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Capítulo 5 ✴

Ronan.

Me froto las manos nerviosamente para aliviar un poco la tensión que empieza a emerger. Decido salir del bar sin poner mucha objeción. La gente empezó a notarme por culpa de los pelirrojos y odio ser el centro de atención. Le aseguré a Rodrick que estaré bien.

Admito que esperé momentos como éste desde que era un niño. Soñaba que llegara a mi vida una persona misteriosa como en las películas y me dijera: "Ronan, podemos ayudarte" Aunque esas ilusiones murieron cuando conocí a los psiquiatras. Me cuesta mucho confiar en desconocidos. Ya no soy el mismo desde mis terapias.

Todavía no estoy relajado, sin embargo, mientras nos acercamos a la zona dónde está estacionado un lujoso auto, una sensación abruma mi pecho. Es seguridad... no lo sé.

Ellos no van a lastimarme.

¿Qué error cometí? ¿Saben mis secretos?

Me pongo la capucha de mi chaqueta y suelto un suspiro. El frío viento de New Hope siempre ha sido muy excedido. Esta noche particularmente no estoy abrigado y se hace tarde. Mamá me matará.

—¿Quieres avisar a tu familia que no llegarás a tu casa? —pregunta Raven —. Será una noche larga y llena de revelaciones. Te necesitamos solo para nosotros.

Roy se ríe y abre la puerta de su asombroso auto. Las ventanas están polarizadas y sus luces encendidas casi me ciegan. Es majestuoso y plateado como la luna sobre nosotros, recién salido de la fábrica y pulido en cada borde biselado. El emblema del Mercedes Benz está en su frente. Juraría que Roy es menor aún. ¿Qué hace conduciendo un auto tan lujoso? Pregunta estúpida, la razón es el dinero obviamente. Yo ni siquiera tengo bicicleta.

—Vienen a interrumpir mi momento de tranquilidad y ahora dicen que no debo ir a casa —mascullo, poniendo las manos en mis bolsillos —. Saben, no me gusta cuando me ordenan. Iré con ustedes porque mi curiosidad es más grande. Eso es todo.

—Y también porque confías en nosotros —agrega Roy. Sus ojos azules son brillantes, como si alguien le agregara filtros intensos en Photoshop —. Puedes sentirte seguro, ¿no? Sabes muy bien que no te lastimaremos. Tus intuiciones lo dicen.

Me siento mareado con la garganta seca y la cabeza llena de dudas.

—¿Mis intuiciones? —balbuceo.

Raven agarra mi mano.

—Te daremos millones de explicaciones que escucharás con lujos de detalles —instruye que me meta en el auto y lo hago —. Ahora debemos irnos antes de que llueva.

Mantengo las manos unidas en mi regazo mientras permanezco en los asientos traseros. Raven está al lado de Roy quien conduce. Los faros dividen la noche del camino delante mientras da vuelta en una esquina, profundizando en árboles, acercándonos al bosque. Sé muy bien dónde estamos dirigiéndonos. Es bastante obvio que me llevarán a su guarida con el resto de la familia Karlsson.

Mis pronósticos nunca fallan.

Mientras Roy conduce, nuestros ojos se encuentran a través del espejo retrovisor, pero no dice nada. Está muy concentrado, Raven todo lo contrario. Parece que tiene muchas ganas de hablar.

—En el bosque pude percibir lo que eres —comenta Raven, emocionada —. Y necesito aclararte algo sobre las imágenes que viste en tu mente.

Levanto una ceja.

—¿Qué cosa?

Raven sonríe.

—No fui yo quien te mostró los recuerdos. Ese fuiste tú —responde —. Únicamente tú.

—Shh... —Le dice Roy —. Déjale a mamá las explicaciones.

Raven rueda los ojos.

—A mamá siempre le tocan las mejores partes.

—Es porque ella sabe mucho más que todos nosotros —murmura Roy —. Solo espera a que lleguemos. No abras de más esa boca, asustas al niño.

—¿Niño? —resoplo —. Soy mucho mayor que tú.

Roy me mira con una sonrisa ligeramente divertida y torcida.

—La mayoría de las personas dicen que soy bastante maduro a pesar de mi edad —Me guiña un ojo.

—Ya veo —digo.

