas de mi novia —espeta Melissa.

Tristan bebe y se lame los labios. Pervertido.

—Yo nunca me masturbé —dice Ellie.

Todos bebemos.

—Yo nunca he sentido celos por el ex novio de mi compañera —Raven me observa con las cejas rojas enarcadas.

—Esto ya no es divertido —protesto y bebo.

—Yo nunca he recibido sexo oral —manifiesta Ellie.

La mayoría bebemos, excepto Ava, Raven y Tristan.

—¿Tú no? —Le pregunto a Tristan, incrédulo.

Se encoge de hombros.

—A Melissa no le gusta dar oral, pero sí recibirlo.

Qué incómodo. El humor se desvanece, la diversión acaba.

—¿Cómo qué no? —Ellie mira a su prima.

—Eres un idiota, Tristan —Melissa se retira y Tristan no duda en seguirla.

Asa tensa la mandíbula.

—Quiero matar a ese maldito imbécil —gruñe —. ¿Cuándo se va? Llamaré a papá.

—Qué dramático, no seas soplón —bebo por sexta vez o quizás décima. Ni idea —. Déjalos solucionar este tema. Él se largará al amanecer.

—Me iré a dormir —Raven se levanta y sacude su corto vestido —. Mi padre tiene una conferencia de prensa mañana y quiero acompañarlo. Ava, tú también deberías hacer lo mismo.

Ava cierra su cuaderno con garabatos.

—Sí, claro —Me echa un vistazo —. Mucho cuidado con lo que hagas, Ronan.

¿Eh? Quiero preguntar, pero ella se retira con Raven, dejándome más alterado de lo normal.

Ella sabe más cosas que yo.

💚

Melissa.

Mi padre no está presente en la casa. De otra manera, Tristan jamás entraría. Probablemente se quedó trabajando hasta tarde y volverá de madrugada. Mejor o es muy capaz de cometer asesinatos.

Estoy enojada.

Estoy tan molesta que podría drenar a Tristan, saciarme con su sangre solo para calmar este estúpido enamoramiento de adolescente. ¿Funcionará? Mi madre no se equivoca.

Lo correcto es asumir de una vez que jamás será mío.

Le pertenece a otra chica.

Yo quedaré en el olvido.

—Melissa, por favor. ¿Podemos hablar?

—Lárgate de mi casa —Intento cerrar la puerta, pero su bota me impide hacerlo —. Ahórranos más decepciones, Tristan.

Sus ojos son piezas de melancolía y dolor. Veo tanto en esta mirada: resignación, sufrimiento, abatimiento. Quiero consolarlo como él a mí, unir las piezas de nuestros corazones rotos.

—Tomaremos un vuelo dentro de dos horas —entra a mi habitación y apoya su espalda contra la puerta —. Te prometo que después no volverás a saber de mí.

Lágrimas oscurecen mi visión, una deslizándose por mi mejilla y él la aleja.

—¿Entonces a qué viniste? —inquiero.

—A despedirme de ti —susurra con voz ronca —. Esta vez para siempre.

Y entonces estrella su boca contra la mía. Es un beso que envía fuego a mis venas. Sus labios me dominan y permito que me guíe hasta la cama. Su cuerpo cubre el mío, sus manos son rápidas cuando me arranca la ropa. Facilito el trabajo mientras levanto las caderas y permito que me quite el bikini.

Él separa su boca de la mía, con su pecho agitado murmura:

—No puedo irme sin estar dentro de ti por última vez.

Un escalofrío desciende por mi espalda. Se desnuda, arrojando las prendas en cualquier parte y luego se ubica entre mis muslos. Sin darme tiempo de prepararme, se desliza en mi interior con una embestida ruda. Me quedo inmóvil un par de segundos, mis ojos cerrados y proceso todo lo que me hace sentir.

¿Cómo podré olvidar esto? ¿Nosotros? ¿Nuestros momentos?

Tristan se mueve de nuevo y reprimo mis gemidos en su cuello. Araño su espalda, muerdo su cuello y hago una promesa que quizás me arrepentiré por haberla pronunciado:

—Nunca te olvidaré, Tristan Persson. Nunca.

💚

Ronan.

Me tambaleo totalmente ebrio hasta el calabozo dónde mantienen encerrada a Allison y Annie me mira con pereza. Respiro profundo tan pronto como abro las rejas y veo ahí el ataúd. Ella está adentro luciendo perfecta, preciosa, pacífica.

Mi chica.

El aire frío de la celda se siente como si pequeñas agujas me perforaran la piel. Estoy tan solo y herido. No dejaré de sufrir su ausencia. Esta pesadilla aún no tendrá fin. No en un par de años.

