Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 45 ✴

Melissa.

A pesar del incidente en el pasillo, asisto a clases. Austin no me dirige ni una mirada, tampoco me exige mi tarea como a los demás. Se limita a explicar varios conceptos de la historia científica y hace de cuenta que no existo.

Estoy segura de que se siente sumamente avergonzado por lo ocurrido. No tenía derecho a tratarme mal, mucho menos a tocarme. Necesito averiguar cualquiera que sea el asunto personal que tiene con mi familia. Fue muy obvio en nuestra pequeña discusión.

Él odia a los Karlsson. Quedó más que confirmado.

Al terminar la hora, soy la primera en abandonar su clase. Isaac corre detrás de mí mientras intenta seguirme el paso. Veo carteles en los casilleros, anuncios de que hoy es el baile de bienvenida. Escucho a las chicas emocionadas comentar qué tipo de vestidos van a ponerse.

Yo, en cambio, lo único que quiero es acompañar a Allison a las nueve de la noche. ¿Cómo se sentirá estar en su lugar? Papá me contó su experiencia y fue fascinante. Me gustaría que ese día llegue pronto.

Cambiar de forma es una de las mejores etapas para un licántropo.

—Recuerda que te recogeré a las seis —informa Isaac, persiguiéndome —. Le pedí prestado su auto a mi tío.

Me agrada que sea todo un caballero, pero ese horario es tarde. El bosque es muy peligroso. No quiero que sufra algún ataque. Los zombis se hicieron presentes en el pueblo y es demasiado arriesgado. No quiero cargar con la culpa de su muerte.

—¿Qué opinas si yo voy a recogerte? —pregunto.

Isaac se rasca la nuca con una risa nerviosa.

—Definitivamente no. Cumpliré con cada punto de nuestro acuerdo —dice —. Es mi primer baile con una chica y quiero hacerlo de la manera tradicional.

Giro los ojos. Qué pensamiento tan anticuado.

—No me molesta ir por ti —me encojo de hombros.

Isaac me toca el brazo con una dulce sonrisa. Hoy está mejor peinado y no viste sus típicos suéteres a cuadro. Es de los pocos humanos que demostró interés en mí y no me juzga. Tiene potencial para convertirse en mi mejor amigo.

Rogaré para que no me decepcione.

—He soñado durante días con este momento y quiero hacerlo realidad —murmura, sonriendo suavemente —. Seré el caballero que recoge a la dama y prometo que será una noche inolvidable.

Mi corazón poco a poco se descongela y sonrío.

—Eres un idiota sentimental.

La sonrisa que se extiende por su rostro lo hace más atractivo. Es sincero, dulce.

—Solo aprecio a la chica que será mi pareja esta noche —Se inclina y besa mi mejilla —. ¿Te veo en unas horas?

El calor de sus labios en mi piel me hace enrojecer. Acaba de darme un beso delante de varios espectadores y me siento incómoda inmediatamente. Están mirándonos, sin creer que la gran Melissa Karlsson es afectuosa con alguien.

—Por supuesto —murmuro.

Isaac no deja de reír.

—Hasta pronto, Melissa.

Lo veo irse hacia la salida mientras intento ignorar a los ojos curiosos. No puedo creer lo fatídico que fue mi día. Primero el estúpido profesor me acosa y ahora me sonrojo por un beso en la mejilla.

Basta, Melissa.

Prosigo a seguir mi camino cuando me percato de su mirada. La visión de él paraliza mis piernas y bloquea cualquier movimiento que tengo en mente. Sus ojos me examinan, sus puños se aprietan alrededor del maletín antes de dirigirse hacia la salida de emergencia.

Bastardo.

Mi corazón late con fuerza y tengo que calmar mis pulsos frenéticos. Maldita sea. Austin me aterra, pero también me genera mucha intriga. No sé qué pensar de él. No sé porque me hace sentir tan nerviosa.

Es un desgraciado que odia a mi familia.

—¡Aquí estás! —La voz de Ellie me hace sobresaltar —. Tú y yo tenemos una cita pendiente con el estilista. Nuevo color de cabello, ¿recuerdas?

La golpeo en el hombro.

—Me asustaste, idiota.

Mi prima suelta una risita y observa por donde desapareció Austin.

—Uyyy, perdón. ¿Quién tenía toda tu atención?

Ajusto la mochila sobre mi hombro derecho y caminamos en dirección a la salida. Me avergüenza admitir que Austin despierta cosas raras en mí a pesar de la curiosidad. Probablemente se me pase cuando descubra sus verdaderas intenciones. Puede ser muy atractivo, pero su actitud nefasta le resta muchísimos puntos.

—Nadie —respondo —. ¿Cómo te sientes? Logan partirá pronto a Canadá y quizás...

Me cubre la boca, callando cualquier mal presagio.

—No te atrevas a pensar en lo peor —dice Ellie —. Salvarán a Sadie y todos estaremos bien.

Hago una mueca.

—Pensaba que hay otras posibilidades...

—No lo hagas —reprende mi prima —. Que tu boca se haga chicharrón por pensar en tonterías.

—Relájate. ¿Y tú por qué irás al estilista? No te hace falta nada.

Ellie toca las puntas de su cabello rubio.

—Quiero un retoque, algo nuevo para verme diferente. Por cierto, no invité a nadie. Iremos juntas.

Qué sorpresa inesperada. Ellie ama este tipo de eventos, pero me imagino que sus ánimos no son las mejores por Logan. Mamá debería cancelar la fiesta, aunque no es una buena idea. Dará motivos de qué sospechar. Es adecuado continuar como si nada estuviera pasando.

—Seremos un trío perfecto —sonrío —. ¿Te despediste de Logan?

Se ruboriza.

—Le preparé algunas galletas para su corto viaje y nos besamos esta mañana.

Por la diosa luna... El amor nos hace idiotas, pero soy la menos indicada para juzgar. Ellie se dará cuenta por sí misma. Veo a mi tía Reynard recoger a Ava. Ellie y yo levantamos las manos a modo de despedida mientras se aleja en su auto. Asa tiene clases de matemáticas y se irá más tarde con mamá.

—¿Cómo te sentiste en tu primera vez? —pregunto.

Sus ojos azules destacan más que nunca gracias al sol y sonríe ampliamente. Estoy a punto de tener un ataque diabético.

—Él fue muy gentil y se portó como un príncipe. No me arrepiento de mi experiencia, Melissa. Lo volvería a repetir si pudiera.

Me quejo mientras llegamos al estacionamiento. Mamá no puede llevarme hoy, me dejó a cargo de mi tía Emmie. Ella está dentro de su impecable Mercedes Benz. Adam atrás en su asiento de bebé con una consola portátil en la mano. Si hay una experta en modas, es mi tía Emmie. Mamá ya compró mi vestido y no me vendrá mal algunos consejos sobre mi cabello.

—¡Niñas! —grita mi tía Emmie —. Será una tarde maravillosa en el salón de bellezas. Dense prisa.

Ellie se sienta a su lado mientras me acomodo cerca del pequeño Adam. Mi primo viste su típico traje de Batman y es inevitable sonreír. Él y Amy son los únicos inocentes de nuestra familia. Tienen tanto para vivir.

—Hey, Batman —saludo, alboroto su cabello rubio —. ¿A quién salvaste hoy?

Me enseña una sonrisa sin algunas dentaduras. Ellie mira con amor a su hermanito.

—Impedí que el tazón de cereales se rompa —dice Adam —. ¡Encontré la toalla de mamá!

—WIIIII —chilla Ellie —. Fueron grandes actos heroicos, Batman.

Mi tía Emmie pone el auto en reversa antes de sacarnos del instituto. Gracias, ya me estaba agobiando.