Los árboles se vuelven más espesos y los minutos corren rápido en el reloj. Tomo el consejo de Raven y le envío un mensaje a mamá para avisar que no llegaré a casa. Segundos después mi celular suena con varias llamadas, pero no cojo ninguna. No me dará permiso.

Además, solo quiero terminar con todo el misterio que rodea mi vida. Tiene que haber una explicación plausible, algo que me ayude a entender mejor mis dones. Espero que los Karlsson tengan esa solución.

—Dijiste que cometí un error al hablar con alguien —musito y apago el celular —. ¿A qué te refieres?

Roy tensa su agarre en el volante, el camino ante nosotros se vuelve cada vez más claro. Poco a poco nos acercamos a una gigantesca mansión blanca.

La Fortaleza Karlsson.

—Raven —dice Roy —. Te daré el honor, hermanita.

Ella aplaude como si tuviera cinco años. Genial.

—¿Sueles tener mucho contacto con los fantasmas que hablas? —inquiere, intrigada —. ¿Los tocaste alguna vez? ¿Escuchas sus voces?

Me estremezco.

—¿Cómo...?

Raven interrumpe cualquier oración antes de que sea pronunciada.

—Por el amor de todos los dioses, Ronan —Se queja —. Pensé que quedó claro cómo sé todo de ti. No soy ninguna acosadora o algo por el estilo. Te vi en mis visiones.

Siento un escalofrío en mi espina dorsal, el pelo en mi nuca se pone de punta. Mis oídos zumban mientras asimilo sus palabras. Lo supuse desde el instante que ella mencionó sus benditas visiones en el bosque, pero no quise sacar conclusiones precipitadas.

—Eres médium —deduzco, sin sorprenderme —. Ambos lo son.

—Médium o clarividente. Cualquier significado está bien —dice Roy —. Supongo que sabes lo que eso significa.

—Algo —Me encojo de hombros —. Nacen con la habilidad de comunicarse con el mundo espiritual o los muertos si ellos se dejan ver.

Raven asiente.

—A veces podemos ver el futuro o pasado —susurra —. Sentir las emociones humanas o percibir auras como en el caso de mi madre.

Tomo una bocanada de aire.

—¿Y yo soy como ustedes? —pregunto.

Raven y Roy comparten miradas cómplices.

—Lo tuyo se encuentra a otro nivel. Tú puedes ver a los fantasmas constantemente, escuchas sus voces, incluso ver sus vidas pasadas —explica Raven —. Aun no hay una definición exacta para lo que eres. Tienes habilidades que otros médiums no. Tu toque es... —No termina la frase.

—¿Yo soy...?

Roy sacude su cabeza.

—Mi madre puede sacarte todas tus dudas.

Pasamos por un camino lleno de robles: las ramas gruesas y retorcidas se enroscan y fusionan para crear un dosel vivo. El bosque está inquietantemente tranquilo, pero tan oscuro que hace casi imposible de ver a través de la negrura. Los faros del auto iluminan a medida que nos acercamos lentamente.

Por un momento viene la duda. ¿Qué hago en un territorio desconocido? Escuché durante años la fama que abarca esta familia. No son vistos de buena manera. Es más, algunas personas no los quieren en el pueblo. ¿Desde cuándo me importa la opinión de los demás? Al carajo. No juzgaré antes de conocer.

Una vocecilla desea abrir la puerta, correr sin mirar atrás, pero todos mis sentidos quieren lo contrario.

Debo quedarme.

—Llegamos —informa Raven —. No hay necesidad de sentirse nervioso. No estás en la casa de cera. Te encantará conocer a mi familia. Son geniales.

No me divierte, a pesar de que ella está luchando valientemente para terminar con el pesado aire entre nosotros. Estoy cada vez más confundido, no sé qué reacción seguir, así que me limito a bajar del auto como un robot que sigue órdenes.

La mansión frente a nosotros me deja sin palabras. Es de tres pisos con capacidad para abarcar más de treinta residentes. El camino circular tiene una hermosa fuente con la imagen de un lobo aullando hacia el cielo. El agua cae de manera extravagante en cascadas, las luces iluminan cada centímetro cuadrado. La vi de lejos, pero de cerca no tiene comparación.

Es impresionante.

—Bienvenido a la fortaleza Karlsson, Ronan —sonríe Raven.

Aclaro mi garganta, todavía muy sorprendido por la belleza que emana la mansión.

—Gracias —carraspeo.

