Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 20 ✴

[Capítulo con contenido explícito. Lee bajo tu responsabilidad]

💚

Allie.

La poca distancia que hay entre nosotros termina.

Una corriente magnética nos empuja cada vez más cerca uno del otro, nos atrae, nos envuelve. Mis ojos están en sus labios húmedos y la suave curva de su boca se levanta en una impresionante sonrisa. Oh, Dioses... Lo deseo tanto que ya puedo saborear las gotas de lluvia en su suave aliento.

Lo quiero.

La excitación crece más fuerte, recorriendo mis venas, besando cada terminación nerviosa de mi cuerpo. Estoy jadeando, incapaz de aguantarlo más. Los ojos de Ronan nunca me abandonan. No puedo hablar o parpadear. No quiero romper la conexión de su mirada hipnótica.

Quiero gritar por la frustración, quiero que esta dulce agonía se acabe.

Me duele.

Cada parte de mi cuerpo duele por él.

Nos quedamos de pie bajo la lluvia, observándonos. Estoy inmovilizada en su cautiverio. Soy presa del deseo. Un relámpago estalla encima de nuestras cabezas, iluminando el oscuro ambiente.

Estoy temblando.

Él también.

—Deberíamos entrar —dice. Su voz suena grave por la excitación.

—Sí.

Nos movemos a través de la lluvia, la puerta de nuestro refugio se abre cuando levanto mis manos y después ingresamos. Estoy pegada a él, su pecho en mi espalda, el calor de los cuerpos opaca nuestras ropas húmedas y frías. Acaricia su boca contra mi oreja, su lengua lame las gotas de agua que recorren mi cuello.

Voy a morir.

—¿Te referías a este lugar? —pregunta. Cada frase que abandona sus labios es tan provocadora —. Es asombroso.

¿Cómo puede ser tan sexy sin intentarlo? Me tiene en sus manos.

—Sí —repito. Es la única palabra que puedo pronunciar —. Mamá lo recomendó.

Ronan toca el dobladillo de mi falda húmeda.

—Deberías quitarte la ropa.

Lo miro sobre mi hombro, a través de mi cabello empapado. Las gotas de lluvia caen por mis labios y él se inclina para lamerlo. Aprieto mis piernas en respuesta. Dioses, este chico tiene la habilidad de excitarme con un simple gesto.

—Tú también deberías desnudarte —susurro.

La lluvia es cada más fuerte ahí afuera, el agua golpea las paredes siendo el único sonido en la oscura cabaña. Lanzo una bola de fuego en la chimenea, terminando con la oscuridad. Es el ambiente perfecto para entregarnos al otro.

Nadie nos detendrá.

—Tus padres van a matarnos —masculla Ronan —. Rompimos las reglas.

Aclaro mi garganta. ¿En serio está pensando en mis padres? ¡Dioses! Yo solo deseo que se desnude lo antes posible.

—¿Te importa? —pregunto —. A mí no. A veces vale la pena romper con las reglas.

Él me observa con párpados que se están volviendo pesados. Tanto placer lo abruma en el mejor sentido como a mí.

—A mí tampoco me importa.

Entonces lentamente empieza a desnudarse, cumpliendo mi petición silenciosa. Primero empieza con su camisa mojada, después sigue su cinturón, pantalones y zapatos. Estoy jadeando de necesidad, suplicando que me tome de una maldita vez.

Ronan está casi desnudo a excepción de su bóxer. Una serie de abdominales forman un sendero hacia la afilada V. Sus piernas son tonificadas al igual que sus fuertes brazos. Hace que me sienta pequeña y vulnerable en su presencia.

No es su aspecto físico lo que me deja sin palabras. Es la seguridad que emana en estos momentos. No es el chico tímido que conocí en mi fiesta. Estoy en presencia de un hombre que sabe lo que quiere.

—Tu turno —sonríe. Intento quitarme la ropa, pero él me detiene con una mano —. No, déjamelo a mí. Ese es mi trabajo.

Benditos dioses...

Ronan me acerca a su cuerpo y aparta el cabello mojado de mi cara.

—Siento que estoy soñando —susurra.

Tiemblo, pero no es debido al aire frío. Él es la única razón.