—¡Quiero ver tu vestido! —exclama Adam.

Ellie asiente.

—Claro que sí, Batman.

Sonreímos mientras mi primo concentra su atención en la consola de videos juegos portátil. Me es imposible no pensar en Asa. Él no fue un niño normal. A los cinco años asesinaba ciervos para beber sangre y drenó a cerca de diez personas.

Fue muy difícil para él intentar adaptarse.

—¿Cómo estuvieron las clases? —interroga mi tía Emmie.

—Aburrido —responde Ellie.

—Meh —digo.

Omito la información de que fue un día estresante. Harán preguntas que no quiero contestar.

—Qué lástima —murmura mi tía —. Espero mejorarlo pronto —Nos guiña un ojo.

Llegamos al salón de bellezas que está ubicado a unas diez cuadras cerca del instituto. Mi tía estaciona el auto bajo un árbol y después ayuda a Adam para bajar. El lugar es muy lujoso y elegante. Las paredes de cristales enseñan a varias personas trabajando. Me siento un poco mal vestida con mi ropa negra. El rosa predomina aquí. La recepcionista nos examina con una sonrisa al vernos entrar. Es hermosa con sus gafas y su peculiar cabello de tono violeta. Al parecer conoce a mi tía.

—Es una gran sorpresa verte aquí, Emmie. Te ves hermosa.

—Hola, Myriam. Gracias, tú también. ¡Amo tu cabello! —sonríe mi tía y nos señala —. Esta noche habrá un baile de bienvenida en el instituto y las niñas necesitan nuevos peinados.

¿Niñas? Por los dioses, tenemos dieciséis. Ellie y yo nacimos en el mismo año con dos meses de diferencia.

—Claro, claro. Esa es nuestra especialidad —espeta Myriam —. Cristal y Raúl harán excelentes trabajos. ¿Trato VIP?

Mi tía Emmie ya está sacando su tarjeta. Adam sigue entretenido con su consola portátil y auriculares conectados a sus oídos.

—Trato VIP —repite mi tía Emmie.

Suelto un suspiro y comparto una mirada con Ellie. Esto será agotador.

💚

Nos llevan a una habitación llena de velas. Adam y su madre permanecen en la recepción. Ellie y yo mantenemos los ojos cerrados mientras se encargan de pulirnos. Cubren nuestras pieles con una sustancia azucarada de arenoso aroma. Huele celestial. Se ocupan de sus trabajos sin hacer comentarios, el único sonido es Selena Gomez cantando Baila Conmigo.

Un hombre grande con barras de metal en su labio termina los dedos de mis pies y manos. Luego ordena que depilen mis cejas con cera. Ellie pide el servicio completo donde incluye a su vagina.

Eww no. No pienso depilarme esa zona, me siento cómoda así.

Finalmente, llega una mujer para encargarse de mi cabello. Sostiene una revista que muestra todos los cortes y colores. Es alta y delgada, con grandes caderas acentuadas en su lycra verde y tacones púrpuras. Su cabeza está rapada, su piel cubierta por tatuajes.

—¿Qué quieres, chica bonita? —Me hace señas para que me siente en una silla frente al inmenso espejo —. ¿Qué estilo te gustan? ¿Gótico? ¿Retro?

—Quiero un color normal —contesto y señalo el tono rubio en la revista —. Algo decente como esto.

La goma de mascar en su boca explota.

—No prometo que sea decente, pero te quedará precioso.

—Gracias.

Vagamente escucho a Ellie chillar y me río. La mujer se pone a cortar con tijeras, cepillar y echar spray en mi cabello. Cierro los ojos a medida que trabaja y pienso que esta frase nunca tuvo tanto sentido como ahora.

La belleza definitivamente duele.

💚

—Puedes abrir tus ojos, chica bonita.

Poco a poco parpadeo y miro la agradable sorpresa que me muestra mi reflejo. Mi cabello sigue largo, pero no hasta la cintura. El color rubio es tan brillante que cambia por completo mi rostro.

Oh, wow. Me desconozco.

—¡Me encanta! —exclamo —. Hizo un excelente trabajo, señora.

La mujer revienta la goma de mascar en su boca y se ofende por mi comentario.

—¿Señora? Llámame Cristal.

Le sonrío.

—Amo como quedó, Cristal. Gracias.

Ellie regresa con una mueca, pero feliz. Su piel está brillante como la mía por los productos raros que nos echaron y huele a coco.

—¡Me toca! —exclama y se sienta en donde estaba ubicada —. Deberías regresar con Raúl para que pode esa selva amazónica.

Le enseño el dedo del medio y ella suelta una carcajada. Cristal sacude la cabeza, acompañando a mi prima en su burla.

—Nunca, déjame en paz que a ti no te molesta.

Me saca la lengua y encorva la espalda. Cristal se acerca con la tijera.

—Solo las puntas, por favor —indica Ellie.

Y los siguientes veinte minutos, debo escucharla hablar mientras le cuenta a Cristal estupideces que probablemente a la peluquera no le importa. Ellie es muy feliz en su mundo de arcoíris.

Espero que nunca sea opacada por las tormentas.

💚

Allie.

No me preocupo por el transcurso del tiempo. Dejo que el día fluya tranquilamente sin pensar en los segundos o minutos. No me sirve de nada pensar que ocurrirá esta noche. Me voy a desesperar y el pánico me ganará.

Aunque hay algo que no me tiene nada tranquila: la ausencia de Catalina. No habló, no dio ninguna señal de que aparecerá. Su silencio me tiene más que nerviosa. Odio que mi cabeza esté armando teorías maquiavélicas.

—Quiero probar un nuevo nivel de entrenamiento —dice mamá —. Esta vez necesito que canalices lo que tienes en tu poder, Allison. Aliméntate de la vida que ofrece esta hermosa tierra —Señala el bosque rodeado de árboles —. Vamos a armonizar.

¿Hermosa tierra? Cuando regresé a New Hope después de años el bosque era precioso, pero ahora luce deprimente. Pocos árboles conservan sus hojas y las flores tienen los pétalos marchitos. No hay rastros de animales a excepción de cuervos.

La vida está muriendo poco a poco.

—Armonizamos muchas veces —musito.

Mamá sonríe. Ronan está sentado sobre el tronco de un árbol, sus hábiles manos trazan el dibujo en su cuaderno. Pienso en nuestro momento de anoche y me muerdo el labio. Lo presioné demasiado y él cayó en mi trampa. Tuvimos sexo sin importar que alguien podría escucharnos. Lo corrompí completamente. Pocas veces se avergüenza y es más seguro. ¿Me gusta? Me encanta.

—Esta vez será diferente —asegura mamá —. Rompe ese lazo dentro de ti que está reprimiéndote. No te preocupes por el caos, estoy aquí para solucionarlo.

Es imposible no preocuparme. El miedo se expande, oscuro como el infierno, sabiendo a cenizas y metal. No quería que llegue este momento, no cuando sé que jamás podré controlarlo. Ronan cierra su cuaderno al oír mis pensamientos y lo deja en el suelo.

—También estoy aquí —expone con una cálida sonrisa —. No permitiremos que nada se salga de control.

Trago grueso.

—Yo...

Se desvanece en una voluta de humo antes de aparecer a mi lado. Grito por la sorpresa y él se ríe. ¡Nunca me acostumbraré a sus poderes!

—Deja de hacer eso —protesto —. Es muy molesto.

Ronan me mira durante varios segundos, luego su boca se curva lentamente en una sonrisa. Es una sonrisa llena de trucos y cosas traviesas.

—Recuerda que cada parte de ti es maravilloso, incluso ese lado oscuro que tanto temes desatar —acaricia mi mejilla con su pulgar —. Libéralo, amor.