Roy cierra el auto con seguro y después nos dirigimos directamente hacia la puerta decorada por faroles. Veo a Ellie esperándonos con un bebé en sus brazos. Es rubio como ella y tiene los ojos muy azules.

—Se tardaron bastante —comenta Ellie —. Estaba muriéndome de nervios. ¿Fue muy difícil traerlo aquí? Me imagino que su culo sexy fue muy terco. Huelo el desafío en él.

Hago una mueca.

—Hola, Ellie —saludo —. Es un gusto volver a verte.

Cuando me mira, esboza una amplia sonrisa y grita mi nombre.

—¡Ronan! Me pone muy feliz verte también —Señala al hombrecito en sus brazos —. Él es mi hermanito, Adam Karlsson.

El niño me da una sonrisa sin algunos dientes y con hoyuelo. Calculo que tiene unos cuatro o cinco años.

—Hola, Adam.

—Hola —repite él.

—Entra —indica Ellie, manteniendo al niño en su cadera —. Mi familia puede ser muy peculiar, pero somos buenas personas. Aquí puedes hablar con confianza, siéntete como en tu casa.

La sala está adornada con cosas plateadas, blancas y negras, incluso la escalera es de un cromado brillante. Hay luces con forma de araña en el techo. Veo un enorme cuadro en la pared. Es de una familia feliz, pero sin las primas Karlsson. Supongo que son los ascendientes.

Sigo examinando cuando mi atención se fija en la fotografía de una niña adorable con ojos verdes y sonrisa deslumbrante.

Allie.

Roy palmea mi espalda al ver mi expresión idiota.

—Ya la conocerás —afirma —. Es una chica muy terca, pero apuesto a que tu flechazo hacia ella será en el primer instante que la veas. Se pertenecen.

Parpadeo rápidamente, levantando mis cejas.

—Suena escalofriante cuando lo dices así.

Ellie pone los ojos en blanco y deja suavemente al suelo a su hermanito. El niño corre a los brazos de un hombre adulto. Le doy unos treinta años. Su ropa es elegante como todo lo que hay en esta mansión: una chaqueta negra sobre pantalones oscuros, cabello rubio platino perfectamente peinado y piel que no muestra ni un solo defecto. Lleva un brillante anillo de oro en su mano derecha. Es casado.

—¡Papi! —grita Adam mientras el hombre lo eleva en el aire.

—Hey, hombrecito. ¿Cómo vas? Tu hermana comentó que tus gases son constantes.

El niño suelta una risita infantil. Es adorable.

—¡Mentira! —chilla, avergonzado.

Finalmente, el hombre rubio me observa.

—Soy Andrew Karlsson —Se presenta con una sonrisa amable y genuina —. Bienvenido a la familia.

Estoy atónito. ¿Por qué actúan como si ya me conocieran?

—Ehh... muchas gracias, señor.

—Él es mi padre —presume Ellie —. Es el mejor, por cierto.

—Puedo corroborarlo con muchísimo gusto —dice una voz suave, casi musical —. Andrew es un gran hombre.

La desconocida que acaba de entrar también es hermosa como todos aquí. Piel suave, cabello rubio con rizos salvajes y llamativos ojos grises. Es la madre de Ellie.

—Soy Emmie Fletcher de Karlsson —Se acerca a mí y extiende su mano —. Es un placer conocerte, Ronan.

Mi cara se calienta en varios niveles. Me siento fuera de lugar, todos aquí saben mi nombre.

—Es un gusto, Emmie. Gracias.

—La familia es muy numerosa —comenta una voz burlona desde las escaleras. Levanto la mirada para ver a Melissa sentada en un escalón, comiendo su manzana —. Debes acostumbrarte porque somos un zoológico.

—Hola, Melissa.

Le da una mordida violenta a su manzana.

—Hola, idiota.

Qué amable.

—Ya, las presentaciones seguirán después —Raven agarra mi codo —. Ahora alguien está esperándote en la oficina. Vamos.

Roy palmea mi espalda.

—Buena suerte, hombre.

Acto seguido, soy guiado a una habitación. Raven ni siquiera se molesta en tocar la puerta, solo entramos sin pedir permiso.

—Mamá, aquí tienes a tu esperado invitado.