—Yo también.

Comienza a tirar mi top blanco y levanto los brazos para facilitar su tarea. Una vez que la prenda está lejos de mi cuerpo, besa mis hombros desnudos. Sus labios en mi piel me hacen respirar con dificultad. Después toma mi boca con lentos y sensuales besos. Sus grandes manos acunan mi cara con el toque más gentil.

Me está tocando como si estuviera hecha de cristal.

—Quiero estar contigo, Ronan —digo entre suaves jadeos —. Te necesito tanto.

Se echa hacia atrás, presionando su frente con la mía.

—Yo también —murmura —. Me tienes, hermosa.

Desabrocha mi sujetador, exponiendo mis pechos para él. Su mirada nunca abandona la mía mientras acaricia mis pezones con su pulgar. Mi reacción es volver a gemir. La satisfacción se refleja en su expresión. Está feliz de tener este efecto en mí.

Cuando habla, su voz es baja y ronca.

—No puedo creer lo hermosa que eres.

Mis pestañas se agitan cuando se arrodilla para bajar mi falda. Agarra el dobladillo de la tela para deslizarla por mis piernas junto a la pequeña tanga. Ahora es él quien gime y yo sonrío por su impresión. No es el único que tiene el poder de derrumbarme.

—Voy a disfrutarte antes de mi muerte —murmura con una sonrisa —. Me encargaré de acariciar cada parte de tu cuerpo.

Trago saliva.

—¿Por qué piensas en tu muerte?

—Porque tu padre me matará después de esto.

—No es momento de pensar en él —protesto.

Sus labios hacen contacto con la piel de mi estómago. Besa el hueso de mi cadera, mis muslos y mi ombligo. Yo me aferro a su cabello como si mi vida dependiera de ello. Su lengua húmeda me hace suspirar, su mirada atenta observa mi cara como si pudiera ver mi alma. Su presencia es demasiado intensa y solo nos comunicamos con suspiros y gemidos de necesidad.

Él está explorando mi cuerpo a su gusto.

—¿Te gusta esto?

Ni siquiera debería hacer esa pregunta.

—Sí, pero te quiero a ti completamente —suspiro —. Por favor, Ronan.

Sus manos acarician la curva de mi trasero.

—No tienes que suplicar.

Los papeles se invierten mientras lo obligo a ponerse de pie y es mi turno de arrodillarme. Lentamente, bajo su bóxer, conteniendo la respiración cuando libero su erección. Mi boca se seca ante la vista. Está duro y erecto. Me lamo los labios mientras levanto la mirada hacia él. ¿Lo mejor? Ronan no está avergonzado de mostrarse ante mí. Disfruta de esto tanto como yo.

—Dioses... —gimoteo —. ¿En serio nadie disfrutó de esto?

Ronan sacude la cabeza con una sonrisa y se ruboriza. Las llamas del fuego iluminan su cara, haciendo que se vea como una obra maestra. Él también me tiene perdida.

—No hables así.

—¿Por qué? —Lo tiento. No se opone cuando deslizo un dedo por su longitud de arriba a abajo, así que continúo con mi exploración, acariciando la cabeza sedosa. Soy recompensada con gemidos roncos y maldiciones —. Me enciende demasiado saber que seré la primera afortunada.

Ronan me acaricia el cabello. Su pecho se eleva y baja rápidamente, su respiración es dura como la mía.

—Detente ahora —Me obliga a ponerme de pie —. Terminaré muy rápido si continúas tocándome de esa manera.

—¿Qué quieres exactamente?

Sus pupilas están más dilatadas que nunca.

—Estar dentro de ti.

Por Dagda...

Nuestras bocas colisionan en un beso frenético y hambriento. Un momento después, mi espalda choca contra la pared más cercana. Me alza así que rodeo su cintura con mis piernas. No soy consciente de nada más que sus labios contra los míos mientras me roba todos los sentidos. Su sabor es adictivo, cada parte de él. Ronan enciende en mí la mayor necesidad que sentí en mi vida.

Sus manos acunan mis pechos y después los besa ansiosamente. Mi cabeza cae contra la pared, un fuerte gemido de placer me abandona. Maldita sea, nadie me tocó con tanta intensidad y desesperación.

—Tus pechos son espectaculares —jadea —. Realmente espectaculares como cada parte de ti.

Mi risita termina en un gemido.

—Bueno, gracias —río —. Me alegra saber que te gustan.

—Las amo como no tienes idea. ¿Hay alguna habitación aquí?

—Arriba —señalo.

—Bien.

Oh, Dioses... No puedo creer que está sucediendo. Mis tobillos se aprietan alrededor de su cintura mientras él sube las escaleras conmigo aferrada a su cuerpo. Ronan abre la primera puerta que encuentra y después tumba mi cuerpo sobre las sábanas blancas. Me tomo un segundo para examinar mi entorno. No hay ningún mueble fuera de lugar y todo está muy limpio. Al parecer alguien se encarga de hacer el aseo.

—Dijiste que pertenece a tus padres —comenta Ronan.

—Sí, pero recuerda que hoy es nuestra —sonrío y enciendo la segunda chimenea —. Solo nuestra.

Subiéndome a horcajadas sobre él, empujo su pecho y recorro su abdomen con los dedos. Sus músculos se contraen ante mi contacto. Yo sonrío maravillada. Sus abdominales son duros y definidos. Las yemas de mis dedos trazan delicadamente cada hendidura. Leves temblores sacuden el lugar dónde estoy tocándolo sin ningún tipo de vergüenza.

Yo le provoco esto, solo yo. Ronan lame sus labios.

—No tengo condón —dice.

—Tomo la píldora desde los dieciséis —musito —. Eso no es un problema, Ronan. Te deseo tanto.

Besa mi hombro.

—No tienes idea de cuánto te deseo en este momento.

—Entonces tómame de una vez.

Su cabeza cae en el hueco de mi cuello.

—Dios, Allie —susurra —. No sé cómo hacer esto, nunca estuve con ninguna chica. Quiero hacerte sentir bien. ¿Me dirás si algo te molesta?

Mi corazón se agita por su honestidad. ¿Puede alguien ser más dulce y gentil?

—Me haces sentir increíble —aseguro y paso mis uñas por su espalda —. Tómame como quieras, Ronan. Suave, rápido o duro. Puedo manejarlo de cualquier manera.

Ronan suelta un gemido desde lo más profundo de su garganta por mis palabras crudas. Mis manos van a su pecho para sentir los latidos de su corazón. El mío no es el único que palpita muy rápido.

—Vas a matarme, Allison.

Le guiño un ojo y muevo mis caderas en su regazo.

—De placer, cariño. De placer —gimo —. Ahora deja de hablar y tómame.

💚

Ronan.

Allison es tan increíblemente hermosa que estoy teniendo problemas para recordar mi propio nombre. Inhalo y dejo que el olor de su piel me llene. Estoy drogándome con su exquisito aroma. Apaga mis sentidos como una droga.

La deseo con todo mi ser.

Todavía no puedo creer que está destinada a mí. No me molestaría pasar horas escuchando su risa o admirando la forma que se ilumina su cara. Ella es todo lo que quiero y necesito. No me siento raro o incómodo a su lado.

Me siento como el chico más afortunado del mundo.

La forma en que me mira con esos grandes ojos verdes, tan oscuros que me podría perder en ellos, no tiene precio. Es absoluta perfección y esta noche le demostraré cuanto la deseo.

—Ronan...

Mantengo mis manos en su pequeña cintura mientras baja sobre mi miembro y me ubica dentro de ella. Joder... Un profundo gemido sale de mis labios ante la sensación. Se siente increíble, nada incómodo como imaginé.

Adiós, virginidad.

Allie apoya sus manos en mis hombros y contengo la respiración.

—¿Estás bien? —me pregunta con dificultad.

Asiento.

—Sí.

Se mueve de nuevo.

—No puedo respirar.

Sonrío.

—Yo tampoco.

Observo hacia dónde nuestros cuerpos están unidos. Ella se mueve lentamente, meciendo sus caderas a un ritmo suave, como si yo fuera una criatura inocente y frágil. Tiene que ser una broma. No lo soy, ella necesita saberlo de una vez.

Me acomodo una posición sentada, ella en mi regazo, con sus piernas alrededor de mi cintura. Es una diosa y no entiendo qué hice para merecer este privilegio.

—¿Parezco delicado, Allison? —Traigo sus labios a los míos —. Déjame recordarte que casi muero de hambre por ti. Muévete.

Sus ojos se abren y asiente una vez. Araña mis brazos y gimo en voz alta, amando cada segundo de este mágico momento. Cristo, esta chica sabe exactamente lo que necesito y sabe cómo dármelo. Es bueno que me lea la mente.

—Ronan...

—Estoy bien —Agarro sus caderas y empiezo a dirigir el ritmo, necesitando sentirla —. No te detengas, hermosa. Me encanta cómo te sientes.

Sus ojos verdes resplandecen a medida que evalúa mi rostro. Poco a poco el tono va a cambiando a uno amarillo. El animal que mantiene en su interior esta noche será liberado. Ella marcará cada parte de mí en sentido muy literal.

Tendré su marca.

—¿Cómo?

—Perfecta.

La agarro con más fuerza y empiezo a embestir dentro de ella con todo lo que tengo. Dándole cada parte de mí. Siento como si me estuviera hundiendo en un fuego furioso, quemándome deliciosamente. Quiero rendirme ante las llamas, quiero que me consuma por completo. Quiero arder en esta hermosa chica. Mi chica.

—Ronan...

Sus mejillas están sonrojadas y su pelo se pega a su frente húmeda mientras mueve sus caderas en busca de más fricción. Mierda, ella es insuperable. La tengo en todas las formas que quiero, pero todavía la necesito de muchas maneras. Nunca tendré suficiente.

Me siento mareado, mi cuerpo tiembla mientras ambos gritamos. Un fuerte relámpago impacta a lo lejos, algunos árboles explotan a nuestro alrededor, la magia que provocamos choca con todo.

A la mierda.

Cada músculo en mí empieza contraerse, y nos movemos con más desesperación, gimiendo como animales en celo. Apenas soy consiente cuando se inclina y hunde sus afilados dientes en mi cuello.

El momento inevitable acaba de llegar.

Me está marcando.

—Allison... —gimo. Sus colmillos tocan una vena y mi cabeza da vueltas —. Allison...

Aparto las manos su cintura para ubicarla debajo de mí. Entro en ella más profundo si eso es posible y muevo mis caderas. Mi cuello pulsa a causa de su mordida, una gota de sangre cae en la cama.

Bendito Dios.

Eso dolió.

Levanta su mirada hacia mí con una sonrisa y lame la gota de sangre. Sus labios están llenos, sensuales e hinchados con lujuria. Pensé que la había visto en su faceta más pervertida, pero ahora es diferente. Esa mirada sexy como el infierno que me da es capaz de acabar con mi mundo entero.

Es preciosa.

Envuelvo sus piernas alrededor de mi cintura y me muevo más rápido. Con un gemido, arquea su espalda, sus tobillos cruzados contra mi trasero, esos ojos verdes están dilatados y fijos en los míos.

—¿Estás bien, cariño? —pregunta entre gemidos.

Toco un momento la herida en mi cuello que sana de inmediato cuando pone su mano ahí.

—Nunca me sentí tan bien como ahora —afirmo.

Su pecho se alza y baja a través de una serie de gritos en aumento, sus uñas raspan mi espalda. Uno nuestros labios, sosteniéndonos fuertemente, saboreando sus respiraciones mientras gimo y embisto hasta que mi clímax me golpea muy rápido.

Ya no podía soportarlo más.

—¡Ronan!

Allison chilla debajo de mí cuando se une a la liberación segundos después. Es tan intenso e inesperado que mi cabeza gira. Mis puños impactan en el colchón, mis caderas empujan una última vez y caigo agotado sobre su pequeño cuerpo.

—Mierda —digo —. Mierda...

Mi cabeza descansa en medio de sus pechos mientras intento recuperar el aliento.

—Dioses... —suspira —. ¿Estás bien?

Sonrío y la envuelvo en mis brazos. Ella descansa su cabeza en mi pecho. Le acaricio el brazo, sintiendo la piel de gallina formándose contra mi tacto.

—Deja de preocuparte —carraspeo con la garganta seca —. Estuviste sensacional.

Besa mi pecho desnudo mientras mi mente vuelve a la realidad. ¿Estuve en otro mundo? Sí, en uno dónde domina solo placer.

—Lo disfruté como nunca, Ronan. Sentí que estaba tocando el cielo —Me halaga con una sonrisa —. Tú también estuviste asombroso. Ni parece que eras virgen.

Me burlo.

—Sé muy bien como complacer —Me encojo de hombros —. No soy ningún impotente.

—Oh, ya me di cuenta —Se ríe —. Eres todo un animal.

Mi cara se calienta.

—¿Esa no eres tú? Casi me arrancaste la yugular con tu mordida.

Allison sube de nuevo a mi regazo con una sonrisa. No olvidaré la imagen de ella desnuda el resto de mi existencia. Sus grandes pechos, los pezones duros y rosados. El rímel para ojos mancha su rostro pálido. Su cabello negro está desordenado, tirado sobre sus hombros, pero sigue siendo impresionante.

Nunca vi a alguien más hermoso en mi vida.

—Oh, yo siempre seré un animal —coquetea —. Déjame demostrártelo esta noche.

Mi respiración se estabiliza.

—Me marcaste.

Asiente.

—Ahora cualquier licántropo sabrá que nos pertenecemos —dice, orgullosa —. Eres mío.

¿Qué hay de mí? También quiero morderla y demostrarle al mundo que ella es mi chica.

—Yo también quiero marcarte —susurro.

Ella me da una dulce sonrisa.

—Oh, cariño, tu olor está en cada parte de mí —asegura —. Mi cuerpo está bañado en tu esencia.

Una chispa de preocupación viene a mí.

—¿Tu familia sabrá que lo hicimos?

Me da una sonrisa divertida.

—Definitivamente lo sabrán.

—Mierda.

—Ellos saben que tarde o temprano debía suceder —Rueda los ojos —. La marca es muy importante.

¿Acaso eso lo hace mejor?

—Me pone incómodo la idea de que todos sepan —bufo —. Lo que acaba de suceder debería quedarse aquí. No quiero compartir la experiencia con nadie.

—Lamento decepcionarte, pero la privacidad nunca existirá con mi familia —Toca el lugar dónde me mordió —. Ellos siempre sabrán las cosas sucias que hacemos.

Una ola de vergüenza me ataca.

—Eso apesta.

Sus manos se curvan alrededor de mi cuello en un suave apretón. La sonrisa engreída desaparece y sus ojos verdes cambian a rojo. Mierda. ¿Estoy viendo mal? ¿Qué diablos? Eso significa que...

Carajo, no me atrevo a decirlo en voz alta.

—¿Allison?

Al principio no entro en pánico, pero no puedo evitarlo cuando su agarre en mi cuello se vuelve más violento. Me ahogo bajo sus brutales garras, luchando por respirar mientras mis pulmones arden y mis oídos suenan. Una sonrisa enferma se extiende sobre sus labios.

Esta no es mi Allie.

Es Catalina.

—Pensé que recibiste mi mensaje —Habla una voz oscura en croata —. ¿Por qué no te alejas de ella, imbécil? No te pertenece.

Un miedo insondable resuena en mis huesos y me remuevo en la cama, intentando alejarla. No puedo defenderme.

—Suéltame —gruño.

Catalina suelta una carcajada.

—Acabaré contigo, Ronan Dumont.

Me ahogo cada vez más y levanto los brazos para empujarla, pero es una lucha inútil. Su fuerza es de otro mundo y yo un simple humano que no está acostumbrado a demonios poderosos.

—Allison... mírame —suplico con dificultad —. Regresa a mí, cariño.

Mi voz hace efecto de inmediato.

Sus ojos rojos cambian al familiar color verde y me suelta rápidamente. Yo jadeo, frotándome el cuello mientras toso y peleo para respirar. Maldita sea. Pensé que esta noche sería perfecta. Sin problemas, sin Georgie, pero olvidé a Catalina.

—¿Ronan? —Llora Allie —. ¿Estás bien? Por favor, dime que sí. Lo siento tanto.

Toso bruscamente y froto mi cuello. Allison espera que pronuncie algo, pero todo lo que puedo hacer es toser. Mis ojos están completamente abiertos con horror y sin parpadear. No estaba listo para esto.

—Estoy bien, amor. Tranquila —Le suplico, pero ella está alejándose de mí —. Allison...

Se levanta de la cama y evita mis ojos. ¿Qué demonios? ¿Por qué se siente culpable? La única responsable aquí es Catalina. Debe entender que a veces no tiene el control.

—Allison, espera —suplico —. Ven aquí y hablemos.

No me escucha.

Lo siguiente que sé es que está corriendo lejos de mí y abandona la habitación.

—¡Mierda! —maldigo —. ¡Allison!

Envuelvo mi cuerpo con una sábana y voy tras ella sin dudar. Mi ropa lo encuentro en la pequeña sala así que me pongo mi bóxer rápidamente. ¿Dónde fue tan rápido? Me relajo cuando la veo en una esquina, hecha un ovillo. Sus brazos están alrededor de sus rodillas, gruesas lágrimas caen por sus mejillas.

—Estoy bien —aseguro —. Nada malo ha ocurrido.

Sacude la cabeza con un fuerte sollozo.

—Por favor, déjame sola.

El rápido ascenso y caída de mi pecho no hace nada para ocultar la ola de emoción que amenaza con ahogarme justo aquí. Me mata verla sufrir. Sé que Catalina la afecta muchísimo cada vez que decide aparecer. Ella odia no poder controlarla.

—No es tu culpa, ¿me oyes? —Me siento a su lado en el piso —. No es tu culpa, amor.

El fuego hierve con lágrimas en sus ojos verdes mientras me mira.

—¡Pude matarte, no seas idiota! —Llora —. ¡Casi acabo con tu vida!

No me inmuto ante su tono. Está dolida y la entiendo.

—No, no fuiste tú —Le aseguro —. Fue ella. ¿De acuerdo? Solo ella.

—Lo siento —Llora —. Lo siento tanto, cariño.

—Shh... está bien —La subo en mi regazo y la abrazo —. Te tengo y no voy a soltarte nunca.

Su llanto viene involuntariamente. Se tensa cuando el sonido se le escapa y hunde su cabeza en mi cuello. Está llorando y temblando, su cuerpo débil en mis brazos. Mierda, también odio no poder controlar a esa bruja desgraciada. ¿Entonces así funcionará? ¿Ella aparecerá cuando quiera?

—Habla conmigo, hermosa —acaricio su cabeza mientras hablo —. No llores, me mata que llores.

—Escuché su voz en mi cabeza —solloza —. Ella ordenó que te matara. Me controló por unos segundos, Ronan.

Aprieto los ojos.

—No sucedió nada malo.

—Pude matarte —insiste.

—No, no ibas a matarme —Acuno su rostro con mis manos. Sus bonitos ojos están cerrados, pero las lágrimas se filtran por debajo de sus largas pestañas —. Te detuviste y es todo lo que importa.

Al fin encuentra el valor de mirarme. Odio que esté avergonzada de algo que no pudo evitar.

—¿Qué pasará cuando no pueda detenerme? —Hay solo angustia en su voz quebrada —. Estoy tan asustada.

—Eso no pasará —afirmo —. ¿Sabes por qué? Porque juntos somos poderosos e imparables. Nuestra unión y poder debilita a la bruja. Ella está aterrada de eso, sabe que pronto estará acabada. No podrá con nuestra fuerza.

El alivio en su rostro hace papilla a mi corazón. Joder... odio que sufra. No quiero ver sus lágrimas bajo ningún término relacionado a mí, menos por culpa de Catalina.

—Lo siento —repite.

—Ya basta de disculpas, nunca lo hagas cuando no eres responsable —Beso su cabeza y froto sus fríos brazos —. Sé que tú nunca me lastimarás intencionalmente.

Se afloja en mis brazos.

—Gracias por creer en mí.

—Tú haces lo mismo todos los días —Me levanto cómo puedo y nos llevo de vuelta a la habitación —. Vamos a la cama, tengo frío.