Mamá me da un asentimiento y es toda la aprobación que necesito. Llamas furiosas de color naranja inundan mis manos. Hay una violenta ola de magia mientras la tierra vibra y las hojas de árboles vuelan por las sacudidas.

—Sigue así —instruye mamá —. Suéltalo.

Luce tranquila, pero Ronan está fascinado. Sus antinaturales ojos grises resplandecen por la adrenalina. No pierdo la concentración. Me enfoco en mi magia, una masiva marea de fuego poco a poco me rodea y baila en mis manos.

Las plantas cercanas mueren, pronto el aroma de las cenizas satura el aire y rayos de electricidad chispean como una tormenta incontrolable. Todo al mismo tiempo. Es un poder seductor, uno a la que siempre me he resistido, pero hoy no quiero.

Me he rendido.

El suelo es humeante, el calor como un horno a nuestro alrededor. Necesito liberar este caos que está matándome. La llama furiosa me ahoga y arderé en él. No planeo reprimirme, tampoco ignorar lo que soy: una criatura poderosa que es la salvación, pero también una destrucción.

—Lo estás haciendo increíble —oigo a Ronan.

Mamá se ve en la obligación de armar un campo de protección que nos mantiene dentro solo a los tres. Ella pidió que lo deje salir y estoy obedeciendo. Mi magia es tan potente que me encuentro levitando con las llamas como un maldito incentivador. Pequeños rayos saltan de mi piel y sé que mis ojos cambiaron a negros.

Ronan maldice.

—Mierda.

Mamá tiene una sonrisa orgullosa en su cara y es imposible no recordar la primera lección que recibí en mi vida. Cumplí cuatro años ese día. Estaba tan emocionada mientras veía a mi madre controlar su magia. Para mí siempre fue la definición de perfección.

—El fuego siempre fue mi marca personal —sonrió —. Es tuyo a partir de ahora.

Levanté mi mano derecha e inmediatamente una llama naranja apareció en mi mano. ¡No podía quemarme! Era una sensación de calidez que no quería apagar.

—¿Puedo controlar el fuego, mami?

Ella se agachó para estar al mismo nivel de mis ojos y sonrió con cariño. La llamaba brillaba entre nosotras.

—Sí y mucha magia. Eres poderosa, cielo.

Me siento eufórica a medida que observo mi desastre. Pilas de ceniza se arremolinan como hojas caídas. Hay muchas cenizas. Mis ojos se mueven y veo al resto de mi familia en el balcón de la Fortaleza: Papá, Raven, Aden, Amy, mi abuela Aria y Josh... ellos me contemplan con asombro, en shock.

—Ya lograste encender la chispa de tu magia —murmura mamá —. Apágalo, Allison.

Cierro los ojos y me concentro en sus palabras de aliento. Mi piel deja de chispear, el poder caliente se apaga mientras desciendo al suelo en perfecto equilibrio. Le echo un vistazo a mis manos para notar el humo, el aroma a azufre que me hace querer retorcerme.

Acaba de arder el infierno en mí.

El campo de protección desaparece, pronto unos fuertes brazos me abrazan.

—Lo que hiciste fue increíble —Ronan besa mis labios brevemente —. Parecías una...

—¿Diosa? —completo la frase.

—Sí, recuerda que lo eres.

Mamá avanza hacia nosotros y me toca la mano. Su rostro está serio, pero también emocionado. Mi magia me hizo volar. Estuve en las nubes por unos minutos.

—¿Cómo te sentiste? —pregunta ella.

—Poderosa, fuerte, enérgica...

—Tu lado druida está sanando las grietas que tenías en tu alma. Elimina cualquier sentimiento negativo y llena tu cuerpo con luz —masculla mamá —. Es justo lo que necesitas para sobrevivir, Allison. Magia pura.

Mi cuerpo florece por la genuina agitación.

—Pero sentí caos.

Ronan rodea mi hombro con su brazo.

—El fuego es un elemento muy oscuro, pero también usaste el aire con los rayos —me recuerda mamá —. La luz brilló en ti. Tu lado druida siempre será más fuerte.

Examino de nuevo mis dedos, una pequeña chispa salta.

—Estoy lista para entregarlo todo esta noche —digo con convicción.

Ronan besa mi oreja.

—Yo puedo corroborar que es así.

Le doy una sonrisa antes de que mamá suene los dedos.

—La hora del entrenamiento ha comenzado de nuevo —espeta —. Empiecen, por favor. Es un combate de cuerpo a cuerpo.

Ronan y yo nos miramos fijamente. Hay cierta diversión en su rostro que me dan ganas de golpearlo. Él piensa que volverá a ganarme como en nuestro último entrenamiento.

Sí, soy una mala perdedora.

—Te concederé el primer ataque —masculla Ronan con una risa.

Imbécil arrogante.

Mi madre se recuesta sobre un árbol y alcanza la botella que se encuentra bajo de ésta. Mis ojos se entrecierran y estoy frente a él en menos de un parpadeo, más rápido que un caballo. Estira sus brazos para atraparme, pero me salgo de su alcance. Tomo la oportunidad de golpear mi codo a su costado y sus riñones. Ronan gruñe y hace una mueca.

—Otra vez —ordena Ronan.

Le lanzo un beso.

—Ven por mí.

Su expresión se vuelve seria.

—Ten cuidado con lo que pides.

Él se abalanza esta vez, pero retrocedo rápidamente con una risita presumida. ¿Quién es el perdedor ahora?

—Alguien quiere jugar sucio —dice él.

Mamá está escribiendo en su celular sin prestarnos atención.

—Me gusta sucio, cariño —sonrío.

—Qué suerte, a mí también.

Ronan sacude la cabeza con juguetona incredulidad y se acerca más rápido de lo que puedo ver, su cuerpo duro presionándome contra el tronco de un árbol. Con los puños cerrados, empujo su pecho rígido, pero él no da ninguna marcha atrás. No puedo alejarlo.

Me siento impotente, indefensa y débil.

—Recuerda que puedo consumir cada parte de ti —Habla en mi oído —. Y no solo en la cama, Allison.

Siento a mi corazón latir literalmente fuera de mi pecho. No consigo hablar, por mucho que lo intento. Algo está mal. Me doy cuenta de que es terrible cuando el humo inunda mi nariz. ¿Qué mierda está pasando? Es como si la vida abandonara mi cuerpo.

—Ronan...

Me inhala.

—Mierda, Allison...

Mi boca está seca, mis párpados cada vez más pesados.

—¡Suficiente! —grita mi madre —. Ronan, basta.

Los latidos de mi corazón son más bajos, más distantes... Luego se ha ido, nada más que humo gris arremolinándose en el lugar que dejó. Me deslizo hasta caer al suelo, las manos en mi pecho mientras intento asimilar lo que acaba de suceder.

Absorbió mi energía. Él se robó parte de mi magia. Mamá se precipita a mi lado, su rostro preocupado. Ella tampoco entiende nada. No puedo creer que llegó tan lejos, no lo puedo creer.

—¿Estás bien? —pregunta —. ¿Allie?

Asiento y miro hacia el mismo sitio donde estaba Ronan, pero no hay rastros de él. ¿Dónde pudo ir tan rápido?

—Sí, sí.

Mamá me ayuda a ponerme de pie.

—Se supone que es un simple entrenamiento. ¿Quién dijo que se trata de una competencia sobre quien es más fuerte? Me descuido un segundo y casi se matan.

Un nudo se deposita en la boca de mi estómago y suelto una bocanada de aire. Su ataque está lejos de ser inocente. Fue una demostración de cuanto disfruta el poder.

No enfrenté a mi Ronan.

Ese fue el heredero de la oscuridad.

