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Suwa Reiji - Prince of Stride

Stride

Con tan solo dejar caer los párpados para respirar profundo, su mente evocaba recuerdos de antaño. Del compás de los saltos y el apoyo de las manos, de volteretas en el suelo, de pisadas fuertes, de las risas confidenciales, de un adiós que nunca existió.

La imagen lo ayudaba a tranquilizarse antes de los conciertos, antes de las competencias de stride, antes de las entrevistas y, también, antes de los meet & greet. Esos últimos a veces lo ponían más nervioso de lo usual porque había escuchado de muchos altercados con otros cantantes y actores, pero lo tranquilizaba que él sabía que sus fans eran buenas personas, en su mayoría chicas.

En esa ocasión, habían sorteado una cena con cada uno de los miembros de Galaxy Standard. Suwa aún no podía creer todas las personas que habían aplicado para él, aunque lo que más lo impresionaba era que la persona que había ganado había elegido una cafetería familiar que estaba cerca de un parque con instalaciones para practicar stride. Era eso último, la familiaridad del sitio, lo que lo hacía añorar el pasado más que nunca.

—Estaremos a la vuelta de la esquina. Si te sientes incómodo o pasa algo...

Su manager le señaló el celular y Suwa sonrió con mesura.

—Daré la alerta, pero confío en que nada pasará. Si bien es la primera vez que realizamos un evento así, sé que irá bien —tranquilizó Suwa, pese a que en su pecho se removía un presentimiento; no sabía si bueno o malo.

Suwa saludó a la mesera, una mujer de mediana edad que pareció encantada por sus modales. Se sentó y esperó a que llegara la chica mientras veía su celular y tarareaba You're My Courage.

—Disculpa la demora.

Suwa respingó cuando colocaron una mochila sobre la silla frente a él. Iba a armarse con una de sus sonrisas deferentes, pero tuvo que parpadear varias veces para convencerse de que sus ojos no lo engañaban: La chica frente a él no parecía para nada vestida para ir a una cita con su idol favorito, o al menos no era como él lo imaginaba. Iba con un suéter con capucha, jeans, deportivas, una gorra de un equipo de béisbol que no reconoció y una mascarilla.

—¿Tú eres...?

Quizás se había equivocado de persona, pero ella extendió la mano hacia él para estrechársela.

—Es un placer verte de nuevo, Suwa. —Pese a la ojeras bajo sus ojos, creyó que le sonreía.

Él estrechó su mano, viendo de soslayo cómo su manager parecía querer intervenir, pero él negó suavemente con la cabeza. Estaría bien. No creía que fuera a terminar en un incidente como el de Hoshino Ai, aunque eso era ficción, pero la probabilidades de que ocurriera estaban ahí; detestó un poco a Mayuzumi por hacerlo leer ese manga.

Suwa se puso manos a la obra. Si era por su equipo de stride, era capaz de esmerarse realmente. Se inclinó sobre la mesa solo un poco y le enseñó la pantalla del celular con el menú desplegado.

—¿Qué te gustaría comer?

La chica se tomó su tiempo, leyendo cada opción, hasta que se decantó por un frappé con una tartaleta de manzana. Luego, se giró hacia él para animarlo a que eligiera algo. Lo relajada que estaba frente a él lo sorprendía, aunque también hacía que se lo tomara con más calma.

Suwa se encargó de ordenar, percatándose de que la chica no le quitaba los ojos de encima, ni siquiera cuando él posó su mirada sobre la de ella, poniéndola en evidencia.

—Ya está empezando a hacer frío, ¿no crees? —dijo ella, quitándose la gorra.

—Sí... —Suwa se controló para no poner los ojos en blanco, no quería tratar temas insustanciales, pero eso era una salida de una vez y debía soportarlo por sus amigos—. Quizás nieve pronto.

—¡Sería genial si lo hiciera para Navidad! —coincidió ella—. Sería como en las películas.

Suwa asintió y agradeció cuando la señora encargada del local colocó la orden sobre la mesa. Volvió a sorprenderse cuando la chica organizó los cubiertos sobre la mesa y apartó el azucarero. ¿Cómo sabía que no le gustaban las bebidas con azúcar?

—Según tengo entendido, en un mes harán una demostración de stride para las escuelas, ¿no? En colaboración con Honan.

—Sí. La mitad de nuestro equipo pertenece al tercer año, así que queríamos buscar reclutas que estén interesados. El stride es divertido, pero también queremos que Saisei se mantenga a la altura.

—Pues si son principiantes, habrá que entrenarlos, y muchas veces es en esa fase que...

Suwa se cubrió los labios, para controlar una carcajada, cuando vio que la chica se llevó el vaso a la boca sin quitarse la mascarilla.

—¡Ay, lo siento! Estaba ayudando a traspasar piezas anatómicas en formol de un frasco a otro y me dio alergia. Como venía para acá, creí que sería de mala educación si me veías moqueando... ¡Aunque ya siento la nariz destapada después de tomarme un antialérgico, pero...!

