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Capítulo 42 ✴

Allie.

Termino el desayuno que dejó Melissa en mi habitación y me reúno con mamá en el gimnasio. Noto que mi tía Reynard y Mila también están presentes. No veo a Ronan, pero percibo su presencia muy cerca.

Se encuentra en el jardín.

Él no expresa con palabras sobre su estado de ánimo, pero cuando sus emociones son fuertes como ahora es imposible no sentirlo. Está triste por alguna razón que desconozco y me preocupa. Tengo miedo de que vuelva a cerrarse por mi bien.

—Buenos días, Allison —saluda mi tía Reynard —. Tenemos algunas noticias que necesitas saber con Ronan. ¿Dónde está él?

Escucho pasos acercándose y miro a Ronan sobre mi hombro.

—Aquí —contesta —. Estaba hablando con mi madre.

Le echo una mirada a su cara ensombrecida, pero él ignora las preguntas en mis ojos. Mi parte curiosa desea desesperadamente saber qué habló con Olenna. A veces invadiendo la privacidad de Ronan es la única forma de entenderlo.

—Hoy será un día muy productivo —La sonrisa de Mila es entusiasta y optimista. Me pregunto qué la tiene tan feliz —. Tenemos muchos motivos para celebrar. Es un triunfo adelantado.

Mamá también se ve muy alegre hoy. Hacen de cuenta que nada sucedió anoche y estoy bien con eso. Lo único que necesito en mi vida es apoyo incondicional y no más tristeza sobre mis hombros. Amo que la mayoría de mi familia lo entienda.

—Me da mucha curiosidad saber qué es —musito.

Ronan se mantiene callado y escucha atentamente. Hace menos de una hora estábamos besándonos en mi habitación. Él terminó mi cuadro y lucía feliz. ¿Por qué siento que todo eso ha sido opacado por su tristeza?

—¿Por qué noticia empiezo? —inquiere mi madre.

Mi tía Reynard y Mila sonríen al mismo tiempo.

—La que más te emociona —contesta Mila —. Aunque todas son muy buenas.

Mamá endereza su postura y me observa.

—Decidimos adelantar un día antes tu transformación—Mantiene su mirada sólida en la mía —. No necesitamos que la luna brille en el cielo esa noche. Vamos a encargarnos de bajarla para ti.

Una imparable emoción se dispara a través de mis venas por sus palabras. Me fascina la idea de conocer personalmente a la diosa luna. Ella estará presente en mi transformación. El evento más importante de toda mi existencia.

—Aún no sé cómo vas a convencerla sin sacrificios —musito.

Mamá camina hacia mí. Me doy cuenta de lo engañoso que pueden ser sus rasgos. Para la mayoría de las personas comunes ella es una mujer hermosa, dulce y sensible. Nadie pensaría que en realidad es una diosa que puede destruir el mundo si se lo propone.

Arianne Laroux es imparable.

—Tu única preocupación esa noche será sobrevivir —Mamá acuna mi rostro sin apartar sus ojos verdes de los míos —. Necesito que le demuestres a esa bruja que meterse con una Karlsson Laroux ha sido el peor error que cometió.

Asiento con determinación. Ya no quiero hundirme en el poso del pesimismo, mucho menos lamentarme por mi maldición. Mis tiempos de niña llorona deben terminar. He tenido una vida dura desde que nací y mis padres se encargaron de convertirme en una guerrera.

Es mi momento de luchar.

Quiero recuperar mi vida, tener el control de mi propio cuerpo y recobrar el tiempo perdido. Juro por los dioses que mis deseos se harán realidad. No importa los sacrificios, valdrá la pena.

—Te sentirás muy orgullosa de mí —afirmo.

Mamá besa mi frente y se aparta.

—Siempre creeré en ti —sonríe.

Mi corazón se sacude por su afecto.

—La otra sorpresa es que tendremos a alguien más que nos ayudará —añade mi tía Reynard —. Preferimos reservarnos su identidad para ese día.

Frunzo el ceño en busca de más, pero es toda la información que ella aporta. Ronan continúa sin hablar.

—Sobre el viaje en Croacia... —Mila aclara su garganta —. Tomaremos el primer vuelo después de tu transformación.

Entrecierro los ojos.

—¿Por qué? Ya no necesitamos la magia de Zadar si cambiaré aquí.

Ronan se remueve incómodo y es ahí cuando lo noto. Están ocultándome información. ¿Pero qué? Si ellos no quieren que me entere es por alguna razón fuerte. Y ahí lo entiendo.

Catalina.

La compresión acumula más preguntas dentro de mi cerebro, pero no hago ninguna. Confío en mi familia. Saben perfectamente bien qué están haciendo. Además, hay altas posibilidades de que la bruja de mierda arruine los planes. Debemos ser más inteligentes que ella.