La oficina es completamente pulcra y huele a lavanda. Un pequeño escritorio con una sola lámpara está situado en la esquina izquierda de la habitación. Es viejo y de madera. Hoy dos sofás de cuero. Lienzos cubren las paredes, el mobiliario es moderno y sofisticado. La iluminación parece tenue, el lugar se siente cálido.

La mujer sentada en la silla de su escritorio se levanta al notar mi presencia. Su vestido negro destaca su piel pálida. Su abundante cabello rojo está atado en una cola de caballo. El suave maquillaje destaca el rubor en sus mejillas. Ella no tiene los ojos azules de Raven, pero el parecido entre ambas es evidente.

—Ronan Dumont —susurra.

Trago saliva.

—Usted sabe quién soy.

—Por supuesto —Señala el sofá frente a su escritorio —. Por favor, toma asiento.

Mi guardia no bajó por completo, pero estoy más relajado. Si ellos quisieran matarme, ya lo habrían hecho antes de que ponga un pie en la mansión. Hay muchos misterios que gritan por ser descubiertos. No pretendo irme sin respuesta, ya llegué demasiado lejos.

—¿Usted es...?

Me ofrece una impresionante sonrisa.

—Reynard Russell de Karlsson —responde —. Madre de los dos niños que fueron a buscarte.

Examino cada detalle de la oficina mientras mi mente trata de formular las preguntas que quieren salir.

—Ellos dijeron cosas que me tienen un poco aturdido. También saben lo que soy.

Reynard junta sus manos para mirarme con un gesto pensativo. Raven está a mi lado y mira la fotografía sobre el escritorio.

—Sí, estamos al tanto de quién eres —corrige Reynard —. Puedes ver y hablar con fantasmas. Eres capaz de ver recuerdos con un simple toque o una mirada. Predices el futuro.

—Intento evitar usar mi don, odio a los fantasmas.

Reynard sonríe tristemente.

—Para ti fue una tortura lidiar con lo que eres durante estos años, pero te aseguro que cada segundo valdrá la pena —Su voz se vuelve melancólica —. La recompensa llegará muy pronto.

Una risa irónica escapa de mis labios.

—¿Qué clase de recompensa? Viví en el infierno desde que nací, dudo que algo borre años de tortura y dolor. Soy un bicho raro —Sentencio, brusco —. Nada me hará cambiar de opinión, menos una desconocida y su hija.

Reynard y Raven no responden. Sé que mi respuesta no fue muy amable, pero odio que minimicen lo que pasé. Soy el único que conoce mi sufrimiento.

—Es entendible que te sientas así —dice Raven.

Suspiro.

—Lo... lo siento. Simplemente no sé lo que está pasando. No sé quién eres. —Me detengo, corrigiéndome—. En realidad, lo hago, pero todo este tema reventará mi cabeza. Afirman que mi don es genial, dicen que cometí un error cuando hablé con alguien. Yo... necesito que respondan mis preguntas o enloqueceré.

Ahora no. Estoy entrando en pánico, mierda.

—Tranquilo —musita Reynard —. Iremos por parte porque puede ser muy abrumador para ti. Respira un segundo, Ronan. Exhala.

—Mírame —Raven toca mi mejilla —. Estamos en confianza aquí, ¿recuerdas? Calma tu respiración.

Inhalo y exhalo varias veces hasta que siento a mi corazón calmarse un poquito. Reynard alcanza mi mano y le da un suave apretón para brindarme apoyo.

—Empezaremos hasta que te sientas listo.

—Gracias —carraspeo —. Estoy bien.

—¿Quieres agua? —pregunta Raven.

—Te lo agradecería.

Ella no duda en ir por mi agua mientras me deja solo con su madre. Reynard nunca aparta la mirada cautelosa.

—Me sentí de la misma forma cuando empecé a desarrollar mis habilidades a los seis años —empieza en voz baja —. Soy la mujer que ve las peores pesadillas. Recuerdo que despertaba llorando y gritando. Era aterrador.

Le devuelvo la sonrisa.

—Me alegra saber que no soy el único raro.

—Yo no diría raro. Eres increíblemente especial.

—Algunas personas no creyeron lo mismo —musito —. Asumieron que todo era parte de mi locura. Según los psiquiatras, soy esquizofrénico. Las voces que escucho en el sótano de mi casa son imaginaciones mías.

Suspira, el sonido casi agonizante para mí.

—Ellos no lo entienden, los humanos corrientes no lo hacen.