—Por favor, mamá. No te enojes con él —suplico —. Está descubriendo sus poderes y nunca me dañaría intencionalmente. No pierdas la paciencia.

Ata su cabello en una coleta alta y aprieta los labios con enojo. Sé que es difícil controlar tus poderes. Ella comprende a Ronan.

—De acuerdo, pero esta será la última vez que consume tu energía. Pudo matarte.

Una capa de tristeza me acorrala.

—Está aprendiendo, todo es nuevo para él.

Mamá me toca el cuello y la luz me ilumina. Las marcas que Ronan dejó en mi cuerpo desaparecen.

—No creo que la próxima logre detenerse, Allie.

No contesto. Temo que tenga razón.

💚

Ronan.

Perdí el control.

Cuando la toqué, sentí la necesidad de consumirla. Esa oscuridad en ella es tan malditamente tentadora. Dios... Ninguno de nosotros sabe lo que acaba de pasar. ¿Quién ganó o quién perdió? Era un simple combate donde casi termina con Allison drenada por mí.

Es inaceptable. No soy el mismo de antes.

Trago, intentando calmar mi pulso acelerado. Mis manos tiemblan por los nervios, mi boca jadea por la conmoción. No tuve el valor de enfrentarla. Me esfumé porque no soportaba ver su cara asombrada. Solo quería respirar su esencia, devorarla. Es tan irresistible.

Recuerdo la imagen de mí drenando a esa mujer en mi cumpleaños. Quise hacer lo mismo con Allison. Soy un monstruo.

Para, Ronan. Para.

Avancé bastante, no retrocederé por culpa del incidente. Me queda mucho por aprender. Tengo los conocimientos, pero debo ponerlos en práctica. No más autocompasión, no más...

—No hay ninguna cura para tu hambre hacia la oscuridad.

Me derrumbo en el pasto, traigo las rodillas a mi pecho mientras miro a Georgie. Ya no le temo como en nuestros primeros encuentros. No la considero mi enemiga. Ella es una aliada y una víctima.

—¿Cómo sabes tanto de mí? —cuestiono —. Llevas muerta un año.

Su forma fantasmal flota hacia mí. Su característico olor a putrefacción inunda mi nariz. Huele como los zombis que Asher y yo matamos anoche.

—Él no es omnipotente así que puedo hablar con libertad —expone —. Desde que llegué al mundo de sombras me aseguré de investigar cualquier cosa relacionada a él. Descubrí que te tiene un especial aprecio, lo mismo tu madre. Los lastimé a ambos porque son importantes para mi enemigo.

Mi corazón se estremece contra mis costillas y proceso cada oración. Intentó matarme varias veces, aceleró la enfermedad de mi madre. ¿Demetrio porque salió ileso de sus ataques? Fue su único agresor.

—¿Por qué ya no quieres matarme? —pregunto.

Georgie lanza su peluche de conejito en mi dirección. No comprendo porque está deshaciéndose de ese objeto. Es muy importante para ella. Supongo que es una muestra de paz.

—Todo este tiempo que estuve observándote descubrí que eres diferente a él. No te gusta dañar, intentas ayudar a las personas que amas y sé que lo odias.

La tristeza se filtra y me llena. Suena tan rota.

—Nunca seré como él —susurro.

Georgie parpadea y se toca la boca rasgada.

—Eres la única esperanza de todas las almas que queremos descansar. Tú puedes liberarnos si destruyes su reino...

Las hojas crujen, pasos se acercan y luego el exquisito aroma floral me rodea. Observo sobre mi hombro para ver a Allison vestida con un delgado top y leggings. Su cabello está atado en una coleta alta y su rostro mortificado por lo sucedido. Sostiene mi cuaderno de dibujo en su mano.

—¿Podemos hablar? —suplica.

Georgie desaparece inmediatamente cuando vuelvo a mirarla, lo mismo su horrible conejo. Mierda. La conversación estaba siendo interesante y sustanciosa.

—Lo que sucedió hace minutos fue inaceptable —empiezo —. Yo... realmente estoy muy avergonzado. Actué por mis instintos e impulsos. Lo siento mucho, Allie.

Los rayos del sol se filtran por medio de los árboles y la comprensión ilumina sus ojos verdes. Ella no me juzga, mucho menos está molesta. Me entiende perfectamente. Es mi compañera, mi alma gemela. La chica que acepta lo bueno y lo malo que hay en mí.

Allison no intenta cambiarme, ni moldearme. Ella me ama como soy.

—Puede que seas un semidiós sabelotodo, pero aun te falta aprender. Sé que soy irresistible en todos los sentidos.

Le doy una sonrisa perezosa y no dudo en envolverla con mis brazos.

—Estaba sintiéndome como una mierda, pero llegas tú y haces esos comentarios.

Me besa.

—Soy el alma de esta relación —acaricia mi pecho —. Temía que me alejaras de nuevo y me prives de tu calor.

Mi corazón se comprime. La empujé tantas veces y le he dado motivos suficientes para que piense de esa forma. Aún estoy trabajando en nuestra confianza.

—Eso nunca.

Sus ojos parpadean.

—¿Nunca?

Trago saliva.

—Nunca —repito.

Se aleja, sus brazos se rodean a sí misma y sus ojos se tornan melancólicos. El aire es saturado por la tristeza, las mentiras que he dicho nos cubre como una manta. Allison sabe que no soy sincero, pero no encuentra la forma de desmentirlo.

—Ten presente algo —susurra.

—¿Qué cosa?

Sus ojos atormentados se encuentran con los míos, la determinación en sus pupilas.

—Nunca voy a perdonarte si rompes las promesas que me hiciste anoche.

Durante cinco segundos me cuesta respirar, pero hago lo posible para no desmoronarme. Solo yo sé cuan alto es el precio y mi obligación es pagarlo.

—Y tú jamás olvides que encontraré la forma de regresar a ti como sea —Los mechones de su cabello se sienten como terciopelo contra mi mejilla cuando me inclino y presiono un corto beso en la comisura de su boca —. Mi único lugar es a tu lado.

Retrocede unos pasos.

—Anoche también mencionaste sobre regresar a mí. ¿A dónde irás?

Mi estómago cae en picadas.

—Es solo una forma de decir.

La sospecha arde en sus ojos y asiente.

—¿Sabes algo, cariño? Las mentiras no son nada atractivas en ti —dice, enojada.

—Amor...

Me devuelve el cuaderno y me deja parado en el bosque. Solo con mis sentimientos destrozados. Si supiera lo que está sucediendo no se enojaría, pero no puedo mencionar ningún detalle.

Prefiero cargar con su odio antes que arruinar su vida.

💚

Mi madre me trae el almuerzo a mi habitación mientras Allison se encarga de compartir con su familia. No hablamos mucho después de ese momento en el bosque. La noto más distante y reacia.

Ella sabe que estoy ocultándole cosas.

Está enojada.

No puedo contarle nada. Eso traería consecuencias que no estoy dispuesto a asumir por nada en este mundo. Solo quiero que esté bien y de mí depende mucho.

—Esta familia es absolutamente encantadora —comenta mamá y cierra la puerta —. Mira todo lo que me permitieron traerte —señala la bandeja.

Hay lasaña acompañada con ensalada de lechuga y licuado de frutas. Le hago un espacio en mi cama para que deposite la bandeja.

—Nunca seré capaz de pagarles —murmuro —. Lo que han hecho contigo es maravilloso. Estás más sana y feliz. Es como si tuvieras treinta años de nuevo.

Una sonrisita de felicidad cubre sus labios.

—Hablemos de ti —dice —. Te ves mucho más atractivo y relajado. Ni siquiera existe ese chico tímido que crié hace diecinueve años.

