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Capítulo 37 ✴

Ronan.

Sé que las palabras de Arianne fueron rudas, pero ella dijo nada más que la verdad. Por mucho que odie aceptar la realidad, estoy lastimando a su hija. No es agradable ver marcas en el cuerpo de Allison cuando la toco.

Incluso a mí me repugnan.

Cuando consumía las pastillas estaba relajado, pero están fuera de mi sistema. Ya no hay nada que me contenga. Mis poderes fueron absueltos y no existe manera de que me reprima nunca más. Este es el inicio. Mi energía negativa consume la suya, esa oscuridad que la rodea a pesar de todo me resulta irresistible.

Allie está debilitándose y es mi culpa.

Catalina la envenena, sí, pero yo también soy el culpable de que se sienta débil. Soy más dañino desde que descubrí mis orígenes. Hay una ira incontrolable en mi interior, una necesidad insaciable de drenarla.

No me puedo calmar.

Mi toque la hería sutilmente, pero ahora es muy notable.

Temo no poder controlarme.

El miedo se precipita como un río helado bajo la superficie de mi piel. Estoy asustado, pero me rehúso a hundirme. No todo es perjudicial en mi vida, aún puedo entrenar y aprender. Sin embargo, me resulta difícil. El nuevo color en mis ojos son una prueba de que costará.

Soy heredero de la oscuridad. Está en mis venas reclamarla, anhelarla.

Cierro la puerta con seguro porque no tengo ganas de lidiar con nadie en estos momentos. Fue un día terrible y estoy recuperándome de las revelaciones. Mamá está aquí y Demetrio en la comisaría. ¿Y Georgie? Me mató ver su pasado, las cosas horribles que sufrió a una edad tan corta. Era una niña.

Un dolor vacío se filtra en mi abdomen, la atmósfera es sofocante. No me siento a gusto ni en mi propia piel. Y lo peor es que esto es apenas el comienzo. Se avecinan más dificultades que me harán cuestionar lo que soy.

Camino hasta el pequeño mueble, recojo el diario de mamá y busco la última página que leí. Prometí que lo haría con Allison presente, pero las ganas de leerlo solo me atacan. Maldición, me asusta tocarla. Me asusta estar en el mismo espacio que ella.

No lo haré a menos que encontremos una solución pronto. No arriesgaré su vida por culpa de mis deseos. Ella es mi mundo.

—Mierda... —musito y suspiro.

Nunca me sentí tan avergonzado en mi vida. A pesar de que Reynard y Arianne no me acorralaron en el comedor con mala intención, me sentí juzgado. El mismo niño de seis años que trataban como un fenómeno.

Odio que me haya afectado.

No logro nada lamentándome por lo que soy. Mi pasado no cambiará, mucho menos el presente. Solo me queda seguir luchando y afrontar lo que venga. No voy a rendirme, no le daré esa satisfacción a Catalina. Ella será la primera que conocerá lo más vil de mí. Tendrá más motivos para tenerme miedo. Le prometí a Allison que quitaría a esa bruja de su cuerpo y yo jamás olvido mis promesas.

Libero un hondo suspiro, froto mis hombros y prosigo a leer las páginas que tengo pendientes. Mamá puede decirme personalmente cada secreto, pero es muy intenso para ella. No quiero que se vea obligada a hablar. Lo hará cuando se sienta a gusto y cómoda.

Necesito averiguarlo por mi cuenta.

Solo, sin Allie o cualquier otra persona.

Avanzo a la página pendiente y luego...

Cuando lo tuve en brazos por primera vez jamás lo vi como un monstruo. Era un bebé precioso de intensa mirada marrón. Él heredó mis ojos y me sentí inmensamente feliz. No fue la tormenta que temí encontrar.

Solo era paz y dulzura.

Olvidé las horribles circunstancias en las cuales fue concebido. Olvidé quien era su padre y con qué propósito vino al mundo. Él era mi bebé, mi hijo, una parte de mí que amaría incondicionalmente a pesar de todo.

Era mi pequeño Ronan.

Me detengo un segundo, lágrimas de dolor me pican los ojos. Ella me amó desde el primer día y lo sigue haciendo. Me ama incondicionalmente.

El día que escuché sus lloriqueos de bebé supe que haría todo por él, cualquier cosa que lo aleje de su destino. Me convencí a mí misma que podría hacer un cambio, evitar que sea usado para fines malignos.

Me propuse a criarlo como un buen hombre.

—Y fue así, mamá —susurro y limpio la lágrima que cayó sobre una página vieja —. Yo nunca seré como él.

Los primeros años de vida con Ronan fueron maravillosas. Lo crié sola porque Demetrio no estuvo presente en ninguna etapa, se negaba a verlo como un hijo. Ni siquiera quiso reconocer a mi pequeño hombrecito.

Él lo considerada un sucio bastardo.

Me dolió su rechazo, pero no me rendí. Estaba decidida a darle una vida normal, no me importaba que el tiempo junto a él fuese breve. Sabía que tarde o temprano su creador volvería. Mientras tanto, me obligué a disfrutar cada instante que tenía con mi hijo.

Mi Ronnie.

Puedo sentir el dolor en sus palabras, el amor. ¿Qué hubiese sido de mí sin mamá? Probablemente terminaría en algún orfanato o sufriendo más abusos en manos de Demetrio. Él no me quiso, pero estaba obligado a criarme. Era su deber, era la voluntad de su señor.

Mi verdadero padre.

Al instante, la rabia me domina y debo apretar los dientes para calmarlo. Me preocupa mamá, ella quiere morir, librarse de ese monstruo que nunca le permitió ser feliz. ¿Realmente logrará encontrar esa paz?

El señor de las sombras es la muerte.

Es capaz de buscarla hasta el final.

Tiene que existir una solución para que mi madre esté tranquila. Haré lo imposible para mantenerla a salvo, yo mismo acabaré con ese monstruo. Soy fuerte y poderoso, más de lo que creí alguna vez. Si me lo propongo usaré mis habilidades para el bien.

No seré lo que él espera.

Estoy destinado a proteger a quienes amo. Eso incluye a mamá, Allison y su familia.

De ningún modo seré el villano.

—Nunca —musito, moviendo la siguiente página.

La infancia de Ronnie fue normal hasta los cinco años. Era un hermoso niño que amaba los dulces, ver caricaturas en la televisión y hacer rabietas cuando no cumplía con sus caprichos. Era tan gruñón, me sorprendía la facilidad con la que podía alterarse.

