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Capítulo 13 ✴

Ronan.

La habitación se queda mortalmente silenciosa; solo puedo escuchar mis respiraciones ásperas. Mi mente es un tornado frenético de miedo y ansiedad. La última vez que estuve muy asustado como ahora fue hace años cuando vi al fantasma de un hombre sin labios frente a mí.

Miedo enfermizo y oscuro me atraviesa. Mi instinto de lucha o huida incorporado me grita que huya lo más lejos posible. No comprendo porque demonios debería correr. En esta casa me sentí a salvo desde el primer momento que puse mi pie en la propiedad. Hoy parece todo lo contrario.

Ella está provocando que me sienta así.

Quiere que me aleje de Allie.

«Skloni se od nje».

¿Acaba de hablarme en un idioma desconocido? Escucho atentamente su voz en mi cabeza y luego mi cuerpo se congela. El miedo se sale de control. Me veo a mí mismo deshaciéndome en mil pedazos y bañado en sangre. Allie gritando mi nombre, suplicando que permanezca a su lado.

¿Qué mierda...?

—Ronan, mírame —La mano de Arianne toca mi mejilla y regreso a la realidad —. Respira un segundo. Ella estará bien, tú también.

Mi mente comienza a girar, pero aprieto los dientes en el interior de mi mejilla. El dolor ardiente y el sabor de la sangre en mi boca me distraen de un colapso inminente. Inhalo profundamente, cuento hasta diez y luego exhalo. Después de segundos, siento que el pánico comienza a retroceder y mis músculos tensos se relajan uno por uno.

Es solo un juego retorcido de la bruja.

Ella quiere asustarme.

No lo logrará.

Esas imágenes absurdas no me harán perder la cabeza. Se necesita más que sangre para asustarme. Tuve peores experiencias.

—Muy bien —Arianne sonríe tristemente mientras proceso lo que está pasando —. Es normal que te sientas así cuando tu compañera sufre. Pasará muy seguido, lo siento.

Saber esa información no me consuela en absoluto. No quiero que Allie sufra.

Me toma un segundo, pero miro a mi alrededor. Hay una mujer desconocida en la habitación con rasgos asiáticos. Tiene una pequeña pócima en la mano. Allie continúa en brazos de su padre inconsciente. Raven está en la puerta con su madre, sollozando débilmente. Arianne limpia sus lágrimas mientras Asher se aferra a su hija. No lo demuestra, pero veo el leve temblor en su mandíbula. Está aterrado.

Me enfoco en el líquido oscuro que ahora luce como una mancha sucia en el suelo.

Huele repulsivo.

—Abre su boca —Le pide la mujer a Asher —. Necesita consumir esto para limpiar su cuerpo del veneno que expulsó.

¿Veneno?

Asher abre la boca de Allie y después se encarga de que consuma cada gota de la pócima. Ella tose durante segundos más antes de que sus ojos parpadeen y gima muy despacio. Su cara se ve pálida y luce como si no pudiera hablar por el miedo.

Me rompe el corazón.

—¿Papá? —pregunta Allie, aturdida.

Asher la sostiene contra su pecho y acaricia su cabello. Hay solo alivio en su cara torturada. Ama con locura a su hija. Se nota. Ojalá mi padre me amara de la misma forma, pero no pasará ni en mis sueños más anhelados.

Él me odia.

—Está bien, princesa. Te tengo.

Los labios de Allie tiemblan ligeramente. Esos ojos verdes suyos se alzan hacia mí y casi me tropiezo bajo el dolor en ellos. Me mata.

«Lo siento». —susurra en mi mente. ¿Por qué se está disculpando? No entiendo. Nada de esto fue su culpa.

"Durante toda mi vida no tuve el poder de elegir. Esta bruja se apoderó de mi cuerpo e hizo cosas sin mi consentimiento. Yo... no aprecio la idea de no tener elección"

Recordar sus palabras me duele y ahora la entiendo completamente. Fue torturada durante dieciocho años. Quiero abrazarla para aliviar su sufrimiento.

—Esa basura de mierda... —refunfuña Asher, aun sosteniendo a Allison en sus brazos —. ¿Qué diablos pretendía con esto? ¿Darnos un recordatorio de su repugnante existencia?

La mujer desconocida arquea su delgada ceja hacia mí. Solo el vistazo de sus ojos me hace sentir extraño e inseguro. ¿Quién es?

—Tú eres Ronan Dumont —dice, intrigada —. Acércate.

Dudo un segundo, pero algo en su voz me impulsa a obedecer y acepto la mano que me ofrece. En el momento que nuestros dedos se tocan, una sensación de vértigo me aborda. ¿Quién es esta mujer?

—Esto es fascinante —expone —. Apareciste en el momento más indicado. Soy Milena, pero puedes llamarme Mila.

Carraspeo nerviosamente. ¿Momento indicado?

—Es un gusto conocerte. ¿Cómo sabes quién soy?

Ella comparte una mirada cómplice con un hombre que tampoco vi hasta hoy. Tiene ojos azules y cabello castaño con algunas canas visibles. La forma en que me observa es intimidante. ¿Acaso todos los hombres de esta casa asustan? Al parecer sí.

—Josh Laroux —Se presenta al ver la curiosidad en mi cara —. Soy abuelo de Allison. Estoy feliz de verte aquí.