—Viajaremos por otras razones y tú serás de gran ayuda —dice Mila —. Hay mucho que explorar en Croacia.

Le doy a mamá una sonrisa despreocupada.

—No me quedaré con las ganas de viajar.

Mi tía Reynard observa a Ronan.

—Ven a mi oficina cuando termines con el entrenamiento —solicita —. Necesito comentarte algo importante que no tomará mucho tiempo.

Ronan asiente. Mi parte chismosa desea saber qué es. Odio quedarme con la intriga.

—No hay problema.

Mila suelta un ruidoso suspiro.

—Tu madre va a prepararte físicamente y Ronan psicológicamente —dice ella —. Ambos deben ir de la mano esa noche si queremos que funcione. Armonizar las últimas horas ayudará.

Dioses... Finalmente está sucediendo. Seré la primera Karlsson de mi generación que cambiará de forma.

—Voy a lograrlo —digo firme —. Sobreviviré.

Mamá choca sus puños con los míos y obtengo una sonrisa completa de Ronan. Mi piel se calienta inmediatamente ante la vista.

—Será mejor que nos vayamos —indica mi tía Reynard —. Si armonizan más rápido, mejor.

Se retira con Mila mientras mamá acomoda su coleta alta. El gimnasio se encuentra a nuestra disposición. Quiero que Ronan me muestre de lo que es capaz. Mi madre le ayudará a despertar más de su potencial.

—Hoy entrenarán juntos —espeta mamá —. Hay mucho más en tus poderes que aún no hemos visto, Ronan.

Mi chico asiente.

—¿Y cómo puedo demostrarlo?

Con una sonrisa rápida, mamá nos pone cara a cara.

—Eso será muy fácil —indica —. Mis poderes despertaron gracias a mis emociones. El miedo, la ira y la desesperación sirven como herramienta. También las ganas de aprender —Me echa un vistazo —. Necesito que lo acorrales, Allison. Y tú... —Enfoca sus ojos en Ronan —. Defiéndete.

Retrocede unos pasos para darnos espacio. La adrenalina aumenta, mi corazón retumba mientras miro al chico de ojos grises con una presuntuosa sonrisa.

—No seré amable, cariño —Le advierto.

Eso de hecho provoca la sombra de una sonrisa en sus labios húmedos.

—Yo tampoco.

Mamá suena los dedos.

—Pueden coquetear en otro momento —advierte —. Ahora peleen.

Mis reflejos entran en acción y mi puño vuela hacia la mandíbula de Ronan, pero fácilmente lo atrapa con una mano. Su fuerte agarre es como el acero y no puedo mover mi brazo. Sus ojos grises brillan en puro desafío y me sonríe.

Bastardo.

Levanto mi rodilla, pero antes de que pueda golpearlo en su entrepierna, él me acorrala completamente contra la pared detrás de mi espalda. Sus labios se ciernen en mi barbilla, dirigiéndose a mi boca. Mi pecho sube y baja por su cercanía. Me siento indefensa, ansiosa.

—¿Es todo lo que tienes, hermosa? —pregunta con voz ronca. Pone un beso en la esquina de mis labios —. No dejes que tus ganas hacia mí te detengan. Ataca.

Utilizo los mismos trucos de seducción y froto mis pechos contra su torso. El movimiento lo deja sin aliento y aprovecho para conectar mi puño en su sien. Ronan retrocede unos pasos, mamá se ríe desde su posición.

—No dejes que tus ganas hacia mí te detengan, cariño —digo en tono dulce —. Concéntrate.

El fuego se extiende por mis dedos justo cuando los lanzo en su dirección, pero Ronan se mueve increíblemente rápido. De repente, está a mi lado, negruzco humo envolviéndolo como una capa tóxica antes de disiparse.

No está.

Desapareció.

¿Qué?

Doy vueltas a mi alrededor, confundida. Ronan se esfumó como arte de magia. Mamá está muda.

—Estoy aquí —oigo su voz en mi nuca.

Pretendo voltearme, pero sus fuertes brazos me rodean. Una mano me envuelve la garganta por detrás, mientras que la otra me agarra la cadera. No tiene vergüenza de apretar su erección contra mi trasero. Prácticamente puedo oler el deseo desprendiéndose de él.

Yo tampoco me quedo atrás. No dudaría en arrancar su ropa si mi madre no estuviera cerca.

—¿Cómo hiciste eso? —balbuceo.

Se ríe.

—Magia.

Hermosa explicación. Sabía que haría más, pero no tanto. Dioses, estoy anonada. Me besa en el cuello como si no pudiera estar un segundo sin saborear mi piel.

—Eres adicto a mí —susurro.

Ronan me besa la oreja.