—Está bien. —Suwa apartó la mirada cuando ella se empezó a quitar la mascarilla—. ¿Estás asociada con la facultad de ciencias de la salud? Es sorprendente que...

Reiji separó los labios cuando pudo observar su rostro. La mascarilla se le había marcado un poco y tenía la nariz irritada, pero era ese mismo rostro, más infantil, con las mejillas más redondeadas, que evocaba cada vez que dejaba caer los párpados.

—¿(T/N)? —susurró despacito, su corazón empezando a desbocarse, entre la paradoja de no estar seguro de si era ella o no.

La chica se quedó quieta un instante, pero no tardó en sonreírle como lo hacía antes.

—Lo siento, no quise decirte nada porque quizás no te acordabas de mí.

—¿Cómo podría olvidarte? —susurró, las emociones empezando a arremeter contra su raciocinio—. Te fuiste un día sin avisarme y... —Tomó una bocanada de aire para tranquilizarse—. Espera, eso no era lo que quería decirte. Si volvíamos a vernos, solo quería agradecerte.

Ella curvó una ceja y desvió la mirada. Ella había querido desde hace tanto tiempo reunirse con él, pero temía que la rechazara, casi como si olvidara la gentileza con la que siempre la había tratado pese a sus estatus sociales.

—Bueno, no me fui sin decirte nada por gusto. Mis papás solo decidieron que era hora de mudarnos por trabajo. Y no tienes que agradecerme nada, realmente no sé...

—Si no hubiera sido por ti, no habría empezado a practicar stride con mis amigos. No estaría aquí. —Suwa curvó los labios y tomó de su infusión de frutas—. ¿Tú has continuado? De haber visto tu nombre, me habría puesto en contacto...

—Eso... —Ella rehuyó su mirada y se ocupó con su tartaleta—. Lo he dejado como pasatiempo. Tengo que mantener un buen promedio si quiero obtener una beca y no soy tan genial como para lograrlo todo a la vez.

No estaba mintiendo, pero tampoco le decía la verdad. No quería que Reiji sintiera lástima por ella. Lo odiaría. Así que prefería callarlo.

—Me hubiera gustado que siguiéramos corriendo juntos —comentó Suwa.

—Bueno, no creo que me hubieran dejado participar hasta secundaria en tu mismo equipo. Además, te habría traído problemas a largo plazo.

—Como compañera de equipo, no creo que alguien hubiera dicho algo.

—Es que tú no sabes la popularidad de los grupos de idols solo de chicos... Yo ahí no pintaría nada. Así que es mejor así.

—Déjame fantasear —bromeó con una sonrisa sutil—. ¿Qué te parece si hacemos una carrera? Hay una pista a la vuelta de la esquina.

—Sabía que me lo pedirías. —Ella rio entre dientes—. Bien, pero aún tenemos mucho de qué hablar. ¿Han sido cuánto? ¿Doce años?

Suwa sintió que podía relajarse, que podía dejar caer su máscara de chico perfecto, del prodigio que todos decían que era. Regresó a la época en la que hacía travesuras a su lado y se reía tan alto que le dolía la barriga y se raspaba las rodillas. Con ella podía permitirse ser él con una soltura que añoraba.

Cuando terminaron de comer y pagaron, se dirigieron al centro de entrenamiento de stride mientras continuaban charlando. Suwa se percató de que su manager tenía intenciones de intervenir, pero él se apresuró a escribirle un mensaje para decirle que todo estaba bien.

Al joven que atendía la pista de stride casi le dio un soponcio al ver que Suwa entraba y tuvo que darle un autógrafo a cambio de su silencio. (T/N) se burló de él por su popularidad.

—A mí me debes un autógrafo.

—Eso no estaba incluido en el meet & greet —repuso, divertido.

—Igual, todavía tengo esa carta que me hiciste por navidad. Eso vale más.

—Puedo darte todos los autógrafos que quieras.

—¡Me harías millonaria!

—¡No pensaba que fuera para que las vendieras! —reclamó, tomándose la molestia de buscarle a ella un conjunto al notarla indecisa—. Creo que este rojo te quedaría bien.

—¿Como el uniforme de Saisei? —Rio ella, aceptándolo—. A ti todo te queda bien... Pero me gustaría verte de negro.

Ambos se despidieron para irse a cambiar. La ponía nerviosa volver al stride después de tanto tiempo, pero añoraba la sensación de ligereza, de maniobrar en el aire y correr tan rápido como podía. Y sabía que junto a Reiji estaría bien.

Se encontraron en la pista llena de obstáculos, bloques altos, barras, peldaños y la línea de meta. Ambos sonrieron al recordar cuántas veces se habían caído juntos. Realizaron un calentamiento profundo, guiados por Suwa, hasta que estuvieron listos.

—¡Que gane el mejor! —Suwa le sonrió, extendiendo el puño para que ella lo chocara.

—Aquí el que está a punto de hacerse profesional eres tú. —Ella puso los ojos en blanco, pero aceptó el choque de puños.

Suwa puso el contador automático y le anunció que pronto empezarían. Ante el sonido de la alarma, ambos empezaron.

A Suwa le encantaba la sensación de correr tan rápido como podía, de valerse de sus brazos y de todos los músculos de su cuerpo, de ponerse a prueba para ver qué tantos obstáculos era capaz de superar. Se lanzó hacia una pared y, con el impulso, logró escalarla y auparse a la plataforma que le daba acceso a la meta. Saltó por unas barras y no tardó en llegar a la meta.

Tenía la respiración agitada y empezaba a sudar. Ladeó el rostro al percatarse de que a su amiga de infancia le faltaba al menos un cuarto de la pista por recorrer. Y con tan solo fijarse en cómo pasaba los obstáculos, sintió que su corazón se le caía a los pies.

—¡Lo logré! —celebró ella, agitada—. Es una buena pista, ¿no crees? ¡Tú te veías genial!

—Estás lesionada... Por eso no continuaste.

—Ah... Eso... Sí. —Se frotó la barbilla—. Pero no te preocupes, mi sueño no era hacer stride de forma profesional. Si es como ahora, me basta.

—¡Pero...! —No podía creer que se lo tomara tan a la ligera, pero debía escucharla y creer en ella también, a pesar de que le costaba aceptar lo que le decía—. Lo siento, no debí dejar que mis emociones se me adelantaran.

—Está bien. Aún te preocupas por mí y eso me halaga, pero en serio no es tan grave como crees. Sí, me sentí devastada por un tiempo, pero conseguí un nuevo sueño. Y pude correr contigo una vez más, eso me basta.

—A mí no... —Suwa apartó la mirada. Estaba siendo egoísta y ella no se lo merecía—. No sabes cuánto añoré correr a tu lado y no puedo pedírtelo de nuevo si te va a lastimar.

—¡Oye! —Le dio un codazo amistoso—. Podemos volver a correr, solo que no seré imprudente. Una operación de rodilla cuesta una fortuna, así que no me quiero lesionar de nuevo. Y sí, podemos vernos de nuevo, así que quita esa cara. No pienso desaparecer. ¿Sabes lo que me costó acercarme a ti? ¡Eres casi inaccesible!

—¿En serio?

—Sí, me costó mucho hallar un modo para comunicarme contigo. No sabes cuántos boletos tuve que comprar para...

—No, ¿en serio quieres que corramos juntos de nuevo?

—Es lo único que he extrañado del stride. Siento que veo una faceta más salvaje tuya cuando corres. Es toda una vista, en serio.

Suwa apretó los labios y tomó su mano, dejando que un suspiro se escapara de sus labios, aliviado.

—Bien. No quiero que te vayas de nuevo, a mí también me gusta la forma en la que sigues corriendo... Y pasar tiempo contigo. Sobre todo, eso. ¿Te parece si intercambiamos números?

—En el contrato de confidencialidad decía que...

—No importa. Nadie tiene por qué saber —atajó él.

Ella lo miró, sorprendida, pero se rio entre dientes, sus mejillas encendiéndose apenas.

—¿Quién iba a pensar que terminaría intercambiando números con mi idol?

—¿Eh?

RUSH me gusta, pero Be My Steady es genial. —Se encogió de hombros—. Hubieras visto mi cara cuando me enteré de que sabías cantar.

—Entonces, tú...

—¡Tengo forrada mi habitación con posters y mercancía de Galaxy Standard!

—¿Qué? —Suwa se sonrojó, avergonzado, quería cavar un hueco y meterse y esperar a que esa era pasara y aun así creía que no iba a superar el bochorno.

—Bromeo, bromeo —Se rio ella, echándole aire a la cara con las manos—. Solo tengo los CD's.

—No juegues así conmigo. No podría soportarlo si resulta que tienes una dakimura ilegal mía o algo así.

Ella se carcajeó y negó con la cabeza. Si bien era cierto que tenía solo los CD, quiso ahorrarle el detalle de que le gustaba escuchar su voz cuando se sentía mal o no podía dormir.

—¿Qué te parece otra carrera? —dijo ella, halándolo de la mano hacia la línea de salida.

Por un instante, a medida que se preparaba para otra sesión, a Reiji se le cruzó por la cabeza la trepidante idea de que le gustaría correr la carrera de sus vidas juntos.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Quería escribir esto desde el 2016 que fue cuando se estrenó este anime xD Pero nunca me di el tiempo, al punto en el que no recuerdo casi nada del anime jaja Pero uno de los prompts era "conociendo a mi ídolo", vi la oportunidad y este es el resultado.

Nos leemos mañana~

¡Cuídense! >.<

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