Lanzo una pequeña sonrisa mientras mis pensamientos evocan imágenes de un Ronan bebé. Estoy en brazos de mamá, ella elevándome en el aire. Yo no puedo dejar de reír, me sentía el niño más feliz. Mi risa pronto terminó en llanto cuando la habitación se llenó de humo y sentí frío. Mucho frío.

Él había llegado.

Mamá tembló de terror, sus brazos se aferraron a mí más fuerte. Sus zapatos hicieron ruido cuando caminó lentamente hacia mí. ¿Cómo demonios se atrevía a tocarme? Trato de concentrarme en cada movimiento y su respiración, pero no logro distinguir su rostro. Está cubierto de humo.

—No lo alejarás de mí —dice mamá —. Él jamás será tuyo, no pertenece a tu lado.

El ente se mantuvo en silencio, su atención puesta en mí.

Exhalo, las palabras de mamá hundiéndose en mi cerebro. Georgie también se empeñó en decir que pertenezco a ese mundo oscuro y vacío dónde el sufrimiento abunda. ¿Es una advertencia? Sacudo la cabeza, mi estómago hecho nudos.

Hoy oficialmente declaro uno de los peores días de mi vida. No añadiré más problemas a mi cabeza. Quiero terminar de leer y dormir. Estoy harto de recibir golpe tras golpe.

Mi hijo nunca demostró ser un monstruo como su padre. Al contrario, amaba a los animales, solo lloraba cuando tenía hambre y no le gustaba soltarme. Yo me convertí en su mundo, así como él en el mío.

Ronnie era lo que más amaba, mi tesoro más preciado, el motivo de mi existencia.

El resto de mi familia lo aceptó como un miembro más. Planearon como serían sus siguientes años, prometerlo a otra Dumont para continuar con el linaje. Claramente esos planes perversos fueron descartados porque él fue creado con un objetivo diferente.

Él no era como cualquier Dumont.

Su infancia transcurrió hasta los seis años en New York, pero Demetrio y yo nos vimos obligados a ser trasladados al nuevo epicentro del mal. Nuestro señor quería tenernos en New Hope.

Un pueblo donde la muerte y sacrificios predominan.

Una tierra que fue marcaba por demonios y brujas. Era el hogar de la maldad.

Dejo caer el diario de mis dedos inconscientemente y tomo una respiración profunda. En New Hope empezó la pesadilla que llamo mi vida. Desde que vine aquí cambié completamente. Tuve espantosas experiencias, parálisis de sueño, una infancia que me costó afrontar.

Nada fue fácil, mucho menos con la ayuda de mamá.

—¿Ronan? Vengo a disculparme —Mi corazón tartamudea al oír la voz de Allison —. Lamento lo que sucedió en la cena. Mamá suele hablar sin pensar cuando está muy preocupada. ¿Puedes abrir la puerta? Por favor... no me obligues a hacerlo yo misma.

La tristeza se retuerce como un cuchillo en mi estómago. Deseo abrazarla, aferrarme a ella, pero una parte de mí ya no quiere depender emocionalmente. Necesito ser fuerte por mi cuenta.

—No te preocupes, entiendo perfectamente a tu madre —Hago una pausa y lamo mis labios —. No estoy molesto, Allison. Prefiero dormir solo esta noche.

Hay un largo segundo de silencio.

—No puedes alejarte de mí cada vez que te sientes mal —musita, dolida —. Los problemas se solucionan hablando.

¿Piensa que esto es un simple malestar? Deseo estar solo, aprender a procesar lo que soy sin apoyarme en ella. Mi cuerpo está exhausto y mi mente drenada. Ya no quiero abrumarla con mis problemas. Además, necesitamos estar separados. Allison debe estar lejos de mi toque. Odiaría herirla más, no está a salvo conmigo. Lo estará cuando aprenda a controlarme.

—Vete, Allison —suelto —. Ahora lo que menos quiero es hablar contigo.

Escucho un débil sonido antes de que sus pasos se alejen. La pena y la culpa traspasan mi cuerpo, haciéndome sentir doblemente miserable. No pretendía descargar mi rabia con ella. Es la única con la que puedo contar; ha estado para mí desde que nos conocimos. Pero ahora mismo, es el objetivo que tengo para disparar mi frustración.

Soy un imbécil.

Bajo la mirada hacia el diario, las siguientes páginas acabando con mi propia cordura. Tenía la esperanza de leer puros momentos felices y no los trágicos.

Estaba convencida de que fue un error trasladarnos a esta casa, una antigua propiedad que perteneció a nuestra familia. ¿Cuál fue la sorpresa inesperada? Fuimos reclutados para seguir cumpliendo con las órdenes del señor. Él estaba hambriento y ansioso.

Deseaba más sangre, anhelaba más muertes y quería que su hijo presencie los actos sangrientos. Quería prepararlo para el futuro...

Recogiendo el diario, lo volteo en mis manos antes de lanzarlo contra la pared de mi dormitorio. Derriba varios libros del mueble y aterriza abierto en el suelo. Me siento enojado, frustrado y acabado. El dolor en mi cabeza es insoportable, nada puede tranquilizarme.

Más recuerdos son invocados. Yo en brazos de mamá mientras Demetrio asesinaba a un niño. Trataba de cerrar mis ojos, pero algo me impedía hacerlo. La escena es traumática y tiemblo inconscientemente. ¿Cuánto soporté? Tiene sentido el hecho de que escuchaba voces en el sótano.

Son las almas que Demetrio mató, ellos me imploraban ayuda. Me atormentaban porque soy hijo del verdugo. Ellos me odiaban como Georgie.

Froto mis sienes, haciendo lo posible para dejar de torturarme. La información de mi pasado no me permite avanzar. Solo retrocedo y trae más desgracias a mi vida.

Ubico nuevamente el diario sobre la cómoda y observo el retrato de Allison que me espera en una esquina. Esta noche tuve suficiente de mí, necesito conectarme con algo que me gusta inmensamente.

Nada mejor que mi chica y el arte en una sola combinación.

Busco mis viejos pínceles y lápices en la mochila, todos los artículos que me servirán para terminar el retrato. No dormiré esta noche, pasaré las horas admirando su rostro. No tengo caballetes así que improviso y acomodo el cuadro sobre una de las sillas.

Encuentro el lápiz y me enfoco en agregarle algunos detalles al contorno de sus labios con un poco de sombreado. Espero que la próxima vez tenga el privilegio de pintar cada parte de su precioso cuerpo.

Hay algo en la belleza de Allison que me tiene absolutamente loco. Y no se trata solo de su apariencia. Es ella. Su dulzura, su valentía para afrontar situaciones difíciles, su seguridad cuando pronuncia cualquier palabra.

Solo mi Allie.

Mi mano se mueve mientras el lápiz va por su largo cabello oscuro. Me pierdo en el dibujo e imagino su sonrisa, sus ojos verdes ardientes con pasión y los gestos que hace cuando estoy dentro de ella. No está presente, pero de alguna manera ayuda a que me olvide del mundo entero. Una prueba más de cuán fuerte son los sentimientos que tengo por ella. Nada cambiará eso.

Ni siquiera lo que nos espera en el futuro.

💚

Allie.

Las cuerdas del violín suenan cuando el arco hace contacto. Reconozco perfectamente bien «Nocturne» de Chopin. Raven siempre tan delicada con sus gustos musicales. El sonido del instrumento me relaja, la tristeza más profunda mientras continúo la historia romántica que tenía abandonada.

Estoy molesta con el mundo, mi familia, mamá y mi tía Reynard. ¿Cómo pudieron sacar esa conversación en la cena? Fue un golpe bajo y Ronan no estaba preparado.

Fue incómodo y humillante. Lo rebajaron a un nivel que me hizo sentir enferma por la cólera. Él no merecía ser tratado como el enemigo. ¡Mierda! ¿Y de qué sirvió? Para alejarnos.

Empujo mi laptop, tomo el peluche de Stitch en mis brazos y cierro los ojos. No tengo inspiración, no puedo obligarme a olvidarlo. Debería estar en su habitación, pero él no quiere mi compañía. Otra vez la estúpida distancia sin sentido. Me lastima que siempre ponga este muro entre nosotros cuando está herido. Me lastima que ni siquiera me dé la oportunidad de hablar. Me lastima que cierre sus pensamientos.

Ronan me lastima.

Levanto mi muñeca e inspecciono la marca púrpura que poco a poco va desapareciendo. Esto es una señal de que debemos alejarnos. Es lo adecuado por un tiempo, pero mi sentido común y mi corazón se niegan a cooperar. Me acostumbré a la sensación de sus brazos rodeándome en las noches, ese sentimiento de seguridad y paz que proporciona.

Ronan Dumont me tiene arruinada.

Suelto el peluche, aparto las mantas y camino fuera de mi habitación. Noto la ausencia de Annie lo cual me resulta muy extraño, a ella nunca le gustó mezclarse con el resto de mi familia. ¿Dónde se habrá metido esa gata rebelde? Ya volverá.

Siento que la cabeza me mata por pensar demasiado en mi problema con Ronan. No debería ser así, no cuando hay más preocupaciones. Catalina está silenciosa, Demetrio en la comisaría y el señor de las sombras muy presente. No sé cómo afrontaremos tantas complicaciones al mismo tiempo.

La vida de un Karlsson nunca ha sido sencilla.

Llego a la cocina y contengo el aliento al notar una presencia sentada en el taburete de la isla. Sostiene un vaso de agua, su cuerpo delgado me provoca escalofríos en la piel.

—Olenna —carraspeo —. Espero que estés teniendo una buena noche.

Ella me mira, sus ojos marrones están apagados, su rostro pálido sin color. La veo peor.

—No lo dudes —dice —. Pasó tanto tiempo de que no escuché a nadie molestándome. Hoy dormiré como una bebé.

La brisa que atraviesa la ventana abierta es dolorosamente fría hoy. Se siente como si me cortara la piel. Apoyo mi cadera contra la isla, examinándola con atención. ¿No escuchó a nadie? Sus palabras me provocan curiosidad, sobre todo, ahora que sé la realidad de Ronan. Esta mujer durante mucho tiempo le ocultó quien es.

—¿Por qué lo obligó a consumir pastillas? —inquiero —. ¿Por qué reprimir su potencial?

A pesar de la sonrisa en su rostro, puedo ver la tristeza familiar en sus ojos marrones.

—Porque fue lo correcto —responde —. Era eso o permitir que se desate una tragedia. Las habilidades de Ronan no son un beneficio para el mundo, Allison.

Mi corazón se oprime dolorosamente. Ya sabía esa información, pero no deja de impactarme.

—¿Alguna vez lo vio usar sus poderes?

Olenna bebe agua y noto la rigidez en sus delgados hombros. No debería hablar del tema con ella. Sé cuánto le afecta.

—Ronan tenía solo seis años cuando sucedió la primera vez —expone en voz baja —. Siempre fue un niño solitario e introvertido. Pocas veces hablaba.

Mi garganta se tensa y tengo que tragar un nudo.

—Quiero saber más de su pasado —admito —. Quiero entender mejor muchas de sus actitudes.

Olenna deposita el vaso sobre la encimera.

—¿Su actitud terca y el hecho de que siempre toma distancia cuando no puede enfrentar una situación?

Asiento, el dolor en mi pecho regresa. Me desespera que se cierre y no intente arreglar nada hablando. Cree que lo mejor es alejarse. Dioses, les ruego que en el futuro cambie esa perspectiva.

—Sí.

—Le regalé su primera mascota a los seis años —prosigue y mira sus manos —. Era una liebre marrón que encontré herido en el bosque. Ronan estaba tan feliz cuando lo curamos juntos —Sacude la cabeza con una sonrisa nostálgica —. El animal era inofensivo los primeros días, pero sigo sin comprender porque cambió después. Atacó a mi hijo, estuvo a punto de arrancarle un dedo con la mordida.

Sus susurros envían escalofríos en mis brazos. Apuesto a que la historia no tuvo final feliz.

—¿Qué sucedió?

Olenna enfoca sus ojos en los míos.

—Ronan lo mató —contesta —. Sostuvo a la liebre en sus manos y lo convirtió en cenizas —Se abraza con angustia —. Nunca olvidaré el grito aterrador del animal. Quería escapar, pero Ronan no lo permitió. Lo mató en menos de diez minutos.

Me cubro la boca inmediatamente con las manos. Siempre creí que era un chico incapaz de lastimar a nadie y demostró lo contrario. ¿Hasta dónde llegará?

—Le hizo lo mismo a Demetrio —susurro —. Quemó su brazo.

Olenna no se muestra sorprendida.

—Sabía que tarde o temprano se descontrolaría. Demetrio lo ha provocado por años y merece el ataque —Las lágrimas cubren sus ojos —. Hice lo posible para defenderlo, pero se escapaba de mis manos. Mi esposo lo odia con cada gramo de su ser, interné a Ronan por él.

Mi garganta se seca, mi odio por Demetrio se intensifica. Nunca dejaré de arrepentirme por haber curado su asqueroso brazo. Esa molestia no desaparecerá, Ronan jamás debió sugerirlo. Fue un insulto a todas las victimas que murieron por culpa de ese degenerado.

Me queda el consuelo de que pronto tendrá su castigo. Mi abuelo está resentido con él, Ronan no lo perdonará y mi tío Axel no es suave con ciertos reclusos.

—Ronan sufrió muchísimo porque usted y su esposo lo trataron de loco —reprocho —. Lo tacharon de mentiroso, lo hicieron sentir como un fenómeno cuando los únicos que estaban mal eran ustedes.

Olenna se queda tiesa por mis palabras. Entiendo lo que ha sufrido y lo lamento muchísimo. Nadie merece sufrir así, pero debió encontrar alguna solución para Ronan. Mis padres nunca me mintieron nada sobre mi maldición. Ellos me apoyaron, buscaron ayuda e hicieron posible que sepa controlarme.

Estaría perdida sin ellos, pero no todas las familias son iguales lamentablemente.

—La única forma de detener el mal que yace en Ronan fue dormirlo —Olenna cierra los ojos un breve segundo —. Hacerle creer que era parte de su imaginación y reprimirlo. No lo hice únicamente por mi esposo, también porque estaba aterrorizada de que sea igual a él.

El temor me atenaza la columna. Me niego a creer en la posibilidad de que Ronan sea igual a ese monstruo. Mi chico es una increíble persona a pesar de su oscuridad.

—Confío en Ronan —digo—. Tengo fe en él.

Olenna ajusta la bata alrededor de su cuerpo.

—Lo protegí toda su vida. Sé que no fue la forma, pero actué por desesperación —Se limpia las lágrimas —. Espero que mis intentos de convertirlo en un buen hombre hayan funcionado y nunca olvide los valores que le inculqué.

Entonces me deja sola en la cocina. Me pongo en lugar de esta mujer y opino que hubiera hecho lo mismo. Mi abuela Aimeé tomó decisiones que lastimaron a mamá, pero ella lo creía correcto.

Hacemos lo imposible para proteger a quienes amamos.

Abro la nevera, me sirvo un jugo de naranja y disfruto la tranquila noche. Los sonidos del violín se detuvieron, ni un ruido sacude la Fortaleza. Concentro mi mente con la esperanza de escuchar su voz, pero fracaso como las veces anteriores.

Sospecho que Ronan no permitirá que escuche de nuevo sus pensamientos.

💚

Me despierto a las ocho y media después de unas miserables cinco horas de sueño. Ronan no volvió a buscarme, tampoco tuvo otros episodios de parálisis. Siento que esta vez la distancia será más larga. Me hundo en la cama y sufro por su ausencia. Recuerdo las muchas noches que pasó durmiendo a mi lado, sosteniéndome en sus brazos, adorándome con sus palabras, sus labios y su toque. Las lágrimas pican mis ojos y me alegro de estar muy agotada para llorar.

Estiro mis brazos, bostezo y bajo los ojos hacia mis pies. Annie ronronea y mueve las orejitas al notarme despierta. ¿Cuándo regresó? Escucho un leve golpe en la puerta.

Es mamá.

—Allison —espeta —. ¿Puedo pasar?

Es raro que pregunte. Mamá suele entrar sin mi permiso, pero esta vez respeta mi privacidad. Sabe que sigo molesta con ella por el drama de anoche. No debió expresarse así de Ronan ni tratarlo como si fuera nuestro enemigo.

—Claro —contesto en tono seco.

Mamá ingresa, sus ojos verdes son cautelosos. Mi corazón se derrite al ver que tiene a Amy en sus brazos. Mi hermana está entretenida con su chupete, el muñeco de Olaf en su mano. Tan lindas.

—Buenos días —empieza mamá y deja a mi hermanita en la cama. Amy avienta su Olaf, sus pequeños brazos se agitan mientras corre hacia mí y me abraza.

—¡Allie! —grita Amy.

—Hola, terror —bromeo y ella ríe más alto. Amo su risa infantil.

La acomodo a mi lado mientras mamá se sienta en el borde de la cama. Odio estar enojada, pero ella me orilla con sus impulsos. No es la primera vez que habla sin pensar en las consecuencias.

—Respecto a lo de anoche...

—No te disculpes conmigo, mamá —interrumpo, aferrada a Amy —. No me ofendiste, pero a Ronan sí.

Ella aparta la mirada y el aire sale de su boca con una prisa motivada por la culpa.

—Ya lo hice temprano —dice —. Está en el gimnasio entrenando con tu padre.

—Fuiste muy ruda con él y no lo merecía.

—Lo sé, pero no podemos tapar el sol con un dedo, Allison. Sé que intentabas ocultarle a Ronan las heridas en tu cuerpo y hacerle creer que no era nada grave.

Me molesta que tenga razón.

—Lo siento —repite —. Tuve una actitud vergonzosa, pero ten en cuenta que jamás lo alejaría de ti. Al contrario, amo muchísimo a los dos. Me preocupan los problemas. No olvido que la luna se acerca y Catalina aún es una gran amenaza en nuestras vidas.

Mi estómago se hace un nudo. La familia no debería estar dividida, no cuando la unión siempre nos ha hecho fuertes.

—Ella ha estado muy silenciosa —informo —. Ronan se convirtió en su peor pesadilla.

—Sí, sabemos que puede drenar la oscuridad —Se ríe cuando Amy emite un eructo cerca de mis oídos —. Hay que encontrar la forma de usar ese poder, pero con fines benévolos. No queremos que se repita lo sucedido con Demetrio.

No logro controlar mi pulso acelerado. Si Ronan me toca de esa manera podría matarme.

—Ronan no volverá a tocarme —murmuro.

Mamá toca el pelaje blanco de Annie quién se arquea ante su toque.

—Es totalmente entendible que se sienta mal —pronuncia preocupada, con la moción inundando su voz, y cuando me mira a los ojos, los suyos están tan llenos de temor que puedo olerlo—. Te prometo que pondré lo mejor de mí para que logre controlar sus poderes. Ustedes no cometerán los mismos errores que yo.

Hay una emoción turbulenta derramándose dentro de mí y se siente como si estuviera a punto de entrar en crisis. Pobre mamá. ¿Acaso nunca tendrá un descanso?

—Yo también pondré lo mejor de mí —aseguro.

Ella se pone de pie y besa mi frente con mucho afecto. Aprovecho la cercanía para darle un abrazo apretado, Amy se une a nosotras. Lamento que su hija posea una bruja y su compañero sea un semidiós de la oscuridad.

Le pediré a los dioses que Aden y Amy no sean tan problemáticos.

—Te amo mucho, cielo —dice.

—Yo también te amo muchísimo, mamá.

Se aleja y recoge a Amy. Mi hermanita la rodea como si fuera un pequeño mono.

—Tu abuelo y Mila quieren verte —comunica —. Es sobre el viaje a Croacia.

—Iré a verlos en unos minutos.

Mamá me da una sonrisa de boca cerrada.

—Nos vemos más tarde.

Miro el techo cuando abandona la habitación, preguntándome en silencio si el caos que rodea mi vida terminará pronto. Alejo las mantas con un suspiro y me posiciono frente al espejo. Quedo solo en ropa interior al terminar de desnudarme.

No me asombra ver que mi piel está impecable y sin ninguna marca. ¿Es una broma de mal gusto? Maldición. Esto le dará más razón a Ronan. Me duele que debamos alejarnos. ¿Cómo haré para sobrevivir tanto tiempo sin su toque?

Una risa siniestra me hace mirar bruscamente el espejo. Mis ojos rojos alertan su presencia y la rabia sacude mi cuerpo.

—El amor te aniquilará —masculla en tono afilado —. Perderás absolutamente todo por él. ¿Por qué eres tan ciega? Despierta de una vez, niña. No seas tonta. ¡Despierta!

Mi mano tiembla con ira incontrolable.

—Estás asustada —digo —. Eso sucede, ¿no? Llenas mi cabeza de porquerías porque estás aterrorizada de Ronan.

Las llamas rojas en mis ojos resplandecen.

—Si yo muero, tú también —sisea —. Estoy impregnada en tu alma, Allison. Soy un virus en tu cuerpo. Soy una parte de ti.

Ante esas palabras, una oleada de irritación inunda a través de mí. La furia dentro de mí bulle hasta tal punto que temo perder el control por completo.

—Veremos hasta cuándo —Giro mi cuello con una sonrisa despectiva —. Sabes que estás acabada, Catalina. Disfruta tus últimos tiempos de vida.

Mi cabeza choca contra el espejo en contra de mi voluntad y después vuelo en mi habitación hasta caer duramente al suelo. ¿Qué carajos? El malestar se instala en mi columna, mi muñeca arde al notar como un hilo de sangre empieza a correr.

Mi boca se abre en shock al ver un trozo de vidrio en mi mano e incrustándose en mi piel. ¡¿Qué?! Estoy dañándome a mí misma.

—Intenté de todas las formas posibles convencerte de que haríamos un equipo invencible —La ira incontenida suena en su voz —. Te dije que juntas seremos más fuertes.

Aprieto los dientes y lanzo el trozo de vidrio. Mi muñeca sana rápidamente.

—Eso no pasará.

Suelta una carcajada alta y tintineante en mi cabeza. El ruido me genera nauseas.

—Búscame cuando me des la razón. Ríndete a mí, Allison. Soy una mejor opción que tu compañero y su padre.

Mi boca forma la sonrisa más dulce de la que soy capaz, pero mis ojos brillan con pura furia demoniaca.

—Nunca.

—Te arrepentirás.

Me acuesto en el suelo, mi respiración saliendo en grandes bocanadas de aire. Annie maúlla y la ignoro. Estoy alterada por las provocaciones de Catalina. La sentí muy desesperada y asustada. Puede que tenga sentido lo que ha dicho, pero me niego a creerle. Ella arruinó mi vida, jamás le daré un voto de confianza. Primero muerta antes que recurrir a su ayuda.

💚

Me visto con un ajustado leggings negro, un sostén deportivo y una camiseta sin mangas, dejando mi estómago desnudo. Después de frotar los dedos contra mi cuero cabelludo para darle a mi pelo un aspecto somnoliento, me voy al gimnasio de la Fortaleza. Sonrío cuando escucho a mis padres bromear con Aden. Amo que le dediquen más tiempo que antes.

En el momento que llego al gimnasio me arrepiento de inmediato. Mi día pasa de complicado a difícil. No puedo controlarme cerca de Ronan, menos cuando está sudoroso y sin camisa.

Sé que me ha notado, pero en ningún momento centra su atención en mí. Me apoyo en el marco de la puerta, observando cómo sus pies golpean la cinta de correr. Sus pantalones de chándal le quedan lo suficientemente bajo en las caderas, distingo su bóxer negro y la V en sus caderas. Cada músculo se flexiona y se mueve bajo su piel bronceada. El sudor sobresale en sus omoplatos.

Dioses...

Agradezco que mi padre no esté presente o esto sería muy embarazoso.

Paso minutos mirándolo como tonta hasta que la cinta de correr ralentiza y él me echa un vistazo. Sus ojos grises son brillantes, su boca está entreabierta por el cansancio. Me pregunto cuanto tiempo estuvo aquí entrenando.

—Allison —dice y alcanza la toalla cerca de la máquina —. Tu madre habló conmigo hoy, no te preocupes.

Me siento como una molestia por su voz indiferente.

—No vine aquí por mi madre —aclaro e ingreso a la habitación.

La puerta se cierra detrás de mí y él suspira. Se acerca cuando busca la botella de agua en la nevera a mi lado. Su olor inmediatamente me envuelve al igual que el anhelo. Es sudor mezclado con jabón corporal. ¿Por qué me tortura?

—Estás aquí por mí —dice. Su cabello húmedo cae sobre su frente mientras me mira y lo aparta con su mano —. Ya sabes mi opinión sobre el tema.

Mi mente está en agonía, cambiando de un escenario a otro. Quiero creer que está haciendo esto porque desea protegerme. No hay otra razón para su frialdad. Extraño al Ronan dulce y atento. Siento que es una persona diferente desde que descubrió sus poderes.

Y me asusta, maldita sea. Me asusta.

—Es una opinión estúpida.

Levanta la botella de agua y bebe. Una gota cae sobre su pecho y no puedo evitar mirar como una tonta. Soy tan débil.

—¿Disculpa?

—Sí, es estúpido —presiono —. ¿Crees que lo mejor para ambos es estar separados? Dioses, Ronan, tú mismo dijiste que no es una buena idea.

Su mandíbula se tensa.

—Eso fue hasta que descubrí que podría matarte.

—No vas a matarme.

—¿Cómo estás tan segura de eso?

—Porque lo siento aquí —Agarro su mano y lo pongo en mi pecho —. Tú me adoras y jamás me lastimarías intencionalmente.

Él me acecha y acorra mi cuerpo contra la pared.

—Te lastimé —dice, indignado —. Debilito a tu cuerpo más que la bruja.

Mis ojos frenéticos encuentran los suyos.

—No te compares con ella —suplico —. Tú no eres como Catalina.

—¿Quieres que te toque aún cuando te hago daño?

Lo jalo más cerca de mí, sintiendo a nuestras respiraciones acelerarse al mismo tiempo. Su cuerpo contra el mío es perfecto, increíble.

—Sí —susurro —. Me moriría si no vuelves a tocarme.

Ronan toma aire y se aleja a pesar de mi súplica silenciosa.

—Me prometí que no volveré a hacerlo hasta que aprenda a controlarme. Entrenaré muy duro para que sea posible.

El nudo que se forma en mi garganta es cada vez más insoportable. No debí venir.

—Estás siendo irracional. ¿Crees que alejarme es la forma?

Sus fosas nasales se ensanchan y me mira con las pupilas dilatadas. Es intimidante cuando se enoja, pero el color en sus ojos le agrega un toque aterrador.

—Te demostraré que no soy irracional —masculla y añade —: Quítate la ropa.

Me quedo estupefacta.

—¿Qué?

—Quítate la ropa —repite.

Me empujo de la pared y camino hacia él. La atmósfera del gimnasio está sobrecargada con enojo y electricidad. Una reacción entre dos fuerzas magnéticas que siempre nos atraen. Mis sentimientos hacia Ronan son tan profundos, incluso el aire que respiro es espeso en su presencia.

La fría sensación viene a mí cuando me quito cada prenda sin apartar mis ojos de los suyos y quedo solo en ropa interior. Su mirada gris es una tormenta furiosa y se muerde los nudillos mientras da vueltas a mi alrededor. Se detiene detrás de mí, su aliento roza mi oreja.

—No veo ninguna marca en tu cuerpo.

Sabía que lo pondría peor y no tiene sentido ocultarle. El resultado de que no estemos juntos es muy obvio.

—Ronan...

—Supongo que dormir separados ha dado frutos —me interrumpe —. ¿Ves? Recuperaste tu energía.

Las lágrimas de rabia inundan mis ojos. Si supiera que las voces regresaron con su ausencia, recordándome que estoy maldita.

—Eres un imbécil, no tienes idea de lo que dices.

Su rostro se contrae por la cólera. Dioses, siento que estoy tentando al mismísimo demonio.

—¿Imbécil por cuidarte? —Agarra mi muñeca y el moretón se forma —. ¿En serio soy un imbécil, Allison?

Me zafo de su agarre y me obligo a calmarme. No perderé la compostura. Él está asustado como yo, pero le haré entender que de nada sirve alejarnos. Somos más fuertes cuando estamos juntos.

—¿Quieres apartarme? Bien, te reto.

Los ojos pálidos de Ronan se tornan oscuros.

—¿Me retas?

—Sí —contesto —. Te reto a sobrevivir sin mi tacto una semana. Quiero ver cuánto puedes soportar.

Me da una expresión divertida.

—¿Estás segura de que quieres jugar? Solo míranos y compara la situación.

Auch. La primera lágrima cae por mi mejilla y rápidamente recojo mi ropa del suelo. Sabe que cometió un error porque pretende tocarme, pero retrocede por la fuerza de mi energía. Qué se joda.

—Ser un imbécil no te queda—señalo —. No te queda en lo absoluto, Ronan.

—Dios, Allie...—Se disculpa —. No quise decir eso.

—Demasiado tarde —Me limpio una lágrima y repito las mismas palabras que utilizó una vez —: Búscame cuando dejes de ser un completo idiota.

Abandono el gimnasio sin darle una oportunidad de hablar, ni siquiera me tomo la molestia de vestirme. Estoy tan enojada que no percibo el cuerpo que choca contra el mío. Colonia familiar, cabello rubio y pecho fornido...

—¿Allie?

Levanto la mirada y me encuentro con los ojos azules de Logan. Su asombro es tan alarmante que me congela y la vergüenza me inunda. Estoy casi desnuda. Mi prima Ellie está con él, igual de sorprendida.

—¿Estás bien? —pregunta Ellie —. ¿Por qué lloras?

Empujo a ambos fuera de mi camino y regreso a mi habitación muy humillada. La ansiedad de la adrenalina afecta mi sistema y mis piernas se vuelven gelatina. Aprieto mis manos contra la puerta, tratando de calmarme. Solo dijo esas cosas porque está herido. ¿Entonces por qué mi corazón duele como si hubiera sido triturado?

El primer sollozo me traiciona y maldigo. Ver los trozos de vidrios en mi habitación me pone peor.

—Te dije que él te rompería —Se burla la voz en mi cabeza y grito histérica.

Esto. No. Puede. Estar. Pasando.

—¿Todo bien por ahí, Allison? —exclama mi padre al oír mi alteración.

Me limpio las lágrimas con mi mano y lanzo lejos la estúpida ropa.

—¡Sí! —miento —. ¡Estoy muy bien, papá! ¡Maravillosamente bien!

Rebusco ropa limpia, omitiendo el desastre que provocó Catalina. No lloraré todo el día por culpa de Ronan. También tengo preocupaciones.

💚

Después de beber una buena dosis de café, me reúno con el abuelo, Mila y mis padres en la vieja cabaña. Cubrí cualquier rastro de llanto con maquillaje y tengo la mejor sonrisa del mundo. No alarmaré a mi familia por un asunto que no es relevante.

Mila está levantada y con el rostro colorado. Su cabello oscuro fluye hasta su cintura y sus ojos relucen. Nada que ver a la chica inconsciente de ayer en el sótano. Es la Mila que conozco, mi bruja favorita.

—¡Mila! —Me lanzo sobre ella, envolviendo mis brazos alrededor de su cuerpo. Huele divino —. Estoy feliz de verte bien.

Ella me da palmaditas en la espalda.

—Allie, yo también estoy feliz de sentirme viva.

Mi abuelo le tiende una taza de té y ella bebe mientras me suelta. Mamá está sentada en el sofá con papá. Ambos más nerviosos de lo normal.