Bendito sea. Es amable.

—Gracias, señor.

Milena suelta mi mano y toca mi mejilla. Los demás en la habitación analizan atentamente la situación. Sé que soy un bicho raro, pero esta mujer hace que me sienta peor. ¿Por qué parece tan complacida?

—Eres médium, pero a diferencia de las mujeres que ves aquí... —Señala a Reynard y Raven —. Tus habilidades son únicas y no todos los clarividentes del mundo lo poseen. Tienes la capacidad de ver el pasado de los fantasmas que te atormentan y también el futuro —Se acerca a la cómoda de Allie y agarra una fotografía de ella con su familia —. Basta una sola mirada tuya para que veas los secretos más oscuros.

Aclaro mi garganta seca por segunda vez en la mañana.

—No comprendo.

—Tranquilo, durante toda tu vida te negaste a tus habilidades porque sufriste a causa de ellos. Tu cerebro aún está en negación, pero pronto despertarás —sonríe y señala la fotografía —. Mira con atención y dime qué ves.

La imagen muestra a la familia de Allie. Están sus padres y dos niños más que no conozco. Deduzco que son los otros hijos de Asher y Arianne. Lucen tan felices y unidos.

—Una familia que pasó por muchísimas tragedias, pero lograron encontrar la felicidad. Asher Karlsson ama a su esposa y Arianne Laroux es capaz de dar la vida por ellos. Amy es una niña tímida y Aden es un chico listo. ¿Allison? Ella lucha a diario con el demonio que vive en su interior, pero es noble, generosa y dulce a pesar de todos esos poderes que la hacen indestructible.

Estoy respirando pesadamente mientras pronuncio cada palabra sin tener idea de cómo sé todo eso. Joder, apenas conozco a esta familia. ¿Qué carajos...? Ni siquiera sabía el apellido de soltera de Arianne.

Mila sonríe orgullosa.

—Dime que ves en mí —exige.

Evalúo sus ojos oscuros.

—Eres una bruja muy poderosa. Hace dieciocho años hiciste la promesa de ayudar a Allison y estás aquí para protegerla. Tienes dos hermanas más... —me detengo, un poco avergonzado.

Milena aplaude entusiasmada. Allie y su familia me observan con la boca abierta. Raven no para de sonreír.

—Bien hecho, Ronnie —murmura Raven —. Te dije que eres jodidamente especial.

Su padre le pide que haga silencio y ella se disculpa. Me concentro en Mila quien está a punto de besar mis pies. Me observa como si fuera el mismísimo Henry Cavill.

—Eres un clarividente muy poderoso, Ronan. ¿Sabes por qué temblaste hace minutos? Sé que Allison está asustada y es normal que tú también, pero hay una razón más aquí.

Trago saliva.

—Catalina no me quiere cerca. Me habló en un idioma desconocido.

Allie se frota la cabeza.

—¿Te habló en un idioma desconocido?

Lamo mis labios secos.

—Es croata —digo. ¿Qué diablos? ¿Ahora soy adivino? —. Pidió que me aleje de ti.

—Efectivamente—musita Mila —. Cuando ella vuelva a aparecer tú serás capaz de leerla perfectamente y sentir todas sus emociones. No podrá dar un paso sin que lo sepas —Hace una pausa —. En simples palabras, estarás al tanto de todos sus planes respecto a Allison.

Estoy aturdido. Vacilo entre mantener los ojos abiertos o cerrarlos. Mis manos se retuercen nerviosamente mientras busco las palabras adecuadas para decir. ¿Qué diablos voy a decir? Mi mundo es más desconocido de lo que creía.

Hay tanto para descubrir.

—Necesitas aprender a amarte, Ronan —susurra Mila —. No he conocido a nadie que posea los mismos dones que tú. Quizás se encuentran en alguna parte del mundo, pero hay pocos casos. Ahora comprendo porque razón fuiste elegido para ser compañero de Allison. Eres perfecto para ella.

Asher envuelve a su hija con una manta que le tiende Arianne, pero Allie tiene su atención solo en mí. Yo tampoco puedo dejar de verla. Cada onza de mi ser reclama tocarla y consolarla.

—Ve junto a ella —espeta Josh—. ¿Quieres tocarla?

Muerdo mi labio nerviosamente, Allison se ríe.

—Sí —me rasco la nuca.

Asher gruñe.

—¿A ellos también les dirás que deben follar? —cuestiona, indignado.

Arianne deja escapar una carcajada que hace reír a todos.

—Recuerda que mi padre es experto dando clases de educación sexual.

Allison se aparta de su padre y se acerca con la manta envuelta alrededor de su cuerpo. El olor que la rodea no es nada agradable, pero no me importa. Solo quiero tocarla, sentirla. Una vez parada frente a mí, suelta un suspiro tembloroso y entrelaza nuestros dedos.

—Gracias por estar aquí —dice Allison —. Te abrazaría, pero huelo a mierda de bruja. No quiero ensuciarte.

Intento contener mi risa, pero sale de cualquier forma. Asher también se ríe.

—Me pone feliz que estés bien —Toco su mejilla pálida —. Realmente estoy feliz, Allison.

—Yo también estoy feliz, cariño.

💚

Allie.

La bañera está llena de espumas y agua tibia. El delicioso aroma a jazmín impregna en el aire. Mi cuerpo adolorido está agradecido mientras me relajo contra el borde. Mamá se encarga de lavar mi cabello y frotar mi espalda con jabón. Le dije que estoy perfectamente bien, pero ella insistió en ayudarme.

Fue traumático verme perder el control.

Esa bruja se burló de mí.

Y lo que sucedió esta mañana es un recordatorio de las cosas atroces que puede hacerme. Fue un mensaje. Ella no renunciará a mí. No ahora que mi compañero y dueño de mi alma apareció.

Quiere deshacerse de Ronan.

Necesito protegerlo más que nunca.

No permitiré que ella lo lastime.

—El mismo episodio se repitió cuando tenías nueve años —Habla mamá, deshaciendo los nudos de mi cabello —. Casi me volví loca.

Mi cuerpo tiembla a pesar de que el agua está tibia. Recuerdo perfectamente ese momento. Sucedió en una plaza y mamá estaba embarazada de Aden. Casi perdió a mi hermanito a causa del estrés que provocó verme vomitar una mancha oscura.

—Mila destacó que expulsé un veneno —Mi voz suena rasposa —. ¿A qué se refería?

Mamá suspira.

—Es una sustancia que se encarga de ensuciar el interior de tu cuerpo con sus maleficios. Mila dijo una vez que Catalina está preparándote.

Mis manos se aprietan en puños debido al rencor.

—Está manchándome con su oscuridad. Deja sus huellas en mí.

—Sí —La cara de mamá se contorsiona por el dolor —. Si tu alma se mancha completamente, serás más fácil de manipular. Ella quiere matar a tu loba interior.

Un golpeteo comienza en mis oídos y mis dedos se retuercen mientras mi cuerpo vibra con rabia. Se me escapan las lágrimas debido a la impotencia. El hecho de que no pueda detenerlas me hace sentir más furiosa conmigo misma.

Odio que ella me haga sentir así.

—La pócima que Mila te hizo consumir aleja cualquier maleficio, pero sabes que la única manera de detenerla es cambiar de forma pronto y marcar a Ronan.

Mi corazón se vuelve pesado.

—La luna no saldrá pronto. En cuanto a Ronan, él es humano. ¿Cómo diablos va a marcarme? —cuestiono, limpiando mi cuerpo con las espumas —. Los humanos no pueden marcar.

Mamá se sienta en el borde de la bañera.

—Que un licántropo marque a su compañero es más que suficiente. Cuando tú lo muerdas a él sus almas se unirán por siempre. Escuché historias de tu abuelo —dice —. En la edad media solo era necesario la mordida de uno para completar la unión. Que lo hagan ambos es elección de cada pareja.

Me relajo un poquito en la tibia bañera.

—Todavía no cambié de forma —suspiro —. Aún falta para el gran día.

—Eso no borra el hecho de que eres licántropo. Puedes marcarlo sin necesidad de cambiar. No tiene que ser necesariamente en privado. Hazlo cuando sientas que es el momento perfecto.

Todo lo que puedo hacer para evitar gritar es poner las rodillas contra mi pecho y envolverlas con los brazos. Mi cabello húmedo cubre mi rostro.

—Necesito estar sola, mamá —susurro.

Asiente y besa mi frente.

—No puedes permitir que ella gane.

Le doy una sonrisa tranquilizadora.

—Eso no sucederá. Tú me enseñaste a no rendirme jamás.

—Te amo, cielo —dice y se retira.

Ahogo un grito frustrado en mi puño una vez que la puerta del baño se cierra detrás de ella. Cuando mis pulmones están llenos de aire y estoy convencida de que he olvidado cómo respirar, exhalo lo más lentamente que puedo, dejando todo a un lado y obligando a mi cuerpo a relajarse. Repito el proceso cinco veces más.

Siento el revelador ardor de las lágrimas, pero cierro los ojos con fuerza y me niego a dejarlas caer. No soy débil. Soy cualquier cosa menos alguien débil. Me niego a permitir que mis emociones y Catalina me dominen. Soy hija de un licántropo y una druida poderosa. No soy esta chica perdida que se esconde en los baños y se lamenta por estupideces.

Soy una Karlsson, maldita sea.

Saldré de esta situación y venceré a esa bruja. Puede que Ronan sea esencial en mi vida, pero no esperaré que un hombre me rescate. Yo lucharé y ganaré.

Siempre gano.

No sé cuánto tiempo me quedo con las manos aferradas alrededor de mi cabeza, pero después de lo que se siente como horas, mi corazón errático desacelera y respirar se vuelve más sencillo. Mis miembros están tensos cuando finalmente consigo poner a mi mente en orden.

No perderé la cabeza.

Catalina puede irse a la mismísima mierda.

Escucho un débil golpe en la puerta y cubro mis pechos con los brazos. Hay poca espuma en la bañera porque se mezclaron con el agua. Además, sé muy bien de quién se trata. Su aroma es inconfundible.

Ronan.

—¿Allison? —pregunta con voz ronca —. Uh... solo quería despedirme porque debo volver a casa. Es más de mediodía y mamá está preocupada.

Muerdo mi labio, tratando de reprimir mi sonrisa.

—¿Por qué no entras? —Lo tiento —. Necesito verte antes de que te vayas.

Suelta un aliento entrecortado.

—¿En serio? Creí que estabas desnuda.

—Lo estoy, pero eso no es un problema. ¿O sí?

Dos segundos pasan hasta que la puerta del baño se abre y Ronan entra. El esmoquin de anoche fue reemplazado por jeans oscuros y camisa blanca con tres botones desabrochados. No voy a negar que su aspecto es impresionante. Sé que la ropa le pertenece a Roy. Nadie más que mi primo usa Gucci en esta casa.

—Escuché tus pensamientos y creí que necesitabas estar sola —murmura. Sus ojos marrones se mantienen en mi cara, pero sé que intenta no mirar mis pechos expuestos ahora que bajé los brazos. No me importaría que me viera como los dioses me trajeron al mundo. Siempre estuve orgullosa de mi cuerpo.

—No soy el tipo de chica que se lamenta de su destino —digo —. Odio llorar, odio estar asustada.

Su nuez de Adán se mueve cuando traga fuertemente.

—Lo sé.

Me levanto de la bañera completamente desnuda ante él. La expresión en su rostro me fascina. Me contempla como si nunca hubiera deseado tanto a una mujer, como si no supiera qué parte de mi cuerpo le gusta más. Se queda mirando mis pechos por unos segundos antes de que aparte los ojos.

—Mierda —maldice —. Deberías vestirte.

Su cara se enrojece mientras me acerco a él y pongo una palma en su pecho. Puedo percibir los latidos de su corazón tronar ansiosamente. Lo volveré loco. Algunas gotas de agua mojan su camisa, pero no me aparta. Permanece quieto, respirando con dificultad.

—¿Y tú no estás asustado, cariño? —Le pregunto con una sonrisa—. Ella quiere que te alejes de mí, puede matarte. ¿No tienes miedo?

Nuestros ojos se encuentran. Los míos expectantes, los suyos están ardientes. Tiene tanta confianza en su mirada. Cuando finalmente nos entreguemos, los planetas van a estrellarse, la galaxia entera explotará. Tengo intenciones de hacer que sea inolvidable para él.

—Te dije que nada me asusta.

Me pongo de puntitas para estar muy cerca de sus labios húmedos. Ronan suelta una dura exhalación. No podrá resistirse a la tentación.

—Pruébalo.

Antes de que pueda decir otra palabra, mi cuerpo choca contra su pecho bruscamente. Una de sus manos se encuentra en mi cabello mojado mientras la otra se aferra a mi cintura.

Entonces sus labios llenos están sobre los míos.

Mis dedos se aprietan en el cuello de su camisa y lo beso apasionadamente. Sus labios se mueven con los míos, tímidos al principio, pero luego agresivos y sexys. Dioses, el virgen sabe besar. Las paredes a mi alrededor están caídas. Él me encontró en mi estado más vulnerable porque nunca antes me entregué a un chico tan rápido.

Me besa exquisitamente, acaricia mis labios como si yo fuera la única mujer que alguna vez besó. Bueno, hasta cierto punto es verdad. Apostaría que soy la primera.

—Sí —dice él.

Respiraciones calientes se mezclan con los míos y una sensual lengua entra en mi boca. Entonces me levanta, obligando a mis piernas envolverse alrededor de su cintura. Infiernos, todo lo que hace es tan caliente. Desde la forma que respira o la manera que me toca.

Necesito arrancarle la ropa.

—Ronan...

Mis manos ansiosas se deslizan bajo su camisa, sin importar que lo esté mojando. Exploro su cuerpo, acariciando sus abdominales, arañando su pecho con mis largas uñas. Siento los duros planos de su cuerpo. Su piel está caliente ante el tacto, músculos perfectos. Él me sostiene como si no quisiera soltarme.

Ahora la presa soy yo.

Gime contra mis labios y juro que me vendré si oigo ese sonido una vez más. Todo mi cuerpo se balancea hacia él en los lugares correctos. Hace que me sienta indefensa y pequeña. Cuando mis manos empiezan a tirar de su camisa un fuerte golpe suena en la puerta, casi tumbando las paredes del baño.

—Salgan ahora mismo los dos o lo lamentarán —gruñe una voz molesta.

Mierda, es papá. Olvidé por completo que puede escucharnos. Mi familia tiene mucho dinero, pero nunca se dignaron a hacer que las paredes sean a prueba de sonido. Doble mierda. Ronan me baja al suelo débilmente y lleva mi cara a su pecho.

—¿Allie? —repite papá.

—¡Ya voy! —grito con la respiración agitada —. Saldremos en un minuto.

Suelto un suspiro cuando escucho sus pasos alejándose. ¿No puede molestar a alguien más? Ronan pone una distancia entre ambos y se pasa la mano por el pelo. Sus pensamientos siguen calientes como los míos. Él no olvidará mi cuerpo desnudo. Yo tampoco lo duro que está por mí.

—Maldita sea... —masculla —. Tu padre me matará.

Ruedo los ojos.

—No lo hará, solo está jugando a su papel —Le aseguro, envolviéndome con la toalla más cercana —. Y sé que le agradas.

Él traga saliva, alivio evidente en su cara sonrojada cuando percibe que mi cuerpo al fin está cubierto.

—¿En serio?

—Sí, nadie te dejará ir de esta casa. A partir de hoy eres una presa, no permitiré que huyas.

Vuelve a mí y acerca sus labios a los míos para darme un beso suave. Me gusta que entre en confianza rápido. Nada más sexy que un hombre seguro de sí mismo.

—No quiero huir de ti, Allison.

—Es bueno saberlo —Me río y empujo su cuerpo fuera del baño —. Ahora vete antes de que mi padre te mate.

Se congela.

—Pensé que le agrado.

Me río.

—Cambia de opinión muy rápido.

Él camina con dificultad.

—¿Te veo después?

—Te veo después, cariño —afirmo.

Una vez que está lejos de mi campo de visión, acaricio mis labios con una pequeña sonrisa. Su sabor sigue en mi boca. Dioses, tenerlo como compañero definitivamente no será malo.

💚

Ronan.

Mi cara sigue levemente caliente cuando abandono la habitación de Allison y me uno a los demás en la sala de estar. Están presentes todos los hombres Karlsson; tíos, abuelos, primos e incluso el pequeño hermano de Allison.

Estoy jodido.

No hay ningún rastro de los exuberantes adornos que decoraron el salón anoche. Me pregunto cómo limpiaron tan rápido, pero no debería sorprenderme. En esta casa hay brujas, vampiros, lobos. Ya saben, nada fuera de lo normal.

Arianne se ríe al notar mi camisa un poco arrugada y mojada por los puños de Allie. Estoy seguro de que lo hubiéramos hecho ahí mismo si Asher no interrumpía. Me costó contenerme después del beso.

Mi primer beso.

No soy alguien experimentado, pero sé que disfrutó besarme cada segundo. Sus pensamientos me lo hicieron saber. No puedo borrar la imagen de ella desnuda. Es tan dolorosamente hermosa y seductora.

—Te ves agitado, Ronnie —Se burla Raven mientras ojea una revista.

¿Esto puede ser más vergonzoso?

—Dejen al chico en paz —interfiere Reynard en mi defensa —. Ya tiene suficiente con el culo molesto y sobreprotector de Asher.

Todos se ríen a excepción de mi suegro. ¿Acabo de pensar eso? Me siento ridículo. Roy está evaluándome con una amplia sonrisa. Hace media hora cuando me prestó su ropa dejó claro que no podré resistirme a su prima. Ahora lo entiendo.

—Sigan riéndose, bolas de imbéciles —masculla Asher —. Me divertiré mucho cuando sus hijas conozcan a los próximos compañeros.

Axel aprieta la mandíbula.

—No será necesario esperar —comenta —. Yo lidio con el pervertido de Tristan —Mira a su hija acusatoriamente. Melissa ni siquiera se inmuta.

El único que parece relajado es Ashton mientras bebe su café.

—Son todos unos cavernícolas exagerados.

—Cierra la boca, Ashton —dice Andrew —. ¿No hiciste un berrinche cuando invitaron a Raven a un baile de graduación?

Ashton no responde. Raven y su madre sonríen. Esta familia es un completo caso.

El mismo niño que vi en la fotografía de Allison se acerca a mí con los brazos cruzados sobre su pecho. Trata de parecer intimidante, pero es bastante cómico. Aunque no voy a subestimarlo. Es licántropo y juraría que tiene poderes.

—¿Tú eres el compañero de mi hermana? —pregunta—. Soy Aden.

Sonrío cuando extiende su mano y lo acepto.

—Hola, Aden. Me llamo Ronan.

—Ronan —repite él —. Es mi deber como hermano de Allison advertirte que patearé tu culo si la lastimas. Es odiosa la mayor parte del tiempo, pero la quiero mucho y no permitiré que nadie juegue con ella.

Asher parece orgulloso de su pequeño hijo. Yo estoy más avergonzado que nunca porque todos los hombres en la sala —menos Roy —, me observan de manera amenazante. Solo quiero huir con la cola entre mis piernas.

—Eres un niño muy valiente, Aden. No te preocupes por mí —sonrío —. Solo quiero proteger a tu hermana, pero en caso de que la lastime inconscientemente tienes mi permiso de patear mi trasero.

Aden asiente y suelta mi mano.

—¿Tenemos un trato, Ronan?

—Sí —aseguro.

Escucho el ruido de unos tacones altos y observo sobre mi hombro a Allison. Ahora está completamente vestida, pero sigue luciendo extraordinaria. La minifalda negra hace que sus piernas reluzcan y la blusa acentúa sus pechos. Aparto la mirada cuando Roy suelta una sonora carcajada. Se está burlando de mí.

—No babees tanto, amigo —dice Roy para la consternación de Asher.

¿Por qué sigo aquí?

—Te llevaré a casa —informa Allison —. Es mi oportunidad para conocerte un poco más.

Asher tensa los labios.

—¿No se conocieron suficiente en el baño?

Arianne sacude la cabeza con una risita. La niña en sus brazos succiona el biberón. Es una versión femenina de Asher como Aden. Solo Allie es parecida a su madre.

—Asher, deja a los niños en paz —pide Arianne.

—¿Niños? —bufa él.

Melody rueda los ojos.

—Allison, llévate a tu hombre antes de que tu padre lo mate.

Ellie entra a la sala con una caja color roja y envuelta en un moño. Su sonrisa es radiante mientras se lo tiende a Allison quien acepta sin dudar.

—Preparé el pastel que le llevarás a tu suegra. Es de arándanos y chocolate. La ganarás completamente con esto porque fue hecho por mí.

Allie besa la mejilla de su prima. Ya no me siento raro porque también consideran a mamá como una suegra. Hacen que todo parezca normal.

—Estoy segura de que es deliciosa —dice Allie.

—Gracias, Ellie. A mamá le encantará —agradezco.

—Tengan un buen día, tortolitos —Luego le dice a Allie con voz sospechosa —: Vuelve pronto porque necesitamos hablar de algo importante que los niños vieron en el bosque anoche.

¿Qué...?

—De acuerdo, no tardaré—Allison toma mi mano y me dirige a la puerta —. ¡No dejen que Sadie duerma hasta tarde!

Salimos de la sala llena de licántropos posesivos aun con las manos entrelazadas. Es la primera vez que camino con una chica de la mano. Se siente bien y correcto. Ella no menciona lo que dijo Mila respecto a mí. Sospecho que no desea hablar sobre el tema.

—¿Vives a dos cuadras de aquí? Nos haría bien a ambos caminar.

—Sí —digo —. Me gusta caminar.

—¿No te molesta si hago algunas preguntas? —cuestiona.

—Para nada.

Sonríe satisfecha.

—Tú también puedes preguntarme lo que quieras.

—De acuerdo.

—¿Qué edad tienes?

—Diecinueve, pero cumpliré veinte el quince de agosto —contesto.

—Eres dos años mayor. Me gusta.

Una leve sonrisa se extiende por mis labios. A su lado me siento relajado y en confianza.

—Bueno...

—¿Color favorito?

—Antes no tenía ninguno, pero ahora el verde se convirtió en mi favorito —contesto, mirando sus ojos.

Mastica su labio inferior.

—Buena respuesta —dice y seguimos caminando —. Escuché tus pensamientos cuando nos besábamos así que tu vida sexual es muy obvia para mí.

Detengo mis pasos, ella hace lo mismo.

—¿Eso te molesta?

Sacude su cabeza rápidamente.

—Claro que no. Me encanta la idea de que seré la primera en todo, cariño.

Ahí está de nuevo la bendita palabra.

—Tengo dos perros. Se llaman Mora y Teddy —prosigo para alejar mis sucios pensamientos —. Amo las frutas y verduras. Prefiero la carne blanca antes que la roja.

Hace una mueca.

—No eres vegano —asume.

Ladeo una ceja.

—¿Tú sí?

—Desde que tengo cinco años —dice en voz baja —. Un día simplemente empecé a rechazar cualquier producto animal. Tuve pesadillas cuando mi madre hizo que comiera una langosta. Lloré toda la noche porque la culpa me carcomía. No quería lastimar a esos seres inocentes solo para satisfacer mi egoísmo. No los necesito para sobrevivir.

Habla con tanto amor que mi pecho se encoge. La admiro en cierto punto. Yo nunca podría dejar el pollo con papas.

—Soy la única vegana en mi familia —continúa al ver la expresión aturdida en mi cara —. Ya estoy acostumbrada a todos ellos. No haré que cambies por mí. Yo respeto todas las preferencias.

—Gracias —carraspeo.

—Soy tolerante, no te preocupes por mí.

Suspiro aliviado.

—Bien. ¿Qué hay de ti? Cuéntame más.

—Tengo parte animal así que mi vida sexual es muy diferente a la tuya.

Toso para tratar de ocultar mi carcajada. Me costará recordar que ella también es parte animal.

—Eso es lindo.

Me golpea en el pecho juguetonamente.

—¡No te burles de mí! Lo que sucedió en el baño fue muy repentino, pero normal en mi mundo. Papá me contó que mi abuelo marcó a mi abuela en el primer instante que se vieron —suelta un suspiro soñador —. Ellos sí son animales salvajes.

—Qué romántico.

—El apareamiento sucede de muchas maneras y en circunstancias diferentes.

—¿Y tú quieres aparearte?

Sus labios se separan hasta formar una sonrisa vibrante con dientes blancos y rectos.

—¿No es obvio, Ronan?

Observo la manera en que sus pechos se agitan al ritmo de su respiración. Cristo, ella hará que sea un salvaje. Tiene la capacidad de ponerme sobre mis rodillas como la diosa que es.

—Bastante —trago saliva.

Se detiene frente a mí.

—Lo haremos cuando ambos estemos listos. ¿De acuerdo? Sin presiones.

Asiento.

—Sin presiones.

Cinco minutos después llegamos a casa. La cara de Allie estalla en una genuina sonrisa cuando abro el portón y ve a mis mascotas. Mora y Teddy quedan encantados con ella mientras mueven sus colas.

—Son tan hermosos —dice Allie, alejando la caja cuando Mora trata de quitársela —. Hola, pequeños. Soy Allison.

Me río.

—No les hables mucho o se mearán sobre ti. Suelen hacerlo cuando se emocionan demasiado.

—Oh —Se aparta y vuelvo a tomar su mano para entrar en casa.

Aquí vamos. La paz de anoche terminó, es hora de enfrentar la realidad. Lo más seguro es que papá romperá mi cara por faltarle el respeto. Estaba furioso la última vez que lo vi. ¿Qué oculta mi progenitor?

«¿Recuerdas que te hablé sobre el Poltergeist?»

Allie frunce el ceño.

«Sí»

«Probablemente notarás un olor extraño en mi habitación. Tu tía Reynard mencionó que se debe a su presencia. Es nauseabundo»

«No creo que sea peor de lo que viste esta mañana»

Sonrío.

«Eso ya lo veremos, cariño»

«¿Y cómo es el Poltergeist? Nunca vi uno»

«Más fea que pisar mierda descalzo. Da miedo»

«Ewww»

La puerta de la sala está abierta, sin llave. Ruego en silencio que papá no esté presente. Hoy no quiero lidiar con su malgenio, no con Allison cerca.

—¿Mamá? —grito —. ¿Papá?

Nada.

Grito tres veces más, pero no obtengo ninguna respuesta. Probablemente no están. Allie toca el puente de su nariz, percibiendo el aroma paranormal que le mencioné antes.

—Apesta —comenta —. No tanto como la mierda de bruja, pero apesta.

—Te lo dije. Al principio pensé que alguna tubería estaba rota, pero se debe a Georgie. Esa niña dejó sus rastros.

Sus ojos verdes evalúan las paredes de mi casa, deteniéndose en una fotografía mía de cuando era un niño. En la imagen sostengo mis guantes y bate de béisbol. Ella se ríe al notar que no tenía dientes.

—Qué lindo —Se burla y me mira lamiendo sus labios carnosos —. La pubertad te vino muy bien.

—Definitivamente —concuerdo —. La pubertad me enseñó a madurar y ser más fuerte para tolerar lo que soy.

La sonrisa de Allie se esfuma.

—La vida fue una mierda contigo, ¿eh?

—En realidad no porque recibí una gran recompensa —Le digo —. ¿No lo crees?

Sus pestañas se agitan cuando bajo mi boca a la suya y la beso lentamente. Me corresponde despacio, suspirando mientras arrastro mi mano dentro de su falda.

—Oh... —Se ríe contra mis labios al notar dónde bajó mi mano. Mierda, ella es una tentación andante.

—¿Ronan? —La voz de mamá nos interrumpe y rápidamente nos alejamos —. Trajiste a tu novia.

Allie levanta la mano a modo de saludo con las mejillas sonrojadas. Mamá se encuentra en las escaleras vestida con su bata y una taza de té en la mano. Es inevitable no preocuparme cuando veo su nariz roja y percibo que está temblando. Anoche no lucía mal en la fiesta. ¿Por qué ahora sí? Es como si algo aquí la estuviera matando.

—Hola, señora Dumont —dice Allie y señala la caja roja en su mano —. Traje el pastel como prometí. Fue hecho por mi prima Ellie. Es buenísima en la cocina, una de las mejores pasteleras de New Hope. Tiene que probarlo, amará cada pedazo. Lo prometo.

La cara de mamá se ilumina. No cuestiona cómo Allison es mi novia. Ella está feliz por mí.

—Eso es muy amable de tu parte, cariño. Eres tan linda.

Allie le devuelve la sonrisa.

—Espero que le guste.

—Apuesto a que sí.

Mamá baja las escaleras con mucho cuidado y acepta la caja. Incluso Allie nota el mal estado en el que se encuentra. Esas ojeras son jodidamente notables.

—¿Fuiste al médico? —pregunto —. Prometiste que lo harías pronto. Te ves terrible, mamá.

—Lo haré hoy mismo, cielo. Deja de preocuparte, es solo migraña.

—Bien —digo, inseguro —. Estaré con Allison en mi habitación.

—Compórtate como un caballero, Ronnie —advierte mamá mientras subimos las escaleras.

Sí, claro.

—¿Ronnie? —inquiere Allie una vez cerca de mi puerta —. También escuché a Raven usar el apodo.

Pongo los ojos en blanco.

—No me llames así, por favor. Solo toleraba escucharlo de mi abuela, pero ya no desde que murió. Es cursi y ridículo.

Ella me mira sobre su hombro cuando la empujo en mi habitación y cierro la puerta con seguro. Arruga la nariz al percibir la sal, pero no hace preguntas.

—¿No te molesta cuando te llamo cariño?

—No —respondo sin dudar.

Su mirada curiosa está en todas partes nuevamente. Ayer limpié mi habitación de las fotografías rotas, pero olvidé quitar de mi pared el dibujo que hice de su hermosa cara. Allison jadea cuando lo nota. Es una imagen muy real con el cabello suelto y labios gruesos. Está en blanco y negro a excepción de los ojos que me encargué de pintarlos con verde.

—Oh, Dioses... no bromeabas cuando dijiste que me dibujaste —Traza la imagen con su dedo, maravillada —. Tienes tanto talento.

Mi ego se infla con orgullo.

—Gracias.

Rebusco en mis cajones y le enseño mi boceto. Allie lo examina con la boca muy abierta. No puedo evitar reírme de su expresión. Es tan linda.

—Maldición —dice, ojeando el boceto y saltando a mi regazo cuando me siento en la cama —. Soy yo. No te perdiste ningún detalle.

—Soñé contigo casi todas las noches. ¿Qué esperabas? Te convertiste en mi fantasía favorita. Deseaba que seas real y se cumplió.

Agita sus pestañas.

—Superé tus expectativas.

—Sí.

Deja el boceto en mi cama y centra su interés en la sal adornando mi piso. El espejo de mi armario está completamente roto con las huellas de una pequeña mano. Carajo... Allie toca su amuleto cuando éste brilla.

—No estás a salvo aquí, tu madre tampoco —dice, preocupada —. ¿Por qué ese Poltergeist te odia tanto? Puede lastimarte, Ronan.

La incertidumbre entumece mis dedos.

—Sospecho que mi padre la hirió y ella está vengándose. Es el señor D que tanto teme.

Me frunce el ceño.

—¿Señor D?

—Es su violador.

Su boca se abre en shock. Ahora comprende porque sospecho que mi padre es un pedófilo.

—¿Piensas que esta sal podrá protegerte para siempre? —Se abraza a sí misma mientras continúa evaluando mis cosas —. No, cariño. La única manera de alejarla es expulsarla de tu casa. Un sacerdote puede hacer eso.

—No conozco a nadie.

—Bueno, yo sí —musita —. No permitiré que nada malo te pase a ti ni a tu madre.

Alcanzo su mano y vuelvo a sentarla en mi regazo. Parezco un adolescente cachondo, pero nadie puede culparme. Ella es mi primera experiencia y estoy amando cada segundo.

—Eres sexy cuando te preocupas por mí —beso la piel de su cuello —. Solo nos conocimos anoche, pero me convertiste en un adicto.

Inclina la cabeza hacia a un lado para darme más acceso. El ruido de algunos platos rompiéndose en la cocina provoca que nos apartemos de inmediato. ¿Ahora qué? Nadie me deja disfrutarla.

—¿Qué fue eso? —inquiere.

Trago saliva.

—No lo sé.

Entonces la temperatura baja en la habitación. Solo pasa cuando alguien está muy cerca.

Georgie.

Sé que solo yo puedo verla, pero no quiero que esa desgraciada ponga sus ojos en Allison. La convertirá en un nuevo blanco para hacerme daño.

—¿Tu madre ha estado enferma desde hace mucho tiempo?

Mi frente se arruga mientras intento pensar. Ella nunca tuvo migrañas por tanto tiempo, pero se volvió muy continúo desde que Georgie se metió en la casa.

Maldita sea.

Ahora todo tiene sentido.

Ella siempre fue el motivo de su enfermedad.

—Mierda.... —salgo corriendo de la habitación con Allison pisándome los talones.

Bajamos en la cocina justo cuando mamá está probando el pastel de Ellie. Hay vidrios en el suelo, rodeándola. Estoy enojado conmigo mismo. Si algo malo le sucede a mi madre por mi culpa nunca me lo perdonaré. Georgie se metió en la casa por mí.

—¿Ronnie? —indaga mamá, masticando —. ¿Qué pasa?

—Quiero que seas cien por ciento honesta conmigo —exijo —. ¿Viste algo raro en las noches? ¿Tuviste pesadillas?

Limpia sus labios con la servilleta.

—¿A qué se debe la pregunta?

—Señora Dumont —interfiere Allie —. Es muy importante que responda.

Mamá está confundida, pero contesta de todos modos con una risa nerviosa.

—Hace dos días creí ver a una niña muerta —Sacude su mano como si no fuera importante —. Fueron imaginaciones mías. La edad está afectándome.

El miedo y la conmoción recorren mi cuerpo, ambos luchando entre sí para poder mantener la compostura. Esa fantasma de mierda estuvo atormentando a mi pobre madre. Se dejó ver ante ella. Hija de puta...

—No fueron imaginaciones tuyas, mamá —Le digo, angustiado —. Hay una fantasma en la casa. Ella nos odia porque papá la lastimó y ahora busca venganza.

Mamá comienza a hablar al mismo tiempo que yo, pero se detiene cuando escucha mis palabras. Vislumbro sus amplios ojos y expresión sorprendida. Nada que no haya visto antes, sin embargo, no me callaré nada. Ya no. Necesito protegerla. La sacaré de aquí.

—¿Fantasma que fue herida por tu padre? Estás diciendo locuras —Ríe, avergonzada por la presencia de Allie—. ¿Por qué tu padre la lastimaría? No tiene sentido.

No dejaré que su poca fe en mí me detenga. No cuando su vida corre peligro.

—Déjame explicártelo, mamá. Es una historia muy triste.

La risa de mamá termina en una fuerte tos que la hace encoger. El plato con pastel que sostiene en la mano se cae al suelo, rompiéndose en fragmentos. Primero Allison y su ataque. Ahora mi madre.

—¿Mamá?

Amenaza con perder el equilibrio, pero Allison se mueve a una velocidad inhumana para evitar una fuerte caída. Mamá queda inconsciente al instante. El mismo miedo que sentí esta mañana se arrastra a través de mi columna, congelándome por completo.

No puedo perder a mi madre.

No puedo.

—Se supone que mi toque puede curar, pero no está haciendo efecto —La voz de Allie suena angustiada —. Llama a una ambulancia, Ronan. Ahora.

💚

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