Lo averigüé cuando me internaron en la clínica.

—Mi familia no cree en mí, nunca lo hicieron. Así que imaginas lo difícil que es para mí confiar en gente que aparece de la nada y dicen que pueden ayudarme. Es como una piedra en la cara cuando llevo luchando durante años con todo lo que soy —Trago nerviosamente —. Lo peor es que no puedo detener mi curiosidad sobre ustedes, sobre ella.

La sonrisa de Reynard se amplía.

—Hablas de Allison.

Asiento.

—Está en mi cabeza desde hace semanas. Sus ojos verdes aparecen en mis sueños constantemente y no puedo dejar de dibujarla —Mi cara arde por la admisión —. Lo siento si hablo de más. A veces soy peor que un idiota.

—Claro que no, solo estás dejando salir todo lo que te atormenta.

—¿Eres psicóloga?

—Sí, tengo mi título —Señala un cuadro con su diploma en la pared. Bueno, ahora ya no me siento ridículo. Hablar con ella aligera la presión en mi cerebro —. Estuvimos esperando por ti desde que apareciste en las visiones de mi hija.

Raven vuelve con mi vaso de agua y me lo tiende. Le doy las gracias antes de beber un trago.

—Yo me preguntaba quién demonios era el chico sexy que veía —bromea —. Te vi desnudo.

Casi escupo mi agua. Reynard sacude la cabeza.

—¿Me viste desnudo?

—Lo siento, no pude evitarlo. Es parte de mi don —Se disculpa Raven —. También te he visto en momentos difíciles como felices. En el pasado hablabas con fantasmas y en el futuro sostenías la mano de Allison —sonríe —. Se siente bien revelarlo al fin. Odiaba no poder decir lo que representas para la familia.

Frunzo el ceño y dejo el vaso con agua sobre el escritorio.

—Aún no respondieron mi pregunta. ¿Qué tipo de error cometí cuando hablé con alguien?

—Ah —Raven se sienta de nuevo a mi lado en el sofá —. Hablar con una difunta no fue para nada inteligente. Te advierto que las almas en pena son un grano enorme y asqueroso en el culo. Ella no te dejará en paz.

Almas en pena.

Ella se refiere a Georgie. Mierda.

—Prometí que la ayudaría, no podía negarme.

—Sentiste empatía por la niña, pero ahora se lo dirá a otros fantasmas. ¿Adivina qué sucederá? Vendrán en busca de ayuda, no te dejarán en paz —recalca Reynard en un tono fuerte lleno de intensidad —. Y si te niegas puede irte muy mal, Ronan. Algunos fantasmas aprovechan su presencia espiritual y hacen lo que quieren. Son rencorosos, llegan a extremos que no solo te lastimarán a ti, también a tu familia.

Siento molestia e indignación al mismo tiempo.

—¿Entonces siguen sosteniendo que mi don es genial? —Me burlo.

—Tiene muchos pros y contras —dice Raven —. Tu don fue proporcionado a ti porque así lo quiso la naturaleza. Serás de gran ayuda cuando ella pierda el control de sí misma.

Mi aliento queda atrapado en mis pulmones porque puedo hacerme una idea exacta a qué se refiere. Mi corazón late con fuerza por su revelación. Me siento más desorientado y confundido.

—¿Ella?

Reynard deja salir un largo suspiro tembloroso y me tiende una fotografía dónde veo Allison.

—Fuiste hecho para proteger a Allison de la amenaza que vive en ella.

💚

Allie.

Sadie y yo visitamos varias tiendas de ropa. Mis pies duelen por la caminata, estoy aburrida de observar vestidos que ni siquiera voy a ponerme. Además, mi mejor amiga está de compras a causa de su violento novio. Siempre quiere verse bien por él. La mayoría de sus decisiones están basados en las cosas que desea Justin.

Qué triste es intentar superar las expectativas de alguien.

Logan es todo lo contrario a ese idiota. Me acepta como soy, nunca cuestionó mi forma de vestir, hablar o mi necesidad constante hacia el sexo. Me quiere con todos mis defectos y cualidades. Está loco por mí. Justin ve a Sadie como si fuera algo de su propiedad.

—¿Crees que debería depilarme? —pregunta Sadie, sonrojada —. No lo hago desde hace un mes.