Toco la tapa de su diario.

—Me siento diferente con ella a mi lado. Maldición, tengo poderes —carraspeo —. ¿Quién sería el mismo después de eso? Porque yo no.

Mamá alcanza una papa de la bandeja y mastica. Sus ojos marrones me generan nostalgia. Los míos no tendrán ese color nunca más.

—¿Qué tanto leíste en mi diario? ¿Cambió tu perspectiva?

Tomo el plato e hinco el tenedor en la deliciosa lasaña. Le doy un bocado y disfruto del sabor. Me agrada que mamá esté dispuesta a contarme un poco más sobre el mundo de sombras.

—Ha cambiado todo en mí —mascullo —. Cuando visité a Demetrio mencionó una profecía. ¿Qué puedes decirme de ella?

Sus dedos se entretienen con un hilo suelto de su suéter y evita mis ojos.

—¿Qué sabes exactamente?

Mastico otro pedazo de lasaña y lamo mis labios.

—Yo, siendo su más leal servidor y acompañarlo en el trono de sombras. ¿Te suena? Fui hecho con el propósito de seguir todos sus pasos. Soy una réplica de ese monstruo. Me alimento de la oscuridad.

Mamá agacha la cabeza. Estoy muy asqueado por lo sucedido en el entrenamiento. Quise drenar a Allie.

—Eres más que eso, Ronan.

Aparto la bandeja y abro su diario. Indico las páginas donde habla como seré una vez que reciba la corona.

En su alma solo habitará la oscuridad.

Y olvidará las lecciones que alguna vez le enseñé...

—¿Estás segura? —balbuceo —. Tú misma escribiste que seré un maldito monstruo sin sentimientos.

Me mira. Hay humedad en sus ojos.

—Es lo que vi en él.

Mi mandíbula se tensa.

—¿No soy yo una réplica de ese monstruo? Heredé sus poderes —espeto —. ¡Soy más fuerte cuando me alimento de la oscuridad! Dime, mamá. ¿Qué me hace mucho mejor que él?

Aferra su mano en la mía y noto el leve temblor en ella. Mi corazón se aloja en mi garganta, sufro porque sus pesadillas están haciéndose realidad. Me perderá.

—¿Sabes qué te hace mejor? —pregunta ella —. Tienes corazón y sentimientos puros. Conoces de primera mano lo que significa amar a alguien y harías cualquier cosa por quienes te importan. Él solo anhela poder. No hay otra cosa por la que respire.

Me quedo callado, mis manos apretadas en puños. No importa nada de lo que diga. Ya nada puede hacer la diferencia.

—Es un monstruo, tú eres humano —Mamá se limpia las lágrimas —. Tienes salvación, Ronan. Él no. Jamás lo tendrá.

💚

Melissa.

Cuando llegamos a casa los halagos son interminables. Mi abuela ama mi cabello porque es del mismo color que el suyo. Asa me evalúa como si tuviera dos cabezas. Ya sabía que las reacciones serían diferentes.

Vamos, nací con el color negro hasta en mi alma.

La emoción se aviva en el momento que veo mi maravilloso vestido verde. Es brillante y de seda. El escote lo suficientemente decente para hacerme sentir cómoda. Sin tirantes y llegan hasta el suelo. Es un poco exagerado, pero no me quejaré. Quiero verme espectacular esta noche.

—Oh, dioses... —chilla Allie —. ¡Me encanta tu vestido! El verde es mi color favorito.

Sonrío.

—Mi madre hizo una excelente elección.

—Oh, sí. Los bailes son emocionantes, pero más cuando te gradúas —Allie se avienta en mi cama —. Son lo único que extraño de la secundaria.

Me posiciono frente al espejo con el vestido contra mi pecho. Me sentiré como una estrella de Hollywood en él. Quiero abrazar a mamá, pero debo esperar hasta que regrese más tarde. La amo por conocerme tan bien.

—Mi intención es llevarme la corona, pero no me quejaré si se lo dan a Ellie.

Allison se ríe.

—¿No te lo llevaste en años anteriores?

Ruedo los ojos.

—Nunca. Las reinas siempre son las porristas —digo —. Las chicas y yo le pedimos a mamá que no nos tengan en cuenta. Ya sabes por qué.

Mi prima asiente.

—La gente y su estúpida costumbre de creer que somos privilegiados. No permitas que te hagan sentir mal, Melissa. Recuerda que nuestra familia se ha ganado absolutamente todo.

Me alejo del espejo y dejo el vestido nuevamente en la cama. Es tan hermoso.

—Lo recuerdo muy bien, pero no deja de molestarme. Imagínate, están haciendo una campaña que perjudica a tío Ashton. ¡Es un ángel! —Niego con la cabeza —. Mi maestro me hace la vida miserable por tener el apellido Karlsson.

Allie frunce el ceño.

—¿Descubriste algo más?

—Hoy demostró abiertamente que no le agrado y me enfrentó en el pasillo. No lo sé... sospecho que me odia por una razón personal.

—Dime que hablaste con tu madre.

—Quiero más pruebas antes de condenarlo. Mamá es capaz de despedirlo y destruir su carrera —respondo preocupada —. No puedo permitir eso.

—Estás dándole muchas vueltas al asunto.

—Intento hacer lo correcto —mastico mi labio —. Hoy ya no pretendo hablar de él. Mi compañero de baile vendrá en unas horas y necesito estar lista.

Balancea sus piernas fuera de la cama y recoge mi vestido con una sonrisa.

—Déjame ayudarte.

Le guiño un ojo.

—Lo que quieras.

—¿Melissa?

—¿Sí?

—Dile pronto a tus padres lo que sucede con Austin o lo haré yo.

💚

Después de una buena ducha, Allison encuentra todo lo que necesita y Ellie se une a nosotras. La única que sigue excluida en su habitación es Raven. Aún no hay noticias de Logan y Roy. Tampoco mencionamos nada del tema.

Allie no sabe que Sadie fue secuestrada.

Cambiará de forma en tres horas e invierte lo que queda de su tiempo en nosotras. Es raro que no esté en una cama, follando con Ronan. Ellos son tan intensos que no me sorprendería.

—¿Qué va mal con Raven? —pregunta Allie y aplica rubor en mis mejillas.

—Lo normal en ella —responde Ellie —. Tal vez vio alguna cosa rara que la tiene asustada o está con la regla.

Allie escoge una suave labial rosa. Ellie está ondulando las puntas de su cabello.

—Odio no poder ayudarla —dice Allie.

Palmeo su hombro.

—¿Cómo puedes pensar en otros cuando cambiarás de forma en tres horas? —inquiero —. ¿Por qué estás aquí cuando deberías follar con Ronan o invertir tu tiempo en tus padres o tus hermanos?

Una pequeña sonrisa baila a lo largo de sus labios carnosos.

—Podría hacer todo eso, pero prefiero estar aquí con ustedes. Mamá y Mila están preparando el ritual. Mi padre está muy nervioso, Amy duerme en su cuna y Aden no para de hacer preguntas —Agita su cabeza —. En cuanto a Ronan, prefiero mi espacio en estos momentos.

De acuerdo, eso es inesperado. Ellie detiene el peine en su cabello para mirar a Allison, incluso ella está sorprendida por esa admisión.

—¿Problemas en el paraíso? —indaga Ellie.

—No, exactamente —Allie pasa el delineador por mis ojos —. Algo está molestándome de él.

¿Qué? Por favor, es Ronan. Ese chico la hace inmensamente feliz.

—Es raro que algo te moleste de Ronan —dice Ellie —. Vives pegada a él los siete días de la semana.

Un sonrojo se expande por las mejillas de Allison.