—Sí.

Él me supera en tamaño y por esa razón espero que siga viniendo a mí. Que caiga en mis redes antes de que lo atrape como una araña en su tela.

—La primera lección es que nunca te confíes demasiado —Lo golpeo con mi codo en el estómago y él me suelta —. No importa cuán bonita sea tu oponente.

El sonido del viento silba cuando salto en el aire y le doy un puñetazo en la mandíbula. Ronan está aturdido unos segundos y escupe sangre con una mueca. Mamá bebe un trago de agua, analizándonos en silencio y entretenida.

—Eso fue un golpe duro —Se queja Ronan y acomoda su mandíbula.

—Te advertí que no sería amable —me burlo.

La esquina de su labio se mueve y aparece una sonrisa exasperantemente arrogante.

—Se acabó la diversión.

Procede a quitarse la camiseta, dejando al descubierto sus músculos duros. Se cruje el cuello a un lado y rebota en las plantas de sus pies. Pero su rostro es otra historia, parece algo sacado de una película de terror: ojos pálidos y helados que no puedo dejar de admirar. Incluso el aire a nuestro alrededor tiembla en respuesta cuando su forma se detiene a centímetros de mi cara. Estoy petrificada mientras me agarra por la garganta y me lanza al suelo como una simple muñeca de trapo.

No me dio ninguna opción de defenderme.

Aterrizo tosiendo, las palmas de mis manos van a mi cuello donde puedo sentir un leve ardor. No necesito mirarme al espejo para saber que su toque me ha quemado. Absorbió mi energía porque me cuesta mucho moverme.

Dioses...

Mis instintos me están dirigiendo. Antes de que pueda recuperarme por completo, mis poderes cobran vida a modo de defensa. Me imagino a Ronan sangrando, los huesos de sus dedos rotos, un dolor crudo que no puede detener...

Sin embargo, nada de eso sucede.

El humo es más extenso en la habitación. El cuerpo de Ronan se desfigura mientras desde lejos puedo escuchar a los cuervos gritar en aprobación. Esto va más allá de todas mis expectativas sobre mi compañero. El título de heredero oscuro le encaja muy bien.

No se trata de una cruel pesadilla. Ronan Dumont es el epítome del mal.

—¿Te dejé sin palabras? —pregunta mientras lo miro con mi boca abierta.

Despierto de mi trance.

Le lanzo una bola de fuego, él lo esquiva. Bloquea mis poderes psíquicos y me tiene totalmente indefensa mientras mi cara está presionada a la pared y mis manos aprisionadas entre las suyas. Siento su aliento por la columna de mi garganta cuando habla:

—¿No puedes conmigo?

Mi respiración se calienta por la rabia, mis ojos arden.

—Hiciste trampa —siseo.

Su risa retumba baja en su garganta.

—¿Cómo sería eso posible?

—Estás leyendo mis pensamientos —acuso —. Sabes cuando voy a moverme, tramposo.

Mamá nos separa con el movimiento en su mano y aparto el cabello de mi cara. Miro a Ronan, enojada por su pelea tan sucia.

—Y tú querías romper mis huesos —Se defiende.

Mamá interrumpe las disputas.

—Allison —Me dirige una mirada dura —. Todo es válido en el campo de batalla y Ronan usó sus habilidades como ventaja.

Mi rabia incrementa.

—Manipula el lazo de una forma que yo jamás podría —protesto —. Sabe que no puedo cerrar mis pensamientos de él. Juega sucio.

Sueno muy resentida, pero a la mierda. Odio que utilice mis debilidades en mi contra. Y no es la primera vez que lo hace.

—Entonces aprende a cerrarlo de él —dice mamá con simpleza.

Le echo un vistazo a Ronan quien muerde sus nudillos para evitar reírse. No me molesta haber perdido, pero sí el hecho de su poder sobre el lazo. ¿Hasta dónde es capaz de llegar con esa ventaja?

—No es tan fácil —me justifico.

Mamá rueda los ojos y le sonríe a Ronan. Hay orgullo en su expresión.

—Lo hiciste muy bien —Toca su hombro a modo de felicitación —. Cada día estoy más sorprendida de tus poderes. Puedes transportarte de un lugar a otro en forma de humo. Nunca había visto nada parecido.

¿Ningún halago para mí?

La sonrisa de Ronan es radiante.

—Me inspiras a seguir aprendiendo —dice él.

A pesar de mi molestia, siento la emoción expandiéndose dentro de mí. Es demasiado grande para contener. Me encanta ver la relación que se está formando entre ambos. Me encanta la idea de que Ronan vea a mi madre como fuente de inspiración.

Él se siente a salvo aquí.

