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Capítulo 35 ✴

Roy.

La vi en sueños más de lo que puedo imaginar.

La escuché llorar mientras me perdía en mis pensamientos. Sentí su angustia, su miedo y su dolor. Todas esas emociones a pesar de que nos separa millones de distancia.

Vi a Sadie cada vez que cerré los ojos.

Las imágenes me mostraron a ella vomitando, su cuerpo débil mientras intentaba comprender qué sucedía. Un ser está creciendo en su interior, alguien que lleva mi sangre. Tengo diecisiete años y probablemente me convertiré en padre.

Niego con la cabeza y paso mis dedos por las cuerdas de mi guitarra. Me considero uno de los chicos más listos, soy sabio, he tomado buenas decisiones a lo largo de mi vida. ¿Por qué la protección fue olvidada? Ahora Sadie carga una responsabilidad en su cuerpo y no está lista.

Hablamos hace horas, le dejé claro que ella puede abortar si así lo desea, pero todavía no está segura. Voy a acompañarla en cualquier decisión, también fue mi culpa y asumiré las consecuencias. No seré un imbécil como su ex. Estaré a su lado en todos los procesos de embarazo si decide continuar. Jamás se sentirá sola. Ella no es mi compañera, pero eso no será un problema en el futuro. Nada me detendrá de seguir queriéndola como lo hago.

Sadie se convirtió en una persona muy importante en mi vida.

—La conexión de mellizos está diciéndome que te sientes terrible —La voz dócil de Raven en la puerta detiene mis movimientos con la guitarra —. Siempre creí que tú eras más listo que yo, pero veo que me equivoqué.

Dejo la guitarra sobre la cama y espero que ella cierre la puerta antes de empezar a hablar. Apareció en el momento que más la necesitaba, Raven siempre tan oportuna.

—No todos somos perfectos como tú —digo.

Raven pone los ojos en blanco y se sienta a mi lado en la cama.

—Está bien, Roy —Me acaricia la espalda y apoya su cabeza en mi hombro —. Mamá y papá van a apoyarte. No tienes que estar asustado. Yo también te apoyaré, toda la familia lo hará.

Aprieto su mano en respuesta.

—La única que me preocupa es Sadie.

—Ella demostró ser una chica fuerte. Podrá elegir tener al futuro bebé o no, nadie va a negarle ese derecho. Es su decisión —me incita a mirarla y lo hago —. Tú serás un gran padre, Roy. Nunca dudes de tu capacidad.

Mi estómago se retuerce y mi corazón parece caer.

—¿Qué pasará cuando aparezca a quien estoy destinado?

Mi melliza me ofrece una sonrisa dulce y reconfortante.

—Te aceptará tal y como eres.

Mi corazón es constante y suave mientras cierro los ojos.

—No me siento en mis cabales, pero ayudaré con la invocación —farfullo —. Tampoco tengo ganas de asistir a clases mañana.

Raven enarca sus cejas rojas.

—La tía Melody no estará feliz contigo.

Me encojo de hombros.

—Ella entenderá que mi salud mental está primero, prefiero relajarme para la invocación. ¿Cuándo lo haremos?

La incertidumbre cruza los rasgos de Raven.

—Mañana mismo.

💚

Decido buscar a mis padres cuando al fin reúno el coraje. Los nervios me sacuden a flor de piel, me siento como el día que tenía catorce años y decidí hablarles sobre mi sexualidad. Al principio me sentí asustado y nervioso, pero mamá hizo que sea mejor. Papá solo escuchaba y observaba.

Aunque no tardó en mucho para darme su apoyo. Simplemente dijo: «Es tu vida, puedes elegir como vivirla». Y a partir de ese día todo fue maravilloso, tengo a los padres más increíbles del mundo.

Escucho la risa de mi madre cuando me asomo a la oficina de ella. Mi padre está bromeando lo cual es extraño en él. Ashton Karlsson es un hombre que muy pocas veces sonríe, únicamente lo hace cuando se encuentra con su amada esposa.

«Vamos, Roy»

Dudo un momento cuando me detengo en la puerta, pero su voz ronca termina con cualquier inseguridad. Debo hacerlo ahora. Tarde o temprano lo sabrán, quiero que escuchen la noticia de mi boca.

—Sé que estás ahí, Roy —farfulla mi padre —. Entra de una vez.

Mierda. Suspiro agotado e ingreso lentamente. Me siento como si fuera un niño de nuevo, asustado por la opinión que tengan sus padres de él. Mi miedo a decepcionarlos es inmenso.

—Voy a darles una noticia y espero que no me juzguen.

Papá me observa con las cejas fruncidas mientras mamá permanece calmada. A esa mujer nada le perturba.

—Seremos abuelos —dice ella —. Lo sabemos, Roy. Incluso mucho antes que tú.

Wow. Eso... no me lo esperaba en absoluto. No oculto mi sorpresa, mi boca se abre con asombro. Mamá suelta una suave risa y se acerca a mí.

—Oh, cariño —musita con dulzura —. No deberías estar angustiado, menos por nosotros. Jamás vamos a juzgarte. ¿Acaso lo hemos hecho alguna vez?

Agito la cabeza, emocionado por sus sinceras palabras.

—Nunca —susurro.

—Entonces no le temas a nada —añade mi padre —. Somos tu familia y siempre vamos a apoyarte. ¿Está bien?

Asiento mientras mis brazos rodean a mamá.

—Está bien.

Papá tiene una expresión que no logro descifrar. Aparta el libro de su regazo y lo deja en el escritorio. Otra vez leyendo política. Le ha puesto mucha dedicación al tema desde hace años. Sabía que sería el próximo alcalde del pueblo.

—Tienes solo diecisiete años y no me agrada la idea —admite —. Pero nada de lo que diga hará que cambies de opinión. Tampoco permitiré que abandones a esa chica.

Me toco el pecho, ofendido.

—¿Crees que sería capaz de darle la espalda a Sadie?

Papá comparte una mirada con mamá.

—Ella no es tu compañera, estarás enfocado en alguien más cuando decida aparecer.

Hago una mueca.

—Eso no nos impedirá criar juntos al bebé si ella elige tenerlo —murmuro —. Muchos padres hacen un excelente trabajo a pesar de que no están juntos. Sadie y yo no seremos la excepción.

Mamá me da palmaditas en el hombro.

—Sé que así será —susurra —. Confiamos plenamente en ti.

💚

Melissa.

Deseé que estas maravillosas vacaciones duren para siempre, pero no todo es eterno lamentablemente. Volvieron las clases aburridas, tareas interminables y compañeros estúpidos que solo piensan en fiestas.

Debería unirme al resto de mi familia para buscar a Mila. Me resulta mucho más interesante enfrentar a demonios o fantasmas. En cambio, debo soportar las ridículas clases de filosofía que no me servirán de nada. Amo leer, pero maldito sea Platón y su estúpida República.

Raven tampoco es feliz con la idea de volver a clases. La única entusiasmada es Ellie, pero es normal. Ella disfruta cada etapa de su vida. Uhg. Siempre actúa tan feliz que me enferma.

Media hora después, estoy vestida con jeans negros ajustados, un top blanco escotado y botines. Mi cabello es liso hasta la espalda y mi maquillaje es perfecto. Bastante bien, sin dudas. Recojo mi mochila de la cama cuando mi celular suena. Le echo un vistazo y sonrío al ver que se trata de Tristan. Es temprano, pero ya me extraña.

"¿Podemos vernos cuando terminen las clases? Necesito decirte algo muy importante"

Probablemente quiere hablarme sobre el viaje que planea con su familia. ¿Por qué me asusta tanto lo que dirá? Tuvimos citas interminables desde que volvimos a retomar nuestra relación, el sexo es increíble, nos amamos. ¿Y la química? Una de las mejores que viví alguna vez con un chico.

Tristan no tiene comparación.

"Claro, te veo después" —contesto.

Me duele el pecho por culpa de la tristeza. Sabía que era un error intentarlo de nuevo, pero luchar contra el corazón es una batalla perdida.

—¡Melissa! —chilla Ellie —. ¡Se está haciendo tarde!

Guardo el móvil en el bolsillo de mi chaqueta de cuero, arrojo la mochila sobre mi hombro y camino fuera de mi habitación. No quiero quedarme aquí y sufrir por el futuro que me espera con Tristan. Yo sabía que no duraría siempre, debo afrontar mi mala decisión.

Y también un próximo corazón roto.

Raven y Ellie están listas cuando me encuentro con ellas en la sala. Mientras la pelirroja tiene un elegante vestido rojo y con tacones, la rubia trae puesto una falda azul y escote blanco. Iremos al instituto como si fuera un desfile de modas.

Mi abuela está sonriendo ampliamente. Asa y Ava junto a ella. Ugh, olvidé que los diablitos también irán a la secundaria. Y Aden estará bajo la supervisión de sus padres. No puede estar solo.

—Nosotras iremos juntas —expone Raven —. Nuestra querida abuela llevará a los niños.

Asa y Ava ruedan los ojos al mismo tiempo.

—No somos niños —Se queja Ava.

—¿Roy no vendrá? —cuestiono.

Raven niega.

—No está bien anímicamente.

¿Qué podría afectar al gran Roy Karlsson? Él y Ellie siempre han sido la alegría de nuestra familia. Aquellos que animan cuando los días son muy estresantes.

—Tu madre ya está ahí —Mi abuela examina mi cara, probablemente juzgando mi oscuro maquillaje —. ¿No crees qué...?

Reviento el chicle en mi boca.

—No seas anticuada, abuela. Estamos en el 2036.

Ellie exclama "uhh" y Raven aparta los ojos. Mi abuela se disculpa constantemente, pero eso no le impide a hacer comentarios estúpidos cuando tiene oportunidad. ¿Qué hay de malo con mi ropa? Me gusta vestirme así, usar mucho maquillaje. ¿Cuál es el problema? Mi atuendo no define mi inteligencia o el tipo de persona que soy.

Amo a mi abuela, pero a veces hace comentarios fuera de lugar. Entiendo más que nunca a mi tía Arianne. Es inevitable no recordar esos días dónde peleaba constantemente con ella, Aria Karlsson interfería en la educación de sus nietos. Hizo lo mismo con cada nuevo integrante que nacía en la familia Karlsson.

—Eres hija de la directora —prosigue mi abuela —. Debes dar ejemplo a los demás.

Quiero decirle sus verdades, pero me calmo cuando Asa pone una mano en mi hombro.

—Se está haciendo tarde —dice mi hermano —. Adelántense, chicas.

¿Desde cuándo Asa es la voz de la razón? Soy la hermana mayor, aquella que lo consuela cuando tiene pesadillas. Han sido constantes desde su encuentro con ese monstruo. Quiero meterlo en una cajita y protegerlo.

Mi hermano lo es todo para mí.

—Tienes razón —Levanto mi barbilla y le dirijo una mirada dura a mi abuela —. Deberías reflexionar sobre tus pensamientos. Me dan vergüenza.

Ellie abre los ojos ampliamente, mi abuela aprieta los labios.

—Melissa... —advierte Raven, pero no la oigo.

Me dirijo a la salida y entro al auto de Raven.

—Te dije más de una vez que la ignores —protesta Ellie —. Siempre termina en una absurda discusión cuando respondes.

Mi molestia incrementa mientras Raven se ubica en el asiento del conductor. Yo estoy a su lado y Ellie atrás.

—Estás loca si piensas que voy a quedarme callada.

Raven arranca e inmediatamente nos saca de la Fortaleza. Nuestros padres no están aquí para despedirnos, tienen suficiente trabajo con todo lo que ha pasado con la familia de Ronan. Allie se ganó a un compañero muy... peculiar y Logan los mira de lejos.

—Es solo una anciana —dice Ellie —. Y no discutes con una anciana.

Raven sacude la cabeza con reproche.

—Es nuestra abuela.

Estiro la mano y enciendo el estéreo del auto. «Gimme More» de Britney Spears suena.

—También una metiche que debería meterse en sus propios asuntos.

—Eres imposible —protesta Ellie —. ¿Qué planean hacer hoy? Le dije a Logan que más tarde daremos un paseo por el pueblo.

Arqueo mis cejas y me volteo para observarla con los brazos cruzados. Raven suelta una carcajada.

—¿Quieres perder tu virginidad con él? —pregunto entre risas.

La cara de Ellie se torna rojo.

—Claro que no.

—¡No te atrevas a mentir! —chilla Raven —. Estuviste muy pegada a él desde que llegó y no paras de morderte el labio. Vamos, quieres que sea tu primera experiencia.

Ellie sonríe y juega con un mechón de su cabello rubio.

—¿Creen que a Allie le molestará?

Se me escapa una risa irónica mientras muevo mi hombro al ritmo de la música. Raven sigue conduciendo.

—No creo que te reclame si llega a suceder —digo —. Está muy perdida por Ronan.

No pararon de hacerlo desde que se conocieron. Él tiene su marca y ella demostró ser territorial. Ambos son muy posesivos por el rostro. Ronan quiere matar a Logan cada vez que lo mira.

—Pienso lo mismo —concuerda Raven —. Respecto a Logan, no lo utilices para tu satisfacción, Ellie. Ha sufrido mucho desde que Allison rompió su corazón y no sería justo que otra Karlsson haga lo mismo.

La sonrisa de Ellie se esfuma.

—Solo quiero tener sexo y dudo que él se enamore de mí —resopla Ellie —. No es muy complicado.

Esas palabras me suenan familiares. Esperaba lo mismo de Tristan, pero cambió el panorama. No quiero perderlo.

—Melissa no piensa lo mismo —agrega Raven como si leyera mis pensamientos.

La golpeo en el hombro y ella hace una mueca.

—Cállate —pido.

Raven observa a Ellie por medio del espejo retrovisor.

—Toma mi consejo, Ellie.

La rubia asiente con un pesado suspiro.

—Bien.

El Mini-Cooper estaciona frente al instituto dónde hay varios autos más estacionados. Raven es la primera en bajar con sus libros, después seguimos Ellie y yo. Las miradas curiosas no tardan en llegar cuando caminamos a la entrada con frentes en alto.

No se trata de egocentrismo, pero siempre hemos llamado lo atención por nuestro apellido. Cabe destacar que el instituto se llama «Karlsson High School». Mi abuelo es el alcalde y mi madre la directora. Dominamos el pueblo.

—Suerte con su primer día, chicas —sonríe Raven —. Afortunadamente este es mi último año aquí.

Caminamos juntas, haciendo de cuenta que no percibimos los murmullos y todo tipo de miradas: envidia, asombro, respeto. Ni idea. Solo quiero que este día termine rápido.

—Dichosa eres —comento, frunciendo el ceño —. Nunca entendí porque sigues viniendo. Lo sabes todo.

Raven suspira.

—No te creas.

—Yo tengo literatura —dice Ellie —. Nos vemos en... —La frase queda suspendida cuando una figura conocida aparece.

Zoe García.

Su primer enamoramiento.

Viste su uniforme de porrista y está riéndose con Trevor Sikes. El mayor imbécil de New Hope y obsesionado con el trasero pelirrojo de Raven.

—Mira quién está ahí —río.

A mis primas no le hace mucha gracia. ¿Por qué suspiran por idiotas que no valen la pena? Nunca me gustó relacionarme con humanos, la mayoría son muy frágiles.

—Es tan egocéntrica —Ellie aprieta su bolígrafo cuando nos detenemos en nuestros casilleros. Sí, están cerca el uno del otro —. Vive presumiendo su viaje a París y lo mucho que disfrutó su semana de moda. No solo eso, también se acostó con otra.

Raven pone una mano sobre su hombro como consuelo.

—Mejor olvídate de ella y piensa en Logan —sugiere.

¿Al final sí está de acuerdo con eso? Ellie guarda sus cosas en el casillero y saca un libro de William Shakespeare.

—Publicaré fotos en Instagram con mi nuevo amigo —ríe Ellie —. Él es lindo.

Ruedo los ojos.

—No lo utilices, recuérdalo —Miro a ambas —. Tengo ciencias ahora, nos vemos después.

Las dejo suspirando por sus conquistas insípidos. Tristan tiene muchos defectos, pero siempre supo tratarme. Mis sentimientos por él son tan abrumadores que una vez cometí la estupidez de pedirle a la diosa luna que seamos compañeros.

Mi nivel de ridiculez aumentó un cien por ciento. En el fondo de mi corazón sé que jamás sucederá. No estamos destinados a estar juntos.

Llego a ciencias, me sitúo en el fondo y espero pacientemente a que llegue el maestro. No entablé ninguna amistad con mis compañeros debido al grave problema que tengo con la sangre. A veces no soy capaz de controlarme y prefiero mantener las distancias.

Los humanos son mucha tentación.

—¿Melissa? —pregunta una voz amable y golpea mi brazo con su lapicero.

Miro sobre mi hombro al idiota que me tocó. No recuerdo su nombre, pero compartimos varias clases juntos. En realidad, no recuerdo el nombre de mis compañeros.

—¿Sí?

Él acomoda las gafas sobre el puente de su nariz y se sonroja. Es un chico adorable, tímido.

—Soy Isaac. Me preguntaba sí...

Lo ignoro completamente cuando un delicioso aroma invade mis sentidos. Es de especias, combinado con cítricos. La sala está llena de alumnos, pero él tiene toda mi atención. No luce como un adolescente, es un hombre adulto que supera los veinte.

¿El maestro?

—Buenos días a todos —Se presenta, acomodando un maletín sobre el escritorio —. Me llamo Austin Weston y seré el nuevo profesor de ciencias durante este trimestre.

Por la diosa luna...

Su cabello castaño grueso se ve naturalmente despeinado, como si le importara una mierda que luzca así. Sus ojos son como el whisky, probablemente toda la población de New Hope tiene sed de él. Cara compuesta por mandíbula cuadrada y labios gruesos, con tatuajes saliendo de debajo de su cuello. Su aspecto no es formal como el resto de los maestros: una simple camisa blanca arremangada hasta sus codos, pantalón y zapatos de vestir.

Me molesta el hecho de que no pueda dejar de mirarlo. Es... hermoso.

—¿Alguien quiere empezar a decirme su nombre? —inquiere —. Me gustaría conocerlos a todos, ya que pasaremos mucho tiempo juntos. Será un honor aprender con ustedes.

La silla chirria cuando me pongo de pie y levanto mi mano con confianza. La mayoría de mis compañeras se sienten intimidadas por él.

—Soy Melissa Sophia Karlsson —empiezo.

Él asiente, sus ojos dorados resplandecen.

—Es un placer conocerte, Melissa —Luego dirige su atención a mis otros compañeros como si no existiera —. ¿Quién sigue?

Tomo asiento de nuevo y aprieto el bolígrafo en mi dedo. Idiota a la vista.

—Cómo te decía... —insiste Isaac, pero no lo escucho.

Estoy muy concentrada en Austin Weston.

💚

Me encuentro con Tristan cuando termina la hora. Raven y Ellie decidieron quedarse a comer, pero yo no tengo tiempo para sus ganas de socializar. El baile de bienvenida será la próxima semana y estoy segura de que buscarán pareja.

Mis primas son más humanas que licántropos.

—Ya era hora —Escucho su voz y mi piel se pone de gallina —. Te estabas tardando y quería verte.

Recostado contra su Mustang, se encuentra Tristan Persson. Se pasa la mano por el pelo y sonríe seductoramente. Está vestido con pantalón vaquero, una camiseta azul y un par de botas. Sencillo, pero todavía se tan ve aterradoramente guapo. Sus ojos marrones me consumen mientras me mira arriba y abajo dos veces. Permanecen en mi pecho y me muerdo el labio.

Mi corazón se acelera, todavía muy consciente de lo que este chico es capaz de hacer.

—Las clases son aburridas y tardan mucho —digo, acercándome —. ¿Cómo estás? Te noté raro en el mensaje.

Su sonrisa se esfuma y sus ojos lucen pensativos.

—Me notaste raro.

—Sí —Mi pecho se oprime —. ¿Qué sucede, Tristan?