—Las mentiras no hacen que sea atractivo —Su tono cambia y la tristeza se hace presente en su cara —. Su complejo de héroe es exasperante. Hará alguna tontería para detener a ese monstruo.

La forma en que habla envía escalofríos a mis brazos. Se me encoge el corazón mientras pienso en el señor de las sombras. Es la criatura más aterradora que he visto en mi vida.

Y no olvido lo que me dijo Olenna.

Volverá por mí, retomará esa batalla que dejamos en la carretera.

—Está loco —musita Ellie.

—Peleé con él y fue la cosa más estúpida que hice —admito —. El tipo es indestructible. Ninguno de mis ataques le afectó. Apuesto a que lo sintió como picaduras de mosquito.

—No entiendo como Ronan podría vencerlo —susurra Ellie.

—Es su hijo y sabe cosas que nosotros no —expresa Allie con dolor —. Eso le da más ventajas de lo que creen.

Mantengo la boca cerrada porque no tengo idea de qué decir para calmarla. El destino es una broma. ¿No podían otorgarle un compañero más normal? Ronan es el rey de los problemas como Allison.

Ninguno es estable.

—Perdón por hablar de cosas tristes —Allie niega al ver que permanecemos en silencio —. Esta noche es de ustedes y no tienen que aguantar mis dramas.

—Hey...—Ellie le da un breve abrazo —. También es tu noche, ¿bien? Seguirás viva cuando el último rayo de sol toque New Hope.

Me uno al afecto y nos sostenemos. Solo falta Raven para ser el cuarteto perfecto.

—Juren que esa corona será para una de ustedes —pide Allie.

Nos reímos por esa estupidez. Pasará cosas peores y le preocupa quien tendrá la corona.

—Esa corona será nuestra —afirma Ellie.

—Sí —sonrío —. No irá a ningún lado si no termina en la fortaleza.

💚

Ellie parece una fantástica hada con su hermoso vestido blanco. Tiene el mismo estilo que el mío, pero la diferencia es que llega hasta sus rodillas y lo acompaña con tacones altos del mismo color. Rizos rubios caen por sus hombros y su mirada azul es alucinante.

Mi largo cabello lacio roza mi cintura, Allison se encargó de plancharlo. Un collar de diamantes acompaña el atuendo con pulseras de las mismas piedras. Es una pena que mi prima mayor y Raven no puedan asistir. Hubiera sido muy divertido tenerlas en el baile.

—Diviértanse, brillen y disfruten mucho —sonríe Allie —. Ni se les ocurra preocuparse por mí. Yo estaré bien. Mañana nos vemos, ¿sí?

Las lágrimas inundan mis ojos cuando oigo el sollozo de Ellie. No planeaba llorar, pero me asusta que ella no sobreviva. Esa jodida bruja lo complicará todo.

—Más te vale que no mueras o te juro que haremos lo que sea para revivirte —Me lanzo a sus brazos y Allie llora —. Recuerda que resucitaron a tu abuelo Josh. Tú no te irás.

—Nada es imposible en nuestro mundo —añade Ellie.

Allie se aparta y nos da una nalgada a ambas. Me limpio las lágrimas con un pañuelo para que no arruine mi maquillaje. Soy muy sentimental cuando se trata de mis primas.

—Juro por los dioses que mañana estaremos riéndonos de esto —asegura Allie —. Ahora lárguense o me pondré peor.

Un auto estaciona e inmediatamente me acerco a la ventana. Quedo boquiabierta al ver que se trata de una preciosa Ferrari Roja. ¿Es Isaac? No lo puedo creer.

—Por la diosa luna... —jadea Ellie.

Entonces baja del auto.

Mi respiración se atora en mi garganta mientras miro en shock al nerd de la preparatoria Karlsson. Viste un elegante esmoquin con corbata, cabello castaño perfectamente peinado y no trae sus típicas gafas cuadradas.

¿Estoy viendo bien?

Allie me empuja suavemente para tener una mejor vista y se cubre la boca.

—¿De dónde salió ese? Parece un modelo.

Trago saliva.

—Somos compañeros en ciencia.

Allie silba.

—Es guapísimo.

Ellie se precipita hacia el espejo para asegurarse de que su aspecto esté bien.

—¿Realmente no le molestará que seamos un trío? —inquiere.

Me río.

—Dos Karlsson son mejores que una —digo.

Allison cierra las cortinas y nos empuja hacia la puerta cuando Isaac toca el timbre. Lo peor de todo es que mi padre, mi hermano y mi tío Andrew lo recibirán. Pobre chico.

—Recuerden mi consejo, ¿bien? —Allie nos mira con amor, sus ojos verdes llenos de emoción —. Hagan sentir a ese chico que es un jodido afortunado y disfruten por mí. Las amo mucho.

—También te amamos —espeta Ellie.

Compartimos un último abrazo antes de que Ellie y yo nos precipitemos al vestíbulo. Tomo el dobladillo de mi vestido verde y bajo con cuidado las escaleras. No me acostumbro a los tacones altos, aunque Ellie es una experta. Isaac está sentado en uno de los sofás, nervioso mientras mi padre y su hermano bravucón lo miran intimidante. Asa tampoco se queda atrás.

Qué idiotas. Por supuesto que harán alguna escena.

—Llegaste cinco minutos antes —comento.

Me entrega las orquídeas inmediatamente. Las flores son hermosas, envueltas en el ramo y acompañado de un lazo blanco.

—Son para ti —dice.

Aclaro mi garganta.

—Gracias.

Sus ojos conectan con los míos y una adorable sonrisa rompe su rostro. Inmediatamente coge mi mano enguantada y besa el dorso. Tiene el mismo gesto con mi prima Ellie. Papá tensa la mandíbula.

Cavernícola.

—Mucho gusto, Ellie —Se presenta Isaac —. Espero que Melissa te haya hablado de mí.

Ellie besa sus mejillas.

—Por supuesto, pero nunca comentó que eres adorable.

Las mejillas de Isaac se ruborizan, mi tío Andrew rueda los ojos.

—El novio de mi prima no pudo asistir hoy —explico —. No te importa que se una a nosotros, ¿verdad?

Los ojos de Isaac se ensanchan y no oculta su emoción. Le gusta la idea.

—Pa-ara nada —tartamudea un segundo.

—¿Ellie tiene novio? —cuestiona mi tío Andrew —. Porque nunca me enteré.

Mi prima bufa.

Papá se levanta del sofá, pone las manos sobre sus caderas y el gesto hace que su arma sea visible. Su uniforme de sheriff intimida más al inocente Isaac.

—¿Cuál es tu apellido? —pregunta mi padre —. ¿De quién es esa Ferrari? ¿Lo robaste? ¿Lo alquilaste?

¿Dónde está mamá cuando la necesito? Solo ella calma a este bruto.

—Mi apellido es Johnson y la Ferrari fue prestada —contesta Isaac, intimidado —. Le pertenece a mi tío. Decidió prestármelo esta noche.

—¿Tienes licencia? —Asa se une al interrogatorio —. ¿Quién conducirá si estás muy ebrio?

Miro a mi hermano con odio. Mi tío Andrew suena sus dedos. Se pusieron de acuerdo para atormentar al pobre Isaac.

—Sí, tengo licencia —balbucea Isaac —. Y no se preocupen por el alcohol. No bebo.

Mi padre lo analiza con sospecha.

—Nadie es perfecto. ¿Qué opinas, Asa?

Mi hermano dobla sus puños.

—Los que tienen caras de niños buenos son los peores.

No. Puede. Ser. Isaac está sudando y afloja su corbata.

—Nosotras seremos las conductoras designadas —Ellie lo defiende —. El alcohol es como agua.

Isaac frota sus ojos. No trae ni lentes de contacto. Me provoca ternura, está intentando lucirse.