—¿Tú quieres depilarte o es por Justin? —cuestiono, fastidiada —. Sadie, es solo vello. No creo que le moleste, por favor.

Muerde su labio.

—No lo conoces, Allie.

Claro que sí. Lidié con muchos idiotas en mi vida, pero Justin llega a otro nivel. Ese tipo está enfermo.

—Es un imbécil posesivo que decide todo por ti, incluso elige las ropas que debes usar. ¿Cómo puedes seguir con él? No lo entiendo. Eres una chica grandiosa y mereces a alguien que te acepte como eres.

Su mano tiembla mientras limpia las lágrimas que caen por sus ojos. Oh, mierda. Lo que menos quiero es hacerla llorar, pero estoy cansada de verla sufrir. Sé que ella no es feliz con ese idiota. Solo sigue con él porque está asustada. ¿Qué pasaría si me deshago de Justin? Le haría un gran favor a mi mejor amiga. Puedo matarlo como lo hice con Jackson el año pasado.

No vayas allí.

—Lo amo, Allie —agacha la cabeza —. No puedo estar sin él.

Suelto un suspiro agotador y me siento en el banco más cercano de la plaza. Sadie hace lo mismo mientras deja las bolsas con su compra en el suelo. Conozco la historia de ambos perfectamente. Sadie fue abandonada por su padre cuando era una niña y como consecuencia se aferra al primer chico que le hace sentir querida. Justin se aprovechó de ella y su vulnerabilidad.

—Sí puedes —destaco —. Toma mi consejo y termina con él. Creo que necesitas tiempo para ti misma y enfocarte en lo que realmente quieres. No naciste para llenar las expectativas de nadie, menos el de un idiota celoso que no te valora.

Sadie se vuelve a mí con una expresión molesta.

—¿Qué me dices de ti y Logan?

—¿Qué?

—Oh, vamos —espeta, cruzando los brazos —. Sé que estás con él para molestar a tus padres. No lo quieres, Allie. Tú no lo amas.

Respiro fuerte.

—Tú no sabes lo que siento, Sadie.

—Por supuesto que lo sé —Rueda los ojos —. Ni siquiera te oigo responder lo mismo cuando él dice que te ama. Permaneces a su lado por comodidad, terquedad, desafío. Ni idea. Logan es solo distracción para ti.

💚

Las palabras de Sadie permanecen en mi cabeza el resto de la noche, incluso cuando tengo sexo con Logan. Odio saber que dio justo en el clavo. Sigo con Logan porque es mi elección, yo lo elegí, no el estúpido destino que se empeña en arruinar mi vida.

Maldita sea, mi situación es cada vez más complicada.

—¿A dónde fuiste? —pregunta Logan —. Pareces perdida.

Sus dedos tiran de mi cabello, y entierra su rostro en mi cuello, besándome suavemente, haciéndome gemir.

—Solo pensando.

—Vuelve a la tierra —murmura —. Te necesito ahora.

Nos miramos a los ojos del otro mientras empuja dentro de mí. Envuelvo mis piernas alrededor de él, tratando de acercarlo más si es posible. Logan maldice, excitado por la provocación.

—Aquí estoy —jadeo —. Muévete, Logan.

Su lengua hace contacto con mis pechos y gimoteo agradecida. Bombea rápido en mi interior, follándome duro como a mí me gusta. Mis gritos son callados por sus besos y mordiscos. Dioses... sabe lo que hace.

—Mierda, Allison. No quiero que termine nunca.

Tenemos sexo durante casi dos horas. Pierdo la noción del tiempo mientras me concentro en el calor maravilloso que emana su cuerpo en mi espalda cuando terminamos. Solo tenemos relaciones sexuales en su departamento. Papá es capaz de cortarle el pene si lo llevo a mi cama. Su poca paciencia tiene límites duros. Además, sería incómodo que nos oiga con su perfecta audición. Le dará un infarto.

También soy consciente de que mis hermanos son muy pequeños para oírme gemir. Aden es capaz de molestarme durante años si me oye. Respeto a mi familia.

—¿Vas a decirme qué sucede? Te conozco.

Entrelazo su mano con la mía mientras apoyo mi cabeza en su pecho desnudo. No olvido la verdadera razón por el cual estoy aquí. Necesito averiguar si su familia está involucrada en los asesinatos del bosque.

—No es mi semana favorita —confieso —. Mis padres encontraron animales muertos en el bosque, alguien está envenenando las plantas.