—Es todo un honor —sonríe mamá y hace una mueca cuando oímos los lloriqueos de Amy —. Van a tener que seguir sin mí. El deber llama.

—¿Nos vemos después en la piscina? —pregunto cómo niña pequeña.

Ella me besa en la mejilla.

—Por supuesto, cielo —musita y mira entre los dos —. No se maten en mi ausencia.

Cierra la puerta cuando deja el gimnasio y me dirijo a la nevera por un poco de agua. Ronan me estudia cauteloso y curioso.

—No sabía que eres una mala perdedora —comenta.

Me lamo los labios cuando termino de beber el agua fría y cierro la nevera con una fuerza innecesaria.

—Y tú eres un tramposo —Lo enfrento —. Tomas ventajas de mis debilidades y no es justo, Ronan.

Baja su mirada hacia mí, sus ojos brillantes al atrapar la luz del sol que ingresa por la ventana.

—Estás siendo muy extrema —dice.

Mi risa es sarcástica.

—¿Yo extrema? Déjame recordarte que no llegaría tan lejos como tú respecto al lazo —Exhalo un largo suspiro —. No quiero imaginar hasta dónde eres capaz de ir para no herirme y protegerme.

Frunce el ceño.

—No entiendo de qué estás hablando.

Mi rabia de hace minutos ha regresado, pero con mucha fuerza. Recuerdo mi sueño, la voz melancólica de Ronan. Se sintió como una despedida y el hecho de que cierre sus emociones constantemente tampoco ayuda. ¿Qué le preocupa? ¿Qué oculta? ¿Por qué no me muestra de qué está tan asustado?

—¿No? Sabemos que Catalina quiere matarte y eres el heredero de ese monstruo —suelto —. Todo el pueblo está bajo una constante amenaza como mi familia. Él tarde o temprano va a atacarnos, quiere algo.

Ronan me observa, un destello oscuro en sus ojos. Es todo lo que veo porque no hay otra señal. Odio que sea tan bueno ocultando lo que piensa.

—Sí, quiere dominar el mundo —dice —. Quiere hundir a este pueblo con su oscuridad, pero haremos lo necesario para impedirlo.

Una aplastante pena obstruye mi capacidad de respirar.

—Me asusta pensar que él puede lastimarnos —manifiesto —. Me asusta pensar hasta donde irás por mi bienestar.

Su mandíbula se tensa. Escucho los latidos de su corazón en mis oídos, una cadencia que coincide con la mía.

—Hasta donde sea necesario para protegerte —acuna mis mejillas, sus ojos lucen cansados cuando miran los míos —. Haría cualquier sacrificio por ti y lo sabes mejor que nadie.

Me muerdo el labio inferior para evitar que tiemble.

—No quiero que te sacrifiques por mí —Me acerco más a él y torpemente intento envolver mis brazos alrededor de su tenso cuerpo rígido —. Solo quiero que estemos juntos.

Los labios de Ronan rozan los míos. El beso es rápido, suave y su boca se ha ido antes de que pueda reaccionar.

—Y lo estaremos. No existe tiempo ni espacio que pueda separarnos, Allison —Toca mi pecho dónde mi corazón parece a punto de estallar —. Tú y yo estamos destinados a estar juntos.

—¿Lo prometes? —pregunto.

—Lo prometo.

Froto mi mejilla contra su fuerte pecho desnudo.

—Más te vale, cariño.

Deposita un beso en la punta de mi nariz.

—¿Sigues enojada por la derrota?

Me río y lo aparto con un leve empujón.

—En estos momentos solo quiero tu cabeza —digo, fingiendo estar furiosa.

Ronan me da una sonrisa presumida.

—Sí, pero entre tus piernas —responde.

Un rubor se extiende por mi cuello ante el recuerdo que tuvimos en la oficina de madre. Yo sentada sobre el escritorio, respiraciones agitadas y Ronan lamiéndome con hambre.

—Eres tan obsceno —suspiro.

Se encoge de hombros.

—¿Eso te parece obsceno? Aún no he llegado a tanto —murmura —. Obsceno sería admitir lo mucho que disfruté probarte, Allison. Sabes muy bien, por cierto.

Mi cara arde en llamas porque me siento muy mortificada.

—Ronan.

Sus dedos tocan la piel caliente de mi rostro.

—Es tan impropio de ti que te sonrojes.

Demasiado impropio. Mi cuerpo reacciona de esta forma solo a su alrededor.

—Es tan impropio de ti ser un pervertido —ataco.

Ronan me besa de nuevo y correspondo feliz.

—Todo en nosotros es impropio.

—Absolutamente —concuerdo.

—Me encantaría quedarme aquí y seguir besándote, pero tu tía Reynard me espera en la oficina —murmura —. Luego iré a la comisaría. Demetrio debe darme alguna información.