—La seguridad de las chicas son de tu responsabilidad —interfiere mi tío Andrew —. No te gustará terminar en mi morgue si regresan con rasguños.

Ellie grita horrorizada, Asa no contiene su carcajada, yo estoy a punto de perder la calma. ¡Qué idiotas! Isaac está muy pálido y va a desmayarse pronto.

—¡¡Papá!! —chilla Ellie.

Le entrego mi ramo de flores a Asa.

—Ponlo en agua —ordeno.

Afortunadamente, llega mi tía Emmie con una cámara para salvarnos de la situación. Sus ojos reprobatorios miran a los orangutanes.

—¿Cuándo van a madurar? —inquiere y agita la cabeza —. Déjenme sacarles una fotografía, chicos.

¿En serio haremos esto? Prefiero mezclarme con humanos y no volver a pasar nunca más por esta situación.

—Mamá... —Se queja Ellie.

—Sin protestas, pónganse en posición.

Ante la atenta mirada de los orangutanes, me acomodo cerca de Isaac y Ellie. Si mi tía Emmie toma las capturas más rápido será mejor.

—Ahora una sola de Melissa e Isaac —pide.

Isaac acomoda su cabello antes de poner su mano en mi cintura y posar para la cámara. Mi tía eleva una perfecta ceja rubia hacia mí.

—¿Puedes sonreír, Melissa? —solicita.

Fuerzo una sonrisa.

—Por supuesto, tía.

—Ellie, ponte cerca de Isaac —ordena.

Después de veinte tomas, nos libera. Es un poco incómodo, pero Isaac hace lo posible para no desmayarse. Pasó la primera prueba de enfrentar a mi padre.

—Pásenla bien, chicos —dice mi tía Emmie —. Recuerden no aceptar bebidas de extraños.

Papá se dirige a Isaac.

—Recuerda guardártelo en tus pantalones —Le da una sonrisa letal.

Isaac contiene el aliento. ¡Esto es tan vergonzoso! Uno mi brazo con el suyo y me apresuro a sacarlo de la sala. Le dará un ataque de ansiedad pronto y no quiero hacerme responsable.

—La fiesta es hasta las diez —gruñe papá a nuestras espaldas —. Si tardan un solo minuto...

—No regresarán solas —acota mi tío Andrew —. Menos con ese afuera.

Cierto. El enemigo aún sigue cerca.

—Vayan por nosotras a las diez, simios —expreso, exasperada —. ¡Adiós!

—Buenas noches, señores... —Se despide Isaac.

Nadie le responde.

Isaac puede respirar una vez fuera de la Fortaleza y Ellie le lanza aire con sus manos. Esos desconsiderados me escucharán cuando regresemos, no había necesidad de actuar como imbéciles sin educación.

—Estaban bromeando —digo —. No hay nada de qué preocuparse.

Él se ríe nerviosamente.

—Hablaban muy en serio.

Ellie se apresura hacia la Ferrari Roja. Me sorprende que Isaac lo haya conseguido. No me malinterpreten, pero por su forma de vestir creí que era un chico más sencillo.

—Son padres sobreprotectores —espeta Ellie e ingresa sin dudar —. ¿Vamos? Quiero beber y bailar.

Isaac asiente y me mira con una sonrisa. Me admira, sus manos temblorosas se unen a las mías.

—Eso fue intenso, pero lo haría de nuevo por ti —enfatiza —. Pasé la primera prueba.

Soy más alta con mis tacones puestos así que me agacho para besar su mejilla.

—Sí, pero te quedan dos más —murmuro —. Buena suerte, nerd.

Escucho su risa cuando ingreso a la Ferrari con el modo descapotable. Ellie está bailando al ritmo de Dua Lipa mientras Isaac se une a nosotras para conducir.

Tal vez la fiesta no será tan mala.

Tal vez relacionarme con Isaac Johnson no es mala idea.

💚

Allie.

No iré a ningún baile, pero no olvido que esta noche es sumamente importante. Patearé el trasero de Catalina, será memorable así que me vestiré como una reina. No me interesa si la ropa se rompe por el cambio.

Esta soy yo, recordándole a la bruja cobarde que soy la única dueña de mi cuerpo. El corsé es precioso. La examino de arriba abajo: tiene un aspecto muy llamativo, enfundada en una tela negra con rojo. El ajustado pantalón de cuero es sintético, mi maquillaje es cargado, como si estuviera a punto de irme a una guerra.

—Amarraré los cordones —murmura mamá —. Dime si es demasiado.

Tomo una leve inspiración. Da un tirón de los cordones y no puedo respirar. Dioses...

—Mamá, suficiente —espeto —. Vas a asfixiarme.

Acomoda las puntas de mi cabello suelto.

—Lo siento, cielo. Te ves preciosa.

—Gracias.

Bajo la mirada a mis pechos y las aprecio con una sonrisa.

—Me pregunto de quien saliste tan pechugona —dice mamá —. Mis chicas son pequeñas.

Amy está haciendo un desastre con mi maquillaje, pero me da igual. Ella puede romper lo que quiera. Annie lame sus patas esponjosas con entusiasmo en mi cama.

—Un regalo de la naturaleza —me río.

Mamá me gira hacia ella y estamos cara a cara. Sé que por dentro está muriéndose de preocupación, pero no lo demuestra. Es tan fuerte a pesar de cualquier circunstancia.

—Cuando me embaracé a los veinte años, estaba llena de inseguridades. Creí que no era lo suficientemente madura y lo arruinaría. Tenía miedo de no ser lo que necesitabas.

Se me forma un nudo en el pecho.

—Me diste todo, nunca te reprocharía nada. Eres una madre increíble.

Ella sonríe tristemente.

—No en ese tiempo. Cometí muchísimos errores, pero tú me enseñaste a mejorar. Y cada vez que te miro me siento tan orgullosa. No puedo creer que estuviste en mi vientre, eres mi bebé.

Parpadeo para evitar las lágrimas.

—Tengo dieciocho.

—No me importa, siempre serás la bebé gruñona que quemaba casas cuando estaba molesta —reparte besos en mi mejilla y río —. Por favor, sobrevive o no soportaré si te pierdo. No lo soportaré.

Y así sin más, las lágrimas empiezan a fluir por mis mejillas. Mi corazón se detiene, su dolor lastima mi alma.

—Estaré bien —Le doy un abrazo apretado —. Heredé tu valentía, tu fortaleza de soportar las pruebas más duras. Tú me enseñaste lo que soy, mamá. Te haré sentir muy orgullosa.

Besa mi frente y me estrecha por largos segundos. Su miedo iguala al mío. Me gustaría quedarme así y no soltarla nunca.

—Te amo, Allie.

—Te amo, mamá.

Me aparto para cargar a Amy en mis brazos. Mis lágrimas quedan olvidadas mientras miro a mi pequeña hermanita. ¡Hizo un desastre con su rostro! Sus mejillas están manchadas con labial y su boca me recuerda al Joker.

Mi pequeño huracán.

—Voy a darte unas clases para que aprendas a maquillarte —sonrío —. Te verás hermosa.

Amy levanta el labial en su mano.

—Hermosa —dice.

—Sí, tú eres hermosa. Y te amo muchísimo.

Amy rodea mi cuello con sus pequeños brazos y me abraza. Memorizo su sonrisa, sus gestos, su mohín, su aroma.

—Te amo muchísimo —repite.

Mi corazón se hace añicos. No me perderé su infancia. Estaré aquí mañana.

—Es hora —indica mamá —. ¿Lista?

Asiento y le entrego a mi hermanita. Le doy un beso a Annie en la cabeza. Si no sobrevivo esta noche, me gustaría que ella sea la guardiana de toda mi familia.

