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Capítulo 4 ✴

Allie.

Voy a contarte una breve historia de mi vida.

Mis padres se conocieron en un pueblo de Estados Unidos llamado New Hope. Se enamoraron y luego tuvieron un montón de sexo caliente. Yo fui producto de la relación más hermosa que podrán conocer. Después sucedieron un montón de eventos desafortunados donde estuvieron involucrados brujas, demonios, licántropos, vampiros y cazadores.

Cuando yo nací los villanos de la historia se empeñaron en separarme de mis amados padres. ¿Por qué? Soy una especie fascinante. Al ser hija de una druida y un licántropo me convierte en un ser muy poderoso. Los malos quisieron utilizarme para sus fines destructivos.

Ya saben, lo típico.

Entonces me secuestraron cuando apenas tenía meses de nacida y terminé en manos de una bruja que se encargó de golpearme sin importar que fuese solo una bebé. Aún tengo recuerdos turbios de esos días oscuros. Nunca olvidaré lo despiadada que fue conmigo. Me ahogó con una almohada y muy pocas veces me alimentaba. Bastante trágico y triste. Ella no tenía corazón.

Se llamaba Catalina.

Esa no es la parte más emocionante. Mis padres hicieron hasta lo imposible para rescatarme. Mamá casi pierde su vida en el proceso cuando se enfrentó a esa bruja fea. Abrió un portal, la mató con una daga, bla, bla, bla. Pero antes de morir, Catalina confesó que puso una parte de su alma dentro de mí. Eso ya no me convertía solo en druida y licántropo.

También en una bruja que tiene poderes que mi madre no.

Mi infancia fue muy feliz, satisfactorio y llena de alegría. Aunque cuando empezó la pubertad sentí que necesitaba hacer cosas.

Cosas muy malas.

A los dieciséis años maté a una persona y cometí muchísimos crímenes que no es normal para alguien de mi edad.

Mis padres me explicaron que mi comportamiento impulsivo se debe a la bruja que habita en mi interior. Ella vive a la vida a través de mí y seguirá de esa manera hasta que encontremos una solución. Esto apenas es el comienzo. Según la maldición, cuando cumpla dieciocho años seré la viva reencarnación de Catalina.

Un demonio sin control.

¿Estoy asustada? No lo sé.

Rozando mi dedo sobre la fotografía de mi tío Theodore, mi corazón duele y mis ojos pican. Él murió cuando era solo un niño. Se perdió de tantas cosas. Mientras más observo la imagen, más pienso que su rostro es similar al de Aden. Mi hermano tiene los ojos y el mismo cabello de papá, pero su cara es muy Theo.

—Eras perfecto —sonrío tristemente —. Mamá me habló de ti durante diecisiete años. Dijo que eras un niño inteligente y valiente. Nunca tuve el privilegio de conocerte, pero ten por seguro que estás muy presente en mi corazón. Gracias por salvarle la vida.

Beso la fotografía y lo dejo nuevamente en la cómoda. Annie ronronea desde mi regazo. Es raro que no esté sobre esa maldita rama de árbol. Ella ama provocarme dolores de cabeza.

—¿Tienes hambre? Yo sé que sí —sonrío —. Vamos por tu comida, pequeña.

Annie maúlla así que la tomo en brazos para llevarla a la cocina. Papá está sentado en el taburete de la isla, escribiendo con impaciencia en su celular. Su ceño está fruncido y una vena palpita en su cuello. Mala señal.

—¿Qué pasa, papá? —pregunto mientras dejo a Annie en el suelo y lleno su platito de comida —. No pareces feliz.

Suspira sin quitar sus ojos del aparato. Annie ronronea de felicidad mientras disfruta su comida para gatos.

—Los guardabosques me informaron que encontraron a dos animales muertos y un lobo herido —contesta, agobiado. Mi corazón se hunde por su respuesta —. Fueron atacados nuevamente.

La ira irrumpe en mí: afilada y cruel.

—Alguien está matándolos a propósito. No podemos seguir permitiéndolo, papá —Mi estado de ánimo cambia radicalmente, mi tono contaminado de rabia —. ¿Encontraron más huellas de humanos?

Se pasa la mano por el pelo y asiente.