Se acurruca contra mí, con sus manos aferrándose a mis hombros. Todo su cuerpo se relaja en mis brazos mientras frota su rostro en mi mejilla, tocando, respirando, sintiéndome.

Maldita sea, esta chica me aplasta.

Cuando llegamos al dormitorio, murmura contra mi cuello:

—¿Cuál es tu segundo nombre?

Sonrío.

—Cole.

—Cole —repite ella —. Ronan Cole Dumont suena sexy.

—Tu nombre también es muy sexy —respondo y deposito su cuerpo en la cama. Acto seguido, me acurruco a su lado —. Cada parte de ti es sexy.

Bosteza.

—¿Incluso mi lado bruja y demonio?

—Todo, Allison. Todo.

Apoyo mi cabeza en la almohada, con nuestros rostros a centímetros de distancia. La iluminación de la chimenea y la luz de la luna que se filtra a través de la ventana cercana, nos cubre en un perfecto silencio. Sus ojos verdes brillan con asombro y anhelo.

No puedo creer todo lo que pasó en pocas horas.

—Te quiero de nuevo —susurra.

Acaricio su mejilla con mi pulgar.

—Yo también, pero necesitas descansar.

Deja caer sus rodillas a mis costados, sentándose a horcajadas sobre mí, mientras sostiene mi rostro en sus manos. La tristeza de hace minutos se evaporó, siendo reemplazada por un profundo deseo. Mi chica seductora acaba de volver.

—Lo que menos necesito ahora es descansar —Me besa y no me opongo cuando baja mi bóxer —. Te quiero a ti, Ronan Cole Dumont.

💚

Allie.

Me despierto con unos fuertes brazos rodeándome. Ronan descansa contra mi espalda, sus piernas aferradas a la mía y su cabeza está en el hueco de mi cuello.

Esto es maravilloso.

Mis ojos se posan en la ventana solo para ver que sigue oscuro y la lluvia no ha cesado. Mierda, mi padre me matará. Han pasado horas y no les avisé dónde estaré. Supongo que está buscándome como loco y pronto lo tendremos aquí. Mamá le dirá nuestro sucio secreto.

—Mmm... estás pensando demasiado —dice Ronan. Su agarre en mí se estrecha. Su respiración no cambia, pero arrastra su barbilla sobre mi mandíbula y me besa la oreja —. Déjame descansar un momento, me dejaste agotado.

Una descarga eléctrica calienta mi piel cuando recuerdo lo que hicimos y sonrío. Me deleito en el confort de estar en sus cálidos brazos y me acurruco más cerca. No tengo ganas de enfrentarme a la realidad todavía, a Catalina y sus malditas manipulaciones.

No quiero darle el poder de hacerme sentir mal. No tendrá eso de mí.

—Deberíamos irnos pronto —musito —. Es peligroso, Ronan.

—Mmm... —repite.

—Ronan...

Mis oídos pulsan cuando oigo un auto estacionarse y después las puertas se cierran de golpe. Ronan está muy despierto ahora y maldice. Yo intento cubrirme cómo puedo con las malditas sábanas. Esperaba la presencia de Georgie e incluso el Señor de las sombras, pero no a un padre sumamente furioso.

Nadie es más peligroso que Asher Karlsson cuando está molesto.

—¡Allison! —Papá toca la puerta de la cabaña —. ¡Trae a tu compañero y vámonos!

Un calor de los que dan miedo se arrastra sobre mi piel. Cuando miro a Ronan, tiene la misma expresión aterrada.

—¡Danos un minuto! —grito.

Maldigo bajo mi aliento porque olvidé mi ropa en la sala. Mi única opción es envolverme con las sábanas y enfrentar a mi padre. Ronan recupera su bóxer del suelo y cubre su erección. Reprimo mi risita porque es muy evidente que sigue duro.

—Prefiero ser golpeado por Georgie antes que enfrentar a tu padre.

—¡No tengo toda la maldita noche! —exclama mi padre —. ¡Traigan sus culos calenturientos aquí!

—Yo me hago cargo de él —Le digo a Ronan —. No quiero que te vea con esa erección.

Mi compañero se sonroja.

—Gracias.