—Sí.

Caminamos juntas por los pasillos, Amy en sus brazos. Papá y Aden se reúnen con nosotras. Mi hermano corre hacia mí y me sostiene con fuerza. ¡Dioses! Este niño ha crecido tanto en poco tiempo.

—Solo serán doce horas, ¿bien? —dice Aden —. Yo te daré mi magia en el ritual.

—¿De qué hablas, Aden?

Mi padre sonríe.

—Es druida —recalca —. Posee la magia pura que necesitamos esta noche. Aden es lo suficientemente maduro para saber lo que está sucediendo.

Mi hermano se aparta con una sonrisa.

—Ya soy un adulto —insiste Aden.

No me pondré a discutir con él. Mamá autorizó su presencia y ella sabrá los motivos.

—Cumpliste nueve este año —suspiro —. No quiero que te asustes. Yo...

Papá me calla con un abrazo de oso. Llevo conteniendo mis lágrimas, pero con este gesto es imposible. Lo amo tanto. Siempre será el primer hombre más importante de mi vida. Mi héroe sobreprotector.

—Estaremos contigo, no vamos a dejarte sola —Papá me levanta sin ninguna dificultad —. Vas a convertirte en una de las mujeres más poderosas y queremos verlo.

Asiento contra su pecho.

—Te amo, papá —musito.

No me suelta.

—Te amo, princesa.

Mamá y mis hermanos se unen al abrazo grupal que dura unos cinco minutos. Me hacen sentir más fuerte, ellos me motivan a lograr cualquier cosa. Una garganta se aclara y me alejo. Ronan está parado en el umbral de su habitación con las manos en sus bolsillos.

Puedo oler un atisbo de su perfume. Él se acerca y me deleito mientras inhalo su esencia de hombre.

—¿No habrá besos o abrazos para mí? —pregunta.

Pienso en nuestra discusión absurda de esta tarde. Sé que no puede decir muchas de las cosas que ve, pero sus falsas promesas me molestan. Él no es sincero.

—¿Pueden dejarnos a solas? —Miro a mi familia.

Papá resopla.

—No se atrevan a perderse en una habitación —advierte —. Faltan minutos para las nueve.

Mi cara arde.

—Papá...

—Escuché como una cama golpeaba la pared anoche —comenta Aden —. ¿Qué fue?

Por los dioses... Juro que jamás me sentí tan mortificada. Ronan no sabe dónde meterse y mi padre tiene una expresión de muerte. ¡Ayuda, Dagda! La única que está divirtiéndose con la situación es mamá.

—Ronan es muy inquieto en la cama —intento explicar.

Mi chico se aclara la garganta.

—Ya me pervirtieron al niño —gruñe papá.

Mamá agarra su mano y lo arrastra lejos de nosotros.

—Deja de ser tan idiota, Asher —protesta —. Tú eres peor que ellos.

—Es diferente, Arianne. Yo pienso en los niños.

Niego con la cabeza mientras los veo perderse. Ronan está tratando de no romper en carcajadas. ¡No es chistoso!

—Eres un monstruo —digo.

—Mira quien habla —Se burla.

No me da más oportunidad de hablar cuando sus manos agarran mi cabeza, sosteniendo mi rostro entre sus palmas. Me besa sin ninguna advertencia, sus labios ansiosos, llenos de pasión. Jadeo mientras le devuelvo el beso, aturdida por la intensidad. Dura el tiempo suficiente antes de que se aleje, aun sosteniendo mi rostro, sus ojos brillan con genuino amor.

—Necesito decírtelo —Se inclina de nuevo para presionar un casto beso contra mis labios —. Lo que siento por ti es lo más hermoso que me ha pasado en muchísimo tiempo. Nunca pensé que fuera posible sentirme así por alguien, pero ahora que lo hago no quiero dejarte ir. Te amo, Allison. Amo cada parte de ti. Te amo tanto.

Ni siquiera noto las lágrimas que corren por mis mejillas calientes hasta que Ronan las quita. Resisto el impulso de enterrar mi cara en su mano.

— Ya lo sabía, pero que lo digas es hermoso. También te amo, cariño. Me tienes tan perdidamente enamorada.

Una pequeña sonrisa tira de la comisura de sus labios, dejando al descubierto sus dientes blancos. Sus ojos se iluminan y me río mientras me levanta en sus fuertes brazos.

—Mañana te haré el amor como un loco cuando todo termine y no me importa si alguien nos escucha.

Trazo los contornos de sus labios carnosos y húmedos.

—Aprecio la idea, pero júrame que nunca vas a soltar mi mano esta noche.

Besa mis dedos sin quitar sus ojos de los míos. Lo amo.

—Estaré a tu lado cada segundo —Su atención cae en mi escote y me río mientras frota su rostro contra mis pechos —. Te ves hermosa. Es una lástima que no sea yo quien romperá tu ropa.

—Pervertido.

—Me amas.

—Muchísimo.

Ronan me baja al suelo cuando notamos la figura de Raven. Viste un pijama, su cabello rojo está suelto y la veo muy pálida. Me preocupa su estado de ánimo. Ni siquiera decidió ir al baile.

¿Y Roy? No lo he visto en todo el día, tampoco a Logan y mi tío Ashton.

—Es mi turno de abrazarte —sonríe Raven, débilmente.

Estrecho mis brazos hacia ella y no duda en abalanzarse sobre mí. Ambas nos reímos, aferradas a la otra. Desde niñas fuimos muy unidas. Eso nunca cambiará.

—Solo quiero decirte que no debes temerle a nada —susurra —. Eres una mujer poderosa capaz de hacer temblar al mundo entero. No dejes que nadie se interponga en tu camino. Destroza a esa bruja.

La aparto suavemente y choca sus puños con los míos.

—Eso haré.

Me guiña un ojo.

—Ve y acábala.

Acepto la mano que Ronan me ofrece y nos dirigimos al jardín. Mi corazón late con potente fuerza, mi piel se llena de escalofríos y mi respiración es inevitable.

Ha llegado el día.

Esperé dieciocho años y finalmente ha llegado el día.

La luna llena brilla con intensidad una vez que nos detenemos en el jardín. Noto un velo transparente que nos ocultará del mundo humano. Nadie escuchará cuando me convierta en una bestia.

Veo a mamá, Aden, Mila y dos mujeres más. Todas ellas están vestidas con túnicas blancas y capuchas. Me sorprende las similitudes que tienen con mi bruja favorita. ¿Acaso son trillizas?

—Ellas son mis hermanas: Keira y Natalie —Las presenta Mila —. Están aquí para ayudarnos con el hechizo lunar. Son muy poderosas y no permitirán que nada malo te pase.

Suelto la mano de Ronan y saludo a ambas con breves abrazos. Keira tiene una letra K en su collar mientras Natalie la N.

—Muchas gracias por estar aquí. No saben cuan agradecida estoy —digo, apartándome —. Me alegra contar con el apoyo de mujeres poderosas.

Keira sonríe.

—Estoy muy feliz de conocerte al fin, Allie. Mila nos habló sobre ti.

—Y no mintió cuando afirmó que eres idéntica a tu madre —agrega Natalie.

No paro de sonreír. Dos personas más se unen a nosotros. Se trata de mi abuelo Josh y una mujer desconocida que ronda más de treinta. Tiene el cabello negro obsidiana, piel morena y ojos cafés. Nunca la he visto antes, pero siento la energía que emana.

No es humana.

—Ella es Serenity Markovic —expone mi abuelo Josh —. La encantadora de serpientes.

💚

Instagram: JessiR17

Twitter: JessiRivas17

Facebook: Lectores de Jess (grupo para fangirlear)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro