Capítulo 24 ✴
Ronan.
Mi madre está internada en el hospital. Ahora entiendo porque no volvió a llamarme ni envió mensajes. Fui lo suficientemente estúpido para creer que todo estaba bien. ¿Por qué mi padre tampoco me dijo nada al respecto? Sigue ahí en mi casa, bebiendo como si nada le importara.
Bastardo egoísta.
¿Qué tan mal está la relación entre ellos? Recuerdo las discusiones, no olvido que mi padre tiene una amante.
Dios...
Mi vida es un desastre cada día que pasa.
Mora y Teddy fueron asesinados, Georgie quiere matarme, mi padre es un imbécil borracho y mi madre lucha por su vida.
No puedo evitar sentirme culpable. Desde que escuché algunos secretos oscuros que abarcan a mi familia tenía miedo de acercarme a ella. Creí que también era un monstruo. No le di una oportunidad de explicarme nada.
No me molesté en buscarla.
No quería verla.
Me trago el nudo en mi garganta mientras Allie habla con la enfermera. El hospital del pueblo es pequeño y no me gusta en absoluto. Nunca me agradaron los hospitales. Aquí es donde más puedo percibir el dolor de las personas a punto de morir. Ese olor a productos desinfectantes hace que mi estómago se encoja.
El aroma de la muerte impregna en el aire.
—El doctor estará aquí en unos minutos —explica Allie cuando se acerca y pone una mano sobre mi hombro —. Lo siento por todo.
Recuesto mi espalda contra la pared y cierro los ojos. Algo en el fondo de mi mente sabe que esto apenas está comenzando.
—Vendrán cosas peores.
Suelta un suspiro tembloroso.
—Nunca voy a dejare solo —dice ella —. Nunca.
Abro mis ojos.
—Lo sé.
Un médico se acerca a nosotros segundos después. Tiene una carpeta con un sujeta papeles en las manos. Eso me pone más nervioso. Allie y yo inmediatamente nos enderezamos, la tensión recorre mi columna en respuesta. Estoy asustado. Escucharé algo terrible y necesito estar listo.
—¿Familiares de la señora Dumont?
Aclaro mi garganta rasposa.
—Yo —respondo —. Soy su hijo, Ronan Dumont. ¿Cómo está?
El médico me evalúa atentamente. La pena es muy notable en sus ojos oscuros.
—Soy el doctor Gills. Su madre se encuentra estable, pero su diagnóstico no es bueno —comunica —. Hace días vino aquí a hacerse unos análisis y ya tengo los resultados.
El miedo y la ansiedad recorren mi cuerpo, ambos luchando entre sí. Mi corazón se vuelve pesado en anticipación mientras aprieto la mano de Allie.
—Su madre tiene leucemia —informa el médico. Una de mis manos inmediatamente va a mi pecho para frotar el dolor que punza.
Todo a mi alrededor gira, mareándome. Sabía que me esperaba esta noticia, pero el impacto es muy fuerte. Es como recibir varios puñetazos a la vez. Fui tan ciego por no darle importancia suficiente a la enfermedad de mi madre. Ella presenta los síntomas: cansancio, fatiga, también he visto los moratones en sus brazos.
—¿Qué tan avanzado está? —pregunto con la voz ahogada, el temblor en cada palabra es muy evidente —. ¿Aún podemos salvarla?
El médico deja salir un fuerte aliento. Su rostro tenso no ayuda en nada a mi estado de ánimo. Voy a perder el equilibrio en cualquier momento.
Mi madre...
—Más de lo que imaginé, no vi algo como esto —El médico está entre asustado y confundido —. Las quimioterapias podrían ayudar a mantenerla con vida algunos meses, pero no hay mucho que podamos hacer.
Un dolor candente se adhiere a mi piel mientras lucho contra las lágrimas que queman mis ojos. Esto es injusto. ¿Por qué mi madre? Ella no lo merece.
—Tiene que haber una solución —Habla Allie —. Contrataremos a los mejores médicos, la sacaremos del país si es necesario.
La angustia y el terror en su expresión hace que otro sollozo esté a punto de estallar de mis labios.
—Siempre pueden buscar una opinión diferente, pero sigo sosteniendo que es muy tarde —espeta el médico tristemente —. La enfermedad se encuentra en su punto más alto. Lo siento.
Sus palabras giran alrededor de mi cerebro, resonante, haciendo eco, puntuando el dolor al rojo vivo en mi corazón.
Voy a perderla.
Mamá se irá con mi abuela.
Allie me observa con ojos llorosos y llenos de pesar.
Se está rompiendo.
Yo también.
—¿Puedo verla? —pregunto roncamente —. Necesito verla.
El médico asiente.
—Por supuesto, sígueme.
Nos conduce por el pasillo, más allá de una hilera de puertas hasta que nos detenemos frente a una habitación. Abre la puerta y veo a mi madre inconsciente en una cama. Luce vulnerable, frágil y recaída. La enfermedad es muy incuestionable en ella como nunca antes.
Duele...
—Tómense su tiempo —El médico nos da una pequeña sonrisa, da la vuelta y se retira, dejando silencio a su paso.
Mamá abre los ojos como si percibiera nuestra presencia y sonríe débilmente. Quiero correr a sus brazos y no soltarla nunca. Ella me cuidó durante toda mi vida. Ahora es mi turno de hacer lo mismo.
—Oh, mi niño —musita al ver mi expresión —. Estoy feliz de verte.
Allie aclara su garganta.
—Voy a esperar afuera —informa —. Estaré cerca si necesitan algo.
No protesto y ella abandona la habitación para darnos privacidad. Me acerco a mi madre sin dudar y agarro su mano entre las mías. Están frías.
—Lo siento —susurro —. Prometí que estaríamos juntos cuando supieras los resultados.
Toca mi mejilla, trayendo más dolor a mi alma torturada.
—Shhh... estoy bien.
¿Cómo puede decir eso? Estuvo sola aquí, lidiando con todo. A mi padre su esposa le importa muy poco. Quiero matarlo. Ojalá él estuviera en estas condiciones y no mamá. Apuesto a que no lo sentiría.
—El médico me puso al tanto de tu diagnóstico. No estás bien, no me mientas.
Ella me observa, sus ojeras son muy pronunciadas al igual que la palidez en sus mejillas. Está demacrada.
—Ronan...
—No quiero perderte, mamá.
—No vas a perderme, cielo.
—Mamá...
Agita los brazos hacia mí.
—Dame un abrazo.
Me inclino para abrazarla y siento un temblor recorrer su cuerpo, sus brazos me aprietan más fuerte. Ella acaricia mi cabello y solloza. No pienso en ninguno de esos secretos que me hirieron. Solo mantengo la imagen de mi madre amándome como si yo fuera el tesoro más preciado.
—Debí venir antes, debí llamarte —murmuro, culpable —. Lo siento, mamá.
—Está bien, nada es tu culpa. ¿Me oyes?
Quiero que otra Olenna reemplace a la que está muriendo. Quiero que mi madre se clone de algún modo, se cure y nunca se muera.
Quiero que mi madre sea eterna.
—No podré hacerlo sin ti, mamá —Levanto mi cabeza de su pecho —. No quiero que te vayas.
Las lágrimas caen en cascada por sus pálidas mejillas.
—Hay cosas que no podemos evitar, Ronan —Acaricia mi rostro mientras habla —. Lo único que nos queda es disfrutar el tiempo que tenemos juntos.
El aliento me falla, mi cuerpo se estremece con cada respiración. No. Me niego a aceptarlo.
—Vamos a solucionarlo.
—Eso no es posible, cielo.
—Te prometo que voy a solucionarlo. No voy a permitir que te vayas —Mi dolor se convierte en rabia —. No vas a irte, mamá.
Parpadea y más lágrimas caen.
—Oh, mi Ronnie. Eres tan fuerte y valiente. Durante años lograste sobrevivir a las tragedias y esta vez no será diferente.
Ronnie...
La palabra me sacude, ahogando mis recuerdos; recuerdos dolorosos y llenos de fragmentos de mi infancia, apuñalándome.
—Nadie quiere ser mi amigo —dije con los puños apretados —. Ellos me odian.
Mamá lloró conmigo mientras limpiaba la sangre que salía de mi nariz. Un bravucón me acorraló en el rincón de la escuela y estampó su puño en mi cara. Esa fue mi primera paliza. Ellos me veían débil porque siempre estaba solo e inseguro.
—Esos niños se lo pierden. Tú eres excepcional y especial. Muy especial, Ronnie.
—A nadie le agrada que grite todo el tiempo. Estoy loco, mamá. Imagino cosas.
Sacudió la cabeza.
—No estás loco, Ronan. Nada es producto de tu imaginación —aseguró con la voz temblorosa —. Por favor, no te rindas aún. Todo tiene un significado, lo prometo.
La inquietud me atravesó.
—¿Entonces por qué me obligas a tomar esas pastillas? ¡Tú tampoco me crees!
Me observó con sufrimiento.
—Solo quiero protegerte, Ronnie.
Abrazo a mi madre durante mucho tiempo, cada pregunta confusa queda en la punta de mi lengua y me las trago. No es tiempo de reprochar nada ni hacerla sentir mal. Ella necesita descansar.
—Dios, es bueno verte. No hay ni un lindo doctor a la vista —sonríe medio riendo, medio llorando mientras se limpia los ojos con los dedos—. ¿Cómo has estado?
Devastado hasta la mierda, mis mascotas murieron y papá es un bastardo idiota que ni preguntó por ella. Sin embargo, respondo:
—Bien, Allison y su familia hacen que todo sea más fácil —Me aparto de ella —. Me tratan como si fuera uno de ellos.
Me da una sonrisa cálida, con las mejillas encendidas.
—Estás loco por ella.
Mi corazón revolotea en mi pecho.
—Allison es una gran chica y me gusta mucho —admito.
Sus ojos se suavizan, mitigando la preocupación en su mirada.
—Ya veo que sí. Estoy muy feliz de verte en esta etapa.
—Me verás en varias etapas más, mamá —Le aseguro.
El sufrimiento volviendo a apoderarse de sus rasgos.
—Intenté protegerte desde que naciste, Ronan. Lamento no poder hacerlo siempre.
—Mamá...
—Me pone feliz saber que tienes a una familia que te ama mucho. Yo... podré irme en paz.
Extiendo la mano y tomo la suya en la mía. Sus dedos se sienten fríos, así que los acaricio suavemente.
—No digas que vas a irte, deja de hablar como si eso fuera a pasar.
—Tenemos que ser realistas —susurra —. Y tú debes estar listo, Ronan.
Mantiene los ojos cerrados, pero las lágrimas le recorren las mejillas. No sé si llora por ella misma o por mí. Yo también quiero llorar, pero mis lágrimas están congeladas, encerradas dentro.
—Sé que tienes muchas preguntas, pero no puedo decirte las respuestas —prosigue. Oigo el miedo en cada palabra —. No puedo.
Su agarre en mi mano empieza a temblar y observa un momento hacia la puerta. Es como si tuviera miedo de pronunciar alguna frase. ¿Qué está pasando?
—¿Qué?
—La biblioteca es un lugar hermoso —dice con una sonrisa —. Muy hermoso.
Lo único que me queda hacer es contemplarla boquiabierto, sin pasar por alto su indirecta. Ella no puede decirme, pero hay respuestas en su biblioteca. ¿A que le tienes miedo, mamá? ¿A quién?
—Voy a pasarme por ahí pronto —aseguro —. Quiero que me leas mi libro favorito.
—Peter Pan —Ella sonríe, sus ojos gritando más acertijos —. Recuerdo cuanto te gustaba leerlo. Deberías traerlo.
—Lo haré.
—Y esa cámara —Mira al objeto colgando en mi cuello —. Ha visto tantas cosas.
Me quedo quieto, atento al sonido de su voz. Ella ni siquiera se molestó en preguntar por papá y solo se enfoca en mí. ¿Qué ocultas realmente, mamá?
💚
Allie.
Sentir el dolor de Ronan me desgarra por dentro. Es tan profundo que astilla mi corazón y la hace sangrar. No quiero estar en su lugar nunca. Yo no podría soportar perder a uno de mis padres. Ellos al igual que mis hermanos son mi vida entera.
Si algo malo les sucede, soy muy capaz de hacer arder este pueblo como lo hizo mi madre hace años.
—No tengo idea de cuando volveremos a la Fortaleza —Le aviso a mi padre —. La señora Dumont está internada en el hospital. Tiene leucemia, papá.
Escucho el fuerte suspiro de mi padre.
—Lamento escuchar eso —dice él con sinceridad —. Tu madre y yo iremos pronto por ustedes. No vamos a dejarlos solos en esto.
Mi padre es el mejor hombre del mundo. Puede aparentar ser un patán arrogante con Ronan, pero sé que lo considera un hijo más. Va a protegerlo como lo hizo conmigo y mis hermanos durante todos estos años. No hay nadie más increíble que Asher Karlsson.
—Te amo.
—Y yo a ti, princesa. Siempre estaré para ti.
La llamada finaliza y me dirijo al baño para lavar mis manos. Siento como mis sienes aguijonean por el sufrimiento que siente Ronan. Me marea, me destruye lentamente. Ojalá tuviera el don de conceder milagros.
Le salvaría a su madre sin dudar.
Mi sangre no hizo efecto la última vez que la probó. Dudo que algo más funcione ahora.
Me apresuro al baño y abro la puerta. Respirando hondo, apoyo mis manos en el tocador antes de mirar al espejo y tirar suavemente del collar con amuleto en mi cuello. Observo un momento mi reflejo solo para ver las líneas de preocupación centellear en mis ojos verdes. Esa angustia no puedo borrarla.
Primero fui testigo de verlo roto cuando vio a sus perros muertos y ahora está arruinado por el diagnóstico de su madre. Quiero encontrar una solución a toda esa tristeza, necesito sanar su angustia.
—¿Eso es lo que quieres, Allison? —Habla la voz siniestra en mi cabeza —. ¿Estar atada a alguien que te vuelve débil?
Mi pulso se acelera. Me duele el pecho. Me apoyo en el tocador para calmar la rabia que me golpea como una tormenta incontrolable. Mis ojos son rojos, hay una sonrisa maliciosa en mis labios.
Catalina.
—Tú no sabes nada —Le digo —. Sal de mi cabeza.
Mi reflejo niega.
—Sé más de lo que crees, niña. Recuerda que estoy en tu cabeza las veinticuatro horas del día.
Cerrando los ojos, inhalo un poco de aire relajante, pero no funciona. Mi temperamento se rompe. Quiero destrozar todo a mi paso. Detesto el maldito recordatorio de que ella vive en mí.
—Eres una sucia basura. Estar en mi cabeza te hace despreciable y repulsiva. Juro que encontraré la manera de sacarte. Eres un parásito.
—¿Parásito? Ronan lo es —Ríe —. Vas a buscarme pronto cuando me des la razón. Él te consumirá, Allison. Tomará todo de ti.
Me tapo los oídos cuando los siseos en mi cabeza son más fuertes. Me está lastimando.
—¡Vete! —grito —. ¡Vete!
—No necesitas a ningún hombre para ser fuerte.
—¿Pero a ti sí? Me estás envenenando para que cumpla tus caprichos. ¿Por qué haces eso?
—Ya sabes la respuesta —dice —. Dos brujas juntas son peligrosas para el mundo. Estamos hechas de fuego y haremos que todos ardan.
—¡¡Cállate!!
Tuve más que suficiente.
Muevo el brazo hacia atrás y golpeo el espejo con mi puño. El cristal se rompe, los trozos caen en el lavabo y mis nudillos se lastiman. Gotas de sangre se esparcen por la baldosa y gimo de dolor. Estoy fuera de control y perdida cuando ella decide aparecer.
No tendrá completo acceso a mi vida.
Será a mi manera.
Mis heridas sanan rápidamente, los trozos de vidrios caen en el cesto de basura cuando mi mente lo ordena. Alguien debe haber oído mi rabieta, pero no me interesa. Tengo que ver a Ronan.
Limpio la sangre con una toalla, inhalo para calmar mi respiración entrecortada y abandono el baño para chocar con los ojos de Ronan. Me examina atentamente, la preocupación es notable en su mirada. Me escuchó.
—¿Todo bien? —Le pregunto con una sonrisa falsa —. Lamento que hayas escuchado eso.
Su expresión seria contiene un poco de vacilación.
—No entiendo porque te diría algo así, pero sabes que jamás te lastimaría. ¿Verdad?
Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello con una sonrisa. Su dedo se desliza a lo largo de mi mejilla, sus ojos se dirigen a mis labios.
—Soy el lobo feroz y tú la oveja —murmuro —. Yo debería estar preocupada por no lastimarte. Soy el demonio aquí.
—Sabes que no es así —Me lleva hacia su pecho —. Estuve a punto de hundirme, pero llegaste a tiempo.
Poco a poco, mi respiración entrecortada se calma y miro hacia Ronan. Detecto lo asustado que luce. Mi corazón se retuerce al verlo perdido. Él me ha demostrado su fuerza, audacia y coraje. Este lado de él, su lado débil expuesto, su vulnerabilidad... es hermoso, pero doloroso.
—Vamos a sentarnos —digo.
Nos ubicamos en la sala de espera, conmigo en su regazo. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello para que su cara se vea oculta con mi cuerpo y le permito dejar ir todo ese sufrimiento que intenta contener. Minutos pasan antes de que sienta como sus hombros suben y bajan. Ronan tiene a alguien en quien puede apoyarse.
—Lo siento —murmura —. Sé que te lastimo con mis sentimientos.
—Estoy bien —Le aseguro.
—No puedo creer que todos están yéndose —Se aparta y juega con el colgante de su cámara —. Primero Mora y Teddy, ahora mi madre.
Le ofrezco consuelo con mi toque. No importa lo que diga, sé que nada hará que se sienta mejor.
—Mi madre oculta muchísimos secretos, pero ella no es mala —Él sacude la cabeza —. Acaba de hablarme con algunos acertijos.
Frunzo el ceño.
—¿Qué tipo de acertijos?
—Mencionó a la biblioteca y mi cámara —contesta —. Ella no puede decirme las respuestas y dudo que lo haga. Algo le impide hacerlo.
💚
Roy.
Desde los dieciséis años me he relacionado con varias chicas y chicos de mi edad. Experimenté mi vida de la forma que quise. Disfruto mi adolescencia cada día y nunca me disculpo por hacer las cosas que me gustan.
Es una regla muy clara en mi vida.
Nada que disfrute será un error nunca.
Cuando Sadie puso un pie por primera vez en la Fortaleza supe que necesitaba distracción, pasión y comprensión. Estaba pasando un momento muy duro después de que su ex la destrozó de diferentes maneras.
Ella quería un escape y ese fui yo.
Durante una semana nos volvimos muy cercanos. Los besos fueron adictivos como el calor de su hermoso cuerpo. La conozco más que cualquier otra persona.
Fuimos amigos y amantes.
Compartimos muchos secretos que nunca me arrepentiré de habérselo dicho.
Sadie ocupa un lugar muy importante en mi corazón.
Hoy debo decirle adiós.
—Es una pena que Allison no pueda acompañarnos, pero entiendo —musita Sadie —. Ronan la necesita mucho más que yo.
Conduzco con calma mientras nos dirigimos directamente al pequeño aeropuerto. Ella solo trajo una maleta, pero se irá con dos. Mi madre y yo la llenamos con obsequios que conservará siempre.
—Nos necesitará a todos —corrige Raven con las mejillas sobre la ventana.
Suelto un suspiro agotador y aprieto mi agarre en el volante. Tuvimos esta conversación anoche. Espero que ella pronto supere la fascinación hacia Ronan. No es momento para dramas entre primas ni rivalidades estúpidas.
La amenaza que nos ataca quiere dividirnos, no podemos darle ese gusto. La familia debe estar unida.
—¿Supiste algo más de Logan? —Le pregunto a Sadie.
Ella no quiso romper la confianza de Allie, pero tuvo que decírmelo porque está preocupada. Mis intuiciones saben que Logan vendrá muy pronto. Estará en New Hope cuando menos lo esperemos.
—Está muy inactivo en sus redes sociales —responde Sadie —. Allison debería hablar con él.
Raven sonríe y la observo a través del espejo retrovisor.
—Allison tiene otras preocupaciones ahora mismo —dice mi hermana —. Si me das su número puedo ver qué hacer. Tal vez logre convencerlo de hablar.
Sadie asiente y le entrega su celular a mi hermana.
—Quiero lo mejor para Allie, pero Logan también es mi amigo. Me preocupo por los dos.
—Hablaré con él —asegura Raven mientras anota el número de Logan.
Detengo el auto en el estacionamiento del aeropuerto y después bajo por las maletas de Sadie. Su vuelo será dentro de una hora, pero quiero aprovechar todo lo que nos queda juntos. Voy a echarla mucho de menos. Ella se convirtió en más que una chica con quien compartía saliva.
Se quedó días en mi casa, pero quiero más. Mucho más de su presencia.
—Aquí vamos —Sadie limpia sus lágrimas —. Gracias por los grandiosos días que pasé a tu lado. Espero que seas muy feliz, Roy.
La observo fijamente, sin perderme ningún detalle; cabello largo y castaño rizado recogido en una trenza sobre un hombro. Los ojos grises más claros que he visto, enmarcados por largas pestañas negras y labios carnosos.
La extrañaré sin dudas.
Ella es divertida, sexy, adorable, comprensiva. Me hizo desear que nuestros días juntos sean eternas.
—Yo espero que tú también seas feliz, Sadie. Encontrarás a esa persona que ame cada parte de ti incondicionalmente. Te extrañaré.
—Y yo a ti.
La jalo más cerca de mí. Acariciando un lado de su rostro, me inclino y le doy un suave beso en los labios. Apoyamos nuestras frentes la una contra la otra y nos quedamos en silencio. Mi cabeza todavía está dando vueltas y no quiero nada más que llevarla a la Fortaleza para no soltarla.
—Será mejor que me vaya —dice —. No haremos que esto sea difícil.
Asiento con un nudo en la garganta.
—Fue hermoso conocerte.
Ella me golpea en el hombro.
—No tenemos que perder el contacto —musita —. Dime que hablaremos siempre.
Trago saliva con mucha dificultad.
—Claro.
Intento ayudarla con sus dos maletas, pero ella niega con la cabeza.
—Será mejor que haga esto por mi cuenta o no me iré nunca —espeta débilmente —. Dile a Allie que la amo y mi buzón siempre estará abierto si necesita algo.
Raven baja la ventanilla de mi auto y le sonríe a Sadie.
—No pongas esa cara de velorio, no estás yendo a un funeral —bromea —. Además, esta no será la última vez que nos veamos. Volverás a la Fortaleza en las próximas vacaciones, ¿no? Mi familia no tendrá ningún inconveniente.
Los ojos de Sadie se iluminan.
—Eso suena genial. Hasta pronto, chicos.
La beso por última vez, disfrutándola, saboreando el gusto de sus labios.
—Hasta pronto —digo.
—Hasta pronto —repite con una sonrisa.
Entonces arrastra sus maletas, entra al aeropuerto y nunca mira atrás. Mi corazón se encoge al observarla irse. Es la primera chica que me gustó realmente.
—Es mejor que se vaya —Raven está a mi lado —. No es la indicada y tú tampoco lo eres para ella.
Le sonrío a mi melliza.
—Tú sabes mucho de eso, ¿no?
Se cruza de brazos.
—¿Lo dices por mi atracción hacia Ronan?
Levanto mis cejas.
—Quizás.
—Solo miro de lejos, jamás haría un movimiento con él.
Pongo mi mano sobre su hombro con una mirada de advertencia.
—Espero que recuerdes esto siempre —mascullo —. No te atrevas a olvidarlo.
Suspira.
—No lo haré, Roy —asevera —. Tengo otros problemas, ¿recuerdas?
Me rasco la nuca y observo hacia dónde Sadie desapareció.
—Debemos invocar espíritus, qué divertido.
—Es por una buena causa. La chica de mis pesadillas colaborará, ella busca nuestra ayuda —murmura —. No podemos darle la espalda.
💚
Ellie.
Tenemos que recurrir a otros recursos para idear el plan. Con todo lo que está pasando respecto a Ronan nadie en la casa tiene ánimos para armar una fiesta, pero la vida continúa.
Los problemas no se acabarán, el señor de las sombras se vuelve más fuerte mientras permanece en la oscuridad. No hay señales de él en las cámaras de seguridad, el pueblo ha estado devastadoramente tranquilo y me preocupa.
Va a arrojarnos una bomba si no estamos alerta. ¿Cómo vamos a atacar si el enemigo no se deja ver? Los niños han visto al monstruo, pero no es suficiente. Necesitamos más.
—Este lunes empiezan las clases —Le informo a Melissa —. El baile de bienvenida será una buena excusa. Tu madre es la directora y cada año organiza uno.
Melissa permanece acostada sobre su estómago en su cama mientras escribe en el bendito celular. Preferimos hablar en su habitación por la hermosa privacidad. Ojalá mis paredes también sean insonoras, pero no queremos levantar sospechas.
—Buena idea —murmura Melissa sin mirarme. Sé que ella volvió con Tristan. Esa sonrisa la delata. Mi prima no sonríe así con nadie más —. Esperemos que mamá no cambie sus planes.
—Eso no quedaría bien con la directora Shikova —digo.
Nunca dejará de parecerme cómico que tengamos a una vampiresa como directora, pero en este pueblo eso es lo más normal del mundo. Controlamos cada área por el bien de nuestra seguridad. Mi tío Axel es el Jefe de policías y mi padre es médico forense.
El único que está metido en la política es mi tío Ashton. Va a postularse como alcalde para reemplazar a mi abuelo. Ha llegado la hora de que Aiden Karlsson se jubile. Estuvo en el poder más de cuarenta años. La gente está preguntándose cada día los secretos de su juventud.
—Es el penúltimo año de secundaria y nunca me agradó ir a clases —resopla Melissa —. Odio a todos esos pubertos inútiles.
Cierro mi laptop y voy junto a ella en la cama. Hemos sido muy unidas porque tenemos la misma edad y nacimos con dos meses de diferencia.
Ella el quince de enero.
Y yo el veinte de abril.
Además, nuestros padres se encargaron de juntarnos como si fuéramos mellizos al igual que Raven y Roy. Podría decir que mi conexión con Melissa es mucho más fuerte que con el resto de mis primas.
—Tú también eres una puberta —bromeo.
Ella finalmente me mira.
—Sabes muy bien que no. Yo soy única, tú también.
Juego con un mechón de su cabello e intento echar un vistazo a su celular, pero ella lo aparta lejos de mí. Le saco la lengua.
—Vamos, esta será tu oportunidad perfecta para ver de nuevo a Tristan.
—¿Y qué me dices de ti? Sé que estás ansiosa de ver a Zoe.
Me sonrojo.
—Cállate, solo somos amigas.
—Por favor, Ellie. Tu lengua en su boca no decía lo mismo el verano pasado —me recuerda —. No tomaste esa oportunidad con Sadie porque la sigues queriendo.
¿Qué puedo decir ante eso? Soy obvia cuando se trata de mis sentimientos. He tenido un flechazo con la capitana de porristas. Me enamoré de Zoe García desde que tengo trece años. Nos dimos una oportunidad hace meses, pero ella terminó conmigo.
Nunca supe los motivos.
—No estoy lista para volver a verla —admito.
Melissa sonríe.
—Eres demasiado para ella y lo sabes —besa mi mejilla —. Debería sentirse afortunada porque le diste una oportunidad. Es tan desagradable y narcisista.
—Es parecida a ti, Mellie.
—La diferencia es que queda muy bien en mí.
Pasamos las siguientes horas hablando sobre nuestras cosas, sacando teorías respecto al señor de las sombras cuando suena un golpe en la puerta. Me pongo de pie para abrirla y me encuentro con Asa.
—Tienen que ver algo —dice, preocupado —. Ha estado pasando desde que vino aquí y soy el único que lo notó.
Melissa se acerca rápidamente al escucharlo.
—¿Pasa algo, Asa?
Asa entra a la habitación y se dirige a la ventana.
—Se trata de Aden, está actuando extraño.
—¿Qué pasa con Aden? —escudriño.
Mi primo señala la vieja casa de árbol que construyó mi abuelo para él. Anker está ladrando sin ninguna razón y Agatha también. Carajo.
—Estuvo encerrado en la casa del árbol todo el día —suelta Asa —. Tengo la sensación de que habla con alguien, pero no veo ni escucho a nadie.
Mi corazón se paraliza.
—Eso es muy extraño, pero él es un niño. Es normal tener amigos imaginarios a su edad.
—Aden no es cualquier niño —La voz de Ava nos hace mirarla. ¿Cuándo entró tan rápido? Sus ojos azules se encuentran con los míos y sus piernas tiemblan mientras se muerde el labio inferior, un rasgo que tiene cuando está nerviosa. —. Es un druida con alma pura que atrae a los espíritus.
El corazón me late con fuerza, el miedo me atraviesa. Primero el ente que persigue a Asa y ahora Aden es blanco de otro monstruo. Por favor, que Adam y Amy no sean los siguientes.
—¿Su madre sabe lo que está pasando? —indaga Melissa.
Ava niega frenéticamente.
—No, pero dudo que solucione algo —dice Ava —. Nada podrá hacerlo.
💚
Allie.
Permanecemos en la sala de espera sin pronunciar ni una palabra. Ronan tiene la cabeza en mi regazo mientras acaricio su cabello. Mañana le darán de alta a su madre, pero él no quiere que vuelva a su casa.
Yo tampoco lo permitiría con esa fantasma maligna.
Tenemos que convencerla de que vaya a vivir en la Fortaleza. Ronan estará más tranquilo con su madre ahí. Tiene que estar relajada durante los últimos meses que le queda de vida. Mis padres y Raven se unen a nosotros media hora después. Mi prima tiene la cara contraída por la preocupación y luce desesperada mientras mira a Ronan.
—Lamento no estar aquí antes —Se disculpa Raven —. Llevamos a Sadie al aeropuerto.
La culpa se instala en mi pecho ante la mención de mi mejor amiga. Olvidé por completo que hoy partiría a Canadá, ni siquiera tuve tiempo de despedirme. De cualquier manera, ella sabía que esto pasaría. Mi vida es un huracán que nunca se detendrá. Apenas tengo tiempo para mí misma con todos estos problemas rodeándome. En Canadá estará más tranquila ahora que Justin no la recuerda.
—No te preocupes —Ronan abraza a Raven —. Me alegra verte.
Mamá levanta una ceja hacia mí, pero no digo nada. ¿Mis celos son muy obvios? Son solo amigos.
—Ronan —Mamá es la siguiente en consolar a mi compañero —. Estamos aquí para lo que necesites.
—Gracias, Arianne —agradece Ronan y le tiende la mano a mi padre —. Asher.
—Cuentas con todo nuestro apoyo —dice mi padre.
Ronan pone al tanto a mis padres de la situación. Mamá lo abraza como si fuera un niño chiquito mientras él habla. La amo por ser tan dulce y comprensiva.
—¿Y cómo te sientes tú? —me pregunta Raven —. Imagino que todo es muy abrumador.
Juego con el collar en mi cuello.
—No te imaginas cuánto. Su dolor también es mío.
Mordisquea su labio inferior.
—Eres un gran apoyo para él.
—Lo sé —digo —. ¿Podemos hablar un momento?
Raven frunce el ceño en confusión y asiente.
—Por supuesto.
Nos dirigimos a la cafetería mientras Ronan permanece con mis padres. Me siento patética y ridícula por ser insegura respecto a mi prima, pero necesito esta conversación. Ya no quiero que mi cabeza se haga ideas equivocadas.
—¿Quieres algún café? —inquiere Raven —. Yo invito.
Niego.
—Estoy bien.
—De acuerdo.
Nos sentamos juntas en una mesa vacía. Sus ojos azules no se apartan de los míos, está leyéndome perfectamente. Ella es tan sabia e inteligente.
—Es por Ronan —asume.
Mi cara se calienta.
—Estoy cansada de vivir con esta tonta duda. Sé que lo conoces antes que yo y ambos son muy parecidos. Comparten algunas habilidades y cualidades...
—Ve al grano, Allison —me corta con una sonrisa.
Bien, ella lo pidió.
—Sé sincera conmigo, Raven. ¿Qué piensas de él?
Su rostro relajado hace que me sienta culpable. Me odio.
—¿Ronan?
—Sí.
—Es lindo, dulce, sexy, misterioso e inteligente. Tiene todas las cualidades que me gusta de un chico —contesta con un suspiro —. Ronan es único.
Mi expresión se vuelve de piedra al igual que mi corazón.
—Pero no es lo que piensas —agrega rápidamente —. Es solo una tonta atracción, Allison. Yo jamás intentaría nada con él. Nunca rompería tu confianza de esa manera.
Trago duramente.
—No sé qué decir —musito.
Una sonrisa dulce le moldea los labios.
—Harry Styles siempre ha sido inalcanzable para ti. Admiras sus fotos en posters, revistas, instagram, pero sabes que nunca pasará más de una simple admiración —sacude la cabeza —. A mi padre le gustó tu madre. Es algo platónico.
—Estás empeorando todo, Raven.
—¡Lo siento! —Levanta las manos en señal de derrota —. Soy pésima explicándome, pero ten en cuenta que nunca haría algo que te lastime. Eres como mi hermana, Allie.
Alcanzo su mano para darle un apretón, la tensión poco a poco se desvanece.
—Me siento como una idiota.
—Relájate —murmura —. Ronan solo tiene ojos para ti. Ni siquiera respira cuando tú estás cerca. Siempre está comiéndote con la mirada.
—Me gusta muchísimo —digo.
—Lo sé —Raven me guiña —. Te prometo que no hay nada de qué preocuparse. Lo mío es insignificante, Allie. Ya vendrá alguien que nublará mis sentidos en todos los aspectos. Lo siento cada vez más cerca.
¿Se refiere a su compañero? Por supuesto que sí. Ella pronto cumplirá dieciocho. Cuando Raven habla con seguridad significa algo.
—Lo siento —me disculpo otra vez —. No podía seguir con esta duda.
Sus ojos azules me miran amablemente.
—No te preocupes, ambas necesitábamos ser sinceras de una vez.
💚
Raven.
Tengo ganas de lanzarme desde un puente. No me parece justo que Allison se sienta insegura por mi culpa. Esa fue la conversación más incómoda que hemos tenido.
Desde que vi a Ronan en mis visiones no pude sacarlo de mi mente. Aún recuerdo las imágenes de él sonriendo y solo en bóxer. Omití decirle eso a Allie, no iba a correr el riesgo de achicharre mi sublime cabello rojo.
La creo muy capaz.
Aunque siento que una carga acaba de abandonar mi espalda. Quiero que ella confíe en mí. Yo no la lastimaría. Mis pensamientos sobre Ronan son impuros, pero no saldrán de ahí.
Solo miro de lejos y en silencio.
Como ahora.
La veo a ella sobre su regazo mientras él la besa dulcemente. Sus manos no permanecen quietas, se encuentran bajo la falda de Allison. Mi tío Asher está a punto de tener un colapso mental.
Pobre hombre.
Mi tía Arianne bebe su café como si nada estuviera pasando. Esta mujer es la calma que necesita su marido. ¿Y yo? Debería dejar de mirar como una babosa.
Aparto los ojos y saco mi celular para distraerme en algo. No pude dejar de pensar en Logan. Sadie comentó que anda desesperado por localizar a mi prima, pero dudo que Allie quiera hablar con él. Ronan la mantiene muy ocupada, incluso en un hospital.
Reviso todas las redes sociales de Logan. Agradezco que esté en público así será mucho más fácil de obtener información. Su última foto en Instagram fue publicada hace dos días y lo mismo su deprimente tweet.
"Me enseñaste a vivir contigo, ¿pero cómo vivo ahora que ya no estás? No puedo superarte"
Apuesto a que esa frase lo robó de Tumblr. ¿Indirecta para Allison? Por supuesto que sí.
Echo un vistazo hacia la dirección de mi prima solo para verla en la misma situación con Ronan. Ajá, definitivamente Logan ya no le importa. Tampoco hará el esfuerzo de hablar con su ex.
Este trabajo me queda a mí. No creo que se moleste. ¿O sí?
Sin dudar demasiado, le envío un mensaje privado a Logan por medio de Instagram: Algo dentro de mí sabe que este chico tiene cosas importantes para decir. ¿Por qué otro motivo insistiría tanto? Hay una razón que me asusta.
El problema es que no entiendo por qué.
raven_karlsson: Tal vez te resulte extraño que me tome el atrevimiento, pero necesito que respondas este mensaje. Soy prima de Allison y amiga de Sadie. Sé que estás en problemas y quiero ayudarte.
Me llamo Raven Karlsson.
De acuerdo, la última parte es innecesario porque mi usuario dice mi nombre. Da igual.
Pulso enviar y permanezco nerviosa en mi lugar. ¿Responderá? ¿Hice bien en involucrarme? No es mi problema, pero ya el daño está hecho. Es inútil arrepentirme.
Dos minutos después recibo una respuesta.
_loganmichaels: ¿Cómo voy a saber que puedo confiar en ti?
Mierda... ¿Qué debo responder a eso? Mis dedos escriben inmediatamente, me dejo llevar por mis instintos.
raven_karlsson: Sé que estás en peligro.
Los latidos de mi corazón se aceleran como mi pulso. ¿Qué me pasa? Estoy temblando por los nervios.
_loganmichaels: Llámame ahora.
¿Qué?
—¿Pasa algo, Raven? —pregunta mi tía Arianne al notar mi estado.
—No —miento —. Iré al baño un segundo.
Rápidamente me alejo sin esperar ninguna respuesta de su parte. Logan no negó que está en peligro y lo peor es que mi corazón grita que necesito ayudarlo.
Algo malo está sucediendo.
Entro al baño, cierro la puerta y me aseguro de que nadie está escuchándome. Marco el número de Logan quien responde en el segundo latido de mi corazón.
—¿Logan?
Una larga pausa.
—Hola, Raven. ¿Qué sabes de mí?
💚
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