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Capítulo 27 ✴

Ronan.

Mi vida nunca fue perfecta, pero antes tenía algo que nadie podía quitarme.

La soledad, el espacio anhelado.

Fui cruel al elegir este día sobre cualquier otro para alejarme, pero no puedo lidiar ni con mis propios pensamientos. Me gusta aislarme cuando mi presión es demasiada. Me gusta no dar explicaciones, ni disculparme por mis actitudes. Me gusta tener mi espacio para esconderme cuando la máscara que traigo puesta se resbala. Hoy no quiero fingir que soy fuerte delante de ella.

Mi esquema cambió por completo desde el primer día que nuestros ojos se cruzaron. Estaba aterrado de no ser lo que ella esperaba. Allison es como una estrella inalcanzable, resplandeciendo en un cielo que jamás podría tocar.

Y anoche mis estúpidas inseguridades lo comprobaron.

Me cegué por la idea de que era feliz con Logan y lo quería. El lazo fue impuesto ante nosotros, ella me aceptó porque no tuvo opciones. Oh, también porque le ayudaré con su maldición de alguna manera. Esta inquietud me carcome, sobre todo, ahora que él está a un paso de regresar. Tiene información importante que dar y no olvidó a Allison. Yo tampoco podría.

Ella es maravillosa.

Hoy quiero un respiro del lazo, lejos de todo lo que ella me hace sentir. Cuando estamos cerca, apenas puedo pensar. Tenemos una dependencia hacia el otro que me asusta.

Ella me asusta.

Puede lastimarme con una simple mentira como lo hizo anoche. Y entiendo sus razones. Soy un idiota inseguro después de todo. Allie solo quería evitarme malos ratos, pero tuvo el efecto contrario. Rompió nuestro acuerdo.

Sin mentiras ni omisiones.

Anoche dormimos abrazados, pero mi molestia no se disipó. Hoy desperté con el pensamiento de cómo sería nuestra relación si no estuviera un lazo en medio de nosotros. ¿Se fijaría en mí? ¿Me daría una oportunidad? ¿Me querría con la misma intensidad como lo hizo con Logan?

Más inseguridades despiertan y lo odio. No tengo tiempo para esto, no cuando mi madre está muriéndose lentamente en una cama. Georgie sigue suelta y mi padre es una basura. Estoy agotado... harto.

Respira, Ronan.

Mi único objetivo esta mañana es encontrar más pistas en la biblioteca. Razones por la cual no rechacé la oferta de Raven. Ella tiene mucha experiencia como médium y podrá ayudarme.

Roy decide unirse sin ninguna vacilación.

—Entonces tu madre dijo que hay algo en tu libro favorito —Roy se pone las gafas de sol —. Me gusta explorar y descubrir secretos. Estoy muy intrigado.

La curiosidad está a punto de matarme como al gato. ¿Qué sorpresas encontraré?

—Somos dos —respondo.

—Manos a la obra —masculla y entra al auto.

Antes de hacer lo mismo, noto su presencia en la ventana. Un duro silencio cae mientras nos miramos fijamente. Su largo cabello oscuro está desatado y enredado alrededor de sus hombros. Mi camiseta apenas cubre su cuerpo, sus ojos verdes me absorben hacia las profundidades. Tengo ganas de escalar esa ventana, ir hasta ella y hablar como adultos.

Pero esta necesidad de escapar hoy detiene cualquier movimiento.

Unas espantosas espinas bailan por mi espina dorsal cuando veo la tristeza en su mirada. Ella quiere estar conmigo este día, pero no le permito. La culpa que siento desde anoche cuando tuvimos esa discusión aplasta mi pecho. Aclaro la garganta, haciendo todo lo posible para deshacerme de ella.

—¿Ronan? —La voz de Raven me hace quitar los ojos de Allie —. Tenemos que irnos.

No vuelvo a mirarla cuando entro al auto y la puerta se cierra. Raven arranca su Mini-Cooper, alejándonos de la Fortaleza Karlsson. El remordimiento pronto llega cuando el dolor en mi pecho incrementa.

Siento la culpa, tristeza.

No pienses en ella.

Y justo así, mi mente se cierra completamente. Solo oigo el sonido de mis propios pensamientos. La paz me inunda al igual que el alivio. Me hará bien tener un respiro de todo lo que significa Allison Karlsson.

—¿Problemas en el paraíso? —pregunta Roy, curioso —. Pude sentir esa tensión incómoda entre Allison y tú. Mi prima estaba a punto de llorar.

Mierda, somos tan obvios.

—Prefiero no hablar sobre ella —murmuro —. Hoy no.

Los mellizos se observan entre sí.

—Oh, wow —continúa Roy —. Es peor de lo que imaginé. Agradece que tu habitación sea insonora. De lo contrario, toda la familia estaría al tanto de sus problemas.

Me genera vergüenza y conflicto imaginar esa incómoda situación. Bendita sea Mila y sus hechizos. Prefiero esconder mi cabeza en un inodoro antes que enfrentar a los Karlsson después de una discusión con Allison. Peor aún, después de tener relaciones.

—Roy —interviene Raven —. Cierra la boca. ¿Bien?

El pelirrojo suspira y pone uno de sus pies sobre el tablero del auto. Raven agita la cabeza en desaprobación.

—De acuerdo, dejaré el tema —Roy me mira a través del espejo retrovisor —. ¿Por qué te gusta tanto Peter Pan?

La emoción revive en mi corazón y sonrío al recordar las horas de sueño que perdí. Leía durante horas ese libro. Fue mi infancia y mejor entretenimiento. Soñaba con viajar al País de Nunca Jamás como todo niño. Ahí no sería juzgado, tampoco soportaría a los monstruos que me afligían.

Disfrutaría mi infancia, tendría miles de aventuras.

—Una parte de mí se sentía identificado con él —admito.

—¿Peter Pan? —cuestiona Raven, sin quitar sus manos del volante.

—Sí —contesto —. Cuando algunas voces eran muy constantes en el sótano de mi casa, soñaba ser el guía que los acompañaba a encontrar el camino que perdieron.

El silencio es denso.

—Hay muchas almas retenidas en el sótano por los cientos de sacrificio —Raven frunce el ceño —. Ellos están perdidos en este mundo como Georgie.

Toco el ojo de tigre en mi cuello.

—Sí, yo quería ayudarlos, pero dejé de escucharlos cuando asistí a mis terapias. Me convencieron de que eran imaginaciones mías.

Roy baja los pies del tablero y se vuelve hacia mí.

—Tu mente es como un lienzo en blanco —concluye Roy —. Tenemos que rellenarlo de nuevo y desbloquear tus verdaderas habilidades.

Señalo el amuleto que me regaló Mila.

—Anoche pude usar parte de mi don —Mi cara se enrojece mientras recuerdo la escena de celos más ridícula que le armé a Allie —. Adiviné cosas sobre Allison que ella nunca mencionó.

Se dibuja una sonrisa maliciosa en el rostro de Roy.

—Eso fue parte del drama, ¿eh? Me imagino que Allie no puede ocultarte secretos.

Raven lo golpea en el hombro.

—¡Roy! —espeta ella.

Esta distancia que yo mismo he creado está empezando a dolerme poco a poco. Nunca hablé de mis problemas con nadie. Solo huía a mi habitación cuando mi madre lanzaba sus sermones. Mis terapeutas lograron que platique gracias a las medicinas.

Siempre he sido una piedra.

—Le dije a Allison que no estarás solo —informa Raven —. Ella pasará el día con su familia y se ocupará de sí misma. No hay nada de qué preocuparse. Más tarde pueden hablar como dos adultos.

Mis hombros caen en un suspiro.

—¿Podemos dejarlo, por favor? —ruego —. Esto es entre Allison y yo.

Raven asiente y Roy silva mientras enciende la música.

—Tu humor es asqueroso, amigo —dice el pelirrojo.

—No te imaginas.

—Espero que seamos suficiente para defenderte de la niña malvada —Raven tiembla un segundo —. Imploremos que ese collar sea un gran escudo.

Ignoré ese enorme detalle. ¿Georgie aprovechará esta gran oportunidad para volver a atacarme? ¿Notará que Allie no podrá defenderme? Por favor, ojalá se tome unas largas vacaciones. Fastidiar a la misma persona todos los días debe ser muy aburrido.

—Mejor no la menciones —digo —. Y confiemos que mi regalo ayude con la protección. Es chocante depender de Allison en ese aspecto. No es mi guardaespaldas.

—A ella no le molesta ayudarte —farfulla Roy.

Observo desde la ventana y veo los árboles pasar. Estamos a una sola cuadra de la biblioteca. Después visitaré a mamá antes de que termine el día. Necesito abrazarla.

—Lo sé, pero no es justo. No estará pegada a mí toda su vida, ella también tiene otras cosas qué hacer.

Raven suelta una risotada.

—Allison adora estar pegada a ti.

Me paso la mano por el pelo.

—¿En qué quedamos?

Roy alarga el puño y me golpea en la pierna.

—Ya, hombre. Lo siento —me guiña un ojo —. Las peleas de pareja son increíbles porque después vienen las reconciliaciones.

Mi cuerpo se remueve en el asiento de atrás en un intento de ocultar el pudor.

—Oh, sí —añade Raven —. Recuerdo que papá y mamá discutían todo el tiempo, pero después desaparecían durante horas en el baño.

Roy deja salir una retumbante carcajada.

—Y cuando volvían a aparecer estaban despeinados y muy acalorados. Era muy obvio lo que hacían en el baño.

Raven quita las manos del volante brevemente.

—Cosas sucias —dice ella —. Cosas muy sucias.

Hago una mueca.

—¿Podemos concentrarnos en lo importante aquí? —sugiero.

Roy no lo deja pasar.

—Aquí me tienes si necesitas algún consejo sobre las chicas—masculla —. Las conozco muy bien.

Mis ojos se cierran con fuerza.

—Allison es... especial.

—Allison entiende que debes hacer esto sin ella —Raven frena el auto —. No es el fin del mundo si están un día separados.

Y entonces baja del Mini-Cooper, sin esperar ninguna respuesta. Comparto una mirada curiosa con Roy.

—Ha tenido pesadillas nuevamente —expone, preocupado —. Vio a una chica en el sótano de tu casa y no puede quitarla de su cabeza.

Un hormigueante escalofrío se dispara por mi piel.

—¿Le pidió ayuda?

Roy asiente.

—Sí, pero la víctima no dijo mucho aún. El plan es invocar su espíritu para saber qué quiere realmente de Raven. Podrá informarnos que hay en tu sótano sin necesidad de ir a tu casa. Lo correcto es no arriesgarnos.

Carajo, aún debo sacar algo de mi habitación.

—¿Quién puede asegurarles que ese espíritu no es malo? —cuestiono.

—Vamos a arriesgarnos. Raven cree en ella.

La puerta se abre y Raven nos evalúa con una mirada dura.

—¿Pueden venir de una vez por todas?

Roy se burla de su hermana.

—No eres el único con humor de mierda hoy, Ronan.

—Ya me di cuenta.

Acto seguido, bajamos del auto y Raven activa la alarma. Son las nueve de la mañana y la biblioteca está abierta. Veo a Debby en el mostrador, entretenida con un libro que tiene una portada erótica.

—¿Hola? —Toco el timbre y la hace sobresaltar —. Nos gustaría pasar, por favor.

Debby cierra el libro, le da un sorbo a su café caliente y corre a abrirnos la puerta. Tendré que quitarle la llave pronto. Hay cosas importantes en este lugar, no puedo permitir que cualquiera tenga acceso a ella.

—¡Ronan! —exclama Debby, pasmada —. Te estoy viendo muy seguido. ¿Cómo estás?

Raven entra sin su autorización, seguida de Roy. Debby los observa con asombro mientras permanezco en la puerta con las manos en los bolsillos. Sí, antes era un perdedor que hablaba con fantasmas. Ahora estoy relacionado con los Karlsson.

Cosas de la vida.

—La situación de mi madre no es buena —Le explico —. Está muy enferma y no regresará a trabajar en mucho tiempo.

La compasión se filtra en sus rasgos.

—Lamento oír eso. Ella es una gran mujer.

Asiento.

—Lo más probable es que te quedes sin trabajo hasta nuevo aviso —espeto —. Prefiero hacerme cargo yo mismo de la biblioteca.

Su cara sorprendida pasa a una preocupada.

—Me encanta mi trabajo.

—Sé que sí, pero es mejor que busques otro —digo, apenado —. Buscaré un libro y después me entregarás las llaves.

Mi estómago se tambalea con la pena al ver sus ojos llenarse de lágrimas. Mierda. Ella fue desagradable conmigo, pero es inevitable no sentir lástima.

—Entiendo —balbucea y busca en su bolsillo —. ¿Estás tomando esto como una venganza?

Arrugo la nariz.

—¿Por qué me vengaría de ti?

Tiembla involuntariamente y más lágrimas caen por sus mejillas. Veo a Roy fingir darse un disparo por la incómoda situación. Sáquenme de aquí.

—Fui muy mala contigo antes.

—Esto no es nada personal, Debby —aclaro —. Y perdona que sea un idiota, pero no eres importante. Hace muchísimo tiempo dejaste de serlo.

Ella hace una mueca y se toca el pecho.

—Auch.

—Las llaves —insisto, extendiendo mi mano —. Mejor dámelos ahora.

Rebusca en su bolsillo y me lo entrega.

—¿Vas a llamarme si me necesitas de nuevo en el puesto? Mi número está anotado en la agenda.

Esbozo una sonrisa forzosa.

—Claro.

Debby vuelve al mostrador para agarrar su chaqueta de lana. Los mellizos nos observan en todo momento.

—Tengan un buen día, chicos —Se despide Debby, luego me mira —. Fui cruel contigo y no sabes cuánto lo lamento. Lo siento mucho, Ronan. Ya no soy esa persona, he cambiado.

—Olvídalo, quedó en el pasado —digo.

Agacha la cabeza.

—Pero nunca lo olvidaré —Sorbe por la nariz —. Me alegra ver que tienes amigos y una hermosa novia. Enhorabuena por ti, Ronan.

Lo está diciendo de manera sincera, pero ya no quiero hablar con ella.

—Gracias —mi respuesta es corta y breve.

Debby sale de la biblioteca.

—Buena suerte —sonríe antes de irse.

Cierro la puerta y me reúno con los mellizos. Roy parece muy aburrido mientras examina los títulos de varios libros en la estantería. Este lugar fue mi paraíso cuando era solo un niño, emocionado por las aventuras que describían cada página.

Mi primera lectura fue los tres cerditos y varios clásicos más. Perderme en el mundo ficticio era mejor que vivir la apestosa realidad.

—Nunca te vi en la secundaria —comenta Roy —. Si supiera antes de tu existencia, hubiera pateado el culo de cualquier bravucón.

Observo la tapa del libro que leía Debby. "Cincuenta sombras de Grey" un clásico que incluso mi mamá amó.

—No tuve clases en el mismo sitio que ustedes —me encojo de hombros —. Fui a la peor secundaria pública de New Hope.

Raven aclara su garganta.

—Te había visto en mis sueños, pero mamá no permitió que me acerque. Ella prefiere que todo siga su curso.

—Entiendo —murmuro —. Ya terminé esa etapa de mi vida y hoy soy feliz por haberlos conocido.

Roy palmea mi hombro.

—Nadie volverá a molestarte jamás, Ronan. Y si alguien se atreve, tú mismo los mandarás al demonio. Estás entrenando muy duro.

Plasmo una sonrisa en mis labios. Con mi madre enferma tuve que pausar mis entrenamientos, pero pienso retomarlo muy pronto. Seré letal con cualquier bastardo que intente herirme de nuevo. Ya sea física o verbalmente.

—Lo sé. Busquemos ese bendito libro —mascullo.

Camino por el pasillo que he visitado a diario. Es hermoso. Los viejos libros de cuero están muy gastados. Hay estanterías alineadas en las paredes. ¿Mamá leyó todos estos libros? Recuerdo que nos sentábamos juntos en el sillón instalado en una esquina. Puse mi cabeza sobre su regazo mientras ella me leía y acariciaba mi cabello.

Oh, mamá. Te echaré tanto de menos si te vas.

Me muevo hacia un estante y toco el lugar dónde siempre se encuentra ubicado mi libro favorito.

Peter Pan.

Es una vieja edición de tapa dura.

—Hola, recuerdos —sonrío.

Raven se acerca y le echa un vistazo al libro.

—Es precioso. Mi libro infantil favorito siempre será Hansel y Gretel —dice con nostalgia —. Me encantaba leer esa unión de hermanos. Yo también haría lo imposible por Roy o Ava.

Acaricio el contorno del libro.

—A mí me asustó parte de la trama. Sobre todo, cuando aparece la bruja —comento —. Gretel fue muy valiente cuando decidió meterla en el horno para salvar a su hermano.

Roy se une a nosotros.

—Cada vez que lo leíamos juntos imaginábamos que éramos los protagonistas —sonríe él.

Sin dejar de reír, abro el libro de Peter Pan para ver el contenido. Tan pronto como toco una página, siento la oscuridad vibrar, dejando un hormigueo en mis músculos.

—¿Qué pasa? —pregunta Roy.

—Aquí hay respuestas a varias preguntas.

Continúo hojeando hasta que veo un enorme cuadrado hecho entre las páginas. Hay un diario polvoriento y con cinta de seda alrededor.

Los mellizos se tensan.

—¿Qué demonios es eso? —inquiere Roy.

Quito el diario del interior y le entrego el libro. Desenredo rápidamente la cinta antes de indagar en la primera página.

Hay varias notas escritas por mi madre.

Es su letra.

—Dioses... —jadea Raven.

Tomo una respiración profunda y leo la llamativa línea en cursiva

Cuando un Dumont viene al mundo, está condenado...

Todo empezó cuando solo tenía diez años. Mi tía Ophelia y su esposo asistieron a una cena que organizaron mis padres. Esa noche estaba muy nerviosa. Recuerdo que cambié mi atuendo más de cinco veces. Quería verme presentable, interesante y hermosa.

Iba a conocer a mi prometido.

Mi primo Demetrio Dumont.

Me sentía inmensamente feliz porque por fin sería otorgado mi regalo. Conocería el amor y sería amada hasta el resto de mi existencia. Creía plenamente y devotamente que me esperaba una hermosa vida al lado de él.

Me equivoqué.

Demetrio nunca me vio como a una mujer, solo como su prima con quien compartió gran parte de su infancia y adolescencia. No me amaba de la misma forma que yo lo hacía. Antes de nuestro matrimonio en la ciudad de New York; era un hombre amable, dedicado y cariñoso. Pensé que era el hombre perfecto, creí que sería el mejor esposo.

Me equivoqué por segunda vez respecto a él.

¿Qué más podía esperar? Lo estaban forzando a casarse con su prima. Teníamos la misma sangre. Nuestro ADN era sucio, repugnante. Al principio lo veía como algo normal y maravilloso. Pronto cambié de opinión cuando comprendí la cruda realidad.

La unión entre familia era obligatoria.

Así lo quería nuestro gran señor.

El gran dios que todos los Dumont's amábamos.

Él. Solo él.

Es el padre del mal.

El dios del vacío y la soledad.

Es la divinidad que hizo nacer la oscuridad.

Es el representante de las blasfemias en el mundo.

Él consume la oscuridad.

Es el dios de las penumbras.

Al unir nuestras sangres, portábamos un grandioso mal que lo volvía insaciable.

Mi primo Peter fue el primer caso. Era un monstruo con trastornos de personalidad.

Mi hermano Hale es un psicópata adicto a la sangre.

Mi esposo Demetrio hambriento por la lujuria, capaz de lo más bajo para acceder a ella.

¿Qué hay de mí?

Estoy condenada a servir, llevar almas a las zonas de sacrificios para alimentarlo. Es mi deber principal como súbdita de mi señor. Nunca habrá marcha atrás. Lo intenté una vez y tuve terribles consecuencias.

Me ataron a la mesa dónde terminaron todas sus víctimas. Fui torturada, deshonrada y...

El pequeño diario cae al suelo. Intensas vibraciones sacuden mi brazo, mi cuello y luego se estrellan en mi cabeza. Imágenes destellan en mi mente como si una presentación de diapositivas estuviese reproduciéndose.

Más imágenes aparecen.

Veo a una mujer siendo arrastrada a una oscura habitación por un hombre.

Son mis padres.

Los ojos de mamá están hinchados mientras llora y suplica que la dejen ir. Su cabello castaño está cubierto de barro. Moretones cubren cada centímetro de su esquelético brazo. Se ve asustada, indefensa y rota.

—¡Por favor, no! —suplica —. ¡No me dejes con él, Demetrio!

Mi padre por el contrario no siente ni una pizca de compasión cuando endurece su agarre en ella. ¿Cómo alguien puede ser tan cruel y sin corazón? ¡Estaba lastimando a su propia esposa!

—Él ordena que lo haga —dijo papá sin pesar —. Rompiste las reglas, Olenna.

Veo como la tira dentro de un calabozo y agacha la cabeza en pura sumisión. Mamá gritó más fuerte y trató de huir, pero una fuerza mucho más poderosa la detuvo.

—Tibi defuit —susurró la entidad.

Papá asintió antes de abandonar el calabozo y cerrar la puerta. Lo último que escucho son los gritos agónicos de mi madre.

Una ola de terror me ataca y me derrumbo sobre un mueble, tratando de poner la mayor distancia posible con el diario de mi madre. Lo peor es que hay más anécdotas y los recuerdos están luchando para herirme.

Mi respiración es rápida y fuerte mientras intento en vano llenar mis pulmones de aire. Parece que por mucho que inhale, no puedo conseguir suficiente oxígeno. Los mellizos están pasmados. Me observan como si fuera un animal asustado. Yo trato de entender las complejidades de mi situación.

Mamá siempre fue una víctima de mi padre y el señor de las sombras. Hizo cosas que no quería. ¿Por qué?

—¿Ronan?

Mis respiraciones superficiales se hacen eco en el espacio repleto de libros. Quiero quemar ese diario, no la tocaré otra vez. Esos recuerdos en mi cabeza hirieron lo más profundo de mi corazón.

—H-ay más... —tartamudeo —. Mucho más.

Roy recoge el diario y lo examina. Sus ojos azules al principio están normales, pero luego se abren ampliamente. Primero veo la conmoción, el horror...

—Podemos terminar de leerlo por ti.

Niego con la cabeza.

—No. Mamá quiere que lo haga solo yo.

Raven alisa su cabello rojo.

—Todavía no leíste ni la mitad. ¿Cómo te pondrás cuando termines el resto?

Me levanto con mucha dificultad y trato de contener el palpitante dolor que siento en la sien. Descubrí secretos familiares, pero también que viajar en recuerdos del pasado es asfixiante. Mi don hace que sienta todo ese sufrimiento y miedo.

Duele recordarlo.

—Es algo que debo hacerlo yo mismo —recojo el diario de las manos de Roy sin mirar ni una palabra —. Voy a procesarlo por mi cuenta.

Los ojos azules de Raven se oscurecen.

—Esto es muy malo, Ronan.

—Jodidamente malo —corrijo —. Malísimo.

Roy toma un viejo libro de la estantería y me sopla con él. Si quería traerme aire, acaba de cometer un error. Solo está lanzándome polvo en la cara.

—¿Entonces qué diablos harás con tanta información? —cuestiona él.

Aparto el libro polvoriento de mi cara.

—Leerlo por mi cuenta —contesto desde el suelo —. Aún me esperan casi cien páginas.

Raven no comenta nada, no hace ni un movimiento.

—¿Y ahora qué?

—Cerraremos la biblioteca e iremos al hospital.

Ubico el libro de Peter Pan en su lugar y guardo el pequeño diario en mi bolsillo. Quiero compartir la información que queda solo con ella. Será una forma de estar juntos en un momento tan importante como quería.

💚

El camino al hospital estuvo silencioso y lleno de tensión. Puse un aviso en la puerta de la biblioteca que estará cerrado durante una temporada. Mamá no está en condiciones de trabajar, mucho menos yo. Es un milagro que Georgie no haya aparecido. ¿Entonces el amuleto tiene efecto?

Josh y Mila nos reciben con abrazos afectuosos al vernos llegar. No conozco muy bien a estas personas, pero hicieron demasiado por mí. Más que mi desgraciado padre.

Tengo una conversación con el médico en su oficina antes de ver a mamá. Es difícil afrontar esta situación, pero no me queda más opciones que ir aceptándolo. A menos que existiera otra alternativa...

—Las quimioterapias serán duras —explica el médico —. Los vómitos van a detenerse y perderá parte del cabello. Considero necesario avanzar con el trasplante de células lo antes posible, pero necesitamos saber si tu madre estará de acuerdo, Ronan.

La perturbación que provoca sus palabras me hace temblar, pero hago todo lo posible para mantener la calma, aunque cueste. Aun sigo alterado por los descubrimientos que encontré en esa biblioteca.

—¿Por qué se negaría?

El médico se limpia el sudor de la frente.

—Hay muchos pacientes que se niegan al tratamiento cuando la enfermedad está muy avanzada. Esperemos que tu madre sea un caso diferente. No debe perder las esperanzas.

Mis cuerdas vocales no funcionan ante esa posibilidad. Conozco a mi madre y la creo muy capaz de negarse.

—Yo me encargaré de que así sea. ¿Cuándo empezará las quimioterapias? ¿Es posible que la saque de aquí pronto?

El doctor observa su agenda.

—Lo adecuado sería empezar las terapias mañana mismo. Yo recomiendo que ella permanezca internada aquí para que estemos atentos a sus pronósticos.

A mamá no le gustará quedarse aquí, pero prefiero eso antes que regrese a esa casa con mi padre. Ese sitio no es nada seguro.

—¿Puedo verla?

Asiente.

—Por supuesto.

Le doy las gracias y me retiro de su oficina. Mila y los demás están en la sala de espera, expectantes. Me siento culpable porque permanecieron toda la noche aquí, sin importar que no sea sus obligaciones.

—Mañana mismo empezarán con las terapias —informo —. Recomendaron que siga aquí por su bienestar.

Raven me toca el hombro.

—Podemos turnarnos para cuidarla, no tendrás que hacerlo solo —ofrece.

—Gracias.

—De nada, Ronnie.

Miro a Mila con vergüenza. Su cabello despeinado me hace sentir más culpable. Es obvio que durmió en uno de los sillones.

—Estoy muy agradecido de que te quedaras con ella, pero deberías irte a descansar —Le sonrío —. Yo me quedaré esta noche.

La bruja levanta una de sus cejas.

—Puedo estar bien en un chasquido gracias a mi magia —Se encoge de hombros —. No te preocupes por mí.

—Ya fuimos en la madrugada a uno de los hoteles dónde nos hospedamos —agrega Josh —. Lo mejor será quedarnos a hacer guardia.

¿Estos dos tienen algo? Evidentemente.

—Tu madre tiene un tipo de energía que me parece muy curioso —añade Mila —. No leo auras como Reynard, pero las siento cuando son muy negativas.

Un hormigueo me recorre la espalda mientras pienso en las cosas que leí en su agenda. Mamá es cómplice, pero no es mala. Nunca lo fue.

—Es por su enfermedad y todo lo que ha pasado. Es normal que tenga energía negativa —concluyo.

Roy carraspea.

—Mi madre quiso venir, pero cree que no es el mejor momento.

—No será necesario —masculla Mila —. Yo puedo leerla perfectamente. Además, he puesto una barrera en la puerta de su habitación. No podrán entrar espíritus malignos como Georgie.

—Te debo mi vida entera —Estrecho a Mila en mis brazos y ella ríe de alegría —. Eres sensacional, Mila.

Palmea mi hombro con cariño.

—Anda con tu madre, ella está ansiosa de verte.

Beso sus mejillas.

—Gracias por todo —Miro a los mellizos —. ¿Quieren conocerla? Creo que le hará bien ver a más personas.

Roy le echa un vistazo al diario en mi bolsillo, pero no comenta nada al respecto. Está raro desde que la tocó. ¿Sintió y vio lo mismo que yo?

—Si no es molestia, nos encantaría.

Nos dirigimos a la habitación de mi madre y entramos sin tocar la puerta. Ella ya está muy despierta. Hay flores sobre la mesa que no compré yo. ¿Las trajo Mila?

—Hola, mamá —saludo —. Hoy traje nueva compañía.

El rostro de mi madre es iluminado por una sonrisa. Esas horribles ojeras me deprimen, pero actúo como si no las estuviese viendo. Ella no necesita a un hijo llorón. Es mi obligación ser fuerte por los dos.

—Él es Roy, ya lo conozco —señala a Raven —. ¿Y tú eres su hermana melliza? Son iguales y tan preciosos. ¡Solo miren ese cabello y ojazos azules! ¿De qué planeta salieron?

Raven la mira con una sonrisa traviesa.

—Fuimos creados con muchísimo amor.

Roy se acerca a mi madre y le da un beso en el dorso de la mano. Hay un cambio repentino en su postura que no logro descifrar. ¿Qué vio? Estaré con la duda el resto del día.

—Es un gusto verla de nuevo, señora Dumont. Se ve hermosa.

Mamá se sonroja.

—Mentir es muy malo.

Roy parece ofendido.

—Le aseguro que no miento, señora Dumont. Es una mujer hermosa.

—Es un alago viniendo de ti.

Raven la saluda con un breve abrazo.

—Lamento no haber venido antes —Se disculpa ella —. Estamos aquí para darle todo nuestro apoyo.

Mamá enjuga sus lágrimas.

—Gracias, cariño —Me mira brevemente —. ¿Y dónde está tu novia? Prometió que traería maquillaje.

Sonrío nerviosamente.

—Ella tenía otras cosas qué hacer, pero vendrá otro día.

Mamá parece desilusionada.

—Oh, está bien. ¿Fuiste a la biblioteca?

Mi corazón late como un martillo amenazando con romper mis costillas. El diario en mi bolsillo de repente se siente muy pesado. ¿Acaso tiene el infierno escrito en él? Cada página grita solo dolor.

—Sí —toso —. Encontré un viejo...

Mi madre pone un dedo sobre sus labios, indicando silencio. Entonces escucho a cuervos merodear cerca de las ventanas. Raven abraza a Roy, totalmente asustada. ¿Qué mierda?

Mamá está siendo observada.

Por cuervos.

—Léelo cuando estés solo —indica ella —. Es importante.

Me acomodo en el borde de la cama y tomo su mano entre las mías. Hago de cuenta que los cuervos no están presentes. Obviamente mi madre anda siendo vigilada y alertarnos sería un error grande.

—Lo haré esta misma noche. ¿Bien? Ocúpate de tu salud —digo. Ella frota sus ojos antes de que las lágrimas caigan —. El médico me habló sobre tu tratamiento.

—¿Sí?

—Empezarás con las quimioterapias mañana.

—No le veo el sentido, Ronan.

—Por supuesto que sí —Me enojo —. Tú misma dijiste que debemos disfrutar todo el tiempo que nos queda juntos. ¿Lo has olvidado? No me culpes si quiero tenerte conmigo más días.

Los mellizos continúan mirando la ventana, los cuervos entonan su canto. Esto es muy turbio.

—Está bien —Ella cede inmediatamente —. ¿Y cómo está el resto de la familia? Sé que son muy unidos.

—Muy pendientes de ti —sonríe Raven, tensa —. Estamos preocupados. Ya es parte de nosotros, Olenna.

Mamá me aprieta el brazo sin dejar de reír. Finge estar relajada, pero es lo contrario. Ella está aterrorizada y tiene mucho que ver con los cuervos en la ventana.

—No saben cuánto me halagan que piensen así. Durante varios años escuché hablar sobre los Karlsson. Solía suspirar por el alcalde. Es tan guapo, estoy segura de que su esposa es una mujer afortunada.

Raven y Roy se ríen mientras yo niego con la cabeza.

—Mamá, no...

—¿Qué? —reprocha —. ¿No viste a ese hombre? Parece que la edad nunca le pesará. Es tan guapo...

El móvil de Raven suena y ella responde después de dos minutos sin dejar de reírse. ¿Quién insiste tanto?

—Es Allie —me dice —. Voy a responder.

Sofoco la culpa que me asfixia. No le hablé en todo el día.

—Bien.

—¿Allie? —contesta Raven —. Será mejor que Ronan te lo diga.

No oigo lo que dice así que Raven lo pone en alta voz. Maldita sea. Mamá me da un codazo en busca de respuestas.

—De acuerdo, iré al hospital ahora mismo —oigo su dulce voz.

Está preocupada.

Suelto un suspiro antes de hablar.

—No es necesario que venga, dile que estoy bien.

Raven aleja los ojos de mí mientras Roy parece a punto de golpearme. ¿Qué? Incluso mamá está mirándome con odio.

—Allie... —Raven trata de musitar.

—Adiós, Raven. Dile que tenga una buena noche.

Y luego corta.

Mamá me da un fuerte golpe, indignada por mi actitud. ¿Es en serio? ¿Ella también se pondrá en mi contra?

—Ronan Dumont. ¿Qué diablos acaba de suceder? —exige ella —. ¿Por qué fuiste grosero con tu novia?

Gruño, frustrado.

—No fui grosero, mamá.

—Quizás, pero sonaste como un culo cuando se tira gases. No era la forma de decirlo. ¿Están teniendo inconvenientes?

Sus palabras causan que los mellizos vuelvan a reírse.

—No quiero hablar sobre eso —La abrazo y ella me deja —. Hoy se trata sobre ti.

—Pero es tu primera novia...

—Y la última —digo —. La última, mamá.

💚

Dos horas después nos despedimos de mi madre. Ella hizo chistes en varias ocasiones mientras comía su sopa y gelatina. Es una mujer enérgica y noble a pesar de lo que ha pasado. ¿Por qué le tocó una vida tan dura?

Es injusto.

Agradezco que nunca haya mencionado a papá. Iba a perder mi mierda ahí, frente a esos cuervos que la hostigan desde la ventana.

—Tu madre es genial —comenta Roy —. Me recuerda a la mía.

Sonrío.

—Hizo que valga la pena cualquier sufrimiento.

—Y ahora comprendo de quien heredaste tu valentía —dice Raven.

Mis oídos pitan en el instante en que mis ojos hacen contacto con alguien desagradable.

Demetrio Dumont está en el pasillo.

Mi corazón empieza a latir con furia. Me duele el pecho y mi garganta se aprieta con ira y resentimiento. ¿Qué hace aquí? ¿Después de cuantos días decide aparecer? ¿Se aburrió de su amante?

Raven pretende calmarme, pero me aproximo a ese monstruo con pasos furiosos. Voy a sacarlo de aquí a puñetazos. No permitiré que se acerque a mamá. No permitiré que le dirija una vocal.

—Fuera —refunfuño cerca de él —. Lárgate de aquí, basura.

El desprecio palpita en las profundidades de sus ojos marrones. Lo detesto. Más ahora por las cosas que leí en ese diario y vi en mis visiones.

Lo odio con todo lo que soy.

Él nunca protegió a mamá.

Permitió que ese monstruo la lastime.

—No molestes, Ronan —advierte —. No estoy aquí por ti.

Josh y Mila se levantan de sus asientos. Roy pone una mano sobre mi hombro, pero nada me calma. Soy un huracán dispuesto a destruir. Mi resentimiento no me permite pensar con claridad. Recuerdo a mi madre llorando, Mora y Teddy muertos, él borracho.

—Mamá no te necesita —bramo —. Fuera de aquí o te sacaré yo mismo.

Una vena sobresale en su frente y ahora noto lo mal que luce. Su camisa está arrugada al igual que su traje. Su cabello nunca se vio grasiento como ahora. Es como si la ausencia de mi madre estuviera costándole factura.

—Tú no eres nadie para decidir por ella, muchacho insolente.

Mi sangre comienza a hervir.

La cólera es abrasadora cuando mi puño vuela y hace contacto con su mandíbula. El peso de mi golpe hace "crack" en sus huesos. Josh detiene a Demetrio cuando trata de responder. Roy sostiene mis brazos detrás de mi espalda mientras me remuevo como un pulpo.

Alguien saldrá muerto de este hospital.

Y no seré yo.

Los de seguridad inmediatamente vienen al percibir el enorme escándalo. Mal momento, pero tenía ganas de triturar a este imbécil desde que mataron a mis mascotas. Quiero darle una muerte muy dolorosa.

—Señores, tendrán que abandonar la residencia. La violencia no está permitida bajo ningún término —indica el guardia —. Será mejor que se vayan ahora mismo.

Demetrio limpia la sangre que sale de sus labios.

—Tengo derechos de ver a mi esposa.

—¡Ella no quiere verte! —grito —. ¡Lárgate! ¡Vete al demonio!

—Señor —Josh se dirige a mi padre —. Ya conoce la salida.

Demetrio no quita sus ojos odiosos de mí. Veo la amenaza en ellos, su promesa de tortura, pero no me intimidará. Patearé su culo borracho.

—Volveré —gruñe —. Olenna es mi esposa y ustedes no impedirán que la vea.

Nos da la espalda y Roy vuelve a frenarme cuando mi pierna está a punto de proporcionar una patada en el culo. El oficial me lanza una mirada disgustada, pero se retira cuando Josh lo tranquiliza.

—Déjenme darle su merecido.

—Cálmate, Hulk —Raven palmea mi mejilla —. Solo harás que no vuelvan a permitirte la entrada.

—Valdrá la pena.

Roy pone los ojos en blanco.

—Deja de decir tonterías, Ronan —pide —. Calma ese culo por tu madre y Allison.

Gimo en protesta y me aparto de su agarre.

—¿Qué pasa con Allison? —Josh me lanza una mirada hosca, Mila se ríe.

Demetrio no me golpeó, pero sé que el abuelo de Allison lo hará sin dudar si no me largo ya mismo.

—Nada —digo rápidamente —. Ya nos vamos. ¿Cuidarán a mi madre?

—Por supuesto —afirma Mila —. Ella está a salvo.

💚

El Mini-Cooper de Raven se detiene frente a la Fortaleza Karlsson. Lo primero que percibo son algunos autos desconocidos estacionados y la intensa música alta. ¿Hay una fiesta? Siento como los nervios se deslizan a través de mi piel. ¿Allie querrá verme? La escuché muy dolida cuando llamó a su prima. Fui un idiota por segunda vez en el día.

La cagué de manera descomunal.

—Melissa y Ellie no perdieron el tiempo —comenta Roy, chiflando —. Yo definitivamente me uniré después de cambiarme. ¿Vienen, chicos?

Raven menea la cabeza.

—No estoy de ánimos —dice ella.

—Yo tampoco —confieso.

Roy se encoge de hombros.

—Asistiré por la comida. Apuesto a que Ellie preparó los mejores bocadillos —Lame su labio —. Esa pequeña idiota ama llenar estómagos de cualquier persona y después ser halagada.

Segundos después, baja del Mini-Cooper y corre dentro de la mansión. Raven y yo permanecemos en silencio.

—Gracias por acompañarme hoy —murmuro —. Fue muy dulce de tu parte.

Sonríe.

—No es nada. Para eso estamos los amigos, ¿no?

Beso su mejilla y toco la manija del auto.

—Estaré cerca si me necesitas. Ahora debo buscar a mi chica y hablar con ella.

Asiente.

—Apuesto a que está en la fiesta con los demás.

No la culpo si decidió unirse. Yo rechacé su compañía dos veces y es justo que lo busque en alguien más. Inhalo el aire fresco antes de derrumbar los muros en mis pensamientos y entonces la escucho.

No suena nada bien.

Ella está deprimida y desanimada.

—Te veo después, Raven.

Salgo del auto y entro inmediatamente a la Fortaleza. La señora Melody no está para nada a gusto mientras escribe en su agenda electrónica. Arianne se ocupa de alimentar a Amy con el biberón. Ambas levantan las cabezas al verme llegar.

—Hola —mascullo.

Los ojos avellanas de Amy se entrecierran por el sueño y aparta el biberón de sus labios.

—Ronan —dice ella.

Me echo a reír al igual que las demás.

—Hey, pequeña.

—¿Cómo está tu madre? —pregunta Arianne —. Iré a verla esta semana sin falta.

—Cansada, pero bien. Ella apreciará tu visita.

—Seguro que sí.

Me rasco la nuca.

—Buscaré a Allison.

Melody sonríe.

—Está en la fiesta con sus primas.

—Oh, bueno.

Ellas no comentan nada, pero es evidente que están al tanto de la tensión que hay entre mi novia y yo. Esta familia está en todas. Qué penoso. Agradezco que Asher no esté cerca.

—Te vemos en la cena, Ronan —me dice Arianne.

—Claro.

Con los nervios atormentándome, me dirijo a la fiesta que se encuentra en el patio trasero. Paso por las puertas francesas y soy golpeado por el ruidoso sonido de la música. Hay cerca de treinta personas en las tumbonas y la piscina. Ellie se divierte jugando al voleibol, hasta el misterioso Asa forma parte de la fiesta. Mis ojos ansiosos buscan a cierta chica de cabello oscuro, y cuando la encuentro, no puedo dejar de mirarla.

¿Cómo demonios podría?

Allison está sentada en el borde de la piscina con los pies dentro del agua mientras bebe su jugo de frutas. Esa tristeza que la atormenta me hace sentir horrible conmigo mismo. Ella se voltea cuando nota mi presencia.

Tiene puesto un bikini de dos piezas verde y con puntos negros. Su piel brilla con aceites, su pelo largo y oscuro está despeinado de la mejor manera. Ella es deslumbrante. Sus pechos llenos y redondos apenas están cubiertos por ese intento de sujetador.

¿Cómo se respira?

Mi cuello arde por el rubor a medida que me acerco.

—Hey... —susurro.

—Hey —repite.

¿Cómo arreglaré esto? Obviamente está muy molesta, aunque no lo demuestre.

—Fue un día agotador. Mila aceptó quedarse una vez más con mi madre.

—Mila es genial.

—Mamá permanecerá en el hospital.

Puedo sentir que se pone aún más triste por mí.

—Espero que esté bien. Mándale saludos de mi parte si vuelves al hospital. Hoy no pude llevarle el maquillaje que le prometí.

Aspiro un poco de aire y cierro los ojos un segundo. Me está rompiendo el corazón.

—Allie...

—Ve a descansar —me corta—. Yo me quedaré más tiempo con mis primas. Tuviste un día largo y agotador.

¿Es su manera de decirme adiós? Pedí espacio esta mañana y no debería molestarme si busca lo mismo. Arreglaremos esto más tarde cuando estemos en un lugar privado y sin público

—De acuerdo, te veo después —digo.

Me alejo a pesar de la chispa de decepción en sus ojos verdes. ¿Qué debería hacer? Ella quiere espacio, pero si me voy ahora sé que todo puede empeorar. Además, estaría dándole el gusto a estos chismosos. Veo a varios que me hicieron bullying el año pasado.

—¡Allison! —grita Melissa desde la piscina mientras Tristan besa su cuello —. ¡Ven aquí!

—¿Quieren que me una a ustedes? —pregunta Allie.

—No tengo problemas —exclama Tristan.

A la mierda.

Presiono mis labios en una línea, saco mi camiseta sobre mi cabeza y la dejo en el suelo sin importar el maldito público. Mientras me acerco a Allison, sus ojos descienden, estudiando mi pecho y mis abdominales.

—¿Qué estás haciendo? —tartamudea ella.

—Unirme a la fiesta —respondo.

Pone distancia entre ambos, pero la atrapo antes de que huya. El vaso en su mano cae y rebota lejos.

—Tenemos que hablar —digo.

Allison se cruza de brazos y no puedo dejar de mirar sus pechos. Para empeorar la situación, sus pezones están rígidos. Se ven como si fueran a romper esa tela. Maldita sea. Cada pensamiento intenso y deseable hace que mi vientre se caliente con necesidad.

—No tengo ganas de hablar.

—¿Estás molesta conmigo?

—No —miente.

—Allison, sabes que sí.

Levanta su barbilla y me da su típica mirada de chica ruda.

—Entonces no preguntes si sabes la respuesta, Ronan.

Dejo ir su codo y paso los dedos por mi cabello.

—Lo siento, me enojé contigo y quise estar solo.

Hay tristeza y dolor en sus lindos ojos. No me mires así.

—No hay problema —dice con ironía —. No me molestó que no necesites mi presencia en el hospital.

—Ese fue un error, me equivoqué. Lo siento por cualquier y todas las peleas futuras que terminemos teniendo —Mi mano se posa en su pequeña cintura —. Fui un idiota y te lastimé.

Niega de nuevo. Voy a morir aquí mismo.

—No quiero hacer esto justo aquí, Ronan.

—¿Entonces dónde? —No trato de esconder la desesperación en mi voz —. Odio la forma que estás mirándome. Dime lo que anda mal.

—Adivínalo ahora. Es lo que hiciste anoche, ¿no?

Mis ojos vuelven a cerrarse. Debería irme porque estoy siendo el payaso de muchos, pero no me daré por vencido.

—Anoche fui un imbécil contigo.

—Esta mañana también.

—Allison, tú me mentiste.

—Déjalo, Ronan —implora —. No quiero hacer esto justo ahora.

—¿Entonces cuando? Estás evitándome.

Reprimo el impulso de golpearme en la frente.

—Lo mismo hiciste esta mañana.

—No me iré hasta que solucionemos esto. Por favor, hermosa.

Puedo ver como su voluntad se desmorona poco a poco, pero no cede. Es tan orgullosa.

—Ronan, hablaremos después. Solo vete y descansa.

Cada átomo de mi cuerpo se estremece cuando alguien pone una mano en mi hombro. Se trata de un hombre corpulento y muchos músculos. ¿Qué carajos con este?

—¿Está molestándote, Allison? —pregunta, observándola solo a ella.

—No es asunto tuyo —sisea Allie al ver que estoy a punto de perder mi mierda —. Vete por dónde viniste.

Pero el imbécil desconocido tiene las putas pelotas de observar los pechos de mi chica. Lo mataré.

—Quita tus manos de mí —Le advierto cuando su agarre se aprieta. ¿Quién se cree?

Él sonríe.

—No me jodas —Se burla y mira a Allie —. ¿Él es tu novio? ¿Tu novio es el rarito del pueblo?

—Aléjate —advierto de nuevo. Mis manos están temblando mientras lucho contra la furia que se apodera de mí.

Nada parece intimidarlo. Ok, definitivamente quiere morir. Voy a descargar en él la furia que acumulé cuando vi a Demetrio hoy.

—Tiene que ser una broma. ¿El año pasado metieron tu cabeza en el inodoro? Dijiste que fue un fantasma.

Mi mandíbula está tan apretada que puede chasquearse y romperse. Los labios de Allie se mueven y hablan antes de que pueda detenerla.

—Cae.

Escucho las fuertes carcajadas del público cuando el inútil cae a la piscina y grita. Los ojos de Allie cambiaron a negro y luego pasan a rojo. Por favor, espero que haya sido el único que vio eso.

—Allison —digo, alterado —. Allie...

Al principio no nota lo que acaba de hacer, pero después su expresión se quiebra. Su cuerpo tiembla mientras la rodeo con mis brazos. Melissa corre hacia nosotros al percibir el escándalo. Nada de esto hubiera ocurrido si captaba su petición.

Uso el don maldito para defenderme.

El peso de lo que eso significa hace que cada hueso en mi cuerpo quiera quebrarse. Dios, soy el idiota más grande de este mundo.

—Será mejor que te vayas a tu casa, Zach —Le dice Tristan al idiota —. Ya no eres bienvenido aquí.

Zach escupe agua.

—¿En serio, hombre?

—En serio —interfiere Ellie —. Acabas de insultar al novio de mi prima y eso es inaceptable. Fuera.

Ignoro a Zach, ignoro a cualquier persona mientras me aferro a Allison. Yo también estoy temblando a causa de mi idiotez. Debí irme a la habitación, jamás debí empujarla.

—Para, por favor —musita Allie —. No me obligaste a hacerlo.

—¿Qué pasó? —exige Melissa —. ¿Allison?

—Yo me hago cargo —murmuro con la garganta seca.

Los ojos de Melissa lucen asustados. Sabe lo que acaba de suceder. Lo vio.

—¿Ella...?

—Te veo después —espeto.

Cargo a Allison en mis brazos sin importar que todos estén observándonos. Ella clava las uñas en mis hombros al punto de sacarme sangre, pero la dejo. Solo quiero sacarla de aquí. Pasamos por la sala dónde Arianne y Melody nos observan horrorizadas.

—¿Qué pasó? —pregunta Arianne —. ¿Allie?

—La tengo —contesto —. La tengo.

No doy más explicaciones mientras subo a nuestra habitación, cierro la puerta con una patada y le pongo el seguro. Después tumbo a mi chica en la cama quien continúa temblando. Tiene la mirada vacía y llena de pánico.

—Lo arruiné —suena aterrada —. ¿Qué hice, Ronan?

Mi corazón se marchita y se quiebra en pedazos.

—Shh... no fue tu culpa —La consuelo —. Fue mía. ¿Me oyes? Solo querías defenderme.

—No puedo creerlo... Mis padres me matarán —solloza —. Acabo de fallarles nuevamente. Estarán muy decepcionados de mí.

La envuelvo en mis brazos y beso su cabeza. Ella no para de tiritar.

—Esto quedará entre tú y yo. ¿De acuerdo? Vamos a solucionarlo juntos.

—Yo...

—Mírame —La interrumpo —. Nada es culpa tuya. Ese tipo fue un idiota y yo también.

Lleva las rodillas a su pecho y muerde su labio para reprimir el llanto que quiere salir.

—Me odio tanto —dice y una lágrima cae de su ojo —. Mi hermano tiene razón al despreciarme.

—Amor...

—Es normal que desees alejarte de mí —continúa —. Soy una estúpida, soy tan estúpida.

—No te insultes de nuevo. Lo que hice hoy fue estúpido, tú no —mascullo —. Y tu hermano no te odia. ¿Por qué dices tonterías?

—Porque le robo el afecto de nuestros padres —Se lamenta.

Toco su mentón justo en el instante que sus recuerdos me sacuden. La veo a ella triste por mi rechazo, la llamada a Raven, Aden gritándole cosas terribles, el posible embarazo de Sadie. La tristeza me abruma, tirando de mis fibras sensibles.

Tuvo un día de mierda y solo quiero abrazarla.

—Eso no es cierto —murmuro sin soltarla —. No es tu culpa tener a una bruja dentro de ti, mucho menos que tus padres te dediquen más tiempo a causa de eso. Entiendo a Aden, pero también a tus padres. Ellos saben que la situación es grave, Allie.

Su rostro se aprieta con dolor. Me está destrozando por dentro, no puedo soportarlo.

Cuando habla o se ríe es el sonido más hermoso. Pero cuando llora es una historia diferente. Me corta por la mitad.

—Más ahora que volví a usar la hipnosis.

—El detonante fui yo y voy a remediarlo —Le prometo —. También descubriré qué oculta tu hermano. Déjame arreglarlo. No me gusta verte sufrir.

—Tienes muchos problemas. Sé que los míos...

La interrumpo antes de que llegue más lejos.

—No digas que los tuyos son insignificantes, no cuando tu familia durante años intentó encontrar una solución. Eres muy importante para ellos y para mí. Lamento no haberlo dejado claro.

—Estoy cansada de que el mundo gire a mi alrededor.

Sonrío.

—No voy a negar que el mío sí.

Me golpea en el pecho.

—Estoy agotada de mantener el papel de chica fuerte.

—Entonces no lo hagas.

—Mi familia espera que sea fuerte y optimista, así que llevo el papel de la mejor manera posible. No quiero defraudarlos.

El sufrimiento se graba profundamente en los hermosos rasgos de Allie.

—Ellos saben que eres una luchadora y confían en ti. No necesitas fingir nada porque eres fuerte.

—A veces no lo soy.

—Y eso está bien —Le digo —. Todos tenemos derecho a derrumbarnos.

—Siento que me estoy volviendo loca, Ronan. Los susurros de Catalina en mi cabeza son todo lo que puedo escuchar. Solían ser menos, pero ahora es más frecuente. Cada vez que estoy sola, oigo esa voz en la parte posterior de mi cabeza. Me dice que estaré mejor con su ayuda y no te necesito en mi vida.

La atraigo a mi pecho.

—Está manipulándote y no llegará lejos. Todo estará bien, Allie.

—No, no va a estar bien. Tengo miedo de dormir porque incluso en mis sueños ella me atormenta. Las voces siguen dando vueltas en mi cabeza. Y duele, Ronan. Duele tanto. Solo quiero que se vaya de una vez. ¿Por qué no se va? —Su voz se quiebra —. Ganará, ella ganará.

—Estoy aquí —susurro —. Me tienes. ¿De acuerdo? No permitiré que ella triunfe. No lo permitiremos.

Se acurruca más así que la ubico en mi regazo y la abrazo.

—Me dolió lo que sucedió esta mañana —cambia de tema mientras acaricia mi pecho. Todavía no he visto todas sus facetas, acaba de ser comprobado —. No me gustó que te fueras enojado.

Beso su cabeza.

—Fui un idiota.

—Yo también —Sus ojos verdes buscan los míos —. Jamás debí mentirte sobre Logan.

—No tienes que decírmelo todo, Allison.

—Pero sí confiar más en ti —dice en voz baja.

—Ya no hablemos de él. Hoy fue un día muy duro y solo quiero sostenerte —Inhalo su cabello —. Esta pequeña distancia me demostró algo.

—¿Qué cosa?

—No me gusta estar mucho tiempo sin ti.

Su boca se eleva en una dulce sonrisa.

—A mí tampoco —musita —. ¿Cómo está tu madre?

—Enojada porque no fuiste al hospital y no llevaste su maquillaje.

Hace un mohín.

—Es tu culpa.

No hay forma de negar eso.

—Totalmente.

—¿Y qué encontraste en la biblioteca? —pregunta.

Y justo así, el momento mágico se esfuma.

—¿Honestamente?

—Sí.

—No quiero hablar sobre eso —confieso —. Me dolió descubrir que hay ahí. Fue como recibir mil volteos de electricidad en mis venas. Fue espantoso.

Su suave mano aprieta la mía como consuelo. Transmite muchas emociones con un simple toque.

—Puedo sentir tu angustia, Ronan.

—La tuya también, hermosa. Lo siento.

Frota su mejilla contra la mía y suspira.

—Si te disculpas una vez más, voy a golpearte.

—Y yo voy a besarte —sonrío.

Sus largas pestañas se agitan.

—¿Qué esperas?

Bajo mis labios a los suyos y le doy un beso suave. Me vuelvo un poco agresivo después, devorando su boca como si fuera mi postre favorito. Mi mano se mueve entre sus piernas y deslizo mi dedo dentro de su ropa interior. Froto el área con fuerza, haciéndola jadear.

—Te extrañé como un loco hoy —Le digo entre besos.

Mis labios se mueven con los de ella y el sabor a frutas es muy difícil de ignorar. Puedo saborear la dulzura y es lo mejor que he probado en toda mi vida.

—¿Cómo es eso posible? No me querías cerca.

—Lo sé, pero fui un imbécil. Estuviste en mi cabeza cada segundo sin importar lo mucho que intenté sacarte de ahí.

—Tampoco dejé de pensar en ti —admite.

Tiro su pequeño cuerpo en la cama y me ubico sobre ella. Sus ojos verdes observan cada movimiento mientras me encargo de desnudarnos a ambos. Mis manos están temblando mientras le quito el sostén y veo mi parte favorita de su cuerpo.

Sus pechos.

Observo su reacción deslumbrante, veo sus labios hinchados separarse con un gemido sexy que suena como la música más perfecta cuando sostengo sus caderas y empujo bruscamente dentro de ella. Estoy necesitado y drogado por la sensación. Mis ojos ruedan en la parte posterior de mi cabeza y gimo bien alto sin importarme nada. La extrañé.

—Ah... —tiemblo —. Te sientes tan bien, hermosa.

—¿Sí?

—Mierda, sí.

Sus pechos rebotan con cada empujón, sus lloriqueos me hacen perder la razón mientras permito que tome el control y me monte como ella sabe. Sus movimientos son violentos e incesantes. Sostengo su culo a medida que rota sus caderas de un lado a otro. Mi cabeza se hunde en una almohada en un intento de sofocar los gemidos. Esta chica me mata.

—¿Quién más te hace sentir así? —pregunta —. Responde.

La intensa mirada en sus ojos me hipnotiza, tomando todo hasta que no queda nada.

—Nadie —contesto entre jadeos y con la voz entrecortada.

Una sonrisa arrogante asoma sus labios húmedos.

—Recuérdalo siempre, cariño.

Cierro los ojos porque me siento muy bien cuando estoy dentro de ella. Aparta cualquier dolor, me hace olvidar cualquier maldito día. Allison Karlsson es magia y lo mejor que he tenido en mi vida.

💚

Son las diez de la noche cuando despierto. Mi cuerpo está relajado gracias a la chica que duerme a mi lado. Roy tenía razón.

Las reconciliaciones son increíbles.

Observo el diario de mi madre tirado en el suelo. Probablemente se cayó cuando terminé de desnudarme. Aún me asusta leerlo. No soy capaz de hacerlo.

El cuerpo de Allie se remueve y abre sus ojos de golpe.

—Hey, hermosa —sonrío.

Al principio no me alarmo, pero cuando veo que son rojos empiezo a hiperventilar.

Catalina.

Preso del pánico y miedo, me esfuerzo por respirar.

—No me podía dormir sin darte las gracias —Se burla —. Ella recurrió a mí una vez más por ti. El amor la está volviendo muy estúpida.

No muevo ni un dedo.

—Déjala en paz. Ella no te pertenece.

Catalina frota su cuello y rueda los ojos. Las esquinas de su boca se curvan en una sonrisa.

—¿Pero a ti sí? —escupe —. No tienes idea quién eres. ¿Verdad?

Me trago cualquier signo de nervios y analizo muy bien qué escapatoria puedo tener. Sé que ella volverá a atacarme. El odio que me tiene es inmenso y mi vida no significa nada en sus manos.

—Vete a la mierda —gruño.

Pođi sa mnom.

En menos de un segundo, se abalanza sobre mí.

💚

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