—Sí —murmura con aire pensativo —. No entiendo quién diablos es tan estúpido para meterse con nosotros. Al parecer no les importa que tenemos influencias en la ciudad. Lo veo más como una provocación, este sujeto quiere molestarnos.

La amargura arde como ácido en mis venas. Si hay algo que detesto en este mundo es la caza cruel de animales. Asistí a protestas a favor del medio ambiente, soy vegana. Me encargo de que estén a salvo en el bosque que cuida mi familia, no permitiré que nadie destruya la paz de mis bellas criaturas.

—Eso no es todo —Papá suspira con cansancio —. Tu madre esta mañana encontró veneno en las plantas. Están matando la flora también.

Una caliente cólera se extiende por mi piel mientras proceso las palabras de mi padre. Yo sabía que esto es un asunto muy grave. Están saboteándonos por una razón.

—¿Dónde está mamá? —inquiero.

Papá termina de escribir en su móvil y lo guarda en su bolsillo.

—En la clínica curando al lobo herido. Lo llevo ahí para estudiar con atención las causas de sus heridas —explica —. Tenía una flecha en su muslo y varias magulladuras. Al parecer tuvo un enfrentamiento salvaje con otro animal.

—¿Y cómo explicas la flecha? —escudriño —. Dudo mucho que un oso salvaje le haya disparado con ella. Es simplemente estúpido, papá. Los animales no son tontos, pero tampoco inteligentes —Le sirvo agua a Annie y vuelvo a mirar a mi padre —. Esto me lleva a pensar muchas conclusiones.

Se rasca la barbilla.

—A ver dime, señorita sabelotodo —masculla —. ¿A dónde quieres ir?

Me cruzo de brazos y pongo la misma expresión petulante que usa mamá para él.

—Varias compañías quisieron sacarnos de aquí porque tienen sus propios proyectos para el bosque —expongo —. Estoy segura de que planean algo grande para salirse con la suya. Ocupamos más del setenta y cinco por ciento. Hay una gran cantidad de hectárea que servirán perfectamente para sus fábricas o cualquier negocio contaminador que tengan en mente. Nos odian, somos estorbos.

Los ojos de papá brillan con orgullo y se aproxima para depositar un suave beso en mi frente.

—Mi niña es muy inteligente —Me da un breve abrazo antes de poner su atención nuevamente en el celular —. Reforzaremos la seguridad en el bosque y encontraremos al responsable de esto. Mientras tanto, necesito que mantengas un ojo en tu novio.

Frunzo el ceño en confusión.

—¿Qué tiene que ver Logan con esto?

—Tiene mucho que ver —dice papá, alejándose —. Sus padres fueron uno de los interesados en deforestar el bosque, ¿no?

Mi latido se atasca en mi garganta.

—Sí —susurro.

—No estoy acusándolos de nada, pero existe una posibilidad muy grande de que la familia de tu novio esté detrás de tanto desastre. Fueron muy claros cuando nos amenazaron la primera vez; ellos no se darán por vencidos.

Siento una punzada de dolor justo en mi pecho. Si eso fuese cierto, apuesto a que Logan no tiene nada que ver. Él no es cruel como su familia.

—Hablaré con Logan —afirmo —. Intentaré averiguar que planean sus padres.

Papá asiente.

—Pero no seas muy obvia —pide —. Iré a la clínica junto a tu madre y luego haré una denuncia en la comisaría. Cuida a tus hermanos hasta que regresemos.

Suelto un suspiro de resignación. Apesta ser la hermana mayor, siempre te dejan como la niñera.

—Bien.

—Cámbiale el pañal a Amy cuando despierte y no permitas que Aden coma muchos dulces. ¡Te quiero, princesa!

Abro la boca para protestar, pero desaparece sin darme ninguna oportunidad de replicar. En silencio ruego que la familia de Logan no esté involucrada. Eso afectaría nuestra relación. ¿Y si él sabe algo? ¿Se acercó a mí por un motivo especial?

—Cállate —me digo a mí misma —. Él sería incapaz.

¿Por qué estoy pensando en locuras? ¿Esto es una señal para que nuestra relación termine? El mundo definitivamente se empeña en que no estemos juntos.