Una extraña tensión cruje entre nosotros.

—Estoy asustada, Ronan. Temo por tu seguridad cerca de ese hombre.

Sus brazos me rodean y besa la cima de mi cabeza.

—Nada va a pasarme, hermosa. Ese monstruo me teme.

💚

Ronan.

Decido darme una ducha para alejar el rastro de sudor que cubre mi cuerpo después del entrenamiento. Cada vez me siento peor por mentirle a Allison, pero esto ya no se trata de mí. Mañana invocaremos a la Diosa Luna. Será el día más significativo de su vida. ¿Por qué debería restarle importancia por culpa de mis problemas?

La quiero fuerte, concentrada, no alterada. Si supiera las cosas que realmente pasan por mi cabeza estaría muy agobiada. Allie necesita fortaleza, no más debilidades. Ese día sostendré su mano, estaré con ella cada segundo. Su vida es lo único que me interesa, el resto queda en segundo plano.

—Puedes pasar, Ronan —musita Reynard antes de que toque la puerta.

Toma una respiración irregular e ingreso a su oficina. El profundo olor a café inunda mis fosas nasales. Reynard se ve estresada mientras la miro. Noto ojeras que no vi esta mañana y el cabello atado con varios mechones sueltos. Incluso su ropa luce un poco arrugada. No está teniendo un buen momento. ¿Acaso alguien en esta familia sí?

—Me gustaría saber en qué puedo ayudarte —aclaro mi garganta —. Te ves fatal.

Me da una sonrisa agobiada.

—Quiero que le des uso a tus dones —Rebusca en uno de los cajones y después me enseña un listón de color rosa —. Esto le pertenece a Sadie Stone. ¿Puedes saber qué sucede con ella gracias a tu toque?

Mis nervios zumban, me quedo confundido unos segundos. Entonces recuerdo a Roy. Él no tiene noticias de Sadie.

—Puedo hacer el intento —carraspeo de nuevo —. ¿Algo va mal?

Reynard se frota la cabeza antes de beber un sorbo de su café.

—Todo va mal. Esa niña vive en Canadá y los padres de Logan también —contesta, su voz tensa —. Sé que esos psicóticos tienen mucha información sobre nosotros. Estuvieron investigándonos desde hace años. Conocen nuestra historia, debilidades y quienes importan. Sadie se convirtió en un blanco cuando Allison decidió ser su amiga.

El miedo me atraviesa con cada tictac del reloj en la pared. Mierda... ¿algún otro problema tendrá esta familia? Cuando Allie sepa que su mejor amiga se encuentra en peligro se sentirá culpable. No puedo permitir que eso suceda. No hasta que sobreviva a su transformación.

—Puedo intentar encontrar su ubicación.

Reynard asiente.

—Gracias.

Alcanzo el listón, toco la pequeña tela de color rosa. Estabilizo mi respiración cuando la primera sacudida aturde mi cabeza por las imágenes evocadas. Oigo un gemido de agonía, una chica que llora mientras golpea desesperadamente la puerta con sus manos amarradas.

Veo a Sadie encerrada en un calabozo.

Sus llantos me provocan escalofríos, sus ojos llenos de lágrimas forman un nudo en mi garganta. Ahora entiendo porque no responde los mensajes de Roy.

Fue secuestrada.

—¡Sáquenme de aquí, por favor! —Llora Sadie —. ¡Señora y señor Michaels!

Suelto de golpe el listón y observo conmocionado a Reynard. El miedo destella en sus ojos marrones, su rostro es una máscara pálida. Ni siquiera el maquillaje oculta su terror. Sabe que vi algo trágico.

—La vi en un sótano. Fue secuestrada por los padres de Logan.

Reynard hunde su rostro entre las manos y solloza. Quiero acercarme a consolarla, pero me mantengo quieto en mi lugar. Ella vio a Sadie en sus visiones y no le comentó nada a Roy.

—Roy querrá ir por ella —dice, sus palabras rotas de pánico —. Nunca me perdonará por haberle ocultado esta información. Sadie espera un hijo suyo.

La noticia me pone aún más triste. Sadie no abortó y Roy cree que lo hizo sin él.

Alcanzo su mano y le doy un apretón. No voy a juzgar sus acciones. Solo quiere proteger a su hijo. Canadá no es el lugar más seguro del mundo para un Karlsson.

—Estamos a tiempo de salvar a Sadie —mascullo —. Explícale a Roy lo que está sucediendo. Será peor si tratas de mentirle, sabe que algo va mal con Sadie. No descansará hasta averiguarlo, ni siquiera estudia porque está preocupado.

Parpadea rápidamente hacia mí. Lágrimas brillan en sus ojos marrones, pero no las deja caer.

—Los Michaels querrán algo a cambio.

La acidez en mi garganta me genera ganas de vomitar porque puedo hacerme una idea de lo que quieren.

Allison y Logan.

Una furia ardiente quema mi interior. No me atrevo a imaginar las cosas que le harían a mi chica si ella es capturada por esos monstruos. Quieren usarla como sacrificio al señor de las sombras.

Allie tiene oscuridad y sería una gran ofrenda.

—Lo mejor será alertar a la policía —sugiero —. No mataran a Sadie.

Reynard asiente con ojos temerosos.

—Haré lo posible para salvarla.

Me pongo de pie y Reynard hace lo mismo. Esta vez no dudo en darle un abrazo que la hace derrumbar contra mí. Está preocupada, estresada hasta la mierda porque teme a la reacción de Roy. Una parte de ella sabe que no lo tomará nada bien.

—Sé sincera con Roy —digo, apartándome —. Es lo correcto, mentirle no solucionará nada. Él apreciará tu honestidad.

Asiente y limpia sus lágrimas.

—Gracias por todo, Ronan.

—De nada —sonrío —. Estaré a tus órdenes cuando me necesites.

Me despido de ella y salgo de su oficina con una tensión multiplicada. Los problemas sacuden a esta familia como una marea descontrolada. El dolor es palpable mientras pienso que esto apenas es el comienzo.

💚

Abandono la sala con mi cámara colgando en mi cuello. Me gusta tenerla conmigo cuando salgo. Más ahora que captura cosas que no cualquier ser humano puede ver.

Mi cámara es especial.

Mi reencuentro con Demetrio me tiene muy nervioso. No soy capaz de mirar por mucho tiempo a esa basura porque me dan ganas de terminar lo que empecé.

Debí matarlo cuando tuve oportunidad.

Monstruos como él no cumplirán su condena de la mejor manera detrás de una reja. Merecen una muerte lenta y dolorosa por respeto a cada víctima que sufrió en sus manos. Allison se ofreció a acompañarme, pero me negué. Sospecho que ese psicópata dirá algo que no me agradará. Prefiero escuchar la información por mi cuenta, sin un tercero en la conversación.

Esto es algo entre Demetrio y yo.

—¿A dónde crees que vas solo? —Asher trota hacia mí cuando me ve caminar —. ¿Es necesario recordarte las amenazas que hay en el exterior?

Toco mi amuleto de protección y le muestro el humo que reluce en la punta de mi dedo índice.

—No soy un débil humano —Le recuerdo —. Puedo defenderme.

Las esquinas de su boca se levantan en una sonrisa orgullosa.

—Quedó demostrado más de una vez, pero aun así no es buena idea que estés solo —Pone las manos en los bolsillos de su chaqueta —. Te acompaño.

Elevo una ceja y asiento. Sería tonto de mi parte tratar de rechazar porque Asher no aceptaría un no como respuesta. Hará su voluntad como sea.

—De acuerdo —cedo —. Iré a la comisaría para hacerle una visita a Demetrio y luego visitaré la biblioteca de mi madre.

Mi suegro camina hacia el garaje y sigo su ejemplo. Me gusta saber que tengo un cómplice en este hombre cuando amenazó arrancarme las bolas si lastimaba a su hija. Hoy me considera un miembro más de su familia. Me gané su respeto, me dio el afecto paternal que jamás tuve desde que nací.

Y aunque suene estúpido, veo a Asher Karlsson como mi padre.

—¿Al fin te animaste a matarlo? —inquiere.

—Lo haré cuando llegue el momento. Sé que tu hermano Axel está dándole su merecido.

Asher me observa divertido.

—Apuesto a que sí —dice —. Mi hermano es un bastardo desalmado si se lo propone.

Elige un auto al azar del garaje y quedo pasmado como la primera vez que estuve aquí. Este es un Camaro azul bastante veloz. Será útil si el señor de las Sombras decide aparecer nuevamente. Nos dará el tiempo suficiente para huir como alma que lleva el diablo.

—Quiero encargarme yo mismo de él. Hacerle pagar tantos años de menosprecio y los daños imperdonables que le causó a mi madre.

Ingresamos al auto, me acomodo en el asiento de copiloto y Asher arranca una vez que termino de ponerme el cinturón de seguridad. Abandonamos la Fortaleza mientras abro la ventana para que ingrese el viento.

Sigo sintiéndome extraño por el cambio drástico que ha tenido mi vida, pero nunca querré cambiar ni un solo suceso. Amo este nuevo comienzo sin importar los problemas que fueron incluidos en el paquete. Amo ser compañero de Allison y sentirme como un Karlsson más.

—Debes pensar muy bien si eso es lo que quieres —murmura Asher —. Una vez que tocas a la muerte, quedarás marcado siempre. No hay vuelta atrás, Ronan.

Tengo el recuerdo de mi madre llorando como un virus en la cabeza. Yo encerrado en el armario porque Demetrio me castigaba cuando buscaba su afecto. Siempre me consideró un fenómeno, pero él es mucho peor que yo.

Es un monstruo.

—No tengo nada que pensar —Hablo, mis ojos en el bosque. La mayoría de los árboles son ramas muertas sin hojas. La naturaleza del pueblo cada día luce más apagado —. Es justo que muera en mis manos.

Asher libera un suspiro.

—No tienes que hacerlo —insiste —. No tienes que ensuciarte las manos.

Enfoco mis ojos en él.

—Dudo que me controle cuando hable con él. Haré rodar su cabeza.

Asher sostiene el volante con una sonrisa.

—Quédate con la seguridad de que nadie va a condenarte si eso sucede —murmura —. Tienes refuerzo para deshacerte del cuerpo.

No reprimo mi propia sonrisa.

—Es bueno saber eso —digo —. Todos aspiramos tener un amigo que nos ayude a esconder cadáveres.

Una carcajada entretenida lo atraviesa.

—Eres más Karlsson que Dumont. Lo sabes, ¿no?

Una emoción genera un vuelco en mi corazón.

—Sí —contesto —. Estaré agradecido siempre por dejarme ser parte de la familia.

💚

Llegamos a la comisaría de New Hope en menos de diez minutos. Intento mantenerme sereno, pero este día será agobiante. Debo ir nuevamente a la biblioteca de mamá y leer el bendito libro que mencionó.

La historia de mis orígenes está escrita en cada página.

Asher y yo ingresamos a la comisaría. Hay una sola oficial en el mostrador, sonriéndonos al notar nuestra presencia. Sus ojos expresivos se dirigen a mi suegro.

—Buenas tardes, caballeros. ¿En qué puedo ayudarles?

Asher le devuelve una sonrisa amable.

—Estamos buscando al sheriff Axel Karlsson. ¿Puede decirle que estamos aquí?

La oficial asiente.

—Un minuto, por favor.

Estudio con curiosidad el interior de la comisaría. Me doy cuenta de que hoy particularmente no hay muchos agentes así que habrá pocos testigos si llego muy lejos con Demetrio. ¿Qué me pasa? Estoy planeando el asesinato del hombre que creía mi padre.

Casual.

—La mejor lección que puedes darle a ese bastardo es demostrarle que ya no te importa y eres feliz —espeta Asher —. Quiso arruinar tu vida, pero no funcionó. Hoy estás con una familia que realmente te aprecia.

Acomodo la cámara alrededor de mi cuello. Sus palabras tienen algo de razón, pero dudo que mi felicidad esté completa. Demetrio sabe que mamá cada día está muriéndose. Él me golpeará donde más me duele.

—Gracias por tu apoyo —Le digo a Asher —. Preferiría hacer esto por mi cuenta.

El licántropo me da un asentimiento de comprensión.

—Estaré cerca.

Axel aparece con un café en la mano y su típica sonrisa despreocupada. Despide a la oficial quien abandona la comisaría sin mucha protesta. Aquí se desatará un terrible problema cuando vea a Demetrio. Mejor sin testigos cerca a excepción de los Karlsson.

—Buenos días, muchachos —Los ojos avellanas de Axel brillan por la emoción —. Me imagino que están aquí para acabar mi trabajo.

Asher palmea mi espalda en un gesto de complicidad.

—Espero que tengas bolsas para cadáveres, hermano.

La sonrisa de Axel se extiende y saca unas llaves de su cintura. Acto seguido, camina por los pasillos de la comisaría. No puedo evitar sentirme como un criminal. Quiero matar a Demetrio y no lo lamento.

—No te preocupes —Se burla Axel —. Hay tumbas en mi mazmorra. ¿Listo, Ronan?

—Sí.

Unos pasos más y finalmente llegamos al lugar más sombrío.

La celda de Demetrio.

Apenas he logrado respirar cuando nuestros ojos chocan. Está mugroso, su labio fino roto y el pómulo decorado por un enorme hematoma. Su cabello tiene el aspecto de no haber sido lavado en días. No veo las heridas que infringí en él después de nuestro último enfrentamiento.

Duerme en un banco porque no hay camas. Solo una cubeta dónde puede hacer sus necesidades. Qué asco.

Demetrio se ve derrotado, pero es solo una apariencia. No es el tipo de bestia que renuncia fácilmente, no forma parte de su naturaleza. Él se levantará cuando tenga otra oportunidad. Vislumbro el odio en su expresión, el desprecio mientras me evalúa.

—Déjennos, por favor —pido.

Los Karlsson no esperan una segunda solicitud. Una vez que escucho sus pasos alejarse lo suficiente, me acerco a la celda de Demetrio. Él no hace ningún movimiento, no habla. Simplemente me observa como si fuera una abominación.

—¿Por qué? —empiezo —. ¿Por qué te empeñaste en tratarme como si no fuera nada?

Ahí tengo una reacción.

Sus ojos se mueven bruscamente hacia mi cara y escupe cerca de mis pies como si fuera un insulto al aire que respira. El tipo me odia. ¿Alguna vez le hice algo malo? No recuerdo. Mi único pecado fue ser concebido en circunstancias que nunca pedí.

—No eres mi hijo —gruñe —. Eres resultado de los errores que cometió tu madre. ¿Crees que te debía algo a ti? —Su risa hace eco en las vacías paredes —. Agradece todo lo que te enseñé. Gracias a mí te convertiste en el hombre que eres. Viste el mundo real y no el estúpido cuento de hadas que tu madre se empeñaba en leerte. Fui tu mentor, Ronan.

Burbujas de rabia hierven a fuego lento por dentro, pero no escapan. ¿Mi mentor? A su lado viví mis peores pesadillas y siempre creí que hice algo malo cuando el problema era él.

—Dime que no hablas en serio. ¿Mentor de qué? Se supone que debías cuidarme, era tu deber.

Sus carcajadas le hacen temblar los hombros y finge limpiar lágrimas de risa.

—¿Mi deber porque eres un semidiós? —inquiere en tono burlón —. ¿Piensas que a tu papi le importó como trataba a su inútil hijo? Siempre tan estúpido, Ronan. Él me dio órdenes estrictas de enseñarte lo más oscuro que hay en este mundo para que estuvieras listo y funcionó. ¡Mírate! —Me señala —. Estás a un solo paso de completar la verdadera profecía.

Todo mi cuerpo tiembla de miedo y el escalofrío que nunca parece abandonar mis huesos

—¿Profecía?

Rueda los ojos.

—Tú cumplirás con el deber que te corresponde —contesta, satisfecho —. Llevarás en lo más alto el nombre de tu verdadero dios y creador. Le enseñarás a todos que son simples sacrificios y nacieron para satisfacer nuestras necesidades. Tú, como su heredero, debes sumir nuestro mundo en sombras. Naciste con ese único propósito, Ronan. Acéptalo de una vez y deja de creer que tienes la oportunidad de ser feliz con tu hermosa noviecita. Eso nunca sucederá.

💚

Raven.

Me falta terminar un horario, pero a la mierda. Ya no puedo lidiar con más, necesito estar sola.

Decido regresar a casa sin darles explicaciones a nadie. No me siento bien, mis hormonas no favorecen a mis estados de ánimo. Maldita menstruación que solo complica mi vida. Ahora quiero encerrarme en mi habitación, cubrirme con mi manta y llorar hasta quedar exhausta.

No puedo dejar de sentirme triste, devastada, horrorizada por mis visiones. Lágrimas brotan de mis ojos cuando recuerdo la sangre salir de su pecho, el último suspiro que abandona sus labios. Es una imagen que no podré superar en mucho tiempo. Será un evento que pondrá a prueba a los Karlsson. Me pregunto si podremos sobrevivir a este golpe impactante. Yo... no lo sé. No creo que pueda. No tengo esperanzas.

—Mamá siempre tuvo razón —susurro entre lágrimas y miro a mi conejo en su jaula —. Nuestros dones son una maldición y una bendición, Robin.

Pero en medio de tanto caos me he visto a mí misma y sus labios extendidos en una sonrisa cruel. No he podido resistirme a los sueños que me trasladan a él. Cada vez que cierro mis ojos obtengo un destello de su mirada, su voz es una caricia en mi piel mientras pronuncia mi nombre con anhelo.

Él está llamándome.

El destino reclama su control sobre mí.

No podré evitarlo, no con el lazo en medio.

Conocerlo a través de mis visiones es un privilegio, pero también una pesadilla que me alerta un destino lleno de destrucción. Un escenario dónde él es un depredador y yo soy su presa.

Nuestros encuentros suceden en el mismo sitio desconocido. No me siento bienvenida en su mundo depravado, soy una intrusa, una completa extraña. Es como si estuviera en algún deposito podrido donde se llevan a cabo sus masacres.

Él disfruta la sangre.

Veo pinturas mediocres, ventanas rotas, paredes llenas de grafitis. Todo es turbio, vacío, sin vida, excepto él y yo. En medio de la destrucción siempre tengo un vistazo de sus ojos negros.

Es un oscuro.

Un descendiente real de los strigoi.

Él es mi compañero y vendrá a reclamarme cuando sea el momento.

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