Aprieto muy bien las sábanas alrededor de mi cuerpo y bajo las escaleras para encontrar a mi padre en la sala. Y justo como lo esperaba, está furioso. Su cabello húmedo cae sobre su frente, su mandíbula está fuertemente tensa.

—Hola, papi —saludo con una sonrisa tensa.

—Tiene que ser una jodida broma —Pasa la mano por su cabello mojado —. ¿Tienes idea de qué hora es? ¿Recuerdas las reglas?

Trago duro. Uh, sabía que no me salvaría de sus sermones. No sería Asher Karlsson si no me regaña. Es parte de su encanto sobreprotector.

—Nos perdimos un rato —explico —. Íbamos a volver mañana. Relájate, no pasó nada malo. Estoy más que bien.

Él me señala con un dedo acusatorio y examina mi aspecto.

—Ya me di cuenta que estás muy bien. ¿Cómo pueden ser tan inconscientes? —Las venas en su cuello sobresalen —. ¿Tienes idea de lo que hay afuera? No están a salvo aquí. En esta cabaña no hay ninguna barrera que pueda protegerlos. Agradezcan que no se acercó la niña Poltergeist o el jodido monstruo.

Mi piel se llena de escalofríos por la brisa que entra por la puerta abierta.

—Lo siento mucho. Yo...

—Estaba jodidamente preocupado, princesa.

La culpa me golpea.

—No volverá a ocurrir, papá.

Cuenta hasta cinco y señala mi ropa mojada en el suelo. El sonrojo se arrastra por todo mi cuerpo cuando veo a mi pequeña tanga brillar en todo su esplendor. Trágame, tierra.

—Vístete rápido antes de que me agarre un infarto. Ya no quiero perder el tiempo —ordena —. Tenemos mucho de qué hablar, dile a Ronan que se apresure. Querrá escuchar esto, Raven tiene noticias.

Una mezcla de sentimientos se precipita a través de mí. Me mareo del asombro y también me enfermo de miedo. ¿Por qué presiento que al fin encontraron algo en su casa?

—¿De qué se trata? —pregunto.

Suspira.

—Solo vístete, no es seguro estar aquí. Hablaremos en casa.

Recojo las ropas con la cabeza agachada y hago la caminata de la vergüenza. Mi padre sabe que no soy ninguna puritana, pero todavía es embarazoso que me encuentre en este estado. ¿Qué pasará por su mente?

Estoy a punto de pasar por su lado cuando me detiene y posa un dedo en mi barbilla para que lo observe. Examina mi cabello desaliñado y después mis ojos.

—Estuviste llorando —asume —. ¿Por qué?

Me encojo de hombros. Él me conoce tan bien. No cambié a pesar de los años, sigo siendo la niña vulnerable que no puede ocultar su dolor.

—No quiero hablar sobre eso, papá.

—¿Entonces no te lastimó? —continúa —. ¿Fue bueno contigo?

Mi cara se calienta.

—Papá, no hablaré de eso contigo. ¿De acuerdo? —Me quejo —. Ahora déjame ir.

Me suelta y permite que suba las escaleras. Lo amo, pero a veces no soporto que se meta en mis asuntos. Quiere estar pendiente de todo.

—Dime que usaron protección —grita papá a mis espaldas —. Aún no quiero ser abuelo. Soy muy joven, Allison.

La vergüenza que siento en estos momentos casi me hace caer de culo. ¿No puede ser un padre normal? Envidio a Raven. Mi tío Ashton es el más civilizado y moderno. Jamás le daría importancia a cosas como estas.

—¡No hablaré de esto contigo! —Vuelvo a decir —. ¡Espera en el auto, papá!

—No huirás de esta conversación, Allison. No huirás.

Entro a la habitación dónde Ronan me espera con la cabeza hundida en sus manos y hombros caídos. Su angustia es tan abrumadora que me lastima.

—¿Qué pasa? —inquiero —. ¿Te sientes bien?

Nuestros ojos chocan y veo las preocupaciones brillando en su mirada: preocupación, pánico, dolor.

—Descubrieron lo que hay en el sótano —susurra.

💚

Instagram: JessiR17

Twitter: JessiRivas17

Facebook: Lectores de Jess (grupo para fangirlear)


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro