Horas antes...
Raven.
Mamá conduce con calma mientras nos dirigimos a casa de Ronan. Mis dedos no paran de jugar con un hilo suelto de mi suéter. Estoy horriblemente ansiosa y nerviosa. Los sonidos de gritos en mis pesadillas aún siguen repitiéndose en mi mente una y otra vez. Gritos de horror, angustia y desesperación.
Y los ojos de una chica que no puedo dejar de pensar. Ella me implora que la ayude y la salve. ¿Pero de qué? Quiero llorar por la impotencia. No sé qué hacer o pensar. Siento que me ahogaré en este río de incertidumbre. No encuentro el salvavidas que me guíe a las respuestas. No hay manera de llegar a la superficie de esta situación.
Todo es una incógnita que no logro descifrar.
—Esta mañana me llegó el informe sobre la mansión Dumont —comenta mamá —. Aún no lo vi.
Mila tiene la mano presionada en su corazón.
—¿Viste el expediente de la Poltergeist?
Mamá asiente.
—Tienen que verlo, sobre todo, Ronan —suspira —. Esto es muy fuerte.
Fijo mis ojos en ella.
—¿De qué trata, mamá?
—Hablaremos sobre eso después.
Recuesto mi cabeza contra la ventana del auto mientras los árboles pasan ante mis ojos. Mamá asegura que el aura de Ronan es demasiado brillante, incluso más que el de los niños. No comprendo. ¿Cómo puede estar relacionado con un presunto sospechoso de violación y asesinato?
—¿Conociste a la señora Dumont? —inquiero —. Estuvo presente en la fiesta.
Mamá emite una negación.
—No tuve la dicha de cruzar palabras con ella.
Maldigo internamente. Se perdió la oportunidad de ver su aura y descubrir sus intenciones. Mamá es la única que tiene esa grandiosa habilidad. Mis hermanos y yo no lo heredamos. Ella es la médium más especial.
—Yo tampoco la conocí, pero Allison afirma que es muy dulce —digo —. No creo que esté manchada como esa casa o su marido.
Los ojos de Mila se cruzan con los míos un breve segundo.
—Nadie en este mundo es inocente, Raven —murmura sabiamente —. Ni siquiera tú.
Sus palabras envían un escalofrío en todo mi cuerpo. De ninguna manera soy inocente, no cuando pienso en Ronan de formas que no debería. Tuve una breve conversación con mamá esta mañana. Ella me advirtió que mantenga los ojos para mí misma. Lo que menos deseo es tensiones entre Allison y yo. Mi prima ya tiene muchos problemas. No quiero que se estrese por mi culpa.
—Llegamos —dice mamá, deteniendo el auto a una distancia conveniente —. Raven, haz lo tuyo.
Expando mis sentidos para concentrarme en el interior de la casa. Escucho una televisión encendida y un hombre maldiciendo a la protagonista de una película. Infiernos. No estamos solas como esperaba. ¿Ahora qué? Esto complica totalmente el panorama.
—Hay alguien aquí —informo, tensa —. Ahora mismo está acostado en su cama, comiendo salchichas y viendo una película.
Los labios rojos de mamá se aprietan.
—Va a escucharnos llegar si hacemos mucho ruido.
Mila sonríe sin verse preocupada.
—Voy a congelarlo para que no haga ningún problema —Se encoge de hombros —. ¿Puedes registrar si hay alguien más en la casa, Raven?
Me concentro de nuevo, tratando de inspeccionar cualquier detalle. Solo escucho a una rata comiendo el queso podrido de la nevera, nada más. Iugh.
—Es el único presente —aseguro —. Ronan me pidió que registremos el sótano especialmente.
Mamá toma una respiración profunda y abre la puerta del auto.
—Hagamos esto de una vez, señoritas —masculla antes de bajar.
Mila y yo hacemos lo mismo.
La mansión se alza frente a nosotras. No es tan llamativa como la Fortaleza Karlsson, pero su energía perturbadora me atrae como polilla a la luz. Hay un enorme árbol que toca la ventana de Ronan, también un columpio que se balancea de un lado a otro. Me abrazo a mí misma mientras los hormigueos recorren cada átomo de mi cuerpo.
Tengo miedo.
—Mantente cerca de mí—dice mamá como si oyera mis pensamientos —. No sabemos que podemos encontrarnos en este lugar.
Asiento.
—De acuerdo.
—Congelaré primero al imbécil para que no intervenga —espeta Mila —. No notará que estamos aquí.
Entonces desaparece como si nunca hubiera estado aquí. Sus habilidades son geniales como ella. Mamá y yo nos detenemos frente al enorme portón. Es automático así que la única manera de abrirlo es presionando un botón. ¿Cuántas sorpresas más habrá en esta casa?
—Tendrás que usar mucha fuerza para abrirla —dice mamá.
Me cruzo de brazos.
—Odio esforzarme, no correré el riesgo de cortarme una uña —respondo —. Esperemos a Mila.
—No te enseñé a ser una holgazana.
—Solo aprecio mis hermosas uñas, mamá —Le enseño mis manos y ella sacude la cabeza.
La bruja aparece nuevamente como si la hubiéramos invocado. Está relajada, ni un cabello fuera de lugar. Me sorprende su nivel de tranquilidad. Nada parece perturbarla.
—¿Ya lo terminaste? —cuestiono —. Eso fue rápido.
Ella sopla el polvo invisible de su mano y sonríe.
—Él jamás sabrá que estuvimos aquí —asegura —. Ahora está en su cama con una salchicha congelada en su boca.
Mamá y yo nos reímos. Me hubiera gustado ver eso.
—Eres la mejor —señalo el portón —. Ábrelo.
Mila rueda los ojos.
—Siempre me pregunto qué harían ustedes sin mí.
—Josh Laroux estará muy triste —murmura mamá.
Las mejillas de Mila se ruborizan. Bingo. No sabemos con exactitud qué tiene con el abuelo de Allison, pero en lo personal me fascina verlos juntos. Josh estuvo soltero por mucho tiempo.
—Olvidemos mi vida privada y trabajemos rápido —espeta Mila, irritada —. Alguien más puede venir y no tengo mucha energía para volver a congelar.
Los portones se abren en un simple parpadeo e ingresamos. Enarco mis cejas, sorprendida de que los perros de Ronan no estén cerca. Esos animales siempre están pendientes de cada visitante que pone un pie en la casa.
Tengo un horrible presentimiento de esto.
—Vamos, vamos —incita mamá.
Mi celular suena en mi bolsillo, pero lo ignoro. Probablemente es Roy. Tuvimos nuestra conversación anoche antes de que se pierda con Sadie. Mi hermano es el médium más relajado de la historia. Recuerdo ese día que mamá nos habló sobre nuestros dones. Roy simplemente gritó:
—¡Eso es genial, mami! ¡Tenemos poderes!
Mamá sonrió dulcemente.
—Somos especiales, cariño. Ten presente eso siempre.
Roy asintió.
—Somos especiales.
Él y yo compartimos una conexión de mellizos. Si algo va mal conmigo él lo sabrá de inmediato. También presiento en qué estado se encuentra. Jamás podrá ocultar sus emociones de mí. Mamá decidió mantenerlo al margen de este asunto al igual que a Ava. Dos médiums volviéndose locas es más que suficiente. Prefiere que mis otros hermanos vivan en su burbuja dónde no tienen que lidiar con amenazas, aunque Ava no es ninguna tonta. Ella sabe más que todos nosotros. Mis padres no deberían subestimarla, mucho menos a Roy.
Los portones se abren y entramos al patio de la casa. El enorme árbol balancea sus ramas con hojas, el frío viento me hace estremecer. No hay nada cálido aquí. Es el lugar favorito de la muerte y el dolor.
Solo sufrimiento...
—¿Empezamos por el sótano? —sugiero.
Mamá asiente.
—Definitivamente.
Las puertas no tienen ningún seguro así que entramos sin problemas. Mamá y Mila cubren sus narices cuando el familiar olor a cañerías nos sacude. Tengo que toser varias veces para alejar ese espantoso aroma. ¿Quién diablos puede vivir aquí? ¿Acaso no huelen tanta mierda acumulada? Gente sucia.
—Esta casa es muy antigua —comenta Mila —. Tiene más de cien años, pero imagino que fue remodelada varias veces.
—Qué asco —toso —. ¿No conocen higiene?
Mamá suspira.
—El olor no tiene nada que ver con la higiene.
No contesto. Mi madre siempre tiene razón.
No puedo dejar de explorar con mis ojos los objetos. Mi teoría más grande es que esta casa carga con una maldición peligrosa y la oscuridad se debe a eso. No encuentro otra razón. Veo un cuadro familiar dónde Ronan era un niño. Una mujer de cabello castaño lo sostiene mientras el hombre conserva sus distancias.
Demetrio siempre fue distante con su familia.
—Ellos son la familia Dumont —Le señalo el cuadro a mi madre.
Lo inspecciona, enarcando sus cejas rojas.
—La mujer no es mala, pero puedo ver que carga con muchos secretos.
Mis hombros se hunden.
—¿Qué tipo de secretos? ¿De quién heredó Ronan un aura tan pura?
Mila pone una mano en mi hombro y me aleja del cuadro.
—Son preguntas que aún no tienen respuestas.
Avanzamos a través de los pasillos, merodeando cada detalle. Mi atención va hacia el techo cerca de las escaleras dónde veo una mancha oscura. Mamá también lo nota. Toco con mi dedo el líquido que gotea y arrugo mi nariz con repulsión. Huele a putrefacción.
—Es una flema —musito, limpiando mi dedo en la pared —. Una asquerosa flema.
Mamá hace una mueca. ¿Por qué una sustancia que es expulsada del cuerpo humano abunda en este lugar?
—Allison mencionó que hay más manchas como éste —dice Mila.
—Sí —respondo —. Vayamos al sótano, Ronan afirmó que ahí encontraremos la verdadera sorpresa.
Mamá suspira e indica una dirección.
—Puedo sentir esa estremecedora sensación.
—Yo también —concuerda Mila —. Y no me gusta.
A mí tampoco me gusta estar en sitios que tienen la capacidad de hacerme temblar. Nunca conocí la sensación de tener frío hasta que entré a esta casa. Definitivamente prefiero el calor.
—Debiste leer los informes, mamá —me quejo —. Estaríamos preparadas.
Ella toca el pomo de la puerta y me mira antes de abrir el sótano.
—Nunca estaremos preparadas, pequeña.
Entonces ingresamos al sótano dónde el hedor a humedad, moho y cloacas son mucho más potentes. ¿Acaso una multitud defecó en esta zona? Mila toca el interruptor y las luces se encienden. ¿Por qué Ronan sugirió que entremos aquí? No veo nada fuera de lugar, solo muebles y objetos viejos cubiertos por telarañas.
Es un sótano común y corriente. Nada especial.
—No me limito a ningún tipo de creencias —Habla Mila, tocando las paredes —. Los celtas creen en la reencarnación después de la muerte. Los humanos piensan que hay una vida en el más allá. Hay un mundo físico, mundo astral y mundo espiritual. Georgie se niega a irse porque algo le impide.
Mamá toma un aliento.
—Dejó sus huellas por esa razón.
—Sí —Mila deja salir un suspiro —. Está tratando de mostrarnos algo.
—¿Por qué nunca escuchamos sobre el caso hasta ahora? —cuestiona mamá —. No oí a los vecinos quejarse.
Me encojo de hombros.
—El señor Dumont es muy bueno manteniendo las apariencias y no tienen vecinos que digan algo al respecto. Solo a nosotros, pero vivimos a una distancia adecuada. Apenas notábamos su existencia.
Veo una mesa metálica y contengo el aliento. Mamá voltea, le una mirada a mi rostro y su frente se frunce en una familiar preocupación. Ella sabe que pronto voy a perderme.
—¿Raven? ¿Estás aquí?
Mis dedos hacen contacto con la mesa y me arrepiento de inmediato. Un horroroso pánico me llena. No me puedo mover. Mis cuerdas vocales no funcionan y mi mundo entero se convierte en un pozo de oscuridad. Solo percibo el sonido de gritos y chillidos.
Las imágenes se aclaran.
Estoy en el mismo sótano, pero no con mamá ni Mila.
Hay una chica sobre la misma mesa que toqué.
La misma chica que apareció en mis sueños los últimos días.
Tiene el camisón desgarrado y las manos atadas detrás de su espalda. Su largo cabello rubio está muy sucio por una sustancia pegajosa que es sangre. Me mira fijamente; sus ojos perdidos y aterrados. Su boca cubierta con cinta de enmascarar por lo que no puede hablar.
¿Dónde me metí? Oh, Dios...
Mis ojos están abiertos de par en par. Tengo que pestañear varias veces para poder enfocarme. Mi lengua se siente seca, cada músculo de mi cuerpo duele. Mi pulso zumba en mis oídos, un eco hueco de verdadero terror me consume.
Quiero gritar.
Solo quiero gritar.
¡Voy a gritar!
Retrocedo en un intento de escapar, pero choco contra otra mesa que mantiene amarrado a un chico en las mismas condiciones.
Y aparecen más mesas.
Varias mesas con más víctimas de todas las edades y etnias.
Mi garganta se siente apretada mientras mi mundo da vueltas. Algo pesado se enrolla en mi estómago y comienza a deslizarse hacia mi garganta. Mi piel se eriza por el movimiento que roba el suministro de aire.
—¡No, no, no! —grita el chico —. ¡Por favor, detente!
Es imposible distinguir el rostro del victimario, pero puedo ver que tiene un hacha en las manos ensangrentadas. No. No.
—¡Sáquenme de aquí! —oigo más gritos —. ¡Ayuda!
Mi garganta arde, mis ojos se llenan de lágrimas, mi cabeza se sacude debido al dolor. Por favor, ya no puedo ver más. Es demasiado sufrimiento para sentir.