Estudio su rostro, esperando su reacción.

—Lo siento —dice, sincero —. Sé que amas mucho a los animales.

Me gusta pasar tiempo con él. No solo a causa del sexo. Logan es un excelente oyente y da buenos consejos. Es mi mejor amigo.

—Estamos tratando de averiguar quién es el culpable.

Besa la cima de mi cabeza.

—Espero que lo encuentren pronto. Es horrible que maten animales por diversión.

Lo abrazo con fuerza y permito que me bese. El alivio es inmenso y me siento mal por haber tenido ideas estúpidas en mi cabeza. Logan sería incapaz de hacer algo que me lastima.

—Eso no es todo —Aparto mi boca de él —. Mi familia y yo nos iremos de viaje pronto. Será por un largo tiempo.

Se tensa de inmediato.

—¿Qué?

—Me oíste —Pongo una distancia entre ambos, llevando las sábanas conmigo para cubrir mis pechos —. Es un tema familiar.

Su expresión relajada cambia.

—¿Qué pasará con el bosque y la veterinaria de tus padres? Nunca imaginé que serían capaz de abandonar algo por el cual trabajaron duro.

Esto se está poniendo feo.

—Buscarán a alguien que se haga cargo. Realmente espero que no nos lleve mucho tiempo estar ausentes, pero es un tema importante.

—¿Cómo qué?

—No puedo hablar de eso, Logan.

Su boca se corta en una línea. La rabia parece tomar su lugar.

—Entonces nuestros planes de vivir juntos se van al demonio.

Esperen... ¿Qué?

—¿Mi plan? —inquiero, desconcertada —. Déjame corregirte; fueron tus planes y en ningún momento dije que sí. Te advertí que aún no estoy lista para un compromiso tan grande. No quiero dejar a mis padres y mis hermanos. Y si tú no quieres entenderlo, será mejor que lo dejemos aquí.

El dolor en su cara me mata.

—Dios, no —Se apresura a decir —. Lamento mucho ser un idiota, pero me pone triste saber que te irás y probablemente no vuelvas.

Cierro los ojos brevemente.

—Nunca dije nada de eso, tonto. Solo deja de presionarme con el tema —Sacudo mi cabeza —. Me estás acorralando y no me gusta en absoluto.

Me levanto de la cama y lo dejo ahí. No entiendo qué sigo haciendo con él. ¿Es por el sexo? Puedo buscarlo en alguien más. Chicos hay muchos, pero le tengo un profundo cariño a Logan. Definitivamente Sadie tiene razón.

—¿Cuándo se irán de viaje?

—No lo sé —contesto mientras empiezo a vestirme —. Aún no puedo darte la fecha exacta.

—Quería celebrar tu cumpleaños contigo —dice con tristeza.

Mi corazón se hunde.

—Yo también, pero no será posible. Lo siento.

No soy capaz de mirarlo mientras me visto.

—Supongo que tenemos tiempo entonces.

—¿Para qué?

—Mis padres organizarán una cena y quieren que estés presente —dice cuidosamente —. ¿Podrás ir?

Tengo ganas de negarme, pero recuerdo que será la ocasión perfecta para descubrir si sus padres tienen algo que ver con las tragedias del bosque.

—¿Por qué no?

—Sabemos que ellos no son muy amables y pensé que no querrías ir.

—No es para tanto, puedo lidiar con ellos. No te preocupes por mí.

Logan se coloca frente a mí en un instante con los ojos culpables. Coloca sus palmas en mis hombros y me examina más cerca. Hay muchas emociones emanando de él.

—No tienes idea de cuánto te amo —Me da un beso casto en los labios —. Lo siento si actué como imbécil. Prometo que no volveré a presionarte con el tema.

—Está bien, no es tu culpa —Trato de tranquilizarlo —. Yo soy la tonta aquí.

—Shh... eso no es cierto —dice dulcemente —. Tú eres increíble.

—Te quiero.

—Y yo a ti —susurra —. ¿Allie?

—¿Sí?

—Prométeme que ese viaje no cambiará nada entre nosotros.

Me tenso, insegura de qué responder a eso. Sé que iremos de viaje para intentar arreglar mi maldición, pero el destino tiene otros planes muchas veces, más si se trata de un Karlsson.

—Lo prometo —miento.

💚

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