💚

Aden come dos barras de chocolates, un flan bañado con salsa de fresa y pasteles de arándanos. Papá me matará. Mi hermano tiene el metabolismo muy alto. Come lo que quiere en cualquier momento y nunca gana ni un gramo de kilo. Ni siquiera entrena a pesar de que mamá insistió en el tema. No hace nada productivo.

—Cómo te decía... —Habla Aden con la boca llena —. Le pateé el culo a Jimmy por molestar a Sam. Su cara terminó en el inodoro del baño y no paraba de llorar. Le advertí a los demás que tendrán el mismo destino si se meten con mi mejor amigo.

Le aplico talco para bebés a Amy en su trasero cuando termino de limpiarla y después abro un paquete de pañal. Dioses, el culito de esta niña es bastante potente. Caga más que cualquier ser humano.

—Me alegra oír que defiendes a tu amigo, pero no respondas con más violencia —Le digo a Aden —. Tú tienes que dar el ejemplo de cómo ser un buen chico. El bullying es inaceptable. ¿Sabías que muchos niños en la secundaria y primaria se suicidan a causa de eso porque la presión es demasiada? No permitas que Sam esté solo.

Aden lleva más chocolate en su boca mientras evita mirar a Amy. Una vez intenté enseñarle como cambiar un pañal, pero me lanzó una bola de fuego a cambio. Odia tocar la mierda. Palabras suyas, no mías.

—No lo haré —afirma mi hermanito —. Defender a los demás me suma puntos en mi comportamiento. Todas mis maestras me dieron diez estrellitas porque soy muy inteligente. ¿No es genial, Allie? Tienes al mejor hermano del mundo.

Sonrío y termino de cubrir el culito de Amy con el pañal. Ella me mira atentamente mientras succiona el chupete. La quiero tanto.

—Eres el mejor hermano, aunque a veces desee matarte —ruedo los ojos —. Y por favor, no le digas a papá que te comiste esos dulces. Se enfadará conmigo y me castigará.

Aden imita un saludo militar.

—Sí, señora —promete —. No diré nada.

—Haré de cuenta que te creo.

Dos horas después mis padres regresan a la casa, pero acompañado de un animal.

No cualquier animal.

Es un lobo.

Tiene el pelaje negro y un cuerpo liso que es demasiado delgado. Un perro de algún tipo, obviamente vagabundo, y aun así es bello incluso estando desnutrido. Mamá sostiene una correa mientras el animal mira inseguro nuestra sala.

No puedo dejar de mirarlo. A pesar de que es negro, es tan parecido a Anubis. Sus ojos son pálidos y azules. Justo como mi bebé. Estoy llorando. Quiero chillar y sollozar sin parar. Me duele verlo sin pensar en mi bola de pelos blanco.

—Dioses... —susurro, sosteniendo a Amy en mis brazos —. ¿Por qué lo trajeron aquí? No parece del tipo animal doméstico. Es salvaje.

Mamá acaricia la cabeza sucia del animal. Éste no reacciona, solo me mira estoico. Aden baja precipitadamente las escaleras al notar lo que sucede. Sus ojos avellanas brillan y sonríe.

—Tal vez en parte, pero definitivamente tiene algo de canino en él —contesta mamá, riéndose —. Lo trajimos aquí porque no logra sobrevivir muy bien en el bosque. ¿Lo has visto?

—Está desnutrido —digo.

—Exacto —masculla papá —. Necesita cuidados que solo nosotros podremos ofrecerle.

No puedo evitar simpatizar con el animal. Si no logró sobrevivir a una vida salvaje en el bosque es porque fue abandonado. Su actitud sumisa lo explica todo. Los lobos nunca permiten que se acerquen a ellos. Muerden sin dudar. Claramente este pequeño fue domesticado.

—Espero que su estadía aquí sea temporal —musito, apartando la manito de Amy —. Aún no estoy lista para tener otro canino. No puedo superar a Anubis.

Aden se acerca cuidadosamente a la criatura y cuando papá le da su aprobación, toca su cabeza. El lobo cierra los ojos, baja las orejitas en pura sumisión. Está derritiendo mi corazón, pero aun así me niego a tenerlo. Las mascotas no duran para siempre y duele mucho cuando se van. Me costó meses no llorar por Anubis. La herida es muy fresca.

—Sé que es muy duro, pero no puedes negarle tu amor a este cachorro —murmura mamá —. Él necesita nuestro cariño más que nunca. Fue muy valiente porque luchó por su vida hasta el último minuto y enfrentó a quien le hizo daño.

—Pero sobrevivió gracias a tu sanación —digo. Aden abraza al perro a pesar de que huele mal —. Papá comentó que alguien le lanzó una flecha.

Mi padre asiente.

—Más de diez guardabosques custodiarán esta noche —afirma —. Lo atraparemos como sea —Mira al animal —. Mientras tanto, este pequeño se queda en casa.

—¡Sí! —grita Aden —. ¡Sí!

💚

Papá y Aden se encargan de bañar a la nueva mascota. Aún no tiene un nombre, pero apuesto a que empezará con la letra A. Típico de mi familia. Amy está jugando con su sonajero en el regazo de mamá mientras ella bebe un té caliente en la sala. Tiene un aire melancólico, pensativo. Supongo que algo la atormenta. Y ese algo soy yo. Ella pasó los últimos años preocupada por mí.

Solo tuvo alivio cuando aprendí a caminar y cuidarme de mí misma.

—¿Qué ocurre, mamá? —Le pregunto, sentándome a su lado en el sofá.

Me da una sonrisa temblorosa.

—Estoy un poco estresada.

—¿Se trata de los animales muertos? Te prometo que lo resolveremos.

Ubica un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y toca mi mejilla. Su afecto nunca dejará de conmoverme. Ella es una madre increíble, no pude tener otra mejor. Cada día me encargo de darle gracias a los dioses.

—Nuestra relación de madre e hija es muy fuerte gracias a la confianza —suspira —. No me gusta ocultarte nada.

Me tenso.

—Lo sé.

—Tu cumpleaños será la próxima semana y ya no podemos estar aquí. Debemos regresar, cariño.

Mi corazón se aprieta ante la posibilidad.

—Quería celebrarlo aquí con Logan y Sadie.

—Me parece totalmente justo, pero es tu cumpleaños número dieciocho. Sabes muy bien lo que significa. No es cualquier día.

Me muerdo el labio y pongo mi atención en las manos en mi regazo.

—Lo sé, mamá —repito —. Jamás podría olvidarlo.

—Tal vez será un día trágico o maravilloso. No lo sé, cariño, pero recuerda que nunca estarás sola. Tu familia te apoyará y el lugar dónde estarás a salvo es en New Hope.

💚

Ronan.

El miedo es usualmente una sensación ajena a mí. Pienso que sentir miedo de algo es una completa pérdida de tiempo. Es absurdo estar asustado porque nada resuelve. Solo alimenta la emoción de acechar que tienen los fantasmas.

Ellos pueden oler las emociones, a veces sentirla cuando es muy evidente. La niña de anoche me tomó con la guardia baja. Si hubiese estado atento jamás estaría aquí. Ahora me acosa, sin importar que entro al baño para hacer mis necesidades.

Me negué a dirigirle la palabra. Como consecuencia, rompió algunas cosas y no deja de gritar cerca de mis oídos. Es tan exasperante que deseo revivirla solo para poder matarla nuevamente. Al principio sentí empatía por ella, pero ahora deseo que desaparezca. Ya no la soporto.

Me está torturando.

—Mi nombre es Georgina —musita —. Georgina Stacy, pero mis amigos me llaman Georgie.

No respondo y pego una de las tantas fotografías que tomé de la ardilla en mi estudio. Hay pilas de luces con difusores cúbicos, trípodes recién tumbados, dos cámaras y un estante que sostiene mis binoculares, artículos de arte y uno de mis tantos dibujos. Es mi lugar favorito en mi casa y esta intrusa está invadiendo mi maravillosa privacidad.

Odio cuando invaden mi privacidad. Está profanando mi santuario.

Aún no tengo trabajo, pero el dinero que mis padres me dan los gasto en objetos que me sirven para darle sentido a mi vida. Ellos no se quejan de mi vocación hacia el arte. Saben que es lo único que me mantiene cuerdo y vivo.

—La última vez que vi a mi mami fue antes de que el señor D me apartara de ella —prosigue la niña. Frunzo el ceño. ¿Quién diablos es el señor D? —. Acepté su dulce, pero luego ya no recuerdo nada. Me duele mucho la cabeza.

¿Y por qué no le dolería la cabeza? Tiene un agujero, consecuencia de la bala. Niña crédula.

—Los niños de hoy son tan estúpidos —suspiro.

Hago de cuenta que sus problemas no me interesan, pero en el fondo estoy luchando para no quebrarme. Es una de las tantas víctimas que cayó en la trampa de viejos pedófilos. Era solo una niña ingenua que aceptó un dulce. Nunca imaginó que ese error terminaría con su vida. ¿Sabe que está muerta o no?

—Ronan...

Esta mañana escuchó a mi madre decir mi nombre lo cual fue un error. No para de repetirlo cada vez que puede.

Niña molesta.

La ignoro y me concentro en observar mi obra maestra. Cada centímetro de las paredes está cubierto de fotografías, a lo largo de los bordes de los muebles e incluso alrededor del ventilador de techo dando vueltas. Están pegadas cuidadosamente con cinta transparentes. Mi regla número uno es apartar las fotografías de acuerdo a los momentos que capturo.

Por un lado, están los momentos felices y en el otro los tristes. Cada imagen es una persona; mujeres, niños, hombres, jóvenes, ancianos. Capturé todas las etnias posibles que encontré en el pueblo mientras ellos no me veían.

La sección de animales y dibujos se encuentran en la parte derecha de la habitación.

Vuelvo a suspirar mientras miro el dibujo de cierta chica. Parece que está observándome atentamente con esos vivos ojos verdes. La mayoría de la gente podría pensar que esto es solo un proyecto de arte, pero es mucho más que eso. Mi vida, mi creación, mi talento para capturar los momentos mágicos.

O tal vez podrían considerarme la nueva versión de Joe Goldberg para participar en una serie sobre un psicópata acosador. Estoy obsesionado con Allison Karlsson, más ahora que sé cuál es su nombre. Dios, soy un enfermo.

¿Y si las primas tienen razón? ¿Ellas pueden ayudarme a descubrir mi verdadera identidad?

—Ayúdame a regresar con mi mami y prometo que te dejaré en paz —Llora la niña —. Lo prometo, Ronan. Por favor, ya no me ignores. Eres mi única esperanza.

Quito mis ojos desquiciados del retrato de Allie y la miro. ¿Cómo alguien puede ser tan inocente? Tiene un puto agujero en la cabeza y su vestido está llena de sangre. ¿No siente dolor? ¿Acaso no capta que ya está muerta? Debería seguir esas luces que enseñan las películas. ¿Por qué se aferra al mundo real?

—¿Vas a dejarme en paz después, Georgie? —pregunto.

La niña limpia sus lágrimas con su pedazo de vestido sangriento.

—Sí.

—Entonces tenemos un trato.

Sus ojos rápidamente dejan caer lágrimas y cubre su boca con las manos. Intenta abrazarme, pero retrocedo y niego con la cabeza. Mierda, no.

—¡Gracias! ¡Gracias! —repite una y otra vez sin dejar de llorar —. Tienes un lugar en el cielo.

Lo dudo, pequeña.

—Si evitas tocarme, mejor —digo.

Me acerco al escritorio dónde se encuentra mi computadora y una vez que está encendido, escribo su nombre completo en el buscador de Google. Estoy impactado, aparecen más de diez mil resultados. Murió el año pasado a causa del balazo que recibió en la cabeza, pero eso no es todo. Fue asesinada cerca de mi casa. ¿Qué carajos...? Antes de morir fue violada por un hombre desconocido. Su familia la buscó durante días y cuando apareció su cuerpo estaba abandonado en el bosque. El asesino se encargó de no dejar ninguna huella. Aun no fue identificado.

Maldita sea.

Muerdo mis nudillos para contener la devastadora pena que lastima mi corazón. La pobre Georgie sufrió mucho antes de morir.

—Lo siento tanto —susurro.

Georgie está sentada en la esquina de mi habitación con los brazos envueltos alrededor de sus piernas. Quiero abrazarla, pero corro el riesgo de revivir sus dolorosos recuerdos y saldré herido.

—¿Volveré con mi mami?

Agacho la cabeza porque no quiero ver la decepción en sus inocentes ojos. Ya no quiero mentirle. Ella merece saber la verdad.

—Eso no será posible. Lo lamento.