—Siento que hayas pasado por eso —musito.

Ella hace un gesto de desagrado.

—Fue mi culpa por beber ese café sin verificar como lo prepararon —Se culpa —. Cometí un terrible error.

La mandíbula de mi abuelo se crispa.

—El único culpable aquí es ese degenerado —gruñe él —. Te prometo que acabaré con su vida, Mila. Haremos justicia.

Amo que mi abuelo sea protector con ella.

—Qué lindos son, pero hay otro asunto aquí —dice papá con sarcasmo —. Estoy a punto de vomitar.

Le doy una mirada indignada.

—Asher... —advierte mamá.

—Ya, ya —Papá ríe con fuerza y mira al abuelo —. Invítenme a la boda.

Mila se sonroja y mi abuelo no contesta.

—¿Y qué es esa información importante que querían decirme? —cuestiono, cambiando de tema.

Mi abuelo toma la iniciativa de hablar.

—Sabemos que la luna hará acto de presencia, pero el problema es que no ayudará mucho —alega, serio —. La oscuridad de este pueblo opacó completamente la magia. Ningún ser sobrenatural quiere visitarla y los pocos que quedaban se están yendo como los Persson.

¿Recién lo notaron? Este pueblo ha sido maldito desde milenios. Seres malignos lo escogieron para mancharla de sangre y llevarse lo bueno. Los miles de asesinatos han marcado la tierra. Dudo que alguna vez vuelva a estar limpia.

—¿Qué tiene que ver la magia con mi cambio de forma?

Mamá emite un suspiro.

—Estamos seguros de que Catalina tratará de matar a tu loba, pero acudiremos a la diosa luna para evitarlo. Queremos asegurar tu supervivencia y nada mejor que con la ayuda de nuestra creadora.

Miro a todos con una ceja arqueada.

—¿No necesitamos hacer un sacrificio para pedirle favores?

La risa de mi padre es ronca y profunda.

—¿Proteger al pueblo durante años y ocultar nuestra existencia no es un inmenso favor? —Él se mueve y rodea con sus brazos a mamá —. Matamos a los malos, salvamos millones de vidas y seguimos luchando a pesar del tiempo. Nunca nos rendimos como los Persson, los dioses deberían besar el suelo que pisamos.

Mamá golpea a papá en el estómago.

—Asher... —sisea ella.

Papá pone los ojos en blanco.

—Solo digo la verdad, bonita.

Mila da un asentimiento y mi abuelo procede a enseñar el diminuto mapa que saca de su bolsillo. Me acerco un poco más para ver la zona que está apuntada en rojo. Señala Zadar, una ciudad de Croacia.

—Zadar es el epicentro de la magia en Croacia —explica mi abuelo —. Catalina tenía encantada la ciudad, pero Arianne rompió ese hechizo el día que la mató —Mira a mi madre —. La pequeña población que conoce la historia te consideran una Deidad. La mujer que salvó al pueblo.

Oh, wow... Me sigue pareciendo impactante que mi madre literalmente sea una diosa. Quiero que me cuente la historia con lujos de detalles.

—Borna dijo lo mismo el día que la conocí —expresa mamá —. Se siente en deuda conmigo.

—Durante dieciocho años esa tierra fue bendecida por los dioses desde que rompiste el hechizo de Catalina —añade Mila —. Un grupo de hechiceros se aseguró de que nunca más llegue alguien que trate de ensuciarla. La cuidan porque es sagrada.

—La magia en esa ciudad es muy pura —concluye papá —. Sobrevivirás al cambio de forma.

Mi abuelo asiente, la emoción crece más que antes. Sé que el cambio es una experiencia dolorosa, pero valdrá la pena. Ya no desprecio la idea como antes.

—Nuestra misión es encontrar a Borna y pedirle el favor que le debe a Arianne —Me escrudiña, sus ojos azules intensos —. Ella no se negará cuando sepa de quién eres hija.

Los nervios no piensan lo mismo.

—Tengo a Catalina dentro de mí —Les recuerdo —. Estuvieron malditos por ella y no permitirán que vuelva a entrar en sus tierras. Yo soy una amenaza.

—Será complicado, sí, pero no irás sola, Allison —musita mamá —. Mila, Ronan, tu abuelo y tu padre estarán contigo. Lograrán convencerlos.

Mi boca se seca al instante.

—¿Qué hay de ti?

Mamá camina hacia mí hasta que estamos cara a cara. Sus ojos verdes son suaves y a la vez tristes. No lo pronuncia con palabras exactas, pero no es necesario. Ella no me acompañará. No me verá cambiar de forma, se perderá un evento muy importante.

—Tus hermanos me necesitan con ellos —susurra —. Me hubiera encantado estar contigo, pero no puedo, cielo. Aden aún es acechado por esa Poltergeist y Amy es una bebé. No podemos ir todos al viaje, es peligroso.

Odio sentirme tan dolida con la noticia, pero entiendo su decisión. No soy su única hija.

—Estaré bien —digo —. Te sentirás muy orgullosa de mí. Lo prometo, mamá.

Su sonrisa se intensifica.

—Lo sé —Mamá me besa en la frente —. Eres una Karlsson Laroux. Confío en ti con mi vida entera. Siempre apostaré por ti, Allison.

💚

Ronan.

La culpa que estoy sintiendo es enorme y amenaza con abrir un agujero en mi pecho. El dolor en sus ojos verdes me hizo pedazos. ¿En qué estaba pensando? Las palabras fluyeron antes de que pueda detenerlas. No pensaba, pero últimamente nunca pienso. ¿Qué mierda está mal conmigo? ¿Por qué no estoy buscando a mi chica y me arrodillo por su perdón? Le fallé, la hice sentir como un estorbo.

—Falta veinte días para tu cumpleaños —comenta mamá —. Tendrás veinte, ya eres un adulto.

Ambos permanecemos sentados en el hermoso jardín de la Fortaleza. Nunca podré pagarle lo suficiente a esta familia por las cosas que han hecho por mí. Me dieron un hogar cuando mi vida corría peligro y ahora a mamá. También están pagando sus tratamientos.

—Nunca ha sido una fecha importante para mí —Le recuerdo —. Tú más que nadie lo sabes, mamá.

El quince de agosto es un día como cualquier otro. La mayor parte de mi vida estuve ignorándolo. No lo celebraba con amigos, ni familiares. Solo con un pastel hecho por mamá e insultos de Demetrio. Algunas veces recibía visitas de fantasmas que se burlaban de mi soledad.

—Lo sé muy bien, pero será una celebración diferente —Mamá me guiña un ojo —. Tienes a tu novia para hacerlo mucho mejor.

No respondo. Quiero lanzarme desde un precipicio por actuar como un completo bastardo.

—¿Pasa algo? —inquiere mi madre segundos después.

—Lo arruiné con Allison.

Mamá se ríe y me toca el hombro.

—Permíteme adivinar —masculla con humor —. Dijiste algo que la hirió y está muy enojada.

Miro al pequeño Aden que se encuentra a poca distancia. Lanza el balón mientras el lobo negro trata de alcanzarlo. Escuché a Arianne decir esta mañana que no enviará a su hijo a la escuela con sus primos. Fue la mejor decisión, Mary no se dará por vencida.

—Sí —admito —. Quería hacerle entender que tengo razón y no es bueno estar juntos. Ella pretendía que la toque a pesar de mi don.

Mamá tiembla a mi lado y libera un suspiro tembloroso.

—Debí conseguir la ayuda que necesitabas y no darte la espalda —habla en voz baja —. En mi defensa estaba sola y tu padre...

—Demetrio —La corto —. Yo no tengo padre, solo madre.

Mamá asiente con la barbilla temblorosa y me da una sonrisa orgullosa.

—Sí, él no quería saber nada de ti —Inhala —. Pretendió que nuestros padres te criaran, pero me negué a que seas como cualquier Dumont. Estabas destinado a ser diferente.

Alcanzo su mano y uno nuestros dedos.

—Quiero ser diferente, mamá.

Acaricia mi mejilla con ternura y examina mis ojos grises. No ha hecho comentarios desde que lo vio, me resulta muy raro.

—Entonces permite que te ayuden —pide ella —. Deja de creer que alejarte ayudará a solucionar el problema. Tienes que enfrentar lo que eres.

Le enseño la chispa de humo que reluce en la punta de mis dedos.

—¿Crees que será fácil? —inquiero —. Soy una amenaza que puede matar con un roce y ver las marcas en su cuerpo provocado por mí me mató lentamente. No podría soportar si algo malo le sucede —Me detengo y lamo mis labios —. Allison es lo mejor que me ha pasado en muchísimo tiempo y solo me importa su seguridad.

La sonrisa de mamá es comprensible.

—Tienes que pensar en sus sentimientos, Ronnie.

—Lo hago —refuto —. Sé que ella entiende mis motivos.

Reynard aparece para unirse en la conversación. Luce increíblemente hermosa con su traje rojo, cabello suelto y tacones altos. Ella tiene casi la misma edad de mi madre, pero se ve mucho más joven.

Su sonrisa es radiante mientras nos mira.

—Buenos días, Olenna —saluda a mamá —. Ronan.

—Hola, Reynard —digo.

Mamá se pone de pie con mi ayuda y la saluda con un cálido abrazo. Reynard le corresponde gustosa y amable. Me pone feliz que la hagan sentir como en casa.

—Tienes que darme los secretos para lucir cada día más hermosa —solicita mamá —. Tu cabello es simplemente envidiable.

Los labios de Reynard se ensanchan en una resplandeciente sonrisa.

—Nada que un buen maquillaje e inmortalidad no puedan solucionar.

Entiendo inmediatamente esa indirecta, pero no hablaré con mamá del tema. No aún. Anoche fue muy clara con su voluntad. Ella tomó su decisión y voy a respetarla. No seré un egoísta.

—Nunca me gustó el mundo sobrenatural —admite mi madre con una risa nerviosa —. Llámenme aburrida, pero prefiero descansar tranquila en mi casa sin que ningún demonio me acose. Regar plantas o leer un libro me resulta mucho más entretenido.

El espiral de tristeza regresa, provocándome un profundo malestar. Anoche no terminé de leer, pero viví sus malas experiencias a través de las letras en el diario. Mamá sufrió tanto y no importa cuánto tiempo pase. El dolor jamás desaparecerá, ni las heridas sanarán.

Ella está marcada hasta el último día de su existencia.

—Nadie puede reprocharte por sentirte así, Olenna —musita Reynard con amabilidad —. En esta casa jamás vamos a juzgarte, mucho menos reprocharte el pasado. Sé que este mundo es una lucha constante de supervivencia. Hacemos lo que podemos y consideramos correcto.

Mamá le da una mirada de puro agradecimiento.

—Gracias por permitirme estar con mi hijo —Besa las manos de Reynard y ella sonríe —. Me encargaré de agradecer cada vez que tenga oportunidad. Ustedes hicieron que la vida de mi Ronnie sea mejor.

La conversación prosigue, pero miro más allá del jardín. Veo a Allison caminando mientras sonríe con Logan. No controlo esta culpa, ni la chispa de celos que me invade. ¿A dónde van? Ella luce impresionante con el cabello suelto y vestido de suéter.

Mi parte insegura se pregunta si es ella quien me empujará más lejos esta vez. Mierda, esta historia se vuelve repetitiva. La última vez fui yo quien lo arruinó y me vi en la obligación de disculparme.

—Cómo te decía, Ronan... —Reynard me hace apartar los ojos cuando Allie sube al auto con Logan —. Esta noche sucederá algo muy importante y queremos que seas parte.

Mi corazón late tan rápido que me asusta tener un infarto. Son amigos. Los ex novios pueden ser amigos. Supéralo, Ronan. Tú la alejaste.

—Supongo que te refieres al ritual de invocación —aclaro mi garganta —. Raven mencionó algo de eso ayer.

Mamá me mira con curiosidad y Reynard asiente.

—Siempre un paso adelante —ríe la pelirroja —. Mis hijos están ocupados en la secundaria, pero prepararemos todo cuando regresen. Creemos que será más fácil gracias a tus dones, eres un experto leyendo a cualquier habitante de esta tierra. Sabremos si la difunta miente o no.

Mamá tose con brusquedad y doy golpecitos ligeros a su espalda.

—¿Difunta?

—Sí, pero mi hija afirmó que es inofensiva —prosigue Reynard —. ¿Quieres unirte?

Pretendía tomarme un descanso de dramas turbios después de haber visto el pasado de Georgie y leer el diario de mamá, pero aceptaré. Es una forma de relajarme y olvidar a Allison. Invocar a un espíritu suena interesante, una experiencia única que quizás no volverá a repetirse.

—Claro, me uniré con mucho gusto.

—Perfecto —Reynard aplaude —. Roguemos a los dioses que nada salga mal.

💚

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