—Hey... —abro el ataúd —. Hoy fue un día de mierda, pero tus primos me ayudaron a sobrellevarlo. Estoy seguro de que mañana voy a despertar con una espantosa resaca. Te burlarías de mí si me vieras. Me veo ridículo, ¿puedes creerlo? Un semidios ebrio.

Toco su piel suave porque necesito sentirla desesperadamente. Ella también está fría. Nada como la calidez. Esto es otro recordatorio de que Catalina la ha dominado, incluido el lado licántropo.

—Imprimí varias fotografías tuyas, empecé una nueva pintura dónde tu sonrisa es la mayor atracción —Se me nubla la vista por las lágrimas —. Todo servirá como decoración en nuestra futura casa. ¿Recuerdas los planes que hicimos juntos? Tú y yo alejados del mundo, amor.

La presión se amontona en mi pecho, el dolor se acumula como espinas en mi garganta. Estoy tan malditamente cansado y roto.

—Haré cosas que no te van a gustar —prosigo, limpiándome los ojos —. Me odiarás y con justa razón. Solo te pido un inmenso favor. No me olvides, preciosa. No podría vivir con eso.

Me quedo allí por un momento, respirando con dificultad.

—No será por mucho tiempo, ¿de acuerdo? Cuando regrese, haremos juntos todas las cosas que nos hemos perdido.

Me desoriento un segundo y después caigo al suelo cuando el ataúd de Allison se abre. ¿Qué carajos? Mi cabeza gira, mi alrededor se ralentiza. Es difícil pensar con claridad, el alcohol es como veneno en mi sistema. Estoy mareado, sudoroso y a punto de vomitar.

Voy a vomitar.

Se me seca la boca cuando unos profundos ojos verdes me miran de regreso. Sin profundidad, como un cielo sin estrellas. Pálidos, vacíos. Sus labios morados se levantan y se curvan en una sonrisa cruel.

Annie sisea en señal de alerta.

—Ronan —La suave voz musical me tiene desorientado —. ¿Me echaste de menos?

Encuentro la fuerza de voluntad y me pongo de pie. Estoy hipnotizado por su belleza, embobado. Se ve deslumbrante, como los sueños que he tenido estos días. ¿Es real? Por favor, que así sea.

—Amor...

Toco su mejilla, pero sigue fría. La inhalo, la abrazo y no tengo ninguna reacción.

Ella no es mi Allie.

Una risita estridente hace eco en la celda mientras me aparto. La decepción arde en mis entrañas, la furia también. Ella juega con mi patética mente borracha.

Catalina.

—Qué sentimental —Se mofa la bruja, sus ojos son rojos —. Ella también te llama, ¿sabes? Día y noche llora tu nombre. Estoy harta de estas ridiculeces del amor. Ahora entiendo porque son débiles.

La empujo bruscamente y su carcajada llena el aire.

—Déjala en paz.

—No —Se gira y los bordes del vestido verde flotan —. Me alimento de su vida, sus poderes y su juventud. Tu estúpida compañera no quiere explotar su potencial, pero yo sí lo haré. Le demostraré al mundo quién es.

Mi mano vuela a su garganta y ejerzo presión. El agarre es tan fuerte que las cuencas de sus ojos parecen a punto de estallar. Estoy perdido en la ira, consumido por la rabia. Voy a matarla.

—¿Ronan? —Habla de nuevo, pero esta vez más suave —. Por favor, sácame de aquí. Te prometo que soy yo. No me lastimes, cariño.

Cariño...

Doy un paso hacia atrás, mi pecho exaltado y las lágrimas caen como río por mis mejillas.

No es ella.

No es ella.

No es ella.

—¿Y si te digo que te arrebataré lo que más amas? —indago a punto de reventar por la cólera —. ¿Si lastimo a tu amada Vera cómo te sentirías?

Una serie de aullidos y gritos ininteligibles estallan de ella. Me agacho en una posición defensiva, con los puños apretados cuando me ataca, pero no llega muy lejos. Annie me defiende y la mantiene indefensa boca abajo con las garras en su espalda. Catalina maldice, removiéndose como un gusano. No logra apartar a la tigresa.

—¡¡Ronan!!

Me deslizo hasta el suelo hecho un ovillo cuando Arianne y las hermanas de Mila entran a la celda. Me pregunta qué sucedió, pero no soy capaz de responder porque la respuesta me duele.

Perdí a Allison.

Y tal vez para siempre.

💚

Mi cabeza pesa miles de toneladas cuando despierto horas después. El brillo de color naranja suave baña mi habitación. Estoy con el mismo pantalón de anoche: sin la camisa y los zapatos. Puedo sentir la cálida brisa acariciándome la piel.

Me oriento con movimientos lentos mientras los recuerdos me sacuden. Mi corazón se acelera en mi pecho, cada latido es doloroso ya que parece destrozarme. Burbujas de pánico me abruman. Visité el calabozo de Catalina y ella despertó. Después vomité y me desmayé.

Mierda.

Qué vergüenza.

Contengo la respiración cuando la manija de la puerta se mueve y después entra Arianne a mi habitación. Está más que enojada. Sus ojos verdes son llamas furiosas, pero también hay algo más en esa mirada.

Decepción.

—Supongo que puedes hacerte una idea sobre lo sucedido —regaña —. Fue lo más imprudente que has hecho.

Mi boca sabe a tierra seca cuando hablo.

—Lo siento.

—¿Lo sientes? —repite con incredulidad —. Visitaste ebrio el calabozo y liberaste a Catalina. ¿Qué habría sucedido si lograba salir? Estaríamos muertos.

La culpa me come vivo.

—Yo...

—Sé que estás triste como cualquiera de nosotros, pero necesito que seas más consciente, Ronan. Tengo un hijo de nueve años y una niña de tres años. No están nada seguros aquí, menos con esa bruja odiándonos. Te costó mucho defenderte porque estabas ebrio.

Quiero hacerme una bola y llorar. Soy un idiota egoísta.

—Arianne...

—Prométeme que no volverá a ocurrir —implora, angustiada —. Si irás a verla debes estar en tus cinco sentidos. Es un riesgo muy alto que Catalina esté libre.

Me encojo en la cama, mi estómago hecho un nudo de dolor. Arianne es una madre desesperada.

—Juro que no fue mi intención —me justifico —. Mi cabeza es un desastre y trato de no pensar mucho. Es más fácil así.

Su mirada verde es una mezcla de empatía y angustia.

—Te entiendo. Estamos haciendo lo posible para que esta pesadilla acabe —musita —. Mi padre y Mila están en camino con nuestra última esperanza.

La comprensión me hace tartamudear.

—Vera —asumo.

—Sí —dice Arianne —. Están en camino. Viene directamente desde Croacia para ayudarnos.

💚

Raven.

Acumulé más información que mis propias tareas sobre Arkos. Me encuentro maravillada y fascinada. Estudio mi territorio con detenimiento para estar prevenida. No es mi hogar y será difícil acostumbrarme.

Sobre todo, a él.

Krestel.

Una mezcla de miedo y euforia me atraviesa. Mamá aseguró que tuvo la misma experiencia antes de conocer a papá. Soñó con él durante meses, estuvo muy presente en su mente. Ella ya lo quería sin verlo personalmente.

¿Siento lo mismo por Krestel?

No.

Estoy aterrada de su mundo y de él.

No es el tipo de persona con quién acostumbro a tratar.

Es un monstruo sin corazón.

—Hoy es el día —susurra Ava —. El gran día.

Abraza el cuadro contra su pecho mientras observa el bosque. Somos las únicas que conocemos el nuevo destino de New Hope.

Ella.

Mamá.

Y yo.

Por esa razón debemos estar presentes en la conferencia de prensa. Mi madre llenó las maletas y les pidió lo mismo a mis tías. Al principio le recordé que es un error interferir, pero no le importó Su mayor preocupación es mantenernos a salvo a pesar de las consecuencias.

—¿Entonces el plan es irnos a Canadá? —cuestiono —. ¿Abandonar el pueblo?

—Sí —Mamá me contempla sin rastros de remordimientos —. La fortaleza será atacada y no me quedaré de brazos cruzados. Tengo el poder de proteger a mi familia y lo haré.

Me trago el miedo.

—Mamá, es muy arriesgado —Mi estómago se retuerce con temor —. Sabes lo que podría ocasionar revelar el secreto.

—Lo sé —Ella me aprieta la mano y atrae a Ava para un abrazo —. Después de casi veinte años volví a romper las reglas de este don, pero es por una buena causa. Los dioses lo saben y están de mi lado.

Ava y ya la abrazamos para darle el consuelo que necesita.

—Estamos aquí para apoyarte —musita mi hermanita.

Mamá se aparta y nos mira con dolor. Si ella toma esta decisión es porque todo es más terrible de lo que pensaba. Regresó bastante determinada de Canadá. Sus últimas decisiones fueron tomadas sin discusiones.

Sabe lo que hace.

—El mundo jamás aceptará lo que somos —dice, quebrándose —. Ante sus ojos somos criaturas extrañas, monstruos incapaces de vivir en la sociedad. No soportaré que mi familia sea menospreciada y maltratada. Ya no.

Sollozo.

—Mamá...

—Las hermanas de Mila abrirán un portal dentro de cinco horas —me limpia las lágrimas, Ava tiembla como nunca antes —. Roy estará bien en Canadá, pero el resto no. Tenemos espacio en un lugar seguro.

—Arkos —susurro.

—Sí —me dice mamá el borde del llanto —. Debes ir a él, Raven. Krestel es nuestra salvación.

💚

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