💚

El resto del día y la noche no vuelvo a ver a la niña. Escuché su llanto en alguna parte del bosque, pero no me acerqué. Necesita estar sola para procesar la realidad. No puede seguir creyendo en lo imposible.

No tengo idea de cómo la ayudaré, pero mi objetivo es encontrar al famoso señor D. Georgie como toda alma en pena no puede hallar su camino al más allá. Tampoco es consciente de que está muerta. Ella continuará deambulando en el mundo de los vivos si no termino con aquello que le atormenta.

El señor D.

Quizás ni siquiera se encuentra en el pueblo, no tengo ni una mínima pista. ¿Cómo carajos encontraré a un asesino? Los problemas de mi vida son complicados. ¿Es muy pretencioso pedir algo de normalidad? Al parecer sí.

Me siento horriblemente deprimido, triste, indignado. Mientras las mejores personas abandonan el mundo, las escorias continúan haciendo daño. La vida es una mierda injusta.

—¿Lo mismo de siempre, muchacho? —me pregunta Rodrick, el dueño del bar al que siempre concurro. Me encanta la comida que sirven aquí, pero también la bebida. Hoy tengo ganas de emborracharme hasta perder el conocimiento. Quizás solo así el fantasma de Georgie me dejará tranquilo.

—Claro y gracias de nuevo.

Rodrick limpia su mano sudorosa en el delantal envuelto alrededor de su cintura y niega con la cabeza.

—Vas a meterme en problemas algún día. No eres legal para beber.

Le enseño el billete de treinta dólares y sus ojos se iluminan.

—¿Importa cuando pago tu bebida barata?

Me arrebata el dinero de las manos y lo guarda rápidamente en su bolsillo trasero. Rodrick es un hombre de casi cincuenta años. Es más gordo que un hipopótamo y le encanta escuchar mis historias sobre muertos. No me toma en serio, pero sigo contándole mis anécdotas de todos modos. Él no cree que sean reales así que finjo que no lo son.

Su esposa Bea también es muy amable. Nunca tuvieron hijos así que me tratan como si yo fuera uno.

—No —murmura.

Sonrío y estiro las piernas bajo la mesa. A esta hora no asisten personas desagradables que les gusta juzgarme. Solo vienen alcohólicos y drogadictos que apenas están despiertos.

—Bueno, vete a la mierda y trae mi trago —ordeno —. Tengo mucha sed.

Rodrick sacude la cabeza sin inmutarse por mi tono brusco. Siempre bromeamos.

—Amigo, necesitas un buen polvo. Esa virginidad está poniéndote amargado.

Un rubor caliente se extiende por mi cuello y aparto la mirada de él. Rodrick suelta una ruidosa carcajada mientras se aleja. ¿Mi vida sexual es muy evidente? No me avergüenza el hecho de que nunca he tenido sexo. Simplemente no se presentó el momento. Llámenme anticuado, pero quiero hacerlo con la persona correcta. Quiero sentirme cómodo y a gusto.

El sexo no debería practicarse por la presión de nadie.

—Huye si la policía se presenta o escóndete bajo la mesa —pide Rodrick cuando deja mi botella y un vaso sobre la mesa segundos después.

Ruedo los ojos.

—Tu secreto está a salvo conmigo.

—Pórtate bien, chico. Nada de peleas —Golpea mi hombro antes de apartarse.

Bebo tranquilo mientras navego por mis secretas redes sociales e ignoro los mensajes de mi madre. Todas mis cuentas están en privado para que ningún familiar me encuentre. Y como a mi mente le encanta hacer cosas extrañas, busco a Allison en Instagram. Mi aliento viene rápido cuando la encuentro, el celular en mi mano casi se cae al suelo. Estoy impresionado, impactado.

Hijo de puta...

La he visto en mi mente y la dibujé más de la cuenta, pero sus fotos me dejan sin palabras. Tiene casi veinte mil seguidores y la cantidad de me gusta son extravagantes. Aunque no me sorprende, es demasiado hermosa.

Perfectamente hermosa.

Es el tipo de chicas que aparecen en las pasarelas de Victoria's Secret. Cualquiera la confundiría con una supermodelo. No tiene ninguna imperfección. Estoy babeando cuando una foto en especial capta mi atención. Está sobre el regazo de un atlético rubio. Ambos sonrientes para la cámara que captura la foto. Leo la descripción:

"Con el chico de mis sueños. Eres el mejor novio del mundo"

Tiene novio.

Ella tiene un novio. ¿Y por qué la idea me molesta tanto? Soy patético y ridículo. Por el amor de Dios, ni siquiera sabe mi existencia. Debería dejar de ser raro y espeluznante. Solo los psicópatas como Joe se comportan así. En serio, estoy avergonzado de mí mismo.

—¿Qué diablos estás viendo, bicho raro?

¿Qué carajos? Mi cabeza se mueve bruscamente hacia la dirección de donde proviene la voz y aprieto la mandíbula. Hay un estúpido neandertal en la mesa más cercana a mí. Dice algo obsceno a sus amigos, quienes lo golpean en la espalda. Todos están ebrios. He bebido, pero a diferencia de ellos, no me comporto como un idiota.

—¿Tú eres el rarito al que hacían calzón chino en la secundaria? —Se burla. Otro idiota que sabe sobre mi historia. Nada nuevo —. ¿Cuándo saliste del loquero? Pensé que te casaste con las muertas que afirmas ver.

Sus amigos le aplauden como si hubiera dicho el mejor chiste del mundo. Esto es vergonzoso.

Obtengo una vista completa del tatuaje de dragón curvándose sobre su horrible quijada. Sus amigos se ríen, oliendo la pelea. Este tipo es más ancho que yo, aunque no más alto. Podría defenderme de él, molerlo a golpes, pero dudo que mis padres estén felices con eso.

Mejor lo ignoro.

—¿Aparte de retrasado eres estúpido? ¿No me estás escuchando? —continúa provocándome.

¿No tiene nada mejor que hacer? Inadaptado de mierda. Mis manos se cierran en puños, listo para responder. Rodrick está mirándome desde su posición, rogando en silencio que no les haga caso a estos idiotas. Demasiado tarde. Hoy no tengo ganas de ignorar.

—Lo siento —digo en voz baja —. No me gusta hablar con perdedores.

El neandertal se levanta, empujando la mesa y tirando el trago de alguien más. Nadie se queja al respecto. Es un líder temido, pero a mí no me asusta. Puede besarme el culo. No permitiré que nadie me falte el respeto.

—¿Te crees muy listo?

Sostengo su mirada furiosa.

—Lo soy.

Y como si fuese algo del destino, la puerta tintinea cuando alguien nuevo entra al bar. El neandertal intenta atacarme, pero interfiere un desconocido. Más bien, no tan desconocidos.

—Piérdete —exige un pelirrojo.

Veo a Raven Karlsson acompañada de un pelirrojo con un parecido increíble a ella. Está mirándome con una suave sonrisa que me deja boquiabierto. ¿Qué hace aquí? ¿Las chicas como ella salen de noche para venir a un sitio peligroso como este?

—Ya veo venir las preguntas —suspira Raven —. Tienes que venir con nosotros.

Lo más sorprendente de todo es que el neandertal ha vuelto a su posición y ahora evita mirarme. ¿Qué mierda...? Es como si estuviera asustado.

—¿Me estás siguiendo? —pregunto, confundido —. ¿Estás espiándome, Raven?

El pelirrojo se acerca y me ofrece su mano. Capto rápidamente su esencia de niño rico y mimado. Su cabello rojo y ojos azules me hacen saber que es hermano de Raven.

Mellizo.

—Soy Roy Karlsson —Se presenta —. Raven no ha parado de hablar sobre ti las últimas horas.

Mi mandíbula se tensa, pero acepto su mano. No soy ningún maleducado como el neandertal. Mi madre me enseñó modales, no hay razón para ser un idiota.

—¿Qué te ha dicho?

Sus labios se estiran en una sonrisa juvenil.

—Lo que ya imaginas.

Raven mira sus uñas cuando le doy una expresión molesta.

—No iré a ningún lado —mascullo.

—Lo harás por las buenas o las malas —susurra Roy —. Si eres inteligente vendrás con nosotros, Ronan.

Mi rabia lucha para contenerse. Ahora ya no me siento mal por ser espeluznante. La familia de Raven lo es.

—¿Y por qué diablos harías eso?

Raven me mira con seriedad.

—Porque cometiste un error muy grande cuando hablaste con alguien.

💚

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