Agarra mi rostro entre sus manos antes de inclinarse y besarme. Jadeo en su boca y aprovecha la oportunidad para deslizar su lengua entre mis labios. Le devuelvo el beso sin pensar. Sus labios se sienten tan suaves y deliciosos.

—Tengo muchas cosas que decirte, pero aquí no —masculla y se aleja —. No quiero que tu madre me prohíba la entrada.

Me río.

—Ella no es así.

Abre la puerta de su auto para mí a pesar de esa tensión que lo atormenta. Ya me estoy esperando lo peor.

—¿Vamos? —pregunta.

—Vamos.

💚

Tristan estaciona su Mustang en medio del bosque. No hay ruidos molestos, solo el del viento y animales libres. Los arbustos ocultan nuestras caras así que nadie escuchará lo que debe decirme. Es algo grave, estoy preparándome psicológicamente.

—Hace tiempo te comenté sobre el viaje, ¿no? —escudriña. Su voz angustiada me deja sintiendo una fusión de emociones, principalmente confusión.

—Sí, lo recuerdo muy bien.

Tristan baja del auto, hago lo mismo y juntos nos sentamos sobre el capó.

—Mi padre está cansado de vivir en un pueblo como New Hope —expresa, nervioso —. Está al tanto del monstruo que acecha a tu familia y no quiere ser parte cuando llegue la hora de enfrentarlo. Cree que ya no es seguro estar aquí.

Trago despacio para no mostrar mi miedo.

—¿Y tú qué piensas? —pregunto, mirándolo.

Tristan mantiene sus ojos en el cielo adornado de nubes y aves disfrutando de la libertad.

—Es mi familia, debo estar con ellos en las buenas y en las malas —Sus ojos marrones se enfocan en los míos —. Él quiere lo mejor para nosotros.

¿Por qué está destrozándome? Yo haría lo mismo en su lugar sin dudar, iría al infierno por mi familia, sacrificaría mi vida si es necesario. ¿Entonces por qué espero que Tristan se quede aquí? Soy tan egoísta.

—¿Qué pasará conmigo? —Mi voz suena débil y dolida.

—Iré de viaje con mi familia a Holanda —Tristan me mira y agacha la cabeza —. Puede pasar de todo, Melissa. Creo que ahora me toca a mí decirte adiós.

Y justo así, mi corazón se quiebra en un millón de fragmentos. Sucede lo que tanto temía.

—¿Estás terminando conmigo?

Mi respiración laboriosa y las lágrimas me atrapan con la guardia baja. ¿Qué me pasa? Cuando empezamos con esta estupidez sabía cómo terminaríamos, pero decidí seguir por culpa de mi masoquismo. Cometí un grave error.

—Es lo mejor para ambos —dice Tristan con dolor —. Lo siento, Mellie.

Intenta tocarme, pero aparto su mano de golpe. Me alejo de él, necesitando recuperar mi estabilidad emocional. No voy a quedarme mientras ve como me destruye, mi corazón no soportará tanto sufrimiento.

—Está bien —murmuro —. Está bien.

—Melissa...

—No digas nada —Agarro mi mochila del asiento y lo pongo sobre mi hombro. Necesito salir de aquí, ya no quiero hacer el ridículo —. Esto nunca tuvo sentido, fue una estupidez.

Tristan retrocede porque mis palabras fueron un golpe bajo.

—Lo siento muchísimo —susurra, derrotado —. Te amo, siempre lo haré.

Las lágrimas nadan en mis ojos mientras un bulto de ácido arde en mi garganta.

—No, Tristan, no lo harás siempre —sonrío débilmente —. Adiós.

Respiro hondo, me giro y camino lejos de él. Esta vez, no me sigue, y presiento que tampoco planea hacerlo. Ambos tenemos los corazones rotos.

Odio llorar por él, odio que Tristan Persson me haga sentir algo que nunca pensé que sentiría con alguien más. Tomó mucho de mí, pero también entregué voluntariamente cosas que no podré recuperar en un largo tiempo.

Una es mi corazón y el otro mis sentimientos.

Está oficialmente terminado.

Nuestra burbuja de fantasía acaba de reventar y no hay reparación.

💚

Ronan.

Mis dedos se aferran al collar que me obsequió Mila. Ella no dudó en ayudarme cuando me conoció, depositó su fe en mí y dijo que sería capaz de hacer cosas extraordinarias. Ahora está en el infierno porque vino al lugar equivocado.

No era su obligación cuidar a mamá, ni velar por su seguridad. Lo hizo porque es noble y siempre apoya a quienes aprecia. ¿Y cómo terminó ese acto de bondad? Ahora está en un frío sótano, luchando por su vida.

Tal vez Demetrio puso sus sucias manos en ella, la tocó...

No. Me niego a creer que llegó lejos, vamos a salvarla sin importar que esté en un lugar que mata a cualquier ser vivo que ingresa. Mila no será sacrificada, yo me encargaré de eso.

Ella estará bien.

—No pueden entrar a la casa —Mamá tiembla en mis brazos —. Se sentirán atacados y se defenderán.