Basta.
¡Basta!
No quiero ver nada.
Me cubro la boca para sofocar mis gritos, un pánico en todas las formas posibles empieza a sacudirme. Estoy en un nido de oscuridad, ahogándome, muriéndome. Doy un paso atrás cuando de repente alguien agarra mi mano, tirándome hacia la mesa. ¿Pretende torturarme también?
—¡No me toques! —grito —. ¡Quita tus sucias manos de mí!
Los ojos de mamá aparecen en mi campo de visión segundos después.
—¡Raven, mírame!
Me dejo caer en el suelo mientras el grito explota desde mi garganta, casi rasgando mi boca. Parece que un montón de víboras se envuelven alrededor de mi cuello, lastimándome, rompiéndome. Duele tanto. Todo me duele: mi garganta, mi cuello, mis ojos.
No logro respirar.
—¡Raven! —exclama mi madre —. ¡Vuelve a mí!
Sigo gritando como una lunática incluso cuando mi madre me sacude y me abraza. No puedo hablar, no puedo. Mis mejillas están húmedas por las lágrimas, mi boca seca a causa de los gritos aterradores que siguen saliendo. ¿Estuve en el infierno? Fue como estar ahí unos minutos.
—Está bien, pequeña. Te tengo —Mamá tiembla al igual que yo —. Estoy aquí, Raven.
Toco mi cuello desesperadamente en un intento de respirar. Esa restricción sigue ahí al igual que mi pánico. Necesito salir de este lugar lo antes posible. No quiero estar aquí.
—Mamá...
—Shhh... no temas —dice ella con dolor en sus ojos —. No temas, Raven. Solo respira, ¿sí? Respira, pequeña.
Sacudo la cabeza de un lado a otro mientras recuerdo las imágenes espantosas. Aquí hubo una matanza, sucedieron desgracias que ya no quiero volver a ver. Sentir el dolor de las víctimas fue como tener millones de agujas hiriendo mi espalda.
Sentí todo.
—Dinos qué viste —espeta Mila, angustiada —. Con detalles, Raven. No olvides ningún detalle.
El agarre de mi madre se hace más fuerte ante la pregunta. Puedo ver el impotente miedo en los ojos de Mila. Ellos probablemente reflejan los míos.
—A muchas personas siendo torturadas —Niego con la cabeza y fuerzo a salir en un susurro las últimas palabras —. Él tenía un hacha para lastimarlos. Vi niños, mujeres, hombres, adultos.
Mamá acaricia mi cabello, Mila toca una de las paredes y niega con la cabeza.
—Hubo una masacre aquí durante décadas —Su pie pisa con brusquedad el suelo de madera —. Puedo sentir el intenso frío como señal de dolor.
Todo está mezclado y me golpea al mismo tiempo, sorprendiéndome los sentidos como una montaña rusa de emociones. El indomable impulso de llorar trae más lágrimas a mis ojos. El nudo que se forma en mi garganta me hace sollozar fuertemente.
Pensar en todo ese dolor me lastima.
Mamá pretende estar tranquila, pero el temblor en su mano me dice lo contrario.
—Sacrificios —prosigue mamá —. Millones de almas fueron sacrificadas para ser ofrecidas al señor de las sombras.
La necesidad de gritar vuelve a mí, pero ahogo cualquier sonido con mi puño. Sollozo, tiemblo y lloro. Esa chica se veía tan destrozada. Él desgarró cada parte de ella.
—Esto va mucho más allá de nuestras capacidades —dice Mila —. No podemos ayudar.
—¿Cómo qué no? —Me aparto de mamá y miro a Mila —. ¿De qué hablas?
—Mi poder no es suficiente para luchar contra esto —masculla Mila —. Solo un ser poderoso y con mucha luz puede calmar a todas estas almas que siguen llorando en los rincones. No tengo la capacidad de detener al Poltergeist, ustedes tampoco.
Esto no está pasando, esto no puede ser.
—Un ser de luz —susurra mamá.
—Sí —contesta Mila —. Este asunto no nos corresponde.
💚
Ronan.
Mis pronósticos son potentes y violentos. Hay un tirón en mi pecho que llega cuando siento que algo malo sucederá. Aun no sé cómo funciona. Solo estoy seguro de que descubrieron algunos secretos del sótano.
Mi mente lo sabe.
—Oye... —Allison termina de vestirse —. No quiero que te angusties.
En pocos días descubrí cosas que antes no sabía. Viví en la ignorancia por muchísimo tiempo. ¡Diecinueve años! Me duele que mis padres sean parte del problema.
Mamá también está relacionada al asunto.
—Me agobia no poder saber lo que está pasando —mascullo —. Hay cosas en ese sótano, Allison. Mis padres nunca quisieron que baje ahí por una razón.
Allie extiende su mano y lo acepto mientras me levanto de la cama. Solo pensar en el hecho que debo enfrentar a su familia me pone más tenso. ¿Y Asher? Probablemente planeando cómo será mi muerte.
—Raven y las demás encontraron respuestas.
La rodeo con mis brazos y descansa su cabeza en mi pecho. Ella es esa antorcha que necesito en esta oscuridad. Antes de que apareciera en mi vida me animó a despertar los últimos meses. Desde que dibujé su rostro supe que sería imprescindible.
—¿Vamos? —pregunto —. Tu padre está esperándonos.
Se ríe.
—Está un poco impaciente.
Beso su cabeza y salimos de la habitación con las manos entrelazadas. Sonrío al recordar nuestro momento de hace horas. Jamás olvidaré este día. La imagen de Allison sudando, gimiendo y suplicando por más nunca abandonará mi cabeza. Aún puedo sentir el sabor de sus labios en los míos.
Quiero más.
Toda mi emoción se esfuma cuando me encuentro con los ojos de Asher. Nos evalúa de pies a cabeza, el tic en su mandíbula tiembla. La vergüenza sube a mis mejillas, pero intento no demostrarlo. Él no me intimidará.
—Tienes su marca —comenta —. Bienvenido a la familia.
Vaya, esa reacción no lo esperaba en absoluto. Incluso en la intimidad con Allison no pude olvidar sus amenazas. Nada más espero que conserve esta actitud para los próximos entrenamientos.
—¿Qué debo responder a eso? —cuestiono, bajando los últimos escalones con Allison.
Ella sonríe.
—Tu típico gracias —Se burla —. Ahora eres inmortal como nosotros.
Mi mandíbula casi golpea el piso por la conmoción. ¿Acabo de oír eso?
—Morder a un compañero implica otorgarle la inmortalidad para que viva con nosotros el tiempo que sea necesario —explica Asher —. Nuestro proceso de envejecimiento no es como el de los humanos. Es muy lento y hay momentos dónde se detiene.
Cualquier oración muere en mis labios, estoy sorprendido por la nueva revelación. ¿Me agrada la idea de vivir más de cien años? Sí, pero me hubiera gustado que Allison lo mencionara antes.
—Lo siento si quité tu elección —Se disculpa ella al oír mis pensamientos —. No creí que te desagradaría.
—No me desagrada —aclaro —. Solo me hubiera gustado saberlo para no estar tan asombrado como ahora. Lo estoy asimilando.
Una sonrisa aliviada florece en su hermosa cara.
—Piensa en todas las ventajas —murmura —. Ahora nunca más estarás enfermo y tienes muchísimo tiempo para hacer las cosas que desees.
Pongo mi brazo en su hombro para atraerla hacia mí.
—Suena genial si lo dices así.
Asher aclara su garganta.
—Aquí el único sorprendido soy yo —refunfuña —. ¿Cómo se atreven a romper las jodidas reglas para follar?
Allie gime en mi pecho, yo me preparo psicológicamente para los sermones. Estoy seguro de que no será el primero ni el último.
—Papá, no empieces —Se queja Allie.
Asher se dirige a la puerta y lo seguimos.
—Me molesta que hayan sido imprudentes. No saben la magnitud del problema.
—Podemos cuidarnos.
—Sí, ya me di cuenta —masculla Asher una vez fuera —. ¿No podían esperar hasta que todo se solucione?
—¿Tú esperaste mucho tiempo para estar con mamá? —inquiere Allie, cruzándose de brazos —. Apuesto a que no.
Afuera sigue cayendo gotas de lluvia, el clima no ha mejorado en absoluto. La Bugatti está estacionada al lado de un Mercedes Benz familiar.
—¿Sabes cuánto tiempo nos tomó a tu madre y a mí tener sexo? —pregunta Asher, mirando a Allie sobre su hombro —. ¡Más de un mes! ¡Ustedes lo hicieron a pocos días de haberse conocido!
Maldita sea. Tengo ganas de que un rayo impacte sobre mí para acabar con esta vergüenza, Allie se encoge de hombros a mi lado. Disfruta bastante hacer rabiar a su padre. Yo quiero que una nave aparezca mágicamente y me traslade a Chile.
—Bienvenido al siglo veintiuno, papá —murmura Allie.
Asher gruñe y abre la puerta del auto para que entremos. Su rostro molesto cambia a uno serio cuando me mira. ¿Hay compasión allí?
—Espero que hayas disfrutado la noche, Ronan —advierte —. Lo que viene no será nada bueno.
Exhalo, la tensión apoderándose de todas mis piezas. Ahora mi temor aumenta a un nuevo grado de inseguridad.
—¿Qué tan malo es? —indago.
Asher no me mira esta vez.
—Depende de cómo lo veas —contesta —. Es mejor que lo escuches por ti mismo.
—¿Puedes ser más suave? —bufa Allie —. ¿Qué pasa con la Bugatti?
—Mañana volveremos por él —dice Asher —. Ya no perderemos el tiempo ni los dejaré solos.
Genial.
💚
Cinco minutos después, llegamos a la Fortaleza Karlsson. Quisiera decir que estoy más relajado, pero eso sería una mentira. Estoy a punto de morder mis uñas y huir porque tengo miedo.
No seas cobarde, Ronan.
En este caso, la solución no es correr de los problemas. Es mejor enfrentarlos sin importar las consecuencias. Debo alejar mis miedos de una vez. Ya no quiero ser ese niño asustado que se escondía entre las sábanas de su cama o el armario esperando que lo trasladen a Narnia.
Mi realidad es muy diferente.
—Me está lastimando escucharte —susurra Allie.
Mi mano se niega a soltar la suya. Ver su rostro hace que un poco de mi tensión se disipe. El hecho de que esté despeinada y con el maquillaje corrido no hace que sea menos preciosa.
Allison Karlsson es perfecta en todas las formas posibles.
—No puedo controlar mis emociones —digo —. Es como un torbellino en mi pecho. Me siento así cuando algo malo se aproxima.
Asher nos observa a través del espejo retrovisor.
—Déjame decirte que no te equivocas.
Allison le da una mirada molesta.
—No ayudas, papá —Pone de nuevo su atención en mí —. Calma a tu corazón, Ronan. Vamos, respira.
—Necesito ir a mi casa pronto —Cada respiración es más rápida que la anterior —. Debo irme.
Allison me obliga a mantener mis ojos en ella.
—No irás a ningún lado. Creí que hablamos de esto.
Mi garganta se cierra.
—Solo quiero que este mal presentimiento se vaya de una vez.
Me da una sonrisa que calienta mi corazón y su padre abandona el auto para dejarnos solos.
—Haz de cuenta que estamos nuevamente en la cabaña —sugiere, riéndose —. ¿Te gustó sentirme?
Carajo... Si ella buscaba la manera de distraerme acaba de encontrarlo. Mi cuerpo se calienta al igual que mis mejillas. Solo la veo a ella sobre mí, besándome y tocándome.
—Sí —susurro.
Un suave beso es situado en mis labios.
—Entremos y enfrentemos juntos el problema. No estás solo.
Asiento.
—Vamos.
Sin soltar mi mano, me guía en el vestíbulo dónde absolutamente toda su familia está reunida. Puedo ver que sus primas están sonriendo de oreja a oreja a excepción de Raven. Arianne tiene los ojos brillantes y nos observa con una amplia sonrisa.
Ahora mi estado acaba de empeorar. ¿Cuándo llegará esa nave?
—Puedo oler la unión, felicidades a ambos —comenta Josh —. Bienvenido a la familia, Ronan.
—Yo... —balbuceo.
La risa de Ellie se hace más fuerte.
—Ya eres parte de nosotros —Se burla.
Melissa le da un codazo y ella se queja.
—Sobreviviste a la mordida y eso es un logro muy grande —Melissa me sonríe —. Tienes mis respetos.
Por favor, que alguien me salve de esta embarazosa situación.
Asher se sienta al lado de Arianne con el rostro tenso. El resto de los Karlsson están sonriendo también. Qué vergonzoso. Esto se parece a la ridícula tradición de mostrar las sábanas cuando una mujer pierde la virginidad. Sadie tiene esa expresión de que no entiende ni una mierda, Asa está aburrido y bosteza cada tanto. Aden me sonríe ampliamente.
—¿Le hiciste ver las estrellas? —pregunta Aden —. Mamá dijo que se sintió así cuando papá la marcó.
Joder... ¿Este niño realmente tiene nueve años? Su educación es muy avanzada y no se inmuta por nada.
—Aden... —Lo calla Arianne —. No te metas en las conversaciones de adultos.
—¿Qué? Solo estoy preguntando, mamá.
Allie niega con la cabeza.
—Cállate, mocoso.
—No empecemos con la misma mierda —gruñe Asher —. No en mi presencia.
Andrew no contiene su carcajada.
—¿Por qué tan molesto, hermano? —Su tono suena burlón —. Deberías sentirte orgulloso porque tu hija hizo el trabajo mucho más rápido que tú.
—Vete a la mierda, Andrew.
Asher le lanza una almohada que termina en la cara de Emmie. El pequeño Adam suelta chillidos divertidos. Esta familia no tiene ni un poco de cordura.
—¡Malditos cavernícolas! —espeta Emmie.
—Cambia esa cara, hermano —agrega Axel entre risas —. La niña acaba de salvar su alma de la mejor manera.
Asher ubica a Amy en su regazo.
—Espero que Melissa no me decepcione y marque a su compañero más rápido —ironiza Asher.
La sonrisa de Axel se esfuma, Melissa le guiña un ojo a Asher.
—Cuenta con ello, tío Asher.
—Yo tampoco voy a decepcionarte —afirma Ellie.
Allison se ríe y apoya su cabeza en mi hombro. Andrew le da una mirada letal a su hija.
—Haré de cuenta que no escuché eso, lucecita.
Melody se une a la diversión.
—Ahora ya no tiene gracia, ¿eh? Imbéciles.
—¿Pueden parar con este drama? —interrumpe Ashton —. Reynard tiene información para nosotros que debemos escuchar —Sus ojos azules me miran —. Bienvenido, Ronan.
Me rasco la nuca y solo asiento. ¿Por qué celebran como si fuera un evento muy importante? Es un tema privado e íntimo. ¿Qué les pasa?
La pelirroja le da una sonrisa agradecida a su esposo, Raven continúa en silencio. No hizo ningún comentario desde que llegamos. Todo el mundo hace silencio a excepción de Amy que mastica una paleta.
—Gracias por ser el único civilizado, Ashton —Reynard me echa un vistazo. Tiene una carpeta con muchas hojas en las manos —. Siéntense todos. Será una conversación muy tensa y larga.
Allison y yo captamos la orden inmediatamente. Mi corazón parece tropezar con los latidos venideros mientras me pongo nervioso de nuevo.
—Ayer recibí los expedientes de Georgie gracias a Aiden —empieza Reynard y Aiden asiente —. Admito que no me esperaba un pasado tan oscuro. Creí que era una simple niña mortal.
Enfoca los ojos entornados sobre mí, mostrando preocupación mezclada con... ¿sospecha?
—Georgie tenía poderes —Raven habla finalmente —. No sabía controlarlos y nadie pudo ayudarla. Sus antecedentes no son nada buenos. La ira fue su peor pecado —Se pone de pie y enciende la laptop que está sobre una mesa de cristal —. Casi destruyó su casa y su madre pensó en la posibilidad de abandonarla cuando cumplió cinco años. Ella no podía frenarla, se refería a su hija como un «monstruo»
Mis ojos están bien abiertos cuando un vídeo se reproduce en la pantalla de la laptop. Puedo ver a una niña con bata de hospital y aferrada a su conejo de felpa. Las paredes pintadas de blanco me hacen saber que estuvo en una clínica psiquiátrica.
Maldita sea.
—Quiero a mi mami —Llora Georgie —. ¿Dónde está mi mami?
Una mujer con el cabello atado y bata blanca se mantiene detrás de una pared de cristal.
—No irás con tu mami hasta que nos digas qué sucedió, Georgie Stacy. ¿Por qué mataste a los perros de tu casa?
Georgie mantuvo la cabeza agachada.
—Quería hacerles mucho daño.
—¿Por qué? Las niñas como tú no deberían lastimar.
Georgie levantó la cabeza esta vez y miró directo a la pantalla. Había círculos violetas bajo sus ojos y sus labios estaban agrietadas. Parecía que estaba muriendo.
—Él quiso que lo haga.
—¿De quién hablas?
—El señor de las sombras.
El vídeo se detiene al igual que mi respiración. Ahora mis nervios aumentan a flor de piel y me aferro a la mano de Allie para no caer. Ella lo mencionó.
—También conoce al señor de las sombras —susurro en shock.
Reynard asiente y revuelve los papeles de su carpeta hasta que nos enseña una hoja con diversas informaciones.
—La mansión Dumont fue construida en el año 1795 —Mila habla esta vez —. Sus primeros dueños fueron Graham Dumont quien se casó con su prima Ofelia Dumont.
Respiro profundo. Vaya, al parecer mi familia es incestuosa desde generaciones. Mamá y papá también son primos, pero nunca le di mucha importancia. Ahora entiendo porque mis genes son tan defectuosos.
—El incesto era normalizado en esa época, no pongan esas caras —resopla Melody.
—Además en algunos Estados no es prohibido—Mila nos mira a todos —. Tuvieron dos hijos y como es de esperarse no nacieron sanos. La primogénita; Lisa Dumont, nació sorda y Peter Dumont tenía trastornos de personalidad.
Echo un vistazo a mi regazo dónde mis dedos tiemblan contra la mano de Allison.
—El verdadero caos empezó una noche de tormenta en el año 1820 —dice Raven —. Peter mató a sus padres y su hermana con un hacha cuando solo tenía quince años.
Retengo el aliento. Mi mente sabía que diría algo así.
—¿Fue por su trastorno? —inquiero.
Reynard nos enseña una página con la foto de Peter Dumont. La imagen es en blanco y negro, pero puedo saber que su cabello era castaño por la claridad. Es muy parecido a papá.
—Las autoridades llegaron, pero él afirmó que no fue su culpa —murmura Mila —. Dijo que el señor de las sombras lo obligó a hacerlo.
Un nuevo horror desciende, consumiéndome, una mortificación ineludible. La simple mención de ese monstruo me pone los vellos de punta. Es alguien que existió hace más de doscientos años.
—Peter fue trasladado a una cárcel, pero no duró mucho tiempo —dice Reynard —. Se suicidó golpeando su cabeza violentamente contra la pared de su celda varias veces.
Allie se vuelve hacia nosotros, su expresión es una mezcla de confusión como la mía.
—¿Entonces ese monstruo existe desde hace años y recién ahora lo descubrimos? —discute.
—Son expedientes que estuvieron ocultos —explica Aiden —. Me costó mucho encontrarlos.
—Eso no es lo único curioso —continúa Reynard —. Destruyeron la casa para construir una nueva con un diseño diferente. Sirvió para embaucar a los nuevos compradores. Nadie quería vivir allí por su reputación, pero Daney Hudson y su esposo Tizian Johnson cayeron en la trampa diez años después. Ella estaba embarazada, pero parió un niño muerto. Según algunas versiones no soportó tanto dolor y se suicidó. Su esposo la siguió sin dudar.
Mi mente está caótica, mis pensamientos vienen muy rápidos como para poder entenderlos. Mi angustia y frustración incrementan con cada revelación.
—Los habitantes de New Hope afirmaron que esa propiedad estaba maldita —Reynard lee los informes —. La casa tenía una terrible reputación así que en el año 1908 se convirtió en una funeraria.
La angustia me recorre hasta la médula. Un chico mató a su familia en esa casa y ahora afirma que fue una funeraria. Yo viví ahí toda mi vida.
—Aún no escucharon nada —Se ríe Mila irónicamente —. ¿Por qué crees que tus vecinos viven muy lejos de tu casa, Ronan? En realidad, los Karlsson son tus únicos vecinos.
Siento a mi corazón pesado para mi pecho.
—Porque los primeros vecinos tampoco tuvieron final feliz —suelto.
Mila asiente.
—Janeth Down vivía a dos cuadras, pero murió cuando se ahogó en el lago. Octavio Byrne fue asesinado por un lobo y la lista sigue —resopla —. El año pasado Georgie fue encontrada muerta cerca de tu casa. La tragedia persigue a esa zona. Todo está conectado.
Mi garganta arde.
—Vivo ahí desde que tengo memoria... —susurro.
—En realidad, no naciste en New Hope —dice Raven—. Tus padres se mudaron a esa casa cuando tenías seis años.
Edad donde empecé a desarrollar mis habilidades y ver muertos. Mierda...
—En el año 2005, un escritor, Elliot Fox llevó a cabo una investigación sobre este pueblo y tu casa. Quería inspiración para su nuevo libro —masculla Reynard —. Pero murió antes de que pudiera publicar el manuscrito entero. Su mujer conservó algunas páginas dónde decía que en esa casa se llevaba a cabo ritos para venerar a un dios.
El miedo y la adrenalina envían una dolorosa sacudida a través de mi pecho. Parpadeo brevemente para poder concentrarme. Ahí está de nuevo la sensación...
—Lo veneran con sacrificios en esa casa —asumo.
Allie aprieta más fuerte su mano.
—Sí —responde Reynard, dejando la carpeta sobre la mesa —. Sacrificios que alimentan al señor de las sombras. Por esa razón murió Georgie y más personas.
Arianne aprieta los puños.
—¿Otra Abigail?
Reynard niega con la cabeza.
—Temo decirte que este es un problema mucho mayor, Arianne. Este «dios» no es como algo que enfrentamos alguna vez. Estuvo vivo durante siglos y manipula muchas cosas a su favor —Reynard me mira —. Mi hija tuvo una visión.
Raven asiente.
—He visto a personas siendo asesinadas en tu sótano —musita —. Tus padres son cómplices, Ronan. Ellos sirven al señor de las sombras.
De acuerdo, esto es espeluznante. Me estremezco con un aumento repentino de miedo que deja escalofríos a lo largo de mis brazos. Ahora entiendo porque ordenaron que no bajara al sótano.
Ellos sabían que podía descubrir lo que ocultaban. ¿Y también están enterados sobre mis habilidades? ¿Por qué todos estos años me enviaron a terapias e incluso me internaron a los once años? Algo no cuadra.
—Georgie fue utilizada como sacrificio el año pasado, pero a diferencia de otras almas ella busca venganza —explica Reynard —. Su odio y espíritu vengativo la ata a esta tierra.
Me encuentro con la boca seca.
—Ella tenía poderes antes de morir —murmura Raven —. Supongo que por eso logró contenerte, Allison.
—Dioses... —murmura Allie —. ¿En serio mataron a personas y siguen libres?
—Escuché sobre estos expedientes, pero en su mayoría los casos han sido cerrados. Las muertes relacionadas a esa casa fueron consideradas por causa natural —Aiden sacude la cabeza —. No creí que había algo turbio detrás, los oficiales tampoco.
Aclaro mi garganta.
—¿Cómo mi padre consiguió el puesto de asesor?
—El antiguo decidió irse a New York y lo recomendó —contesta Aiden —. Tu padre es muy bueno en lo que hace.
Me río a pesar de las circunstancias.
—Es mi padre, pero estoy seguro de que aseguró su puesto como asesor para ocultar todos los crímenes relacionados a mi casa —mascullo —. Es lo que cualquier cómplice haría.
Aiden aprieta la mandíbula.
—Tiene sentido.
—Demasiado —suelto la mano de Allie —. ¿Y mi madre qué papel podría cumplir? Ella nunca creyó que puedo ver a los muertos. Yo... tengo mis dudas al respecto.
—Sospechamos que ellos son solo peones de la amenaza —expone Raven —. Llevan víctimas al matadero y hacen su trabajo.
Mierda... cada vez se pone más oscuro.
—Georgie me odia por culpa de ellos —digo, furioso —. La dañaron.
—Creo que deberías preguntarle a tu madre, Ronan —sugiere Allie —. Sabrás si miente o no.
Me pongo de pie con las manos en mi cabeza. Siento que reventará si no me calmo pronto. Aquí está la verdad que tanto buscaba, pero no me gusta en absoluto.
—Entonces en mi casa ocurrieron muchas matanzas y sospechan que mis padres son cómplices —mascullo —. ¿Y qué explicación tiene el hecho de que no me creen cuando sirven a un monstruo? Nada de esto tiene sentido.
Raven me mira con pesar.
—Lo correcto es preguntarles...
Niego.
—Él no deja que nadie se acerque al sótano. ¿De verdad creen que será sincero? Obviamente está ocultando cosas malas. ¿Y Georgie? Ella llama a mi padre el señor D. ¿Cómo él logró matarla si ella tiene poderes?
—Seguía siendo una niña —musita Raven —. Y su espíritu era ingenuo en muchos aspectos.
—Dudo que tu padre sea el señor de las sombras —Asa habla por primera vez en la noche —. Él logró cruzar la barrera de la Fortaleza. Es un simple humano.
Todos en la habitación asienten y murmuran.
—Tu padre es solo un peón —agrega Roy en voz baja —. Puedo asegurarlo.
Raven aprieta la mano de su hermano como si estuviera ofreciéndole consuelo. Ahora resulta que todos conocen a mi padre menos yo.
—Si mis padres son culpables, tenemos que detenerlos para que no sigan haciendo daño —espeto —. Buscarán otra víctima tarde o temprano.
Aiden Karlsson asiente.
—Empezaré una investigación para reunir todas las pruebas.
—¿Qué hay de Georgie? —Miro a Mila —. ¿Puedes detenerla?
Mila suspira.
—No está en mis manos ayudar, pero prometo que buscaremos a alguien más. Solo un sacerdote o un médium especializado en exorcismos puede hacer el trabajo. Los de aquí no podemos hacer mucho —Señala a los pelirrojos.
Mis esperanzas de librarme de esa fantasma acaban de morir.
—¿No encontraron nada más en el sótano? —indago —. Yo... escuché voces ahí.
Reynard suspira.
—Aún no queremos decirlo hasta estar seguras.
¿Es en serio? Abro la boca con intenciones de protestar, pero Allie se acerca a mi lado y frota mi hombro. Sabe que me estoy alterando.
—Creo que fue suficiente por hoy —murmura —. Ronan necesita descansar.
💚
Allie.
Preparo un baño caliente en la tina mientras me despojo de mi ropa húmeda. No le mencioné a mis padres que Catalina hizo otra aparición y no lo haré hasta que las cosas se calmen. Están muy alterados por la información que reveló mi tía Reynard y las demás.
Ahora resulta que Ronan proviene de una familia de asesinos.
Me siento mal por él. Sé que todo esto le afecta, aunque no lo diga en voz alta. Sus emociones duelen como espinas en mi piel. Ojalá pudiera consolarlo, pero nada de lo que haga sirve. Necesita tiempo para procesarlo.
—El baño está listo —digo, metiéndome en la tina —. ¿Ronan?
Él permanece en nuestra habitación con la cabeza hundida entre sus manos.
—Dame un minuto más.
Suspiro y me meto en el agua llena de espumas. No sé cómo esta situación tomará su curso, pero me consuela saber que tenemos algo para poder combatir la raíz del problema. No estamos caminando a ciegas. Me niego a ser pesimista.
Restriego el jabón por mi cuerpo justo cuando Ronan entra al baño sin camisa y solo en bóxer. Mis piernas se aprietan ante la vista. Él me deja muda y tonta en más de un sentido.
—¿Te importa si me uno? —pregunta roncamente.
Sacudo la cabeza.
—No.
Le doy espacio para que se ubique detrás de mí y me posiciona en su regazo una vez que se mete conmigo al agua. Mi corazón se acelera mientras que la adrenalina me recorre en ritmo firme y cargado. Realmente estamos juntos. Ronan masajea mis hombros y después mi cuero cabelludo. Cada parte de mí se derrite contra su cuerpo. El gemido que sale de mis labios es inevitable.
—Shh... —Se ríe.
Es tan bueno escuchar su risa a pesar de todo.
—¿Te cuento un secreto? —pregunto.
Sus manos recorren mis piernas desnudas y besa mi cuello.
—¿Mmm?
—Tenemos privacidad —sonrío —. Nadie podrá escucharnos a partir de hoy. Le pedí a Mila que haga uno de sus tantos hechizos.
—¿En serio?
—Sí.
—Mi chica es muy inteligente —dice, mordisqueando mi oreja —. Lo único que me anima es saber que te tengo completamente.
Suelto un aliento entrecortado.
—No tienes que contenerte nunca más —suspiro.
—Mierda, no lo haré —sonríe —. Quiero escucharte gritar mi nombre nuevamente, Allison.
Tiemblo por la excitación.
—Entonces deja de perder el tiempo, cariño. Hazme gritar de una vez.
—Ten por seguro que lo haré —Más besos son depositados en mis hombros —. Yo... me siento como el idiota más grande del planeta. Debí saber qué había algo en ese sótano. Las voces me llamaban.
Me distraigo con algunas burbujas mientras él juega con mi cabello.
—Eras un niño, Ronan.
—Un niño que ve cosas y adivina el futuro —murmura —. Las voces pidieron mi ayuda todo este tiempo.
Me vuelvo hacia él y lo abrazo. El agua en la tina se menea con el movimiento, salpicando el suelo.
—Ahora tenemos la oportunidad de ayudar y cambiar la situación —digo —. Enfrentaremos a tu padre y ese monstruo.
Respira hondo.
—Me niego a creer que mi madre también es responsable.
Beso su pecho.
—Confío en que ella será sincera. Merece tu voto de confianza porque estoy segura de que te ama.
—Sí —susurra Ronan —. Ella estuvo para mí cuando papá no quiso. Jamás me lastimaría.
💚
Al día siguiente despierto desnuda en los brazos de Ronan. Me incorporo en la cama solo para ver a Annie observándonos con el ceño fruncido. Pobre criatura. Parece molesta por el espectáculo que presenció anoche.
Dioses...
Estiro mis brazos y bostezo. Ronan sigue profundamente dormido a mi lado. Dudo que despierte pronto. El chico está muy agotado tanto física como emocionalmente. Yo me sentiría igual en su lugar. Ayer tuvo muchas emociones, merece un largo descanso.
Me levanto de la cama justo cuando Melissa toca mi puerta. ¿Qué hace despierta tan temprano? Son las ocho de la mañana. Miro un momento a Ronan quien duerme sobre su estómago. El edredón no cubre su espalda, tampoco sus nalgas. Muerdo mi labio ante la vista y me acerco para cubrirlo. No quiero que Melissa lo vea.
Me visto con unas de sus camisetas y recibo a mi prima.
—Uy... —Se burla Melissa al ver que no le doy oportunidad de mirar —. ¿Qué ocultas? Aunque puedo hacerme una idea con ese aspecto tuyo. ¿Te comiste toda la noche a ese culo sexy?
Ruedo los ojos.
—¿Por qué molestas temprano?
—Reunión de primas en mi habitación —espeta —. Tienes diez minutos.
Elevo mis cejas, sonriéndole porque ambas tenemos el truco de Mila. Ahora podremos hablar sin que nadie nos escuche. Anoche comprobé que es posible. Ronan y yo hicimos muchísimo ruido y no hubo burlas ni quejas.
Nunca me sentí tan libre.
Gracias, Mila.
—Estaré ahí pronto.
—Bien —responde Melissa. Pretende mirar, pero cierro la puerta en su cara —. Recuerdo que antes compartíamos, egoísta.
Arrugo la nariz.
—No esta vez.
Escucho sus pasos mientras se aleja y resoplo. Ronan despierta cuando lo miro de nuevo. Sus ojos oscuros están entrecerrados, su cabello castaño despeinado.
—Hola —sonrío.
—Hola —contesta y me uno a él en la cama —. ¿Con quién hablabas?
—Con Melissa, lamento si te despertamos.
Él bosteza.
—No te preocupes, debo entrenar pronto con tu padre.
—Hoy tienes derecho a faltar.
—¿Por qué? —inquiere —. Si te refieres a los secretos de mi familia, no voy a detener mi vida ni lamentarme. También quiero hablar con mi madre pronto y registrar a mis perros.
Qué terco.
—No dejaré que vayas solo a tu casa.
Me sonríe.
—Como quieras —Besa mi frente —. Me gusta mucho tenerte cerca.
—¿Sí?
—Sí —repite con una sonrisa —. Me tomaré una ducha y te veré después.
Se levanta completamente desnudo y no puedo evitar observar cada parte de él con mucho descaro. ¿Es normal quererlo de nuevo dentro de mí? Dioses, temo que seré insaciable.
—No eres la única —Ronan se burla de mí —. ¿Esta noche lo repetimos?
—Todas las noches —contesto.
Él se dirige al baño con una sonrisa y muerdo mi labio. Mírenme ahora; toda tonta por un chico que no quería conocer. La vida da tantas vueltas.
Estoy mirándome al espejo cuando la siento en mi cabeza. Encuentro los susurros inundando mi mente antes que pueda resistirme a ellos, la voz es tan distinta a la mía que ya no puedo escuchar a ningún otro ruido en mi habitación. Solo el sonido de su risa.
—No necesitas estar unida a él si quieres ser más fuerte.
El miedo fluye a través de mí en ondas asombrosas. ¿Catalina?
—Cállate —siseo —. Sal de mi puta cabeza.
La risa suena de nuevo.
—Tienes que escuchar esto, Allison. Nunca quise hacerte daño.
¿No? Destruyó mi infancia.
—Vete a la mierda.
—Piénsalo, niña. Tú y yo juntas seremos indestructibles. El mejor equipo.
—¡Púdrete!
Mi puño impacta contra el espejo y varios vidrios se incrustan mis nudillos. Maldigo entre dientes, sintiendo a la cólera absorberme. ¿Cómo se atreve esa desagraciada? ¿Cómo diablos puede decir que nunca quiso dañarme? Sufrí durante años, mis padres lloraron por mí, buscaron alguna solución en varios países, pero no supieron ayudarnos.
Jamás olvidaré eso. Ella me condenó.
—¿Allison? —Ronan está frente a mí en menos de un segundo —. ¿Estás bien?
En otro momento no dudaría en apreciar su desnudez, pero ahora parece que los jodidos ratones me comieron la lengua. Se metió en mi cabeza, me habló.
—Sí.
Una gota negra se desliza de mi nariz. Es la misma sustancia que expulsé después de mi cumpleaños. El veneno de Catalina.
—Allie... —Ronan me observa en shock —. Dios, Allie...
Le doy la espalda y limpio rápidamente mi nariz con mi puño. No, por favor.
—No te preocupes por mí —susurro, mis hombros tiemblan —. Termina tu baño.
Ronan exhala.
—Tienes que decírselo a tus padres.
—Lo haré después —aseguro —. Solo dame espacio, por favor.
Ronan se dirige nuevamente al baño y parpadeo para retener las estúpidas lágrimas. No voy a llorar ni lamentarme nuevamente. Ella quiere verme débil, asustada y rendida.
Nunca le daré esa satisfacción.
Yo no me rendiré fácilmente.
Daré batalla.
—Maldita desgraciada —murmuro —. No te saldrás con la tuya.
No pretendo amargar mi día por algo tan insignificante. Nada sucedió. Ella no me robará más lágrimas ni lamentos.
Ya no.
💚
Me reúno con mis primos en la habitación de Melissa cuando mi cabeza se pone en orden. Me sorprende ver que Roy, Ava, Asa e incluso Sadie están presentes. ¿Qué carajos? Pensé que era un asunto entre primas.
—¿Perdón? —inquiero —. ¿Por qué el gallinero está lleno?
Roy se ríe, Asa permanece el silencio al igual que Ava. Sadie me examina de pies a cabeza. Veo las preguntas en sus ojos, pero no hará ninguna frente a mis primos. Me interceptará después, la conozco.
—¿Noche larga? —pregunta mi primo a cambio —. Se nota que tuviste un buen revolcón. Mira ese cabello.
Cierro la puerta y me mantengo de pie.
—Eso no importa ahora. ¿Qué están tramando?
Ellie sostiene en su regazo una laptop y señala la pantalla. Esta chica además de ser excelente en la cocina es muy experta con la tecnología. ¿Hay algo que Ellie no sepa hacer?
—Logré tener acceso a las cámaras de seguridad que pusieron nuestros padres en los bosques —informa con orgullo —. Verifiqué los vídeos, pero ninguna mostró nada raro. Solo árboles y Allison comiendo a Ronan bajo la lluvia. Las últimas horas tampoco apareció algo anormal.
Mis mejillas se sonrojan.
—¿Qué...?
Raven se ríe.
—Nuestros padres instalaron cámaras en cada centímetro del bosque, Allie. Eso incluye a la cabaña dónde estabas con Ronan.
La mortificación hace hervir mi cara humillada. Sabía que había cámaras, pero no imaginé que en la cabaña también. ¿Eso quiere decir que vieron todo? Me quiero morir.
—Oh, Dioses... —gimo —. Dioses...
Todos se ríen de mí. ¡¿En serio les parece chistoso?! ¡Hay vídeos de mí en acción! ¡Mi privacidad fue violada!
—Tu padre borró los vídeos anoche —dice Melissa —. Relájate, nadie verá tu momento con Ronan.
Intento golpearla a modo de broma, pero Asa la defiende.
—¿Me despertaron temprano para esta tontería? —Se queja él —. No me hagan perder el tiempo.
Ava resopla.
—Tranquilo, amigo, solo queremos saber algunos detalles.
—¿Qué? —El gesto de Asa ahora es más profundo, desconcertado y escéptico. Luego viene la comprensión y miedo —. No hablaré sobre eso.
Melissa aprieta su hombro.
—Sé que no te gusta la idea, pero eres el único que puedes ayudarnos. Cuéntanos como fue tu experiencia al sentirlo cerca.
Asa se estremece.
—Aden y Ava también lo vieron.
—Pero él nunca nos miró —murmura Ava —. Estaba muy interesado en ti.
Asa toma una respiración profunda antes de hablar, sus hombros se hunden. Sabe que no saldrá de aquí hasta que diga algo. Su hermana y sus primas lo tienen acorralado.
—Al principio sentí que no podía hablar ni moverme hasta que Ava y Aden me hicieron entrar en razón —Sus ojos avellanas se apagan por la tensión —. Tuve la sensación de que quería retenerme. Lo sentí en mi pecho.
Me abrazo a mí misma para tratar de controlar la inquietud que me atraviesa. ¿Ese monstruo quiere poseer a mi primo? ¿Así como Catalina hizo conmigo?
—¿Cuál es el punto de esta reunión? —pregunto —. Nuestros padres se reunirán pronto en el comedor y sospecharán si no estamos ahí.
Roy le sonríe a Sadie antes de hablar. No quiero imaginar lo doloroso que será cuando mi mejor amiga deba irse a Canadá. Nunca la vi tan feliz como estos últimos días.
—Tomaré el primer vuelo que me lleve a Vancouver este sábado —dice Sadie con tristeza —. Tus primos quieren organizarme una despedida en el club del pueblo.
Enarco una ceja hacia Raven.
—Siento que hay otro motivo más aquí.
Ava se ríe.
—Los idiotas escaparán en la noche y harán estupideces —espeta, frustrada —. Piensan que podrán ver al monstruo.
Ellie se cruza de brazos.
—¿Por qué no nos dices que puede salir mal?
—Yo nunca revelo las cosas que veo —determina Ava —. Menos a ustedes que son muy estúpidos. ¿De verdad creen que él se dejará ver? Sabe que hay cámaras en el bosque, no es un monstruo irracional. El bastardo es inteligente.
Y entonces abandona la habitación, cerrando la puerta de golpe. Asa le sigue segundos después. Estos niños...
—No creo que sea buena idea —recuerdo la promesa que le hice a Ronan —. Tú no deberías ser parte de esto, Sadie.
Mi mejor amiga agacha la cabeza.
—Él no dejará verse hasta que nosotros lo busquemos —suspira Raven —. No tenemos otra opción, Allie.
—Creí que tú eras la más racional aquí —reprocho.
Ella sonríe.
—Tenemos una ventaja sobre él y esa es la unidad —asegura —. Lograremos que se deje ver si trabajamos en equipo. Confía en mí.
💚
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