¿Atacados por quién? Asher se mueve hasta estar más cerca. Su ceño está fruncido mientras mira a mamá.

—Una amiga de la familia está en peligro e iremos por ella —asegura —. No la dejaremos morir. Sabemos que en esa casa suceden cosas inhumanas y vamos a frenarlo. Las masacres terminarán y su esposo recibirá el castigo que merece.

Los ojos angustiados de mamá se encuentran con los míos. No cuestiona la información que Asher conoce sobre su maldito esposo.

—No saben a qué peligro se enfrentan —musita —. Tienes que parar con esto, Ronan, aléjate de él.

El recordatorio de ese monstruo me golpea: Ira, miedo, adrenalina.

—No me voy a alejar, mamá. No después de lo que te hizo —espeto, furioso —. Sé que ese bastardo abusó de ti y Demetrio no es mi padre. El señor de las sombras lo es.

Lo dije en voz alta.

La piel de mamá pierde color, casi blanca como un fantasma. Asher y Allie no están sorprendidos, ¿pero Arianne? Totalmente conmocionada, horrorizada. No esperaba esta noticia.

Yo tampoco lo esperaba.

—¡Y con más razón deberías alejarte de él! —exclama mamá. Comienza a llorar, las lágrimas se liberan, corriendo por sus mejillas mientras mira hacia otro lado —. Toda mi vida luché para protegerte, Ronan. Intenté ocultarte tu verdadera identidad, las pastillas mantenían dormido esa oscuridad dentro de ti.

El frío se apodera de mi cuerpo con esas palabras, comenzando en la parte superior de mi cabeza y fluyendo directamente hacia mi pecho. Me hormiguean los dedos, me pica la piel, me pinchan. Tengo náuseas por la sobredosis de ira y adrenalina en mi sistema. Estos secretos que salen a la luz cada día me desesperan.

—Ronan tiene un aura hermosamente pura —dice Arianne —. ¿Cómo es posible que sea hijo de ese monstruo?

Mamá agacha la cabeza.

—También es mi hijo.

Mi ira florece un poco más. Estoy a punto de saltar de mi propia piel, demasiado ansioso para quedarme aquí sentado, esperando y escuchando respuestas. La vida de Mila está en peligro con cada segundo que avanza.

—Tú no vas a quedarte aquí ni un día más —sentencio —. No permitiré que seas una presa fácil para ese monstruo.

Allie asiente.

—Viene con nosotros, señora Dumont. Es bienvenida en la fortaleza Karlsson.

Mamá agita la cabeza, las lágrimas caen con más rapidez, su rostro lleno de angustia y desesperación. ¿Qué puedo hacer para calmar su tristeza y dolor? Me mata verla sufrir. Basta.

—Lo tomará como un ataque personal —solloza —. No va a dejarme libre jamás, estoy atada a él. Es dueño de mi vida desde que nací, le pertenezco.

Me enferma escucharla oír hablar de esta manera. Ella no es un objeto, ni propiedad de nadie. Es un ser humano, es mi madre.

—Tú no le perteneces a nadie, mamá —Mi voz es baja, tan baja que ni siquiera sé si esas palabras son pronunciadas. La rabia que fluye a través de mí hace que mi cuerpo tiemble de cólera —. No permitiré que estés aquí un día más, no afrontarás sola esta situación. Se acabó, no seas necia.

—No sabes la gravedad del asunto...

—Mi familia enfrentó a problemas que no se imagina —Habla Arianne —. Estará a salvo con nosotros y tranquila con su hijo. Por favor, permítenos ayudarla.

Mamá no sabe qué responder así que tomo su silencio como un sí. La tensión amarga cuelga en el aire.

—Podemos lidiar con esto o cualquier mal —agrega Asher con calma —. No tiene nada que temer. Hágalo por usted y Ronan. Su hijo está desesperado de protegerla.

Ella asiente con la cabeza mientras empieza a llorar de nuevo. Sabe que no tiene más remedio que aceptar. Soy jodidamente terco cuando se trata de lo que quiero.

—Ronan piensa en usted todos los días y vive asustado —dice Allie —. No tiene idea de cuánto está ayudándole. Él la quiere cerca. En la Fortaleza tendrá lo que necesita para sus tratamientos, no le faltará nada.

Las lágrimas rebosan por las mejillas de mamá.

—De acuerdo —cede.

Le doy un abrazo apretado que probablemente la está dejando sin aire. No me importa, ella necesita saber cuán importante es para mí que haya aceptado.

—Estaremos bien, mamá —murmuro —. Lo juro.

Asher marca un número en su celular.

—Llamaré a Axel para que venga por ella —informa —. Arianne y yo iremos por Mila.

Me estremezco, no permitiré que ellos entren solos a ese holocausto. Si hay alguien que conoce ese lugar más que nadie, soy yo.

—Iré —impongo.

—Yo también —Allie se cruza de brazos.

Arianne y Asher niegan al mismo tiempo.

—Es peligroso —dice Arianne.

—Viví ahí casi toda mi vida —Les recuerdo —. Allison entró varias veces y no salió herida. Además, soy un semidiós de la oscuridad. Cualquier criatura nefasta me teme.

Allison y sus padres me miran boquiabiertos, hasta mi madre está en completo shock por las palabras que abandonaron mis labios. ¿Por qué dije eso? No lo sé, no me gusta que me consideren inútil o frágil.

Quiero enfrentar a mis problemas, Mila fue secuestrada a causa de mi familia. No es justo que me mantengan al margen. Ayudaré sin importar lo que digan.

—Perfecto —refunfuña Asher —. Iremos los cuatro, pero yo estoy malditamente a cargo.

💚

Firmé todos los papeles que solicitaron los médicos de mamá. Cualquier cosa que suceda con ella es mi responsabilidad. Ellos no recomiendan que sea trasladada lejos del hospital, pero cuando Asher decidió interferir cerraron las bocas.

Empujo la silla de ruedas de mamá mientras ella tiene una expresión relajada. Su rostro ya no está demacrado como antes por el cansancio. Al contrario, se ve aliviada.

—Le gustará muchísimo estar en la Fortaleza —La anima Allison —. Mi familia va a recibirla con los brazos abiertos. Usted es una de nosotros.

Mamá le ofrece una sonrisa cariñosa.

—Eres tan adorable y dulce.

Las mejillas de Allie se ruborizan y le doy un breve beso en los labios. Mamá sonríe ampliamente mientras sus padres hablan con Axel Karlsson. Está vestido con su uniforme de policía dónde la palabra «sheriff» destaca al igual que su cabello rubio.

Él abre la puerta de la camioneta, su sonrisa se profundiza mientras mira a mamá y después a mí.

—Señora Dumont —extiende su mano y ella acepta —. Bienvenida a la familia Karlsson.

Mamá trata de arreglar su cabello como puede e incluso bate sus pestañas. ¿Es en serio?

—Muchas gracias, Sheriff.

Axel suelta una carcajada y observa a Asher.

—Es una mujer encantadora, me aseguraré de que llegue a salvo. Pueden irse tranquilos.

—Avisé a mi padre —anuncia Arianne —. Él se encontrará con nosotros en la mansión Dumont.

Axel suelta un silbido.

—Josh molesto será todo un espectáculo.

Asher golpea sin ganas el hombro de su hermano.

—Lleva a la madre de Ronan a casa y deja de perder el tiempo. Pediremos refuerzo si necesitamos.

Ayudo a mi madre a ponerse de pie mientras Allie dobla muy bien la silla para colocarla en el baúl de la camioneta. Axel me sorprende cuando la toma en brazos y ella suelta una risa divertida. Extrañé tanto ese sonido.

—Ustedes vayan a cazar demonios —espeta Axel —. La dama está a salvo.

Mamá toca el pecho de Axel.

—¿Por qué no acepté salir antes del hospital?

Sacudo la cabeza con diversión cuando siento una presencia escalofriante. Mi atención se dirige hacia la rama de un árbol dónde un cuervo de ojos rojos nos observa atentamente.

—Vamos —ordena Asher —. Mila no puede seguir esperando.

💚

Asher detiene la camioneta bruscamente frente a mi antigua casa. Es pasado mediodía, pero las nubes oscuras lo hacen sentir mucho más tarde. Todo se proyecta en sombras y hace que el vello de mis brazos se erice.

Hay un hombre esperándonos con el rostro furioso y manos en puños.

Josh.

Ari es la primera en bajar y corre a sus brazos. Josh me observa, sus ojos azules entrecerrados mientras abraza a su hija.

—¿Seguro de que ella está aquí? —cuestiona.

—Sí —contesto, la mano de Allie se aferra a la mía —. Hace veinte minutos la vi en mis visiones.

Josh contempla la imponente mansión oscura frente a nosotros. El sol se esconde, los cuervos vuelan en el aire. Noto algo diferente esta vez, las paredes y ventanas fueron rodeados por arbustos que están muertos. Las hojas secas abundan.

Sin signos de vida, ni color.

Todo es oscuridad.

Arianne levanta las manos y los portones automáticos inmediatamente se abren. Y lo que sucede a continuación me pilla desprovisto. Asher camina con furia y en menos de un segundo cambia de forma. Mi cabeza casi estalla de la emoción cuando veo a un impresionante lobo negro y brillantes ojos avellanas.

Su enorme nariz inhala el aire, buscando alguna amenaza.

—Mi padre es más fuerte en su forma lobuna —explica Allison con una sonrisa —. Puede percibir el peligro mucho más rápido y destrozar a cualquier amenaza en segundos.

No quito mi atención de Asher.

—Nunca vi algo así —digo.

Allie toca mi brazo.

—Yo cambiaré en pocos días y deberás acostumbrarte a mi forma lobuna.

Le sonrío.

—Estoy seguro de que te verás preciosa.

Asher, Arianne y Josh son los primeros en adelantarse hacia la mansión. No vacilan, son determinantes mientras avanzan. ¿Acaso no sienten miedo? Detrás de estas paredes sucedieron cosas horribles que me provoca escalofríos imaginar.

Lo primero que percibo cuando nos acercamos al porche es la sangre en el suelo. No es mucho, unas pocas gotas, pero no pertenece aquí. Espero que no sean de Mila. La otra alternativa es que hay alguien más sangrando.

—Mataré a ese violador —espeta Josh —. Lo mataré.

El gruñido de Asher nos pone en alerta, escucho pasos acelerados y después vemos a Demetrio con un arma en la mano. Sus dedos tiemblan en el gatillo.

—Tú —gruñe, mirándome. Su voz llena de una ira. Es el sonido de la rabia hirviendo a fuego lento. Su cabeza gira, sus ojos se dirigen a los míos —. Te dije que no vuelvas aquí, maldito bastardo. ¿Acaso no entendiste mis advertencias? Voy a matarte.

Las palabras mueren cuando ve a Asher en forma lobuna y casi se cae de culo. El gruñido de mi suegro hace estremecer las paredes, pero es Josh quien ataca directamente. Pelea, es fuerte y letal cuando arremete contra Demetrio y lo desarma con mucha facilidad.

—¡Eso es abuelo! —alienta Allie —. ¡Acaba con él!

El arma cae al suelo, pero no dispara. Josh le da un tirón a Demetrio en el brazo y después lo quiebra en un parpadeo. El grito que suelta el hombre que creía mi padre es tan satisfactorio. Está chillando como un niño pequeño, amenazando con ahogarse.

—¿Dónde está Mila? —exige saber Josh —. Dime o te meteré el brazo por el culo.

Demetrio lucha débilmente en el suelo, pero deja de hacerlo cuando Asher le enseña colmillos afilados. Mierda, incluso yo estoy asustado.

—¿No lo sabe él? —Demetrio se dirige a mí —. Tiene la costumbre de predecir el futuro.

Suelto la mano de Allie para acercarme y propinarle una fuerte patada en las costillas. Esto lo toma por sorpresa, más cuando agarro la parte de atrás de su cabeza, golpeando su cara contra el pavimento cerca de la puerta. Está empezando a mancharse la alfombra de bienvenida.

Qué se joda.

Allison y su familia no me detienen. Solo puedo pensar en lo que pasamos mamá y yo todos estos años a su lado. Él hizo que nuestras vidas sean un infierno.

—Mírame a los ojos y dime que no eres mi jodido padre —gruño —. ¡Dímelo!

Él suelta una carcajada, sus dientes blancos están manchados de sangre. Pretende escupirme en la cara, pero una fuerza invisible lo empuja lejos de mí e impacta contra la pared de la mansión. Miro a Allison quien se encoge de hombros con una risita.

Esa es mi chica.

Ingresamos a la sala mientras Demetrio trata de recuperarse. No logra moverse muy rápido ya que lo atrapo de nuevo y golpeo mi puño en su estómago. Se encoge en el suelo mientras Asher olisquea el aire. Sus gruñidos son potentes cuando se dirige hacia dónde se encuentra el sótano. Josh lo sigue sin dudar.

Está oliendo a Mila.

—Dime que no eres mi padre —repito.

Demetrio gime.

—Ya sabes la respuesta, mocoso estúpido —escupe —. No eres mi hijo y no sabes cuan agradecido estoy. Eres una basura que crié para mi desgracia, te di el apellido que no merecías. Nunca serás un Dumont.

Una risa aguda se me escapa, el amuleto en mi cuello empieza a brillar con intensidad. Mis poderes se acercan.

—Lo soy, y también un dios —sonrío —. Deberías temerme, Demetrio.

Alcanzo su brazo derecho, ejerciendo una fuerza que no creía posible tener. La capa de humo flota a mi alrededor, mis dedos sienten su carne y su hueso mientras destruyo como un virus defectuoso esa parte de su cuerpo.

Demetrio grita tanto que me podría dejar sordo, pero no me detengo. No hasta que Allie me aparta de él y miro el desastre que acabo de hacer.

Su brazo.

—Oh, dioses... —dice Allie y su madre al mismo tiempo.

El brazo de Demetrio está chamuscado, completamente arruinado mientras una mancha oscura decora su piel. Trata de ahogar sus gritos, callando su mayoría, pero unas cuantas lágrimas caen por sus mejillas. Tendrá que amputar ese brazo, no tiene cura.

¿Y yo? No siento ni la más mínima culpa. El sentimiento que prevalece es el triunfo, disfruté usar mis poderes. El humo flota a mi alrededor, inundando la sala de oscuridad. Asher y Josh fueron en busca de Mila, pero Allie y su madre no dejan de mirarme.

—¿Ronan? —pregunta Allie con cautela.

Observo la palma de mi mano dónde el humo flota. Ari se cubre la boca, incrédula por la situación. Destruí el brazo de Demetrio, ahora luce como si hubiera recibido la mordida de un zombi.

Es carne chamuscada.

—No puedo creerlo —jadea Allie.

Carraspeo, ignorando a Demetrio que es solo mierda bajo mis zapatos. Arianne no puede dejar de mirarme, está sin palabras. Podría jurar que asustada también.

—¿Qué? Ya me has visto anoche.

Allie niega.

—Lo sé, pero son tus ojos lo que llaman mi atención —musita, impactada —. Ahora son grises.

💚

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